miércoles, 28 de agosto de 2013

EL PERDÓN


ORACIÓN A SAN JOSÉ


ORACIÓN A SAN JOSÉ

  ¡Oh castísimo esposo de la Virgen María, mi amantísimo protector San José! Todo el que implora vuestra protección experimenta vuestro consuelo. Sed, pues, Vos mi amparo y mi guía. Pedid al Señor por mí; libradme del pecado, socorredme en las tentaciones y apartadme del mal y del pecado. Consoladme en las enfermedades y aflicciones. Sean mis pensamientos, palabras y obras fiel trasunto de cuanto os pueda ser acepto y agradable para merecer dignamente vuestro amparo en la vida y en la hora de la muerte. Amén.

Jaculatoria.-¡Oh glorioso San José! Haced que sea constante en el bien; corregid mis faltas y alcanzadme el perdón de mis pecados.

LA BELLEZA DE UNA JOYA


La belleza de una joya

Las joyas, en sí mismas, no tienen valor a menos que sean traídas a la luz. Colocadas en ciertas posiciones, reflejarán la belleza del sol. De otra forma, en ellas no hay belleza alguna. El diamante que es llevado a la oscura galería o a la profunda mina subterránea no muestra ninguna belleza. ¿Qué es ella sino un pedazo de carbón, un poco de carbono común, a menos que ella se convierta en un medio para reflejar la luz? Así sucede también con las otras piedras preciosas. Sus variados tonos no son nada sin la luz. Cuantos más lados tengan, reflejan más luz y exhiben más belleza. Si cogemos un diamante en bruto, veremos que no hay brillo en él. En su estado natural él no refleja luz alguna.

Así somos nosotros en un estado natural, de ninguna utilidad, hasta que Dios comienza a brillar sobre nosotros. La luz que existe en un diamante no es su propia posesión: es la belleza del sol. ¿Qué belleza existe en un hijo de Dios? Solamente la belleza de Jesús. Nosotros somos su pueblo especial, escogido para manifestar las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. Que podamos reflejar, hoy, Su luz y Su amor.

PARÁBOLA DE LA DEUDA


Parábola de la deuda 
Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB


Maestro, en este nuevo mundo de tecnología hay que estar pidiendo créditos al gobierno, a los bancos y a todo el mundo. El cristiano se encuentra en una encrucijada grave. Aspira a tener como los otros. Y, claro está, a veces se endeuda.
- ¿ Qué nos dices de la deuda?
- Un hombre debía mucho dinero. Lo estaba pasando fatal. Un día, por no sé qué motivos con su mujer e hijos, tuvo que sufrir mucho.
- Reflexionó y concluyó así:
- Total, mi vida se ha reducido a producir dinero para que lo gasten mis hijos y mi mujer.
- He hecho el tonto.
- ¿Por qué?, le pregunté.
- Porque he leído hoy en la carta a los Romanos:
- " A nadie le debáis nada, más que amor".
- Y de éste he dado poco.
- Así pues, me arreglaré con lo indispensable y toda mi vida- lo que me queda- será únicamente para dar amor. 


¿Das cosas o amor?

ORACIÓN DEL MAESTRO: Padre celestial, este hombre creyente, aunque tarde, se ha dado cuenta de que lo van a juzgar al fin de su vida por el amor. Ha sabido reaccionar a tiempo. Pidamos para que muchos padres de familia se entreguen a dar amor antes que mucho dinero a sus hijos. Todos serán más felices. Y el mundo mejorará.
¿Por qué matarse de trabajar por avaricia inútil?

PRECES

- Por la juventud: para que acuda en su vida a lo fundamental, roguemos al Señor
- Añade tus intenciones


Señor, con todas nuestras debilidades, una cosa tenemos cierta, el amor. Por eso te decimos con gratitud: Padrenuestro

ALEGRE, A PESAR DE TODO


Alegre, a pesar de todo


Cuando los jóvenes veían más alegre y charlador a san Juan Bosco, decían:

–– “Hoy debe haber tenido un problema inmenso, porque está más sonriente que de costumbre”.

Y así sucedía en verdad. Un día su sacerdote le dijo:

–– “Comentan sus amigos que nunca lo habían visto tan alegre y comunicativo como hoy”.

Y él le respondió:

–– “Y, sin embargo, hoy he tenido la pena más grande de toda mi vida y he tenido que solucionar un problema como nunca me lo había imaginado que me iba a llegar”.

EL EVANGELIO DE HOY: 28.08.2012

Autor: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net
Sepulcros blanqueados
Mateo 23, 27-32. Tiempo Ordinario. Por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de inmundicia.
 
Sepulcros blanqueados
Del santo Evangelio según san Mateo 23, 27-32


En aquellos días, dijo Jesús: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia!
Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: "Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!" Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas.¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres! 


Oración introductoria

¡Oh! Espíritu Santo, Espíritu de Verdad, dirige mi corazón para actuar siempre de cara a la verdad. ¡Oh! Espíritu de santidad, ven y renueva mi intención. Ven, Espíritu de amor, enséñame a orar.

Petición

Jesús, dame la gracia de buscar siempre la verdad.

Meditación del Papa

Los habitantes de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Cristo, pero, al condenarlo a muerte, dieron cumplimiento de hecho a las palabras de los profetas. Sí, la maldad y la ignorancia de los hombres no es capaz de frenar el plan divino de salvación, la redención. El mal no puede tanto.
Otra maravilla de Dios nos la recuerda el segundo salmo que acabamos de recitar: Las "peñas" se transforman "en estanques, el pedernal en manantiales de agua". Lo que podría ser piedra de tropiezo y de escándalo, con el triunfo de Jesús sobre la muerte se convierte en piedra angular: "Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente". No hay motivos, pues, para rendirse al despotismo del mal. Y pidamos al Señor Resucitado que manifieste su fuerza en nuestras debilidades y penurias. (Benedicto XVI, 26 de marzo de 2012).


Reflexión

Jesús sigue fustigando el pecado de hipocresía. Aparentar por fuera lo que no se es por dentro, como había condenado los árboles que sólo tienen apariencia y no dan fruto. Aquí desautoriza a las personas que cuidan su buena opinión ante los demás, pero dentro están llenos de maldad.

¿Se nos podría achacar algo de esto a nosotros? ¿No estamos también preocupados por lo que los demás piensan de nosotros, cuando en lo que tendríamos que trabajar es en mejorar nuestro interior? Sabemos que Dios conoce nuestro interior y no podemos engañarle, por ello vale más ser transparentes ante Dios que aparentar lo que no somos ante los hombres. ¿Sería muy exagerado tacharnos de sepulcros blanqueados?

También conviene evaluarnos en el otro aspecto que Jesús denuncia. ¿Somos personas que de palabra se distancian de los malos como los fariseos de sus antepasados, pero en realidad somos tan malos o peores que ellos, cuando se nos presenta la ocasión? Puede ser que emitamos juicios temerarios contra nuestro prójimo, considerándoles inferiores a nosotros, cuando en realidad lo que Cristo nos pide es perdonar y no pensar mal de nadie. En este caso, Cristo poseía la autoridad para denunciar la actitud hipócrita de los fariseos, sin embargo sabemos por el mandato de Cristo, el de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, a nosotros, no nos compete este derecho.


Diálogo con Cristo

Padre bueno, dame la gracia de salir de esta oración decidido a vivir siempre con autenticidad venciendo el miedo al qué dirán, la rutina o ley del menor esfuerzo, para aspirar a ser tu discípulo y misionero. Aumenta mi generosidad para aportar todas mis cualidades, mi ingenio e incluso mis recursos materiales para llevarte a los demás.

Propósito

Ante las dificultades del día de hoy, recitar la jaculatoria: Cristo, en Ti confío. 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...