No preguntes
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla
Al triste, no le preguntes la historia de su desgracia... Sino dile que en ti, tiene un amigo.
Al que llora, no le escudriñes el origen de su llanto... Sino dile que tu tienes un hombro, un pañuelo, una sonrisa.
Al que anda tambaleante por la vida no le analices por qué no ha llegado nunca a ninguna parte... mejor dile que tu tienes una luz, un consejo, y un bastón por si llegara a necesitarlos.
Al que anda sin templo, y sin oración no le preguntes por qué es un descreído... mejor esséñale a Dios, y mételo en el secreto de tu plegaria.
A esos que hacen un caos de su vida no les preguntes que causa su confusión... mejor enséñales el rastro sosegado de la fé, y el fluir constante de tu serenidad.
Al que anda dolido y agotado con su cruz, no le preguntes por qué le pesa tanto... mejor ponlo
en posición de que Dios se irradie sobre él... Y ya poco a poco irá llegando la luz.
Al que se resiste a seguir, y se siente vencido, no le andes por las normas, las deducciones y los raciocinios... mejor dale la mano, y dile: "BVoy contigo!"
No le preguntes a cada uno su necesidad...mejor demuéstrales que siempre hay un sueño más asombroso que su mala suerte. Hay un Dios... Hay una oración... ¡Y hay un milagro!
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla
Al triste, no le preguntes la historia de su desgracia... Sino dile que en ti, tiene un amigo.
Al que llora, no le escudriñes el origen de su llanto... Sino dile que tu tienes un hombro, un pañuelo, una sonrisa.
Al que anda tambaleante por la vida no le analices por qué no ha llegado nunca a ninguna parte... mejor dile que tu tienes una luz, un consejo, y un bastón por si llegara a necesitarlos.
Al que anda sin templo, y sin oración no le preguntes por qué es un descreído... mejor esséñale a Dios, y mételo en el secreto de tu plegaria.
A esos que hacen un caos de su vida no les preguntes que causa su confusión... mejor enséñales el rastro sosegado de la fé, y el fluir constante de tu serenidad.
Al que anda dolido y agotado con su cruz, no le preguntes por qué le pesa tanto... mejor ponlo
en posición de que Dios se irradie sobre él... Y ya poco a poco irá llegando la luz.
Al que se resiste a seguir, y se siente vencido, no le andes por las normas, las deducciones y los raciocinios... mejor dale la mano, y dile: "BVoy contigo!"
No le preguntes a cada uno su necesidad...mejor demuéstrales que siempre hay un sueño más asombroso que su mala suerte. Hay un Dios... Hay una oración... ¡Y hay un milagro!