No se le dará otra señal que la de Jonás
Cuaresma y Semana Santa
Lucas 11,29-32. Cuaresma. Cada generación está llamada a llevar lo que tenemos dentro, lo que el Señor nos ha dado.
Por: Gustavo Velazquez | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 11,29-32
En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: «La gente de este tiempo es una gente malvada. Pide una señal, pero no se le dará otra señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.
Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».
Oración introductoria
Jesús, Tú nos has dado bastantes señales con tu vida y palabras como para que te pidamos más. No obstante, ¡compréndenos! Nuestra fe es muy débil y necesitamos que Tú la robustezcas. Te ofrezco esta meditación por todas aquellas personas que no te han conocido y por todos los misioneros del mundo. Aumenta nuestra fe de tal manera, que no podamos menos que darte a los demás: primero con nuestro ejemplo, y después con las palabras.
Petición
Señor, aumenta nuestra fe, concédenos una visión sobrenatural de los acontecimientos para apreciar tu mano paternal durante este día.
Meditación del Papa Francisco
En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: «La gente de este tiempo es una gente malvada. Pide una señal, pero no se le dará otra señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.
Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».
Oración introductoria
Jesús, Tú nos has dado bastantes señales con tu vida y palabras como para que te pidamos más. No obstante, ¡compréndenos! Nuestra fe es muy débil y necesitamos que Tú la robustezcas. Te ofrezco esta meditación por todas aquellas personas que no te han conocido y por todos los misioneros del mundo. Aumenta nuestra fe de tal manera, que no podamos menos que darte a los demás: primero con nuestro ejemplo, y después con las palabras.
Petición
Señor, aumenta nuestra fe, concédenos una visión sobrenatural de los acontecimientos para apreciar tu mano paternal durante este día.
Meditación del Papa Francisco
El programa de vuestro congreso se inspira en lo que el Señor le dijo al profeta Jonás: “Vete a Nínive, la gran ciudad”. Pero, al principio, Jonás huye. Se dirige, al contrario, a occidente. Tiene miedo de ir a esa gran ciudad, preocupado más por juzgar que por la misión que se le confía. Sin embargo, después va, y todo cambia en Nínive: Dios muestra su misericordia, y la ciudad se convierte. La misericordia cambia la historia de las personas e, incluso, de los pueblos. Como dice el apóstol Santiago: “La misericordia triunfa sobre el juicio”. La invitación que se le hizo a Jonás, hoy se os dirige a vosotros. Y esto es importante. Cada generación está llamada a ser misionera. Llevar lo que tenemos dentro, lo que el Señor nos ha dado. ¡Esto desde el comienzo! […]
Que el Señor aumente en vosotros la pasión por la misión y os convierta en testigos de su amor y de su misericordia en todas partes. Y que la Virgen santa, Estrella de la nueva evangelización, os proteja y os fortalezca en la tarea que se os ha confiado » (Discurso de S.S. Francisco, 22 de noviembre de 2014).
Reflexión
La fe -hoy más que en tiempos de Cristo- es un gran don: un don que recibimos gratis. "Gratis lo recibisteis; dadlo gratis" (Mt. 10, 8), nos dirá Nuestro Señor Jesucristo. Tal vez no lleguemos a tener tiempo para dar catequesis, pero sí lo tenemos para vivir el Evangelio. Jesús no ha dejado de mandar señales a los hombres. Inclusive, me pide que yo sea su señal para esta generación: quiere que le preste mi vida para actuar en mí.
La fe -hoy más que en tiempos de Cristo- es un gran don: un don que recibimos gratis. "Gratis lo recibisteis; dadlo gratis" (Mt. 10, 8), nos dirá Nuestro Señor Jesucristo. Tal vez no lleguemos a tener tiempo para dar catequesis, pero sí lo tenemos para vivir el Evangelio. Jesús no ha dejado de mandar señales a los hombres. Inclusive, me pide que yo sea su señal para esta generación: quiere que le preste mi vida para actuar en mí.
Propósito
Jesús es la respuesta que todo hombre y mujer busca en su vida, así que hoy seré un reflejo de Cristo en mis relaciones con mis hermanos, asemejando mis pensamientos palabras y obras a las de Él.
Diálogo con Cristo
¡Jesús, heme aquí! Dispón como quieras de mi, para manifestarte a los hombres. Quiero serte útil. Ayúdame a ser especialmente dócil a tus deseos y a vivir mi fe con coherencia. Concédeme vivir este día íntimamente unido a ti, para transmitirte a mi familia, a mis amigos y a mis compañeros de trabajo. Y así ser una señal tuya para ellos.
"De esta caridad nace también la esperanza, la certeza de que Cristo nos ama y de que el amor de Cristo nos espera y así nos hace capaces de imitar a Cristo y de ver a Cristo en los demás"(Benedicto XVI, 20 de octubre de 2010).
Jesús es la respuesta que todo hombre y mujer busca en su vida, así que hoy seré un reflejo de Cristo en mis relaciones con mis hermanos, asemejando mis pensamientos palabras y obras a las de Él.
Diálogo con Cristo
¡Jesús, heme aquí! Dispón como quieras de mi, para manifestarte a los hombres. Quiero serte útil. Ayúdame a ser especialmente dócil a tus deseos y a vivir mi fe con coherencia. Concédeme vivir este día íntimamente unido a ti, para transmitirte a mi familia, a mis amigos y a mis compañeros de trabajo. Y así ser una señal tuya para ellos.
"De esta caridad nace también la esperanza, la certeza de que Cristo nos ama y de que el amor de Cristo nos espera y así nos hace capaces de imitar a Cristo y de ver a Cristo en los demás"(Benedicto XVI, 20 de octubre de 2010).