jueves, 31 de marzo de 2016

EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 31 DE MARZO DEL 2016




Aparición de Jesús a los discípulos
Pascua


Lucas 24, 35-48. Pascua. El fruto de reconocer a Jesús siempre es el mismo: la alegría. 


Por: Elí Ricardo Marín | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48
Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. Estaban hablando de éstas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como véis que yo tengo». Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos. Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."» Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas.

Oración introductoria
Jesús, abre mi entendimiento. Conozco y escucho tu Palabra, pero quiero hacerla la norma de mi vida. Por esto te pido que guíes esta oración para que pueda llegar a ser un auténtico testigo de tu resurrección.

Petición
Cristo Resucitado, que esta meditación sea un encuentro transformador en el amor.

Meditación del Papa Francisco
Él, la tarde de Pascua, abre la mente de los discípulos al misterio de su muerte y resurrección y les dice: “Ustedes son testigos de todo esto”. Los Apóstoles, que vieron con los propios ojos a Cristo resucitado, no podían callar su extraordinaria experiencia. Él se había mostrado a ellos para que la verdad de su resurrección llegara a todos mediante su testimonio. Y la Iglesia tiene la tarea de prolongar en el tiempo esta misión; cada bautizado está llamado a dar testimonio, con las palabras y con la vida, que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros. Todos nosotros estamos llamados a dar testimonio de que Jesús está vivo.
Podemos preguntarnos: pero, ¿quién es el testigo? El testigo es uno que ha visto, que recuerda y cuenta. Ver, recordar y contar son los tres verbos que describen la identidad y la misión. El testigo es uno que ha visto, con ojo objetivo, ha visto una realidad, pero no con ojo indiferente; ha visto y se ha dejado involucrar por el acontecimiento. Por eso recuerda, no solo porque sabe reconstruir en modo preciso los hechos sucedidos, sino también porque aquellos hechos le han hablado y él ha captado el sentido profundo. Entonces el testigo cuenta, no de manera fría y distante sino como uno que se ha dejado poner en cuestión y desde aquel día ha cambiado de vida. El testigo es uno que ha cambiado de vida.
El contenido del testimonio cristiano no es una teoría, no es una ideología o un complejo sistema de preceptos y prohibiciones o un moralismo, sino que es un mensaje de salvación, un acontecimiento concreto, es más, una Persona: es Cristo resucitado, viviente y único Salvador de todos. Él puede ser testimoniado por quienes han hecho una experiencia personal de Él, en la oración y en la Iglesia, a través de un camino que tiene su fundamento en el Bautismo, su alimento en la Eucaristía, su sello en la Confirmación, su continúa conversión en la Penitencia. (Homilía de S.S. Francisco, 19 de abril de 2015).
Reflexión
Cuando leo este evangelio me acuerdo mucho de una cosa que observé en una fiesta para niños. Cuando la niña festejada, de unos 4 años, iba a partir el pastel se fue corriendo y trajo a una amiguita suya para que estuviera a su lado.

Y es porque la alegría siempre se transmite. Conseguiste el trabajo que buscabas; tu hijo pasó el examen más difícil; se solucionó el problema que había en el trabajo; entonces te sientes feliz y quieres que todo el mundo se alegre contigo. Eso es lo que les pasó a los discípulos de Emaús. Han reconocido a Cristo resucitado y quieren que todo el mundo se alegre con ellos. Se han convertido en misioneros, en apóstoles del evangelio.

El fruto de reconocer a Jesús siempre es el mismo, la alegría. No por nada recordamos esa sonrisa de la madre Teresa de Calcuta que aprendió a reconocer a Jesús en el prójimo.

Propósito
Para encontrarme con Cristo, no dejar que «mis pendientes» me distraigan de mi propósito de dedicar hoy más tiempo a mi oración.

Diálogo con Cristo
Jesús, como los discípulos, a veces veo el cumplimiento de tu voluntad como algo desproporcionado a mis fuerzas. Mis ilusiones, influenciadas por mi egoísmo y mi soberbia, no me dejan descubrir lo que realmente debo hacer, si quiero ser fiel y corresponder a tu amor. Por eso, pido la intercesión de María, tu santísima Madre, para que como ella, nunca dude de tu Providencia divina y deje que sea tu gracia la que actúe.


El Viernes Santo, empezó la Novena a la Divina Misericordia. cuya fiesta se celebra el domingo siguiente a la Resurrección.


Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia 

"En nuestros tiempos, muchos son los fieles cristianos de todo el mundo que desean exaltar esa misericordia divina en el culto sagrado y de manera especial en la celebración del misterio pascual, en el que resplandece de manera sublime la bondad de Dios para con todos los hombres.

Acogiendo pues tales deseos, el Sumo Pontífice Juan Pablo II se ha dignado disponer que en el Misal Romano, tras el título del Segundo Domingo de Pascua, se añada la denominación "o de la Divina Misericordia" ..... " (Fragmento del Decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, de 5 de mayo de 2000.

Indulgencias en el Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia:

"Se concede la indulgencia plenaria, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) al fiel que, en el domingo segundo de Pascua, llamado de la Misericordia divina, en cualquier iglesia u oratorio, con espíritu totalmente alejado del afecto a todo pecado, incluso venial, participe en actos de piedad realizados en honor de la Misericordia divina, o al menos rece, en presencia del santísimo sacramento de la Eucaristía, públicamente expuesto o conservado en el Sagrario, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús misericordioso (por ejemplo, "Jesús misericordioso, confío en ti")".

IMÁGENES DE JESÚS EUCARISTÍA






CARA A CARA


Cara a cara



En la Biblia encontramos pensamientos inspirados por Dios, capaces de levantar el ánimo por más deprimido que estés. En Isaías (43) el Señor te dice: “Tú eres de gran precio ante mis ojos, porque eres valioso y yo te amo. No tengas miedo, yo estoy contigo”. Por más baja que esté tu autoestima, esta declaración de Dios tiene una poderosa eficacia para ponernos de pie.

A caminar sin ti, Señor, no atino; tu palabra de fuego es mi sendero;
me encontrarás cansado y prisionero del desierto, del cardo y del espino.

Descansa aquí conmigo del camino, que en Emaús hay trigo en el granero, hay un poco de vino y un alero que cobije tu sueño, Peregrino.

Yo contigo, Señor, herido y ciego; tú conmigo, Señor, enfebrecido,
el aire quieto, el corazón en fuego. Y en diálogo sediento y torturado se encontrarán en un solo latido, cara a cara, tu amor y mi pecado. Amén.

“Día tras día, Señor de mi vida, quede delante de Ti, cara a cara. De manos juntas, quedaré delante de Ti, Señor de todos los mundos, cara a cara. En este mundo que es tuyo, en medio de las fatigas, del tumulto, de las luchas, de la multitud agitada, he de mantenerme delante de Ti, cara a cara. Y, cuando mi tarea en este mundo estuviere acabada, oh Rey de Reyes, solo y en silencio, permaneceré delante de Ti, cara a cara”. Pasa con el Señor un buen día.


* Enviado por el P. Natalio

EL SACERDOTE CONFESOR ES TAMBIÉN UN PECADOR PERO LA ABSOLUCIÓN ES REAL, DICE PAPA FRANCISCO


El sacerdote confesor es también un pecador pero la absolución es real, recuerda el Papa
El Papa Francisco recuerda que la absolución de los pecados se da gracias al arrepentimiento y la divina misericordia. 


Por: Alvaro de Juana 




 (ACI).- El Papa Francisco recibió esta mañana en audiencia a los participantes del Curso anual sobre el “Foro Interno” promovido por la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede, a quienes les habló de la importancia del Sacramento de la Reconciliación, recordó que son pecadores y les aconsejó sobre cómo tratar a los penitentes.

El curso pretende ayudar a los sacerdotes recién ordenados y a los seminaristas que lo harán próximamente a formarse adecuadamente para administrar bien el Sacramento de la Reconciliación.

“El confesor es, él mismo, un pecador, un hombre siempre necesitado de perdón” y debe tener siempre una actitud de “fe humilde y generosa, teniendo como único deseo que todo fiel pueda experimentar el amor del Padre”.

El Pontífice también explicó que el fiel arrepentido, después de recibir la absolución del sacerdote, “tiene la certeza, por fe, de que sus pecados no existen más, han sido borrados por la divina misericordia”.

Así, “cada absolución es, de cierta manera, un jubileo del corazón, que alegra no solo al fiel y a la Iglesia, sino sobre todo a Dios mismo”.



De nuevo, el Papa hizo hincapié en la importancia de que el sacerdote sea “un canal de alegría” y de que el fiel, después de haber recibido el perdón, no se sienta más oprimido por las culpas, y pueda mostrar la obra de Dios que lo ha liberado”.

Francisco denunció que la actualidad está “marcada por el individualismo” y es necesario estar junto a las personas. “Comporta la obligación todavía mayor de coherencia evangélica y de benevolencia paterna”, dijo. 

“La celebración de este Sacramento requiere en efecto una adecuada y actualizada preparación para que cuantos se acerquen puedan tocar con la mano la grandeza de la misericordia, fuente de verdadera paz interior”.

Francisco señaló que “la misericordia, antes que ser una actitud o una virtud humana, es la elección definitiva de Dios a favor de todo ser humano para su eterna salvación”. Se trata de “una elección sellada con la sangre del Hijo de Dios”.

El Santo Padre recordó que “la posibilidad del perdón está de verdad abierta a todos, está abierta de par en par, como la más grande de las puertas santas”, para que coincida con el corazón mismo del Padre, que ama y atiende a todos sus hijos, de modo particular a aquellos que se han equivocado y que se han alejado”.

La misericordia puede llegar de diferentes formas, según el Papa. “A través de la apertura de una conciencia sincera; por medio de la lectura de la Palabra de Dios que convierte el corazón; mediante un encuentro con una hermana o un hermano misericordioso; en las experiencias de la vida que hablan de heridas, de pecado, de perdón y de misericordia”.

A su vez, Francisco explicó que gracias a Jesús se puede pasar de la esperanza a la certeza de sentirse perdonado y dio algunos consejos sobre la actitud que debe tener un sacerdote cuando confiesa.

“Debemos siempre recordar que somos instrumentos de la misericordia de Dios para ellos, entonces, estemos atentos a no poner obstáculo a este donde de salvación”.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS: JUEVES 31 DE MARZO DEL 2016


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Marzo 31



No basta que tú no hagas lo que ves que otros hacen; es preciso que tú obres de tal forma que los demás puedan hacer lo que tú haces.
No basta decir que no, es preciso decir que sí; el ‘no’ es algo negativo, el ‘si’ es lo positivo. El amor no consiste solamente en no ofender, en no insultar; el amor es algo positivo y en consecuencia va a exigir algo más que no ofender.

No dar mal ejemplo a los demás podrá ser una primera etapa que nos propongamos, pero en manera alguna podrá ser la etapa definitiva; con ella no podrá quedarse tranquilo nuestro corazón ni en paz nuestra conciencia.

Estamos obligados a presentarnos delante de los demás con tal carga de bondad que los instemos a la práctica del bien; con tal intensidad de generosa entrega que los movamos a imitar nuestra dedicación al bien de los demás.

No basta no mirar hacia abajo; es preciso mirar positivamente hacia las alturas; arriba y siempre arriba, que allí están las estrellas y allí brillan los luceros.

El cristiano es un testigo de Cristo; su vida ha de ser un viviente testimonio de su fe; debe sentir como dichas a él las palabras del apóstol a su discípulo: “Procura ser modelo para los fieles en la palabra, en el comportamiento, en el amor, en la fe, en la pureza de vida” (1 Tim 4,12).


* P. Alfonso Milagro

EL SENDERO DE LA AMISTAD


EL SENDERO DE LA AMISTAD



La amistad es un sendero del que puedes disfrutar paseos largos y bellos llenos de felicidad. Es un camino tan lindo y adornado sin igual con las flores más bonitas que puedes imaginar.
La amistad es un sendero al que debes implantar el cariño, la alegría sinceridad y bondad.

Y por cosas de la vida aunque sea bueno y demás, tiene sus piedras pequeñas que te hacen tropezar.

La amistad es un sendero por el que hay que caminar con el corazón abierto y sabiendo perdonar.

Siembra tu mejor semilla y así podrás cultivar de las flores, las más bellas y crecerán muchas más. 

La amistad es un sendero que al andarle sin cesar con los años se convierte en una eterna... hermandad.


Anónimo

DIEZ EJEMPLOS DE LA MISERICORDIA DE DIOS


10 ejemplos de la Misericordia de Dios


Con el ánimo de aprovechar este año de gracia que nuestra madre Iglesia nos ofrece, hemos traído para ti 10 ejemplos de la misericordia de Dios en nuestro diario vivir. Si mencionamos todas las veces donde la ternura y la acción de Dios está presente, la lista sería demasiado larga y la longitud variaría de acuerdo a la experiencia de cada uno. Sin embargo, esperamos que te sientas identificado con alguna de ellas. ¡Comparte con tus amigos!


1. Cuando nos sentimos abatidos por la tristeza
La tristeza puede llegar en cualquier momento de la vida. Las formas en las que se reacciona frente a ella varían de acuerdo a la edad y la situación en la que nos encontremos. Seguramente nadie se salvará de sentirse triste en algún punto de su vida, pero lo que sí es seguro es que Dios no es indiferente a nuestro dolor. Él, al igual que un padre o una madre, se preocupa por sus hijos y se manifiesta a través de otras personas para hacernos sentir mejor. El dolor en ocasiones nos convierte en ciegos renegadores de Dios y no nos permite ver que hay muchas situaciones de nuestra vida que están llenas de la misericordia y el consuelo de Dios. En ocasiones nos sentimos agotados y tendemos a perder la esperanza, creemos que los problemas no tienen solución o que simplemente nada será suficiente para que volvamos a recobrar la felicidad. En esos momentos es importante tener en cuenta que Dios no nos da la espalda, no nos abandona, no flaquea como lo hacemos nosotros, Él es firme en sus promesas. «Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados» (Mateo 5, 4).


2. Cuando cometemos un pecado
Imaginemos que somos un vaso con agua pura. A medida que pecamos el agua se turbia y se vuelve negra, ya no somos nosotros, es el pecado quien habita en nuestro corazón. La misericordia de Dios nos brinda la oportunidad de volver a ser esa agua pura y transparente, todos los días y casi a cualquier hora. La confesión es el sacramento divino que Dios nos ha otorgado para redimir nuestros pecados, para descargar todo el peso que llevamos a cuestas, es la oportunidad perfecta para volver a empezar. Acudir a este sacramento no es signo de debilidad, como muchos suelen pensar, al contrario, nos hace más fuertes pues tenemos el valor de reconocernos débiles y pecadores, con sed y hambre de Dios. A nadie le gusta hacer una lista de debilidades y errores, para nadie es fácil tener que decirlos en voz alta, pero es el medio más efectivo para estar en verdadera paz con Dios y con nosotros mismos. Es casi como darnos un buen duchazo: entramos al confesionario sucios hasta la coronilla y salimos de él limpios y relucientes. Enfrentar nuestros pecados no es fácil, pero es la única manera de aceptar la ayuda de Dios. En medio de nuestra miseria es cuando más se manifiesta la misericordia de Dios por el arrepentimiento y la necesidad de volver a la casa del Padre.


3. Cuando Dios nos da la oportunidad de recuperarnos de alguna enfermedad
Podemos ser nosotros mismos quienes en este preciso momento padezcamos alguna grave enfermedad, pueden ser nuestros familiares o amigos. Es un tema muy difícil y doloroso. Frente a él es importante recordar que Dios en su insondable misericordia nos da dos oportunidades. La primera es la de ser testimonio de fe y valentía enfrentando nuestra enfermedad como medio de purificación y no haciendo de ella una carga sino un ejemplo de vida. Muchos santos ofrecían sus dolores a Dios e intentaban hacer de su vida un verdadero testimonio de entrega y amor. La otra oportunidad es la cura. La cura por la cual rezamos todos, cuando milagrosamente Dios posa su misericordia en nosotros y nos susurra al odio «levántate y anda» (Juan 11, 1 – 43). La enfermedad puede acompañarnos desde el nacimiento, puede aparecer en plena juventud o visitarnos cuando ya no nos quedan tantas fuerzas, en cualquier etapa de vida la misericordia de Dios se puede manifestar: el milagro puede ocurrir en un recién nacido, en un niño con leucemia, en un joven o en un anciano. A nadie se le da un manual para enfrentar la enfermedad, pero a todos se nos da la oportunidad de acudir a la misericordia de Dios. Aceptarla es otro reto. Algunos pensarán "pero, ¿quién no quiere la misericordia de Dios?”. Como seres humanos nos cuesta aceptar nuestra fragilidad y la necesidad de ser ayudados, podemos llegar a un estado de negación y tomar la actitud errada de sentir que Dios juega con nuestros sentimientos en circunstancias como estas que prueban realmente nuestra fe. La enfermedad puede ser ese empujón que necesitábamos para llegar a ser más fuertes y darnos cuenta de lo que somos capaces de lograr.


4. Cuando nos rompen el corazón
Una y mil veces podrán rompernos el corazón y no me refiero solo a lo que ocurre en un noviazgo, puede ser un hijo, un padre, un hermano o un amigo el que nos rompa el corazón. Cada vez que siento estar «destrozada» pienso cuán destrozado ha de estar el Corazón de nuestro Dios, que lo dio todo por nosotros y aun así cada vez que pecamos lo volvemos a clavar en la Cruz. Es un muy pero muy buen ejercicio: sentiremos que nuestro corazón roto no es nada comparado con el de nuestro Señor. Pero ¿adivinen qué? Él nos ama tanto que incluso ante nuestras pataletas de corazones rotos siente compasión, nos consuela en silencio, nos brinda calma y nos pone en el camino de otras personas que pueden remendarnos el corazón. Lo que nos hace falta es estar en contacto con nuestros vecinos, con los más necesitados, para darnos cuenta de cuál puede llegar a ser un verdadero sufrimiento. Es verdad que nuestro dolor es real y no podemos minimizar su dramatismo en nuestra vida, pero cuando nos sentimos lastimados tendemos a tomarnos todo muy personal: las miradas de las personas, los comentarios o las actitudes, y esperamos que todos sientan compasión de nuestro dolor, que todos estén de nuestro lado. Dios claramente estará junto a nosotros durante el dolor que experimentamos pero gracias a su misericordia podemos descubrir que no somos los únicos. El error que cometemos consiste en pensar que la misericordia de Dios solo se puede manifestar mágicamente con resultados positivos.  La verdad es que ante un corazón roto Dios podrá poner junto a nosotros uno de verdad, un corazón que en realidad esté roto por el dolor y el sufrimiento, y es allí donde entenderemos que hemos sido afortunados y que además estamos en capacidad de ayudar a otros cuyo dolor no alcanzamos a imaginar.


5. Cuando logramos perdonar
¡Cuán difícil es, cuánto cuesta perdonar lo "imperdonable”! A mí me falta mucho, pero mucho, para perdonar del todo y puede que a ti también. Es normal, somos seres humanos y algunas cosas nos cuestan demasiado, pero he llegado a entender que el verdadero perdón solo proviene de Dios, de su misericordia. Por nuestras propias fuerzas somos incapaces de perdonar algunas faltas: abandono, infidelidad, asesinato, violación, aborto, etc. Cuando se sientan incapaces de perdonar a alguien (como me pasa a mí), déjenselo a Dios, pídanle: Señor, Tú bien sabes cuánto dolor me causó esta persona, sabes también que soy incapaz de perdonar aunque lo intente, por eso recurro a Ti, llena Señor mi corazón de tu misericordia porque no puedo hacerlo yo solo. Ya verás como con el tiempo sientes que el rencor se aleja y el perdón se acerca más. El caso de cada uno es distinto, pero cuando una persona no ha perdonado se puede identificar con los siguientes síntomas: rabia, resentimiento, deseos de venganza, pensamientos negativos hacia las otras personas, depresión, incomprensión, ansiedad e incluso odio. Si vino a tu mente una persona al leer alguno de estos síntomas es porque todavía no la has perdonado. Cuando no se ha estado en los zapatos del otro es muy difícil entender las barreras que le impiden a esa persona llegar al perdón. Por eso, cuando hables con alguien a quien le cueste mucho perdonar no te conviertas en un sabelotodo, no critiques, no juzgues, pues solo Dios sabe plenamente qué pasos debe seguir esa persona para llegar al perdón, si es que en realidad lo quiere.


6. Cuando nos experimentamos amados de nuevo
La soledad se aloja en millones de corazones y a veces no somos capaces de darnos cuenta de que las personas más cercanas a nuestras vidas necesitan amor. Dios es el único que se percata de cada sentimiento que hay en nuestro interior y así mismo se encarga de poner en nuestro camino a las personas indicadas que puedan hacernos sentir amados de nuevo, pero todo a su tiempo. Tenemos a un Dios que todo lo puede, que todo lo ve y que también escucha nuestras plegarias, lo que tenemos que entender es que así como su misericordia es infinita también lo es su paciencia. Porque… ¡Vaya que hay algunos (me incluyo) que somos acelerados e impacientes! Todos queremos sentirnos amados, absolutamente todos, pero muchas veces nos olvidamos de que ya lo somos. ¿Qué pasaría si cada ser humano sobre la faz de la tierra se sintiera verdaderamente amado por Dios? No olvidemos a qué fuimos llamados y que nuestra existencia es valiosa.  Lo bello de todo esto es que por misericordia de Dios cada día puede ser una aventura, cada día puede convertirse en el día en que creímos que nada iba suceder pero todo sucedió. Por misericordia de Dios encontramos el amor una y otra vez y por su misericordia también imploramos ser amados en el silencio de nuestro interior.


7. Cuando logramos alcanzar una meta
Todas nuestras metas cumplidas solo se alcanzan por la misericordia de Dios, que nos da las fuerzas para luchar, para perseverar, para sacrificarnos, para caernos y volvernos a levantar. Recordemos que somos hijos de Dios, no somos cualquier cosa lanzada al azar a este mundo. No nos olvidemos de Dios cuando estemos en la cima, pues es Él el único que hecho posibles las cosas. Cuando la emoción por un logro nos invade pocas veces nuestro primer pensamiento es  para Dios. Si dejáramos que sea Él quien dirija nuestra vida todo sería distinto. No nos acostumbremos a estar en nuestra zona de confort en la que todo se da, todo viene y todo va, pero a nuestro modo y no al de Dios. No nos olvidemos de hacer nuestros planes con Dios, contarle nuestros sueños y susurrarle nuestros deseos. Él escucha pero no actúa según nuestros planes o nuestro reloj, actúa según su voluntad y su tiempo, pues el tiempo de Dios es perfecto al igual que la dosis de misericordia que recibimos para poder alcanzar nuestras metas.


8. Cuando ocurre lo imposible
Nuestras plegarias han sido escuchadas, ese ser querido que había partido hace ya mucho tiempo, vuelve; la conversión de un familiar o amigo ocurre; la noticia de un embarazo que parecía inalcanzable se anuncia. Miles y miles de milagros ocurren a diario y algunos son tan pequeños e insignificantes que no les damos importancia: la lluvia, que vuelve tras una intensa sequía, los cultivos que dan cosecha, el árbol que nos da sombra, el agua y la luz que llegan. Lo imposible ocurre cada minuto por misericordia de Dios para su pueblo. Todo es obra del Dios que nada olvida, del Dios que riega la tierra como su propio jardín, del Dios que permite que esa agua les dé de beber a los cultivos o al ganado. El aire que respiramos, el alimento que llega a nuestra mesa, las comodidades del hogar y la compañía de nuestros amigos y seres queridos… El secreto está en descubrir que hasta la oruga que se convierte en mariposa o la mujer "estéril” que concibe un hijo son un milagro, que por misericordia de Dios, ocurren día a día.


9. Cuando somos capaces de ayudar a los demás
No hay satisfacción más grande que la de dar. Sentirnos útiles es muy importante, no importa la edad, ayudar a los demás nos hace mejores seres humanos y nos permite contemplar el mundo con otros ojos. Sé que muchas veces te preguntas "¿pero si no tengo dinero cómo puedo ayudar?”. Lo puedes hacer de infinitas maneras, ofreciéndote como voluntario/a en una fundación, enseñándole a leer a comunidades que no tienen acceso a la educación, cargando los paquetes de la ancianita cascarrabias, enseñándole a bailar a los abuelos, uniéndote a una campaña por la vida o siendo el vocero que permita recaudar fondos para ofrecer un desayuno o un almuerzo a las personas de la calle. Esa inexplicable sensación que sentimos al dar es como una bomba de amor, gratitud y compasión que estalla en nuestro interior y transforma nuestras vidas para siempre. Esa es la misericordia de Dios, insondable, infinita y transformadora.


10. Cuando nos descubrimos hijos de María
¡Madre mía de mi alma! ¿Qué más regalo? ¿Quién puede ser más afortunado? Por misericordia de Dios, tenemos a la mejor de las madres, a la más hermosa, la mujer elegida por Dios Padre para traer al mundo la salvación. Nuestra Madre querida no despega los ojos de sus ovejas, nos consuela, nos escucha, nos abraza, intercede por nosotros ante el Padre e incluso nos saca del purgatorio. ¡Qué maravilla! ¡Qué misericordia más infinita! Dios pudo haber enviado a su Hijo solo, pero quiso demostrarnos que María era el perfecto ejemplo de Hija, Esposa, Madre y amiga, Dios nos amó tanto que nos hizo merecedores de tan grandiosa mujer, de la única que vivió en carne propia el dolor más inimaginable del mundo. Si pensamos en cualquier sufrimiento nos daremos cuenta de que nuestra madre, María Santísima, también lo padeció: María concibió antes del matrimonio y fue rechazada y expulsada de su territorio, le negaron posada la noche en que daría a luz, quedó viuda, pues José murió antes de la crucifixión de Jesús y vio morir a su Hijo de la manera más desgarradora que podrá existir en la historia. Ella más que nadie conoce nuestro dolor, hemos sido llamados a ser sus hijos solo por misericordia pues, ¿qué mejor amor que el de María?


* Autor: Nory Camargo | Fuente: Catholic-link  

LA PASCUA ES LO MÁS GRANDE DE NUESTRA FE


La Pascua es lo más grande de nuestra fe
Jesús realiza la Pascua. Jesús pasa al Padre. ¿Es solo El quien pasa de este mundo al Padre? ¿Y nosotros ?...


Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net 




Estamos en la Pascua, la Pascua Florida. Llegó con el Domingo de Resurrección.

Los vacacionistas regresaron..... otros lamentablemente no volverán. Salieron felices y animosos pero ya no hubo regreso. Los recordamos y pedimos por ellos.

La Pascua es el Misterio más grande de nuestra fe. Cristo ha resucitado y la Muerte quedó vencida porque su Resurrección la mató. San Agustín nos dice: - "Mediante su Pasión, Cristo pasó de la muerte a la vida. La Pascua es el paso del Señor"

Ya dejamos atrás los días de Pasión y muerte. Seguiremos venerando la cruz que fue el medio que nos hizo cruzar a la otra orilla de luz y de vida eterna. Sin cruz.... no se llega. No se alcanza la resurrección. ¡Cristo resucitó y su tumba quedó vacía!

Volvemos a los días de trabajo, a la rutina... ¿qué ha dejado este paso de Dios en nuestras almas? ¿Podemos decir que nuestra Pascua ha sido "hacia adentro", que hemos sentido que el Señor ha pasado y ha dejado alguna huella de su resurrección en nuestra vida?

Jesús realiza la Pascua. Jesús pasa al Padre. ¿Es solo El quien pasa de este mundo al Padre? ¿Y nosotros ?...

Dios es Omnipotente y puede hacerlo Todo, pero... "no puede" obligarnos a tener un corazón arrepentido. Nos deja en libertad para amarlo o para ofenderlo, para querer estar unidos a El o para olvidarlo y esa libertad es tan traicionera que nos puede DAR o QUITAR el derecho a nuestra propia y gloriosa resurrección. Porque resucitar eso si, lo haremos todos. Ya que así lo decimos y creemos en nuestro Credo - creo en la resurrección de los muertos.

Lo que hemos vivido estos días no puede pasar sin dejarnos algo, sin dejarnos una huella en el alma, ahora que proseguimos el camino de nuestro quehacer de siempre.

Cristo resucitó y los apóstoles, uno a uno, dieron su vida por esta VERDAD que deslumbra.
Pedro comió y bebió con Jesús después de su Resurrección, Tomás metió sus dedos en las llagas del Cristo resucitado y Pablo nos recuerda que si hemos resucitado con Cristo por el Bautismo, debemos de vivir la nueva vida en espera de su regreso y tenemos el compromiso de llevar por el mundo la palabra de Dios.

OBISPOS PIDEN AL GOBIERNO DE INDIA CONTINUAR ESFUERZOS PARA ENCONTRAR Y LIBERAR AL PADRE TOM UZHUNNALIL


Obispos piden al gobierno de India continuar esfuerzos para encontrar y liberar al P. Tom




 (ACI).- La Conferencia Episcopal de la India envió una carta al gobierno de ese país para exhortarlo a continuar sus esfuerzos por localizar al P. Tom Uzhunnalil y lograr su pronta liberación de los terroristas musulmanes que lo secuestraron el 4 de marzo en Aden (Yemen) tras el ataque que perpetraron contra el convento de las Misioneras de la Caridad donde asesinaron a cuatro religiosas y doce ayudantes.

En su carta del 28 de marzo, los prelados se dirigieron al ministro de Relaciones Exteriores de la India, Sushma Swaraj, donde abordaron también los rumores difundidos en medios de comunicación y redes sociales sobre una supuesta crucifixión del P. Tom en Viernes Santo.

Los obispos señalaron que la circulación de estas “noticias espantosas”, tanto dentro como fuera del país, es algo que “nos molesta”, trae “agonía a los familiares” y suscita preocupación en todo el mundo.


En ese sentido, indicaron que será para “el mejor interés de nuestro país, intensificar los esfuerzos para verificar la veracidad de este alarmante rumor”.

El Episcopado recordó los anteriores esfuerzos del gobierno para lograr la liberación del ciudadano secuestrados por terroristas. En ese sentido, en su carta recordaron que apenas supieron del rapto del sacerdote salesiano se pusieron en contacto con las autoridades indias para solicitar “su intervención urgente para garantizar la seguridad el P. Tom”.

Desde entonces están en permanente contacto con el gobierno indio y agradecen los esfuerzos realizados. Sin embargo, a pesar de esto, aún no hay “una respuesta definitiva” sobre el paradero del sacerdote y de la motivación de los secuestradores.

“No deje de hacer lo posible por garantizar la seguridad y la pronta liberación del P. Tom de las manos de sus raptores”, exhortaron al ministro.

Asimismo, señalaron que el Vaticano también ha realizado esfuerzos diplomáticos para lograr la liberación del sacerdote.

Por su parte, el Secretario de la Inspectoría Salesiana en Bangalore (India), P. Mathew Valarkote, reiteró el llamado a detener los rumores sobre la vida del P. Tom.

En declaraciones difundidas por la Agencia de Informaciones Salesiana advirtió que la difusión de rumores infundados solo crea preocupación entre los hermanos y parientes del sacerdote.

Recordó que el Vicario Apostólico de Arabia del Sur, Mons. Paul Hinder, “que es nuestra primera fuente de información”, ha señalado que hay fuertes indicaciones de que el sacerdote sigue vivo “y no hay ninguna razón para creer lo contrario”.

BUENOS DÍAS


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