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jueves, 2 de julio de 2020

4 TIPOS DE AMISTADES QUE SON MALAS PARA TU MATRIMONIO


4 tipos de amistades que son malas para tu matrimonio
En nuestra vida, debemos de tener mucho cuidado de aquellas amistades negativas que tienen el potencial de dañar nuestro matrimonio


Por: Ashley Willis | Fuente: sixseeds.patheos.com/ashleywillis/




Las amistades juegan un rol extremadamente importante en nuestras vidas, y esto se mantiene como una verdad inclusive después que nos hemos casado.

Debemos de cultivar buenas, verdaderas, leales, y honestas amistades que no sólo saquen lo mejor de nosotros sino que también saquen lo mejor de nuestro matrimonio.

Por otro lado, debemos de tener mucho cuidado de aquellas amistades negativas que tienen el potencial de dañar nuestro matrimonio.

A menudo nos terminamos convirtiendo en las personas con las que más tiempo solemos pasar.

Ciertamente tendremos algunos amigos que vengan de diferentes rumbos en la vida, y esto es algo bueno, pero no podemos permitir a NINGUNO de ellos dañar nuestro matrimonio.

Entonces, ¿cómo podemos diferenciar a una “buena amistad” de una “mala amistad”? Debemos de comprender el tipo de comportamiento de nuestras amistades que impacta negativamente en nuestro matrimonio.

Aquí están las cuatro malas amistadas para nuestro matrimonio:

1.- El amigo que habla mal de su cónyuge.
Cuando yo crecía, mi mamá a veces me regañaba cuando yo soñaba como muchos de mis amigos. Ella me solía decir:

"Nunca te sueles quejar tanto. Seguramente has pasado demasiado tiempo con fulano".

Al principio yo creía que ella sólo me estaba regañando, pero entonces me daba cuenta que era cierto. Es raro como muchas veces terminamos adquiriendo algunos hábitos de aquellos con los que pasamos más tiempo.

Si nuestro amigo consistentemente ve y se queja de todos los defectos de su cónyuge, entonces, con el tiempo comenzaremos naturalmente a ver al nuestro de manera negativa.

En un esfuerzo por validar a esta persona o hacerla sentir mejor, terminaremos hiriendo nuestro matrimonio con las palabras negativas que decimos y con los pensamientos que permitimos echen raíz en nuestras mentes.

En lo que se refiere al matrimonio, debemos rodearnos de personas que quieran tener un buen matrimonio.

Durante los tiempos vulnerables, podemos encontrarnos a nosotros mismos quejándonos acerca de nuestro cónyuge con nuestros amigos. Esto podría pasar una o dos veces. Pero no podemos permitir que se vuelva una norma. Es algo tóxico para nuestro matrimonio y para nuestra amistad.

2. El amigo que habla mal de nuestro cónyuge
Esto pareciera algo tan evidente que ni siquiera lo vamos a pensar, pero he conversado con demasiadas parejas que tienen a los que llamamos “mejores amigos” que constantemente ven de menos a sus parejas. Esto simplemente NO puede suceder.

La excusa más común que yo escucho cuando abordamos este tema es:

“Ellos me conocen desde antes que yo me hubiese casado entonces lo que están haciendo es sobreprotegerme".

Esto puede ser cierto, pero eso no hace que el hablar mal de tu cónyuge esté bien. Cuando permitimos que nuestros amigos digan cualquier cosa desagradable en contra de nuestra esposa, estamos colocando nuestra amistad antes que nuestro matrimonio. Esto no es solamente dañino, sino erróneo.

Después de Dios, nuestro cónyuge merece nuestro compañerismo y lealtad. Nuestros amigos vienen después que nuestra familia.

Debemos dejar saber a nuestros amigos que NO ESTA BIEN que pongan apodos a nuestros cónyuges cuando estos hacen algo. Esto perpetúa el ciclo negativo en nuestra mente y corazones y crea una dañina codependencia en la amistad que terminará hiriendo nuestro matrimonio.

3. El amigo que trata de ponerte en contra de tu familia.
Un verdadero amigo te motivará a ser alguien cercano con tu esposa e hijos. Y no todo lo contrario.

Cualquier amigo que demande más de tu tiempo y diga cosas como “ella te tiene encerrado”, o “ella te exige demasiado tiempo”, o “ella está controlando todo tu tiempo”, o “tú deberías de poder hacer lo que tú quieras con tu tiempo”; esto no es una buena influencia para nosotros y ciertamente no está considerando nuestra devoción hacia nuestra familia.

Nuestros amigos nunca deberían de esperar que escojamos nuestra amistad antes que nuestra familia y no deberían de tratar de levantar discusiones con nuestro cónyuge al estar exigiendo más de nuestro tiempo.

Al final la verdad es que necesitamos pasar tiempo con nuestros amigos, pero ese tiempo nunca debe ser a expensas de nuestra propia familia.

Si estamos pasando demasiadas noches saliendo con nuestros amigos, nuestro matrimonio va a sufrir. Muchas salidas con los amigos nos llevan hacia un matrimonio solitario. Está fuera de balance, porque nuestro matrimonio debe venir primero.

4.- El amigo que odia el matrimonio en general.
Como lo dije antes, PODEMOS tener amigos de diferentes ambientes y con diferentes experiencias de vida. Esto es una cosa hermosa. Pero esto significa que la mayoría de nosotros tendremos opiniones diferentes acerca de diferentes cosas.

No deberíamos terminar una amistad simplemente porque no estamos de acuerdo en todo lo que pensamos o decimos, pero no podemos tener amistades cercanas con alguien que no respeta nuestras creencias y que tratan de minimizar nuestros valores.

Podemos tener algunos amigos que se hayan divorciado y que estén probablemente con una actitud negativa hacia el matrimonio en general. Yo no digo que no debemos darle apoyo durante esta época tan difícil. Definitivamente debemos hacerlo.

Debemos asegurarnos de que nuestras conversaciones no sean contra el matrimonio.

Yo tenía un amiga que comenzó a salir con dos mujeres divorciadas que le solían decir que estar soltera era mucho mejor que estar casada. Salían a restaurantes y a discotecas por lo menos una vez a la semana juntos. Mi amiga era la única mujer casada en el grupo. Eventualmente, ella comenzó a discutir con su esposo sobre cosas pequeñas y a decirle que no estaba siendo lo suficientemente buen esposo. Luego de algún tiempo, ella amenazó con el divorcio y eventualmente se fue de la casa a un apartamento con esas mujeres solteras. Su esposo no lo podía creer no se dio cuenta ni que tan rápido esto había ocurrido. Lo triste de toda esta situación es que la pareja se divorció hace tres años y mi amiga está empezando a darse cuenta que se equivocó tanto en su amistad como en su matrimonio. Ella desesperadamente quiere volver con su esposo, pero ahora él está con alguien más.

Amigos, yo no quiero que esto le pase a nadie de nosotros. Dios quiere que tengamos matrimonios fuertes y relaciones hermosas. Relaciones que enriquezcan nuestras vidas para que sean sanas y balanceadas.

Asegurémonos de Buscar y mantener amigos leales que se mantengan apoyándonos mutuamente y que levanten y saquen lo mejor de nosotros mismos a nuestras familias y a nuestro matrimonio.

Muchas gracias por tomarse el tiempo para leer esto y compartir. Que Dios los bendiga.

lunes, 27 de abril de 2020

CÓMO SALVAR EL MATRIMONIO


Cómo salvar el matrimonio




Si consideramos un poco las causas de los problemas matrimoniales que sacuden a tantas familias, vemos que el desconocimiento del valor de la persona humana, la falta de un diálogo profundo, el no saber perdonar, el no tener tiempo para convivir y el ambiente de inmoralidad reinante, resquebrajan trágicamente la vida matrimonial.

Empieza a olvidar los malos momentos del pasado; a perdonar y a querer más a tu cónyuge; a valorar más las virtudes y cualidades que tiene; a no desperdiciar momentos para estar más cerca de tu ser amado y convivir con él; a participar de sus sufrimientos e ideales, de sus preocupaciones y triunfos, de sus alegrías y de sus tristezas; a reír juntos; a llorar juntos; a vivir en verdad siendo un solo ser. Ama y cuida tu matrimonio. Juntos arrodíllense, oren al Señor, las manos juntas, imploren al Señor que entre en sus vidas, que sea él quien conduzca su matrimonio, quien los mantenga unidos hasta el final. ¡Hasta que la muerte los separe!

Ánimo, comienza a sembrar una manera nueva de amarse y convivir como en tus mejores tiempos. Proponte dialogar más, estar más tiempo juntos, escucharse más. Aplica el gran remedio de la ternura y la comprensión. Todo sacrificio vale la pena para salvar el matrimonio del divorcio, la soledad, el caos del hogar.



* Enviado por el P. Natalio

lunes, 30 de marzo de 2020

ADULTERIO: INFIDELIDAD DE CORAZÓN


Adulterio: infidelidad de corazón
Una aventura amorosa extramatrimonial puede hundir la felicidad de la familia


Por: P. Jorge Loring | Fuente: Catholic.net




El pecado de adulterio: Se comete cuando un hombre y una mujer, de los cuales, al menos uno está casado, establecen una relación sexual, aunque sea ocasional

El adulterio es ya una falta grave desde el momento mismo en que se desee deliberadamente. Ya hay adulterio cuando hay infidelidad de corazón: cuando se pone a alguien por encima del propio consorte. Tal es el sentido de las palabras de Nuestro Señor: Quien mira a una mujer con deseos deshonestos, ya ha cometido adulterio en su corazón

Como pecado externo es uno de esos crímenes enormes que ya entre los judíos y los paganos era castigado con la pena de muerte.

Las personas casadas deben ser de una prudencia extrema en este punto, y cerrar cuidadosamente la puerta de su corazón al menor síntoma de un afecto desordenado naciente hacia tercera persona. Los antiguos amores de la juventud, los actuales amigos de la familia, los subordinados, los superiores, los compañeros de trabajo, pueden constituir un verdadero peligro para la virtud de los esposos.

Hay que evitar los celos infundados , pero también el ser bobalicones poniendo en peligro la fidelidad del otro cónyuge.

Una aventura amorosa extramatrimonial puede hundir la felicidad de la familia, que no podrá recuperar el cariño de antes. Y esto no tiene precio.

No se llega ordinariamente al adulterio de golpe, sino después de una serie de ligerezas, de imprudencias y de concesiones. Al principio se resiste, y se ve con horror avecinarse la tragedia.
Pero si se empieza a hacer concesiones pequeñas está todo perdido.
Cada vez se cederá más.
Siempre menos de lo que la tentación pide, pero las concesiones irán en aumento. La tragedia será casi irremediable. Por eso deben tomarse toda clase de precauciones antes de que sea demasiado tarde. Los esposos deben ayudarse en este punto evitando las ocasiones. Pero también deben evitar el no menos grave peligro de celos infundados que son la ruina de la paz conyugal.

Los pasos del adulterio pueden ser éstos:

Un marido absorbido por su trabajo.

** Su mujer se siente sola.
** Ella se encuentra casualmente con un hombre que resulta amable y atento.
** Se deja llevar con la imaginación lo que sería un matrimonio con este segundo hombre.
** Una circunstancia ocasional y un beso furtivo con este segundo hombre. Necesidad de repetir este momento.
** Después, el adulterio, una familia deshecha, y, puede ser, que la condenación eterna.

Es un proceso lento pero seguro, si no se corta al principio radicalmente.

El sentimentalismo suele ser una de las causas por las que una persona buena puede llegar también al adulterio:

** Se encuentra con otra que atraviesa una situación difícil.
** Su buen corazón le inclina a ayudarla, no viendo ningún peligro en ello.
** Nace el afecto entre los dos.
** Ella se siente agradecida y comprometida a complacerle en todo, etc.

En ambientes pervertidos, algunos matrimonios practican el intercambio de parejas, como un juego inofensivo: pero con esto han preparado una bomba de relojería que, antes o después, hará saltar, hecho añicos, su matrimonio.

La amante del hombre puede ser una profesional que va buscando hombres casados para vaciarles la cartera. Es una mujer de cuatro letras, que en lugar de trabajar en la calle lo hace en lugares lujosos: es una profesional del vicio. Otras veces puede ser una mujer ingenua que insensiblemente se enreda en un amor prohibido. Aunque ingenua no deja de ser culpable pues sabe que aquel corazón ya tiene dueño.

domingo, 9 de febrero de 2020

9 CONSEJOS DEL PAPA FRANCISCO PARA UN MATRIMONIO FELIZ


9 consejos del Papa para un matrimonio feliz
Tres parejas le formularon algunas preguntas al Santo Padre. aquí los nueve consejos que el Papa Francisco dio a los novios.


Por: Jorge Enrique Mújica, LC | Fuente: YoInfluyo.com




El 14 de febrero de 2014 el Vaticano se convirtió en la capital de los novios: miles de parejas de diferentes países abarrotaron la plaza de san Pedro para un encuentro con el Papa Francisco quien de ese modo quiso saludar y acompañar a todos aquellos que se preparan para el matrimonio. Tres parejas le formularon algunas preguntas al Santo Padre. He tematizado las respuestas y les ofrezco los nueve consejos que el Papa Francisco dio a los novios. Consejos ágiles, realistas y positivos que valen también para quienes ya están casados (la numeración y el titular antes de cada consejo es nuestro):

1. La casa se construye juntos

“el amor es una relación , entonces es una realidad que crece, y podemos incluso decir, a modo de ejemplo, que se construye como una casa. Y la casa se construye juntos, no solos. Construir significa aquí favorecer y ayudar el crecimiento. Queridos novios, vosotros os estáis preparando para crecer juntos, construir esta casa, vivir juntos para siempre.

No queréis fundarla en la arena de los sentimientos que van y vienen, sino en la roca del amor auténtico, el amor que viene de Dios. La familia nace de este proyecto de amor que quiere crecer como se construye una casa, que sea espacio de afecto, de ayuda, de esperanza, de apoyo. Como el amor de Dios es estable y para siempre, así también el amor que construye la familia queremos que sea estable y para siempre. Por favor, no debemos dejarnos vencer por la ‘cultura de lo provisional’. Esta cultura que hoy nos invade a todos, esta cultura de lo provisional. ¡Esto no funciona!”.

2. Cómo perder el miedo al “para siempre”: una cuestión de calidad

“¿cómo se cura este miedo del ‘para siempre’? Se cura día a día, encomendándose al Señor Jesús en una vida que se convierte en un camino espiritual cotidiano, construido por pasos, pasos pequeños, pasos de crecimiento común, construido con el compromiso de llegar a ser mujeres y hombres maduros en la fe. Porque, queridos novios, el «para siempre» no es sólo una cuestión de duración. Un matrimonio no se realiza sólo si dura, sino que es importante su calidad. Estar juntos y saberse amar para siempre es el desafío de los esposos cristianos. Me viene a la mente el milagro de la multiplicación de los panes: también para vosotros el Señor puede multiplicar vuestro amor y donarlo a vosotros fresco y bueno cada día. ¡Tiene una reserva infinita de ese amor! Él os dona el amor que está en la base de vuestra unión y cada día lo renueva, lo refuerza. Y lo hace aún más grande cuando la familia crece con los hijos”.

3. La oración que deben rezar los novios y de los esposos

“En este camino es importante y necesaria la oración, siempre. Él para ella, ella para él y los dos juntos. Pedid a Jesús que multiplique vuestro amor. En la oración del Padrenuestro decimos: ‘Danos hoy nuestro pan de cada día’. Los esposos pueden aprender a rezar también así: ‘Señor, danos hoy nuestro amor de cada día’, porque el amor cotidiano de los esposos es el pan, el verdadero pan del alma, el que les sostiene para seguir adelante. Y la oración: ¿podemos ensayar para saber si sabemos recitarla? ‘Señor, danos hoy nuestro amor de cada día’. Ésta es la oración de los novios y de los esposos. ¡Enséñanos a amarnos, a querernos! Cuanto más os encomendéis a Él, tanto más vuestro amor será «para siempre», capaz de renovarse, y vencerá toda dificultad”.

4. Aprender a pedir permiso

“¿Puedo, permiso?”. Es la petición gentil de poder entrar en la vida de otro con respeto y atención. Es necesario aprender a preguntar: ¿puedo hacer esto? ¿Te gusta si hacemos así, si tomamos esta iniciativa, si educamos así a los hijos? ¿Quieres que salgamos esta noche?... En definitiva, pedir permiso significa saber entrar con cortesía en la vida de los demás. Pero escuchad bien esto: saber entrar con cortesía en la vida de los demás. Y no es fácil, no es fácil. A veces, en cambio, se usan maneras un poco pesadas, como ciertas botas de montaña. El amor auténtico no se impone con dureza y agresividad. En las Florecillas de san Francisco se encuentra esta expresión: ‘Has de saber, hermano carísimo, que la cortesía es una de las propiedades de Dios... la cortesía es hermana de la caridad, que extingue el odio y fomenta el amor’ (Cap. 37). Sí, la cortesía conserva el amor. Y hoy en nuestras familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hay necesidad de mucha más cortesía. Y esto puede comenzar en casa”.

5. Aprender a decir gracias

“Gracias”. Parece fácil pronunciar esta palabra, pero sabemos que no es así. ¡Pero es importante! La enseñamos a los niños, pero después la olvidamos. La gratitud es un sentimiento importante: ¿recordáis el Evangelio de Lucas? Una anciana, una vez, me decía en Buenos Aires: ‘la gratitud es una flor que crece en tierra noble’. Es necesaria la nobleza del alma para que crezca esta flor. ¿Recordáis el Evangelio de Lucas? Jesús cura a diez enfermos de lepra y sólo uno regresa a decir gracias a Jesús. Y el Señor dice: y los otros nueve, ¿dónde están? Esto es válido también para nosotros: ¿sabemos agradecer? En vuestra relación, y mañana en la vida matrimonial, es importante tener viva la conciencia de que la otra persona es un don de Dios, y a los dones de Dios se dice ¡gracias!, siempre se da gracias. Y con esta actitud interior decirse gracias mutuamente, por cada cosa. No es una palabra gentil que se usa con los desconocidos, para ser educados. Es necesario saber decirse gracias, para seguir adelante bien y juntos en la vida matrimonial.

6. Aprender a pedir perdón

“En la vida cometemos muchos errores, muchas equivocaciones. Los cometemos todos. Pero tal vez aquí hay alguien que jamás cometió un error. Levante la mano si hay alguien allí, una persona que jamás cometió un error. Todos cometemos errores. ¡Todos! Tal vez no hay un día en el que no cometemos algún error. La Biblia dice que el más justo peca siete veces al día. Y así cometemos errores... He aquí entonces la necesidad de usar esta sencilla palabra: «perdón». En general, cada uno de nosotros es propenso a acusar al otro y a justificarse a sí mismo. Esto comenzó con nuestro padre Adán, cuando Dios le preguntó: ‘Adán ¿tú has comido de aquel fruto? ‘. ‘¿Yo? ¡No! Es ella quien me lo dio». Acusar al otro para no decir ‘disculpa’, ‘perdón’. Es una historia antigua. Es un instinto que está en el origen de muchos desastres. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir perdón. ‘Perdona si hoy levanté la voz’; ‘perdona si pasé sin saludar’; ‘perdona si llegué tarde’, ‘si esta semana estuve muy silencioso’, ‘si hablé demasiado sin nunca escuchar’; ‘perdona si me olvidé’; ‘perdona, estaba enfadado y me la tomé contigo’. Podemos decir muchos ‘perdón’ al día. También así crece una familia cristiana. Todos sabemos que no existe la familia perfecta, y tampoco el marido perfecto, o la esposa perfecta. No hablemos de la suegra perfecta... Existimos nosotros, pecadores. Jesús, que nos conoce bien, nos enseña un secreto: no acabar jamás una jornada sin pedirse perdón, sin que la paz vuelva a nuestra casa, a nuestra familia. Es habitual reñir entre esposos, porque siempre hay algo, hemos reñido. Tal vez os habéis enfadado, tal vez voló un plato, pero por favor recordad esto: no terminar jamás una jornada sin hacer las paces. ¡Jamás, jamás, jamás! Esto es un secreto, un secreto para conservar el amor y para hacer las paces. No es necesario hacer un bello discurso. A veces un gesto así y... se crea la paz. Jamás acabar... porque si tú terminas el día sin hacer las paces, lo que tienes dentro, al día siguiente está frío y duro y es más difícil hacer las paces. Recordad bien: ¡no terminar jamás el día sin hacer las paces! Si aprendemos a pedirnos perdón y a perdonarnos mutuamente, el matrimonio durará, irá adelante. Cuando vienen a las audiencias o a misa aquí a Santa Marta los esposos ancianos que celebran el 50° aniversario, les pregunto: «¿Quién soportó a quién?» ¡Es hermoso esto! Todos se miran, me miran, y me dicen: ‘¡Los dos!’ Y esto es hermoso. Esto es un hermoso testimonio”.

7. Ver el matrimonio como una fiesta

“el matrimonio es una fiesta, una fiesta cristiana, no una fiesta mundana. El motivo más profundo de la alegría de ese día nos lo indica el Evangelio de Juan: ¿recordáis el milagro de las bodas de Caná? A un cierto punto faltó el vino y la fiesta parecía arruinada. Imaginad que termina la fiesta bebiendo té. No, no funciona. Sin vino no hay fiesta. Por sugerencia de María, en ese momento Jesús se revela por primera vez y hace un signo: transforma el agua en vino y, haciendo así, salva la fiesta de bodas. Lo que sucedió en Caná hace dos mil años, sucede en realidad en cada fiesta de bodas: lo que hará pleno y profundamente auténtico vuestro matrimonio será la presencia del Señor que se revela y dona su gracia. Es su presencia la que ofrece el «vino bueno», es Él el secreto de la alegría plena, la que calienta verdaderamente el corazón. Es la presencia de Jesús en esa fiesta. Que sea una hermosa fiesta, pero con Jesús. No con el espíritu del mundo, ¡no! Esto se percibe, cuando el Señor está allí”.

8. Las bodas deben ser sobrias

“que vuestro matrimonio sea sobrio y ponga de relieve lo que es verdaderamente importante. Algunos están más preocupados por los signos exteriores, por el banquete, las fotos, los vestidos y las flores... Son cosas importantes en una fiesta, pero sólo si son capaces de indicar el verdadero motivo de vuestra alegría: la bendición del Señor sobre vuestro amor. Haced lo posible para que, como el vino de Caná, los signos exteriores de vuestra fiesta revelen la presencia del Señor y os recuerden a vosotros y a todos los presentes el origen y el motivo de vuestra alegría”.

9. El matrimonio supone un trabajo de los dos

“El matrimonio es también un trabajo de todos los días, podría decir un trabajo artesanal, un trabajo de orfebrería, porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a su esposa y la esposa tiene la tarea de hacer más hombre a su marido. Crecer también en humanidad, como hombre y como mujer. Y esto se hace entre vosotros. Esto se llama crecer juntos. Esto no viene del aire. El Señor lo bendice, pero viene de vuestras manos, de vuestras actitudes, del modo de vivir, del modo de amaros. ¡Hacernos crecer! Siempre hacer lo posible para que el otro crezca. Trabajar por ello. Y así, no lo sé, pienso en ti que un día irás por las calles de tu pueblo y la gente dirá: ‘Mira aquella hermosa mujer, ¡qué fuerte!...’. ‘Con el marido que tiene, se comprende’. Y también a ti: ‘Mira aquél, cómo es’. ‘Con la esposa que tiene, se comprende’. Es esto, llegar a esto: hacernos crecer juntos, el uno al otro. Y los hijos tendrán esta herencia de haber tenido un papá y una mamá que crecieron juntos, haciéndose —el uno al otro— más hombre y más mujer”.

viernes, 7 de febrero de 2020

10 CONSEJOS PARA UN BUEN NOVIAZGO


10 consejos para un buen noviazgo
Un noviazgo santo en clave católica


Por: Redacción | Fuente: ACI Prensa




El noviazgo es una etapa muy rica e intensa donde la pareja se prepara para el matrimonio, en el que existen una serie de desafíos a los que se debe hacer frente, especialmente en un mundo erotizado, materialista y alejado de Dios.

Ante esta situación que se presenta como un reto para los católicos, ACI Prensa entrevistó a Emma Rodríguez y a Didier Masis, un matrimonio originario de Costa Rica que es autor del Blog de Emma y Didier donde escriben sobre temas como el amor verdadero y el noviazgo. Esta psicóloga de 27 años y este filósofo de 35 llevan dos años de matrimonio y también dan charlas en escuelas, universidades, iglesias y congresos.

Ellos dieron estas 10 claves para vivir un noviazgo santo en clave católica.

1.- Vivir en castidad
Emma indicó que en el noviazgo es importante vivir en castidad absteniéndose de tener relaciones sexuales, porque esta virtud “te enseña a ordenar y a reflexionar si tus acciones están orientadas a amar verdaderamente o a usar a la otra persona”.

“La castidad no es cerrarse al amor humano sino abrirse al amor divino para que me ayude a orientar mis deseos”, comentó.

Por su parte, Didier indicó que ser casto y esperar al matrimonio para tener relaciones sexuales“es darle un sentido al mandamiento del amor: aprender a amar a Dios sobre todas las cosas. También implica saber cuánto me conozco, me amo y me valoro”.    

Para fortalecer esta virtud, ambos aconsejaron ir con frecuencia a los sacramentos y vivirlos plenamente.

2.- Crecer juntos en la fe
Didier destacó que el noviazgo es una oportunidad para que la pareja crezca en la fe. Para lograrlo, ambos pueden hacer una lista de prácticas espirituales que pueden realizar juntos.

Algunas son orar en pareja, y si ambos viven lejos pueden llamarse por WhatsApp o Skype para realizar la Lectio Divina o rezar alguna otra oración.

“No se debe olvidar que la relación más importante es la que tienes con Dios. Hay que hablar con Él y escucharlo”, agregó Emma.

Emma comentó también que sería ideal que la pareja haga un retiro espiritual juntos por lo menos una vez al año.

Esto ayudará a “discernir sobre su camino porque el noviazgo no significa que ya te casaste. Es un discernimiento para saber si esa persona es aquella con la que se formará una familia”.

3.- Ponerse metas para crecer personalmente
Didier señaló que el noviazgo “tiene que ir creciendo, las personas tenemos que ir creciendo, un noviazgo que se estanca no madurará. El noviazgo debe tener metas y propósitos”.

Ambos recomendaron que la pareja se puede trazar objetivos para cumplir en una semana o al mes.

Algunos son leer libros espirituales, visitar un asilo de ancianos, ayudar a una causa de la parroquia, rezar juntos todos los días o ir a la Hora Santa y ofrecerla por todos los noviazgos y matrimonios, entre otros.

4.-  Construir la confianza y una sólida amistad
En el noviazgo es muy importante construir la confianza y esta se basa en una buena amistad.

“Hemos notado que hoy en día las parejas se saltan etapas y no saben ser amigos. La amistad es la base de una buena relación. De ella se desprende la confianza y la transparencia. Las parejas se saltan todo eso y entran inmediatamente en una relación en la que emocionalmente están prácticamente casados uno con el otro”, señaló Emma.

Didier añadió que en una relación los celos “son el síntoma de las carencias que tengo y de experiencias que no he sanado”.

5.- No idealizar a la otra persona
Didier indicó que en el noviazgo se suele mostrar a la otra persona lo mejor de uno como si fuera “una imagen retocada con Photoshop”.

“Tenemos que dejar pasar la ilusión para mostrarnos como somos en realidad, para dar a conocer nuestros valores, para conversar seriamente con la otra persona sobre lo que es importante para su vida”, expresó.

“No hay que olvidar lo que Jesús nos dijo: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’. Si uno se ama y se acepta no hay necesidad de vender falsas ilusiones”, dijo.

6.- No encerrarse
Emma y Didier indicaron que el noviazgo “no se trata de encerrar al otro y vivir pegado como un parásito. Se trata de compartir con otros y eso enriquece la relación”.

“Recomiendo que invites a la otra persona a tu mundo. Que conozca a tu familia, a tus amigos. Incluso habrá espacios donde saldrá solo uno de los dos. Por ejemplo, Didier y yo tenemos amigos en común. Él conoce a todas mis amigas y yo conozco a todos sus amigos”, comentó Emma.

Añadió que si cada uno decide salir con sus amigos “eso no quiere decir que me ame menos sino que él tiene necesidad de relacionarse con sus amigos o familia y yo también”.  

7.- La mejor forma de afrontar las peleas
En el noviazgo no todo es color de rosa. La pareja también pelea: lo importante es aprender a manejar las emociones y comprender al otro.

“Después de una pelea fuerte recomiendo hacer silencio y esperar a que las aguas se calmen. Cuando nos enojamos lo primero que aparece es la lengua. Hay que tener control sobre las palabras que decimos porque pueden herir a la otra persona”, aconsejó Emma.

También recomendó “ponerse en los zapatos del otro porque a veces uno cree que tiene la razón. Añadió que “hay que pedir al Espíritu Santo que te ayuda a traer la paz en ese momento”.

8.- Cuestionar la relación (no es malo)
Tal vez habrá un momento en el que te preguntes si tu pareja realmente es la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida.

Emma comentó que es bueno dudar y cuestionar porque “el noviazgo es el tiempo donde tienes que hacerte preguntas”.

Ambos recomendaron hacerse estas preguntas como las siguientes: ¿Compartimos los mismos valores?, ¿Estoy dispuesto a casarme con esa persona que tiene estas cualidades y defectos?, ¿Por qué estamos llevando este noviazgo?, ¿Me he amado a mí mismo y te he amado a ti? y ¿He sido un puente para que esa persona se encuentre con Dios?

9.- Aprender a perdonar
Si uno aprende a perdonar en el noviazgo podrá hacerlo en el matrimonio. Emma recordó que todos los seres humanos son frágiles y cometen errores. “Tarde o temprano la otra persona me va a fallar así como yo le fallaré”.

Aclaró que “perdonar no significa aceptar. Puede suceder que la persona te trató mal, te fue infiel, te agredió. Tú puedes perdonarla como un gesto de caridad hacia el otro y para mostrar que no quieres seguir lastimándote”, recomendó.  

10.- ¿Y qué pasa si mi pareja está alejada de la fe?
Emma indicó que es importante “plantearse si mi proyecto de vida involucra que mi pareja no sea ‘tan’ católica como yo lo soy”.

Si el otro, por distintas razones, está alejado de Dios, entonces “no descuides tu fe. La relación con Dios es lo más importante que uno tiene en la vida. Además, el testimonio arrastra”.

“Si la otra persona te ve enamorado o enamorada de Dios llegará un punto en el que empezará a preguntarse qué es lo que te da esa felicidad y esa paz”.

“Si Dios quiere que ustedes se unan en matrimonio genial, pero si tu testimonio hace que la otra persona se acerque a Dios también es una bendición”, afirmó.

Bonus: Para aquellos que aún no encuentran al amor de su vida

No tengas miedo de esperar y reza por tu futuro esposo (a)

Si sientes que tu llamado es el matrimonio, pero aún no aparece esa persona especial debes tener paciencia.

Emma indicó que es importante tener confianza en que Dios vela por todos tus anhelos. “Hay que aprender a comprender que nuestros tiempos no son los tiempos de Dios. Nosotros solemos apresurarnos. Dios no se olvida de ti”.

“Ninguna persona, por más que la ames, va a llenar los vacíos como Dios. Si estando soltero tu corazón no se siente lleno con el infinito amor de Dios, menos lo estará con una criatura igual a ti”, destacó la bloguera.

Didier añadió que “la soltería es un tiempo que se debe disfrutar para crecer y sanar. Tienes que abrirte para escuchar la voz de Dios y saber cuál es el camino que debo seguir en mi vida”.

lunes, 27 de enero de 2020

¿NOVIAZGO SANTO?


¿Noviazgo santo?
Un noviazgo contracorriente, donde se espera


Por: Myriam Ponce | Fuente: CatolicoDefiendeTuFe.org




En la actualidad, practicar la virtud de la castidad es ir contracorriente. Vivimos en un mundo hipersexualizado que nos plantea el placer vacío y sin propósito como la mayor representación de gozo, … no de amor. Nos han hecho creer que la sexualidad pertenece sólo al campo de la biología y no al ámbito de la persona misma en su máxima expresión. Esto nos ha guiado a considerar el cuerpo humano como objeto o simple instrumento.

¡Nos han intentado vender una versión barata!

La Iglesia, por el contrario, siempre ha fomentado el esperar a vivir la sexualidad hasta el matrimonio. Pero, ¿por qué?

Empecemos por lo más importante:

Tu eres un Don, así, con mayúscula.

Fuiste creado a imagen y semejanza de Dios, en el principio y con la finalidad del amor. Por tanto, has sido llamado(a) a ser Don, Comunión y Creador. Tus cualidades te hacen un ser único e irremplazable, un regalo para el mundo. Es así que, viviendo en sociedad, has sido convocado a vivir en comunión. Dios no llamó a nadie a la soledad, por el contrario, en comunión es que somos más semejantes a Él en Su Santa Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo).

Pero espera, hay otra buena noticia. Aparte de ser un Don, reflejo del amor de Dios y estar en constante comunión con Él, haz sido invitado a ser co-creador de Su obra.

Sí…, ¡TÚ!

Dios creó el amor para ti y para mí, considerando cada mínimo detalle, y nos ha dado una muestra plena del amor al encarnarse en Cristo. La clave de toda comunión en pareja está en amar como Cristo nos ama. Su amor fue fiel en la misión que Dios le encomendó, libre en decisión, total hasta el punto de entregar su vida por nosotros y dador de vida eterna para todos. La máxima prueba de amor que se fundamenta en estos cuatro pilares es: el matrimonio.

Al altar se llega con una disposición sincera de nunca permitir conscientemente ningún grado de infidelidad, anti-libertad, anti-totalidad, ni prohibición a la vida; con la Gracia de Dios.

El acto sexual es la encarnación de estos votos.

Es sólo en el acto sexual, dentro del matrimonio, donde se da una entrega fiel, total, libre y abierta a la vida. Los esposos son llamados a donarse, de modo explícito, sirviéndose correctamente del digno lenguaje del cuerpo. Es un testimonio de amor, conforme al significado justo y la grandeza del Sacramento. El consentimiento que une a los esposos entre sí, encuentra su plenitud en el hecho de que los dos “se vuelven una sola carne” (CIC 1627).

Sólo dentro del matrimonio se vivirá la plenitud que el mundo promete, pero no brinda realmente. La castidad prematrimonial es el proceso preparatorio para la verdadera esencia del matrimonio. Esperar, es un reto. Pero, radicalmente, ¡vale el esfuerzo!
El amor promete infinidad, eternidad, una realidad más grande y completamente distinta de nuestra existencia cotidiana. Pero, al mismo tiempo, se constata que el camino para lograr esta meta no consiste simplemente en dejarse dominar por el instinto. Hace falta una purificación y maduración que incluyen también la renuncia. Esto no es rechazar el “eros” ni “envenenarlo”, sino sanearlo para que alcance su verdadera grandeza (Benedicto XVI, DC, 5).

¿QUÉ PUEDO HACER SI ME HE ENAMORADO DE UNA PERSONA QUE NO ES CATÓLICA? VIDEO EXPLICATIVO


¿Qué puedo hacer si me he enamorado de una persona que no es católica?
Les dejo algunos criterios de discernimiento para saber si es que esto es lo mejor para su futuro


Por: P. Sebastián Correa | Fuente: Catholic-link.com




Me han hecho una pregunta por facebook y he querido responderla ante las cámaras pues creo que puede ayudar a personas que están pasando por la misma situación o que, alguna vez se han preguntado sobre este tema: ¿Qué puedo hacer si me he enamorado de una persona que no es católica? Hoy les dejo algunos criterios de discernimiento para saber si es que esto es lo mejor para su futuro y responde a lo que Dios quiere de ti.

Recuerden que en estos videos responderé a todas las preguntas que me hagan. La idea es que me manden todas sus dudas (sobre cualquier tema de fe) a mi cuenta de twitter @Padre_Seba.

Para terminar les dejamos una sabias y esperanzadoras palabras de San Juan Pablo II.

No se ha de olvidar nunca que todo amor humano atravesará una prueba de fuerza y que entonces se revelará toda su grandeza.

lunes, 11 de febrero de 2019

CÓMO SÉ SI LO QUE SIENTO ES VERDADERO AMOR?


¿Cómo sé si lo que siento es verdadero amor?
El amor no es el arrebato ciego de los enamorados ni la idealización de los románticos


Por: Dora Tobar | Fuente: Por tu matrimonio 




El amor no es el arrebato ciego de los enamorados ni la idealización de los románticos. El amor es el deseo de buscar ante todo el bien de la otra persona.

Es muy fácil confundir el amor con los sentimientos de agrado y fascinación que una persona nos despierta y terminar así haciendo promesas y entregas de amor cuando aún no estamos listos.

Afortunadamente, varias ciencias modernas como la psicología y hasta la bio-química han salido hoy al paso de los enamorados para ayudarles a clarificar sus sentimientos. Con base en esos datos podemos por eso decir, desde ya, que el amor a primera vista no existe. Toda relación de pareja, por tratarse del encuentro entre dos personas, pasa por distintas etapas hasta llegar, algunas veces, al amor.

Identificar en qué etapa de la relación vas con tu pareja te ayudará a saber también qué tipo de opción les conviene más y cómo pueden orientar su relación hacia la conquista del amor verdadero.

Las etapas del amor:
La relación de pareja pasa por distintas etapas que se pueden identificar como el enamoramiento o atracción, la etapa romántica o del “Te quiero” y finalmente “El amor”.

El enamoramiento:
Es la etapa rosa y apasionante en que una pareja se siente fuertemente atraída y fascinada por otra la otra persona. Estas sensaciones son tan fuertes y placenteras que muchas parejas creen que este es el amor.

Sin embargo, la atracción que une a los enamorados no es más que el efecto de unas sustancias llamadas feromonas que, además de alterar nuestros sentidos y hacernos sentir gran goce y pasión ante el más mínimo contacto con la otra persona, nos hace creer que con nadie podríamos ser tan felices.

Es decir, el agrado físico es tan fuerte que la mente también queda como enceguecida o fascinada. Por eso los enamorados no ven los defectos de su pareja e incluso dudan que pueda tenerlos. Todo parece perfecto.

A esta falta de objetividad se suma el hecho que, los enamorados, si no mienten sobre ellos mismos, por lo menos esconden sus errores y exageran sus virtudes pues desean conquistar a todo precio la persona que les proporciona tan gratas sensaciones.

En conclusión, el enamoramiento es una fase donde prima el placer pero donde se carece de realismo pues no sabemos aún cómo es realmente la otra persona. De hecho, durante el enamoramiento, lo que amamos del otro no es lo que él o ella es, sino lo que sus caricias, detalles y compañía me producen cuando me toca, me habla o me invita.

Estas sensaciones son además pasajeras pues el efecto de las feromonas dura máximo 3 años. Si durante este tiempo la pareja no se ha dado la oportunidad de dialogar mucho y esforzarse por conocer la realidad del otro, en vez de quedarse engolosinada en encuentros llenos de caricias pero con poco contenido, la relación se acaba. Si además se tienen relaciones sexuales durante esta etapa, el efecto enceguecedor de las feromonas se duplicará creando una sensación ficticia de intimidad.

El enamoramiento no es la etapa para la entrega que supone la vida sexual y matrimonial.

Etapa Romántica o del “Te-Quiero”
En la etapa romántica la pareja empieza a compartir más y por tanto a conocerse mejor. Al ir entrando en el mundo de la otra persona, de sus gustos, de sus ideas, de sus características, de sus habilidades, etc., empiezan a aparecer las cosas que realmente nos atraen de la persona, y no sólo de su cuerpo. Se empieza a disfrutar de lo que la persona es, y no únicamente de lo que esa persona causa en mí.

Algunas de las característica que descubrimos en la pareja son reales. Podemos ya ver algunos defectos,  pero también puede haber todavía mucha fantasía o idealización (amo los sueños que el otro despierta en mi). Por eso es importante recordar que apenas se está comenzando el conocimiento de la otra persona.

Junto a la pasión de las feromonas, en la etapa romántica aparece la ternura. Ésta busca llegar a lo profundo de la otra persona para halagarla o hacerla sentir bien.

Con todo, la etapa romántica no es todavía el amor. Aún no conozco a la otra persona como para saber si estaría ya dispuesto(a) a entregarle las  llaves de mi casa o la clave secreta de mi cuenta bancaria. Y si eso es así, entonces es signo de que aún no estamos listos para una entrega total como la que supone la sexualidad o el matrimonio.

El Amor:
El amor no es el arrebato ciego y apasionado de los enamorados. Tampoco es la idealización rosa de los románticos. El amor es la unión estrecha, la confianza profunda y el deseo de buscar en todo el bien de la otra persona. Este sentimiento surge cuando se conoce a la pareja y se es feliz con lo que se sabe ella. Entonces nace el impulso confiado de dar todo de sí y de recibir todo lo que el otro es, para formar un “nosotros".

En otras palabras, en el amor la confianza y la generosidad son los elementos claves y se relacionan mutuamente: porque confiamos, deseamos entregar generosamente toda nuestra vida. Pero no se puede llegar a la confianza sin el conocimiento mutuo.

Por eso podemos decir que el amor se compone de cuatro elementos:

Conocimiento:
Y conocerse significa al menos que:
Sé de dónde vienes y a dónde vas.
Sé cómo reaccionas cansado, con rabia, bajo estrés, cuando estás contento.
Sé gran parte de tus defectos y cualidades.
 Sé tus valores y los comparto.
 Aunque no eres perfecto(a).

 Aceptación:
 Admiro lo que eres.
 Me gusta tu físico y tu manera de ser.
Entre todas las personas que pueden gustarme, te escojo a ti.
No espero que cambies para amarte. Aunque no cambies así te quiero.

 Confianza:
Sé que en ningún momento quieres hacerme daño.
Puedo confiarte mi salud, mi dinero, mi futuro porque sé que deseas cuidar de mi.
Deseo de entrega:

Verte feliz me satisface.
 Conozco tus aspiraciones y estoy dispuesto(a) a apoyarlas.
 Ofrezco todo de mi para que buscar tu bien tanto material, sexual como emocional.
 Estoy dispuesto (a) invertir todas mis energías en acompañarte, entenderte y servirte, aún cuando me implique renuncia y sacrificio.
Para quien es creyente es claro que no hay mejor definición de amor que la que Jesús nos dio: “No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos” (Juan 15,13). Así, el amor deja de ser sólo un sentimiento y se convierte en la permanente acción de auto-donación o entrega por el bien del otro.

En una pareja no siempre los dos llegan juntos, o al mismo tiempo a desarrollar este tipo de amor. Si después de un periodo uno de los dos, o los dos, no avanzan hasta alcanzar este amor de entrega es porque no están listos para ser un matrimonio.

El amor debe ser alimentado permanentemente. Por eso, el hecho de que una pareja se case amándose, no implica que ya tiene su felicidad garantizada. Cada cual debe esforzarse por cuidar y avanzar en la entrega, la confianza, el mutuo conocimiento y la aceptación del otro.

Más sobre este tema en El compromiso y Qué estoy dispuesto a compartir. Lecturas Complementarias: M. Scott Peck, Nueva Psicología del Amor, MC Editorial, 1998.

martes, 8 de mayo de 2018

14 DETALLES PARA CELEBRAR EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO EN CLAVE CATÓLICA


14 detalles para celebrar el sacramento del matrimonio en clave católica
POR MARÍA XIMENA RONDÓN | ACI Prensa




Foto: Cortesía de María Pía Moreno - Esteban Nakano
Como una forma de ayudar a recuperar el valor de este sacramento que en la actualidad muchos consideran una simple convención social, ACI Prensa entrevistó a Alejandra Guerra, una wedding planner católica, y a María Pía Moreno, autora del blog sobre bodas “Velo de Vainilla”.



Los detalles que comparten ambas pueden servirte para preparar mejor tu boda en clave católica. Si ya estás casado, puedes usarlos para celebrar un aniversario especial.

Estos detalles apuntan a celebrar en clave católica el matrimonio, a no centrarse tanto en la fiesta y a resaltar lo que dice el Papa Francisco en el numeral 72 de la Amoris Laeitia: “El sacramento del matrimonio no es una convención social, un rito vacío o el mero signo externo de un compromiso. El sacramento es un don para la santificación y la salvación de los esposos”.

Antes de la boda

1.- Vivir un retiro

Alejandra Guerra indicó que es fundamental para los novios tener un encuentro con Dios porque sin Él “es muy difícil perseverar en un matrimonio”.

Ella comentó que su servicio de wedding planner ofrece a los novios la oportunidad de hacer un retiro unos seis meses antes de la boda y ha visto que después de vivirlo “la pareja tiene más ganas de buscar a Dios”. Además “tienen una formación más sólida y pueden tomar mejores decisiones para el día del matrimonio”.

2.- Elegir una iglesia con un significado especial

Para celebrar la Misa del matrimonio, María Pía Moreno sugirió elegir una parroquia o iglesia que tenga un significado especial para los novios. Por ejemplo, si uno de ellos realizó allí un apostolado, recibió los sacramentos o si fue el lugar donde se conocieron.

Además, recomendó que “sería bueno que los novios compartan este detalle con la gente para que se le dé más atención al sacramento”.

3.- Pedir una bendición al inicio del noviazgo

María Pía comentó que en Perú, su país de origen, es costumbre celebrar en familia el día en que los novios se comprometen. En un sábado por la noche, por ejemplo, los parientes de ambos suelen reunirse en la casa de la novia.

“Antes de la celebración con la familia sería bueno que todos vayan a Misa”. Ella indicó que todos pueden asistir a una Eucaristía durante la tarde del sábado en cualquier iglesia y que al final la pareja se acerque al sacerdote para pedirle una bendición especial por el inicio del noviazgo.

Alejandra Guerra sugirió que como parte de su preparación para el matrimonio, los novios pueden consagrarse a la Virgen María. “Sabemos que hay muchas crisis matrimoniales ¿qué mejor manera de empezar una familia de la mano de la Virgen?, que nos lo ha pedido en muchas de sus apariciones”, propuso.

La wedding planner ecuatoriana indicó que una opción sería consagrarse utilizando el método de San Luis María Grignon de Monfort.

4.- Después de elegir la fecha de la boda, celebrar ese día cada mes

La autora de Velo de Vainilla recomendó que luego de fijar la fecha para la boda, los novios celebren ese día durante los meses previos.

“Si por ejemplo te vas a casar el 25 de octubre del próximo año, puedes ir a Misa en la iglesia que has elegido todos los 25 y pensar que dentro de unos meses estarás allí en ese día casándote”, dijo a ACI Prensa.

5.- Revisar y meditar junto al sacerdote las lecturas de la Misa

María Pía indicó que la iglesia permite a los novios escoger entre una serie de lecturas bíblicas especiales para el matrimonio. Comentó que las más usadas son el pasaje del Evangelio sobre Las Bodas de Caná y la Primera Carta de San Pablo a los Corintios, el conocido Himno de la Caridad (1Cor 13, 4-10).

“Muchos novios solo se limitan a elegir las lecturas y no van más a fondo de lo que estas significan. En cambio cuando tú te sientas a leerlas con el sacerdote que te va a casar y las reflexionas, te das cuenta de la belleza y la sabiduría que hay en esas palabras”, precisó.

Durante la Misa

Suele suceder que a la Misa del matrimonio asisten parientes y amigos que están alejados de Dios, así que esta es una oportunidad para evangelizarlos y para que conozcan mejor la belleza del sacramento.

6.- Llevar un Rosario junto con el bouquet y rezarlo

La autora de Velo de Vainilla aconsejó que la novia lleve un Rosario junto con el tradicional bouquet de flores. El Rosario que porte ese día puede ser el que ella suele utilizar para rezar o uno que su madre, suegra o alguna persona especial le haya regalado.

“Llevarlo te da fuerzas porque ese día estás muy nerviosa, por más que te hayas preparado o por lo madura que seas. Tu matrimonio es algo con lo que has soñado. Ver el Rosario te da tranquilidad. Hay que recordar que la Virgen también se casó”, indicó.

María Pía Moreno también dijo que los novios pueden rezar el Rosario cuando salgan de sus respectivas casas hacia la iglesia. “Al rezarlo van a estar más centrados y felices porque están cumpliendo con su vocación al matrimonio”, subrayó.

7.- Cubrir a los esposos con un “Rosario gigante”

Una bonita costumbre que se realiza en países como México y Ecuador es fabricar un Rosario bastante más grande que los comunes y cubrir con este a los esposos después del rito del matrimonio en la Misa.

“Es como un acto de consagración a la Virgen y este Rosario es bendecido y se puede colgar en el dormitorio como un recuerdo del día de su matrimonio”, dijo a ACI Prensa Alejandra Guerra.

La wedding planner ecuatoriana añadió que los novios pueden conversar con el sacerdote que presidirá la Misa para elegir el momento indicado para no interrumpir ni desordenar la liturgia.

8.- Hacer un bouquet para dejarlo a los pies de la Virgen

“¿Por qué no hacer un bouquet para la Virgen María, para nuestra Madre? Las iglesias suelen tener cerca del altar una imagen de la Virgen o si no la tienen pueden pedir que les traigan una ese día”, comentó María Pía.

“Yo me casé en la capilla de mi colegio y no tenían una imagen de María. Pedí que trajeran una imagen de la Virgen de Fátima y la pusieron en una mesita al lado del altar. Cuando acabó la Misa mi esposo y yo nos acercamos con el bouquet que fue hecho para ella, se lo dejamos a los pies e hicimos nuestra primera oración como esposos”, manifestó.

9.- Visitar el Santísimo por primera vez ya casados

Alejandra Guerra indicó que lo primero que deberían hacer los novios después de la Misa es visitar por unos minutos el Santísimo. “Que sea la primera oración y encuentro con Dios como casados. Es un gesto maravilloso”, señaló.

Si la iglesia no tiene el Santísimo expuesto, los novios pueden coordinar con el sacerdote para que haga una breve exposición al finalizar la Misa. Alejandra contó el testimonio de una pareja que hizo este pedido “porque querían que Jesús fuera lo más importante en ese día. El sacerdote lo expuso encantado”.


10.- Poner la imagen de la Virgen o de un santo especial

Una idea simpática es colocar en la entrada del local donde será la fiesta una imagen de la Virgen o del santo por el que los novios tengan devoción.

“Unos amigos que son súper devotos de la Virgen de Lourdes pusieron una imagen en la entrada”, contó Alejandra Guerra. Por su parte, María Pía sugirió colocar una imagen de San Antonio de Padua, el patrono de los novios.

11.- Bendecir los alimentos

Alejandra comentó que en febrero de este año fue a una fiesta de matrimonio después de la Misa donde los esposos hicieron la bendición de los alimentos.

“Puede suceder que no todos los invitados compartan la misma creencia de los novios. Solo es hacer un minuto de oración, donde se puede agradecer a Dios por proveer la comida”, señaló.

12.- Photobooth o marco con mensajes pidiendo oraciones

Actualmente es una tendencia en las fiestas o reuniones que los invitados se tomen fotos con un Photobooth (un marco) con colores y frases particulares.  

Alejandra indicó que en los bordes se puede poner un pedido de oraciones. Por ejemplo: “Publica esta foto con un pedido de oración por nuestro matrimonio” o “Reza por nosotros”.

13.- “Botella de consejos” para que el matrimonio perdure

Alejandra contó que una amiga suya puso en el local de su fiesta una botella vacía y al lado papeles en blanco. Sobre ellos había un letrero donde se leía: “Dame un consejo para leerlo en el día de mi aniversario”.

“Dar un consejo es como dar una ayuda espiritual. Algunas personas le escribieron a mi amiga que el amor es importante, que se debe valorar el corazón de la persona más que el físico o sobre cómo afrontar los conflictos”, subrayó la wedding planner ecuatoriana.

14.- Donar la comida que sobra a los pobres

Alejandra indicó que puede sobrar comida después de la fiesta y para no perderla, se podría repartir a los pobres. Las familias de los novios pueden encargarse de hacer esta obra de bien.

Bonus para los padres de los novios:

Escribir una carta al hijo o hija que se va a casar

María Pía comentó que si un padre o madre está muy nervioso como para decirle algunas palabras a su hijo o hija ese día, o si por distintas razones no tuvo un momento para hacerlo, puede escribirle una carta.

“Puede redactarla con anticipación y se la entrega el día de su matrimonio. Incluso sería un lindo gesto colocar una estampita con el santo que tenga su nombre o el santo del día. Esa carta será un bonito recuerdo de esa fecha especial”.  
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