sábado, 21 de marzo de 2020

SER LLAMA ARDIENTE


Ser llama ardiente



En el evangelio leemos que Jesús dijo: “Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás se les dará por añadidura”. El error del hombre consiste en buscar con afán en primer lugar las cosas de la tierra, los intereses propios, mientras le dan a Dios las migajas del su tiempo, de su dedicación, de su amor. Una oración para ser llama ardiente:

Señor, tu dijiste a tus discípulos: “¡Fuego he venido a traer a la tierra, y quiero que se incendie!” Señor, repíteme a mí que no se puede ser tu discípulo si no se tiene llama, si no se tiene ardor. Señor, yo quiero ser como una llama, contagioso y conquistador; quiero ser como ella, avanzar y subir siempre, infatigable y gozoso. Quiero arrojar en tu corazón ardiente, cada hora de cada día, cada una de mis obras: mis horas de trabajo y mis horas de descanso, mis horas de convivencia y mis horas de oración, para que toda mi vida quede abrasada en tu amor. Quiero con tu gracia realizar eso que pedías a tus discípulos: ¡ser llama ardiente!

Para encender tu llama puede ayudarte leer lentamente, el salmo 23 del Buen Pastor, diciendo “Gracias, Señor”, a cada frase del mismo. Sentirás conmoverse tu corazón por el amor delicado y tierno de Dios que te proporciona seguridad, descanso, renovación, defensa, alimento e indefectible amor.



* Enviado por el P. Natalio

EL UNIVERSO ES OBRA DE DIOS


EL UNIVERSO ES OBRA DE DIOS






Hace muchísimos años, Sir Isaac Newton construyó una maqueta a escala del Sistema Solar. En su centro tenía una gruesa esfera dorada que representaba el sol, y a su alrededor giraban otras esferas más pequeñas en el extremo de varillas de diversa longitud, las cuales representaban los diferentes planetas entonces conocidos. Un dispositivo formado por ruedas dentadas y correas de transmisión los hacía girar perfectamente sincronizados alrededor del sol.

Cierto día, mientras Newton se encontraba estudiando el modelo, lo visitó un amigo que no creía en la explicación bíblica de la creación. Maravillado por tan genial mecanismo, mientras observaba cómo el científico los hacía avanzar en sus órbitas, exclamó:
—¡Pero qué belleza! ¿Quién te lo construyó?
—Nadie —repuso Newton sin levantar la mirada.
—¿Cómo que nadie? —preguntó el amigo.
—¡Eso mismo! ¡Nadie! Todas estas ruedas, correas y mecanismos se juntaron por azar, y como por arte de magia comenzaron a girar en su órbita a la velocidad precisa.
El incrédulo captó el mensaje. Era una insensatez suponer que la maqueta había surgido de forma accidental. Más insensato todavía era aceptar la teoría de que la Tierra y el universo infinito son obra de la casualidad.

El insigne astrónomo Johann Kepler (1571-1630) en la última página de su "Astronomia Nava" dejó escrito: «Antes de levantarme de esta mesa, sobre la que he hilvanado todas mis investigaciones, no me queda sino levantar mis manos y mis ojos al cielo, y dirigir una humilde plegaria al autor de toda luz:
¡Oh Tú! que, por medio de las que has esparcido en la naturaleza, levantas nuestros deseos hasta la divina luz, a fin de que nos veamos un día transportados a la luz eterna de la gloria. Yo te agradezco, Señor y Creador, todas las alegrías que he sentido durante la contemplación de tus obras. He escrito estos renglones que contienen el resumen de todas mis labores, para proclamar ante el mundo la grandeza de tus obras...»
También decía: «Está cerca el día en que podremos leer a Dios en el libro de la Naturaleza con la misma claridad con que lo leemos en las Sagradas Escrituras, y contemplar gozosos la armonía de ambas revelaciones»

Merrill C. Tenney dijo: "Afirmar que un mundo tan complejo como el que habitamos es fruto del azar es tan ilógico como decir que los dramas de Shakespeare fueron compuestos por monos que jugueteaban en una imprenta."


Lord Kelvin (1824-1907), inventor británico, es conocido por la escala absoluta de temperaturas, por el primer cable transatlántico de telégrafo y por haber ayudado a formular la segunda ley de la termodinámica. Lord Kelvin dijo «Ciertamente el inicio de la vida en la Tierra no se debe a ningún fenómeno químico o eléctrico, ni a ninguna agrupación cristalina de moléculas. Debemos detenernos a contemplar cara a cara el misterio y el milagro de la creación de los seres vivientes.»

El Dr. Arthur Compton, Premio Nobel de física, afirmó: "Para mí, la fe nace de comprender que una Inteligencia Suprema creó el universo y al hombre. No me resulta difícil tener esa fe, porque es indesmentible que todo plan es fruto de la inteligencia. Un universo que se despliega pleno de orden ante nuestros ojos corrobora la autenticidad de la afirmación más majestuosa que se haya hecho jamás: «En el principio Dios creó los cielos y la tierra.»


Robert Millikan (1868-1953, Premio Nobel de física) comentó: Detrás de todo reloj tuvo que haber un relojero; asímismo, detrás de la intrincada precisión de este gran universo, ¡tuvo que haber un Dios planificador y Creador!

10 IDEAS PARA UNA BUENA CUARESMA


10 ideas para una buena Cuaresma


. Retirarnos a una iglesia para saborear el silencio y la presencia de Dios.

En un mundo que nos roba la serenidad son necesarios espacios de tranquilidad y oasis de paz para valorar, reflexionar y hacer una autocrítica sobre la vida que llevamos

"El silencio es el único rumor que hace Dios cuando pasa por el mundo." Víctor Manuel Arbeloa


2. Escuchar la Palabra del Señor.

Estamos totalmente asediados y asaeteados por multitud de cuñas publicitarias y verdades a medias que son grandes mentiras. El Señor, con su Palabra, nos orienta para tomar la dirección adecuada sin alejarnos de El.

Que nadie diga: "¿para qué voy a ir a la iglesia? Mira los que van todos los días..., no practican lo que oyen"...
Sin embargo hacen algo: oír... Así, algún día podrán hacer las dos cosas: oír y practicar... Pero tú..., ¿cómo vas a llegar a practicar si estás huyendo de escuchar?. San Agustín de Hipona


3. Salir al encuentro de los demás.

El tren de las prisas, con sus correspondientes vagones de estrés, nos hace individualistas y pasar de largo de ciertas situaciones de dolor que nos rodean. La Cuaresma nos invita a abrir los ojos, el corazón (y los bolsillos si hace falta) para que no olvidemos que la Fe exige compromiso.

La caridad es una letra de cambio a largo plazo a favor del que la practica, aceptada por una firma de crédito ilimitado: Dios.
(Anónimo)


4. Amar y trabajar por la Iglesia.

Hoy, tal vez, no está de moda el decir "yo soy iglesia y la quiero". Lo cierto es que, en los períodos de dificultades, es donde de verdad salen a relucir y se manifiestan los valientes y grandes en la fe.

¡La Iglesia de hoy no necesita cristianos a tiempo parcial, sino cristianos de una pieza! Juan Pablo II


5. Retomar o, incluso iniciar, el gusto por la oración.

El Papa Juan Pablo II, nos invitó a recorrer el camino hacia la Semana Santa intensificando nuestra relación con Dios. El silencio, entre otras cosas, es el ruido que Dios hace cuando pasa cerca de nosotros.

"Ora cuando te sientas solo, la oración te traerá la compañía de Dios"


6. Guardar la vigilia y el ayuno.

Cuando uno/a "tiene un/a amante" es capaz de hacer cualquier cosa por él/ella. Cada viernes de cuaresma, siendo sobrios y distintos en nuestra alimentación, recordamos que Jesús sigue siendo importante en nuestras casas y... por ello mismo realizamos este gesto.

Libremos al cuerpo de sus toxinas, alimentémoslo correctamente y estará hecho el milagro de la salud (Dr. Arbuthnot Lan)


7. Eucaristía diaria.

Zarandeados por una constante y pertinaz secularización , los cristianos, necesitamos tomar fuerza y vitalidad de esa gran fuente de energía que emerge en el altar. Estamos en el Año Eucarístico; ¿por qué no hacer extraordinario cada atardecer o cada amanecer con nuestra participación en la Eucaristía?

La Eucaristía, el auténtico pesebre donde adorar a Jesús. (Padre Raniero Cantalamessa OFMCap)


8. Promover dentro de nuestras familias el apetito por Dios.

No hace falta ir lejos, ni mucho menos a otros continentes, para dar razón de nuestra fe. ¿Cuánto hace que no hemos recordado a nuestros familiares más directos su pertenencia a una iglesia que les dio a Jesús y que, como madre, les necesita?

La familia es el seno espiritual donde se fomentan las creencias y las costumbres.


9. Dar gracias a Dios por los valores que el Evangelio nos propone.

En medio del relativismo moral que nos sacude, lejos de desertar, hemos de ser agradecidos para con Dios porque nos hace diferentes a muchas personas que creen que en el "todo vale" reside la felicidad.

Leer y hacer lo que dice el Evangelio , ayuda a aspirar a una libertad más grande. (J.Vallmajor)


10. Hablar bien y con delicadeza.

No podemos olvidar que se consigue más "con miel que con hiel". La cuaresma es un buen momento para corregir las blasfemias en nuestro lenguaje y las ofensas o el juicio duro hacia los que nos rodean.

Suprimid y gritad contra Dios y se habrá hecho la noche en el alma humana.   (Lamartine)

¿CAES EN EL VICIO DEL CHISME? DESCÚBRELO CON EL SIGUIENTE TEST


¿Caes en el vicio del chisme? Descúbrelo con el siguiente test
Redacción ACI Prensa





Una vez el Papa Francisco comparó el chisme con una bomba atómica. “Las guerras comienzan con el lenguaje. Es como una bomba atómica. Antes de decirle a los demás, tómate un espejo y mírate”, aconsejó.

"Las habladurías destruyen, destruyen. Destruyen una familia, un barrio, una parroquia, destruyen todo. Pero sobre todo los chismes destruyen el corazón”, aseguró.

El chisme en una falta grave y tal vez uno puede estar cayendo en ella sin darse cuenta. Por ello, presentamos un test elaborado por el National Catholic Register para que cada lector descubra si es una persona chismosa y pueda corregir esa falta.

Según el test, basta que haya realizado una de estas 10 afirmaciones para ser considerada una persona chismosa.

1.- Mientras sea verdad, está bien repetir el chisme.

2.- Necesitaba desahogarme.

3.- Solo se lo dije a una persona.

4.- Se lo dije a la gente solo para pedirles sus oraciones por esa pobre alma.

5.- Se me escapó por accidente así que no estaba chismeando intencionalmente.

6.- Pasé una semana sin decírselo a nadie, entonces tuvo que contárselo solo a una persona-

7.- Se lo dije a alguien en confidencia y le hice prometer que no lo repetirá.

8.- Necesitaba consejo sobre cómo manejar ese tema.

9.- Si él o ella actuará de esa forma, entonces se lo merece.

10.- Estoy rezando por él, así que todo está bien.

EL PAPA FRANCISCO ANIMA A REZAR CON EL ALMA DESNUDA Y SIN MAQUILLAJE


El Papa Francisco anima a rezar “con el alma desnuda y sin maquillaje”
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media





El Papa Francisco explicó en la Misa de la Casa Santa Marta de este 21 de marzo que Jesús nos enseña que el mejor modo de rezar es “con el alma desnuda, sin maquillaje”, reconociendo la realidad con humildad.

“Rezar con el alma desnuda, sin maquillaje, sin travestirse con las propias virtudes. Él -lo hemos leído al inicio de la Misa- perdona todos los pecados, pero necesita que le hagamos ver los pecados con humildad. Rezar así, desnudos, con el corazón desnudo, sin cubrirse, sin tener confianza ni siquiera en la forma en que aprendí a rezar. Rezar tú y yo, cara a cara, el alma desnuda, esto es lo que el Señor nos enseña”, advirtió.

Al reflexionar en las lecturas de la Liturgia del día, el Santo Padre destacó que en el pasaje del Libro del Profeta Oseas (6:1-6) encontramos la importancia de “la confianza en el Señor”.

“Y con esta esperanza el pueblo comienza el camino para volver al Señor. Y un modo de encontrar al Señor es la oración. Recemos al Señor, volvamos a Él”, invitó el Papa.

En esta línea, Francisco destacó que en el Evangelio “Jesús nos dice cómo rezar” y enumeró a diferentes personajes que se encuentran en las Sagradas Escrituras.

En primer lugar, el Pontífice recordó al fariseo relatado en el Evangelio del día de San Lucas (18:9-14) “un hombre presumido”, que “quizá hacía todas las cosas que decía la ley: ayuno dos veces por semana, diezmo de todas sus ganancias”.

Después, el Santo Padre mencionó a otros dos hombres: el hijo mayor de la parábola del padre misericordioso que cuando regresó su hermano menor le reclamó a su padre porque hacía una fiesta y al hijo pródigo, “quien recuerda las cosas feas que había hecho y se golpeaba el pecho con humillación”.

Luego, el Papa recordó al hombre rico, “sin nombre” a quien “no le importaba nada de la miseria de los otros” como quienes tienen “seguridad en sí mismos con el dinero, con el poder” y al pobre Lázaro, a la puerta del rico, quien “vivía su miseria delante a la presunción de aquel Señor”.

El Señor nos enseña cómo rezar
Por último, el Santo Padre señaló al publicano, relatado en el Evangelio del día de hoy, “que no va delante al altar, se queda apartado manteniéndose a distancia no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh, Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!".

“En este caso, el Señor nos enseña cómo rezar, cómo acercarnos, cómo debemos acercarnos al Señor, con humildad”, explicó el Papa quien relató “una bella imagen del himno litúrgico de la fiesta de San Juan Bautista que dice: el pueblo se acercaba al Jordán para recibir el Bautismo, desnudos del alma y de los pies”.

“Rezar con el alma desnuda, sin maquillaje, sin travestirse con las propias virtudes. Él -los hemos leído al inicio de la Misa- perdona todos los pecados, pero necesita que se le hagamos ver los pecados con humildad. Rezar así, desnudos, con el corazón desnudo, sin cubrirse, sin haber confianza ni siquiera en la forma en que aprendí a rezar. Rezar tú y yo, cara a cara, el alma desnuda, esto es lo que el Señor nos enseña”.

En cambio, el Papa advirtió que “cuando iremos hacia el Señor demasiado seguros de nosotros mismos, caeremos en le presunción del hijo mayor o de aquel rico que no le importaba nada. Tendremos nuestra seguridad en otra parte”.

“El camino es la realidad, el único hombre aquí en esta parábola que había entendido la realidad era el publicano: Tú eres Dios y yo soy pecador, esta es la realidad”, subrayó el Santo Padre quien exhortó a decir “soy pecador” no solamente de palabras, “sino de corazón”.

Por ello, el Papa Francisco pidió: “No olvidemos esto que el Señor nos enseña, justificarse a sí mismos es soberbia, es orgullo, es exaltarse a sí mismos, es travestirse de aquello que no somos, y las miserias permanecen dentro. El fariseo se justificaba a sí mismo. Confesar directamente sus propios pecados, sin justificarlos, sin decir: ‘yo he hecho esto, pero no era culpa mía…’ el alma desnuda, el alma desnuda”.

“Que el Señor nos enseñe a entender esto, esta actitud para comenzar la oración. Cuando la oración la comenzamos con nuestras justificaciones, con nuestras seguridades, no será oración, será hablar con el espejo. En cambio, cuando comenzamos la oración con la verdadera realidad -soy pecador, soy pecadora- es un buen paso hacia adelante para dejarse mirar por el Señor. Que Jesús nos enseñe esto a nosotros”, animó al concluir su homilía.

Lecturas comentadas por el Papa Francisco:
Oseas 6:1-6
1 «Venid, volvamos a Yahveh, pues él ha desgarrado y él nos curará, él ha herido y él nos vendará. 2Dentro de dos días nos dará la vida, al tercer día nos hará resurgir y en su presencia viviremos. 3Conozcamos, corramos al conocimiento de Yahveh: cierta como la aurora es su salida; vendrá a nosotros como la lluvia temprana, como la lluvia tardía que riega la tierra.» 4 ¿Qué he de hacer contigo, Efraím? ¿Qué he de hacer contigo, Judá? ¡Vuestro amor es como nube mañanera, como rocío matinal, que pasa! 5Por eso les he hecho trizas por los profetas, los he matado por las palabras de mi boca, y mi juicio surgirá como la luz. 6Porque yo quiero amor, no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos.

Lucas 18:9-14
9 Dijo también a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, esta parábola: 10 «Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. 11El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: "¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. 12Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias." 13 En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!" 14 Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.»

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY SÁBADO 21 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Sábado de la 3ª semana de Cuaresma
Hoy, sábado, 21 de marzo de 2020



Primera lectura
Lectura de la profecía de Oseas (6,1-6):

VAMOS, volvamos al Señor.
Porque él ha desgarrado,
y él nos curará;
él nos ha golpeado,
y él nos vendará.
En dos días nos volverá a la vida
y al tercero nos hará resurgir;
viviremos en su presencia
y comprenderemos.
Procuremos conocer al Señor.
Su manifestación es segura como la aurora.
Vendrá como la lluvia,
como la lluvia de primavera
que empapa la tierra».
¿Qué haré de ti, Efraín,
qué haré de ti, Judá?
Vuestro amor es como nube mañanera,
como el rocío que al alba desaparece.
Sobre una roca tallé mis mandamientos;
los castigué por medio de los profetas
con las palabras de mi boca.
Mi juicio se manifestará como la luz.
Quiero misericordia y no sacrificio,
conocimiento de Dios, más que holocaustos.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 50,3-4.18-19.20-21ab

R/. Quiero misericordia, y no sacrificios

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

V/. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.

V/. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (18,9-14):

EN aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“Oh, Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Oh, Dios!, ten compasión de este pecador”.
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 21 de marzo de 2020
Severiano Blanco, cmf



Queridos hermanos:

Ayer el escriba decía a Jesús que el amor al hermano vale más que todos los sacrificios y holocaustos. Hoy lo recuerda Oseas: “misericordia quiero, no sacrificios”, texto que el primer evangelio transmite hasta dos veces en boca de Jesús (Mt 9,13; 12,7).

Pero hoy el profeta habla sobre todo de sanación y recuperación. Dios ha tenido que afligir pedagógicamente a su pueblo, pero llega el tiempo de la restauración, descrita ya simbólicamente como preludio de la resurrección: “al tercer día”. La cuaresma no es solo ni principalmente un tiempo de mirar los propios pecados, sino ante todo de mirar al Dios dispuesto a acogernos y mostrarnos su amor. En realidad es algo que nos toca experimentar en cada eucaristía, pues en el Credo no confesamos que creemos en nuestros pecados, sino en el perdón de los mismos.

De ese Dios que tiene su gusto en acoger al pecador nos habla el evangelio. Los fariseos no eran mala gente; procuraban ser cumplidores, llegar incluso más allá de lo establecido por la ley religiosa judía; pero esa entrega religiosa, sincera en la mayoría de los casos, quedaba empañaba por el orgullo que producía en ellos y el menosprecio hacia los religiosamente marginados, los recaudadores, llamados “publicanos”.

En los fariseos, en muchos casos, se había llegado a una paradoja casi inimaginable: a fuerza de procurar la máxima fidelidad a Dios, ese Dios había terminado siéndoles superfluo. El fariseísmo se había convertido en un pelagianismo anticipado; quien cree salvarse a sí mismo mediante su actitud de “cumplidor”, su sincera entrega religiosa, sus “méritos”, no necesita que un Dios bueno y compasivo venga a salvarle. ¡Dios se hace superfluo!

Por ello, a pesar de tanta buena voluntad, el choque entre Jesús y algunos fariseos se hizo inevitable. Él anuncia un Dios compasivo, que todo lo da gratis y cuya capacidad para el perdón es inconmensurable. Ese Dios, naturalmente, agrada a los publicanos, a los convencidos de su necesidad de perdón y rehabilitación. Y ellos, quizá más ignorantes que los fariseos, captan sin embargo mucho mejor quién es el Dios anunciado y visualizado por Jesús: el de los pequeños, pobres, pecadores.

Debió de ser impresionante ver a Jesús, con todo su halo de profeta, de “hombre de Dios”, compartiendo mesa y vida con aquellos grupos marginales. Y para ellos tuvo que ser un balón de oxígeno.

Hoy somos nosotros los que nos sentamos a la mesa con Jesús, sin que él haya esperado a que desaparezcan por completo nuestros defectos, manías, malos hábitos; no ha venido a llamar a justos... Captando y agradeciendo esa su compasión, saldremos del templo justificados.

Vuestro hermano

Severiano Blanco cmf

¡QUÉDATE EN CASA!






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