miércoles, 1 de febrero de 2017

SEMILLAS: EL ÁNGEL VENGADOR


Semillas: el Ángel vendedor


Te ofrezco hoy una hermosa parábola moderna que ilustra una verdad de mucha trascendencia para la vida. Te aclarará lo que Dios espera de ti. Lo que logra la oración y lo que no puedes esperar con los brazos cruzados.

Anoche tuve un sueño raro. En la plaza mayor de la ciudad habían abierto un negocio nuevo. El cartel decía: "Regalos de Dios". Entré: un Ángel atendía a los clientes. Yo, asombrado, le pregunté: —¿Qué es lo que vendes, ángel del Señor?  —Ofrezco cualquier don de Dios. —¿Cobras muy caro? —No, los dones de Dios son gratis. Miré los estantes; estaban llenos de ánforas de amor, frascos de fe, de esperanza, de salvación y muchas cosas más. Yo tenía necesidad de todo. Cobré valor y le dije al Ángel: —Dame, por favor, bastante amor a Dios; también perdón de Dios; un bulto de esperanza, otro de fe y otro de salvación. Me sorprendí cuando vi que el Ángel, de todo el pedido, me hizo un solo paquete; y tan pequeño como el tamaño de mi corazón. —¿Será posible, esto es todo? —pregunté. El Ángel me explicó: —Es todo, Dios nunca da frutos maduros; él sólo da pequeñas semillas, que cada uno debe cultivar.

Querido amigo, Dios te ayudará con sus gracias, pero te dejará un buen margen de acción para que colabores con él. No te anula, sino que te invita a poner toda tu buena voluntad con la libertad de un hijo de Dios, “creado a su imagen y semejanza”.


* Enviado por el P. Natalio

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 1 DE FEBRERO DEL 2017


Con mirada y corazón de niño
Marcos 6, 1-6. IV Miércoles de Tiempo Ordinario. Ciclo A.


Por: H. Balam Loza, LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, quiero conocerte, quiero ser tu amigo y estar aquí sin preocuparme por nada más que por estar contigo. Hoy no te quiero pedir milagros brillantes sólo te pido que me des fe para descubrirte en el mayor milagro que es la Eucaristía. Enséñame a verte en el pan; a descubrir que en ese pequeño trozo de pan está el mismo Dios; a encontrar en el silencio del sagrario las palabras que mi corazón necesita.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 6, 1-6
En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: “Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?” Y estaban desconcertados.
Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
A veces es necesario tener ojos de niños para descubrir en las cosas más sencillas algo grande. ¡Cuántas veces uno puede perderse la alegría de la vida por sus prejuicios! Pensemos en un niño, no tiene problema en pasarse un buen día jugando con un niño de la calle, no tiene miedo a hacer preguntas incómodas, no tiene vergüenza. En fin, un niño sabe ver en un trozo de pan al mismo Dios, sabe orar con Jesús como con un amigo y no tiene miedo de decir a sus amigos que su mejor amigo es Jesús.
Y lo que pasa en el Evangelio de hoy es lo contrario de lo que nos enseñan los niños. Los nazarenos ven a Jesús en carne y hueso, escuchan sus grandes palabras y se dan cuenta de sus milagros. Y, ¿qué es lo que pasa? Nada. Absolutamente nada. Su corazón queda más frío que una piedra porque lo ven todo con miradas humanas. Ven la situación en un plano horizontal. Entonces comienzan con los comentarios típicos de personas envidiosas, ¿pero éste no es así o asá? ¡Hombre, pero si conocemos bien a éste y no nos va a sorprender! No saben ver con los ojos de los niños que ven más allá.
Y tal vez nos puede pasar lo mismo a nosotros. Tal vez vamos a misa con ojos humanos y no descubrimos el gran milagro. Vemos en el sacerdote a un hombre, que tiene tal y cual defecto pero no nos maravillamos que Dios esté en ese hombre tan frágil; no nos maravillamos de la vocación sacerdotal y por eso se escuchan tantas críticas contra el «cura». Puede pasar que no escuchemos con fervor las palabras del Evangelio porque estamos acostumbrados y poco a poco vamos cerrando el corazón. En fin, puede pasar que no veamos el gran regalo de la Eucaristía y comulguemos como si tomásemos cualquier cosa, sin darnos cuenta que es Dios que viene a nuestros corazones.
Jesús, renueva nuestro corazón para que te descubramos en todos los acontecimientos de nuestra vida, para que sepamos ver tu mano amorosa en nuestra historia y nos maravillemos de cada día. Que podamos ver en el prójimo las grandes cualidades que tienen y no los veamos esperando a ver dónde fallan. Finalmente te pido que aprendamos a ver en los sacramentos un momento especial donde Tú vienes a nosotros y nos llenas de tu amor y de tu misericordia.
«Antes de nada reconocer a Jesús, conocer y reconocerle. En su tiempo, el apóstol Juan, al inicio de su Evangelio, dice que muchos no le reconocieron: los doctores de la ley, los sumos sacerdotes, los escribas, los saduceos, algunos fariseos. Es más, le persiguieron, le mataron. La primera actitud que hay que tener es conocer y reconocer a Jesús; buscar cómo era Jesús: ¿a mí me interesa esto? Una pregunta que todos nosotros debemos hacernos: ¿a mí me interesa conocer a Jesús o quizás interesa más la telenovela o las charlas o las ambiciones o conocer la vida de los demás? Se debe conocer a Jesús para poderle reconocer. Y para conocer a Jesús está la oración, el Espíritu Santo, sí; pero un buen sistema es tomar el Evangelio todos los días.»
(Cf Homilía de S.S. Francisco, 9 de enero de 2017, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Hoy, Jesús, voy a pasar un momento a la Eucaristía para contemplar con una nueva mirada y un nuevo corazón este gran milagro.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

ESTA ES LA HISTORIA QUE LOS IDEÓLOGOS DE GÉNERO NO QUIEREN QUE SEPAS


Esta es la historia que los ideólogos de género 
no quieren que sepas
 Foto: Alchetron y morblue.com




 (ACI).- Los estudios del psicólogo y sexólogo Dr. John William Money en la década del 50 fueron los primeros que intentaron mostrar apoyo científico, médico y psicoanalítico acerca de que la diferencia entre hombre y mujer es un hecho social, una construcción antes que algo biológico, la esencia de la ideología de género.

Sin embargo, años más tarde, fue revelado que su “experimento” más famoso, con el que “comprobaba” su teoría, fue una farsa. El caso fue el “cambio de sexo” de Bruce Reimer, un niño que al llegar a la adultez acabó por suicidarse. Esta es su historia:

Bruce y su hermano gemelo Brian nacieron en Canadá en los años 60. A la edad de siete meses ambos fueron circuncidados, pero los doctores utilizaron un nuevo método de circuncisión en Bruce, utilizando una aguja cauterizadora eléctrica. Luego se produjo un accidente, quemando completamente el pene del niño.

La operación de Brian fue cancelada, pero los padres estaban devastados.

Los Reimer decidieron llevar a Bruce al Dr. John Money, psicólogo y sexólogo de la Universidad Johns Hopkins a quien habían visto en la televisión.

El Dr. Money ya sustentaba entonces la teoría de que, aparte de las funciones reproductivas y urinarias, el género era una construcción social, y ya había suscitado cierta polémica en los medios.

Hasta antes de atender a los gemelos Reimer, el sexólogo había trabajado en gran medida con casos de hermafroditismo, y sus investigaciones se centraban en el seguimiento de personas con anomalías sexuales congénitas.

Pero los hermanos –que eran dos niños sanos– fueron el experimento perfecto para poner a prueba su teoría de la “fluidez de género”, es decir, que el comportamiento está regido por la educación como varón o mujer y no por el sexo biológico dado al nacer.

Brian se criaría como un niño y Bruce, de ahora en adelante, sería llamado Brenda y pasaría a ser criado como niña.

Los Reimer estuvieron de acuerdo e insistieron en la ropa y la socialización con niñas para Brenda durante toda la infancia. Nunca le dijeron a los gemelos sobre el accidente, ni sobre el sexo biológico de Brenda.


Los gemelos eran llevados para una observación anual con el Dr. Money, que calificó el caso de “exitoso” cuando los gemelos tenían nueve años.

"Nadie más sabe que Brenda es la niña cuyo caso están leyendo en los medios. Su conducta es tan normal como la de cualquier niña y difiere claramente de la forma masculina como se comporta su hermano gemelo", escribió el Dr. Money en sus apuntes.

"No hay ninguna señal que provoque sacar conjeturas contrarias", añadió.


La verdad se abre paso

Sin embargo, cuando Brenda alcanzó la pubertad a los 13 años comenzó a mostrar sentimientos suicidas.

"Pude ver que Brenda no era feliz como niña. Era muy rebelde. Era muy masculina y no lograba persuadirla de que hiciera algo femenino. Brenda casi no tuvo amigos durante su infancia. Todos se burlaban de ella y la llamaban la mujer cavernícola", dijo Janet, la madre de Brenda, en una entrevista para el documental “El Dr. Money y el niño sin pene” producido por la BBC.

"Era una niña muy, muy sola", agregó.

En el documental se narra que durante el chequeo anual y la observación de los gemelos, el Dr. Money obligaba a los niños a desnudarse y participar en un juego sexual, posando en diferentes posiciones para que “identifiquen sus respectivos géneros”. En al menos una ocasión el especialista tomó fotos de estas sesiones.

En la adolescencia, los gemelos se oponían firmemente a ir a los chequeos con el Dr. Money. Por tal motivo, los Reimer dejaron de llevarlos cuando cumplieron 15 años y le revelaron la verdad a Brenda: en realidad era hombre.

Brenda, que recibió el nombre de Bruce al nacer, abrazó pronto y completamente su identidad masculina, eligiendo llamarse David. Luego comenzó la terapia hormonal y una reconstrucción genital quirúrgica. Al tiempo se casó con una mujer y adoptaron tres hijos.

No obstante, las heridas traumáticas de la infancia fueron muy profundas tanto para David como para su hermano. Ambos sufrieron una fuerte depresión.

Además, después de 14 años de casados, la esposa de David se divorció de él.

En el 2002 Brian murió por una sobredosis de drogas y dos años más tarde, en mayo de 2004, David se suicidó a los 38 años.

Lo que John Money nunca se atrevió a decir

A pesar de todo, el Dr. Money nunca se rectificó ni corrigió sus estudios.


"Nunca dijo una palabra, nunca se retractó", señaló recientemente el diácono, conferencista y cirujano plástico, Dr. Patrick Lappert, durante su charla “Transgender Surgery and Christian Anthropology” realizada para Courage en Estados Unidos entre el 9 y 11 de enero de 2017.

Aseguró que la decisión del Dr. Money fue “enormemente problemática” porque “su estudio sigue siendo citado frecuentemente como una transición de género exitosa por parte de la comunidad médica en general”.

El Dr. Lappert aseveró que se debe entender que “estamos hablando de la persona humana como una unidad de espíritu y forma, que hay una integridad en la masculinidad y feminidad con la que estamos hechos”.

Además, el especialista aseguró que uno de los mayores problemas con “las cirugías transgénero de cambio de sexo” es que son “permanentes e irreversibles”.

“No hay nada reversible en la cirugía genital: es una mutilación permanente e irreversible de la persona humana. Y no hay otra palabra para ello”.

"Se traduce en la esterilidad permanente. Es una disolución permanente de las funciones unitivas y procreadoras. E incluso el aspecto unitivo de la adherencia sexual se ve radicalmente obstaculizado si no totalmente destruido", agregó.

El experto explicó que esto se debe al inevitable daño nervioso que ocurre durante la cirugía y porque el cerebro siempre registrará los nervios genitales como procedentes de su órgano de origen.

“En otras palabras, los nervios conectados a una vagina siempre se registrarán con el cerebro como una vagina, incluso si ahora son parte de un pene construido quirúrgicamente y viceversa”.

“Otro problema importante es que las cirugías de cambio de sexo buscan resolver una disfunción interior con una solución externa. Debajo de todo, estás tratando de curar una herida interior con una cirugía exterior", concluyó el Dr. Lapper.

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El documental con la historia completa de David Reimer y John Money puede verse completo AQUÍ

Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA. 

CONOCE A SAN JUAN BOSCO


San Juan Bosco
Debemos acostumbrarnos a vivir siempre en la presencia de Dios, puesto que Él está presente en todo.


Por: Pedro García, Misionero Claretiano | 




Un Santo tan popular, tan universalmente venerado, tan querido de todos. Un hombre tan grande, con una idea fija: ¡Señor, dame almas!... Almas, almas, sobre todo de niños y de jóvenes, para llevarlas a ti.

Al hablar de San Juan Bosco hay que empezar por su madre, la famosa mamá Margarita, porque la madre dejó impresa en Juan una huella indeleble, de mucha trascendencia en su vida y en su misión educadora. Margarita forma a su hijo en el temor santo de Dios, y le dice con gravedad:

- Dios nos ve; Dios está en todas partes; Dios es nuestro Padre, nuestro Redentor y nuestro Juez, que de todo nos tomará cuenta, que castigará a los que desobedecen sus leyes y mandatos, y premiará con largueza infinita a los que le aman y obedecen. Debemos acostumbrarnos a vivir siempre en la presencia de Dios, puesto que Él está presente en todo.

Esto dice una madre cristiana, tan amorosa pero tan seria, que sabe poner un fundamento indestructible. Juan aprende bien la lección, y ese temor de Dios será la base de su sistema educativo.

Pronto descubre el niño Juan, a sólo nueve años de edad, lo que va a ser su vida.



Tiene una visión extraordinaria. Contempla en una pradera a muchos niños que gesticulan, blasfeman, roban y se entregan a toda suerte de fechorías. Entonces él, Juan Bosco, se tira en medio de ellos, y empieza a repartir golpes y bastonazos furiosos... Hasta que le detiene el Señor, que se le aparece y le amonesta:

- ¡No; así no se hace! Ponte en medio de ellos, y enséñales lo feo que es el pecado y lo bella que es la vida cristiana.

Aparece también la Señora, que le muestra una manada de animales extraños y feroces, cambiados después en corderos juguetones y que balan amorosos, mientras la Señora le dice:

- ¡Mira lo que te espera! Hazte bien humilde, fuerte, bueno, y verás lo que vas a hacer.
Juan se echa a llorar. Pero sigue la Señora:
- Llegará un tiempo en que lo comprenderás todo.

Y desapareció la visión. En ella está encerrada la misión que le espera a Juan Bosco: Jesucristo y la Virgen le encomiendan la salvación de los niños y los jóvenes. En vez de ser unos maleantes y unos perdidos en la sociedad, como los animales aquellos, serán ciudadanos dignos y unos cristianos ejemplares, como corderitos mansos.

Ya sacerdote, Juan Bosco está en la sacristía y ve cómo el sacristán golpea sin compasión a un muchacho de quince años porque no sabe ayudar a Misa. Juan Bosco se enternece.

- Ven, muchacho. Vamos a rezar.
- Yo no sé rezar, Padre.
- No tengas miedo, ya lo harás conmigo.
Se arrodillan los dos, y rezan a la Virgen. Don Bosco le encarga:
- Vente aquí el domingo por la tarde.

Y allí que se presenta el chico con otros compañeros. ¡Nacía entonces en Turín la obra de los Ora-torios festivos, y con ella toda la obra inmensa de Don Bosco! Los Salesianos, las Hijas de María Auxiliadora... Y por doquier, oratorios, escuelas, templos de fuerte espiritualidad...

Nos hemos acostumbrado a pensar en un Don Bosco que pasa la vida riendo y haciendo reír. Pero hay que adentrarse en aquella alma de santo troquelada en la pobreza, el abandono y la comprensión de los principios del Oratorio, que era emigrante hasta que se asentó de manera estable. Los chicos le vieron por primera vez llorar. Y su madre, la clásica mamá Margarita, mujer santa de veras, aunque vivía feliz en el seno del hogar con su hijo José y sus nietecitos, abandona decidida todo para vivir en plenitud la pobreza y las angustias de su hijo Juan, el sacerdote de quien está tan orgullosa. La madre de Don Bosco es también la madre también de cientos y de miles de muchachos del Oratorio bendito.

¿Dónde está el secreto de Don Bosco? Está en su Sistema Preventivo, que se ha hecho famoso.
Al niño, al joven, hay que darle Religión, Temor santo de Dios, Sacramentos, Oración. Para cuando el demonio venga, llegará tarde.

Después, meter grandes convicciones en el niño y en el joven, para que actúen siempre con sentido de responsabilidad, por sí mismos, y no por miedo.

Y, finalmente, tratarlos con mucho amor. La familiaridad con ellos, les llevará al amor. El amor, les inspirará confianza. Con la confianza en el educador, se tiene todo ganado.

Así lo hacía Don Bosco. Su mejor alumno, Domingo Savio, que con sus quince años está en los altares, dirá: -Nosotros aquí hacemos consistir la santidad en mucha alegría.

En 1887, poco antes de morir, Don Bosco llega a Roma para inaugurar la Basílica del Sagrado Corazón, hasta quince veces interrumpe la Misa con el llanto. ¿Por qué llora?... Le han venido a la mente las palabras de la Virgen en aquella visión: -A su tiempo lo entenderás todo. Así es. Tantos niños y jóvenes como se hubieran perdido, son en sus oratorios y escuelas una gloria de la sociedad y de la Iglesia. ¡Miles y miles de jóvenes en camino de salvación!... Su sed de almas está saciada...

Don Bosco, San Juan Bosco, es uno de los hombres más providenciales suscitados por Dios en la Iglesia de nuestros días.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 1 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 1



Dice el Evangelio que Cristo vino a este mundo a traernos la Vida, la verdadera Vida de Dios en nosotros. Cristo es esa Vida y esa Vida ha venido a nosotros por María.

El que vive esa Vida divina es más hijo de Dios y es más hijo de María, nada hay más importante y decisivo para el cristiano que vivir la vida de Dios, y desde ese “lugar”, desde esa experiencia, contemplar y vivir todo lo demás.

Para vivir esa vida divina nos ayudará poderosamente la vigilancia y protección de la Santísima Virgen, tratando de imitar sus virtudes en todos nuestros actos, no olvidando recurrir a ella con frecuentes y fervientes plegarias.

Ven, Espíritu Santo, y ayúdanos a crecer en el silencio y la contemplación como María, para que sepamos conservar y meditar en nuestro corazón las palabras de Jesús.



* P. Alfonso Milagro
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