viernes, 6 de julio de 2012

ORACIÓN A SANTA MARÍA GORRETI


BIENAVENTURANZAS DE MARÍA



Bienaventuranzas de Maria
        Autor: Padre Ignacio Prado, inspiradas en la Carta "Redemptoris Mater"



        BIENAVENTURADOS SI RESPONDEMOS A LA IDEA CREADORA DE DIOS

        Bienaventurados nosotros si respondemos como ella con todo nuestro ser y en respuesta, va contenida una cooperación perfecta con la gracia de Dios que previene y socorre y una disponibilidad plena y generosa a la acción del Espíritu Santo que hace de nosotros una criatura nueva y abierta a la acción constante y maravillosa de nuestro padre y creador.

        BIENAVENTURADOS SI ABIERTOS A SU PALABRA MANTENEMOS UN DIALOGO CONSTANTE CON ÉL

        Bienaventurados nosotros si sabemos que creer es "abandonarse" en la verdad misma de la palabra de Dios viviente, sabiendo y reconociendo humildemente cuán inescrutables son sus designios e inescrutables sus caminos. Se conforma a ellos en la penumbra de la fe, aceptando plenamente y con corazón abierto todo lo que está dispuesto en su proyecto eterno de amor.

        BIENAVENTURADOS SI EN LAS PRUEBAS Y DIFICULTADES SABEMOS DECIR AMÉN

        Bienaventurados nosotros si como Ella, que confió plenamente en Él, en medio de las pruebas y dificultades de la vida y supo decir cada día con más hondura y radical confianza: "Hágase en mí según tu palabra". Que seamos capaces de crecer y cultivar juntos en familia, en grupo, en comunidad, esa Palabra dicha para cada uno, aceptando, descubriendo, asumiendo en toda su profundidad ese beneplácito amoroso de Dios.

        BIENAVENTURADOS SI NOS ADHERIMOS A CRISTO, CAMINO Y VERDAD DE NUESTRAS VIDAS

        Bienaventurados nosotros si como Ella, llena de Gracia, que está permanentemente presente en el misterio de Cristo, pegada y adherida a Él en todo su peregrinar (terrestre y celeste) y al mismo tiempo, de modo discreto, pero directo y eficaz, haciendo presente a los hombres el misterio de Jesucristo doloroso, muerto y resucitado. Quien cree en Él no muere, vive para siempre.

        BIENAVENTURADOS NOSOTROS SI UNIDOS AL ESPÍRITU HACEMOS IGLESIA

        Bienaventurados nosotros si estrechamos nuestra unión y abiertos a la acción fecunda del Espíritu Santo, sabemos aguardar con ánimo abierto y esperanzado, la promesa de los dones del Espíritu para hacer brotar y renacer algo nuevo e inesperado, porque las riquezas del Espíritu son inagotables. Para Dios NADA hay imposible. "Dichosa tú que has creído, porque se hará lo que Él ha dicho".

        BIENAVENTURADOS SI SOMOS LIBRES Y VIVIMOS EN LA VERDAD Y LA LUZ

        Bienaventurados nosotros si abiertos totalmente a la luz de Dios y orientados hacia Él, por el empuje de la fe, vemos en María, al lado de su hijo, la imagen más perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad y del cosmos. La Iglesia debe mirar hacia Ella, Madre y Modelo, para comprender en su integridad el sentido de su misión expresado en el Magnificat.¡Eso engrandece!

        BIENAVENTURADOS SI LA ACOGEMOS EN EL ESPACIO MÁS ÍNTIMO DE NUESTRO SER

        Bienaventurados nosotros si como auténticos discípulos de Cristo, como Juan al pie de la Cruz, vivimos esta dimensión Mariana, mediante una entrega filial y confiada a la Madre de Dios, iniciada con el testamento del Redentor en el Calvario, "acogiéndola entre las cosas propias" e introduciéndola en todo el espacio de su vida interior, es decir, en su yo humano y cristiano. Vivir en Él.

        BIENAVENTURADOS SI VEMOS EN ELLA EL MODELO DE UNA PERSONA PLENA Y REALIZADA

        Cultivando los más altos sentimientos de que es capaz el corazón humano: la oblación total del amor, la fuerza que sabe resistir los más fuertes dolores, la fidelidad sin límites, la laboriosidad infatigable y la capacidad de conjugar la intuición penetrante con la palabra de apoyo y de estímulo. El verdadero sentido de la mujer que la Iglesia descubre a la luz de María. "Tú, que para asombro de la naturaleza humana, has dado el ser humano a tu Creador.

ORACIÓN A SANTA MARÍA GORETTI


Oración a SANTA MARÍA GORETTI

Santa María Goretti, este día te pido que me ayudes a vivir la virtud de la pureza, para entender que la castidad es un medio para cultivar mi voluntad y así, lograr la santidad en el estado de vida al que Dios me llama.

Amén.

SANTA MARIA GORETTI, 6 JULIO


Autor: . | Fuente: Catholic.net
María Goretti, Santa
Biografía y virtudes a imitar. Julio 6 de 1902
María Goretti, Santa

Hoy celebramos a Santa María Goretti, una joven que vivió la virtud de la pureza hasta el heroísmo.
Una santa que prefirió morir antes que ofender a Dios.


Un poco de historia

Santa María Goretti nació en 1890 en Italia. Su padre, campesino, enfermó de malaria y murió.

Una tarde, María estaba sentada en lo alto de la escalera de la casa, remendando una camisa. Aunque aún no cumplía los doce años, era ya una mujercita.

Alejandro, un joven de 18 años, subió las escaleras con intención de violar a la niña. María opuso resistencia y trató de pedir auxilio; pero como Alejandro la tenía agarrada por el cuello, apenas pudo protestar y decir que prefería morir antes que ofender a Dios. Al oír esto, el joven desgarró el vestido de la muchacha y la apuñaló brutalmente. Ella cayó al suelo pidiendo ayuda y él huyó.

María fue transportada a un hospital, en donde perdonó a su asesino de todo corazón, invocó a la Virgen y murió veinticuatro horas después.

Alejandro fue condenado a 30 años de prisión. Por largo tiempo, fue obstinado en no arrepentirse de su pecado, hasta que una noche, tuvo un sueño en el que vio a la niña María, recogiendo flores en un prado y luego ella se acercaba a él y se las ofrecía. A partir de ese momento, cambió totalmente y se convirtió en un prisionero ejemplar. Se le dejó libre al cumplir 27 años de su condena. Al salir de la cárcel, una noche de Navidad, la de 1938, pidió perdón a la mamá de María, y aquella noche, en la misa de Gallo, comulgaron juntos.

El caso de María Goretti se extendió por todo el mundo. En 1947, el Papa Pío XII la beatificó y en 1950 la canonizó. En la ceremonia estuvieron presentes su madre, de 82 años, dos hermanas y un hermano. Y, aunque parezca increíble, también asistió Alejandro, el arrepentido asesino de la santa.

Santa María Goretti fue santa no por el hecho de tener una muerte injusta y violenta, sino porque murió por defender una virtud inculcada por la fe cristiana. A esta santa se la llama la “Mártir de la pureza”. Sus imágenes la representan como una campesina con un lirio en la mano, que es el símbolo de la virginidad, y con la corona del martirio.

María Goretti era una muchacha soltera que conocía el valor del matrimonio y de las relaciones sexuales. Sabía que la complementariedad de los sexos se manifiesta plenamente en el acto sexual, en el cual el hombre y la mujer se unen íntima y totalmente en alma y cuerpo por el amor que existe entre ellos. Entendía que el acto sexual sólo puede efectuarse dentro del matrimonio ya que es una manifestación de amor entre los esposos y para la procreación de los hijos.

Los jóvenes podrán preguntarse: ¿Hasta el matrimonio? ¡Faltan “miles de años”! Y mientras... ¿qué? Pueden aprovechar el tiempo del noviazgo para conocerse, tratarse, vivir en amistad y hacerse felices el uno al otro. El noviazgo es una preparación para el futuro matrimonio.

¿Qué hacer para vivir esta virtud?

Debes cuidar todo lo que ves y oyes. Y, recordar que tú eres una persona que tiene dignidad, inteligencia y voluntad y que eres diferente de los animales que tienen relaciones sexuales por puro instinto. La virtud de la castidad te dará fuerza para dominar y controlar tu impulso sexual.
Es más persona quien sabe dominarse, quien sabe controlarse, quien sabe guardarse íntegro para entregarse sin reservas a su futura esposa o esposo, que aquel cobarde y sin fuerzas de voluntad que entrega su cuerpo a cualquiera ante el primer estímulo que pasa frente a sus ojos.

¿Qué nos enseña la vida de María Goretti?

La principal enseñanza es la vivencia de la virtud de la pureza: pureza de alma y cuerpo.

A perdonar a nuestros enemigos, a pesar de que nos hayan causado un daño irreparable. Como también lo hizo el Papa Juan Pablo II, al perdonar a Alí Agca, quien tratara de asesinarlo en 1981.

María Goretti nos enseña a ser fuertes ante situaciones difíciles, confiando siempre en Dios.

REZAR...

Rezar
Autor: José L. Carreño, S.D.B.


        Rezar es departir con el Maestro,
        es echase a sus plantas en la yerba,
        o entrar en la casita de Betania
        para escuchar las charlas de su cena.


        Rezar es informarle de un fracaso,
        decirle que nos duele la cabeza;
        rezar es invitarle a nuestra barca
        mientras la red largamos a la pesca,
        y mullirle una almohada sobre
        un banquillo en popa, a nuestra vera.


        Y, si acaso se duerme,
        no aflojar el timón mientras El duerma;
        y es rezar despertarle, si, de pronto,
        la mar se pone fea.


        Es rezar - ¡que rezar! - decir "te quiero",
        y lo es - ¡no lo iba a ser! - decir "me pesa",
        y el "quiero ver" del ciego,
        y el "¡límpiame!" angustioso de la lepra,
        la lagrima sin verbo de la viuda,
        y el "no hay vino" en Caná de Galilea.


        Y es oración, con la cabeza gacha,
        después de un desamor gemir "¡que pena!";
        cualquier sincero suspirar del alma,
        cualquier contarle a Dios nuestras tristezas,
        cualquier poner en El nuestra confianza...
        - y esta vida esta llena de "cualquieras" -,
        todo tierno decir a nuestro Padre, todo es rezar...
        ¡Y hay gente que no reza!

DESILUCIONES Y ESPERANZAS...

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Desilusiones y esperanzas
Hay momentos en los que sentimos una pena profunda. Parece que la vida no tiene sentido. Seguimos adelante, sin saber ni hacia dónde ni cómo.
 
Desilusiones y esperanzas
Los fracasos llegan. Tarde o temprano, anunciados o por sorpresa.

Tras su llegada, queda en el corazón una sensación más o menos profunda de tristeza: perdimos un amigo, un trabajo, un afecto, un proyecto.

La vida sigue su ritmo. El cielo no detiene sus pasos. La Tierra gira, mientras los pájaros buscan la comida diaria y el Sol se pasea por el horizonte.

Un corazón siente el peso del fracaso. Sobre todo, cuando descubre su miseria, cuando toca su cobardía, cuando desentraña su egoísmo atroz.

Hay momentos en los que sentimos una pena profunda. Parece que la vida no tiene sentido. Seguimos adelante, entonces, casi por inercia, quizá sin saber ni hacia dónde ni cómo.

Cuando la pena ahoga el alma, necesitamos fuerzas y luces para mirar hacia arriba. Más allá de las desilusiones y los fracasos, existe un Dios en quien podemos anclar la propia vida. Hay Alguien que nos ama, a pesar de todo, simplemente, sin condiciones: un Padre es "más Padre" cuando el hijo está más enfermo y necesitado, cuando ha sido mordido por el veneno de la derrota.

Las desilusiones no pueden extinguir el fuego de una esperanza basada en la certeza de Cristo. Si le hemos dejado entrar en nuestras vidas, si le hemos abierto las puertas del alma, quedan siempre motivos para reemprender la lucha, para avanzar hacia metas buenas, para tender la mano humilde a quien nos pide ayuda, aunque sintamos todavía el peso de la pena por las propias faltas.

Las esperanzas dan sentido a cada vida humana. Pequeñas o grandes, como recordaba el Papa Benedicto XVI en su encíclica Spe salvi, las esperanzas son el fuego interior que guía nuestros pasos y nos lanza a conquistas nuevas. También después del mayor de los fracasos: el pecado.

Dios nos espera con su perdón eterno. Nos devolverá la paz del alma y nos lanzará a seguir, llenos de esperanza, en el camino misterioso de la vida humana.


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  • P. Fernando Pascual LC


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