viernes, 4 de enero de 2013


ANDANDO DE TU MANO....


Andando de tu mano...

Desde que voy junto a Ti, la tierra que yo piso es como espuma. Desde que voy junto a Ti, la noche mas oscura tiene luz. Yo se que esta vida no es tan dura, si todo en realidad me lo das Tú.
 
Andando de tu mano, que fácil es la vida, andando de tu mano, el mundo es ideal! Andando de tu mano, que fácil es la vida, andando de tu mano, el mundo es ideal, Señor.
 
Desde que voy junto a Ti, mis ojos se han cerrado por completo. Desde que voy junto a Ti, no se por que los hombres lloraran. Yo solo en esta vida tengo miedo, del dia en que yo
        pierda tu amistad!

Andando de tu mano, que fácil es la vida, andando de tu mano, el mundo es ideal! Andando de tu mano, que fácil es la vida, andando de tu mano, el mundo es ideal, Señor

TEN CONFIANZA EN TI MISMO...

Ten confianza en ti mismo
Autor:  Mary Hough Foote


Dentro de ti hay un espritu capaz de alcanzar las estrellas.

Dentro de ti hay la capacidad de lograr tus metas
y convertir en realidad tus sueños.

No escuches a los demás ni temas la competencia,
ni te preocupes si te equivocas.

De cada experiencia se gana sabiduría.

Ten fe en ti y sigue adelante con confianza,
creyendo plenamente en tu capacidad
como la persona especial que has sido destinada a ser.

REGALOS QUE NADA CUESTAN


Regalos que nada cuestan

1.  El regalo de escuchar.Pero realmente escuchar, sin interrumpir, bostezar, o criticar. Solo escuchar.

2.  El regalo del cariño. Ser generoso con besos, abrazos, una palabra amable, un apretón de manos. Con estas pequeñas acciones demuestras el cariño por tu familia y amigos.

3.  El regalo de la sonrisa. Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos, caricaturas, y tu regalo dirá "me gusta reir contigo".

4.  El regalo de una nota escrita. Puede ser un simple "gracias por ayudarme". Un detallito así puede  ser recordado toda una vida, y aún, tal vez, inclusive cambiarla.

5.  El regalo del reconocimiento. Un simple, pero sincero "te ves preciosa con ese vestido", "has hecho un gran trabajo", "fue una cena estupenda",  pueden convertir en    especial un día ordinario.

6.  El regalo del favor. Todo los días procura hacer un favor.

7.  El regalo de la soledad. Hay momentos en que preferimos estar solos. En esas ocasiones especiales ofrecete ese regalo a ti mismo, o pídele a otros que te lo obsequien.

8.  El regalo de la disposición a la gratitud. Una manera de hacer sentir bien a los demás es decirles esas cosas tan "hola",  "muchas gracias", "eres un cielo", "que suerte tenerte
cerca"...

LOS MAGOS MAESTROS DE HUMILDAD, NO CONFIARON EN SU SABIDURIA


Autor: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net
Los Magos maestros de humildad, no confiaron en su sabiduría

Estos personajes no son los últimos, sino los primeros que saben reconocer el mensaje de la estrella.

Los Magos maestros de humildad, no confiaron en su sabiduría
Los Magos, maestros de humildad. No confiaron sólo en su propia sabiduría



Los Magos fueron los primeros de la larguísima fila de aquellos que han sabido encontrar a Cristo en su propia vida y que han conseguido llegar a Aquel que es la luz del mundo, porque tuvieron humildad y no confiaron sólo en su propia sabiduría.

A Belén, no los poderosos y los reyes de la tierra, sino unos Magos, personajes desconocidos, quizás vistos con sospecha, en todo caso indignos de particular atención.

Estos personajes procedentes de Oriente no son los últimos, sino los primeros de la gran procesión de aquellos que, a través de todas las épocas de la historia, saben reconocer el mensaje de la estrella, saben caminar por los caminos indicados por la Sagrada Escritura y saben encontrar, así, a Aquél que es aparentemente débil y frágil, pero que en cambio es capaz de dar la alegría más grande y más profunda al corazón del hombre.

En Él, de hecho, se manifiesta la realidad estupenda de que Dios nos conoce y está cerca de nosotros, de que su grandeza y poder no se expresan en la lógica del mundo, sino en la lógica de un niño inerme, cuya fuerza es sólo la del amor que se nos confía.

Los dones de los Magos, acto de justicia

Los Magos llevaron en regalo a Jesús oro, incienso e mirra. "No son ciertamente dones que respondan a necesidades primarias", en aquel momento la Sagrada Familia habría tenido ciertamente mucha más necesidad de algo distinto que el incienso y la mirra, y tampoco el oro podía serle inmediatamente útil.

Estos dones, sin embargo, tienen un significado profundo: son un acto de justicia.

Según la mentalidad oriental, representan el reconocimiento de una persona como Dios y Rey: es decir, son un acto de sumisión.

La consecuencia que deriva de ello es inmediata. Los Magos no pueden ya proseguir por su camino. Han sido llevados para siempre al camino del Niño, la que les hará desentenderse de los grandes y los poderosos de este mundo y les llevará a Aquel que nos espera entre los pobres, el camino del amor que por sí solo puede transformar el mundo.

No sólo, por tanto, los Magos se han puesto en camino, sino que desde aquel acto ha comenzado algo nuevo, se ha trazado una nueva vía, ha bajado al mundo una nueva luz que no se ha apagado.

Esa luz, no puede ya ser ignorada en el mundo: los hombres se moverán hacia aquel Niño y serán iluminados por la alegría que solo Él sabe dar.

La importancia de la humildad

Sin embargo, aunque los pocos de Belén que reconocieron al Mesías se han convertido en muchos a lo largo de la historia, los creyentes en Jesucristo parecen ser siempre pocos.

Muchos han visto la estrella, pero son pocos los que han entendido su mensaje.

¿Cuál es la razón por las que unos ven y encuentren, y otros no? ¿Qué es lo que abre los ojos y el corazón? ¿Qué les falta a aquellos que permanecen indiferentes, a aquellos que indican el camino pero no se mueven?

El obstáculo que lo impide, es la demasiada seguridad en sí mismos, la pretensión de conocer perfectamente la realidad, la presunción de haber ya formulado un juicio definitivo sobre las cosas volviendo cerrados e insensibles sus corazones a la novedad de Dios.

Lo que falta es la humildad auténtica, que sabe someterse a lo que es más grande, pero también el auténtico valor, que lleva a creer a lo que es verdaderamente grande, aunque se manifieste en un Niño inerme.

Falta la capacidad evangélica de ser niños en el corazón, de asombrarse, y de salir de sí para encaminarse en el camino que indica la estrella, el camino de Dios.

El Señor sin embargo tiene el poder de hacernos capaces de ver y de salvarnos,

Pido a Dios que nos de un corazón sabio e inocente, que nos consienta ver la estrella de su misericordia, nos encamine en su camino, para encontrarle y ser inundados por la gran luz y por la verdadera alegría que él ha traído a este mundo.


Benedicto XVI, Solemnidad de la Epifanía del Señor
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