Autor: Tomas Hill
La Ascensión del Señor |
|||
Jesús Ascendió al Cielo con su Padre, después de haber cumplido su misión en la tierra. 5 de junio 2011 | |||
|
Páginas
- Página principal
- VIRGEN DEL CARMEN
- ORACIONES A JESÚS EUCARISTÍA
- LA DIVINA MISERICORDIA
- SANTA FAUSTINA Y LA DIVINA MISERICORDIA
- ORACIONES POR LAS VOCACIONES SACERDOTALES Y RELIGIOSAS
- MEDITACIONES
- REFLEXIONES
- BLOG CATÓLICO NAVIDEÑO
- MÁRTIRES DE LA DIÓCESIS DE CHIMBOTE
- UN TEÓLOGO RESPONDE
- EUCARISTÍA, MILAGRO DE AMOR
- BLOG CATÓLICO DEL PAPA FRANCISCO
- TIBERIADES EN GABITO GRUPOS
- CANONIZACIÓN DE JUAN PABLO II Y JUAN XXIII
- SANTOS Y SANTAS PARA COLOREAR
- SAN JOSÉ MARELLO
- SAN JOSÉ: NOVENA, ORACIONES Y IMÁGENES
- GIFS DE LA VIRGEN MARÍA
- IMÁGENES DE LA EUCARISTÍA
- INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
- SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - ORACIONES Y NOVENA 2024
- SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: JUNIO - MEDITACIONES
- NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - MEDITACIONES PARA JUNIO
- SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - MIS PRIMEROS VIERNES DE MES
- CRISTO REY
- CUARESMA 2024
- SEMANA SANTA - IMÁGENES
- EL VÍA CRUCIS EN IMÁGENES
- GIFS DE JESÚS DE NAZARETH
- ESPÍRITU SANTO: IMÁGENES, NOVENA, ORACIONES Y MEDITACIONES
- BLOG CATÓLICO DE EDUCACIÓN RELIGIOSA
- SAN PÍO DE PIETRELCINA
- ¿QUÉ ES EL ADVIENTO?
- ADVIENTO 2024
- LA CORONA DE ADVIENTO
- ADVIENTO - MEDITACIONES
- TARJETAS DE FELIZ NAVIDAD
- TARJETAS DE FELIZ NAVIDAD - MERRY CHRISTMAS
- NAVIDAD - PESEBRES NAVIDEÑOS
- FELIZ AÑO NUEVO - HAPPY NEW YEAR
domingo, 5 de junio de 2011
La Ascensión del Señor
Paciencia y Esperanza..
Paciencia y Esperanza...
Un pastor tenía dos ovejas y estaba contento porque las dos habían parido y tenían unos hermosos y juguetones corderitos.
Durante la noche el pastor encerraba sus dos ovejas en un corral que tenía muy cerca de la casa. Así se aseguraba que lobos y zorros no las mataran.
En las horas del día las soltaba para que fueran a pastar por los cerros. Y aquel día las soltó, como siempre y dejó a los corderitos en el corral. Es muy riesgoso soltarlos tan pequeños.
Las dos ovejas cruzaron el río caminando sobre su firme lecho de piedras. Las aguas del río serrano eran poco profundas y ellas lo cruzaban a diario. Pero al poco tiempo se desató un temporal muy fuerte y la lluvia fue repentina y torrencial. Las aguas descendieron de los cerros, se volcaron torrentosas en los pequeños arroyos y llegar turbias al cauce del río y el río se desbordó.
El pastor salió hasta la orilla, porque sabía que se acercaba la hora en que sus ovejas regresarían, para amamantar a sus críos y pasar la noche en el corral y vio que sería imposible cualquier intento por cruzar aquel torrente de aguas, sin exponerse a ser arrollado y golpeado contra las piedras.
Una oveja se puso a pastar paciente en la orilla, esperando que las aguas bajaran, la otra se impacientó y comenzó a lamentarse: "Esta agua no descenderá y mis hijitos se morirán de hambre, aquí nos sorprenderá el lobo y nos moriremos". La compañera trató de calmarla: "No te impacientes, recuerda que ya vimos muchas crecientes en el río y siempre vimos las aguas descender, no nos pasará nada grave y mañana amamantaremos a nuestros hijos".
De nada valieron sus reflexiones, la oveja se arrojó al agua. El pastor la
miraba impotente desde la orilla opuesta. La pobre oveja avanzó un par de metros, pero las aguas la vencieron y la arrastraron río abajo, el pastor y la compañera vieron cómo el cuerpo de la desdichada era llevado por la corriente, que lo golpeaba contra todas las rocas salientes.
Al anochecer las aguas ya habían descendido bastante, pastor y oveja se miraban desde las dos orillas, el pastor que conocía bien los pasos menos riesgosos, entró al agua y lenta y cuidadosamente, llegó hasta la otra orilla, ató una cuerda al cuello de su oveja y ambos volvieron a cruzar el río.
Los corderitos balaban en el corral, el pastor hizo que los dos huerfanitos mamaran de la oveja sobreviviente, que se constituyó en su madre adoptiva.
"Sin esperanza es imposible tener paciencia, porque nadie espera lo imposible y la esperanza más hermosa es la que nace en situaciones más desesperantes. La impaciencia, con la que quieren alcanzarlo todo hoy, es la que te hace perder la oportunidad de alcanzarlo mañana."
Durante la noche el pastor encerraba sus dos ovejas en un corral que tenía muy cerca de la casa. Así se aseguraba que lobos y zorros no las mataran.
En las horas del día las soltaba para que fueran a pastar por los cerros. Y aquel día las soltó, como siempre y dejó a los corderitos en el corral. Es muy riesgoso soltarlos tan pequeños.
Las dos ovejas cruzaron el río caminando sobre su firme lecho de piedras. Las aguas del río serrano eran poco profundas y ellas lo cruzaban a diario. Pero al poco tiempo se desató un temporal muy fuerte y la lluvia fue repentina y torrencial. Las aguas descendieron de los cerros, se volcaron torrentosas en los pequeños arroyos y llegar turbias al cauce del río y el río se desbordó.
El pastor salió hasta la orilla, porque sabía que se acercaba la hora en que sus ovejas regresarían, para amamantar a sus críos y pasar la noche en el corral y vio que sería imposible cualquier intento por cruzar aquel torrente de aguas, sin exponerse a ser arrollado y golpeado contra las piedras.
Una oveja se puso a pastar paciente en la orilla, esperando que las aguas bajaran, la otra se impacientó y comenzó a lamentarse: "Esta agua no descenderá y mis hijitos se morirán de hambre, aquí nos sorprenderá el lobo y nos moriremos". La compañera trató de calmarla: "No te impacientes, recuerda que ya vimos muchas crecientes en el río y siempre vimos las aguas descender, no nos pasará nada grave y mañana amamantaremos a nuestros hijos".
De nada valieron sus reflexiones, la oveja se arrojó al agua. El pastor la
miraba impotente desde la orilla opuesta. La pobre oveja avanzó un par de metros, pero las aguas la vencieron y la arrastraron río abajo, el pastor y la compañera vieron cómo el cuerpo de la desdichada era llevado por la corriente, que lo golpeaba contra todas las rocas salientes.
Al anochecer las aguas ya habían descendido bastante, pastor y oveja se miraban desde las dos orillas, el pastor que conocía bien los pasos menos riesgosos, entró al agua y lenta y cuidadosamente, llegó hasta la otra orilla, ató una cuerda al cuello de su oveja y ambos volvieron a cruzar el río.
Los corderitos balaban en el corral, el pastor hizo que los dos huerfanitos mamaran de la oveja sobreviviente, que se constituyó en su madre adoptiva.
"Sin esperanza es imposible tener paciencia, porque nadie espera lo imposible y la esperanza más hermosa es la que nace en situaciones más desesperantes. La impaciencia, con la que quieren alcanzarlo todo hoy, es la que te hace perder la oportunidad de alcanzarlo mañana."
Mirar un poco más hacia el cielo
Mirar un poco más hacia el cielo
Hoy
celebramos la glorificación de Jesús. Dios había venido del cielo
haciéndose hombre para salvarnos, muriendo en la cruz. Ese Dios hecho
hombre, que es Jesús, había resucitado y debía volver glorificado al
cielo. Es lo que llamamos Ascensión. Para ello no necesitaba de hechos
externos ni visuales, porque su cuerpo ya no estaba en nuestra esfera
material y visible. Por eso podemos decir que desde el momento de su
resurrección, ya subió o estaba en el cielo. Pero los apóstoles sí
necesitaban algo externo, algo sensible, que les iluminara la mente y
les diera impulso en su ánimo. De ahí que Jesús, durante cierto tiempo,
les siguió adoctrinando, hasta que tuvieron esa experiencia de que Jesús
ya no iba a estar más con ellos, sino que ellos eran los que debían ir
por el mundo a enseñar los mensajes de Jesús y hacer discípulos.
Hoy
encontramos en la primera lectura de los “Hechos” la descripción que
san Lucas hace detallada del suceso. Se lee todos los años en esta
fiesta. Es posible que en parte o quizá la mayoría sea como una parábola
para indicarnos grandes enseñanzas. San Lucas es el evangelista más
instruido y que escribe mejor literariamente. Por eso termina su libro
del evangelio y comienza el de los “Hechos” con la exaltación del gran
personaje, que es Jesús.
Nos
recuerda un poco las grandes exaltaciones que en la literatura se hace
de grandes personajes, que desaparecen de modo sobrenatural, como en el
Antiguo Testamento, cuando Elías es arrebatado al cielo. Siempre lo
hacen después de unas solemnes palabras. También Jesús da su gran
mensaje, como hoy vemos al final del evangelio de san Mateo. El mensaje
es que vayan por el mundo a predicar el Evangelio, al mismo tiempo que
les trasmite el poder que Él ha recibido de su Padre y la promesa de que
nunca les abandonará.
Nosotros
en este día debemos impulsar nuestra esperanza en cuanto a nuestro
final y para el presente. Si Jesús, que es nuestra cabeza, subió y está
en el cielo, nosotros, que somos miembros de su cuerpo, esperamos
seguirle. Es lo que pedimos hoy en la principal oración de la Misa. Y
por eso debemos mirar un poco más hacia el cielo. Ciertamente que los
ángeles les dijeron a los apóstoles que no tanto miraran al cielo, sino
que pensasen en la tierra, en lo que debían hacer aquí. Pero la realidad
es que la mayoría de las personas están tan atadas a las realidades
mundanas, que no se les ocurre mirar hacia el cielo, donde está Jesús,
donde está la Virgen María con todos los santos, esperándonos con Dios
en la absoluta perfección, en el amor, la luz, la gloria, la plena
felicidad. Ese es nuestro destino: la glorificación con Cristo.
Pero
mientras llegamos allí, debemos trabajar aquí en la tierra. Debemos ser
testigos, como los apóstoles, de las enseñanzas de Jesús. Sabemos que
la principal enseñanza es el amor. Por eso, aunque pensamos en la ciudad
futura, en el cielo, no podemos descuidar el mejoramiento de todo lo
relacionado con nuestra tierra. Y por eso buscamos el bien del prójimo.
Jesús,
aunque subió al cielo, no nos abandona. En primer lugar les dijo a los
apóstoles que esperasen la efusión del Espíritu, como así fue el día de
Pentecostés. El Espíritu Santo está en nuestra alma para ayudarnos a que
seamos testigos con nuestras palabras y con el ejemplo de la vida. Pero
Jesús mismo está y estará siempre “hasta la consumación de los siglos”.
Está sobre todo en la Eucaristía.
Jesús,
al terminar su enseñanza en la tierra, proclama ante los apóstoles su
señorío recibido del Padre. Este poder lo trasmite a la Iglesia para
convocar nuevos discípulos mediante el bautismo y la enseñanza. Y
promete su permanencia espiritual. Esta asistencia suministra el coraje
necesario para superar todos los temores y tempestades y confiere un
ámbito ilimitado, que es todo el mundo, para la actuación de la
salvación.
El
triunfo de Jesús es diferente de los humanos. Cuando aquí se triunfa es
porque otros pierden. Cuando triunfa Jesús, todos salimos ganando.
Enviado por Silverio Velasco (España)
La Fiesta de la Ascención del Señor
Autor: Alberto Ramirez Mozqueda | Fuente: Catholic.net La Fiesta de la Ascención del Señor | |
Cristo tuvo mucho cuidado en darles poder a sus Apóstoles para hacerlo presente en el mundo y afirmó, que él estaría con ellos siempre, hasta el fin de los tiempos. | |
Los niños de hoy están acostumbrados a oír de los viajes espaciales, a naves que viajan a velocidades que escapan a la imaginación y que tocan países insospechados con otras costumbres y otras formas de vida. Por eso podrían quedarse con la impresión de que Cristo en su Ascensión a los cielos, se hubiera adelantado al tiempo, subiendo en su propia nave hasta desplazarse hasta el mismísimo cielo. Tenemos que decir entonces de entrada que el cielo y el espacio de las estrellas, los astros, los asteroides y los cometas, un mundo vastísimo, es otro totalmente distinto del que nos presentan los evangelistas que afirman que Cristo subió al cielo, donde “Dios habita en una luz inaccesible” (1 Tim 6.16), lo cual quiere decir que nosotros mismos estaremos invitados a subir con Cristo pero no precisamente a un espacio o a un lugar sino a una situación nueva si vivimos en el amor y en la gracia de Dios. La fiesta de la Ascensión del Señor es entonces la fiesta de la Verdadera esperanza para los cristianos y en general para todos los hombres, pues cuando Cristo envía a sus apóstoles al mundo, quiere hacer que su mensaje llegue precisamente a todos los hombres, rotas ya las barreras y todas las fronteras, hasta hacer de la humanidad una sola familia salvada por la Sangre de Cristo. Cristo no sube solo, somos parte suya, y por lo tanto, algo nuestro ya está en la casa el Padre, esperando la vuelta de todos para sentarnos con Cristo a ese banquete que se ofrece a todos los que fueron dignos de entrar al Reino de los cielos. La fiesta en cuestión comenzó a celebrarse hasta el siglo VI pues los siglos anteriores se consideraba como una sola festividad tanto la Resurrección de Cristo como su misma Ascensión, pero se pensó en celebrar ésta última como la plena glorificación de Cristo, su exaltación a los cielos, el sentarse a la diestra de Dios Padre, su constitución como Juez y Señor de vivos y muertos y por lo tanto con poder para enviar a su Iglesia al mundo a hacerlo presente en sus sacramentos, en su Eucaristía, descubriéndole en los pobres y los marginados del mundo, comprometiéndose seriamente con ellos como él lo hizo con cada uno de los actos de su vida, pero sobre todo con su muerte en lo alto de la cruz. La Ascensión tiene lugar en Galilea, donde Jesús comenzó su ministerio público pero no fue tanto un dato meramente geográfico, sino para hacerles entender a sus apóstoles que Jerusalén ya no era el centro de religiosidad y de culto, sino que desde ahora él se constituía en Aquél por el que se podía tener libre acceso al Padre. Galilea sería como un símbolo de una humanidad que vive una nueva esperanza y una nueva acogida por el Buen Padre Dios, invitándonos a romper toda esclavitud, pues él ya no quiere más sirvientes sino hijos. Cristo tuvo mucho cuidado antes de su subida de darles poder a sus Apóstoles para hacerlo presente en el mundo, pero también afirmó, y con un verbo en presente que él estaría con ellos siempre, hasta el fin de los tiempos. Esa es la gran alegría de los cristianos, poder unirse desde ahora al Salvador sin tener que esperar hasta el momento final, y hacerlo como discípulos del único Maestro, que quiere a la humanidad unida en su Amor. |
Suscribirse a:
Entradas (Atom)