CRISTO... ES
El Cristo en
nosotros es la fuente ilimitada de paz. Al aquietarnos ahora, permitimos
que la paz calme cualquier temor o inquietud. Respiramos profundamente y
liberamos cualquier sentimiento de tensión. Nos hacemos receptivos a la
serenidad y a la tranquilidad.
Al relajarnos en el silencio, permitimos que la paz del Cristo llene cada faceta de nuestros cuerpos, mentes y espíritus. Con serenidad y seguridad, dejamos que la paz de nuestros corazones fluya hacia las personas que sostenemos en oración.