miércoles, 22 de abril de 2020

IMÁGENES DE MAYO, MES DE MARÍA



















VIVE EL MOMENTO PRESENTE


Vive el momento presente



“Tienes tan sólo una vida, y la vida nada es sino una medida del tiempo. Por lo tanto trata con afecto cada hora porque no retornará jamás. No puede conservarse hoy para ser usada mañana. ¿Quién puede atrapar el viento? Sacrifícate hoy y conságrate al trabajo. Canjea los minutos sabiamente por algo de valor. Que hoy sea el mejor día de tu vida” (OM).

Hay quienes viven corriendo, ansiosos, siempre un paso más adelante, más en el futuro que en el presente. Están almorzando con su familia y su mente está lejos pensando en mil cosas que hay que hacer después. Están haciendo un trabajo, pero su cabeza está en las posibles vacaciones que hay que planificar. Están dialogando con un amigo y su mente está en unas ofertas que vieron en el supermercado y que quieren aprovechar. Quieren terminar todo rápidamente. Todo se les ha vuelto urgente e indispensable. Haz lo que te sea posible, pero lo importante es que no se te escape este instante, que en realidad es lo único que tienes (Víctor Fernández).

“Hoy haré de cada tarea ordinaria una expresión de excelencia, manifestando en cada momento la grandeza de mi ser. Hoy tendré los pies en la tierra comprendiendo la realidad, y la mirada en las estrellas para inventar mi porvenir. Hoy tendré tiempo de ser feliz y de convertir cada una de mis acciones en manifestaciones de bondad”. 



* Enviado por el P. Natalio

EXPLICACIÓN DEL AVE MARÍA

Explicación del Avemaría
El Padre Evaristo Sada, L.C, nos regala una hermosa y pedagógica reflexión sobre el Avemaría


Por: P. Evaristo Sada LC | Fuente: http://www.la-oracion.com




El Padre Evaristo Sada, L.C, nos regala una hermosa y pedagógica reflexión sobre el Avemaría con la intención de que al pronunciar cada frase lo hagamos con sentido pleno.

Después de haber respondido a la pregunta ¿Cómo rezar bien el Avemaría? vamos a comentar el avemaría con la intención de que al pronunciar cada frase lo hagamos con pleno sentido.

En el año 1525 se encuentra ya el Avemaría en los catecismos populares, pero la fórmula definitiva tal y como nosotros la rezamos la fijó Pío V en 1568, con ocasión de la reforma litúrgica.

• Dios te salve

Imagínate cómo es la mirada de Dios sobre la mujer que Él creó y eligió para que fuera su madre: una mirada llena de amor, de predilección, de gozo y complacencia. Hasta donde te sea posible, cuando comiences el Avemaría apropia la mirada de Jesús sobre su Madre y salúdala con las palabras del Arcángel Gabriel en la anunciación (Lc. 1,28). Desde lo más profundo de tu corazón dile: "alégrate María".


• María

Pronunciar el nombre de María te llena de amor y de confianza. María significa la amada del Señor, Señora, estrella del mar, la que orienta a los navegantes y los dirige a Cristo. San Alfonso María de Ligorio dice que es un "nombre cargado de divinas dulzuras" y Tomas de Kempis afirma que los demonios temen de tal manera a la Reina del cielo, que al oír su nombre, huyen de aquel que lo nombra como de fuego que los abrasara.

• Llena eres de gracia, el Señor es contigo

Porque Dios está con ella María está completamente impregnada de gracia, como una esponja bajo el agua. María está llena de la presencia de Dios y Dios es la fuente de la gracia. El poder del Altísimo la cubrió con su sombra (Lc 1,35), es decir, Dios descendió para habitar en ella.

María es "la morada de Dios entre los hombres" (Ap 21,3) Dios se da por completo a María, la colma de belleza, y ella, que desborda Gracia divina, la entrega a la humanidad.


• Bendita tú entre las mujeres

Isabel fue la primera en decirle a María: "Tú eres bendita entre todas las mujeres" (Lc 1,42) Es bendita porque Dios la eligió con amor eterno, porque es la madre de Dios, porque es madre y virgen, porque es inmaculada, porque fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celeste.

• Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús (cfr. Lc 1,42)

María es la viña fecunda que nos entrega el mejor de los frutos, el alimento que sacia. El fruto de su vientre es fruto del amor de Dios, de la maravillosa y fecunda colaboración entre el Espíritu Santo y esa pobre jovencita de Nazareth. A mí me ayuda mucho contemplar el icono de la "Madre del signo" que nos muestra a Jesús en el vientre de María en forma de Eucaristía: "el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre" (Jn 6, 51).

• Santa María, Madre de Dios

Comenzamos la segunda parte del avemaría exaltando su santidad y el gran motivo de su dignidad. La portadora de Dios es santa. Ella creyó en la Palabra del Señor y se entregó como la esclava del Señor, y gracias a eso el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Como madre alimentó a Jesús, lo protegió, lo educó. ¡Qué digna representante del género humano que le da a Dios todo el amor que su pequeñez es capaz de dar!

Nos duele escuchar: "Y los suyos no le recibieron" (Jn 1,11) pero María sí lo recibió y hoy nosotros, cultivando la vida de gracia, queremos recibirlo como lo hizo ella.

• Ruega por nosotros pecadores

Su maternidad espiritual se extiende a todas las generaciones, a todos los hermanos de Jesús, y ella ruega por nosotros, vela por nuestras necesidades. Como en las bodas de Caná va una y otra vez con Jesús y le dice: "No tienen vino", y obtiene abundantes bienes para sus hijos. Ella protege con particular predilección a los más pequeños, a los indefensos, a los enfermos, a los que tienen heridas morales, a los pecadores. Vemos lo espléndida que es en los Santuarios Marianos: Guadalupe, Lourdes, Fátima, El Pilar, Loreto, Luján, Aparecida, La Vang, Medjugorje...

Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, me declaro pecador, necesito que desbordes sobre mí tu corazón misericordioso.

• Ahora

En el momento presente, en todo momento presente. Cuando todo va bien y cuando no, cuando estoy en gracia y cuando no, cuando me siento bien y cuando no, en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y las tristezas, en la luz y en la oscuridad: siempre. El "ahora" abarca toda mi vida, porque el momento presente recoge el pasado, el presente y el futuro: todo lo pongo en tus manos. En el presente reparo por mi pasado, te ofrezco mi futuro, vivo según el Evangelio.

Decirle ruega ahora por mí, es decirle: te necesito siempre a mi lado María, siempre; no te separes de mí.

• Y en la hora de nuestra muerte

Así como estuviste junto a Jesús en la hora de su muerte (cf Jn 19, 27), así desde ahora te pido que cuando termine mi vida terrena estés conmigo. Si paso mis últimos días enfermo, quiero que como buena madre me acompañes de día y de noche. Al morir quiero tener un Rosario en la mano y sentir tu mejilla en mi frente, mientras me dices al oído: No tengas miedo, que no te aflija cosa alguna, ten confianza, ¿qué no estoy yo aquí que soy tu Madre?

Quiero que mis últimas palabras sean: "María, Jesús", y que habiéndolas pronunciado me cargues en tus brazos y me pongas en los brazos del Padre. Quiero que tú me lleves con Jesús, y que al despertar allá en el cielo tenga mi cabeza reclinada sobre Su pecho, y estar sintiendo tus caricias por toda la eternidad.

• Amén

Es una palabra aramea (la lengua de Jesús) que significa fuerza, solidez, fidelidad, seguridad. Se usa para afirmar y confirmar. Decir Amén es decir que sí, que así es, que estamos de acuerdo y afirmamos con fuerza y seguridad lo que creemos. Decir amén al final del avemaría es decirle: "Sí, Madre, yo sé que cada vez que te dirijo esta oración tú trabajas mi corazón, me estás formando, me vas modelando poco a poco, me vas ayudando a crecer en las virtudes de la humildad, la pobreza, la caridad, la pureza, la prudencia, la generosidad, la misericordia.... Sí, Madre, hazlo con toda libertad, te lo suplico: amén.

EL PAPA FRANCISCO CUMPLE 47 AÑOS COMO JESUITA


El Papa Francisco cumple 47 años como jesuita
Redacción ACI Prensa





Este miércoles se cumplen 47 años de la profesión solemne religiosa de Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, que entró en la Compañía de Jesús el 11 de marzo de 1958 y profesó el 22 de abril de 1973.

El primer Papa latinoamericano de la historia fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969 y después continuó su formación en España entre 1970 y 1971. Dos años más tarde realizó su profesión perpetua como jesuita.


Entre 1972 y 1973 fue maestro de novicios en Argentina, en la localidad bonaerense de San Miguel, donde también ejerció como profesor de la Facultad de Teología, consultor provincial de la Orden y Decano del Colegio. El 31 de julio de ese año fue elegido Provincial de los jesuitas en Argentina. Tenía 37 años.

El 22 de abril es una fecha tradicional en que los jesuitas pronuncian sus votos definitivos tras concluir su formación religiosa, pues ese día, en 1542, San Ignacio de Loyola –fundador de la Compañía de Jesús– y sus primeros compañeros pronunciaron en Roma su profesión solemne después de que el Papa Pablo III aprobase la nueva orden.

San Ignacio de Loyola y sus compañeros hicieron su profesión ante una imagen de la Virgen María en la Basílica de San Pablo Extramuros de Roma, que en aquel tiempo era la Basílica Papal puesto que la Basílica de San Pedro aún se hallaba en construcción.

El Papa Francisco rezó ante esa misma imagen al final de la Misa durante su primera visita a la Basílica el domingo 14 de abril de 2013, una semana después de haber tomado posesión como Obispo de la diócesis de Roma.

PAPA FRANCISCO: EL PECADO NOS CIEGA, NOS CONVIERTE EN MURCIÉLAGOS HUMANOS


Papa Francisco: “El pecado nos ciega, nos convierte en murciélagos humanos”
POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El Papa Francisco lamentó que hay personas que prefieren las tinieblas a la luz, personas cegadas por el pecado, porque el pecado ciega, y convierte a los hombres en “murciélagos humanos que sólo saben moverse en la noche”.

Así se expresó el Pontífice durante la Misa celebrada este miércoles 22 de abril en la Casa Santa Marta.

En la homilía, el Santo Padre señaló que “también nosotros cuando estamos en pecado nos encontramos en este estado. No toleramos la luz. Es más cómodo para nosotros vivir en las tinieblas. La luz nos abofetea, nos hace ver aquello que no queremos ver”.

Pero lo peor “es que los ojos del alma, de tanto mirar en las tinieblas, se habitúan, hasta el punto de que terminan por ignorar qué es la luz. Pierden el sentido de la luz, porque me acostumbro más a las tinieblas”.

El amor de Dios en el crucifijo

A partir del fragmento del Evangelio de San Juan de este miércoles, que el Papa definió como “un verdadero tratado de Teología” y en el que se narra el diálogo entre Jesús y Nicodemo, Francisco reflexionó sobre dos puntos: el amor de Dios en Cristo crucificado, y la luz frente a las tinieblas.

Sobre el primer punto, el Pontífice recordó que “Dios nos ama, y nos ama con locura. El amor de Dios parece una locura. ‘Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo unigénito’. Dio a su hijo, entregó a su hijo y lo envió para morir en la Cruz”.


“Cada vez que miramos al crucifijo, encontramos este amor. El crucifijo es, precisamente, el gran libro del amor de Dios. No es un objeto de colocar aquí, colocar allá, más antiguo, más moderno… Es precisamente la expresión del amor de Dios”.

Subrayó que “Dios nos ha amado así: Ha enviado a su hijo, se ha entregado hasta la muerte de Cruz por amor. Dios amó tanto al mundo hasta dar a su hijo”.

“Cuántos cristianos pasan el tiempo mirando el Crucifijo y allí lo encuentran todo. Porque han comprendido, el Espíritu Santo les ha hecho entender que allí está toda la ciencia, todo el amor de Dios, toda la sabiduría cristiana”.

Señaló que “Pablo habla de esto explicando que todos los razonamientos que hacen los humanos sirven hasta cierto punto, pero el verdadero razonamiento, el modo de pensar más bello, y que más explica todo, es la Cruz de Cristo, es Cristo crucificado, que es escándalo y locura, pero que es el camino”.

Luz frente a tinieblas

El segundo punto se refiere al versículo que dice que “la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras eran malvadas”.

“Muchos escándalos humanos, tanta corrupción se deben” a que hay personas que, cegadas por el pecado, prefieren las tinieblas a la luz, sólo pueden vivir en tinieblas, como murciélagos, porque la luz los ciega. Se han acostumbrado a vivir en la oscuridad y ya no pueden vivir en la luz.

“Los corruptos no saben qué es la luz, no la conocen. También nosotros cuando estamos en estado de pecado, alejados del Señor, estamos ciegos. Nos sentimos mejor en las tinieblas y nos movemos sin ver, como los ciegos, moviéndonos cómo podamos”.

El Papa Francisco finalizó la homilía invitando a dejar “que el amor de Dios que envió Jesús para salvarnos, entre en nosotros. Y la luz que trae Jesús, la luz del Espíritu, entre en nosotros y nos ayude a ver las cosas con la luz de Dios, con la luz verdadera, y no con las tinieblas que nos da el señor de las tinieblas”.

Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Juan 3:16-21

16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

18 El que creee en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.

19 Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

20 Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras.

21 Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios.»

HOY SE CELEBRA A SANTA MARÍA VIRGEN, MADRE DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS


Hoy se celebra a Santa María Virgen, Madre de la Compañía de Jesús
Redacción ACI Prensa





Desde el 22 de abril de 1541 se celebra cada año la fiesta de la Madre de la Compañía de Jesús, día en que los primeros jesuitas hicieron los votos solemnes ante la imagen de Santa María Virgen en la basílica romana de San Pablo de Extramuros.

San Ignacio narró toda la experiencia: “Cuando llegamos a San Pablo los seis nos confesamos, unos a otros. Se decidió que Íñigo dijese misa en la iglesia, y que los otros recibiesen el Santísimo Sacramento de sus manos, haciendo sus votos de la siguiente forma: Ignacio diciendo misa y justo antes de la comunión, sosteniendo un papel con la fórmula de los votos, se volvió hacia sus compañeros que estaban arrodillados, y pronunció las palabras de los votos”.


“Después de decirlas, comulgó recibiendo el Cuerpo de Cristo. Cuando terminó de consumir colocó las cinco hostias consagradas en la patena y se volvió hacia sus compañeros. Cada uno tomó el texto de los votos en su mano y dijo en voz alta las palabras. Cuando el primero terminó, recibió el Cuerpo de Cristo. Luego, por turnos, los demás hicieron lo mismo. La misa tuvo lugar en el altar de la Virgen, en el que estaba reservado el Santísimo Sacramento”.

“Cuando acabó la misa, después de orar ante los otros altares, regresaron al altar mayor, donde todos se acercaron a Íñigo. Le dieron un abrazo y el beso de la paz, con mucha devoción, sentimiento y lágrimas; así finalizaron la ceremonia de los votos y el dieron comienzo a su vocación”.

El 27 de septiembre de 1540, unos meses antes de que San Ignacio de Loyola junto a cinco compañeros (Salmerón, Laínez, Broet, Jay y Codure) hicieran los votos de pobreza, castidad y obediencia, el Papa Paulo III aprobó la Fórmula de la Compañía de Jesús y concedió licencia para hacer sus Constituciones.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 22 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Miércoles de la 2ª semana de Pascua
Hoy, miércoles, 22 de abril de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,17-26):

EN aquellos días, el sumo sacerdote y todos los suyos, que integran la secta de los saduceos, en un arrebato de celo, prendieron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la cárcel y los sacó fuera, diciéndoles:
«Marchaos y, cuando lleguéis al templo, explicad al pueblo todas estas palabras de vida».
Entonces ellos, al oírlo, entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con todos los suyos, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos de los hijos de Israel, y mandaron a la prisión para que los trajesen. Fueron los guardias, no los encontraron en la cárcel, y volvieron a informar, diciendo:
«Hemos encontrado la prisión cerrada con toda seguridad, y a los centinelas en pie a las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro».
Al oír estas palabras, ni el jefe de la guardia del templo ni los sumos sacerdotes atinaban a explicarse qué había pasado. Uno se presentó, avisando:
«Mirad, los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo».
Entonces el jefe salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.

Palabra de Dios



Salmo
Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9

R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles
y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,16-21):

TANTO amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 22 de abril de 2020
Eguione Nogeira, Misionero Claretiano



¡Queridos hermanos!

Seguimos con el dialogo de Jesús con Nicodemo. Jesús le presenta la finalidad del envío del Hijo único de Dios: la salvación de todas las personas. Solo cuando se comprende este acontecimiento salvífico se puede comprender el lugar de la condenación y del juicio en la vida de los seres humanos.

Es la primera vez que en el Evangelio de Juan Dios es el sujeto de la oración: “Tanto amó Dios al mundo” (Jn 3,16). Dios es identificado como origen de la salvación y pone en marcha su plan salvífico por su amor absoluto hacia la humanidad. Esta es la clave de lectura de la vida de Jesús: la manifestación del amor libre y gratuito de Dios por su pueblo. Y, más aún, su amor tiene un sentido universal: ¡Dios ama a todos!

Solo desde su amor es posible comprender la entrega de su Hijo: “entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. La vida de Jesús es vista como don total, libre donación. El Evangelio de hoy presenta la finalidad última del envío del Hijo: la salvación de las personas, no su condenación. El Padre ha enviado su Hijo porque en Él podemos reconocer nuestra identidad de hijos e hijas.

Al utilizar la imagen sencilla de la luz, y su ausencia, las tinieblas, el evangelista Juan nos dice que al que rechaza creer en Jesús es incapaz de reconocer el amor libre de Dios en favor de los seres humanos. No querer el amor Dios es la peor condenación que una persona puede experimentar en su vida.

El deseo de Dios en salvar a todas las personas se hace camino concreto en nuestra realidad personal: creer en Jesús. Él es la Palabra definitiva del Padre hacia nosotros; Él es la luz y la vida de todo ser humano, que se hizo carne para revelarnos el amor infinito y incondicional del Padre. Por eso, creer es más que aceptar un conjunto de doctrinas, es seguir este camino abierto por Dios que da a la vida un sentido y horizonte nuevos.

Vuestro hermano en la fe,

Eguione Nogueira, cmf

FELIZ MIÉRCOLES!!!





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