viernes, 9 de enero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 9 DE ENERO DEL 2014


Señor, si quieres, puedes limpiarme

Milagros


Lucas 5, 12-16. Navidad. Lo único que necesitas es acercarte humildemente a Cristo y pedírle lo que necesitas. 



Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net




Del santo Evangelio según san Lucas 5, 12-16
Y sucedió que, estando en una ciudad, se presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jesús, se echó rostro en tierra, y le rogó diciendo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». El extendió la mano, le tocó, y dijo: «Quiero, queda limpio». Y al instante le desapareció la lepra. Y él le ordenó que no se lo dijera a nadie. Y añadió: «Vete, muéstrate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación como prescribió Moisés para que les sirva de testimonio». Su fama se extendía cada vez más y una numerosa multitud afluía para oírle y ser curados de sus enfermedades. Pero él se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba.

Oración introductoria
Señor, vengo ante Ti como el leproso del Evangelio. Estoy necesitado de tu gracia. Tócame y sáname de todas mis lepras, de mi egoísmo, de mi soberbia, de mi vanidad. Conviérteme en un verdadero cristiano.

Petición
Señor, que pueda corresponder a tu gracia amando a los demás.

Meditación del Papa Francisco
Quisiera que hoy todos nosotros, por cinco minutos, no más, durante el día, tomemos la biblia y lentamente dijéramos el salmo 102, leído entre las dos lecturas de hoy: 'Bendice al Señor, alma mía, alabe todo mi ser su santo Nombre. Y no olvide ninguno de sus beneficios. Él perdona todas tus ofensas y te cura de todas tus dolencias, rescata tu vida de la tumba, te corona de amor y de misericordia'... Y con eso vamos a aprender las cosas que debemos decirle al Señor cuando le pidamos una gracia. ‘Tú que eres misericordioso, Tú que perdonas, concédeme esta gracia’: como lo había hecho Abraham y como lo hizo Moisés. Sigamos adelante con la oración, valientes y con estos argumentos que vienen desde el corazón de Dios. (Cf. S.S. Francisco, 1 de julio de 2013, homilía en Santa Marta).
Reflexión
Nadie hubiera pensado que curarse de la lepra fuera tan fácil. Lo único que precisó este enfermo, fue acercarse humildemente a Cristo y pedírselo. Él sabía que Cristo bien podía hacerlo. Además, cree con todo su corazón en la bondad del Maestro. Quizá por esto, es que se presenta tan tímido y sencillo a la vez: "Maestro, si quieres, puedes curarme". La actitud denota no sólo humildad y respeto, revela además, confianza...

La vida de muchas personas, y a veces la nuestra, se ve llena de enfermedades y males, sucesos indeseados y problemas de todos los tipos, que nos podrían orillar a perder la confianza en el Maestro, Buen Pastor. Quizá alguna vez, hemos pensado que Él nos ha dejado, que ya no está con nosotros; pues sentimos que nuestra pequeña barca ha comenzado a naufragar en el mar de la vida... Pero de esta forma, olvidamos que el primero en probar el sufrimiento y la soledad fue Él mismo, mientras padecía su muerte en la cruz. Y así, nos quiso enseñar que Dios siempre sabe sacar bienes de males, pues por esa muerte ignominiosa, nos vino la Redención.

La lección de confiar en Cristo y en su infinita bondad, no es esperar que nos quitará todos los sufrimientos de nuestras vidas. Sino que nos ayudará a saber llevarlos, para la purificación de nuestra alma, en beneficio de toda la Iglesia.

Propósito
Tener presente la preparación de mi siguiente confesión, no posponerla, decidirme.

Diálogo con Cristo
Señor, cuántas veces me creo sano y no me doy cuenta de que estoy enfermo espiritualmente. ¡Cúrame Jesús! Que a semejanza del leproso del Evangelio, la experiencia de tu amor, me dé toda la luz para hacer un buen examen de conciencia y un firme propósito de enmienda al acercarme al sacramento de la reconciliación.

PAPA FRANCISCO EXPLICA QUE NO BASTA EL YOGA PARA SENTIR LA PATERNIDAD DE DIOS


En Sta. Marta:
 'No basta el yoga para sentir la paternidad de Dios'


El Santo Padre explica en la homilía de este viernes que sólo el Espíritu Santo hace que el corazón del hombre sea dócil al Señor


Ciudad del Vaticano, 09 de enero de 2015 (Zenit.org) 



Sólo el Espíritu Santo hace que el corazón sea dócil a Dios y a la libertad. Es lo que ha afirmado el papa Francisco en la misa de esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta. Los dolores de la vida, ha recordado el Santo Padre, pueden cerrar a una persona, mientras que el amor la libera.


Una sesión de yoga no podrá enseñar a un corazón a "sentir" la paternidad de Dios, ni un curso de espiritualidad zen lo hará más libre para amar. Este poder lo tiene sólo el Espíritu Santo. El Pontífice ha retomado el pasaje del día del Evangelio de Marcos --el siguiente al de la multiplicación de los panes, y en el que los discípulos se asustan al ver a Jesús caminando hacia ellos sobre el agua-- que termina con una consideración sobre el porqué de ese miedo: los Apóstoles no habían entendido el milagro de los panes, porque "su corazón se había endurecido".

Un corazón puede ser de piedra por muchas razones, ha proseguido el Papa. Por ejemplo, a causa de "experiencias dolorosas". Le pasa a los discípulos de Emaús, temerosos de ilusionarse "de nuevo". Le sucede a Tomás, que se niega a creer en la resurrección de Jesús. Y "otro de los motivos que endurecen el corazón --ha indicado Francisco-- es el cierre en sí mismo":

"Hacer un mundo en sí mismo, cerrado. En sí mismo, en su comunidad o en su parroquia, pero siempre cerrado. Y el cierre puede tener que ver con muchas cosas: pero pensemos en el orgullo, en la suficiencia, pensar que soy mejor que los demás, incluso en la vanidad, ¿no? Existen el hombre y la mujer-espejo, que se cierran en sí mismos para mirarse a sí mismos constantemente, ¿no? Pero, tienen el corazón duro, porque están cerrados, no están abiertos. Y tratan de defenderse con estos muros que hacen a su alrededor". 

También está el que se atrinchera detrás de la ley, aferrándose a la "letra" de lo que establecen los mandamientos. Aquí, ha señalado el Santo Padre, lo que endurece el corazón es un problema de "inseguridad". Y el que busca solidez en el texto de la ley está seguro --ha apuntado el Pontífice con un toque de ironía-- como "un hombre o una mujer en una celda de la prisión tras las rejas: es una seguridad sin libertad". Es decir, todo lo contrario, ha añadido, de lo "que Jesús ha venido a traernos", la libertad:

"El corazón, cuando se endurece, no es libre y si no es libre es porque no ama: así terminaba el apóstol Juan en la primera lectura. El perfecto amor echa fuera el temor: en el amor no hay temor, porque el temor supone un castigo, y el que teme no es perfecto en el amor. No es libre. Siempre tiene el temor de que suceda algo doloroso, triste, que me haga ir mal en la vida o arriesgar la salvación eterna... Pero tantas imaginaciones, porque no ama. Quien no ama no es libre. Y sus corazones se endurecieron, porque todavía no habían aprendido a amar".

Entonces, "¿quién nos enseña a amar? ¿Quién nos libera de esta dureza? ", se ha preguntado el Papa. "Sólo el Espíritu Santo", ha sido su respuesta:

"Puedes hacer mil cursos de catequesis, mil cursos de espiritualidad, mil cursos de yoga, zen, y todas estas cosas. Pero todo esto nunca será capaz de darte la libertad de hijo. Sólo el Espíritu Santo es el que mueve tu corazón para decir 'Padre'. ¿Sólo el Espíritu Santo es capaz de ahuyentar, para romper esta dureza de corazón y hacer un corazón... blando?... No sé, no me gusta la palabra... "Dócil". Dócil al Señor. Dócil a la libertad del amor".

(Traducido y adaptado por ZENIT del artículo en italiano de Radio Vaticano)

(09 de enero de 2015) © Innovative Media Inc.


EL BAUTISMO DE JESÚS



Bautismo del Señor
 Fiesta, con la cual se cierra el tiempo litúrgico de Navidad


Por: P. Juan Pablo Esquivel | Fuente: Catholic.net




Normalmente el domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía es dedicado a celebrar el bautismo de Cristo, este año se celebra el domingo 13 de enero y señala la culminación de todo el ciclo natalicio o de la manifestación del Señor. Es también el domingo que da paso al tiempo durante el año, llamado también tiempo ordinario.

Cuando Cristo se metió en la cola para esperar su turno de ser bautizado, seguramente San Juan Bautista no sabía que hacer. Llegó el Mesías delante de él y pidió el bautismo. El Bautista exclamó: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿tú vienes a mí?” (Mt 3,14). El Catecismo hace referencia a esta actitud humilde de Cristo en el n.536:

Hay una diferencia importante entre los dos bautismos: 

El de Juan: con agua, exterior, signo de arrepentimiento para el perdón de los pecados.

El de JESÚS: con Espíritu Santo, renovación interior que nos hace "partícipes de la naturaleza divina”

"No soy digno ni siquiera de desatar la correa de su sandalia..." trabajo reservado al más inútil de los esclavos... Juan destaca la infinita distancia entre él y Jesús...

¿Porqué entonces Jesús se hace bautizar por Juan? [es una escena tan impresionante, que podría resultar incomprensible, y hasta escandalosa]...

Pero admitámoslo, y descubramos nuevamente el "modo" que Dios emplea para salvarnos: hoy se pone en la fila de los pecadores, y aunque no lo necesitaba, se somete también a un bautismo de penitencia... Se ha hecho semejante a nosotros en todo, y por eso no se avergüenza de colocarse en la fila de aquellos que se preparaban para la llegada del Reino de Dios... así como tampoco se avergonzó de nosotros cuando tomó sobre sí todos nuestros pecados, y subió a la Cruz como si fuese un delincuente...

Pero el bautismo que recibió Jesús fue muy "especial": ciertos hechos nos indican que con Él comienza un nuevo bautismo:

El cielo abierto (ya nunca más cerrado por los pecados, como hasta este momento) Es decir, comienza una nueva etapa de relación entre Dios y los hombres: el Cielo viene a nosotros, y nosotros vamos allá: viene con Cristo y el Espíritu Santo. Llega todo, porque Dios mismo viene, y Él será para nosotros y nos dará todo. Estamos frente al comienzo de una nueva humanidad, divinizada.

En la proposición que San Marcos hace en su Evangelio, el Padre no "presenta" a su Hijo (“Éste es mi Hijo amado”), sino que se dirige a Él (“Tú eres mi Hijo...”): Cristo nos representa a todos, que desde ese momento pasamos a ser hijos amados, complacencia del Padre... Cuando somos bautizados, esta vocación eterna se verifica efectivamente, verdaderamente: somos una nueva creación. Por lo tanto, nuestra dignidad, nuestra gloria, y nuestro compromiso pasa por VIVIR NUESTRO BAUTISMO...

"Éste es mi Hijo" (Evang.)... "Éste es el servidor sufriente" (Iª lect.)...
Sigamos a Cristo por la Cruz a la Luz.

LA VIDA ES COMO UN ESPEJO


La vida es como un espejo

Le preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles eran los factores que destruyen al ser humano.
Él respondió así:

La Política sin principios.
El Placer sin compromiso.
La Riqueza sin trabajo.
La Sabiduría sin carácter.
Los Negocios sin moral.
La Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad.

La vida me ha enseñado que:
la gente es amable, si yo soy amable;
que las personas están tristes, si estoy triste;
que todos me quieren, si yo los quiero;
que todos son malos, si yo los odio;
que hay caras sonrientes, si les sonrío;
que hay caras amargas, si estoy amargado;
que el mundo está feliz, si yo soy feliz;
que la gente es enojona, si yo soy enojón
y que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido.


La vida es como un espejo:
Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa.
La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.
"El que quiera ser amado, que ame".

Mahatma Gandhi

EL MEJOR DOCTOR


EL MEJOR DOCTOR


Un famoso autor fué invitado una vez por un renombrado cirujano a contemplar una difícil operación que iba a realizar.
Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos necesarios para la operación, parecía confiado, pero un poco nervioso. Luego, emprendiendo el camino hacia el quirófano, se detuvo un momento e inclinó la cabeza (mientras rezaba en su interior).

Más tarde durante la operación, sus manos se veían sin nervios ... se veían tranquilas ...

Mucho tiempo después, el autor expresó su sorpresa de que un cirujano rezase.

Dijo: Yo creía que un cirujano confiaba en su propia capacidad.

¡¡ Un cirujano es solamente un hombre !!, fué la contestación del médico.

No puede hacer milagros por sí mismo. Estoy seguro que la ciencia no podía haber avanzado tanto, si no fuera por algo más fuerte que el solo hombre. Y después terminó el cirujano diciendo: Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi habilidad y comienza la suya.

LA CUERDA


La Cuerda

¿CUAL ES TU CUERDA?

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inició su travesía, después de años de preparación, pero quería la gloria para el solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima.
Obscureció, la noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada.

Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas eran cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.

Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida, pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos...

¡SI!, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.

En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar:

"AYUDAME DIOS MIO..."
De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:

"¿QUE QUIERES QUE HAGA HIJO MIO?"
"Sálvame Dios mío"

"¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"
"Por supuesto, Señor"

"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."
Hubo un momento de silencio y quietud.  El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...

Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda...

A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...

¿Y tú? ¿Que tan confiado estas de tu cuerda?
 ¿Por qué no la sueltas?

¿QUÉ ES UNA DIÓCESIS?


¿Qué es una diócesis?
Las diócesis pueden estar repartidas, por motivos organizativos, en zonas pastorales y en vicariatos foráneos


Por: Vatican Insider | Fuente: vaticaninsider.lastampa.it/es/



Es una iglesia particular definida por el Código de Derecho Canónico como la porción del pueblo de Dios, circunscrita territorialmente y cuyo cuidado pastoral es encomendado a un obispo. A las diócesis se asimilan la prelatura territorial, la abadía territorial, el vicariato apostólico, la prefectura apostólica, la administración apostólica erigida de manera estable y el ordinariato militar. Órganos fundamentales de la diócesis son: el obispo diocesano, que es quien está a cargo de la diócesis, eventualmente ayudado por obispos auxiliares o coadjutores; la Curia diocesana, formada por las personas y los organismos que ayudan al obispo en el gobierno; y el cabildo de canónigos. Las diócesis pueden estar repartidas, por motivos organizativos, en zonas pastorales y en vicariatos foráneos (conocidos también como decanatos o presbiterios).

¿Qué poderes tiene un obispo?

Al obispo, indicado como ordinario diocesano, se le encomienda el cuidado de una diócesis. El obispo, que es el representante legal de los intereses de la diócesis, gobierna la iglesia particular que le ha sido encomendada con la triple potestad: legislativa, que ejerce personalmente; ejecutiva, que ejerce por sí mismo o por medio de vicarios generales o episcopales; y judicial, que ejerce tanto personalmente como por medio del vicario judicial y de los jueces. Al llegar a los 75 años de edad, el obispo debe presentar su renuncia al Papa, quien proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias. El obispo cuya renuncia sea aceptaba conserva el título de obispo emérito de su diócesis, en cuyo ámbito puede mantener su residencia.

¿Qué diferencia hay entre un obispo y un arzobispo?
El arzobispo es un obispo al que se le atribuye una preeminencia, simplemente honorífica, sobre los demás obispos. La dignidad de un arzobispo se fundaba, en sus orígenes, en el hecho de que a los obispos de las metrópoli se les atribuía una preeminencia incluso jurisdiccional sobre los obispos de los municipios, que eran llamados obispos sufragáneos. Hoy en día, la dignidad del arzobispo no está necesariamente vinculada a una sede importante; en algunos casos, es un título puramente honorífico conferido por el Pontífice a la persona. Sólo en cuanto metropolitano, el arzobispo tiene obligaciones y jurisdicción claramente definidas por el Derecho Canónico.

¿Quiénes son los cardenales?

Son los más altos colaboradores del Pontífice. Sus oficios son de institución humana y no divina y, en conjunto, forman un colegio de naturaleza particular, denominado generalmente Sacro Colegio. Los cardenales colaboran con el Pontífice romano, tanto como colegio en el Consistorio, como de forma individual en los diferentes oficios, ofreciéndole sus obras en el cuidado, sobre todo, cotidiano de la Iglesia universal. Por norma, los cardenales son prepósitos en los dicasterios y en los demás organismos permanentes de la Curia romana y de la Ciudad del Vaticano, o bien son jefes de las más importantes diócesis de todo el mundo católico. El nombramiento (llamado también creación) de los cardenales le corresponde exclusivamente al Pontífice.

¿Cómo se elige a los cardenales?

La elección del Papa, explica el Dizionario di Diritto Canonico ed Ecclesiastico (Ed. Simone) (Diccionario de Derecho Canónico y Eclesiástico) debe recaer sobre hombres que al menos ya sean sacerdotes y que se destaquen por doctrina, moralidad, piedad y prudencia de comportamiento: aquellos que no sean ya obispos, después del nombramiento, deben recibir la consagración episcopal. Puede suceder que el Pontífice anuncie haber creado un cardenal, pero que no de a conocer el nombre (nomen in pectore sibi reservans). En ese caso, el designado deberá cumplir con los deberes y gozará de los derechos de los cardenales sólo en el momento de la sucesiva publicación (que a veces tiene lugar después de años) mientras que, a los efectos de las prioridades, valdrá la fecha de la reserva in pectore. El artículo 21 del Tratado entre Italia y la Santa Sede, así como varias normas internas, prevén para los cardenales numerosas series de prerrogativas, privilegios, inmunidades y exenciones.

¿Para qué sirve el Sacro Colegio?

El Colegio de Cardenales funciona, incluso oficiosamente, como senado del Pontífice y tiene personalidad jurídica canónica. La tarea principal del Sacro Colegio es la elección del Sumo Pontífice. Este colegio está presidido por el cardenal decano, de quien hace las veces el cardenal subdecano: ninguno de los dos tiene potestad alguna de gobierno sobre los demás cardenales, pero son considerados primus inter pares. El Sacro Colegio se distingue en tres órdenes: el orden de los cardenales obispos, al que pertenecen los purpurados a quienes el Sumo Pontífice asigna el título de una iglesia suburbicaria, y los patriarcas orientales que son nombrados cardenales; el orden de los cardenales sacerdotes, a quienes se les asigna el título de una iglesia de Roma; el orden de los cardenales diáconos, a quienes, en cambio, se les asigna el título de una diaconía romana.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...