viernes, 18 de diciembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 18 DE DICIEMBRE DEL 2015



José hizo como el Angel del Señor le había mandado
Adviento


Mateo 1, 18-24. Adviento.María y José escriben una historia de amor única e irrepetible porque ambos se fían de Dios.


Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24
La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros». Despertado José del sueño, hizo como el Angel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.

Oración introductoria
Jesús, el misterio de la Encarnación es un maravilloso misterio de humildad y de amor. Todos los protagonistas me dan una lección de vida que quiero llegar a vivir. Permite que esta oración abra mi mente y mi corazón para tener esa docilidad de san José y la humildad de María.

Petición
Señor, dame el espíritu generoso y obediente de san José para vivir mi vocación cristiana con esa misma magnanimidad.

Meditación del Papa Francisco
También san José tuvo la tentación de dejar a María, cuando descubrió que estaba embarazada; pero intervino el ángel del Señor que le reveló el diseño de Dios y su misión de padre putativo; y José, hombre justo, “tomó consigo a su esposa” y se convirtió en el padre de la familia de Nazaret.
Toda familia necesita al padre. Hoy nos detenemos sobre el valor de este rol, y quisiera iniciar por algunas expresiones que se encuentran en el Libro de los Proverbios, palabras que un padre dirige al propio hijo y dice así: “Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se alegrará mi corazón: mis entrañas se regocijarán, cuando tus labios hablen con rectitud”. No se podría expresar mejor el orgullo y la conmoción de un padre que reconoce haber transmitido al hijo lo que cuenta de verdad en la vida, o sea, un corazón sabio.
Este padre no dice: “Estoy orgulloso de ti porque eres igual a mí, porque repites las cosas que digo y que hago”. No, no dice eso. Le dice algo más importante, que podríamos interpretar así: “Estaré feliz cada vez que te vea actuar son sabiduría, y estaré conmovido cada vez que te escuche hablar con rectitud. Esto es lo que he querido dejarte, para que se convirtiera en una cosa tuya: la costumbre de escuchar y actuar, de hablar y juzgar con sabiduría y rectitud. Y para que tu pudieras ser así, te he enseñado cosas que no sabías, he corregido errores que no veías. Te he hecho sentir un afecto profundo y a la vez discreto, que quizá no has reconocido plenamente cuanto eras joven e incierto. Te ha dado un testimonio de rigor y de firmeza que quizá no entendías, cuando hubieras querido solamente complicidad y protección. Yo mismo he tenido que, en primer lugar, ponerme a prueba de la sabiduría del corazón, y vigilar en los excesos del sentimiento y del resentimiento, para llevar el peso de las inevitables comprensiones y encontrar las palabras justas para hacerme entender. Ahora, continúa el padre, cuando veo que tú tratas de ser así con tus hijos, y con todos, me conmuevo. Soy feliz de ser tu padre”. Y así, es lo que dice un padre sabio, un padre maduro. (Audiencia S.S. Francisco, 4 de febrero de 2015).
Reflexión
Con una brevedad telegráfica, San Mateo nos cuenta en diez versículos lo que ocurrió desde la concepción al nacimiento de Jesús. Llama la atención que lo que resalta de este período, a diferencia de San Lucas, es la difícil situación en que se encontró José.

Si nos ponemos en su lugar, ¡no era para menos! Mientras María sufría en silencio, el bueno de José se debatía en medio de tremendas dudas. ¡Y pensar que él pudo haber denunciado a María por adúltera! ¡Y pensar que ella no tenía manera de probar lo sucedido! Todo forma parte del misterio que se hace historia humana, historia de Amor.

Los actores de cualquier obra teatral o de cine estudian concienzudamente sus diversos papeles, los ensayan una y otra vez, los ejecutan en privado y en público, hasta que los dominan totalmente. La improvisación en este ámbito es preludio de fracaso. No es así cuando Dios decide servirse de los hombres y por amor los elige. María y José son capaces de seguir las inspiraciones y la voluntad de Dios, aunque nadie les ha pasado de antemano sus "papeles". Dios irrumpe en sus vidas y las "trastorna". No obliga, seduce. Suscita el amor del hombre y entonces lo lleva por donde no hubiera soñado jamás... Cuando alguien se deja guiar por Dios, debe improvisar, y a pesar de la oscuridad de la fe, al final siempre brilla la luz. La actitud correcta es entonces el abandono en su voluntad.

María y José escriben una historia de amor única e irrepetible porque ambos se fían de Dios. A nosotros nos invitan a confiar más en su gracia que en nuestras cualidades, más en sus planes que en los propios. No hay mejor intérprete que aquel que deja que Dios haga la parte que en su vida tiene asignada ¡que no es poca! Cuando nos empeñamos en caminar dejando de lado su voz y preferimos no saber lo que Él quiere, sin darnos cuenta nos quedamos sin el "apuntador", sin aquel que sabe en cada momento lo que mejor nos conviene y desea dárnoslo a conocer. Confiemos más y más en el Señor. Digamos con Pedro aquella bella oración: "Señor, a quién iremos, sólo tú tienes palabras de vida eterna".

Propósito
Crear y fomentar, en todo lugar y momento, un ambiente de acogida y alegría.

Diálogo con Cristo 
Jesucristo, ayúdame a edificar mi propia santificación en la entrega generosa, en la búsqueda de tu gloria y en una esforzada abnegación de mí mismo, especialmente en el seno de mi propia familia, siguiendo el ejemplo de san José, quien ante una crisis, su primera reacción fue la caridad.

MILAGROS QUE NUNCA LLEGAN


Milagros que nunca llegan
Los milagros que nunca llegan son los que siempre están presentes y... ¡son maravillosos! 



Por: Álvaro Correa | Fuente: Catholic.net 





Nuestra existencia es dolorosa y el deseo de recibir un milagro es más acuciante que el de realizarlo. Por lo demás la conciencia propia, que nos interpela sin tapujos, no permite al común de los mortales creernos capaces de realizar algún milagro. Es difícil vernos en el papel de un taumaturgo.

Quién más, quién menos ha rezado que el Señor le conceda un milagro en beneficio propio o de una persona querida. A diario nos topamos con situaciones que nos hacen elevar los ojos al cielo y pedir que el poder omnipotente de Dios cambie el curso de los acontecimientos, cancele una enfermedad, proteja de un peligro o doblegue la voluntad de un pobre hombre hacia el bien. Quizás en el fondo de nuestras oraciones corre, de una manera más o menos habitual, el torrente suplicante de un milagro.

Y parece que los milagros nunca llegan. Hay quien llega a perder el gusto por la oración porque nunca se realizan sus deseos. Da la impresión que el tiempo de los milagros se quedó estancado en siglos pasados. Parece que escasean los santos que en otros tiempos reunían en torno a sí multitudes de personas encantadas por sus prodigios.

¿Qué ha pasado? ¿Qué epidemia ha diezmado el fruto precioso de los milagros? Quizás, con la mano sobre el pecho, tendríamos que reconocer que la falta de fe de nuestra sociedad ha sido un terrible abismo por donde han caído los milagros que no vemos. En tiempo de Jesús hubo quien le pidiera una señal del cielo y no se la concedió, porque le faltaba fe. Pues, ¿para qué sirve un milagro a un hombre descreído? Se dice que quienes se saciaron de la multiplicación de los panes eran los mismos que gritaban que Cristo fuera crucificado.

Quien posee la fe, al menos como un grano de mostaza, tiene esa lente maravillosa que le permite contemplar y gozar lo que otros no perciben. Esta fe le hace sentir la mano de Dios que nunca abandona. Y mientras unos piden el milagro de una curación y se lamentan de que no se produzca, el hombre creyente agradece la misericordia de Dios que lo sostiene en el sufrimiento y da un sentido de eternidad a su dolor.

El hombre de fe vive en cada momento el milagro gozoso de un nuevo día, de una familia por la que luchar, de un mendrugo de pan que llevar a la boca, de un trabajo, del sentido para sus horas amargas, del consuelo de saberse amado no obstante las decepciones de la vida. El hombre de fe sabe que cada minuto de su existencia es un milagro del amor y que todo sucede según el designio amoroso de Dios. Todo es un milagro para él: su salud o enfermedad, la amistad o el desprecio, un día luminoso de primavera o una tarde gris de invierno. Sabe que los milagros que piden los hombres sin fe son los que no pueden ver por la ceguera de su alma. Y reza por ellos para que lleguen a experimentar la amistad de un Dios que sabe solo amar y perdonar.

La verdad es que vivimos de puro milagro. Todo lo que nos rodea es un regalo del Señor, un prodigio de su bondad. Uno se queda sorprendido de la capacidad del hombre para sufrir, ¿no es un milagro? Uno no sabe cómo somos capaces de amar hasta dar la vida, ¿no es un milagro? Uno, acostumbrado a escuchar que el mundo está patas arriba, ve cada mañana el despuntar del sol, escucha los gritos felices de los niños, experimenta el cansancio esperanzador del padre de familia, recibe el amor de los seres queridos, ¿no es un milagro?

Las lágrimas de una persona arrepentida, los esfuerzos de un niño por corregirse, el sudor de un obrero, las ilusiones de un adolescente, el oído atento y el tacto fino de un ciego, la entereza de una viuda, una madre a la cabecera del esposo moribundo... estos son los milagros que el Señor concede, pues su amor ha venido a compartir nuestra existencia tal y como es.

Los milagros que nunca llegan son los que siempre están presentes. Basta verlos con los ojos de la fe. ¡Son maravillosos!

COLABORADORES DE DIOS


Colaboradores de Dios



Dios quiere asociarte a su obra de misericordia en el mundo y por medio de ti multiplicar la salud, el bienestar, la alegría y la felicidad de tantos carenciados de todo. Con que cada uno haga un poco, se puede lograr mucho si trabajamos unidos por mejorar el entorno humano. Lee esta breve historia.

Había una vez una pobre niña esquimal. No tenía lo suficiente para comer, ni ropa suficiente para calentarse y protegerse del frío ártico. Un día un periodista llegó al pueblito donde vivía la niña. Vio su pobreza y decidió hacerle algunas preguntas:
—¿Crees en Dios?
—Sí, creo —dijo la pequeña.
—¿Crees que Dios te ama? —preguntó el cronista.
—Sí, lo creo —dijo nuevamente la niña.
—Si crees en Dios y crees que él te ama, entonces, ¿por qué te parece que no tienes suficiente alimento ni ropa que te abrigue?
—Yo creo que Dios pidió a alguien que me trajera esas cosas. Pero ese alguien dijo que no.

Esta anécdota me recuerda aquella reflexión tan cierta: “Jesús no tiene manos, tiene sólo nuestras manos para construir un mundo nuevo donde haya más fraternidad y justicia. Jesús no tiene recursos, cuenta tan sólo con nuestro trabajo para lograr que todos los hombres vivan como hermanos”. En tu parroquia vecina sin duda funciona “Cáritas”; puedes arrimarte para dejar tu contribución de alimentos no perecederos, ropa o dinero.


Enviado por el P. Natalio

BALANCE DEL AÑO


Balance del año




Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos. Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son.

Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos. Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje.

Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla depende de nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo.

Ser feliz es una decisión, no nos olvidemos de eso. Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo para poder construir un buen año, porque todos estamos en el camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres cosas:

- a aprender a amar
- a dejar huella
- a ser felices.

En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es cómo y creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos:

- Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de crecimiento. El trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental. Ahora el significado del cansancio es visto como algo negativo de lo cual debemos deshacernos y no cómo el privilegio de estar cansados porque eso significa que estamos entregando lo mejor de nosotros. A esta tierra vinimos a cansarnos...

- Valorar la libertad como una forma de vencerme a mí mismo y entender que ser libre no es hacer lo que yo quiero. Quizás deberíamos ejercer nuestra libertad haciendo lo que debemos con placer y decir que estamos felizmente agotados y así poder amar más y mejor.

- El tercer y último punto a cultivar es el desarrollo de la fuerza de voluntad, ese maravilloso talento de poder esperar, de postergar gratificaciones inmediatas en pos de cosas mejores.

Hacernos cariño y tratarnos bien como país y como familia, saludarnos en los ascensores, saludar a los guardias, a los choferes de los micros, sonreír por lo menos una o varias veces al día. Querernos. Crear calidez dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto desorden que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas independientes de los recursos se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir adentro. Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de ello. La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tienen que ver con la inteligencia espiritual.

Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los juegos antiguos, a los encuentros familiares, a los encuentros con amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro de nuestras familias. Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo, habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos sino que con la ACTITUD con la cual enfrentemos lo que nos toca.

Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican. Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.


Mamerto Menapace
Monje benedictino

JESUCRISTO ES EL ROSTRO DE LA MISERICORDIA DEL PADRE - DOCE MUESTRAS DE LA MISERICORDIA DIVINA


Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre
Doce muestras de la Misericordia Divina

Paciente y misericordioso es el binomio que a menudo aparece en el Antiguo Testamento para describir la naturaleza de Dios.





Dice el Papa Francisco que la misericordia del Dios invisible se ha hecho visible en Jesús. Por ello inicia su Carta Apostólica El rostro de la misericordia afirmando: “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre”(MV1). Así pues, vale la pena dedicar este Año Santo a reflexionar sobre la manera en que Jesús nos manifiesta Su misericordia, no sólo para ser conscientes de ella, agradecerla y disfrutarla, sino también para aprender a ser misericordiosos como Jesús.

Para ello puede ayudarnos considerar las siguientes muestras de Su misericordia:


1. Jesús se hizo hombre (ver Jn 1,9-14; Lc 1,28; Heb 2, 18; 4,15; Flp 2, 5-7)
Por amor a nosotros renunció a los privilegios de Su condición divina para venir a salvarnos. Nos acompaña, nos comprende y nos da ejemplo de cómo vivir. Aprendamos de Él y animemos a otros a imitarlo.

2. Jesús no trajo Su Reino (ver Mc 1,14-15; 4,30; Mt 4, 23a; 13).
Jesús nos invita a edificar, habitar y anunciar Su Reino de amor, paz, justicia, verdad y perdón, y ¡no deja a nadie fuera de esa invitación!

3. Jesús nos dio Su Palabra (ver Mc 6, 34: Jn 17, 6-8).
Escuchemos y animemos a otros a escuchar a Jesús, que tiene siempre palabras que nos iluminan, reconfortan, fortalecen, dicen lo que necesitamos escuchar.

4. Jesús nos perdona (ver Lc 5,20-25; 15; 23,34; Jn 3, 16-17).
No importa qué tan bajo caigamos, Jesús nos perdona. Dice el Papa Francisco que Dios nunca se cansa de perdonarnos. Aprovechemos este Año Santo para reconciliarnos con Él y animar a otros a acercarse Él.

5. Jesús nos sana (ver Mt 8, 16-17; Lc 4, 40).
Dice san Francisco de Sales que Dios nos libra de los sufrimientos o nos da la fuerza para superarlos, y siempre podemos unirlos, y animar a otros a unirlos a los Suyos para hallarles sentido redentor, aceptarlos con gratitud y ofrecérselos con amor.

6. Jesús nos dejó Su Presencia Real en la Eucaristía (ver Mt 26, 26-28; Mc 14, 22-24; Lc 22, 19-20).
Quiso quedarse oculto en la Hostia Consagrada para que podamos contemplarle y recibirle, y nos apuntale el corazón para amar como Él nos ama. Este Año Santo invitemos a otros a acompañarnos a Misa y a la Hora Santa.

7. Jesús nos encomendó a María y a la Iglesia (ver Jn 19, 25-27; Mt 16, 18-19).
Jesús nos compartió a Su Madre, quien con su ternura y poderosa intercesión vela por nosotros. Y nos dio la Iglesia, que nos integra a la familia de Dios, nos da Su gracia y nos encamina hacia la santidad. Amémoslas e animemos a otros a conocerlas y a amarlas.

8. Jesús murió en la cruz por nosotros (ver Jn 10, 11.17-18; 15,13; Lc 23, 44-46; Rom 5, 6-11).
Él, el Justo, pagó por los injustos. Asumió nuestros pecados y miserias y los redimió en la cruz. Consolémonos y consolemos a otros con esa certeza.

9. Jesús resucitó y nos invita a la vida eterna (ver Jn 11, 25-26; Lc 24, 1-8; Rom 5, 17-21).
Le abrió una salida a nuestros sepulcros. Y nos ama tanto que nos invita a pasar la eternidad con Él. Pongamos nuestra esperanza en los bienes del cielo, no en los de la tierra.

10. Jesús nos reitera Su amistad incondicional (ver Jn 15, 15; Rom 8, 35-39).
Gocémonos en sabernos amigos de Jesús e invitemos a otros a aceptar Su amistad.

11. Jesús nos da una vocación y nos confía una misión. (ver Mc 16, 14-18; Mt 28, 16-20).
Nos llama a amar y nos envía a ir de Su parte a anunciar al mundo la Buena Nueva del Reino, vocación y misión que todos podemos cumplir y que nos hace dichosos y plenos.

12. Jesús nos envió a Su Espíritu Santo. (ver Jn 20,22; Hch 2, 1-4; 10, 44-46).
Nos envió al Espíritu Santo que nos colma de dones, nos inspira, intercede por nosotros, es nuestro guía, nuestro Consolador.

DIEZ SANTOS QUE CUYO EJEMPLO AYUDARÁ A VIVIR EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA


10 Santos que cuyo ejemplo ayudará a vivir el Jubileo de la Misericordia
Por María Ximena Rondón




 (ACI).- Una vez iniciado el Jubileo de la Misericordia el 8 de diciembre y que durará hasta el 20 noviembre de 2016, presentamos ahora una lista de diez santos cuyo testimonio alentará a vivir la misericordia durante este Año Santo.


San Juan Pablo II (1920-2005)

Soportó los estragos y las penas de la Segunda Guerra Mundial. Durante sus más de 25 años de pontificado, San Juan Pablo II tuvo un espíritu misionero. Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia y 146 por el interior de este país.

Su amor por los jóvenes lo llevó a crear las Jornadas Mundiales de la Juventud. Promovió el diálogo interreligioso.

Uno de sus gestos más recordados fue pedir perdón por los pecados de la Iglesia en toda su historia.

Perdonó al turco Alí Agca que le disparó en la Plaza de San Pedro e incluso lo visitó en la cárcel.



Santa Faustina Kowalska (1905-1938)

A esta santa polaca, Dios le reveló el misterio de su misericordia que se tradujo en la Coronilla de la Divina Misericordia, cuya fiesta se celebra el segundo domingo de Pascua.

Sor Faustina tuvo una vida recogida de piedad y caridad. En el convento fue cocinera, jardinera y portera.

También consiguió un alto grado de unión con Dios y luchó por vencerse a sí misma y alcanzar la santidad.

El Señor le concedió a Sor Faustina revelaciones, visiones del cielo, el purgatorio y el infierno; el don de la profecía, la gracia de leer las almas y los estigmas ocultos.

 

Beata Teresa de Calcuta (1910-1997)

Esta beata de nacionalidad albanesa, pero de corazón indio fundó a pedido de Dios una congregación religiosa al servicio de los de los más pobres entre los pobres de la India.

Se dedicó a recorrer los barrios pobres,
visitó familias, lavó las heridas de los niños y ayudó a los olvidados, entre ellos los leprosos y los llamados “intocables”, la casta hindú más baja.

Recibió el premio Nobel de la Paz y al morir dejó una extensa obra que sigue acogiendo a los más pobres entre los pobres.


 
Santa María Goretti (1890- 1902)

Esta “pequeña y dulce mártir de la pureza”, como la definió el Papa Pío XII, creció en una familia pobre de bienes materiales pero rica en bienes espirituales.

A los once años Alessandro Serenelli, un joven socio de su familia intentó violarla y al ver que la niña se resistía el joven la apuñaló 14 veces.

Al saber que no iba a sobrevivir, María recibió los Sacramentos y antes de comulgar perdonó de corazón a su asesino y pidió estar con él en el paraíso.

Años después Alessandro se convirtió y pidió perdón a la madre de María.



Beato Miguel Pro (1891-1927)

Nació en una familia acomodada y tenía un gran sentido del humor. Fue al extranjero a estudiar en el seminario y cuando regresó a México se dio con la cruel persecución del gobierno contra los cristianos.

Empezó a celebrar misas y adoraciones al Santísimo clandestinas y se las ingeniaba para escabullirse de la policía. Se convirtió en uno de los líderes de la resistencia a la que contribuyó de manera pacífica, siempre bajo el lema “Viva Cristo Rey”.

El presidente Calles lo arrestó acusándolo falsamente. Antes de morir negó los cargos que le imputaban, se arrodilló para rezar y perdonó a sus enemigos.



Padre Pío de Pietrelcina (1887-1968)

Tuvo el don del discernimiento que le
permitió leer los corazones y las conciencias. Por ello muchos fieles se confesaban con él, una actividad a la que dedicaba muchas horas de su tiempo.

También recibió los estigmas.

Como respuesta a los estragos causados la Segunda Guerra Mundial, fundó los “Grupos de Oración del Padre Pío”. A su muerte estos eran 726 y contaban con 68 mil miembros.

El 5 de mayo de 1956 fundó junto a sus amigos la “Casa Alivio del Sufrimiento” con el fin de que los enfermos se recuperen física y espiritualmente.

Sus enemigos lo calumniaron y la Santa Sede le quitó la administración de su obra. El Padre Pío soportó con paciencia esta persecución hasta su muerte y mantuvo su amor y fidelidad a la Iglesia.


San Damián de Molokai (1840- 1889)

Este santo, llamado “el leproso voluntario” fue enviado como misionero a Hawái, donde casi la mayoría de los habitantes eran protestantes. Empezó a predicar con cariño y atendía
personalmente las necesidades de la gente. Así logró la conversión de muchos.
Después se dirigió a la isla de Molokai para atender a los leprosos, sabiendo que el contagio era prácticamente inevitable.

Les dio oportunidades de trabajo, fue el enfermero a los más abandonados, consiguió donaciones, reconstruía las casas derribadas por los huracanes e incluso fabricaba los ataúdes para los muertos.

Se contagió de lepra y murió en medio de su gran obra de caridad.



San Oliver Plunkett (1629-1681)

Este obispo irlandés se dedicaba a consolar a los afligidos, administraba los sacramentos y enviaba a un sacerdote cuando una parroquia estaba abandonada para que esta no caiga en la pobreza o la persecución.

Fue acusado falsamente por haber contratado a setenta mil irlandeses católicos para asesinar a todos los protestantes.

Estuvo detenido en la Torre de Londres, hasta ser declarado culpable y traidor. Asumió su propia defensa y antes de ser ahorcado perdonó a sus acusadores y asesinos. Murió pronunciando el “Miserere”.



San Pablo Miki (1597)

En medio de la persecución japonesa contra los misioneros en 1597, San Pablo Miki y otros 26 católicos fueron martirizados. Fue uno de los misioneros que no huyó del país y se escondieron pero los descubrieron y los masacraron en Nagasaki.

Antes de su martirio predicó que era japonés, jesuita y que moría con honor por haber predicado el evangelio y la verdadera religión de Dios.

Manifestó que perdonaba al rey y todos los que contribuían a su martirio. También pidió por su conversión.



Beato Carlos de Austria (1887-1922)

Desde joven fue muy piadoso y tuvo un inmenso amor por la Eucaristía.

Después de la muerte del emperador Francisco José, el 21 de noviembre de 1916, Carlos se convierte en emperador de Austria y el 30 de diciembre es coronado Rey apostólico de Hungría.

Durante su reinado, buscó establecer la paz en medio del contexto de la Primera Guerra Mundial y desarrolló su política interior basada en la enseñanza social cristiana.

Además fue el único líder político que apoyó al Papa Benedicto XV en sus esfuerzos por lograr la paz. Gracias a ello logró instaurar una transición a un nuevo orden sin guerra civil. Pese a ello fue desterrado a la Isla de Madeira (Portugal).

Ahí cayó enfermo y ofreció su sufrimiento como un sacrificio por la paz y unidad de los pueblos. Antes de morir perdonó a todos los que no le habían ayudado.

Expiró con la mirada puesta en el Santísimo Sacramento.

SIETE VIRTUDES PARA RECIBIR LA NAVIDAD


Siete virtudes para recibir la Navidad
Hagámoslo así para que esas estrellas iluminen nuestra Navidad y nuestras vidas



Debemos prepararnos para recibir en nuestros corazones el Nacimiento del Niño Jesús. Precisamente para esto es que sirve el tiempo de Adviento, son cuatro semanas que nos ayudan a prepararnos para conmemorar este acontecimiento tan especial en el que Dios se hiciera HOMBRE para salvarnos y redimirnos. Según sea nuestra preparación espiritual, será la alegría y paz que sentiremos desde la Noche Buena, cuando celebraremos agradecidos esta gran manifestación del amor misericordioso y redentor de Dios.

Les propongo algunas reflexiones y ejercicios fundamentados en las siete virtudes de la Virgen. Estas virtudes son las que van en contra de los siete pecados capitales: humildad, generosidad, castidad, paciencia, templanza, caridad y diligencia.

Humildad

Navidad es humildad, aunque el mundo quiera ignorarlo. Esa es la gran lección de Nuestro Señor, Quien teniéndolo TODO, pues para y por El fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, se desprendió de todo su poder y nació como el más humilde de todos los hombres: en un pesebre. Por lo tanto, evitemos ser ostentosos en nuestro vestir y vanagloriarnos de lo material que podemos tener. Si algún plan o actividad no sale como lo esperamos actuemos con sencillez reconociendo el error y abandonándonos al Señor, con la misma actitud de la Virgen María ante el ángel: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.

Generosidad

Dar es otra gran lección que nos enseña la Navidad, desde Dios que se da, la Virgen que se entrega totalmente, San José que se olvida de sus planes, los pastores que dan lo poco que tienen, los Reyes que ofrecen sus riquezas, y Dios mismo que se da a sí mismo.
Revisemos nuestro armario y saquemos cosas que le pueden servir a mucha gente necesitada… ¡Cuantas cosas tenemos que no usamos y podemos regalar a quien sí las necesitas! Y no sólo dar lo que nos sobra sino lo que nos duele, como decía Madre Teresa de Calcuta. Demos de nosotros mismos, es decir, nuestra compañía, oración, amistad, sonrisa ¡Cuantos necesitan tan poco para ser felices, porque se sienten solos!

Castidad

Salgamos corriendo ante la tentación y placeres de la carne… En Navidades se cometen muchos pecados de lujuria. Hay gente que sintiéndose solos caen en brazos de la lujuria, buscando consuelos y amor. Cuando veamos que esto puede pasar invoquemos a la VIRGEN, María Santísima para que nos de la gracia para vencer las tentaciones y los placeres de la carne. En las fiestas de esta época se cometen muchos excesos y la gente como que se desenfoca, por eso cuidemos nuestro vocabulario, evitemos los chistes de doble sentido y hasta nuestra forma de vestir.

Paciencia

Hay lugares que pareciera que el mundo se va a acabar, que las tiendas, nunca volverán a abrir sus puertas, que la comida va a desaparecer, etc. Todo el mundo anda como loco, y nadie quiere esperar. Imitemos la paciencia de la Virgen María y la de San José que fueron puerta por puerta buscando lugar para el nacimiento del Enmanuel. Seamos pacientes en las filas, cedamos los puestos, evitemos las quejas y aceptemos cualquier sufrimiento que se nos presente en este tiempo, hagamos como la Virgen, quien todo lo guardaba en su corazón.


Templanza

Pensamos que Navidad es comida, todo el mundo come…y mucho. Cuando precisamente antes de Navidad, en Adviento, se debe tener cierta sobriedad ante la espera gozosa del Mesías. En este tiempo, para ser templado hay que tener una fortaleza especial que se construye con pequeñas negaciones. Tengamos cuidado en comprar cosas innecesarias; comamos lo preciso (ni un segundo plato, ni “picar” tanto entre comidas); cuidado con las bebidas alcohólicas y los vicios, los excesos son falta de templanza. Seamos dueños y señores de nosotros mismos, no podemos ser del “montón”. Estamos en el mundo pero no somos del mundo.

Caridad

El amor, que es lo mismo que la caridad resalta en este tiempo, por lo menos debería de ser así. Si regalamos a las personas cosas debe ser por amor, por lo tanto no debemos esperar que nos devuelvan el regalo…Entonces el amor que damos debe ser gratis, sin esperar recompensas.

También, pedir perdón y perdonar es esencial, busquemos a quien hemos ofendido y pidámosle perdón; de igual manera, si alguien nos ha ofendido, perdonémosle (si esa persona no nos pide perdón ¿Qué importa? Hagámoslo en nuestros corazones.
Pero sobre todo meditemos en ese AMOR de Dios que nació en Belén y murió en una cruz por amor a cada uno de nosotros sin importar nuestros pecados, y hagamos lo mismo por lo demás.

Diligencia

Aunque hay días festivos que sirven de descanso, no demos cabida a la pereza. Seamos pro-activos, vayamos a las celebraciones de nuestra parroquia, las celebraciones litúrgicas son preciosas y llenas de gran riqueza interior.

Vayamos al encuentro del “otro”, allí esta Jesús que nace y eso se hace no acostado en una cama sino poniéndose de camino, como San José y la Virgen, los pastores, los Reyes Magos y todo aquel que quiere ser partícipe del misterio de la Navidad.

LA NAVIDAD Y SUS TRADICIONES: LA CENA DE NOCHEBUENA



La Navidad y sus Tradiciones: Cena de Nochebuena
Este mes celebramos el Nacimiento de Jesús. Este acontecimiento está rodeado de costumbres y tradiciones


Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net 




Con el Nacimiento de Jesús se cumple la promesa de Dios al mundo de enviar a un Salvador. Jesucristo es Dios hecho hombre.

Un poco de historia

Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió, o lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. La palabra tradición viene del latín traditio que viene del verbo tradere, que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior. Se debe conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas mejor. Este es un modo de evangelizar.
Existen muchas tradiciones y costumbres que se celebran en el tiempo de Adviento y de la Navidad.

A continuación, presentaremos una de ellas con una pequeña explicación acerca de su significado y origen:



La Cena De Nochebuena

Las familias cristianas se suelen reunir en la noche del 24 de diciembre, víspera de la Navidad, y hacer una cena muy abundante. Se acostumbra comer pavo y otros platillos propios de esta época. Se trata de que sea una cena especial, distinta a la de todos los días, ya que se está celebrando el Nacimiento del Hijo de Dios. Esta costumbre nació en Europa y simboliza la abundancia que Cristo nos trae con su llegada.

Antes de la cena, la familia se reúne junto al Nacimiento y para realizar la ceremonia de arrullar y acostar al Niño Dios.

Debemos vivir las tradiciones y costumbres navideñas con el significado interior y no sólo el exterior para preparar nuestro corazón para el nacimiento de Jesús.

Algunas personas te podrán decir que estas costumbres y tradiciones las ha inventado la gente para divertirse y los comercios para vender. Recuerda que hay mucho significado detrás de cada una y trata de vivir estas tradiciones con el sentido profundo que tienen. Así, el 24 de diciembre no solo será un festejo más, sino que habrás preparado tu corazón con un verdadero amor a Dios y a tu prójimo.

VATICANO HIZO ANUNCIO OFICIAL: LA MADRE TERESA DE CALCUTA SERÁ DECLARADA SANTA


Vaticano hizo anuncio oficial: La Madre Teresa de Calcuta será declarada santa
Por Elise Harris


VATICANO, 18 Dic.  (ACI).- Después de meses de espera, el milagro que permitirá la canonización de la Beata Madre Teresa de Calcuta fue oficialmente aprobado por el Vaticano. La querida religiosa será declarada santa y solo se aguarda la fecha de la ceremonia.

Los rumores sobre la canonización circulan desde hace meses. Sin embargo, el Vaticano hizo el anuncio oficial en un comunicado hoy 18 de diciembre, junto con el reconocimiento de las virtudes heroicas del Padre Giuseppe Ambrosoli de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, dándole el título de Venerable.

Hace apenas unos días, Francisco se reunió con el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, para avanzar en varias causas de canonización. Sostuvo una nueva audiencia privada en su cumpleaños, ayer, 17 de diciembre.

En la reunión de ayer, el Papa aprobó el milagro atribuido a la Madre Teresa, la curación de un hombre brasileño inexplicablemente curada de abscesos cerebrales.

Aunque no hay planes oficiales, el Cardenal Amato ha sugerido anteriormente que el 4 de septiembre 2016 - que está siendo considerado como un día de jubileo para los trabajadores y voluntarios de la misericordia - sería la posible fecha de canonización, cerca del 5 de septiembre, fiesta de la Madre y aniversario de su muerte.



En septiembre, el Padre Caetano Rizzi, quien trabaja en la Congregación del Vaticano para los santos, dijo a ACI Prensa que el Papa estaba interesado en canonizar a la Madre Teresa durante el Año Santo de la Misericordia, que va desde el 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.

En la reunión de 17 de diciembre con el Cardenal Amato, Francisco aprobó también las virtudes heroicas del Padre Adolfo del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, así como del P. Enrico Hahn.

Su vida

Agnes Gonxha Bojaxhiu nació el 26 de agosto 1910, en Skopje, Macedonia. Era la menor de tres hijos, asistió a un grupo de jóvenes dirigido por un sacerdote jesuita que la hizo considerar una vocación de servicio como monja misionera.

Se unió a las Hermanas de Loreto a los 17 años y fue enviada a Calcuta, donde enseñó en una escuela secundaria. Después de contraer tuberculosis, fue enviada a descansar en Darjeeling, y fue en medio de esa enfermedad cuando descubrió "una orden" de Dios para dejar el convento y vivir entre los pobres.

El Vaticano le concedió permiso para salir de las Hermanas de Loreto y vivir su nuevo llamado, bajo la dirección del Arzobispo de Calcuta.

La Madre Teresa comenzó a trabajar en los barrios pobres, enseñaba a los niños y asistía enfermos en sus hogares. Un año más tarde, algunos de sus exalumnos se le unieron y juntos se hicieron cargo de hombres, mujeres y niños que agonizaban en las calles.

En 1950, las Misioneras de la Caridad nacieron como una congregación de la Diócesis de Calcuta. En 1952, el gobierno les concedió una casa desde la cual continuaron su misión de servir a los pobres y olvidados de Calcuta.

La congregación creció rápidamente y de tener una sola casa para moribundos y pobres extremos, llegó a tener 500 casas en todo el mundo.

La Madre Teresa estableció albergues para prostitutas, mujeres maltratadas, orfanatos para niños pobres y hogares para víctimas del SIDA. Fue una férrea defensora de los no nacidos.

Murió el 5 de septiembre 1997, y fue beatificada sólo seis años más tarde por San Juan Pablo II 19 de octubre 2003.

FELIZ JUEVES!!!

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