MÁRTIRES DE LA DIÓCESIS DE CHIMBOTE





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Cronología (el ITER) de la causa de beatificación 
de los Padres Michal (Miguel) Tomaszek, Zbigniew Strzałkowski – 
Hermanos Menores Conventuales (OFM Conv.) 
Y del Padre AlessandroDordi, sacerdote de la Diócesis de Bérgamo, 
Asesinados por el odio de fe en la Diócesis de Chimbote, Perú, en el año 1991

DpM – Constitución apostólica Divinus Perfectionis Magister de Juan Pablo II (25.01.1983)

NS – Normas de la Congregación para las Causas de los Santos que deben seguirse en las investigaciones diocesanas de las Causas de los Santos (7.02.1983)

SM – Sanctorum Mater – Instrucción sobre el procedimiento instructorio diocesano en las Causas de los Santos de la misma Congregación (17.05.2007)

9 VIII 1991 – asesinato de los Padres Miguel y Zbigniew en Pariacoto (Pueblo Viejo).

25 VIII 1991 – asesinato del Padre Alessandro Dordi en Rinconada, camino a Vinzos.


Camino a Vinzos (entre San Juan y La Cuna) – lugar del martirio
 La fama sobre el carácter martirial de la muerte de los misioneros que estaba fortaleciéndose y creciendo fue manifestada especialmente en los entierros -  en Pariacoto (12.08) y en Bérgamo (Gromo San Marino) (1.09).

La instrucción Sanctorum Mater fundamentándose en la experiencia de varios siglos en la Iglesia católica así la define: “La fama de martirio es la opinión extendida entre los fieles acerca de la muerte sufrida por el Siervo de Dios por la fe o por una virtud relacionada con la fe (Art. 5 § 2). La fama debe ser espontánea y no procurada artificiosamente. Ha de ser estable, continua, difundida entra personas dignas de fe, extendida entre una parte significativa del pueblo de Dios (Art. 7 § 2).

Preparación de la causa
1991 – El Ministro General de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, fray Lanfranco Serrini, con carta del 1 de noviembre del mismo año, y el obispo de Chimbote, Mons. Luis Armando Bambarén Gastelumendi, en su respuesta del 9 de noviembre siguiente, acordaron promover la causa de beatificación y canonización. Mientras que se preparaban todos los documentos necesarios para la investigación diocesana en vista de la beatificación, se decidió esperar 5 años, como establece la ley eclesiástica.

Fr. Lanfranco Serrini OFM COnv.
MInistro General (1983- 95)


Mons. Luis Bambarén Gastelumendi
Obispo de Chimbote (1978- 2003)

“Es competente para instruir el procedimiento diocesano sobre las virtudes heroicas o el martirio el Obispo del territorio donde murió el Siervo de Dios” (SM Art. 21 § 1 y cf. NS 5a), menos que aparezcan causas justas (p. ej. En la diócesis o parroquia donde se encuentran las pruebas más importantes, o donde el Siervo de Dios residió durante la mayor parte de su vida, cf. SM Art. 22-24).

Todos los tres sacerdotes fallecieron en la diócesis de Chimbote, pues el procedimiento competía a Mons. Luis Armando Bambarén Gastelumendi.

Se permite también llevar una sola causa para mayor número de candidatos “en el caso de que éstos hayan dado su vida durante la misma persecución y en el mismo lugar” (SM Art. 32).

23I 1992 – durante la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) los obispos aprueban por unanimidad para que se prosigan realizando las investigaciones privadas y las gestiones pertinentes a fin de acortar el plazo de incoación de los procesos de beatificación como mártires de la fe.

26 I 1995 – la Conferencia Episcopal vota a favor del comienzo de la causa expresando su deseo de juntar en una sola a los tres sacerdotes asesinados en la Diócesis de Chimbote.

Según las normas, el obispo después de recibir la solicitud del comienzo de la causa debería consultar con la Conferencia Episcopal si este paso resulte oportuno (cf., NS 11 a)

angelo
P. AngeloPaleri OFM Conv.
Postulador general

31 I 1995 – la Orden de los Hermanos Menores Conventuales queda constituida como el Actor responsable de la Causa y nombra a su postulador general para que asuma el papel del procurador; en aquel momento el postulador general fue Padre Ambrogio Sanna (desde el año 1999 - P. Cristóforo Zambelli, desde el año 2004 - P. Angelo Paleri).
  
El postulador representa al actor de la causa y sigue el desarrollo del procedimiento instructorio en nombre del mismo actor ante las autoridades diocesanas. Este cargo puede ser desempeñado por un sacerdote, un miembro de un instituto de vida consagrada, de una sociedad de vida apostólica, o de una asociación clerical y/o laical, por un laico o una laica, bajo la condición de ser experto en teología, derecho canónico e historia, como también conocer la práctica de la sagrada congregación (cf.,NS 3a; SM Art. 12-13).

Los institutos de la vida consagrada nombran a una sola persona como el postulador general. Lo hace también la Orden de los Hermanos Menores Conventuales. Para agilizar los procedimientos dentro de una diócesis particular y para tratar asuntos concretos el postulador nombra a su suplente, llamado vice postulador (cf., SM Art. 14)


25 II 1995 – El Presidente de la CEP, Card. Augusto Vargas Alzamora, después de recibir el permiso de la Conferencia Episcopal, se dirige a la Santa Sede pidiendo la “excepción de la norma” y la autorización para el inicio oficial de la investigación canónica antes de los cinco años establecidos.
  
„En las causas recientes, esta petición no debe presentarse antes de que hayan pasado cinco años a partir de la muerte del Siervo de Dios” (NS 9a, SM Art 25). La Sede Apostólica pocas veces otorga la dispensa de esta norma. En tales casos resulta más prudente dar algo de tiempo para, entre tantos, la verificación de los atributos que acompañan a la opinión sobre el martirio después de la muerte, el cese del ruido mediático provocado por la muerte y el entierro, la aparición de posibles impedimentos para proceder con la causa de beatificación.


5 VI 1995 – La Congregación para las Causas de los Santos declara el nihil obstat para la causa que queda designada con el n° 2038: 
Cimbotien. Beatificationisseu Declarationis Martyri Servorum Dei Michaëlis Tomaszek et Sbignei Strzalkowski Sacerdotum professorum Ordinis Fratrum Minorum Conventualium et Alexandri Dordi Sacerdotis Dioecesani in odiumfidei, utifertur, interfectorum (+1991).

El permiso para comenzar con anticipación la causa fue acompañada por el “nihil obstat”, es decir la Santa Sede declaró que no hay nada que pueda estorbar la tramitación de la causa (cf., NS 15c; SM Art. 45-46) 

29 VIII 1995 – postulador general de La Orden de los Hermanos Menores Conventuales nombra a P. Stanisław Olbrycht OFM Conv. Al vice postulador para que le represente en la Curia de la Diócesis de Chimbote.
19 X 1995 – postulador general de La Orden de los Hermanos Menores Conventuales nombra a P. Wiesław Bar OFM Conv. Al vice postulador para que le represente en el territorio de Polonia.

21 VI 1996 – postulador general de La Orden de los Hermanos Menores Conventuales nombra a don Mario Benignial vice postulador para que le represente en el territorio de Italia en referencia al p. Alessandro Dordi.

13 VII 1996 – comienza la preparación próxima para el comienzo del proceso en la Diócesis de Chimbote. P. Stanisław Olbrycht OFM Conv. invita al vice postulador de Polonia para que participe los trabajos. Se prepara y completa la lista de las personas de Pariacoto y Santa indicados para testimoniar.

14 VII 1996 – el vice postulador en Chimbote p. P. Stanisław Olbrycht OFM Conv. se dirige al Obispo de la diócesis para que nombre a los miembros del tribunal de la investigación diocesana.
16 VII 1996 – el obispo de Chimbote Mons. Luis Bambarén acepta la petición y anuncia el comienzo de la causa al nivel de la diócesis. A partir de este momento a los Padres Miguel, Zbigniew y Sandro se los otorga el título de “Siervo de Dios”.

29 VII 1996 – se promulgan los decretos de nombramiento de los miembros de las comisiones del tribunal diocesano como preparación para la sesión de apertura (cf., SM Art 62-67): el delegado episcopal (P. Matías Siebenaller Famir), el promotor de justicia (P. Szymon Chapiński OFMConv.), el notario (P. Felipe Calle Chang) y los censores teólogos (los padres Kazimierz Malinowski OFMConv. y Cecylian Tadeusz Niezgoda OFMConv. para los escritos de los frailes polacos, y los padres Federico Brozzoni e Ilario Girelli para los del presbítero italiano Alessandro Dordi).

Estos censores tuvieron que leer todas las cartas que los Siervos de Dios escribieron a sus parientes y amigos (especialmente desde sus lugares de misión), y otros escritos (como las tesinas de bachillerato de los jóvenes frailes polacos y algunas entrevistas del presbítero italiano, de más edad que los primeros).

7 VIII 1997 – el promotor de justicia P. Szymon Chapiński entrega al obispo el sobre con el esquema de preguntas que deben responder los testigos durante el proceso.

Proceso diocesano
9 VIII 1996 – se inaugura el proceso el mismo día del quinto aniversario del martirio de los Padres Miguel y Zbigniew con la sesión de apertura en el templo de Pariacoto y presidida por Mons. Luis Bambarén. Tiene lugar también el juramento del tribunal diocesano. Durante los 6 años que siguieron los encargados escucharon a 36 testigos (1 obispo, 1 presbítero, 5 religiosos presbíteros y 1 todavía no ordenado, 8 religiosas, 9 laicos, 10 laicas).
cardenalCard. Franciszek Macharski
Arzobispo de Cracovia (1979-2005)

14 X 1996– juramento del tribunal rogatorio en Cracovia, convocado por el Card. Franciszek Macharski. El tribunal entraron: el delegado episcopal (P. Wiesław Bar OFMConv.), el promotor de justicia (P.Michał Wróblewski OFMConv.), el notario (P. Marek Daukszewicz OFMConv.) y el notario auxiliar (Fr. Grzegorz Romański OFM Conv.). El día siguiente comenzó el interrogatorio de los testigos y hasta el día 8.11 del mismo año se escucharon a 32 testigos (1 presbítero, 9 religiosos presbíteros y 1 no presbítero, 10 laicos, 11 laicas); entre ellos: la madre, el hermano gemelo, las dos hermanas y un tío materno de Miguel Tomaszek, y el padre y un hermano de Zbigniew Strzałkowski;
   
 El obispo de Chimbote pidió  instituir en Polonia y en Italia una investigación diocesana rogatoria (es decir: solicitada), para interrogar otros testigos en las diócesis de origen de los mártires. Es una forma de recoger el material de investigación que permite interrogar a los testigos que viven lejos de la Diócesis que lleva el proceso. En este caso fueron muchos: en Polonia, Italia y Suiza. 

  14 X 1996 – Card. Franciszek Macharski convoca la comisión histórica para buscar y recoger todos los escritos de los Siervos de Dios aún no editados, así como los documentos relacionados con la causa. La conforman: P. Symeon Barcik OFM Conv. (presidente) y los Padres Józef Lizun OFM Conv. Y Franciszek Solarz OFM Conv. La comisión entregó su informe al tribunal el día 30 de octubre del 1996.

13 XI 1996 – después de la sesión conclusiva en Polonia el Cardenal entrega las copias selladas de la documentación al superior de la Provincia de San Antonio de Padua y de Beato Jacobo Strepa de los Hermanos Menores Conventuales en Cracovia a p. Stansław Strojecki OFM Conv. para que la entregue al tribunal diocesano de la causa de beatificación en Chimbote.

16 I 1997 –la última opinión de los censores teólogos de los escritos de los Siervos de Dios, los Padres Miguel y Zbigniew.

19 III 1997 – 24 VIII 1998 – se desenvuelven los trabajos del tribunal rogatorio convocado en la diócesis de Bérgamo, con el delegado episcopal Mons. Giuseppe Marinelli, el promotor de justicia Car. Rinaldo Boccardini, y el notario señora Giovanna Turmini. Durante su trabajo se escucharon 24 testigos (13 presbíteros, 1 religiosa, 3 laicos, 7 laicas), entre ellos 2 hermanos y 1 hermana del Padre Alessandro Dordi.

 En total en las 3 Investigaciones diocesanas dieron sus testimonios 92 personas (algunas de ellas por escrito); por Miguel: 1 obispo, 13 presbíteros religiosos, 4 religiosas, 20 laicos; por Zbigniew: 1 obispo, 8 presbíteros religiosos, 5 religiosas, 17 laicos; por Sandro: 1 obispo, 14 presbíteros diocesanos, 3 presbíteros religiosos, 4 religiosas, 23 laicos; sin contar los expertos in Historia y Archivística. 

31 VII 1998 – la última opinión de los censores teólogos de los escritos del Siervo de Dios, Padre Alessandro Dordi.
17 VIII 1998 – declaración del delegado del obispo de Bérgamo sobre la ausencia del culto prohibido (es decir público) en Bérgamo.

“Según las disposiciones del Papa Urbano VIII, se prohíbe que a un Siervo de Dios se tribute culto público eclesiástico sin la previa autorización de la Santa Sede. Esas disposiciones no impiden la devoción privada a un Siervo de Dios y la difusión espontánea de su fama de santidad o de martirio y de la fama signorum” (SM Art 117 § 1-2 


Cierre proceso
Cierre del proceso diocesano
De beatificación: 25.08.2002

4 I 2001 – P. Lino Dolan OP, P. Jeffrey Klaiber SJ, P. Vicente Imhof OFMConv. y la señora Laura Vargas forman parte de la comisión histórica para completar la investigaciones de los peritos históricos y archivista del territorio del Perú.
27 VIII 2001 – declaración del tribunal diocesano sobre la ausencia del culto prohibido después de la visita en Pariacoto (9.08) y en Santa (24.08).
4 II 2002 – la comisión histórica convocada en la Diócesis de Chimbote presenta la relación de sus trabajos, adjunta las actas del proceso.
25 VIII 2002 – en Santa – la Investigación diocesana de Chimbote se cerró bajo la presidencia del Mons. Luis Bambarén al sellar la documentación recogida; todos estos documentos fueron entregados en la Cancillería de la Congregación de las Causas de los Santos.

 La causa en la Congregación para las Causas de los Santos
11 X 2002 – se abre la documentación oficial llegada desde la diócesis de Chimbote en la sede de la Congregación en Roma, en presencia del postulador general de la Orden. Tiene lugar la verificación formal de la documentación para determinar la validez del proceso diocesano por el subsecretario de la Congregación Padre Michele Di Ruberto.
  
El procedimiento dentro de la Congregación determina la Constitución apostólica Divinus perfectionis Magister de Juan Pablo II, que pide al subsecretario de la Congregación examinar si “en las investigaciones realizadas por el Obispo ha sido observado todo lo establecido por la ley e informa del resultado del examen en Congreso ordinario” (DpM 13.1)

24 X 2003 – después del Congreso ordinario de la Congregación para las Causas de los Santos sale el Decreto sobre la validez de la Investigación diocesana (es decir: confirmación autorizada de que todo fue efectuado según la ley eclesiástica)

El Congreso ordinario es una estructura colegial dentro de la Congregación para las Causas de los Santos. Sus miembros son: el Cardenal Prefecto, secretario, subsecretario, Promotor de la fe, Relator general y Relatores de las causas. Si el Congreso juzga que dicha causa ha sido instruida conforme a las normas de la ley, ahora determina a qué Relator ha de ser confiada la causa (cf., DpM 13.2).
“Para el estudio de las causas, hay en la Sagrada Congregación un Colegio de Relatores” (DpM 6) que tiene carácter científico, de aquí sus miembros son profesores de universidades procedentes de diversas naciones. Suelen ser ocho miembros (cf. DpM 6-9).
14 XI 2003 – el Mons. Prof. José Luis Gutiérrez Gómez fue nombrado como Relator de la Causa para redactar la Positio Super Martyrio. Después de su jubilación el cargo pasa al P. Cristóforo Bove OFMConv. (desde 3 de enero del 2009), y después de su muerte – al. P. Zdzisław Kijas OFM Conv. (desde el 5 de noviembre del 2010).

El Relator estudia la causa con los colaboradores externos, indicados por el postulador. Al comienzo el colaborador fue P. Emil Kumka OFM Conv., luego P.  Szymon Chapiński OFM Conv. quien llegó de Lima a Roma por dos años; quienes  completaron el trabajo fueron lic. Bernadette Meinardi desde el año 2008 y al final el abogado Maurizio Cancelli.

25 IX 2011 – en la Congregación para las Causas de los Santos se entrega la Positio Super Martyrio, firmada por P. Zdzisław Kijas OFM Conv. – Relator, P. Angelo Paleri OFM Conv. – Postulador, Maurizio Cancelli – colaborador.
14 XI 2013 – gracias a la petición de los obispos de la Conferencia Episcopal Peruana (14.11.2013) tiene lugar el Congreso extraordinario de la Congregación, compuesto por 8 Consultores teólogos junto al Promotor de la Fe de la misma Congregación de las Causas de los Santos. Después de las consultas pasaron a la votación (6 votaron positivo, 2 votaron positivo ad mentem, 1 votó suspensive) y formularon algunas preguntas sobre las motivaciones de los asesinos de los padres, es decir si la causa de su sesinato fue verdaderamente el odio a la fe, o simplemente por motivos políticos.
14 IV 2014 – el Postulador aporta el material que aclara las intenciones de los terroristas de Sendero Luminoso que perseguían a los miembros de la Iglesia Católica. Al final, los Consultores que habían expresado algunas dudas, aceptaron su argumentación y reconocieron la presencia de todos los elementos de la muerte martirial, exigidos por el derecho canónico para la beatificación.
3 II 2015 – el Congreso ordinario plenario de la Congregación de las Causas de los Santos, siendo Ponente de la causa Mons. Bernardo Fabio D’Onorio OSB, examina la Positio y las Relatio et Vota del Congreso extraordinario de los Consultores teólogos con la respetiva respuesta del Postulador y vota favorablemente el reconocimiento del martirio. Por la tarde del mismo día, el Papa Francisco durante la audiencia privada concedida al Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos Card. Angelo Amato SDB, autorizó a la Congregación a promulgar el decreto sobre el martirio de los tres padres asesinados en la Diócesis de Chimbote.

El Congreso ordinario (congregatio ordinaria) de los cardenales y obispos miembros de la Congregación para las Causas de los Santos es una estructura colegial (unas 30 personas) convocada en caso necesidad. Sus juicios “se comunican al Sumo Pontífice, a quien únicamente compete el derecho de decretar el culto público eclesiástico que se ha de tributar a los Siervos de Dios” (DpM 15).

 28IV 2015 – la Sede Apostólica confirma oficialmente la fecha de beatificación para el día 5 de diciembre del 2015 en Chimbote.

El papa Benedicto XVI aprobó y la Congregación para las Causas de los Santos anunció el 2 de setiembre del 2005, las nuevas normas para organizar las celebraciones de beatificación. Para marcar la diferencia esencial entre la beatificación y canonización, y para dar más protagonismo a las Iglesias particulares en el acto de beatificación, se acepta la regla de celebrarlo en la diócesis donde se comenzó la causa del nuevo beato.

Elaborado por:
Fr. Jacek (Jacinto) Lisowski OFM Conv.

Fuentes:
- BAMBARÉN GASTELUMENDI L. A., MONS., Firmes en la fe, alegres en la caridad, heroicos en la fidelidad, Diócesis de Chimbote, Lima 1992
- BAR W., Kalendarium sprawy beatyfikacyjnej…, (elaboración privada)
- BAR W., Sobre el proceso de beatificación de los mártires de Pariacoto, Decires 5 (2012), pp. 263-96
- GONZALES RODRIGUEZ M. E., Normativa y orientaciones vigentes para las Causas de los Santos, EDICE, Madrid 2008
- PALERI A., Iter de la causa de canonización, Decires 5 (2012), pp. 197-200
- POSITIO SUPER MARTYRIO

















Fray Miguel Tomaszek
Biografía de p. Miguel Tomaszek OFM Conv.

La bella iglesia de madera, incrustada en medio de la naturaleza y del poblado, emergía del verdor campestre, como un vástago del bosque santo. 
Uno de los elementos inseparables del paisaje de la región de Zywiec eran las construcciones de madera. Su popularidad y desarrollo se debían a la abundancia de maderaje en aquella zona, lo cual facilitaba su adquisición y su utilización. Estos terrenos estaban provistos de una exuberante vegetación. Incluso las iglesias eran de madera y se fusionaban con el paisaje, tan bellamente pintoresco, y con las tradiciones locales.

Lekawica, un pueblo situado en las tierras de Zywiec, no se distinguía de otros pueblos lindantes de la zona. La primera mención sobre la iglesia de Lekawica proviene del siglo XV. La parroquia, bajo la advocación de San Miguel Arcángel, fue erigida alrededor de 1480. En el s. XVI fue construida allí una iglesia de madera, consagrada en 1547.

Tenía una sola nave al estilo de las iglesias medievales de la región de Malopolska. Fue ampliada en el año 1641, además se construyó la torre y las galerías llamadas “soboty”. Su interior se embelleció con pinturas antiguas sobre las paredes de la nave, en la bóveda, en el presbiterio y en el coro. La policromía fue realizada por Fabián Sobinowicz, pintor de Zywiec, gracias a las gestiones correspondientes de D. Baltazar Szumski de Rychwald. Esta iglesia fue completamente destruida a causa de un incendio el 26 de octubre de 1992.

Precisamente en Lekawica vino al mundo Miguel Tomaszek el 23 de septiembre de 1960. Era el cuarto hijo en la familia de Miguel Tomaszek y Mieczyslawa Bárbara Rodak. Fue bautizado en la iglesia de S. Miguel de Lekawica el 23 de octubre de 1960. Actuaron como padrinos José Rodak y María Tomaszek. La familia de los Tomaszek era de condición más bien humilde: poseía una pequeña hacienda; su padre trabajaba además en las minas. Fue un hombre muy piadoso. Cuando ya no pudo trabajar a causa de su enfermedad, ayudaba mucho en la educación de los hijos.

Miguel y sus hermanos comenzaban el día rezando. Le vio muchas veces Margarita Drozdzik, amiga de Miguel, cuando por las mañanas se acercaba a su casa para luego ir juntos a la escuela. Con la muerte de su padre en 1969, empeoró la situación de la familia, quedando huérfanos Miguel, Marcos, su hermano mellizo, y dos hermanas. Su madre era enfermiza, y la educación de los hijos, junto con el mantenimiento de la casa, sobrepasaba sus fuerzas.

Esta situación repercutió seguramente en los hijos. Cuando Miguel y su hermano fueron a la escuela, resultó, al poco tiempo, que le costaban mucho los estudios, especialmente las matemáticas. Con la ayuda de su hermana, pudo abrirse y creer en sus posibilidades, liberarse de sus temores. Comenzó a estudiar con gusto. Sus maestros opinaban que era un niño bueno, formal y disciplinado. Concluyó la escuela primaria de ocho grados en 1975, en Lekawica.

El pueblo de Lekawica se encuentra cerca del santuario de Nuestra Señora de Rychwald. Miguel, desde pequeño, frecuentaba aquel lugar, participaba en las fiestas patronales, y fue allí, donde por primera vez se encontró con los franciscanos.

Como recordaría más tarde, aquellos encuentros fueron muy provechosos para él, que era un niño tímido y retraído. Al finalizar la escuela elemental, su familia decidió que siguiera estudiando, pero la elección de la escuela constituía todo un dilema. Su madre no poseía recursos económicos. Por otra parte, Miguel comenzó a sentir los primeros latidos de su vocación a la vida religiosa y sacerdotal. Sentía inclinación hacia ella, quizás porque en casa se oraba mucho, principalmente en las situaciones difíciles. Además, pertenecía al grupo de los monaguillos y le encantaba ayudar en misa. Decidió, pues, ingresar en el Seminario Menor de Legnica, dirigido por los Padres Franciscanos Conventuales. Los frailes de Rychwald le dieron todas las explicaciones sobre aquel Seminario, sobre sus exigencias y sus ventajas. Úrsula, su hermana mayor, le ayudó a preparar el viaje con todos los documentos que debía presentar en dicho establecimiento educativo.

El Seminario Menor era un colegio privado de enseñanza media. El plan de estudios era semejante a las escuelas secundarias oficiales pero, al mismo tiempo, los formadores religiosos ponían mayor empeño en formar espiritualmente a los jóvenes, en el marco del carisma franciscano, como preparación para la futura vida religiosa. Para Miguel Tomaszek, que se decidió por seguir el camino de su vocación, no pudiendo contar con gran apoyo económico por parte de su familia, este Seminario era un lugar ideal. Recibió allí casa, enseñanza y sustento, además del cuidado y apoyo por parte de sus educadores.

Los alumnos estudiaban en el colegio de los franciscanos pero, para el examen final, debían presentarse en una escuela pública. Era una época en que las autoridades estatales de enseñanza no miraban con aprecio a los alumnos provenientes de los colegios religiosos. Sin embargo, desde el punto de vista de los franciscanos lo más importante era alcanzar el nivel cultural e intelectual de los jóvenes y formar su carácter, ayudándoles a descubrir los talentos escondidos y tantas veces desconocidos por ellos mismos.

Así sucedió con Miguel. Los fallos de su escuela primaria se hicieron sentir muy pronto. En los primeros años tuvo dificultades en el estudio pero, a base de esfuerzos, logró alcanzar el nivel de los demás compañeros, de modo que, en el último curso, tuvo calificaciones buenas y muy buenas.

Sus compañeros del Seminario recuerdan que Miguel había traído una imagen de la Virgen Inmaculada. Le rezaba con frecuencia y su oración se hacía más prolongada cuando se apagaban las luces para el descanso nocturno. Entonces, se ponía de rodillas ante la imagen y se pasaba largos ratos sumergido en oración.
Miguel recibió el sacramento de la Confirmación el 21 de mayo de 1976, de manos de Mons. Vicente Urban en la iglesia de San Juan en Legnica, imponiéndosele el nombre de Adán.

Aprobó su examen final en Legnica y allí mismo recibió el certificado de fin de curso en el año 1980 . El formador más cercano a Miguel dio de él este testimonio: “Como formador, desde el principio me fijé en él, ya que era un muchacho muy tímido. Pensé que con el tiempo cambiaría o, como sucede en algunos casos, pasaría al otro extremo. Sin embargo, durante los cinco años de estudio en el Seminario, siempre fue muy modesto, puro y muy solícito para con los demás. Al concluir sus estudios secundarios, se presentó al noviciado. Siendo ya candidato para nuestra Orden, fue conmigo y con sus compañeros a pasar las vacaciones en Darlowek, cerca del mar. También allí demostraba ser un joven que sabía lo que quería y lo que escogía. Estando entre sus compañeros era muy alegre, jovial, afable y muy servicial. En el seminario hacía de fotógrafo. Sus fotos eran de alta calidad. También sabía escribir a máquina. No me sorprendió la noticia de que Miguel se presentara como candidato a las misiones en el extranjero. Pensé entonces para mis adentros: es un buen candidato para misionero, la misión de Perú tendrá en él un refuerzo joven y valioso”.

Siendo todavía un adolescente, muy pronto descubrió su vocación a la vida religiosa y sacerdotal. En el Seminario Menor tuvo oportunidad de profundizar en este aspecto. “Desearía trabajar en las misiones”, con estas palabras Miguel Tomaszek pidió ser admitido en la Orden de los Hermanos Menores Conventuales.

El 20 de agosto de 1980, concluidos los ejercicios espirituales, viajó a Lagiewniki, cerca de Lodz, para iniciar el noviciado. Éste se encontraba en Smardzewice, zona perteneciente a la provincia franciscana de Varsovia. Miguel concluyó su formación inicial en la Orden junto con una veintena de jóvenes de la provincia cracoviense de San Antonio, y con los novicios de la provincia de Varsovia. Miguel se sentía a gusto en ese ambiente. Era una etapa más en el camino previamente elegido por él. No tenía ya problemas con los estudios, sus compañeros lo recuerdan como un joven equilibrado y caritativo. Durante el noviciado, se entretenía con la fotografía y la plástica. Recibió el hábito franciscano el 4 de octubre de 1980, durante la fiesta en honor de San Francisco de Asís.

Su maestro de novicios era el P. Dr. Mario Paczóski. A lo largo del año se hacían dos informes acerca de cada uno de los novicios. Miguel obtuvo una opinión positiva sobre su conducta, como novicio, con lo que pudo emitir sus primeros votos el 1 de septiembre de 1981. Entre 1981 y 1987, estudió Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de los Hermanos Menores Conventuales de Cracovia. Allí conoció a Zbigniew Strza»kowski, pues, en la vida religiosa, había entre ellos sólo un año de diferencia.

Desde el primer curso, se notaba que Miguel se interesaba mucho por las misiones y las actividades caritativas. Había entregado toda su vida a la Santísima Virgen, ahora buscaba nuevas formas para rendirle culto. Cuando iba a casa, durante las vacaciones, se pasaba mucho tiempo en el santuario de Nuestra Señora de Rychwald.

Desde su llegada a Cracovia, se incorporó al movimiento M.I. y, con gran fervor, participaba en las actividades del Círculo Sección Mariana. Debemos agregar una observación pedagógica: en sus deberes era aplicado, en sus propósitos, consecuente, y abierto a las necesidades de sus compañeros del Seminario; también, ayudaba al grupo de las personas con discapacidades físicas o psíquicas que asistían a las clases de catequesis. Emitió su profesión solemne el 8 de diciembre de 1985. Siendo diácono, al finalizar su práctica pastoral en Breslau durante el mes de septiembre, obtuvo una opinión positiva por parte de los superiores, quienes, en su informe, subrayaban que presentaba buenas perspectivas de cara al futuro.

Escribió su tesina de teología moral, siendo su promotor el P. Dr. Mariano Lisowski. El trabajo llevaba por título: Defensa de la mujer, en su rol familiar, contra los peligros que actualmente la amenazan, según la predicación y escritos del Cardenal Esteban Wyszynski. Sostenía que las principales fuentes de la modificación del papel que la mujer desempeña en la familia, tienen un doble aspecto: sociológico y doctrinal. En el primero, la mayor parte de los cambios se realizan a causa de la actividad profesional de la mujer, de la nueva forma de vida y, por tanto, de una nueva mentalidad. El otro aspecto consiste en una falsa imagen de la mujer en las ciencias sociales: una visión neopagana de la mujer. El autor, después de una evaluación crítica de estos aspectos, presenta un concepto positivo del rol de la mujer, conforme a la doctrina de la Iglesia y las exigencias de la vida en la actualidad.

En su conclusión leemos:
“El Cardenal Primado no se conforma con el concepto puramente teórico del problema, sino que de un modo muy práctico señala las normas de vida, los valores fundamentales y propone pautas concretas acerca de la vocación de la mujer: ante todo, en la familia. No han perdido su vigencia las palabras del Cardenal Wyszynski, “el Primado del Milenio”, en la conclusión del Sínodo Extraordinario de Obispos del año 1985: En los últimos años, aparecía con frecuencia el interrogante acerca de la vocación y misión de la mujer en la Iglesia. Es por eso que la Iglesia debe procurar la presencia activa de la mujer, ayudándole a poner lo mejor de sí misma al servicio de la Iglesia, a través de las diferentes formas de apostolado”.

Miguel, siendo aún seminarista, se distinguía por su recogimiento y piedad. Cuando visitaba Lekawica, su pueblo natal, se ponía en contacto con el movimiento Luz-Vida, dirigido por D. Francisco Rembiesa.

Su ordenación sacerdotal tuvo lugar en la basílica de San Francisco de Cracovia el 23 de mayo de 1987. La ceremonia estuvo presidida por el obispo auxiliar Mons. Albino Malysiak. La fecha de la ordenación fue un poco anticipada con motivo de la inminente visita de S.S. Juan Pablo II a Polonia. El día 26 de junio del mismo año, Fr. Miguel defendió su tesina, finalizando así sus estudios de teología.

El primer destino pastoral de Miguel fue la parroquia franciscana de Piensk, una pequeña ciudad cerca de Zgorzelec. Trabajó allí como vicario y catequista. Se conservan algunos testimonios de los que afirman que Fr. Miguel, durante las misas de niños, solía tocar la guitarra y cantar con ellos. Era un sacerdote ejemplar. Preparaba muy bien los sermones, confesaba con fervor, visitaba a los enfermos, enseñaba. Su mayor felicidad era, sin embargo, el trabajo con los jóvenes, no sólo aquellos que iban a la escuela, sino, ante todo, aquéllos que más lo necesitaban: los discapacitados psíquicos.

La presencia activa de Fr. Miguel en Piensk animó allí la vida de piedad y la actividad pastoral. Según lo afirman algunos feligreses, Fr. Miguel, un poco antes de viajar a las misiones, como si fuera una despedida, organizó con los fieles una peregrinación a los santuarios de Lichen y Niepokalanów.

Cuando recibió la noticia de que Fr. Zbigniew Strzalkowski y Fr. Jaroslaw Wysoczanski, habían decidido viajar a Perú, inmediatamente tomó la resolución de unirse a ellos. Ya en diciembre del año 1987 se dirigió al ministro provincial, P. Félix Stasica, solicitando el permiso para viajar a las misiones. El 25 de julio de 1989, cuando llegó el aviso de que en la nueva fundación hacía falta un tercer sacerdote, los superiores autorizaron a Fr. Miguel a emprender su viaje a Perú.

Durante la Eucaristía de despedida en la parroquia de Piensk, Miguel, consciente de dirigirse a un lugar muy peligroso del mundo, afirmó que, si hiciera falta ofrecer su vida por la causa de Dios, lo haría sin titubear. Durante la fiesta de despedida organizada por los feligreses, la comunidad del Oasis (movimiento Luz-Vida) ofreció un concierto vocal-instrumental, cuyo repertorio contenía: Una balada misionera, La mies es mucha y Flores polacas. Fr. Miguel escuchaba estas obras con gran emoción, especialmente la última, pidiendo que se la cantaran nuevamente al cabo de tres años, cuando viniese de vacaciones.

 Lamentablemente esto no fue posible, puesto que Miguel nunca más regresaría.
El viaje - de 27 horas de duración - tuvo el mismo itinerario que el de Zbyszek y Jarek: desde Varsovia, vía Moscú, a Lima. Miguel viajó en primera clase, para poder llevar más cantidad de equipaje. No tuvo otro fraile que lo acompañase, por eso seguramente fue, para él, un viaje agotador; tanto mayor fue su dicha al ver, en el aeropuerto de Lima, a sus dos hermanos rebosando de alegría.

Transcurrido el primer mes de su estancia en Perú, pasadas sus primeras impresiones y, habiendo conocido un poco el pueblo de Pariacoto, comenzó sus clases de castellano en Lima, en septiembre de 1989. Hasta las Navidades, se hospedó en el convento de los Padres Oblatos, en Barranco. Con gran alegría y gozo, como un auténtico misionero, Fr. Miguel Tomaszek inició su actividad apostólica en Pariacoto, dedicándose a la predicación de la palabra de Dios y a socorrer a los más pobres, que vivían en los caseríos dispersos entre los cerros andinos.

En enero de 1991 viajó a Córdoba (Argentina), para profundizar en la espiritualidad franciscana. Era un cursillo mensual para sacerdotes, seminaristas y religiosas de las distintas provincias franciscanas de toda América Latina. Participaron unas 80 personas.

El día 9 de agosto de 1991, los PP. Zbigniew y Miguel fueron asesinados por los terroristas de Sendero Luminoso. Tanto entre los habitantes de la zona como en el Episcopado Peruano, esta muerte fue considerada como martirial.

Fuente:
GOGOLA Z. OFM Conv., La vida que nace del martirio. Los misioneros franciscanos conventuales en Perú, Palencia 2005.







P. ZBIGNIEW STRZALKOWSKI OFM Conv.

Nació el día 03.07.1958 en Tarnów/Polonia.  

Fue asesinado el día 09.08.1991 en Pariacoto

Vino al mundo un caluroso día de verano tres de Julio del año 1958 en la tierra de Tarnów (Tarnovia). La casa paterna fue para él cuna de valores cristianos con los que creció y se educó. Su joven corazón descubrió la omnipresente bondad de Dios y Su inmenso amor. Terminó la primaria en la escuela de Zawada, su pueblo natal. Luego se preparó profesionalmente estudiando en la Escuela Superior Técnica de Tarnów. Trabajó un tiempo como mecánico en el parque industrial en Tarnowiec en un taller de mecánica.

Siendo ya profesional sintió el llamado de Dios y finalmente decidió ofrecer el resto de su vida al Señor siguiendo el camino trazado por San Francisco de Asís.

Es así que escogió la vida religiosa y en el año 1979 comenzó sus estudios en el Noviciado en Smardzewice. Al año siguiente, el día 2 de Noviembre de 1980 hizo su primera profesión religiosa y luego comenzó sus estudios filosóficos y teológicos en el Seminario Mayor de los Padres Franciscanos Conventuales en Cracovia. Aplicado al estudio se dedicó con empeño a la formación de su personalidad a una profunda preparación intelectual. Recibió su ordenación sacerdotal el día siete de Junio del año 1986 en Wroclaw e inmediatamente fue enviado al Seminario Menor en Legnica donde se dedicó con mucha responsabilidad a la formación y educación de los jóvenes.

Tuvieron que pasar dos años para que pueda realizar su sueño de trabajar como misionero. El día 28 de Noviembre de 1988, luego de una corta preparación, dejó el suelo que lo vio nacer para venir al Perú. Su primera experiencia de trabajo pastoral la tuvo en Moro un pueblo cerca de Chimbote en la sierra de Ancash, en donde también aprendió el idioma. Y luego junto al Padre Jaroslaw Wysoczanski, el día treinta de Agosto de 1989 llegó al pueblo de Pariacoto donde la Provincia de San Antonio de Padua de Polonia decidió abrir una nueva misión.

Con mucha alegría y entusiasmo se pusieron a planificar el trabajo esperando la llegada del Padre Miguel Tomaszek. El Padre Zbigniew como hombre práctico se ha preocupado no sólo por las almas de sus nuevos feligreses, sino también por sus problemas cotidianos, que aquejaban a los habitantes de su misión como la falta de agua potable, las sequías, los huaycos.

Muchos lo vieron trabajar mano a mano con los campesinos limpiando los canales de regadío, aconsejando a los trabajadores, animando a la gente, buscando siempre elevar el nivel de vida de los pobladores. Con especial atención trataba a los ancianos y enfermos a los cuales ayudaba gracias a sus conocimientos de medicina ganándose el cariño de los pobladores que lo llamaban «padre doctorcito».

Muchos de sus sueños se han visto truncados al ser brutalmente asesinado por los terroristas de Sendero Luminoso la noche del 9 de Agosto del año 1991 después de la misa junto con su compañero, Padre Miguel Tomaszek.


El martirio de Miguel y Zbigniew

El día viernes 9 de agosto de 1991 en la casa religiosa de Pariacoto el P. Zbigniew se encontraba solo con los tres postulantes. El superior estuvo de viaje, y el P. Miguel estuvo retornando en la camioneta de la misión, acompañado de un grupo de catequistas, de Huaraz, donde participaron en una actividad formativa.

En el pueblo todo parecía transcurrir con la rutina de lo normal. Sin embargo un desconocido dialogaba en plena plaza con el P. Zbigniew, con evidentes signos de cierta animosidad. Un joven insistía preguntando sobre la hora del esperado retomo del P. Miguel, lo que después de los hechos no pareció pura curiosidad.

Hacia el atardecer unos extraños comenzaron a pintarrajear las paredes de los edificios frente a la plaza y el edificio de la municipalidad. Al anochecer los invasores, armados y con los rostros cubiertos, arrestaron al alcalde, buscaron sin resultado al gobernador de distrito y a unos acusados de robo del ganado.

Luego se presentaron en la Iglesia como los "compañeros" y tocaron la puerta de la entrada y reclamaron la presencia de los religiosos "para hablar con ellos". Los ataron de manos y los llevaron en las camionetas de la misión hacia la municipalidad, que no dista mucho de la parroquia, dejando, a insistencia de Zbigniew, a los postulantes.

Luego el mando político del grupo les increpó, en la presencia de una religiosa, dentro de la camioneta secuestrada de la misión, y los trasladaron a ellos y al alcalde al Pueblo Viejo, y en las inmediacio­nes del cementerio los han ejecutado junto con el alcalde de Pariacoto. Perpetrado el crimen se retiraron en las camionetas secuestradas hacia Cochabamba, encontraron en el camino al alcalde de Cochabamba que bajaba a su casa en Pariacoto y lo ejecutaron igual.

El pueblo participó con espontáneas muestras de reconocimiento del valor de la muerte de los Padres. Muy dolorido manifestó valientemente y abiertamente su protesta contra lo injusto y hasta absurdo de esta muerte en todas las etapas del proceso fúnebre.

Las numerosas muestras de estos sentimientos acompañaron a los mártires en los hechos que siguieron su heroico sacrificio: el levantamiento de cuerpos, misa celebrada por el Obispo Luis Bambarén en la iglesia de Pariacoto en la madrugada del sábado, traslado de los cuerpos a Casma para la autopsia, el traslado de los ataúdes del hospital a la iglesia de Casma, multitudinaria celebración en el templo de Casma el sábado a las 10 de la noche…

El traslado de los ataúdes de Casma a Pariacoto el domingo 11 de agosto con las estaciones en Cachipampa, Quis Quis, Yaután, Santa Isabel; misa en el templo de Pariacoto a las 3 p.m; la deposición de los cuerpos en los sarcófagos después de la misa celebrada el 12 de agosto en Pariacoto; flores, discursos, lágrimas, vigilias de oración prolongada, con la fervorosa participa­ción de niños, jóvenes, mujeres, varones y un grupo de hermanos evangélicos; testimonios efusivos del bien que hicieron entre ellos los hermanos sacrificados, amados de todos.
















Familia y origen del padre Sandro

Hablar y escribir del Padre Sandro, quiere decir hablar y escribir también de su familia, de su pueblo, de su casa, de sus montañas, de sus estudios, de sus amigos; es decir, de todo lo que se refiere a él y a su vida antes que llegara a Santa. 

El Padre Sandro era el segundo hijo de la familia Dordi – Negroni. Nació en Gromo S. Marino el 23 de enero de 1931. Sus padres tuvieron trece hijos, nueve llegaron a la edad adulta.

Se fue a estudiar al Seminario Diocesano de Clusone, luego al de Bérgamo, cuando tenía solamente once años. A los dieciocho, cuando tenía que ingresar a las clases de Teología, pidió pasar a la “Comunidad Misionera de Paradiso”.

Recibió la orden sacerdotal por manos de Mons. Adriano Bernareggi, Obispo de Bérgamo, a os 23 años con otros treinta compañeros, el 12 de junio de 1954.

En la Catedral de Bérgamo recibió su primera consagración y el mismo año, el “mandato misionero”, para ir por el mundo entero y anunciar la “Palabra de Dios”. En la misma Catedral el primero de setiembre de 1991, su modo de actuar y de ser testigo creíble de Jesús, recibió la consagración antes que sus restos mortales fueran llevados a su pueblo natal, donde descansa junto a sus padres y los pequeños hermanos.

Primera etapa de su actividad misionera fue la ciudad de Donada en la provincia de Rovigo, al lado del río Po, entre los campesinos y los que habían tenido sus casas inundadas en 1951.

Después de once años dejó Donada y fue a Suiza como Capellán de los emigrantes. Por catorce años se preocupó en ayudar y acompañar a os 3,500 italianos que trabajaban en Suiza en el departamento de Le Locle, donde él vivía. Durante estos años fue a trabajar en una fábrica de relojes para comprender al obrero que debía cumplir con un trabajo.

Su actividad misionera lo llevaba adelante, sin preocuparse por las noches ni los sábados o domingos.

Pasó 1979 y 1980 en Italia. Quería ir al África, a Burundi, como misionero. Más luego de haber visitado algunos países de América Latina, eligió pasar en el Perú sus últimos años. Significativa es la carta que Mons. Luis Bambarén le dirige en fecha del 20 de noviembre de 1979.

Estimado hermano en Cristo:

Espero que al leer la presente haya regresado contento y fortalecido espiritualmente de su viaje por nuestra Prelatura de Chimbote y de Huari.

Deseo manifestarle una posibilidad de trabajar pastoralmente en el valle del Santa conjuntamente con el Padre Carlo Iadicicco del CEIAL, quien vendrá a hacerse cargo de la Parroquia dentro de unos meses. Podría Ud. Conversar con él al respecto, ya que le he manifestado mi deseo al Señor Obispo Mons. Luigui Diligenza y al Padre Carlo de que serán necesarios tres o cuatro sacerdotes, los que se hagan cargo de esta parroquia que comprende 37 pueblecitos, y así formarían una pequeña comunidad Sacerdotal.

Que el Señor lo bendiga y lo ilumine para que su elección sea en bien de nuestros hermanos que tanto necesitan de la Palabra de Dios.

Fraternalmente en Cristo

Luis A. Bambarén

Obispo de Chimbote

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Siempre regresaba contento a su tierra natal. Era enamorado de su pueblo y de su gente. Participaba en la vida de su familia y de su comunidad.

En las cartas dirigidas a sus parientes, recurre siempre a la palabra “nostalgia” y ruega a sus familiares y amigos a disfrutar del aire, el viento, las flores, la nieve, los bosques, las montañas que rodean Gromo S. Marino. “Aquí – escribe en una carta - quisiéramos disfrutar, a veces, de estos elementos de la naturaleza que Dios ha regalado a todos, pero sólo hay desierto y polvo…”

El Padre Sandro dejó su familia y su pueblo muy joven pero siempre llevó consigo la nostalgia de sus montañas, de sus tradiciones, del “murmullo” de las aguas del río Serio que pasa cerca de la casa paterna. Amaba mucho la naturaleza y congeniaba con su carácter cerrado y hermético. Se paraba estático a mirarla, le hablaba, le decía sus pensamientos, le confiaba sus preocupaciones. La maravillosa naturaleza que lo vio nacer podía hacerle compañía por días enteros. Se dejaba llevar por eso con paciencia y adhesión. El verde de los cerros en primavera o el mosaico de colores en otoño lo llenaban de gozo. En el interior del Padre Sandro había quedado el “niño” que cada hombre lleva en lo profundo de su alma.


Giovanni Nosari, su ex compañero de Seminario, escribe de él:

“El Padre Sandro era un montañés auténtico. Amaba las montañas y las recorría con alegría y entusiasmo. Nunca se cansaba. Era muy difícil seguirlo en la montaña. En la cumbre del Recastello hay un pequeño cuaderno, quien llega allí pone su firma. Como los demás también está la del Padre Sandro…

Cuando supe de su martirio, hablé de él con un compañero y se puso a llorar. Yo también creo que es un mártir. Siempre me asombró su espíritu evangelizador. Estoy convencido que el Padre Sandro y muchos otros misioneros, han vivido la “vocación de martirio” para el bien de los que invocan dignidad y liberación. Son verdaderamente santos porque lo han hecho en nombre de Cristo.

Siempre me dejé llevar por su sonrisa, era como de un niño. Estoy convencido que el Padre Sandro me está mirando, sonríe y me llama a vivir intensamente y con fidelidad el ideal misionero”.



Giovanni Nosari

Otro compañero del Padre Sandro escribe de él:

“He vivido los años del Seminario con el Padre Sandro, pero lo conocí más cuando tuve la oportunidad de conocer a sus padres y a su familia. Sus padres le transmitieron sus virtudes y lo prepararon a desarrollar el ministerio sacerdotal. El Padre Sandro había tomado muchísimo del padre y de la madre. Hablaba poco como el padre, pero sabía tomar la palabra en el momento justo. Decididos los dos, cuando querían algo llegaban hasta el final. Siempre disponibles para ayudar, llevaban dentro de sí mismo ternura y dulzura, aunque muy raramente lo demostraban. Así eran.

La mamá del Padre Sandro era una mujer sencilla y religiosa. De ella, se puede decir que estaba constantemente cerca de sus hijos. Les transmitía su amor en silencio, con su bondad y su oración.

Yo creo que el Padre Sandro aprendió de sus padres a creer en la bondad de Dios, a sonreír, a amar a la Iglesia y a aceptar con gozo la voluntad de Dios”.

Padre Maurilio Mologni

Ex párroco de Gromo S. Marino

En Donada el Padre Sandro estuvo como once años (así como en Santa) y es difícil decir todo lo que hizo en ese período. Me parece bien decir que ni un solo momento estuvo sin hacer nada. Aunque haya pasado mucho tiempo, lo recuerdan con cariño y devoción. El año pasado con Camilla y el Padre Lino fuimos a Donada llevando el libro que relata su martirio. Me dio mucha alegría constatar cómo lo recuerdan por su entrega y generosidad. Durante este tiempo él decía que no había hecho nada, visitó a todas las familias e hizo un censo de las personas que debía atender. Los jóvenes han estado siempre en el corazón y en la cabeza de este cura, aunque creyó que no tenía el trato para estar con ellos.

Con su bicicleta se desplazaba de un lugar a otro a una velocidad única. Nos contó la señora Luigina Marangoni, que en aquella época era una niña: “Un día ella estaba en casa y su papá enfermo. El Padre Sandro se enteró y vino con su bicicleta a visitarlo. No se dio cuenta que ya había llegado y seguía pedaleando. Cuando quiso parar no logró hacerlo por la velocidad. Chocó en la red que protegía ola huerta de la familia. Yo dije: ¡Vengan a ver al Padrecito que se ha caído y está con la cabeza por tierra y las piernas en el aire!, y me puse a reír. Al contrario, mi mamá salió de casa y le preguntó al Padre si la caída lo había lastimado Él dijo que no y se sonrojó”.

Los adolescentes y los jóvenes de Donad lo veían como un buen “zorro” que siempre estaba presente cuando había que defender a alguien y actuar con justicia; pero tampoco se pude pensar que era un cura que sólo sabía hacer “hazañas” con la bicicleta. En ese modesto instrumento está encerrado su dinamicidad para estar presente donde lo necesitaban.

Si los primeros meses le parecieron largos fue porque no sabía qué hacer, luego el tiempo loe parecía que transcurría rápido. Visitar a los enfermos, dar clases en los primeros grados, hacer surgir y seguir la escuela de canto, buscar textos y acompañar a los jóvenes en la compañía de teatro; conseguir fondos para construir el Centro Profesional; seguir a los catequistas y motivar a los padres para que vinieran a la parroquia y mandaran a sus niños, es lo que realizó el Padre Sandro en Donada.

Para los que quieran saber algo más del Padre Sandro mientras estuvo en el Polesine; pueden leer el testimonio del Padre Felice Bellini que ha sido uno de los primeros seis que con el Padre Sandro fuero a Polesine.

Dice: “En Polesine el recuerdo del Padre Sandro sigue siendo vivo. Me di cuenta en estos días, cuando he visitado al Obispo de Chioggia, Diócesis del Padre Sandro, Mons. Alfredo Magarotto. Mientras me saludaba dijo que los curas de Bérgamo, entre ellos el Padre Sandro, habían dejado “huellas profundas” durante su estadía entre la gente.

El 25 de setiembre de 1991, en Taglio di Donada el mismo Obispo expresó: “Ya podemos venerar al Padre Sandro como mártir si recordamos cómo ha muerto por su fidelidad a Jesús Crucificado”. Luego, hablando con Mons. Giovanni Pozzato, Rector del Seminario de Chioggia, manifestó que recordaba al Padre Sandro como un sacerdote dispuesto, generoso, deportivo. El tiempo no había borrado su imagen, estaba vivo y presente como si hubieran pasado sólo unos meses y no 28 años de su salida de ese lugar”.

Chioggia, 8 de Junio de 1993

Padre Felice Bellini

Cuando el Padre Sandro llegó a Donada no existía la iglesia. Celebraba la misa en un salón del Centro POA (Pontificia Obra Asistencial) que había sido hecho después del primer gran aluvión de 1953.

Dice el Señor Sergio Benetti: “Fue el Padre Sandro quien hizo la cancha para jugar fútbol, plantar árboles alrededor de la cancha y del jardín de infantes. Organizó un equipo de deportes para jugar partidos el sábado o domingo y acercarse a los jóvenes. Se familiarizó con los hombres que los domingos iban sólo a las cantinas o a jugar, y los invitó a participar en la escuela de canto e hizo contacto con una pareja para que pudiera seguir la programación de las películas el domingo por la noche. No se sabe cómo recaudó el dinero para abrir una biblioteca y equiparla con muchos libros para todos los que querían informarse no seguir ignorantes, todos podían llevar libros en forma de préstamo. Cuando el Padre Sandro quería algo, lo conseguía. Recuerdo un domingo que el grupo de Donada tenía que representar una comedia y los policías no querían que fuera por la calle haciendo publicidad para este acontecimiento; él encomendó la publicidad a los ambulantes del mercado que repartieron las invitaciones sin que nadie se diera cuenta. El salón se llenó y fue verdaderamente un gran espectáculo”.


Taglio di Donada 31-5-1993

Sergio Benetti

Escuchando y leyendo el testimonio de las personas que conocieron al Padre Sandro hace treinta o cuarenta años, nos damos cuenta como ya joven estaba desarrollándose su carácter firme y el alma de misionero, que cada uno de nosotros hemos podido ver en el Padre Sandro.

La señora Teresa Castillo de Calderón en su testimonio escribe:

“… En la tarde del domingo 25 de agosto de 1991 estaba en la casa, de pronto sonó el timbre de la casa y pude escuchar: “Papá, papá, mataron al Padre Sandro”. Era mi hija que desesperada me anunciaba esa dolorosa noticia. Mi esposo salió corriendo y yo también con la esperanza de que no fuese verdad. Llegué a la iglesia y todo era una confusión, nos mirábamos asustados y consternados. Trajeron al Padre Sandro y lo velamos toda la noche. Fueron momentos inenarrables. Después de llevaron al Padre a su tierra y nosotros nos quedamos desamparados….

Él había logrado hacernos cambiar y madurar en la fe. A partir de ese momento la figura del Padre Sandro se agigantó, tuvimos la certeza de que habíamos perdido algo muy valioso y no lo supimos valorar en toda su magnitud.

No era un hombre perfecto. Era como todas las personas, tenía sus gustos, predilecciones, defectos, tal vez temores; pero tenía un gran amor a Nuestro Señor Jesucristo y a la Santa Virgen María. Su amor y su fe lo hacían diferente a todos nosotros.

Tuve la suerte (ahora lo sé) de colaborar con él enseñándole un poco del idioma castellano. Lo empecé a conocer más cuando introdujo en la parroquia la Catequesis Familiar. El interés y la perseverancia que nos demostró para que este programa se llevara a cabo, me sirvió para admirarle muchísimo.

Sus homilías eran algo que a la mayoría de la gente nos aburría y nos incomodaba, porque nos demostraba que no éramos verdaderos cristianos. En las misas de difuntos, matrimonios u otras celebraciones, sus palabras eran más fuertes. Tal vez, hasta ahora haya gente que no comprenda esta manera de hacernos reflexionar en la fe; pero quienes lo fuimos conociendo, sabemos que su manera de ser nos hizo cambiar mucho.

Aprendimos a leer la Palabra de Dios y a reflexionar sobre lo que ella nos enseña. Nos enseña a vivir mejor, a ser constantes y a no desfallecer en las primeras dificultades, a recibir y a dar, a vivir unidos, a rezar en familia.

Con los niños compartió sus mejores momentos. Le gustaba saber de ellos preguntándoles, bromeando y sobre todo sonriendo con ellos, como si él mismo fuera un niño.

Se identificó con los campesinos. Cada domingo iba llevándoles aliento y la palabra de Dios. Asistió a los enfermos y ancianos. Rezó por los difuntos. Organizó la parroquia y siempre marchó adelante dándonos ejemplo de humildad, como también de tenacidad.

¿Por qué lo mataron?

Nadie nos da una respuesta. Ha pasado un año de su muerte y sólo puedo añadir que su presencia espiritual sigue siempre con nosotros y que la respuesta a mis preguntas me la ha dado Dios y la fe. Él nos deja a todos un recuerdo en lo hondo de nuestro corazón que jamás podremos olvidar. Yo é que él vive, vive, vive”.

Santa, 18 de agosto de 1992

Teresa Castillo de Calderón

Comunicados tras el asesinato del padre Sandro

Comunicado de la Diócesis de Chimbote

Iglesia somos todos los bautizados, Por ello, el dolor por la muerte violenta del Párroco del Señor Crucificado de Santa, R.P. SANDRO DORDI NEGRONI, enluta sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles. Todo el Pueblo de Dios de la Diócesis de Chimbote está de duelo.

Lamentamos que la generosa acción misionera de quienes dejaron familia y Patria para anunciar la Buena Nueva de Jesucristo entre nosotros, especialmente entre los más pobres, reciba como recompensa un cruel asesinato.

La vida sacerdotal que se elimina deja desamparado el pueblo en su hambre de Dios y hambre de Pan. Es un golpe moral contra el pueblo, pero también es una heroica ofrenda al Señor de la Vida.

La Iglesia de Chimbote agradece la entrega abnegada y ejemplar del Padre Sandro, y fiel a la misión que Jesús le ha confiado, seguirá anunciando el Reino de la Justicia, del Amor, de la Paz y del Perdón.

Exhortamos al Pueblo de Dios a la Oración y el Ayuno, que es la fuerza que el Señor de la Historia ha puesto en nuestras manos.

Chimbote, 26 de Agosto de 1991

 Oficina de Prensa del Obispado de Chimbote

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COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL PERUANA

“El buen pastor da su vida por las ovejas” (Jn. 10,11)

En la enconada acción terrorista de asesinar a innumerables personas, se ha presentado en las últimas semanas la inclusión de sacerdotes de nuestra Iglesia Católica.

El padre Italiano Alessandro Dordi de 60 de edad, y de 37 de sacerdocio, párroco de Santa (Chimbote), ejerció su ministerio con abnegación y alegría, y por seguir al Buen Pastor, ha caído ante la insania terrorista, al ser cumplidor de predicar la paz y de ayudar a las necesidades espirituales y materiales. Acciones que son esenciales para todo discípulo de Cristo y que pueden dejarse de cumplir, con el riesgo de dar a la vida, tal como nuestro Salvador lo enseñó en el discurso de la última Cena: “mi paz os dejo, mi paz os doy” (Jn. 14,27) y la expresión “Tuve hambre y me diste de comer” (Mt. 25,35)

Reprobamos el asesinato del padre Alessandro, como rechazamos todo acto de violencia que es contrario al Evangelio y nos unimos al dolor del Obispo de Chimbote, de sus sacerdotes, religiosos y fieles.

Pedimos al Altísimo que envíe su Espíritu para obtener la conversión de quienes desprecian las vidas humanas, y la fortaleza para todos los que han venido a colaborar en las necesidades de nuestro pueblo, siguiendo el ejemplo del Buen Pastor que en la cruz derramó su sangre para todos los hombres.

Lima, 26 de agosto de 1991

+ JOSE DAMMERT BELLIDO

Obispo de Cajamarca

Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana

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COMUNICADO DE LA CANCILLERÍA 

Comunicado Oficial Nª 21/91

El Ministerio de Relaciones Exteriores deplora y condena enérgicamente el asesinato del sacerdote de nacionalidad italiana Alessandro Giuseppe Dordi Negroni, párroco del distrito de Santa en Chimbote, perpetrado el día 25 del presente por tres elementos terroristas en una paraje localizado a 20 minutos de Santa, en ocasión de regresar acompañado por dos seminaristas, luego de realizar un oficio religioso.

Este repudiable hecho, que se produce 16 días después de que fueran asesinados dos sacerdotes polacos en la localidad de Pariacoto, Ancash, manifiesta la más absoluta crueldad y el desprecio total por la vida de ciudadanos extranjeros que animados por la más loable generosidad viene a nuestro país a prestar asistencia a los peruanos más desfavorecidos.

El gobierno del Perú por intermedio de la Cancillería transmite a los familiares de este nuevo mártir de la iglesia su más profundo dolor por esta irreparable pérdida.

Lima, 26 de agosto de 1991

Ministerio de Relaciones Exteriores





Michal Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, Beatos
Sacerdotes y Mártires, 9 de agosto



Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 




Sacerdotes y Mártires

Martirologio Romano: En distintas localidades de la diócesis de Chimbote, Perú, beatos Michal Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski sacerdotes profesos polacos de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, yAlessandro Dordi  sacerdote diocesano italiano, asesinados por odio a la fe. ( 1991)
Fecha de beatificación: 5 de diciembre de 2015, durante el pontificdo de S.S. Francisco
Breve Biografía

Tras completar sus estudios teológicos en el Seminario Mayor de Cracovia, y mostrando un óptimo dominio del español, los padres franciscanos polacos Michael (Miguel) Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski partieron en misión hacia los Andes peruanos junto al padre Jaroslaw Wysoczanski [1], dedicándose a la "difícil tarea" de la atención de la pobre parroquia de Pariacoto y de otros pueblos de la zona (Yaután, Cochabamba y Pampa Grande).
El P. Jaroslaw relata: "Fue grande la alegría por nuestra llegada, éramos conscientes que nos habían esperado mucho tiempo, ya que durante muchos años nadie había anunciado la Buena Nueva de Jesús en la región. Nuestro plan pastoral era formar comunidades cristianas y crear una escuela para catequistas.  En nuestras visitas pastorales éramos recibidos con fervor y entusiasmo. Éramos conscientes de las difíciles condiciones de vida en estas comunidades que están a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, con muy malos caminos, casi todos ellos sin pavimentar, la mayoría tan sólo son accesibles a caballo o mula. A veces el viaje podría tomar doce o más horas".


Por desgracia, no era un buen momento para el Perú: las semillas del terrorismo se había sembrado y producido tanto odio.
El contexto: obispo amenazado
El obispo de Chimbote, Luis Bambarén Gastelumendi, estaba amenazado por los terroristas comunistas. Como cuenta un reportaje en LaRepublica.pe "casi semanalmente recibía escritos y en su andar por la ciudad pesquera observaba pintadas rojas en las paredes de las casas. Sabía del inminente riesgo para él y los sacerdotes que predicaban su fe en diferentes puntos de la región. Hasta que una amenaza más llegó, pero esta vez mucho más específica: "Si no renuncia mataremos dos sacerdotes por semana", decía un mensaje escrito a mano que incluía otras tantas frases de odio que caracterizaba a Sendero Luminoso".
"Ante esta nueva arremetida, monseñor Bambarén, presuroso, no dudó en convocar a los padres de todas las parroquias bajo su influencia para informarles y advertirles de las amenazas. "Les doy libertad para que puedan alejarse de sus zonas: pueden retirarse a Lima o a sus países", recuerda haber dicho en una reunión con los sacerdotes. Presentes estaban los padres polacos Michael Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski y el italiano Alessandro Dordi. Aquella vez, los dos primeros que trabajaban en el poblado andino de Pariacoto y el último en Santa manifestaron su intención de no mudarse".
El martirio
Llevaban ya tres años viviendo en aquellas zonas pobres y rurales de la diócesis de Chimbote, cuando la tarde del 9 de agosto de 1991 el pueblo se llenó de pintadas de Sendero Luminoso. Los frailes franciscanos sabían que eso significaba un inminente asalto, pero continuaron con su trabajo: el coro, el catecismo, la visita a un niño enfermo... Al anochecer, Fray Zbigniew empezó la exposición del Santísimo Sacramento, que duró hasta que llegó Fray Miguel con su camioneta para decir misa. Concluida la misa, cerraron las puertas del templo.
Poco después llegaron unos encapuchados, que entraron a la fuerza, les ataron las manos y se los llevaron. Dejaron a los novicios porque Strzalkowski les convenció. Probablemente les salvó así su vida. Pocos minutos después eran asesinados cerca del cementerio junto a los alcaldes de Pariacoto y Pueblo Viejo. A la vuelta, los criminales se encontraron con el primer edil de Cochabamba y lo mataron también.
Los terroristas no podían dejar de adoctrinar a sus víctimas antes de matarlas. En el camino desde la iglesia al lugar del fusilamiento los encapuchados expusieron su batería de eslóganes: sus Biblias y rosarios, dijeron, engañaban al pueblo; eran culpables, les dijeron, de "infectar a las personas mediante la distribución de alimentos de la imperialista Caritas" y de adormecer "el ímpetu revolucionario con la predicación de la paz". Tanto hablar de "paz" disuadía a los jóvenes de unirse al grupo terrorista.
Cuenta José Luis Restán que "el propio líder de Sendero, Abimael Guzmán, reconoció posteriormente en una conversación en la cárcel con el entonces obispo de Chimbote, Luis Bambarén, que los misioneros habían sido "ejecutados" porque con su actividad caritativa y su predicación impedían a los jóvenes sumarse a la causa de la revolución".
Michal Tomaszek
Micha? Tomaszek nació el 23 de septiembre de 1960 en ??kawica y fue bautizado un mes más tarde en la Parroquia de San Miguel allí. Él ya era monaguillo cuando recibió su primera comunión en 1969. Su padre murió ese mismo año. A los 15 años, ingresó en el seminario menor de los Franciscanos Conventuales en Legnica. Permaneció allí hasta 1980, cuando comenzó el noviciado en Smardzewice. El 4 de octubre de 1980, la fiesta de San Francisco de Asís, vestía el hábito franciscano, por primera vez y un año después profesó los votos temporales.
Después de tomar los votos temporales, el Hermano Micha? estudió filosofía y teología en el seminario franciscano conventual en Cracovia, donde defendió su tesis sobre la teología moral, dos años después de haber hecho su profesión solemne.
Fue ordenado sacerdote el 23 de mayo de 1987, cuando tenía 27 años de edad. Los dos años posteriores laboró como coadjutor en la iglesia parroquial de Piensk. Lleno de emoción y entusiasmo, Micha? partió como misionero hacia Perú el 25 de julio de 1989, la festividad de Santiago Apóstol.  El hispanizó su nombre a Miguel.
Zbigniew Strzalkowski
Zbigniew nació en Tarnów el 3 de julio de 1958, y fue bautizado en la catedral una semana más tarde. En 1967 recibió su primera comunión. Después de la escuela primaria, Zbigniew fue a la escuela técnica en su ciudad natal y comenzó a trabajar a los 20 años. Un año más tarde ingresó en el noviciado de los frailes Franciscanos Conventuales. De 1980 a 1986 estudió filosofía y teología en Cracovia. El 8 de diciembre de 1984, solemnidad de la Inmaculada Concepción, profesó votos solemnes y el 7 de junio de 1986, a los 28 años, fue ordenado sacerdote en Breslavia.
Durante dos años trabajó como Vice-Rector del Seminario de los Franciscanos Conventuales en Legnica. Luego, el 30 de noviembre de 1988, la fiesta de san Andrés, viajó a Perú para trabajar como misionero.
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NOTA
[1] En la fecha del martiro el P. Jaroslaw Wysoczanski habia vuelto a Polonia por unos días por el matrimonio de su hermana.
Fuentes: obispadodechimbote.org
religionenlibertad.com
pastoralcentre.pl

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