viernes, 17 de agosto de 2012

DAME UN POCO DE TU TIEMPO

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Dame un poco de tu tiempo
Sufrir en soledad no es nada fácil. Sufrir con alguien nos permite sentir que en el dolor somos valiosos.
Dame un poco de tu tiempo


La enfermedad, el dolor, pueden ser aislantes. El que sufre siente la tentación de encerrarse en sí mismo, de guardar el dolor dentro de su alma, de no desvelar un secreto que le pertenece a él, que no puede ser comprendido del todo por los otros.

Pero otras veces la enfermedad nos impulsa a pedir ayuda. Sufrir en soledad no es nada fácil. Sufrir con alguien nos permite sentir que en el dolor somos valiosos, que nuestra incapacidad, nuestra pequeñez, nuestra nulidad, no resultan un obstáculo para que otros nos cuiden, nos amen, nos apoyen.

Las manos de muchos hombres y mujeres que sufren nos aprietan con firmeza. Nos piden una parte de nuestra vida. El enfermo necesita amor, cariño, cercanía, a veces tanto o más que una medicina, que una nueva dosis de calmante. El médico que sabe acariciar la frente de sus enfermos, que les conoce, que les da no sólo su ciencia y su técnica, sino su corazón, hace un bien incalculable. El enfermero o la enfermera que peina a una anciana, que le ayuda a refrescarse la boca, que le cuenta una historia del periódico o le pregunta por sus nietos, ofrece un bálsamo profundo, que llega al corazón. El familiar, el amigo, que pasa horas y horas junto al trabajador o al estudiante víctima de un accidente inesperado, hace un gesto de amor y de cariño que sólo los que han sufrido saben apreciar en toda su grandeza.

Es cierto que vivimos en un mundo de prisas. Es cierto que tenemos mil cosas por hacer. Es cierto que desde muy temprano hemos de luchar contra el tráfico, en medio de mil tensiones y problemas. Pero también es cierto que somos más hombres cuando podemos darnos al que sufre, para que su dolor no sea vacío, para que su pena no lo hunda en la soledad, para que su angustia no lo lleve a la desesperación.

Cuando algún enfermo nos apriete la mano y no nos deje ir, no tengamos miedo. Nos pide un poco de tiempo, pero sobre todo nos pide un poco de amor. Nos ofrece también, quizá sin saberlo, la oportunidad de ser un poco más buenos, de sentir lo hermoso que es ser hombre cuando el amor se convierte en lo más importante. Quizá incluso el enfermo sepa amarnos más de lo que nosotros le amemos. Entonces, de un modo misterioso, nuestro dar se convierte en recibir. Los dos somos así un reflejo de Dios, que supo amar sin buscar recompensa, que dio su sangre en una Cruz porque nos quiso, que ha iluminado cada lecho de hospital con un rayo de esperanza, con una lágrima de alegría. Lágrima de un enfermo y de un sano que supieron dejar algo de sí mismos para vivir, generosos, buenos, junto al que sigue allí, a nuestro lado.



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  • P. Fernando Pascual LC

    jueves, 16 de agosto de 2012

    NUNCA EN LA OTRA ORILLA...

    Nunca en la otra orilla
    Autor: Phil Bosmans


    ¿Porqué miras siempre hacia el otro lado?

    ¿Porqué piensas siempre que los otros, amigos, conocidos y vecinos, son mas dichosos?, y dices con ligereza:
    - "A los otros les va mucho mejor, y yo doy
    lo mejor de mi y no llego a nada"

    La otra orilla siempre es mas bella. Yace muy lejos.

    Como petrificado, miras fijamente hacia la bella claridad.

    Jamás tuviste en cuenta que también los de la otra orilla te observan y piensan que posees mucha mas felicidad, pues ellos solo ven tu parte agradable.

    Tus pequeñas y grandes preocupaciones no las conocen.

    Vivir feliz es un arte, para ello conviene sentirse satisfecho...

    "La felicidad no esta en la otra orilla, está en ti".

    NUESTRO LIBRO...


    Nuestro libro

    El día de tu nacimiento, cuando solo sabías llorar, recibiste mil besos y caricias, pero también un libro con las hojas en blanco, sin estrenar:

    ¡EL LIBRO DE TU VIDA! .

    Desde aquel instante comenzaste a escribir la historia de tu vida.
    Ya llevas varias páginas.

    ¿Que has escrito hasta ahora?.

    A veces escribimos y escribimos y nunca ojeamos las páginas escritas.
    Toma el libro de tu vida y repásalo durante unos minutos.

    Tal vez encuentres capítulos o páginas que te gustaría besar, algunas escenas te harán llorar, y al abrir alguna página amarilla o reciente, te entraran ganas de arrancarla.

    Se ve negra con salpicaduras de tinta.

    Pero Pilatos te diría: ¡Lo escrito, amigo, escrito esta!.

    Tú lo has escrito con tu puño y letra.

    No con la tinta de un "bolígrafo" o de una pluma, sino con la tinta de tu libertad.

    "Tu mismo has forjado tu propia aventura", decía el manco Lepanto.

    "Porque veo al final de mi duro camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino", sentencia Amado Nervo, quien prefiere la metáfora del arquitecto.

    No arranques esas páginas, pide perdón si cometiste un error, para que así se borren todos tus garabatos y así podrás continuar escribiendo tu historia mejor que ayer.

    ¿Por qué no almacenar el libro de tu vida entre los Best Seller del mundo?.

    Aprovecha tu tinta porque tarde o temprano se te va acabar, y ¡no se venden repuestos ni en los kioscos ni en las librerías!

    La vida es una y se vive una sola vez.

    La muerte cerrara tu libro.

    Y al final solo pedirán tu libro, y alguien lo leerá o lo pasara en video, como las aventuras.

    Todos somos arquitectos y novelistas, así que, amigo, borrón y cuenta nueva.

    Comienza cuanto antes Tu Best Seller.

    ORACIÓN DE UN ENFERMO


    EUCARISTIA Y GENEROSIDAD



    Autor: P. Antonio Rivero LC | Fuente: Catholic.net
    Eucaristía y generosidad
    Es el sacramento de la máxima generosidad de Dios, que nos llama e invita a nuestra generosidad con Él y con el prójimo.


    Eucaristía y generosidad
    La generosidad es la virtud de las almas grandes, que encuentran la satisfacción y la alegría en el dar más que en el recibir. La persona generosa sabe dar ayuda material con cariño y comprensión, y no busca a cambio que la quieran, la comprendan y la ayuden. Da y se olvida que ha dado.


    El dar ensancha el corazón y lo hace más joven, con mayor capacidad de amar. Cuanto más damos, más nos enriquecemos interiormente.

    ¿Con quién tenemos que ser generosos? Con todos. Con Dios. Con los demás, sobre todo con los más necesitados.

    Manifestaciones de una persona generosa.



  • Sabe olvidar con prontitud los pequeños agravios.
  • Tiene comprensión y no juzga a los demás.
  • Se adelanta a los servicios menos agradables del trabajo y de la convivencia.
  • Perdona con prontitud todo y siempre.
  • Acepta a los demás como son.
  • Da, sin mirar a quién.
  • Da hasta que duela.
  • Da sin esperar.

    Hagamos ahora la relación eucaristía y generosidad.

    Generosidad, primero, por parte de Dios.

    Generoso es Dios que nos ofrece este banquete de la eucaristía y nos sirve, no cualquier alimento, sino el mejor alimento: su propio Hijo. Generoso es Dios porque no se reserva nada para Él.

    Generoso es Dios en su misericordia al inicio de la misa, que nos recibe a todos arrepentidos y con el alma necesitada. Generoso es Dios cuando nos ofrece su mensaje en la liturgia y lo va haciendo a lo largo del ciclo litúrgico.

    Generoso es Dios cuando considera fruto de nuestro trabajo lo que en realidad nos ha dado Él; pan, vino, productos de nuestro esfuerzo. Generoso es Dios cuando no mira la pequeñez y mezquindad de nuestro corazón al entregarle esa poca cosa, y Él la ennoblece y diviniza convirtiéndola en el cuerpo y la sangre de su querido Hijo.

    Generoso es Dios que nos manda el Espíritu Santo para que realice ese milagro portentoso. El Espíritu Santo es el don de los dones. Generoso es Dios cuando acoge y recibe todas nuestras intenciones, sin pedir pago ni recompensa. Generoso es Dios cuando nos ofrece su paz, sin nosotros merecerla.

    Generoso es Dios cuando se ofrece en la Comunión a los pobres y ricos, cultos e ignorantes, pequeños, jóvenes, adultos y ancianos. Y se ofrece a todos en el Sagrario como fuente de gracia.

    Generoso es Dios, que va al lecho de ese enfermo como viático o como Comunión, para consolarlo y fortalecerlo. Generoso es Dios que está día y noche en el Sagrario, velando, cuidándonos, sin importarle nuestra indiferencia, nuestras disposiciones, nuestra falta de amor.

    Generoso es Dios que se reparte y se comparte en esos trozos de Hostia y podemos partirlo para que alcance a cuántos vienen a comulgar. Es todo el símbolo de darse sin medida, sin cuenta, y en cada trozo está todo Él entero. Generoso es Dios que no se reserva nada en la eucaristía.

    Y en todas partes, latitudes, continentes, países, ciudades, pueblos, villas que se esté celebrando una misa, Él, omnipotente, se da a todos y todo Él. Y no por ser un pequeño pueblito escondido en las sierras deja de darse completamente. ¿Puede haber alguien más generoso que Dios?

    Segundo, generosidad por parte de nosotros.

    Aquí, a la Eucaristía, hemos venido trayendo también nuestra vida, con todo lo que tiene de luces y sombras, y se la queremos dar toda entera a Dios. Le hemos dado nuestro tiempo, nuestro cansancio, nuestro amor, nuestros cinco panes y dos pescados, como el niño del evangelio. Es poco, pero es lo que somos y tenemos.

    Hemos venido con espíritu generoso para dar, en el momento de las lecturas, toda nuestra atención, reverencia, docilidad, obediencia, respeto. En el momento del ofertorio hemos puesto en esa patena todas nuestras ilusiones, sueños, alegrías, problemas, tristezas. En el momento de la colecta se nos ofrece una oportunidad para ser generosos. En el momento de la paz se nos ofrece una oportunidad para saludar a quien tal vez está a nuestro lado y hace tiempo que no saludamos. Salimos con las manos llenas para repartir estos dones de la eucaristía.

    En fin, la Eucaristía es el sacramento de la máxima generosidad de Dios, que nos llama e invita a nuestra generosidad con Él y con el prójimo. Jesús eucaristía, abre nuestro corazón a la generosidad.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Antonio Rivero.

    miércoles, 15 de agosto de 2012


    ORACIONES A SAN TARCISIO, MÁRTIR









    TARSICIO, MARTIR - 15 DE AGOSTO


    Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
    Tarsicio, Mártir
    Mártir, 15 de agosto.


    Tarsicio, Mártir
    Mártir




    Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, conmemoración de san Tarsicio, mártir, que por defender la santísima Eucaristía de Cristo, que una furiosa turba de gentiles intentaba profanar, prefirió ser inmolado, muriendo apedreado antes que entregar a los perros las cosas santas (c. 257).


    Murió mártir durante la persecución de Valeriano. Su figura de niño héroe cristiano ha servido de estímulo y ejemplo durante dieciocho siglos a las generaciones de bautizados desde que han ido despertando a la fe. Su generosidad en la ayuda al prójimo y su disposición al servicio, impregnado de un amor generoso a Jesucristo en la Eucaristía han ayudado a la fantasía de los creyentes posteriores a renovar su veneración al Santísimo Sacramento. También los mayores han aprendido de él a vivir con coherencia la fe eucarística y a vigorizar las actitudes de adoración y culto que secularmente han practicado los discípulos del Señor.

    El relato de los hechos con todos los rasgos de verosimilitud histórica es así:

    Los cristianos no podían vivir la fe con manifestaciones externas. No tenían derecho a expresar la jubilosa explosión de felicidad que tenían dentro por saberse hijos de Dios con un culto externo. Era preciso esconderse para alabar al único Dios verdadero como discípulos del Señor Jesucristo; por no disponer de locales amplios donde pudieran reunirse, lo hacían a la orilla del Tiber, en los cementerios. Galerías largas y muy entrecruzadas; de vez en cuando se ve una lámpara encendida donde recordaban que se encontraba el cadáver de un mártir, la lámpara era la señal. Ellos conocían bien los largos corredores y los múltiples vericuetos; allí, en un ensanchamiento han tenido el buen gusto de poner en la piedra alguna inscripción y la figura del Pastor cargando una oveja en sus hombros; más adelante, en otro lugar, puede verse en la roca algo que se parece a un cestillo lleno de panes y peces; son símbolos de una historia pasada que se hace viva cada domingo y da más vida, alegría y fuerza a los discípulos de Jesús. Ahora se ve una especie de sala espaciosa, agrandada por las galerías que en ella convergen, donde hay una mesa grande cubierta por manteles muy blancos, con unos cirios encendidos sobre unos candelabros de plata o al menos, así lo parece.

    Es un día especial. Sixto es el sacerdote; sí, lo nombraron como sucesor del pontífice Esteban al que habían matado los perseguidores. Todos cantan salmos, en medio de un gran silencio se leen algunos trozos del Evangelio y hace Sixto una sabia reflexión. El diácono Lorenzo pone pan y vino sobre la mesa y el anciano sacerdote comienza la fórmula de la consagración. Antes de comulgar todos se dan el ósculo de la paz.

    Poco antes de dispersarse hay un recuerdo para los encarcelados; son los confesores de la fe; no han querido renegar; aman a Jesús más que a sus vidas. Es conveniente rezar por ellos y ayudar a sus familiares en la tribulación. Es también preciso hacerles partícipes de los santos misterios para que le sirvan de fortaleza en la pasión y en los tormentos.

    ¿Quién puede y quiere afrontar el peligro? Hace falta un alma generosa. Todos quieren; lo piden con los ojos: ancianos, maduros, mujeres y muchachas jóvenes con el rostro cubierto con un velo. Delante  del nuevo papa Sixto un niño ha extendido la mano; hay cierta extrañeza en el sacerdote que parece no comprender tamaña decisión, a simple vista disparatada. "¿Y por qué no, Padre? Nadie sospechará con mis pocos años".

    Jesús eucaristizado es envuelto en un fino lienzo y depositado en las manos del niño Tarsicio que sólo tiene once años y es bien conocido en el grupo por su fe y su piedad; no se ha amilanado en la furia de la persecución por más que vió aquella noche cómo mataban al papa Esteban mientras hacía los misterios del Señor.

    Por entre las alamedas del Tiber va como portador de Cristo, se sabe un sagrario vivo, es una sensación extraña en él -entre el gozo y el orgullo- que nunca había experimentado. Pasa, sin saludar, embelesado con su tesoro. Unos amigos le invitan a participar en el juego; Tarsicio rehúsa; ellos se le acercan; Tarsicio oprime el envoltorio; le hacen un cerco y llega la temida pregunta: "¿Qué llevas ahí? Queremos verlo". Aterrado quiere echar a correr, pero es tarde. Lo agarran y fuerzan a soltar el atadijo que cada vez agarra con más tesón y fuerza, lo zarandean y lo tiran al suelo, le dan pescozones y puntapiés pero no quiere por nada del mundo dejar al descubierto al Señor; entre las injurias y amenazas acompañadas de empellones y puños, Tarsicio sigue diciendo "¡Jamás, jamás!". Uno de los que se ha acercado al grupo del alboroto se hace cargo de la situación y dice: "Es un cristiano que lleva sortilegios a los presos". Pequeños y mayores emplean ahora, bajo excusa de la curiosidad, con furia y saña, palos y piedras.

    Recogieron el cuerpo destrozado de Tarsicio y lo enterraron en la catacumba de Calixto.

    Cuando pasó la persecución, el papa Dámaso mandó poner sobre su tumba estos versos:

    "Queriendo a san Tarsicio almas brutales
    de Cristo el sacramento arrebatar,
    su tierna vida prefirió entregar
    antes que los misterios celestiales".

    EL TRANSITO DE MARÍA (DORMICIÓN)

    EL TRANSITO DE MARÍA (DORMICIÓN)

    El Tránsito de María (Dormición ) es, en el catolicismo, la glorificación del cuerpo de la Virgen María mediante la definitiva donación de la inmortalidad gloriosa sin pasar por la muerte, es decir, al contrario que sucede en la muerte humana, la intervención divina de su hijo hizo que cuerpo y alma glorificados no se separasen en espera del juicio final y ascendieran unidos a los cielos. Según el dogma establecido por Pío XII el 1 de noviembre de 1950: «Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado; que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste».

    En el lenguaje procesional, se llama Virgen en dormición aquella representada en un lecho amortajada tapada por ropa de cama; y la Virgen en tránsito aquella representada en un lecho amortajada pero no tapada por ropa de cama y por lo general rodeada de flores todo el perímetro.
    La festividad se celebra el día 15 de agosto.

    Oriente y Occidente
    En el cristianismo católico romano, la Asunción de la Virgen es un dogma de fe desde 1950. Si bien el dogma no se pronuncia explícitamente sobre la muerte de la Santísima Virgen, la tradición mayoritaria considera que la Virgen murió pero fue resurrecta inmediatamente y asunta a los Cielos, en cuerpo y alma.
    En el cristianismo ortodoxo también se comparte la creencia de la asunción y se agrega la creencia de fue dormida, lo que se conoce como la «santísima dormición de la Virgen María», lo que habría sucedido antes de ser asunta al cielo.

    LA ASUNCIÓN DE MARIA A LOS CIELOS , 15 DE AGOSTO

    LA ASUNCIÓN DE MARIA A LOS CIELOS
    15 DE AGOSTO

    María, llegado el fin de su vida terrenal, por gracia de Dios, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial.

        “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer envuelta en el sol como en un vestido, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza. La mujer estaba en cinta, y gemía con dolores de parto, por el sufrimiento de dar a luz. Luego apareció en el cielo otra señal: un grandragón… que se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, paradevorara suhijo tan pronto naciera. Y la mujer dio a luz un hijo varón, el ceul ha de gobernar a todas las naciones… Después hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón. El dragón y sus ángeles pelearon, pero no pudieron vencer. Entonces oí una voz fuerte en el cielo que decía: ya llegó la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Mesías. nuestros hermanos lo han vencido con la sangre derramada del cordero”  Apocalipsis 12, 1-3.7.12

    Reflexión: Esta lectura delapocalipsis representa en lenguaje figurado el triunfo de Cristo, sobre las fuerzas del mal. María luego de su vida terrenal fue elevada (asunta) en cuerpo y alma al cielo. María ya comparte la vida plenamente con Dios, lo que hace que este dogma sea una realidad para ella y una romesa de vida eterna para nosotros.

    A qué nos invita María hoy? Agradezcamos a Dios por la vida de aquellas personas que dejaron una huella positiva en nosotros, y que están en el cielo, meditando al mismo tiempo que huella estamos dejando nosotros a nuestro paso.

    lunes, 13 de agosto de 2012

    EL SEÑOR PROMETE


    El Señor Promete..

     El Señor promete la felicidad eterna a sus fieles. El perdón de los pecados será concedido a todos aquellos que permanecieron en la fidelidad a la fe recibida, en el testimonio del Señor y en el servicio a los hermanos más necesitados.

    Todas nuestras ropas de pecaminosidad serán lavadas y purificadas por la gracia divina.

    Nuestros nombres brillarán como estrellas eternas en el libro de la vida.
    Seremos, de acuerdo a la promesa hecha, reconocidos y llamados por el propio nombre delante de la grandeza de Dios. Por tanto, vigilemos y trabajemos por el bien de tantos hermanos y hermanas que aún no obtuvieron esa certeza y que aún viven en el pecado.

    Sergio J. De Souza
     

    PENSAMIENTO MARIANO 16


    Pensamiento Mariano


     "María: haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida"


    Juan Pablo II

    ME GUSTARIA...



    ME GUSTARIA...

    ¿Me gustaría poder corregir el mal hecho o rectificar un error teniendo la oportunidad de hacer algo otra vez?
    Lo cierto es que cada día puede ser un nuevo comienzo. Todos los días Dios me brinda la oportunidad de un nuevo día, que puedo convertir en algo satisfactorio. Tengo tiempo (veinticuatro horas nuevas) y la capacidad (un don de Dios) para hacer todo lo necesario.
    Cada relación se renueva a medida que le aporto más comprensión, ternura y amor. Hasta las responsabilidades rutinarias empiezan a despertar mi interés cuando reconozco que, haga lo que haga, hago lo mejor que puedo.
    Realizo un nuevo comienzo en lo emocional, lo físico y lo espiritual declarando y respetando esta verdad: Dios me proporciona cada día un comienzo nuevo.

    El apostolado... ¿una obligación?

    El apostolado... ¿una obligación?


    San Marcos nos narra que el día de la Ascensión, Jesucristo dijo a sus discípulos: Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a todas las criaturas (Mc 16,15).

    Jesús no lo dijo solamente para los once apóstoles que estaban ahí presentes, sino para todos los cristianos de todas las épocas. El Señor nos envía, a cada uno de nosotros, a evangelizar a los pueblos.

    "Apóstol" significa “enviado”, así que podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que todos los cristianos, por haber sido enviados a predicar el Evangelio, estamos llamados a ser apóstoles.

    Tenemos la obligación de ser apóstoles desde el día de nuestro Bautismo y reafirmamos este compromiso el día que recibimos el Sacramento de la Confirmación. Que debemos ser apóstoles, no hay duda. Otra cosa es si de verdad lo somos.

    ¿Qué es lo que debe hacer un apóstol?

     Conocer

    Un apóstol, como enviado, no debe representar sus propios intereses, sino los de Aquél quien lo envió. Como enviados de Jesucristo debemos, antes que nada, conocer qué es lo que a Él le interesa: a través del Evangelio, del Magisterio de la Iglesia, del Catecismo, de la oración. Cuanto mejor conozcamos a Jesucristo y su mensaje, mejor podremos cumplir nuestra misión.

     Vivir

    No basta con conocer el Evangelio, también debemos ponerlo en práctica. Los cristianos tenemos que proclamar el Evangelio, ante todo, viviéndolo. El testimonio es lo que convence a los hombres y es el mejor medio para anunciar el mensaje de Cristo.

    Transmitir

    Transmitir, es la tercera misión del apóstol. Con nuestro ejemplo, con los hechos, y por la palabra, hablando de Jesucristo, predicándole a los hombres: enseñándoles cuán feliz puede uno ser, siendo seguidor de Cristo.

    Conocer el Evangelio, vivirlo, transmitirlo, son las tres misiones del apóstol.

    Si el mundo entero todavía no es cristiano al cabo de 2000 años, no se debe a que el cristianismo sea una religión falsa. Se debe solamente a que no todos los cristianos hemos sabido dar testimonio de lo que realmente somos.

    ¿Quieres ser un verdadero apóstol? No es necesario que hagas tu maleta y te compres un billete de avión rumbo a Sudáfrica. Para hablar del Evangelio no se necesita ir lejos. Debemos lograr que Cristo llegue, a través de mí y de ti, a nuestras familias, a nuestros ambientes de trabajo, de estudio, de entretenimiento. Y entonces, el mundo irá volviendo su mirada insatisfecha hacia la Verdad y se iluminará con la felicidad que sólo el Dios verdadero puede dar.
    Fuente: Catholic.net
    Autor: Lucrecia Rego de Planas

    HAY. HAY ALGO. HAY ALGUIEN

    Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
    Hay. Hay algo. Hay alguien
    Hay vida ante mis ojos y esperanza en mi corazón. Hay un poco de cielo que desvela misterios de estrellas.
     
    Hay. Hay algo. Hay alguien

    Hay. Hay algo. Hay alguien. Hay viento, hay lluvia, hay calor. Ocurre. Ocurrió, o tal vez ocurrirá.

    Lo que existe viene de un pasado. A veces podemos comprender el hilo de los hechos. Otras veces nos resulta difícil indagar por qué se produjo un accidente, por qué existe un edificio, por qué un hombre y una mujer un día se casaron.

    Con o sin explicaciones, hay cosas ante nosotros. Además, nuestras acciones promueven nuevas cadenas de acontecimientos. Somos creadores de historia.

    Hay algo, hay alguien. Yo mismo existo, pienso, actúo. ¿Hacia dónde dirijo mis pasos? ¿Desde dónde surgen mis pensamientos? ¿Qué esperanzas me guían? ¿Qué miedos me paralizan?

    Mañana otros encontrarán nuevos edificios, nuevos problemas, nuevas soluciones, nuevos caminos. Muchos dependerán de lo que ahora tenemos y de lo que ahora decidimos. Lo que habrá mañana surge desde lo que hay ahora.

    Pero más allá de las decisiones humanas, con sus errores y sus aciertos, hay un Dios que mueve, de maneras misteriosas, los hilos de la historia.

    Ese Dios sigue hoy su "tarea", como dice una poesía. Desde su Amor nacimos. Hacia su cielo caminamos. Con su Palabra ilumina. Con su respeto deja en las manos de cada hombre el rumbo que tomarán sus pasos y lo que "habrá" en el futuro.

    Hay una tórtola que canta desde un techo. Hay vida ante mis ojos y esperanza en mi corazón. Hay un poco de cielo que desvela misterios de estrellas. Hay arroyos que refrescan tierras necesitadas de consuelo. Hay un Dios que trabaja en la historia y que me acompaña en la marcha, misteriosa y apasionante, de mi existencia humana.


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  • P. Fernando Pascual LC

    viernes, 10 de agosto de 2012

    SI QUIERES PUEDES CURARME...

    Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
    Si quieres puedes curarme
    Sabes que quiere y sabes que puede; por eso de un momento a otro sentirás sanos tu cuerpo y tu alma si tienes fe.
     
    Si quieres puedes curarme


    Si quieres puedes cuarme.

    Esta breve y sincera oración quería decir muchas cosas a Jesús: "¿Qué te cuesta, qué le cuesta a quien ha creado un mundo de la nada curar un cuerpo enfermo?"

    Hoy te presentas ante Él con el cuerpo y el alma enfermos: Eres la impotencia suplicante de rodillas ante el que lo puede todo. Si quieres... ¿Querrás? ¿Tendrás que pensar mucho si devuelves la salud a un desgraciado? ¿Puede tu amor resistir que un alma salida de tus manos en un gesto de amor, se pierda para siempre? ¿Querrás? ¿Puedes curarme?

    Más que decírselo a Él, que lo sabe muy bien, debes decirlo y gritarlo a ti mismo, para estar cada vez más seguro de que puede, de que no le cuesta. Si te piden fe, di que la tienes; no tienes salud pero tienes fe, toda la que necesita el milagro para hacerse realidad, pero auméntala hasta que se convierta en un grano de mostaza; entonces moverás montañas.

    Si quieres, puedes curarme. Sabes que quiere y sabes que puede; por eso de un momento a otro sentirás sanos tu cuerpo y tu alma. Quiero, queda limpio" esas palabras anhela tu alma.

    Y quedó curado el leproso. Así quieres quedar tú curado, el otro leproso del alma. Quieres sentirte limpio y puro, sentir tu alma de niño, como cuando salió de sus manos un día que te amó infinitamente.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC

    BENDICIONES


    jueves, 9 de agosto de 2012

    ALABEMOS A JESÚS SACRAMENTADO


    EL AMOR ES...



    El amor es...
     
    El amor es la razón para vivir soñando, para seguir creyendo, para continuar esperando. El amor es la razón para mirar con ternura,
    para tratar con dulzura, para sentir el alma pura .
     
    El amor es la razón para tener fuerza en la vida,
     para sanar toda herida, para levantarse después de una caída.  El amor es la razón de que seamos aceptados sin condiciones, de que Dios responda nuestras oraciones, de que me inspire en poemas y canciones.
     
    El Amor es la energía que nos llena día con día, es la inmensa alegría que nos alienta a seguir cada día, es una cita esperada como tu mejor melodía, es ir del brazo de tu amado o amada Todo El día
     
    El amor es expresar la alegría de tu corazón, en vivir con gozo cada momento aún sin razón, es dar más que recibir para asegurar la salud de nuestro corazón. Es mostrar Al Mundo Nuestro Dios que Vive en el Corazón
     
    El Amor Es Cristo Mismo, Y Su Evangelio De Amor. Es Su Espíritu Llenando Nuestro Corazón. Es Su Gloria que nos regala día con día , llenándonos de Esperanza . alegría y amor.
     
    El amor es la razón del calvario cruel tornado en redención, de la inmerecida Gracia de Su perdón, del raudal de gozo que Nos llena El corazón.


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