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viernes, 28 de octubre de 2022

HOY LA IGLESIA CATÓLICA CONMEMORA AL SEÑOR DE LOS MILAGROS EN PERÚ




Hoy la Iglesia Católica conmemora al Señor de los Milagros

Redacción ACI Prensa


Durante todo el mes de octubre, la Iglesia en el Perú celebra al Señor de los Milagros, pero lo conmemora de manera especial el día 28.

En el siglo XVII, en Lima, Perú, un grupo de esclavos traídos de Angola formaron una cofradía religiosa en el lugar llamado Pachacamilla, y levantaron allí una edificación muy sencilla, hecha de barro y caña, para reunirse cuando el trabajo se los permitiese. Allí podrían cantar, bailar y adorar a Cristo según su costumbre. En uno de los muros del recinto, uno de los esclavos pintó una imagen de Jesús crucificado, con la idea de que sea el Señor quien presida sus reuniones.

Posteriormente, en octubre de 1655, un terremoto de grandes proporciones afectó a toda la ciudad. Mucha gente murió y gran parte de las casas y edificios quedaron en escombros, incluyendo la casucha de adobe y quincha que hicieron los esclavos. Sin embargo, el muro donde estaba pintada la imagen de Cristo permaneció en pie, sin ser afectada.

Años después, Antonio de León, laico español perteneciente a la parroquia de San Sebastián, encontraría la imagen y comenzaría a venerarla. Antonio se encontraba muy enfermo, padecía terribles dolores de cabeza, había perdido peso y estaba muy débil. Entonces comenzó a visitarla todos los días para pedirle al Señor de Pachacamilla que le restituya la salud. Al poco tiempo, Antonio empezó a sentirse mejor y llegó a sentirse completamente curado. Aquel hombre se convertiría en el primer gran propagador de la devoción.

Antonio, con la aprobación del virrey y del arzobispo, construyó una ermita en el lugar y la convirtió en recinto de oración.

En 1746 un segundo terremoto -acontecido también en octubre- volvió a dejar en ruinas a la ciudad, con miles de muertos y damnificados; y el muro volvió a permanecer en pie. Tal acontecimiento produjo una reacción de fe popular: se hizo una réplica de la pintura para ser sacada en procesión por las calles de la ciudad. Aquella fue la primera procesión del Señor de los Milagros. Mientras tanto, el muro con el fresco original fue trasladado al lugar en el que permanece hasta hoy, el Monasterio de las Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas.

El amor por el “Cristo moreno” -así lo llamó el pueblo por sus orígenes- ha llegado hasta nuestros días y se le rinde culto en varios países del mundo. Dicho culto ha articulado y reunido en torno a la fe, desde el siglo XVII, a todas las clases sociales, “castas” y “colores” presentes en la ciudad de Lima, y del Perú en general. Como prueba de ello, la fiesta que se celebra hoy 28, así como la del dia 18 y todas las celebraciones tradicionales del mes integran a toda Lima, y alteran su vertiginoso ritmo de vida, dándole un carácter auténticamente penitencial y de recogimiento, al punto que muchos se refieren al mes de octubre limeño como “la cuaresma peruana''. Lamentablemente, a causa de la pandemia, este año 2021 será el segundo consecutivo en que la procesión no se realiza, debido al riesgo potencial dado su carácter multitudinario. Sin embargo, el Arzobispado de Lima ha dispuesto que se pueda visitar al Señor en su santuario. Largas filas de cientos de miles de limeños se pueden ver en esta parte de la ciudad.

En 2001, con motivo de la celebración por los 350 años de la venerada imagen del Señor de los Milagros, el Papa San Juan Pablo II envió una carta al Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, en la que afirmaba:

“Ruego al Señor de los Milagros que proteja a los limeños, convierta a quienes llevan a hombros su imagen en portadores de Cristo también con su fe y su testimonio de vida intachable, transforme en verdaderos imitadores de Jesús a quienes visten la túnica nazarena y derrame su gracia sobre cuantos le invocan con devoción”.

IMÁGENES DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS





 

viernes, 29 de octubre de 2021

EL SEÑOR DE LOS MILAGROS ESTÁ EN EL CORAZÓN DE LA IGLESIA Y DEL PERÚ - SOLEMNIDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS, 28 DE OCTUBRE

 













“𝐄𝐥 𝐒𝐞ñ𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐌𝐢𝐥𝐚𝐠𝐫𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭á 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳ó𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐈𝐠𝐥𝐞𝐬𝐢𝐚 𝐲 𝐝𝐞𝐥 𝐏𝐞𝐫ú”

🙏Reviva la Celebración Eucarística con motivo de la Solemnidad del Señor de los Milagros, que fue presidida por Mons. Miguel Cabrejos, Presidente de la CEP y Presidente del CELAM, desde el Santuario Las Nazarenas (Cercado de Lima), este jueves 28 de octubre.


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Presidente del Episcopado Peruano: “El Señor de los Milagros está en el corazón de la Iglesia y del Perú”

29 octubre, 2021


En la Solemnidad del Señor de los Milagros, Monseñor Miguel Cabrejos, Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) presidió la Celebración Eucarística desde el Santuario Las Nazarenas (Cercado de Lima), este jueves 28 de octubre.

En su homilía, Mons. Cabrejos, Arzobispo de Trujillo, expresó que «El Señor de los Milagros está en el corazón de la Iglesia, y por eso la Iglesia es el corazón del Perú; pues la gran mayoría de peruanos profesamos nuestra fe en Cristo, representado en esta sagrada imagen… Él se ha convertido para nosotros en el ‘faro’ que nos guía».

En otro momento, resaltó que “gracias a esta gran devoción, el Perú es conocido en muchas partes del mundo. Desde aquí saludamos, unidos en una misma fe, a estos hermanos y hermanas que dejaron el país en busca de un futuro mejor para sus familias, pero se han llevado en su corazón, en su alma y en su existencia, su inquebrantable devoción al Señor de los Milagros, a Jesús de Nazaret, al que es Principio y Fin, Alfa y Omega, y ante quien, como dice San Pablo, toda rodilla se dobla en el cielo, en la tierra y en los abismos, al nombre del Señor Jesús”.

La Solemne Misa en honor al Señor de los Milagros contó con la presencia del Nuncio Apostólico en el Perú, Monseñor Nicola Girasoli, así como los Obispos Auxiliares de la Arquidiócesis de Lima. Después de la bendición final, todos los celebrantes oraron ante la imagen del anda del Cristo Moreno que solía recorrer las calles de la capital antes de la pandemia.

👉Homilía Completa: https://bit.ly/señor-delos-milagros



sábado, 9 de octubre de 2021

EL SEÑOR DE LOS MILAGROS: ESTA PINTURA DE JESÚS SOBREVIVIÓ A TERREMOTOS Y HOY LA VENERAN MILLONES DE CATÓLICOS - PERÚ


Esta pintura de Jesús sobrevivió a terremotos y hoy la veneran millones de católicos

Redacción ACI Prensa


Hace más de 360 años un esclavo negro pintó en una pared de barro la imagen de Jesús, la cual sobrevivió a terremotos y ahora es venerada por millones de católicos alrededor del mundo.

La historia del Señor de los Milagros, una de las devociones más multitudinarias y apreciadas del Perú, se remonta al siglo XVII, cuando la población de la capital, Lima, crecía con la llegada de esclavos provenientes de África occidental, los cuales eran clasificados por castas y entre las que se encontraban los angolas.

Estos últimos levantaron su cofradía en un galpón en la zona de Pachacamilla, a las afueras de lo que hoy se conoce como el centro histórico de Lima. En ese lugar, un esclavo angoleño, cuyo nombre se cree que era Pedro Dalcón o Benito, pintó en una pared de adobe la imagen de cristo crucificado.

La imagen permaneció desconocida para muchos, hasta el 13 de noviembre de 1655, cuando un terrible terremoto estremeció la ciudad y dejó miles de víctimas mortales.

El movimiento sísmico derrumbó todas las paredes del galpón de la cofradía, menos el débil muro de adobe con la imagen de Cristo.

“Poco quedó en pie: un paño del muro del Cristo de Pachacamilla se mantuvo milagrosamente intacto, mientras que, en sus alrededores, reinaba la desolación”, indica la Enciclopedia Católica.

Unos años después, la curación milagrosa de Andrés de León, que sufría de un tumor maligno, gracias a las oraciones devotas a la imagen de Jesús, generó una creciente devoción a la pintura.

La enciclopedia relata que las autoridades civiles y religiosas decidieron eliminar la imagen por considerar este tipo de devoción como inapropiada. Sin embargo, las personas que intentaron borrarla sufrieron hechos sobrenaturales que los obligó a renunciar a su misión.

“El pintor, lo intentó dos veces: La primera vez se desmayó, y la segunda quedó paralizado. Luego, otra persona, que también quiso intentarlo, sufrió de un temblor inusitado. Finalmente, una persona distinta de las anteriores, a la que se le ofrece paga, dijo que no podía hacerlo”, agregó.

El virrey Pedro Antonio Fernández de Castro llegó a un acuerdo con las autoridades eclesiásticas para que se venerase la pintura en su lugar original y se levantara una ermita provisional.

El Señor de los Milagros resistió otros terremotos, como el que azotó la ciudad de Lima el 20 de octubre de 1687 y que inspiró al cuarto mayordomo Sebastián de Antuñano y Rivas a realizar la primera procesión de la imagen.

“El terremoto de 1746 tampoco tumbó el muro, aunque dejó en ruinas a la capital. Con ello, la fe en el Cristo Moreno quedaba cimentada”, explicó el mayordomo general de la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas, Manuel Orrillo, a El Comercio.

Paulatinamente la devoción al Cristo moreno se fue expandiendo y actualmente cientos de miles de personas acuden al Santuario de las Nazarenos, en el centro de Lima, especialmente en octubre para sacar en procesión una réplica de la imagen.

El Señor de los Milagros también recorre las calles en otros países en América y Europa, como Chile, Colombia, Argentina, Italia, Francia y Estados Unidos, donde las hermandades realizan multitudinarias procesiones en honor al Cristo Moreno.

Debido a la pandemia de coronavirus, el 2020 fue el primer año desde la Guerra del Pacífico, hace más de 110 años, que la venerada imagen no salió en procesión en Lima y las celebraciones se realizaron de forma virtual. 

Este año, el Arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo, anunció que la imagen tampoco saldría en procesión por la pandemia del COVID-19, pero dijo que los fieles podrán acercarse a la Iglesia de las Nazarenas para venerarla.

 


miércoles, 28 de octubre de 2020

HOY LA IGLESIA CONMEMORA AL SEÑOR DE LOS MILAGROS - PERÚ - 28 DE OCTUBRE

 

Hoy la Iglesia conmemora al Señor de los Milagros

Redacción ACI Prensa



En octubre, la Iglesia del Perú celebra al Señor de los Milagros y lo conmemora de manera especial el día 28.


En el siglo XVII, en Lima, Perú, un grupo de esclavos de Angola formaron una cofradía religiosa en el lugar llamado Pachacamilla, y levantaron una edificación para reunirse cuando el trabajo se los permitiese. Allí podrían cantar, bailar y adorar a Cristo. En uno de los muros del recinto, uno de los esclavos pintó una imagen de Jesús crucificado. Posteriormente, en 1655, un terremoto de grandes proporciones afectó a toda la ciudad, matando a mucha gente y derrumbando gran parte de las casas y edificios, incluyendo la casucha de adobe y quincha que hicieron los esclavos. Sin embargo, el muro donde fue pintada la imagen del Señor permaneció en pie.

Años después, Antonio de León, laico español perteneciente a la Parroquia de San Sebastián, encontraría la imagen y comenzaría a venerarla. Antonio se encontraba muy enfermo, padecía terribles dolores de cabeza, había perdido peso y estaba muy débil. Entonces comenzó a pedirle al Señor de Pachacamilla -al que visitaba todos los días- que le restituya la salud. Al poco tiempo, Antonio parecía completamente curado. Así, aquel hombre se convirtió en un gran propagador de la devoción. Con la aprobación del Virrey y del Arzobispo construyó una ermita en el lugar y la convirtió en espacio de oración. En 1746 se produjo un segundo terremoto que volvió a dejar en ruinas a la ciudad, con miles de muertos y damnificados. El muro volvió a permanecer en pie. Tal acontecimiento produjo una reacción popular de fe. Se hizo una réplica de la pintura que fue sacada por primera vez en procesión por las calles de la ciudad. Mientras tanto, el muro fue trasladado al lugar en el que está hoy, el Monasterio de las Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas.

El amor por el “Cristo moreno” -se le empezó a llamar así por sus orígenes- ha llegado hasta nuestros días y se le rinde culto en varios países del mundo. Dicho culto ha articulado desde el siglo XVII a todas las clases sociales, “castas” y colores de la ciudad de Lima, y del Perú en general. Su fiesta, hoy, y las celebraciones de octubre integran a toda la ciudad y cambian su ritmo de vida, dándole un carácter auténticamente penitencial y de recogimiento, al punto que algunos se refieren al mes de octubre limeño como “la cuaresma peruana''.

En 2001, con motivo de la celebración por los 350 años de la venerada imagen del Señor de los Milagros, el Papa San Juan Pablo II envió una carta al Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, en la que afirmaba:

“Ruego al Señor de los Milagros que proteja a los limeños, convierta a quienes llevan a hombros su imagen en portadores de Cristo también con su fe y su testimonio de vida intachable, transforme en verdaderos imitadores de Jesús a quienes visten la túnica nazarena y derrame su gracia sobre cuantos le invocan con devoción”.





Himno Nazareno


SEÑOR DE LOS MILAGROS,

AQUI VENIMOS EN PROCESIÓN

TUS FIELES DEVOTOS

A IMPLORAR TU BENDICIÓN.


Faro que guía

da a nuestras almas

la fe, esperanza, la caridad,

tu amor divino

nos ilumine,

nos haga dignos de tu bondad.


Con paso firme

de buen cristiano,

hagamos grande nuestro Perú

y unidos todos,

como una fuerza,

te suplicamos,

nos des tu luz.




Nace el Señor


Alrededor del año 1650, unos negros angolas pertenecientes a la cofradía del barrio de Pachacamilla, en Lima, Perú, pintaron en uno de los muros del galpón donde se reunían, y donde quizá también habitaban, la imagen de un Cristo crucificado. En este lugar, hoy en día se erige el Monasterio de las Nazarenas, casa del Señor de los Milagros, llamado también de la Santa Cruz pues en 1674 se pintó una cruz como símbolo de protección, ante las amenazas de invadir Lima el pirata Jacobo L´Hermite Clerk.

Un 13 de noviembre del año 1655 un poderoso terremoto sacudió la ciudad de Lima sin causar daños ni al muro ni a la imagen del Cristo crucificado pintada en él por los angolas.

Este hecho prodigioso fue el que dio comienzo al culto popular al Señor de los Milagros, propagándose rápidamente entre la feligresía local pero sin la autorización del párroco del templo de San Marcelo, razón por la cual éste solicitó a la autoridad eclesiástica inmediata superior que se demoliera el muro a fin de evitar cualquier acto profano.

Sin embargo, la destrucción no pudo llegar a cumplirse debido a circunstancias fuera de lo común, quedando en pie el muro y la pintura del Cristo continuó ganando el prestigio y el favor del pueblo.

En el año 1661 Antonio de León se interesó por la imagen del Cristo Crucificado pintado por los negros angolas; el muro estaba en mal estado, ya que tras él corría una acequia que había debilitado su base. De León mejoró las instalaciones del sitio y construyó un apoyo a modo de altar, el cual sirvió también para reforzar la base dañada de la pared. Este hombre padecía de un tumor maligno y cada vez que visitaba el sitio pedía la gracia de curarse, hasta que la consiguió. Años después, Sebastián Antuñano, el tercer Mayordomo y el gran artífice del culto al Cristo Morado, compró el lugar y levantó una capilla.




El primer templo


Poco después, los vecinos del lugar empezaron de nuevo a interesarse por la imagen. Los días viernes, por ejemplo, se cantaba allí el "Miserere" con el acompañamiento de una arpa. También se celebraba la fiesta de la Cruz, como sucede hasta el día de hoy.

Estos cultos llegaron a oídos del conde de Lemos, Virrey de Lima, quien visitó el lugar en compañía de su esposa Ana de Borja. Ambos quedaron muy impresionados y decidieron elevar una ermita provisional.

Cumpliendo con lo dispuesto por el virrey, se inició la construcción de una cerca de adobes, se techó el galpón y se levantó un altar. Culminados los trabajos dentro de la más absoluta sencillez, decidieron celebrar en el lugar una misa el 14 de septiembre de 1671, fecha en que se celebra la Exaltación de la Cruz, como una forma de desagraviar al Cristo de Pachacamilla, por las ofensas inferidas a su imagen.

Al parecer las imágenes de la Virgen María y la de San Juan pintados a los lados del Señor datan de ese tiempo, así como el Padre Eterno y el símbolo del Espíritu Santo, que el Conde de Lemos consideró que debían figurar.

De esta época datan también otras reformas importantes. Los cimientos del muro eran muy pobres, y en realidad, resultaba milagroso que hubiera resistido tanto tiempo. Peritos a quienes se consultó aconsejaron elevar el muro mediante palancas de dotarlos de buenos cimientos. El virrey ordenó que se hiciese lo indicado, y , si bien todo se hizo con sumo cuidado, las figuras laterales sufrieron, mas no así el Cristo crucificado.

Discreto y provisional debió ser el templo en sus inicios. El terremoto de 1746 que todo lo afectó, salvo la imagen del Señor de los Milagros, propició la reconstrucción de Lima, reconstrucción que no alcanzó al Templo de las Nazarenas. Será veinte años más tarde que el Virrey D. Manuel Amat y Junient impulsó la obra. Primero, solicitando limosnas, luego examinando planos y velando porque el templo quede a la perfección, para el Patrón de la ciudad. El 20 de enero de 1771, en solemne acto, se le daba al Señor de los Milagros, un templo digno.




La procesión


Cada año la procesión del Señor de los Milagros se hace más grande y hermosa. Las andas viejas se han remplazado por andas de plata, las cuales tienen en el monasterio una sala donde se guardan bajo el cuidado de personal especial.

La primera procesión del Cristo de Pachacamilla ocurrió en 1687, cuando otro terremoto sacudió a Lima nuevamente.

Es por ello que Sebastián de Antuñano mandó a hacer en lienzo una copia del Cristo que figuraba en el muro y lo sacó en procesión a recorrer las calles de la ciudad. Al conmemorarse el primer aniversario del terremoto del 28 de octubre de 1746, la imagen tomará la costumbre de salir el 28 de octubre, visitando calles, templos, monasterios y hasta ramadas.

En realidad son dos imágenes las que salen en procesión cada mes de octubre: una, el lienzo con la copia del Crucificado del muro, y otra, la de la Virgen de la Nube, devoción ecuatoriana que la madre Antonia trajo al Perú.

Las andas de plata del Señor de los Milagros son llevadas por 32 miembros de la Hermandad de Cargadores del Señor y tienen un soporte de madera de roble. Solamente en plata su peso es de 450 kilos. Los cargadores obedecen a su capataz general y a un subcapataz y están organizados en cuadrillas, cada una con su propio jefe. También hay una hermandad de sahumadoras, las cuales portan antiguos y ricos sahumadores de plata, y una de cantoras; finalmente hay un martillero que da la orden de detenerse y de continuar la marcha de la procesión. Todas estas personas visten de color morado.

La anda sale de su sala especial en el monasterio de las Nazarenas por la puerta grande que da a la avenida Tacna e ingresan al templo. Allí la imagen recibe el saludo y el amor de miles de devotos.




El Monasterio nazareno


Desde muy joven, Antonia Maldonado Mendoza, quien era natural de Guayaquil, tenía el sueño de conformar una institución religiosa. Sus padres, sin embargo, la habían casado, pero de común acuerdo ella y su esposo decidieron guardar castidad. A la muerte de su marido, Antonia se dedicó a la obra de sus sueños: la institución religiosa, que primero conformó a modo de beaterio y más tarde a modo de monasterio nazareno.

Antonia empezó su obra en el Perú con la creación de un beaterio en el Callao. Posteriormente, se trasladó a Lima para perfeccionar su trabajo. Las normas de Santa Teresa de Ávila fueron dadas a esta obra, y todo parecía caminar bien cuando surgió el primer obstáculo: la institución necesitaba una autorización real para poder funcionar.

Antes de lograrlo, murió la M. Antonia Lucía. El Beaterio designó por superiora a la M. Josefa de la Providencia, que a los dieciocho años de muerta la Venerable, logró transformar el Beaterio en convento cuando en febrero de 1720 el Rey de España, Felipe V, dio licencia para la fundación del Monasterio de las Nazarenas y por parte de la Santa Sede, la aprobación fue dada por la Bula del Papa Benedicto XIII, el 27 de agosto de 1727. Observarían las Constituciones de las Carmelitas Descalzas y vivirían -como era deseo de la M. Antonia Lucía del Espíritu Santo - como nazarenas.



Sobre la imagen de la Virgen de la Nube


Esta imagen, colocada en el reverso del Señor de los Milagros de Nazarenas, recién aparece mencionada en la relación de sucesos del 20 de octubre de 1747 por el cronista Don Eusebio de Llano Zapata. La tela donde está pintada la efigie del Señor de los Milagros de Nazarenas es mucho más antigua que la de nuestra Señora de la Nube; además, la advocación de esta figura de la Virgen, de origen ecuatoriano, data del domingo 30 de diciembre de 1696. Lo que se ignora, por falta de documentación al respecto, es el nombre de los artistas encargados de pintar ambas telas.

De la relación de sucesos del cronista Don Eusebio de Llano Zapata, del 20 de octubre de 1747 sobre la Procesión del Señor de los Milagros de las Nazarenas, encontramos el siguiente texto: "...salió por la mañana la imagen de su templo, visitando las calles, ramadas, iglesias y monasterios y duro la procesión cinco días... ese año alargó mucho su recorrido y al reverso de la imagen se veía otra de Nuestra Señora de la Nube, advocación quiteña que se había aparecido en el cielo de dicha ciudad en 1696".

El origen de la imagen es esta: antaño, profesaron algunas religiosas ecuatorianas en el Monasterio de las Madres Nazarenas de Lima y como las noticias acerca de las milagrosas apariciones de la Señora de la Nube se publicaron y difundieron en toda la ciudad, las religiosas lograron que la Priora Madre Bárbara Josefa de la Santísima Trinidad (una de sus fundadoras), el Consejo Directivo y el resto de la comunidad, decidieran rendir un merecido y grato homenaje a la memoria y la tierra ecuatoriana de la fundadora del Instituto Nazareno, Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo.

Es así que se incorporan el lienzo con la imagen de la Virgen de la Nube a las Andas del Señor de los Milagros de las Nazarenas.


*Fuente: Arzobispado de Lima



¿Por qué el color morado? Una historia de Fe


Cuentan los cronistas que una mujer llamada Antonia Maldonado, original de Guayaquil, vino al Perú y se instaló en el Callao. A la edad de 20 años fue obligada por su madre a casarse con el noble Alonso Quintanilla, matrimonio que -según dicen- nunca llegó a consumarse por el enorme espíritu de servicio hacia Cristo que ella guardaba.

Por esas cosas del destino, Alonso fue atacado por una extraña enfermedad y murió repentinamente dejando viuda a doña Antonia, circunstancia que le permitió dedicarse de lleno a lo que era su verdadera vocación: servir a Cristo. Por ello, funda un beaterio de nazarenas cuyo hábito era de color morado.

Debido a la intromisión del Capitán Francisco Serrano Carrillo de Albornoz, que impuso a una joven conocida suya como directora del beaterio valiéndose simplemente de las donaciones que él realizaba, doña Antonia inició posteriormente el beaterio de Montserrat denominado también Instituto Nazareno.

Desafortunadamente sólo funcionó 17 años, pues las autoridades intervinieron el lugar al verificar y comprobar que no tenía la licencia real requerida, motivo por el cual fue cerrado y luego demolido.

Finalmente, a doña Antonia le fue ofrecido un solar al lado de la Capilla del Cristo de Pachacamilla y, desde ese instante, su destino y el de sus beatas fue cuidar al Cristo moreno, siempre ataviadas con el hábito morado que usaban las nazarenas y que hasta hoy simboliza la devoción absoluta al Señor de los Milagros.


Fuente: Arzobispado de Lima

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