Mostrando entradas con la etiqueta DIA DE LOS SANTOS INOCENTES. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta DIA DE LOS SANTOS INOCENTES. Mostrar todas las entradas

lunes, 28 de diciembre de 2020

CELEBRACIÓN DE LOS SANTOS INOCENTES, MÁRTIRES, 28 DE DICIEMBRE



 Celebración de los Santos Inocentes, mártires

28 de diciembre 



El día de hoy se conmemora a los Niños Inocentes que el cruel Herodes mandó matar.

Según señala el Evangelio de San Mateo, Herodes llamó a los Sumos Sacerdotes para preguntarles en qué sitio exacto iba a nacer el rey de Israel, al que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: "Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: "Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel" (Miq. 5, 1).

Entonces Herodes se propuso averiguar exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran. Y fingiendo dijo a los Reyes Magos: - "Vayan y averigüen acerca de ese niño, cuando lo encuentren regresan y me lo informan, para ir yo también a adorarlo". Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. En sueños recibieron el aviso divino de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, y el pérfido Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido. Esto lo enfureció hasta el extremo, por lo que rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y dio la orden de matar a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y alrededores.

El mismo evangelista San Mateo afirmará que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: "Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen" (Jer. 31, 15).

¿POR QUÉ SE HACEN BROMAS EL DÍA DE LOS INOCENTES?


 

¿Por qué se hacen bromas el día de los inocentes?

Lo primero que hay que decir es que esta tradición es propia de los países hispanos

Por: Luis Antequera | Fuente: Religión en Libertad



Ni que decir tiene que el hecho de que las bromas que nos gastaremos los unos a los otros tal día como hoy se llamen inocentadas está estrechamente relacionado con el día de los santos inocentes que conmemora la matanza de los niños de Belén ordenada por el Rey Herodes para eliminar al heredero davídico de cuyo nacimiento estaba informado por medio de los Magos venidos de oriente. Un episodio que, sólo nos narra el evangelista Mateo.

Ahora bien, ¿por qué esas bromas se gastan en tal día de los inocentes como el que celebramos hoy y no en cualquier otro día del año?

Lo primero que hay que decir es que tradición tal es propia de los países hispanos, España desde luego, y todos o casi todos los que pertenecen a la gran familia hispana de naciones. Y ello no sin excepciones como Menorca, la pequeña y preciosa isla balear que por mor de los años que pasó de dominación británica, los que van del 1714 al 1782, tuvo tiempo de adherirse a la costumbre anglosajona por lo que al día de las bromas se refiere, que celebra con el nombre de “Dia d’enganyar”. Y es que en los países de raigambre germánica y anglosajona, la citada costumbre de las bromas se produce el 1 de abril, la que en inglés se denomina la “April Fools’ Day”. Una costumbre que pasa también a algunos países latinos tales como Francia, donde se da en llamar el “Poisson d’avril” (“pescado de abril”), o Italia donde se lo denomina el “Pesce d’aprile” con idéntica traducción.

Pero volviendo a nuestro día de los inocentes que es lo que aquí nos interesa, la costumbre bien podría estar relacionada con una fiesta que aún se celebra en algunos lugares de España, cual es la “Fiesta del obispillo”. Una fiesta que parece remontarse a la edad media, -aunque por lo que a su aspecto bromístico podría hundir aún más su raíces en las llamadas “libertates decembricae” romanas-, consistente en la investidura burlesca de un niño de la escolanía de la catedral como obispo, depositando en él la autoridad. La larga celebración comenzaba el 6 de diciembre, día de San Nicolás -santo que se halla, por cierto, detrás de ese icono navideño que es Santa Klaus (“Santa” directamente en los Estados Unidos), Saint Nicklaus en origen, y que está estrechamente vinculado desde el inicio a los niños y a los regalos infantiles-, y finalizaba precisamente el 28 de diciembre, día de los inocentes en el que tenía lugar la apoteosis de las bromas.

La fiesta se habría celebrado en muchos lugares de Europa, -sería el “Obispo de los locos” en España; el “Episcopus puerorum” y el “Abbas stultorum” en Francia; el “Obispo dei pazzi” en Venecia; el “Boy bishop” en Inglaterra- aunque sólo en España habría terminado asociada a las inocentadas que celebramos hoy, mientras en el resto de los países europeos su tradición habría decaído frente a la comentada más arriba del primer día de abril.

4 DATOS QUE TAL VEZ NO CONOCÍAS DE LOS SANTOS INOCENTES



 4 datos que tal vez no conocías de los Santos Inocentes

POR HARUMI SUZUKI | ACI Prensa




Cerca de la celebración de la Fiesta de los Santos Inocentes, el sacerdote de la Arquidiócesis de Maracaibo (Venezuela), P. Silverio Osorio; y el director espiritual del Colegio Santa Rosa de Chosica (Perú), P. Paulo Saavedra, nos señalan algunos datos sobre el origen de esta conmemoración del martirio de aquellos niños por orden de Herodes, en su afán por acabar con la vida del Niño Jesús.


1.   La muerte de los santos inocentes fue un genocidio

El 28 de diciembre la Iglesia conmemora a “quienes dieron su vida –aun sin saberlo- por el Señor”, señaló el P. Silverio en una entrevista a ACI Prensa. Según “San Mateo en su capítulo 2 nos cuenta que fue Herodes el Grande: Primer Procurador de Galilea, luego Rey de los Judíos", el que "gobernaba cuando nació Jesús", y quien "mandó matar a los inocentes”.

Herodes pidió a los Magos de Oriente, que llegaron para ver al Niño que acababa de nacer en Belén, que cuando lo encontraran lo guiaran para que él también pueda adorarlo. Los magos conocieron al Niño Jesús gracias a una estrella que los llevó hasta el pesebre, pero regresaron a sus tierras por un camino distinto, pues un ángel les avisó en sueños que la verdadera intención de Herodes era matar al Salvador.

Debido a esto, Herodes manda a matar a todos los niños menores de dos años, esperando dar con Jesús y terminar con su vida para evitar el "peligro" que representaba para su propio reinado.


2. El llanto de Raquel

El P. Paulo señaló a ACI Prensa que en en el pasaje bíblico de Jeremías 31 se cumple “el texto del llanto de Raquel por sus hijos que ya no están”. “Así habla el Señor: ¡Escuchad! En Ramá se oyen lamentos, llantos de amargura: es Raquel que llora a sus hijos; no quiere ser consolada, porque ya no existen”, se señala en la Biblia.

Agregó que la muerte de estos niños es realmente inocente, porque efectivamente no tenían culpa y mueren “perseguidos por alguien que quería acabar con Cristo”. En ese sentido, dan su vida como inocentes por la sangre de Jesús, subrayó.


3.   Muestran la oposición de las tinieblas y la luz

El P. Silverio señaló que esta fecha se puede encontrar en el Catecismo de la Iglesia Católica en su numeral 30, donde nos dice que “La Huida a Egipto y la matanza de los inocentes (cf.  Mateo 2:13-18) manifiestan la oposición de las tinieblas a la luz: ‘Vino a su Casa, y los suyos no lo recibieron’”.

“Toda la vida de Cristo estará bajo el signo de la persecución. Los suyos la comparten con él (cf.  Juan 15:20). Su vuelta de Egipto (cf.  Mateo 2:15) recuerda el Éxodo (cf.  Ose 11:1) y presenta a Jesús como el liberador definitivo”, agrega el catecismo.


4.   En la actualidad, todavía existen santos inocentes

El P. Osorio dijo que estos santos inocentes también se pueden encontrar en la actualidad, en todos aquellos niños que son perseguidos y asesinados.

“Históricamente siguen siendo los mismos. Alegóricamente los abortados, los abusados, los muertos por las guerras y el hambre”, concluyó.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 28 DE DICIEMBRE DEL 2020 - LOS SANTOS INOCENTES



 Lecturas de hoy Los Santos Inocentes

Hoy, lunes, 28 de diciembre de 2020



Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (1,5–2,2):

Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados. Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.


Palabra de Dios



Salmo

Sal 123,2-3.4-5.7b-8


R/. Hemos salvado la vida,

como un pájaro de la trampa del cazador


Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,

cuando nos asaltaban los hombres,

nos habrían tragado vivos:

tanto ardía su ira contra nosotros. R/.


Nos habrían arrollado las aguas,

llegándonos el torrente hasta el cuello;

nos habrían llegado hasta el cuello

las aguas espumantes. R/.


La trampa se rompió, y escapamos.

Nuestro auxilio es el nombre del Señor,

que hizo el cielo y la tierra. R/.



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (2,13-18):

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»

José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.» Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.»


Palabra del Señor




 «Se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto»


Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu

(Sant Feliu de Llobregat, España)

Hoy celebramos la fiesta de los Santos Inocentes, mártires. Metidos en las celebraciones de Navidad, no podemos ignorar el mensaje que la liturgia nos quiere transmitir para definir, todavía más, la Buena Nueva del nacimiento de Jesús, con dos acentos bien claros. En primer lugar, la predisposición de san José en el designio salvador de Dios, aceptando su voluntad. Y, a la vez, el mal, la injusticia que frecuentemente encontramos en nuestra vida, concretado en este caso en la muerte martirial de los niños Inocentes. Todo ello nos pide una actitud y una respuesta personal y social.

San José nos ofrece un testimonio bien claro de respuesta decidida ante la llamada de Dios. En él nos sentimos identificados cuando hemos de tomar decisiones en los momentos difíciles de nuestra vida y desde nuestra fe: «Se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto» (Mt 2,14).

Nuestra fe en Dios implica a nuestra vida. Hace que nos levantemos, es decir, nos hace estar atentos a las cosas que pasan a nuestro alrededor, porque —frecuentemente— es el lugar donde Dios habla. Nos hace tomar al Niño con su madre, es decir, Dios se nos hace cercano, compañero de camino, reforzando nuestra fe, esperanza y caridad. Y nos hace salir de noche hacia Egipto, es decir, nos invita a no tener miedo ante nuestra propia vida, que con frecuencia se llena de noches difíciles de iluminar.

Estos niños mártires, hoy, también tienen nombres concretos en niños, jóvenes, parejas, personas mayores, inmigrantes, enfermos... que piden la respuesta de nuestra caridad. Así nos lo dice San Juan Pablo II: «En efecto, son muchas en nuestro tiempo las necesidades que interpelan a la sensibilidad cristiana. Es la hora de una nueva imaginación de la caridad, que se despliegue no sólo en la eficacia de las ayudas prestadas, sino también en la capacidad de hacernos cercanos y solidarios con el que sufre».

Que la luz nueva, clara y fuerte de Dios hecho Niño llene nuestras vidas y consolide nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad.

sábado, 28 de diciembre de 2019

4 DATOS QUE TAL VEZ NO CONOCÍAS DE LOS SANTOS INOCENTES - 28 DE DICIEMBRE


4 datos que tal vez no conocías de los Santos Inocentes
POR HARUMI SUZUKI | ACI Prensa
 Imagen: William Holman Hunt (Wikimedia Commons)





Cerca de la celebración de la Fiesta de los Santos Inocentes, el sacerdote de la Arquidiócesis de Maracaibo (Venezuela), P. Silverio Osorio; y el director espiritual del Colegio Santa Rosa de Chosica (Perú), P. Paulo Saavedra, nos señalan algunos datos sobre el origen de esta conmemoración del martirio de aquellos niños por orden de Herodes, en su afán por acabar con la vida del Niño Jesús.

1.   La muerte de los santos inocentes fue un genocidio

El 28 de diciembre la Iglesia conmemora a “quienes dieron su vida –aun sin saberlo- por el Señor”, señaló el P. Silverio en una entrevista a ACI Prensa. Según “San Mateo en su capítulo 2 nos cuenta que fue Herodes el Grande: Primer Procurador de Galilea, luego Rey de los Judíos. Gobernaba cuando nació Jesús, y mandó matar a los Inocentes”, agregó.

Herodes pidió a los Magos de Oriente, que llegaron para ver al Niño que acababa de nacer en Belén, que cuando lo encontraran lo guiarán, para que él también pueda adorarlo. Los magos conocieron al Niño Jesús gracias a una estrella que los llevó hasta el pesebre, pero regresaron a sus tierras por un camino distinto, pues un ángel les avisó en sueños que la verdadera intención de Herodes era matar al Salvador.


Debido a esto, Herodes manda a matar a todos los niños menores de dos años, esperando dar así con la vida de Jesús y evitar el peligro que representaba para su propio reinado.

2. El llanto de Raquel

El P. Paulo señaló a ACI Prensa que en este pasaje se cumple “el texto del llanto de Raquel por sus hijos que ya no están”, que se encuentra en Jeremías 31: “Así habla el Señor: ¡Escuchad! En Ramá se oyen lamentos, llantos de amargura: es Raquel que llora a sus hijos; no quiere ser consolada, porque ya no existen”.

El P. Paulo agregó que la muerte de estos niños es realmente inocente, porque efectivamente no tenían culpa y mueren “perseguidos por alguien que quería acabar con Cristo”, dan su vida como inocentes por la sangre de Jesús.

3.   Muestran la oposición de las tinieblas y la luz

El P. Silverio señaló que esta fecha se puede encontrar en el Catecismo de la Iglesia Católica en su numeral 30, donde nos dice que “La Huida a Egipto y la matanza de los inocentes (cf.  Mateo 2:13-18) manifiestan la oposición de las tinieblas a la luz: ‘Vino a su Casa, y los suyos no lo recibieron’”.


“Toda la vida de Cristo estará bajo el signo de la persecución. Los suyos la comparten con él (cf.  Juan 15:20). Su vuelta de Egipto (cf.  Mateo 2:15) recuerda el Éxodo (cf.  Ose 11:1) y presenta a Jesús como el liberador definitivo”, agrega el catecismo.

4.   En la actualidad, todavía existen santos inocentes

El sacerdote señala que estos santos inocentes también se pueden encontrar en la actualidad, en todos aquellos niños que son perseguidos y asesinados.

“Históricamente siguen siendo los mismos. Alegóricamente los abortados, los abusados, los muertos por las guerras y el hambre”, afirmó.

DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES MÁRTIRES, 28 DE DICIEMBRE


Día de los Santos Inocentes mártires
28 de diciembre





En el Día de los Santos Inocentes, aquellos niños inocentes en esa madrugada, volaron al cielo a recibir el premio de las almas sin mancha.

La Fiesta de los Santos Inocentes, llamada también, la masacre de los Santos Inocentes, conmemora la fecha de aquella masacre de niños inocentes ordenada por el rey Herodes el grande en su intento de matar el niño Jesús (Mateo 2,16-18). Estos niños fueron considerados por la iglesia primitiva como los primeros mártires.


Conmemoración: 28 de diciembre
A partir del siglo IV, se estableció una fiesta conmemorativa para venerar a estos niños, muertos como "mártires" en sustitución de Jesús. La devoción hizo el resto. En la iconografía se les presenta como niños pequeños y de pecho, con coronas y palmas (alusión a su martirio).

La tradición oriental los recuerda el 29 de diciembre; la latina, el 28 de diciembre. La tradición concibe su muerte como "bautismo de sangre" (Romanes 6,3) y preámbulo al "éxodo cristiano", semejante a la masacre de otros niños hebreos que hubo en Egipto antes de su salida de la esclavitud a la libertad de los hijos de Dios (Éxodo 3,10; Mateo 2,13-14).

Santos Inocentes mártires.
De acuerdo al relato del Evangelio de san Mateo (2,13-13) nos cuenta que unos Magos (Reyes Sabios) llegaron a Jerusalén preguntando dónde había nacido el futuro rey de Israel, pues habían visto aparecer su estrella en el oriente, y recordaban la profecía que decía:

"Cuando aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones" (Números 24,17).

El Rey Herodes los recibió y les pidió que al regreso le dijeran donde estaba el niño para ir a adorarlo, una mentira de la que les alertó un ángel a los Magos para que no regresaran por el mismo camino.

La tragedia de los Santos Inocentes.
EL Rey Herodes, al paso del tiempo mandó matar a todos los niños de Belén menores de dos años, ya que se vió burlado por los magos de Oriente que nunca regresaron a decirle la ubicación del niño.

Jamás podremos imaginarnos la terribile angustia y el espantoso dolor de todos los padres de esos niños al ver que a sus casas llegaban los herodianos y ante sus ojos asesinaban a su hijo tan amado.

El Evangelista San Mateo cuenta que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías:

"Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen" (Jeremías 31,15)

Aquellos 30 niños inocentes en esa madrugada, volaron al cielo a recibir el premio de las almas que no tienen mancha y a orar por sus afligidos padres y pedir para ellos bendiciones.

Y que rueguen también por nosotros, pobres y manchados que no somos nada inocentes sino muy necesitados del perdón de Dios.

Los nuevos Herodes actuales
En nuestro tiempo continúa la masacre de inocentes. Millones son masacrados por el aborto, millones más mueren abandonados al hambre... ¿Qué hacemos todos ante este abominable hecho?.

No cabe ninguna duda de que un acto, cuyo fin es el de quitar la vida a un niño por nacer, es un acto de matar a una persona inocente e indefensa y que, por ende, no admite otro nombre que el de "homicidio".

Nada autoriza para considerar al aborto como algo distinto a lo que en realidad es: un crimen abominable cuya legalización pone en tela de juicio la supervivencia de la sociedad misma.

Hoy en día, Padres y Madres que consienten el aborto, Doctores que lo practican, los legisladores que lo promueven y las personas que lo apoyan, son los nuevos herodes de estos tiempos.

Oración por los Santos Inocentes Mártires.
Te rogamos Señor, Dios nuestro...

Por todas las personas que de una u otra forma colaboran en esta lucha por la defensa de la vida desde el momento de la concepción hasta su muerte natural. Dales la gracia, el valor y la fortaleza necesaria para vivir y trabajar diariamente según tu Santa Voluntad.

Por el Papa, defensor incansable de la vida y la dignidad de la persona humana. Por los obispos, Sacerdotes y Diáconos y por todos aquellos que tienen una responsabilidad en la comunidad cristiana.

Por las familias que sufren conflictos graves que ponen en peligro su estabilidad y el bienestar de sus miembros, en especial de los más pequeñitos. Que Tu sabiduría los ilumine para que puedan encontrar en el AMOR la solución a sus problemas

Para que el actual desarrollo científico-biológico no atente contra la dignidad de la persona humana, sino que por el contrario lleve a la humanidad a tu encuentro.

Por todos los bebés que ahora corren peligro de ser abortados. Para que sus madres, iluminadas por la luz de tu Santo Espíritu, reconozcan en ellos la maravilla de Tu creación y cobijadas bajo el manto amoroso y maternal de María, encuentren el mejor camino para salir adelante de sus dificultades.

Por todas las personas que se dedican a practicar y promover el aborto. Que a través de Ti, logren conocer la verdad y comprendan que en cada pequeño ser que eliminan, está presente la maravilla de Tu creación. Ilumínalos para que comprendan el valor infinito de cada vida humana y, conscientes de su grandeza, aprendan a amarla y respetarla.
Inspíranos Padre, para que recordemos que sin Ti nada podemos y que todo nuestro esfuerzo, vaya siempre encaminado a ser testimonio vivo del gran Amor de Dios hacia los hombres.

Danos la fuerza y el valor que necesitaremos para continuar siempre fieles a tu palabra. Amén



Fuente: https://www.pildorasdefe.net

viernes, 28 de diciembre de 2018

6 DATOS QUE TAL VEZ NO CONOCÍA DE LOS SANTOS INOCENTES


6 datos que tal vez no conocías de los Santos Inocentes
Redacción ACI Prensa
 Imagen: William Holman Hunt (Wikimedia Commons)





El día de mañana se celebra la Fiesta de los Santos Inocentes y por ese motivo esta recopilación de datos puede ayudar a muchos católicos a comprender su origen histórico y conocer todos los detalles sobre el martirio de aquello niños en el tiempo de Jesús.

El P. Sergio Román, a través del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), presenta estos 6 datos.

1. La muerte de los Santos Inocentes fue un genocidio

Herodes les dijo a los Magos de Oriente que estaba muy interesado en el rey que acababa de nacer y les pidió que a su regreso le informaran sobre éste para ir también a adorarlo. La estrella guio a los magos hasta el Niño, y cumplida su misión, regresaron a sus patrias por otros caminos, pues un ángel les avisó en sueños que Herodes quería matar a Jesús.

Engañado por los Magos, Herodes pidió matar a todos los niños menores de dos años con el deseo de acabar con aquel Rey nacido en Belén, que ponía en peligro su propio reinado.

Se produjo un genocidio conocido como la matanza de los inocentes. La Iglesia los recuerda el 28 de diciembre, unidos a la Navidad, porque ellos no murieron por Cristo, sino en lugar de Cristo.


2. El rey que los mandó a matar ya era conocido por sus crímenes

Así se hacía llamar aquel rey de Palestina, títere del imperio romano. Fue grande porque supo ganar guerras y conquistar tierras para su reino, pero también por sus crímenes: se casó con Mariamme, hija del sumo sacerdote Hircano II. Temeroso de que aspiraran a su reino, mandó matar a su yerno, José; a Salomé; al sumo sacerdote Hircano II; a su esposa Mariamme; a los hermanos de ella, Aristóbulo y Alejandra; a sus propios hijos, Aristóbulo, Alejandro y Antípatro.

Cuando se sintió enfermo mandó encerrar a todos los personajes importantes de Jericó con la orden de que tan pronto como muriera los mataran a flechazos. Muerto Herodes, no se cumplió esta orden. Con estos datos, podemos comprender que para él fue fácil mandar matar a los Santos Inocentes. ¿Cuántos fueron? Hoy se sabe que Belén no debió tener más de mil habitantes y que a ese número, probablemente, correspondería una población de 20 niños varones.

3. Una cueva de Belén se dedicó a su memoria

Santa Elena, madre del emperador Constantino, que dio paz a los cristianos en el siglo IV, construyó una Basílica sobre la cueva de Belén en la que nació el Niño Jesús. Esa Basílica, reconstruida, todavía existe y guarda en su cripta la preciosa cueva en donde una estrella de plata señala el lugar del santo nacimiento. “Aquí nació Jesucristo de María la Virgen”, dice la inscripción en Latín.

La cueva de Belén es un sistema de cavernas que se prolongan debajo de la antigua basílica y del templo católico de Santa Catalina. En una de estas cavernas fueron encontrados restos de niños enterrados. El primer pensamiento fue que eran los restos de los Santos Inocentes, pero los féretros correspondían a una época muy posterior. De todos modos, esa caverna se dedicó a la memoria de los Santos Inocentes.

4. Juan el Bautista se salvó de la persecución

Ain Karen es un pueblo cercano a Jerusalén. Según la tradición, es el lugar de “La Visitación” y del nacimiento de Juan el Bautista. Éste era mayor que Jesús tan solo seis meses y existe la leyenda de que también iba a ser víctima de Herodes. Perseguida su madre, Isabel, por los soldados asesinos, buscó una roca en el monte detrás de la cual ocultó al pequeño Juan antes de que los soldados la alcanzaran.

Cuando los soldados le dieron alcance, la registraron y buscaron incluso detrás de la roca, pero no vieron nada. Cuando se fueron, Isabel corrió a buscar a su niño y descubrió que la roca se había ahuecado para dar lugar en su interior al pequeño perseguido y así se salvó Juan el Bautista. En la Basílica de la Visitación, sobre el monte, se guarda una extraña roca ahuecada que recuerda esta anécdota.

5. En la actualidad todavía existen santos inocentes

La celebración litúrgica debe recordarnos no solo a aquellos niños asesinados en lugar de Cristo, sino a todos aquellos inocentes perseguidos y asesinados en la actualidad. Los humanos somos capaces de monstruosidades que nos avergüenzan.

Seguimos asesinándonos por motivos religiosos, políticos, económicos y cada vez que denunciamos uno de estos crímenes clamamos indignados “¡Nunca más!”, para luego repetir la historia. No permanezcamos indiferentes ante estos genocidios, despertemos en nosotros la solidaridad y unamos nuestras voces y nuestras acciones a las de estos inocentes que siguen muriendo en lugar de Cristo.

6. Existen tradiciones populares a partir de esta fiesta

La vida cristiana hace surgir tradiciones populares que refuerzan la celebración de las fiestas y las hace memorables. En Hispanoamérica es costumbre realizar bromas de toda índole.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 28 DE DICIEMBRE 2018 - LOS SANTOS INOCENTES


Lecturas de hoy Los Santos Inocentes


 Hoy, viernes, 28 de diciembre de 2018
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (1,5–2,2):

Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados. Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 123,2-3.4-5.7b-8

R/. Hemos salvado la vida, 
como un pájaro de la trampa del cazador

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres, 
nos habrían tragado vivos: 
tanto ardía su ira contra nosotros. R/.

Nos habrían arrollado las aguas, 
llegándonos el torrente hasta el cuello; 
nos habrían llegado hasta el cuello 
las aguas espumantes. R/.

La trampa se rompió, y escapamos. 
Nuestro auxilio es el nombre del Señor, 
que hizo el cielo y la tierra. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (2,13-18):

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.» 
José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.» Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy viernes, 28 de diciembre de 2018
José María Vegas, cmf


Luz y tinieblas – Vida y muerte

Al contemplar el misterio de la luz que brilla en la oscuridad, no es posible no reparar en la oscuridad que rodea a la luz. Si necesitamos la luz es precisamente porque vivimos en la oscuridad. Al asombrarnos del milagro de la vida que nace, caemos en la cuenta, también de la muerte que la acecha y amenaza. Dios es la luz, Dios es la vida. Pero existen también las fuerzas oscuras que se oponen a Dios, sombras de muerte que tratan de apagar la luz, matar la vida, acallar la Palabra hecha carne. La admiración por el milagro de la vida recién nacida y de la luz divina que resplandece en la humanidad de Jesús va acompañada de la conciencia de la fragilidad y el riesgo que Dios ha elegido para hacerse cercano. Y lo que Juan en su carta nos recuerda hablando de la luz y las tinieblas, el pecado y la gracia del perdón, Mateo nos lo presenta en los trágicos acontecimientos históricos que rodean el nacimiento de Cristo.

¿Quiénes son los santos inocentes? ¿Quién es Herodes? Son los protagonistas de esta historia de vida y muerte, de luz y de oscuridad, de pecado y de gracia. 
Los santos inocentes son niños, esto es, personas indefensas, por completo dependientes del cuidado de los adultos. Son, por ello y por definición, los que no pueden defenderse por sí mismos, los que no pueden responder a ataques y agresiones. Son inocentes no sólo por la ausencia de pecado, sino por la incapacidad de pecar por sí mismos. Pero pueden ser víctimas de los pecados ajenos. En ellos vemos no sólo a un grupo de víctimas indefensas, uno más, circunscritas en un determinado tiempo y lugar. Porque su muerte está relacionada por el temor y el odio al que ha nacido en Belén, cuyos nacimiento, vida y muerte, tienen significación salvífica para todo el mundo, estos santos inocentes representan a todas las víctimas, a todos los inocentes del mundo. Son víctimas, porque mueren a causa de la voluntad homicida de Herodes. Y son inocentes, no sólo porque no habían merecido un final así, violento y prematuro, sino también porque no han respondido al mal con el mal, al odio con el odio, a la violencia con la venganza. No lo han hecho, y ni siquiera podían hacerlo. Contra lo que nos puede parecer (y así les parece a muchos), Dios no ha permanecido impasible ante tamaña injusticia. El nacimiento de Jesús, que comparte la fragilidad del recién nacido, y renuncia a responder al mal con el mal, a la injusticia con la violencia, es el comienzo de una respuesta que culminará en su muerte en Cruz. Dios ha elegido como camino de salvación no el de la fuerza bruta, la venganza, el castigo: no ha querido hacerse verdugo (asimilándose a los verdugos de este mundo), sino que ha elegido el lugar de las víctimas. Cuando el hombre sufre, cuando el inocente muere, Dios está sufriendo y muriendo con él, compartiendo la fragilidad que ha elegido en la frágil humanidad de Cristo.

Herodes, que juega el trágico papel de verdugo, representa a aquellos que ven en Dios, en su presencia y cercanía, una amenaza y un peligro. Pensaba que el Rey nacido en Belén venía a competir con él por el trono. De esta manera, compartía la idea del Mesías que muchos, la mayoría de los judíos tenían en mente. Un Rey poderoso con los poderes de este mundo, que venía a destruir a los enemigos y a reinstaurar un poder político y militar. Pero, mientras que muchos ponían en este reinado sus esperanzas, el pequeño rey que era Herodes, sentía temor de perder su propio poder. Son dos formas distintas pero simétricas de malentender la presencia humana de Dios entre nosotros. Cuando tal sucede, se tiende a manipular a Dios (y a todo lo que tiene que ver con Él) en beneficio propio (y en contra de los demás), o a combatirlo como quien combate a los poderes hostiles de este mundo. En los dos casos, la luz se vuelve oscuridad, en vez de vida su siembra muerte y triunfa el pecado sobre la gracia.

Ante el espectáculo de luz y oscuridad que nos presenta Juan, ante el cuadro de vida y muerte que pone ante nuestros ojos Mateo, somos invitados a realizar una elección: o nos ponemos de parte de los santos inocentes, o de parte de Herodes. De parte de los inocentes siempre que renunciemos a responder al mal con el mal, a la venganza frente a la ofensa, y elijamos el perdón; también cada vez que demos testimonio de la luz, tratando de dar la vida, no sólo en el supremo heroísmo del martirio, sino también, más cotidianamente, por medio de la actitud generosa del servicio. De parte de Herodes nos pondremos precisamente cuando elijamos toda forma de poder, autoridad o responsabilidad, no para el servicio de Dios y los hermanos, sino como privilegios en servicio propio.

Cristo ha nacido y Dios está con nosotros. No podemos eludir la elección: o estar con Él, sirviendo a la luz y dando la vida, o contra Él, buscando en exclusiva nuestro interés, y sembrando la muerte y la oscuridad (para los demás, pero también para nosotros mismos)

En la fiesta de los Santos Inocentes empezamos a entender la lógica del Niño nacido en Belén. En la muerte de los niños de Belén brilla la luz y triunfa la vida, porque Dios ha mirado nuestra humillación, y ha derribado del trono a los poderosos y ha enaltecido a los humildes.

Saludos cordiales, 
José M. Vegas CMF

jueves, 28 de diciembre de 2017

LA MATANZA DE LOS SANTOS INOCENTES, SEGÚN LO RELATÓ LA BEATA ANA CATALINA EMMERICK


La Matanza de los Santos Inocentes según lo relató la Beata Ana Catalina Emmerick
En esta oportunidad compartimos el aterrador relato que ella contó sobre lo que vio sobre esta masacre
Por: Ana Catalina Emmerick | Fuente: Catholic.net 




Cuando Jesús tenía alrededor de un año y medio de edad, se le apareció un ángel a la Santísima Virgen, en Heliópolis y le hizo saber de la matanza de los niños por Herodes. José y Ella se afligieron mucho, y el Niño Jesús lloró durante todo el día. He aquí lo que yo vi en aquella ocasión.

No habiendo vuelto a Jerusalén los tres Reyes, los temores de Herodes, que en aquel momento estaba resolviendo varios asuntos de familia, se calmaron un poco; pero recrudecieron nuevamente cuando, después del retorno de la Sagrada Familia a Nazaret, llegaron hasta él mil rumores relacionados con las predicciones hechas por Simeón y por Ana durante la presentación de Jesús en el Templo. Con diversos pretextos, mandó soldados a diferentes lugares de los alrededores de Jerusalén, a Gilgal, a Belén, y hasta a Hebrón, e hizo hacer un censo de los niños. Los soldados ocuparon aquellos sitios durante nueve meses. Herodes, mientras tanto, se hallaba en Roma, y sólo después de su vuelta, fueron degollados los niños.

Juan tenía en aquella época dos años, y había estado escondido en casa de sus padres desde algún tiempo antes de que Herodes hubiera dado a las madres la orden de presentar ante las autoridades a sus hijos de edad de dos años o menos. Santa Isabel, advertida por un ángel, huyó nuevamente al desierto con el pequeño San Juan. Jesús tenía en aquel momento cerca de un año y medio y ya podía correr.

Los niños fueron degollados en siete lugares diferentes. Se había prometido a las madres buenas recompensas a su fecundidad, y ellas llevaron sus hijitos a las casas donde estaban las autoridades, vestidos con sus más lindos trajes. Los hombres fueron despedidos, y las madres separadas de los niños, que fueron degollados por los soldados en patios cerrados, amontonados y enterrados en fosos.

Hoy al mediodía, vi a las madres con sus niños de dos años, y de menos, venir a Jerusalén, de Hebrón, de Belén, y de otro lugar donde Herodes había enviado a sus soldados y dado órdenes a sus funcionarios.

Se dirigían a la ciudad en diferentes grupos, y varias llevaban a dos niños, e iban montando asnos. Todas fueron conducidas a un gran edificio, y los hombres que las acompañaban fueron despedidos. Ellas entraron alegremente, pues creían que. iban a recibir gratificaciones por su fecundidad.

El edificio estaba un poco aislado y bastante cerca del que fué más tarde la casa de Pilatos. Se hallaba rodeado de muros, de manera que desde afuera no se podía saber fácilmente lo que sucedía en el interior. Aquello debía de ser como un tribunal, pues en el patio vi unos pilares y unos bloques de piedra con cadenas colgando; había allí también unos árboles, que se encorvaban y ligaban juntos, mientras se ataba en ellos a los hombres. Al soltarlos luego, se enderezaban rápidamente, deshaciendo a aquellos desgraciados. Era un edificio macizo y sombrío. El patio era casi tan grande como el cementerio que hay a un lado de la iglesia principal de Dulmen. Una puerta que se abría entre dos muros, llevaba a ese patio, rodeado de construcciones por tres lados. Los edificios de la derecha y de la izquierda tenían un piso solamente; el del centro parecía una antigua sinagoga abandonada. Esas construcciones tenían puertas que daban sobre el patio.

Las madres fueron llevadas, a través del patio, a los dos edificios laterales, y allí se las encerró. Me hicieron el efecto de hallarse en una especie de hospital, o de posada. Cuando se vieron privadas de libertad, tuvieron miedo y empezaron a llorar y a lamentarse. Pasaron así toda la noche.

Hoy después de mediodía vi un cuadro horroroso. En la casa de justicia asistí a la matanza de los inocentes. El gran edificio posterior que cerraba el patio tenía dos pisos. El inferior estaba formado por una sala grande y desnuda, parecida a una prisión o a un gran cuerpo de guardia; encima, había una pieza cuyas ventanas daban sobre el patio. Vi allí a varios personajes reunidos como en un tribunal; delante de ellos tenían unos rollos colocados sobre una mesa. Creo que Herodes estaba presente, pues vi a un hombre con manto rojo, adornado de piel blanca ; esta piel tenía unas pequeñas colas negras. Lo vi, rodeado por los demás, mirando por la ventana de la sala.

Las madres, con sus niños, eran llamadas una a una, para ser conducidas de los edificios laterales a la sala inferior grande del cuerpo de edificio que estaba detrás. A la entrada, los soldados les quitaban sus niños y los llevaban al patio, donde una veintena de ellos los mataban, atravesándoles la garganta y el corazón con espadas y picas. Había allí niños fajados, a quienes sus madres aun amamantaban, y otros un poco mayores ya con vestiditos. No los desnudaban; los degollaban, y tomándolos de un bracito o por el pie, los arrojaban al montón. Era un espectáculo horrible.

Las madres fueron amontonadas en la sala grande; y cuando vieron lo que hacían con sus niños, lanzaron gritos desgarradores, arrancándose los cabellos y echándose unas en brazos de otras. Al final estaban tan apretadas, que apenas podían moverse. Creo que la matanza duró hasta la noche.
Los niños fueron echados más tarde, todos juntos, en una fosa abierta en el patio. Me fué mostrado el número, pero ya no me acuerdo bien. Creo que había setecientos, más una cifra en la que se hallaba un siete o diez y siete.

Ante esta visión quedé aterrorizada; no sabía donde tenía lugar esto; creía que era aquí. Sólo cuando desperté me repuse poco a poco. A la noche siguiente vi a las madres sujetadas con ligaduras y llevadas a sus casas por los soldados. El lugar de la matanza de los niños en Jerusalén fué en el antiguo patio de las ejecuciones, situado a poca distancia del tribunal de Pilatos ; pero en la época de éste sufrió varios cambios. En momentos de la muerte de Jesús vi abrirse la fosa donde habían sido echados los niños degollados; sus almas aparecieron, y salieron de allí.

6 DATOS QUE TAL VEZ NO CONOCÍAS DE LOS SANTOS INOCENTES


6 datos que tal vez no conocías de los Santos Inocentes
El Triunfo de los Inocentes / Imagen: William Holman Hunt (Wikimedia Commons)





 (ACI).- En el marco de la Fiesta de los Santos Inocentes, hace un año el SIAME publicó un artículo del P. Sergio Román, en el que presenta 6 datos que tal vez no conocías sobre estos mártires cuyas muertes siguen repercutiendo en la sociedad de hoy.

1. La muerte de los Santos Inocentes fue un genocidio

Herodes les dijo a los Magos de Oriente que estaba muy interesado en el rey que acababa de nacer y les pidió que a su regreso le informaran sobre éste para ir también a adorarlo. La estrella guio a los magos hasta el Niño, y cumplida su misión, regresaron a sus patrias por otros caminos, pues un ángel les avisó en sueños que Herodes quería matar a Jesús.

Engañado por los Magos, Herodes pidió matar a todos los niños menores de dos años con el deseo de acabar con aquel Rey nacido en Belén, que ponía en peligro su propio reinado.

Se produjo un genocidio conocido como la matanza de los inocentes. La Iglesia los recuerda el 28 de diciembre, unidos a la Navidad, porque ellos no murieron por Cristo, sino en lugar de Cristo.


2. El rey que los mandó a matar ya era conocido por sus crímenes

Así se hacía llamar aquel rey de Palestina, títere del imperio romano. Fue grande porque supo ganar guerras y conquistar tierras para su reino, pero también por sus crímenes: se casó con Mariamme, hija del sumo sacerdote Hircano II. Temeroso de que aspiraran a su reino, mandó matar a su yerno, José; a Salomé; al sumo sacerdote Hircano II; a su esposa Mariamme; a los hermanos de ella, Aristóbulo y Alejandra; a sus propios hijos, Aristóbulo, Alejandro y Antípatro.

Cuando se sintió enfermo mandó encerrar a todos los personajes importantes de Jericó con la orden de que tan pronto como muriera los mataran a flechazos. Muerto Herodes, no se cumplió esta orden. Con estos datos, podemos comprender que para él fue fácil mandar matar a los Santos Inocentes. ¿Cuántos fueron? Hoy se sabe que Belén no debió tener más de mil habitantes y que a ese número, probablemente, correspondería una población de 20 niños varones.

3. La cueva de Belén se dedicó a su memoria

Santa Elena, madre del emperador Constantino, que dio paz a los cristianos en el siglo IV, construyó una Basílica sobre la cueva de Belén en la que nació el Niño Jesús. Esa Basílica, reconstruida, todavía existe y guarda en su cripta la preciosa cueva en donde una estrella de plata señala el lugar del santo nacimiento. “Aquí nació Jesucristo de María la Virgen”, dice la inscripción en Latín.

La cueva de Belén es un sistema de cavernas que se prolongan debajo de la antigua basílica y del templo católico de Santa Catalina. En una de estas cavernas fueron encontrados restos de niños enterrados. El primer pensamiento fue que eran los restos de los Santos Inocentes, pero los féretros correspondían a una época muy posterior. De todos modos, esa caverna se dedicó a la memoria de los Santos Inocentes.

4. Juan el Bautista se salvó de la persecución

Ain Karen es un pueblo cercano a Jerusalén. Según la tradición, es el lugar de “La Visitación” y del nacimiento de Juan el Bautista. Éste era mayor que Jesús tan solo seis meses y existe la leyenda de que también iba a ser víctima de Herodes. Perseguida su madre, Isabel, por los soldados asesinos, buscó una roca en el monte detrás de la cual ocultó al pequeño Juan antes de que los soldados la alcanzaran.

Cuando los soldados le dieron alcance, la registraron y buscaron incluso detrás de la roca, pero no vieron nada. Cuando se fueron, Isabel corrió a buscar a su niño y descubrió que la roca se había ahuecado para dar lugar en su interior al pequeño perseguido y así se salvó Juan el Bautista. En la Basílica de la Visitación, sobre el monte, se guarda una extraña roca ahuecada que recuerda esta anécdota.

5. En la actualidad existen santos inocentes

La celebración litúrgica debe recordarnos no solo a aquellos niños asesinados en lugar de Cristo, sino a todos aquellos inocentes perseguidos y asesinados en la actualidad. Los humanos somos capaces de monstruosidades que nos avergüenzan.

Seguimos asesinándonos por motivos religiosos, políticos, económicos y cada vez que denunciamos uno de estos crímenes clamamos indignados “¡Nunca más!”, para luego repetir la historia. No permanezcamos indiferentes ante estos genocidios, despertemos en nosotros la solidaridad y unamos nuestras voces y nuestras acciones a las de estos inocentes que siguen muriendo en lugar de Cristo.

6. Surgieron tradiciones populares a partir de esta fiesta litúrgica

La vida cristiana hace surgir tradiciones populares que refuerzan la celebración de las fiestas y las hace memorables. En Hispanoamérica es costumbre realizar bromas de toda índole.

CON MARÍA, EL DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES


Con María, el día de los Santos Inocentes
Te hablaré de una noche que me pareció eterna. De una noche anunciada, pero olvidada luego por muchos..


Por: Maía Susana Ratero | Fuente: Catholic.net 




Existen, en nuestra vida, dolores que nos resultan incomprensibles, atroces, injustos y, sobre todo, inmerecidos. Pero, sea cual fuere la reacción que tengamos frente al dolor, él sigue allí, y nos atraviesa el alma como una afilada espada. Hoy mi dolor y mi tristeza no me dejan verte, María, como ansía mi corazón, pero sé que estas allí, aunque no pueda sentirte, estas detrás de mi dolor para sostenerme, para transformar el llanto en camino hacia al Padre.

- En profecía cumplida… -dices a mi corazón, mas, no comprendo.

- Hoy voy a hablarte de esos dolores incomprensibles que desgarran el alma y que luego, por la misericordia de Dios, se transforman en camino.

- Háblame Señora, que mi alma tiene tanta sed de tu compañía. Mi alma ansía caminos que no encuentro en la oscuridad de esta noche demasiado larga.

- Yo conozco bien las noches largas. Te hablaré de una en especial, que me pareció eterna. De una noche anunciada, tan anunciada como la nochebuena, pero olvidada luego por muchos y, lo que me desgarra el alma, una recordación tomada hoy, por tantos, como excusa para bromas.

Esta vez temo seguirte, no sé si tendré valor, pero igualmente me llevas…me llevas… y estamos nuevamente en el recinto de Belén. Vemos como José está despidiendo a tres extraños extranjeros que le habían llevado a tu hijo oro, como símbolo de su dignidad y gran valor, incienso, como símbolo de su comunión con Dios y mirra, para preparar el aceite sagrado de su unción. Tres extraños venidos de lejanas tierras siguiendo una estrella, tres extraños que, buscando al Rey de la Vida, fueron a preguntarle a un rey embriagado de poder, el camino para hallarlo…. y, sin quererlo, despertaron en él fantasmas olvidados… la profecía, la profecía de Belén…

Los extranjeros, que el mundo llamará más tarde los tres Reyes Magos, parten a su tierra por otro camino, evitando pasar cerca del palacio de Herodes, quien los aguarda como un tigre al acecho, para saltar sobre el pequeño Rey desconocido que amenaza su seguridad.

Entramos a la precaria vivienda. José nos sigue y comienza a trabajar, pues el dueño de la finca le había encargado unos arreglos y le pagaría un buen precio por ellos. José tiene los pies sobre la tierra, sabe que debe alimentar a su familia y para ello sólo conoce un modo: su trabajo.

Tu, María, te dispones a preparar la cena. José no aparta la mirada de su labor, pero es evidente que sus pensamientos están en otro sitio, quizás detrás de los muros de un palacio, tratando de leer los pensamientos de un hombre fuera de sí, mas nada te dice. La cena transcurre en paz. La presencia de esos hombres y sus obsequios han dejado más preguntas que respuestas...¿Quiénes eran? ¿Por qué habían venido? ¿Cuál era el real significado de su presencia? ... quizás representan a todos aquellos que no pertenecen al pueblo de Israel y para cuya Salvación también ha venido este niño. Demasiados acontecimientos y pocas explicaciones. La pareja se dispone a descansar pues al día siguiente deberán iniciar el camino hacia Jerusalén, para realizar la purificación de María, tal como lo establece la Ley.

Yo estoy allí, con ellos, no puedo dormir, siento miedo… conozco la historia… la he escuchado mil veces de labios de los sacerdotes. La he leído, pero no es lo mismo estar… estar… y todos, de alguna manera, alguna vez en la vida, también estamos dentro de esta historia… sólo que, enceguecidos por nuestro propio dolor, no nos damos cuenta.

A la mañana siguiente parten hacia Jerusalén, María me hace señas de que los siga. El camino es largo, el niño, pequeño aún. El animal que nos acompaña va cargado de las pocas pertenencias de los padres y, en su mayor parte, de los pañales y ropita del bebé, recibida generosamente de la esposa del dueño del pesebre.

Luego de la ceremonia del Templo volvimos a Belén, José se nota nervioso… no como quien desconfía de la protección de Dios, sino como un padre responsable que sólo desea actuar correctamente y no sabe cómo, pues presiente que Herodes no ha olvidado la presencia de los extranjeros, ni se quedará quieto ante lo que él considera una amenaza.

Durante los siguientes tres días la familia se dedica a organizar el retorno a Nazaret. José termina sus trabajos pendientes, consiguiendo de esta manera dinero para el viaje y retribuyendo, al mismo tiempo, la hospitalidad al dueño del pesebre, quien sólo pide como pago, el arreglo de una vieja mesa labrada herencia de su padre, trabajo realizado impecablemente por José.

Los planes del Señor y nuestros propios planes no van siempre por iguales caminos. La noche del tercer día no aparenta nada en especial, sólo un cielo cargado de nubarrones amenazantes. Hace frío, María amamanta a su niño y lo recuesta bien calentito en la cuna hecha por su esposo, y una blanca piel de cordero cubre las demás mantas con las que la joven madre abriga a su pequeño. El matrimonio cena al tiempo que comenta los últimos acontecimientos. José tiene largos silencios que inquietan el corazón de María quien, como esposa prudente, no pregunta. Tiran las mantas en el suelo y se disponen a dormir, yo hago lo mismo, María me besa la frente y me dice “Valor, amiga, lo necesitarás...” es la noche de la locura, pero igualmente me quedo dormida... lástima, no tuve el valor de esperar despierta, como tantas veces en la vida en las que no tengo el valor de dominar mi voluntad.

Me despiertan los gritos de José. El hombre está sentado en el suelo, empapado en sudor, su rostro está aterrado pero es sólo por un instante... enseguida se pone en pie, da vueltas en el recinto tratando de ordenar sus pensamientos, seguidamente despierta a María, la toma por los hombros al tiempo que le clama en voz baja:

- ¡María, María! Por el amor de Dios despiértate María! – y la sacude casi con violencia.

Ella abre los ojos y se asusta...

- ¿Qué pasa, José? ¡Por Dios! ¿Por qué hablas de esa forma? ¡Jesús, Jesús! ¿Le pasó algo al niño?

- No, pero le pasará si sigues allí acostada... María... he tenido un sueño, que no fue un sueño en realidad... un hombre vestido de blanco me clamaba que te tomara a ti y al niño y huyera a Egipto, pues Herodes busca al niño para matarlo.

- ¡Matarlo!...Dios mío José, que atroz pesadilla.

- María, esposa mía ¡Nos vamos a Egipto! ¡Y nos vamos ya! ¿Comprendes? ¡Ya!.

- ¿Qué dices? José... ¿Te das cuenta la distancia que nos separa de Egipto, que es medianoche, afuera arrecia el viento y el frío cala los huesos?...

- María ¿Confías en mí?

- José, confío en ti más que en nadie en esta tierra

- Entonces, amada mía, junta todo y vámonos, los soldados se aproximan cada minuto, por cada palabra que decimos ellos están un metro más cerca... y vienen a matarlo... y no están jugando, pues un loco asesino les ha ordenado deshacerse de Jesús... la pregunta es ¿Cómo lo encontraran? Mientras a ese loco no se le ocurra... ¡Dios no puedo ni pensarlo!

- Mientras no se le ocurra matarlos a todos... - y María se estremece tanto que José debe sostenerla para que no caiga.

Yo estoy inmóvil, hubiera querido traerles un vehículo, un helicóptero, sacarlos prontamente de allí, pero eso pasa en las películas y esto es la vida real. Los padres (ahora me voy dando cuenta la clase de padre que Dios eligió para Jesús, un Hombre con mayúsculas) preparan todo prontamente, llevan sólo lo indispensable, deben dejar muebles, cuna, todo lo hecho por José. El oro de los magos les permitiría establecerse en Egipto. Dios siempre tan previsor, nos manda las pruebas y los medios para enfrentarlas. Salimos, el viento me termina de despertar, tengo varias mantas puestas encima, pero tiemblo como una hoja, parece que el corazón se me saldrá del pecho en cualquier momento. Montan los animales, María me hizo un lugar en el suyo... partimos... se ve poco, pero se ve, hay luna llena, los nubarrones ya no están, José se encamina hacia Egipto a través de la desértica región, apura el paso, no hay miradas extrañas que noten nuestra presencia. El hombre anda varias horas a marcha forzada, de tanto en tanto mira hacia atrás, con angustia, casi con desesperación. Yo, yo estoy muerta de miedo... veo soldados por todas partes... sé de sobra que no nos alcanzarán... pero una cosa es leerlo y otra estar... estar...

Falta poco para el amanecer. De pronto se escucha un galope cercano, se ve la arena removida por los cascos del animal que se acerca, es un jinete solitario, pero se dirige, peligrosamente, hacia nosotros. José nos recomienda calma, y no decir el nombre del niño. Por fin llega el personaje, un hombre más bien anciano, con la mirada perdida... loco... pobre infeliz... sólo decía:

- ¡Madres, corran, corran con sus hijos! ¡Huyan!...

José baja de su asno y se acerca al pobre hombre:

- ¿Qué le ocurre, amigo? ¿Se siente usted bien?...

- ¡Huyan, huyan mujeres con sus hijos! Sangre... muerte... niños muertos, en todo Belén... niños degollados, atravesadas sus carnecitas por las espadas de los soldados... no escapó ni uno... todo Belén es un grito... solo los pequeños murieron... los menores de dos años... ¿Por qué?¿Por qué Dios?- grita desgarradoramente el infeliz mirando al cielo- Huyan mujeres... huyan... corran... corran...

El pobre desquiciado comienza a cabalgar nuevamente repitiendo el ya inútil consejo. Tanto horror le ha enloquecido. Se pierde en el paisaje, queriendo huir de los macabros recuerdos pero no hay lugar en donde uno pueda esconderse de los recuerdos.

José y María se miran, abundantes lágrimas caen por sus mejillas, se abrazan y abrazan al niño. Es la noche más larga, más atroz, más cruel, que les ha tocado vivir a ambos. Es la noche anunciada por el profeta Jeremías:

“En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen porque ya no existen”( Mt.2,18)

La travesía dura largos días, María se esconde muchas veces a llorar para que José no la vea... no quiere preocuparlo, más su corazón de madre está destrozado. Recuerda la espada anunciada por el anciano Simeón... ya ha comenzado a lastimarla. También veo a José llorar a escondidas, es el llanto de un hombre que se siente impotente ante la injusticia, es el llanto de un hombre justo clamando justicia.

Las primeras casas del poblado egipcio se divisan a la distancia. La noche larga ha terminado, el niño está a salvo, momentáneamente.

- Amiga- dices María, mirándome a los ojos,( mientras tus ropas y las mías vuelven a estos tiempos y el ruido de los automóviles nos sorprende frente la parroquia de Luján, en mi barrio) gracias por compartir conmigo esta noche, una de las más duras de mi tiempo en esta tierra. Realmente, cuesta ver a Dios detrás de tanto dolor, cuesta poder encontrarlo para que nos tome de la mano, cuesta no enloquecer como ese pobre viejo del desierto... cuesta, buena amiga, pero no es imposible, es más, es el único camino. Dios, tras el dolor que nos causan los seres humanos. Dios, sosteniendo. Dios, poniendo rosas sobre tantas espinas. Dios, transformando el dolor en camino de salvación. Dios, permitiendo que nuestra angustia ayude a otros a superar la suya. Cuando tu alma tenga más preguntas que respuestas, más dolor del que crees poder soportar, más soledad que compañía, más desilusión que sueños entonces, más que nunca, búscalo; que siempre habrá un Egipto donde puedas esconderte hasta que pase el temporal.

- Señora- y apenas si puedo contener mis lágrimas- ¡Cuánto, cuánto me amas, cuánto me cuidas, cuánto me enseñas! ¿Te dije ya cuánto te amo?- y me arrojo en tus brazos y lloro por los niños muertos, lloro por mí, lloro por la humanidad.

Mientras te alejas, y yo seco mis lágrimas, un grupo de jóvenes pasa riéndose de uno de ellos, al tiempo que le dicen “¡Qué la inocencia te valga! Ja,ja,ja” típico comentario de las bromas del Día de los Inocentes.

Tengo ganas de gritar, ganas de decirles que el origen de esa recordación es la sangre de niños pequeños derramada por Jesús, pero siento que no vale la pena; prefiero escribir este relato, escribirlo para que tú, después de leerlo, ya no rías con las bromas de los 28 de diciembre. Porque si tú no ríes, si le cuentas esta historia a un amigo y él ya tampoco ríe... entonces... entonces algo habrá cambiado en este mundo... porque recordando a nuestros mártires, los honramos.



NOTA de la autora:

"Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a mi imaginación, sin intervención sobrenatural alguna."
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...