Semáforo 30
DESPACITO CON LOS CASTIGOS
"Pidamos al Señorque nos dé un corazón ancho y lleno de dulzura.
Hay que ser fuertesy amables como San Francisco de Sales"
San José Marello
En el examen final, cuenta don Sabbione, yo y mi amiguito, habíamos terminado la traducción del latín bastante rápido; de todos modos, antes que todos los demás.
Don Cortona, que estaba de vigilante se acercó imaginando que habíamos plagiado. Después de unas duras preguntas, muy poco convencito de nuestra inocencia, como castigo nos mandó a la Iglesia.
- ¡Vayan a la Iglesia, rezarán el Rosario entero!, -fue la orden-. ¡No vendrán al comedor antes de haber terminado todas las 150 Ave Marías! ¿Entendido?
Faltaba más o menos diez minutos para el almuerzo y mi amigo me dijo:
- Oye, ¿cómo se hace para rezar un Rosario entero y llegar a tiempo al almuerzo?
- Bien, -le contesté-, yo tengo una idea...
- Dilo rápido, que el tiempo corre.
- Escúchame. Hagamos así: Yo digo "Ave" y tú contestas "Santa". En pocos minutosvamos a terminarlo todo.
- ¡Magnífico! Vamos, tú empiezas, me contestó, entusiasmado por mi secreta intervención.
Así hicimos. Después, como si nada, salimos de la capilla al patio, Don Cortona estaba alerta.Tenía un ojo que no fallaba.
Como si nada, caminábamos hacia el comedor: pero mirando con la colilla del ojo lo veíamos que se acercaba: era alto, medía casi dos metros.
Pronto nos bloqueó:
- ¿Han rezado el Rosario entero?
- Claro, contestamos con la cara tranquila.
- ¿Y cómo han podido hacerlo en seis o siete minutos? preguntó desconfiado y mirando el reloj.
Puestos entre la espada y la pared, después de echar una ojeada al amiguito y conseguido su consentimiento, descubrí el secreto.
Don Cortona estalló en una carcajada que llenó todo el patio. Cuando se calmó nos dio un ligero manotazo a cada uno y nos mandó al comedor. Después se fue a contarle al Padre.
Nosotros lo vimos reírse en gusto y decir a don Cortona:
- La culpa es tuya. En lugar de castigarlos, debías haberles dado un premio y aprende a no dar castigos imposibles.