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martes, 31 de octubre de 2017
VENGO POR TI
Vengo por ti
Vengo por ti Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la comida para cenar, la cual no me gustó mucho que digamos y tengo que comer la comida que no me gusta.
Voy a entrar al baño y mi hija de apenas año y medio no me deja porque quiere jugar conmigo. No entiende que estoy cansado y quiero entrar al baño.
Después, tomo mi teléfono móvil para revisar los mensajes pendientes en mi sillón y mi hija nuevamente quiere jugar y que la arrulle entre mis brazos. Yo quiero revisar mi smartphone con tranquilidad, y sale mi esposa con su: "¿Qué tal me ves? Me arreglé para ti".
Le digo que bien, sin despegar mis ojos de mi móvil. Para variar, se enoja conmigo por que dice que no la comprendo y que nunca la escucho. No sé por qué se enoja si le pongo toda mi atención, es más, aún viendo la televisión le pongo atención, bueno, siempre y cuando haya malos anuncios. A veces quisiera estar solo y no escuchar nada, yo sólo quiero descansar. Suficientes problemas tengo en el trabajo para escuchar los de mi casa.
Mi padre también me molesta algunas veces y entre clientes, esposa, hija, padre, me vuelven loco, quiero paz. Lo único bueno es el sueño, al cerrar mis ojos siento un gran alivio de olvidarme de todo y de todos.
-Hola, vengo por ti.
-¿Quién eres tú? ¿Cómo entraste?
-Me manda Dios por ti, dice que escuchó tus quejas y tienes razón, es hora de descansar.
-Eso no es posible, para eso tendría que estar...
-Así es, sí lo estás; ya no te preocuparás por ver a la misma gente, ni por caminar, ni de aguantar a tu esposa con sus guisos, ni a tu pequeña hija que te moleste; es más, jamás escucharás los consejos de tu padre.
-Pero... ¿Qué va a pasar con todo? ¿Con mi trabajo?
-No te preocupes; en tu empresa ya contrataron a otra persona para ocupar tu puesto y por cierto, está muy feliz porque no tenía trabajo.
-¿Y mi esposa y mi hijita?
-A tu esposa le fue dado un buen hombre que la quiere, respeta y admira por sus cualidades que tú nunca observaste en ella y él acepta con gusto todos sus guisos sin reclamarle nada, porque gracias a Dios y a ella, tiene algo que llevarse a la boca todos los días a diferencia de otras personas que no tienen nada que comer y pasan hambre hasta durante meses. Y además, se preocupa por tu hija y la quiere como si fuera de él y por muy cansado que siempre llegue del trabajo, le dedica tiempo para jugar; son muy felices.
-No, no puedo estar muerto.
-Lo siento, la decisión ya fue tomada.
-Pero... eso significa que jamás volveré a besar la mejillita de mi hijita; ni a decirle te amo a mi esposa; ya no veré a mis amigos para decirles lo mucho que los aprecio; ni darle un abrazo a mi padre. Ya no volveré a vivir, ya no existiré más, me enterrarán en el panteón y ahí se quedará mi cuerpo cubierto de tierra. Nunca más volveré a escuchar las palabras que me decían: "Hey amigo, eres el mejor"; "Hijo mío, estoy orgulloso de ti"; "Cuánto amo a mi esposo"; "Hermano mío, me alegro de que vinieras a mi casa"; "Papi..."
-No, no quiero morir; quiero vivir, envejecer junto a mi esposa, no quiero morir todavía...
-Pero es lo que querías, descansar, ahora ya tienes tu descanso eterno, duerme para siempre.
-No, no quiero, no quiero. ¡Por favor, Dios!
-¿Qué te pasa amor? ¿Tienes una pesadilla? - dijo mi esposa despertándome.
-No, no fue una pesadilla, fue otra oportunidad para disfrutar de ti, de mi bebé, de mi familia, de todo lo que Dios creó. ¿Sabes?, Estando muerto ya nada puedes hacer y estando vivo tienes la oportunidad de hacer felices a los demás y hacer la voluntad de Dios. Una vez cerrados tus ojos, nadie te garantiza volver a abrirlos.
¡Que bello es vivir! Hoy lo logré, mañana... mañana Dios dirá
HAY PECADOS IMPERDONABLES?
¿Hay pecados imperdonables?
1) Para saber
¿Hay algún pecado que Dios no perdone? Sabemos que Dios es infinitamente misericordioso, pero hay un texto en el Evangelio que nos dice que el pecado contra el Espíritu Santo no será perdonado (cfr. Mt 12, 32; Mc 3, 29). ¿A qué se refiere este pecado?
El Magisterio de la Iglesia, a través del “Catecismo de la Iglesia Católica”, nos da la explicación: “No hay límites a la misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acoger la misericordia de Dios mediante el arrepentimiento rechaza el perdón de sus pecados y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo. Semejante endurecimiento puede conducir a la condenación final y a la perdición eterna” (n. 1864).
Al habernos creado libres, Dios respeta esa libertad y si alguno no quiere arrepentirse y no pide perdón, queda sin el perdón divino.
2) Para pensar
El Papa Francisco recordó que hay dos grandes obstáculos para la reconciliación de los hombres o de los grupos o naciones:
En primer lugar, la soberbia del que no reconoce la propia culpa y se niega por tanto a pedir perdón a quienes ha podido ofender con sus actos. No recibe el perdón, quien no muestra arrepentimiento.
En segundo lugar, la soberbia de quien se considera ofendido y espera que los "ofensores" se disculpen y le pidan el perdón de sus ofensas.
En las dos partes hay obstáculos para la reconciliación porque la soberbia ofusca: agranda las ofensas cometidas por los demás y esconde nuestras culpas.
El Papa Francisco, en un discurso vibrante y encendido, se refirió al “síndrome de Jonás” como aquella enfermedad que pueden sufrir las personas de bien y que consiste en encerrarse en su propia torre de marfil. En la historia de Jonás, el Señor le pide que vaya a Nínive para advertirles de su pecado, pero Jonás huyó a otro lugar. El Papa lo explica: “Jonás tenía las cosas claras: "la doctrina es ésta y se debe hacer esto" y que los pecadores "se las arreglen ellos solos, yo me voy".
A aquellos que viven según este “síndrome de Jonás", añadió el Pontífice, Jesús "llama hipócritas, porque no quieren la salvación de la gente pobre, de los ignorantes y de los pecadores… se busca una santidad -me permito la palabra- una santidad de lavandería, toda bonita, impecable, pero sin ese celo de ir a predicar el Señor". Síndrome que consiste en no tener celo por la conversión de la gente.
Podemos pensar si no habremos contraído dicho síndrome al ocuparnos nada más de hacer bien nuestras cosas, sin atender a los necesitados.
3) Para vivir
En el momento en que uno se siente "bueno", su propia bondad se convierte en el principal obstáculo de la reconciliación. En el mismo momento en que se enroca en su castillo, se separa de los pecadores. La soberbia no sólo exalta al pecador, también lo lleva a despreciar a los demás.
Por eso el Papa nos invita a todos a salir de nosotros mismos y de ir al encuentro de los demás, sin tener en cuenta las culpas de unos y de otros. Más aún, dando el paso de reconocer nuestras culpas y de pedir perdón a quienes hemos ofendido.
Nosotros podemos siempre perdonar, aunque nadie nos haya pedido perdón. Así seguiremos el consejo de Jesús: “Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso” (Mt 6,36).
Pbro. José Martínez Colín
BENDICE MIS TRABAJOS
Bendice mis trabajos
Utiliza en la vida los talentos que posees. Un autor dijo sagazmente que “el bosque estaría muy silencioso si sólo cantasen los pájaros que mejor cantan”. Para que tus capacidades se desarrollen plenamente debes liberarte del temor al fracaso. No pierdas entusiasmo, porque el Señor está contigo y te bendice y protege. Aquí tienes una oportuna oración del P. Fernández.
Señor, tú eres mi salvador, confiaré en ti. Bendice con tu infinito poder todos mis trabajos. Dame luz, habilidad, sabiduría para hacer las cosas bien, para no equivocarme en mis decisiones, para usar bien mis capacidades. Tómame, Señor, y capacítame con tu poder. Dejo en tus manos todos mis trabajos, Dios mío. No quiero debilitarme y perder el entusiasmo por el temor al fracaso. Quiero trabajar firme y seguro, porque tú estarás conmigo para liberarme. Contigo todo estará bien, todo terminará bien, y también de mis errores y fracasos sacarás una bendición para mi vida. Gracias, Señor. Amén.
Confiar en Dios que nos ama, es fundamental para aceptar, con ánimo sereno, los contratiempos y dificultades de cada día. Nunca tendrás pruebas superiores a tus fuerzas. El Señor correrá a darte una mano cuando te hundas. Basta que lo invoques con fe y todo redundará para tu mayor bien.
Enviado por el P. Natalio
PAPA FRANCISCO PIDE VALENTÍA PARA HACER CREER EL REINO DE DIOS
El Papa Francisco pide valentía para hacer crecer el Reino de Dios
Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 31 Oct. 17 / 05:53 am (ACI).- Durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, el Papa Francisco pidió a la Iglesia valentía para hacer crecer el Reino de Dios, servirse de la esperanza, aunque parezca pequeña, para sembrar la semilla del Espíritu Santo.
“La esperanza es la que nos da la plenitud –explicó–, la esperanza de salir de nuestra cárcel, de nuestras limitaciones, de nuestra esclavitud, de la corrupción y llegar a la gloria. El camino hacia la plenitud es un camino de esperanza, y la esperanza es un regalo del Espíritu. Es justamente el Espíritu Santo el que, dentro de nosotros, nos proporciona algo grandioso: la liberación, la gran alegría. Por eso Jesús dice: ‘Del interior de una semilla de mostaza, de ese grano pequeño, surge una fuerza que genera un crecimiento inimaginable’”.
Esa fuerza “es el Espíritu Santo que habita en nosotros y que da esperanza”. Francisco explicó que esa fuerza interior, esa esperanza “crece en nosotros no por medio del proselitismo, sino mediante la fuerza del Espíritu Santo”.
En este sentido, el Santo Padre animó a los miembros de la Iglesia a dejar que crezca esa semilla con la fuerza del Espíritu, pues “muchas veces vemos que se prefiere una pastoral de conservación en vez de dejar que crezca el Reino de Dios. Para que el Reino crezca se necesita valentía, la valentía de dejar que crezca el grano y de mezclar la levadura”.
El Pontífice animó a no tener miedo a ensuciarse las manos a la hora de sembrar la semilla del Reino de Dios. “¡Ay de aquellos que predican el Reino de Dios con la intención de no ensuciarse las manos! Esos son custodios de museos: prefieren las cosas bellas antes que el gesto de sembrar y mezclar para que la fuerza crezca”.
Ese es el mensaje de Pablo en la carta a los Romanos: “esa tensión que va de la esclavitud del pecado a la plenitud de la gloria. La esperanza es la que va adelante, la esperanza no decepciona. A veces la esperanza puede parecer pequeña, como también parece pequeño el grano del que surge un gran árbol o la levadura que hace crecer”.
“La esperanza es la virtud más humilde”, explicó el Papa, y concluyó insistiendo en la valentía necesaria para “hacer crecer el Reino de Dios”.
Evangelio comentado por el Papa Francisco:
Lucas 13:18-21
18 Decía, pues: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé?
19 Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.»
20 Dijo también: «¿A qué compararé el Reino de Dios?
21 Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.»
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 31 OCTUBRE
Los Cinco Minutos de María
31 de Octubre
El Himno maravilloso del Magníficat que entonó la Santísima Virgen, alabando la gloria del Señor y agradeciéndole las maravillas que en ella había obrado, viene a ser como la parte del solista, que la humanidad encontró a la Virgen y que ella ejecutó en nombre de todo el coro, en nombre de toda la humanidad, que así agradecía a Dios el haberse hecho hombre para salvar a todos los hombres.
Nuestra Señora del Magníficat epresa la alegría de los pobres, que han vivido la experiencia de un Dios Salvador.
* P Alfonso María
SAN QUINTÍN, MÁRTIR, 31 OCTUBRE
Hoy 31 de octubre se recuerda a San Quintín, en quien se inspiró la frase “se armó la de San Quintín”
Por Abel Camasca
(ACI).- El 31 de octubre la Iglesia Católica celebra al mártir San Quintín, cuyo nombre dio origen a la famosa frase “se armó la de San Quintín”. Aquí lo que no sabías de este Santo.
San Quintín fue hijo de un senador romano y bautizado por su amigo, el Papa San Marcelino. Viajó como misionero a Francia para evangelizar, donde curaba a los enfermos y expulsaba a los demonios, lo que impresionaba a los paganos que luego decidían convertirse.
Los líderes religiosos se quejaron entonces con el gobernador Riciovaro, quien lo mandó llamar y le preguntó a San Quintín por qué propagaba la fe en un crucificado. El Santo respondió que esto era un honor mayor que ser el hijo de un senador romano.
Riciovaro lo mandó a encadenar y azotar, pero por la noche las cadenas se soltaron y sin saber cómo, se encontró libre y en la calle. Al día siguiente San Quintín continuó predicando, pero el gobernador lo volvió a arrestar y lo mandó a matar en el año 287.
La historia de este santo no termina aquí. Más adelante su nombre sería estrechamente vinculado con un hecho muy contrario a la paz y el amor de Dios que propagó.
A mediados del siglo XVI las coronas francesas y españolas se enfrentaron en San Quintín, localidad francesa situada en la región de Picardía. La victoria la obtuvieron los españoles, pero fue tanto el sufrimiento de ambos bandos durante la “Batalla de San Quintín” que esta experiencia dio lugar a la conocida frase “Se armó la de San Quintín”. La cual se usa actualmente para describir una gran trifulca o polémica.
EL EVANGELIO DE HOY MARTES 31 OCTUBRE 2017
Trigésima semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Lecturas bíblicas de hoy martes 31 Octubre 2017
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 18-25
Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un dia se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.
Salmo
Sal 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6
R/. El Señor ha estado grande con nosotros
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.
Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 18-21
En aquel tiempo, decía Jesús: «¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.»
Y añadió: «¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.»
Reflexión del Evangelio de hoy
“En esperanza fuimos salvados”
San Pablo nos explica la esperanza cristiana para que vivamos emocionados ante lo que nos espera. Lo que nos espera para toda la eternidad es algo tan grandiosamente bello y lleno de felicidad que los malos ratos, los sufrimientos, los trabajos de nuestra vida presente “no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá”.
San Pablo llega a decirnos que ese deseo de la plenitud de felicidad la vive y la siente la creación entera que “está gimiendo toda ella con dolores de parto”, esperando que una vez “liberada de la esclavitud de la corrupción… entrará en la libertad gloriosa de los hijos de Dios”.
Eso mismo nos sucede a cada uno de nosotros. ¿Quién no ha deseado verse libre de los males que le acechan y gozar de la sola alegría para siempre. “También nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo”.
Se parece a un grano de mostaza que crece y se hace un arbusto
El reino de Dios es algo que no puede estancarse. Está llamado a ir creciendo siempre. Tanto a nivel comunitario, esa comunidad que acepta a Dios como su Rey y Señor, como a nivel personal, las personas que nombramos a Dios como nuestro único Rey y nuestro único Dios en nuestras vidas, tiene que parecerse al grano de mostaza y a la levadura de la que nos habla Jesús en el evangelio de hoy.
Cada cristiano, cada seguidor de Jesús, hemos de dejar a Dios que, poco a poco y de manera continua, reine en nosotros, se apodere de todas las zonas de nuestro ser, de nuestra inteligencia, de nuestro corazón, de nuestros sentimientos…
Sabiendo que cada uno tenemos nuestro papel. A nosotros nos toca “plantar, regar”, hacer que la semilla de Dios caiga en buena tierra, pero el “que da el crecimiento es Dios”. Lo nuestro es trabajar en equipo con Jesús, con nuestro Dios.
Fray Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
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