miércoles, 1 de mayo de 2019

LAS ORACIONES DEBEN SER CORTAS


Las oraciones deben ser cortas



San Benito dice que, por encima de todo, nuestras oraciones deben ser auténticas.

En el siglo VI, san Benito, el padre de la vida monástica occidental, formuló una regla específica para sus monjes. En el documento, él aconseja a los religiosos hacer oraciones cortas:

“La oración debe, por lo tanto, ser corta y pura, a menos que se prolongue bajo la inspiración de la gracia divina. En la comunidad, sin embargo, la oración debe ser siempre breve; y cuando el superior dé la señal, todos deben levantarse juntos.”

Eso no significa que lo monjes no debieran rezar durante largos periodos de tiempo. Según el comentario de un benedictino:

“Después de hacer una oración, una persona reza en su corazón y eso es considerado ‘oración’. Del mismo modo, en algunas tradiciones primitivas, después de cada Salmo había un corto periodo para ese grito espontáneo del corazón al Señor. Esa es la oración que se debe mantener: corta y pura –y no prolongada–. Los intentos de prolongar esa oración son, generalmente, solo escenificaciones, no la realidad“.

En ese sentido, la Regla de san Benito no se aplica solo a las oraciones hechas en público, sino también a nuestras oraciones particulares, dichas en la comodidad de nuestra propia casa. La oración no debe enfocarse en la duración, sino en el corazón.

Dios quiere oír las oraciones que vienen de lo más profundo de nuestros corazones. Cuando hacemos eso, nosotros lo invitamos a entrar en nuestras vidas y permitimos que él sondee nuestras heridas más profundas. Él es el “Médico Divino” y puede curarnos cuando abrimos nuestros corazones a Él.

Por lo tanto, vamos a tomar el consejo de san Benito y centrar nuestra oración en la autenticidad y no en la cantidad de palabras.



Philip Kosloski / Aleteia

EL ANILLO DE DIAMANTES

Anillo de diamantes


“Vanidad de vanidades y todo vanidad”, dice la Biblia. La vanidad y la inconsistencia de la belleza, del poder, de la fama, del dinero, tiene especial actualidad en nuestra civilización que propone como supremo ideal de la vida del hombre el bienestar, el placer, la acumulación, sin límite, de los bienes materiales. Jesús, en cambio, dice: “Sean ricos a los ojos de Dios”.

— Mi amor, anoche soñé que el domingo, en mi cumpleaños, me regalabas un anillo de diamantes... ¿Qué significado tendrá ese sueño?
— ¡Tranquila, mujer, que el domingo lo sabrás!
El domingo por la mañana el hombre le entrega a su esposa un paquete envuelto en papel de regalo y con un elegante adorno. La dama muy emocionada lo abre y encuentra un libro: "El significado de los sueños".

El sentido de nuestra vida no cabe en el corto espacio que media entre la cuna y la tumba. Hay que buscarlo más allá. El Eclesiastés, con su tono sombrío, señala que las cosas de este mundo son "poca cosa". No bastan para hacernos felices. No basta toda la prosperidad del mundo para colmar las ansias eternas del corazón del hombre. ¡Buena meditación!



* Enviado por el P. Natalio

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 1 DE MAYO DE 2019 - SAN JOSÉ OBRERO


Lecturas de hoy Miércoles de la 2ª semana de Pascua
 Hoy, miércoles, 1 de mayo de 2019



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,17-26):

EN aquellos días, el sumo sacerdote y todos los suyos, que integran la secta de los saduceos, en un arrebato de celo, prendieron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la cárcel y los sacó fuera, diciéndoles:
«Marchaos y, cuando lleguéis al templo, explicad al pueblo todas estas palabras de vida».
Entonces ellos, al oírlo, entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con todos los suyos, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos de los hijos de Israel, y mandaron a la prisión para que los trajesen. Fueron los guardias, no los encontraron en la cárcel, y volvieron a informar, diciendo:
«Hemos encontrado la prisión cerrada con toda seguridad, y a los centinelas en pie a las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro».
Al oír estas palabras, ni el jefe de la guardia del templo ni los sumos sacerdotes atinaban a explicarse qué había pasado. Uno se presentó, avisando:
«Mirad, los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo».
Entonces el jefe salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9

R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles
y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,16-21):

TANTO amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 1 de mayo de 2019
 Fredy Cabrera, cmf


Apreciados hermanos y hermanas:

Hoy celebramos el día internacional del Trabajador, bajo el patronazgo de San José Obrero. Iniciamos agradeciendo la ardua labor de tantos, hombres y mujeres, que buscan con su trabajo no sólo el sustento sino la transformación de este mundo.

El texto de Hechos nos narra el encarcelamiento de los apóstoles por haber desobedecido a las autoridades. Se resalta la valentía, decisión y claridad de quienes, sabiendo el camino que les marcó Jesús, no se dejan atrapar por el miedo y la indiferencia. Esto nos pone en sintonía con la realidad que viven los defensores y defensoras de derechos humanos y del ambiente que, actualmente, incomodan por sus fuertes denuncias hacia quienes detentan el poder político y económico.

Se hace urgente despertar, en nosotros y en nuestras comunidades, la voz profética que pueda sumarse a la de los que no se callan ante las injusticias. Un cristiano no puede hacerse cómplice de todo lo que atenta contra la vida de las personas y del planeta.

En Pascua, como bien lo señala el evangelista, estamos invitados a iluminar como Jesús toda la realidad, principalmente la que se encuentra en tinieblas. Nuestra tarea de creyentes, en Jesús Resucitado, es la de colaborar con el plan salvador-redentor de Dios. Un Dios humanizando y encarnado en este mundo que se pierde en el consumo abusivo y desmedido de los bienes de la creación.

Recordemos que «un cambio en los estilos de vida podría llegar a ejercer una sana presión sobre los que tienen poder político, económico y social» (LS 206) para que no se continúen produciendo cosas fútiles o dañinas. ¡Todavía estamos a tiempo! ¿Te animas a generar cambios en tu estilo de vida ayudando, a otros y a este mundo, a vivir con esperanza de futuro?

Fredy Cabrera
Misionero Claretiano

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 1 DE MAYO


Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
1 de mayo



San José ha sido declarado por la Iglesia "Patrono de todos los obreros", de todos cuantos trabajan con sus manos.

Es que en la Sagrada Familia de Nazareth todos trabajaban con sus manos: San José en su taller de carpintería, Jesús como su ayudante y María como ama de casa en las tareas domésticas.

No consideres el trabajo como un castigo, sino como un medio que Dios pone a tu alcance para perfeccionar el mundo; el estudio y el trabajo son los dos medios principales de que dispones; pero no trabajes solo, deja que te acompañe María, para que ella eleve tu trabajo y lo oriente a Dios.

Madre del pueblo de Dios, que peregrina hacia la casa del Padre, no permitas que tu Iglesia se desoriente en el camino.

8 DATOS QUE NO SABÍAS SOBRE SAN JOSÉ

8 datos que tal vez no sabías sobre San José
Redacción ACI Prensa




La Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y Patrono de la Iglesia Universal, se celebra el 19 de marzo. Este es un día de precepto y por lo tanto es obligatorio ir a Misa. 

“En los Evangelios, San José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario”, dijo el Papa Francisco sobre San José al comenzar su pontificado en el 2013.

A continuación te presentamos 8 datos que quizá no conocías sobre San José:

1.- No hay palabras suyas en las Sagradas Escrituras

Él protegió a la Inmaculada Madre de Dios y ayudó a criar al Señor del Universo. Sin embargo, no hay ninguna cita de él en los Evangelios. Más bien, fue un silencioso y humilde servidor de Dios que desempeñó su rol cabalmente.

2.- Es muy poco mencionado en el Nuevo Testamento

Se menciona a San José en Mateo, Lucas, una vez en Juan (alguien llama a Jesús "el hijo de José") y eso es todo. Él no es mencionado en Marcos o en el resto del Nuevo Testamento.

3.- Su salida de la historia de los Evangelios no es explicada en la Biblia

Es una figura importante en los relatos de la Natividad del Señor en Mateo y Lucas, y es incluido en los pasajes que relatan el momento en que Jesús se perdió a los 12 años y fue encontrado en el templo. Pero eso es lo último que oímos de él.

María aparece varias veces durante el ministerio de Jesús, pero José se fue sin dejar rastro. Entonces, ¿qué le sucedió? Varias tradiciones explican esta diferencia diciendo que José murió alrededor del cumpleaños número 20 de Jesús.

4.- ¿Viudo y anciano?

La Escritura no nos dice la edad de San José cuando se casó con María o sobre su vida anterior. Sin embargo, por mucho tiempo se le representó como un hombre de edad avanzada, aparentemente basándose en un texto del llamado protoevangelio de Santiago, un evangelio apócrifo del que se desprende que San José habría estado casado anteriormente, tuvo hijos de ese matrimonio y quedó viudo.

Según esa tradición, San José sabía que María había hecho el voto de virginidad y fue elegido para casarse con ella para protegerla, debido a que era anciano y no estaría interesado en tener una nueva familia. Esta idea fue rebatida a lo largo de la historia por grandes santos como San Agustín.

5.- Su veneración se remonta al menos al siglo IX

Uno de los primeros títulos que utilizaron para honrarlo fue “nutritor Domini”, que significa "guardián del Señor".

6.- Tiene dos celebraciones

La solemnidad de San José es el 19 de marzo y la fiesta de San José obrero (Día Internacional del trabajo) es el 1 de mayo. También está incluido en la Fiesta de la Sagrada Familia (30 de diciembre) y sin duda forma parte de la historia de la Navidad.


7.- Tiene múltiples “patronazgos”

Es el patrón de la Iglesia Universal, la buena muerte, las familias, los padres, las mujeres embarazadas, viajeros, inmigrantes, artesanos, ingenieros y trabajadores. Es también el patrón de las Américas, Canadá, China, Croacia, México, Corea, Austria, Bélgica, Perú, Filipinas y Vietnam.

8.- La ‘Josefología’

Entre las subdisciplinas de la teología, son conocidas la cristología y mariología; pero, ¿sabías que también existe la Josefología?

San José ha sido una figura de interés teológico durante siglos. Sin embargo, a partir del siglo XX algunas personas empezaron a recoger opiniones de la Iglesia acerca de él y lo convirtieron en una subdisciplina. 

En la década de 1950, se abrieron tres centros dedicados al estudio de San José: en España, Italia y Canadá.

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Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en ChurchPOP.

EL PAPA FRANCISCO RECUERDA QUE SATANÁS EXISTE Y QUE JESÚS LO DERROTÓ


El Papa recuerda que Satanás existe y que Jesús lo derrotó
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



Frente a aquellos que niegan la existencia del diablo, el Papa Francisco recordó que el mismo Jesús, como narran los Evangelios, lo enfrentó en el desierto, “pero Jesús rechazó toda tentación y salió victorioso”.

El Santo Padre, durante la Audiencia General de este miércoles 1 de mayo, fiesta de San José, explicó que la vida pública de Jesús comenzó “con la tentación que viene de Satanás. Satanás estaba presente allí. Mucha gente que dice: ‘Pero por qué hablar del diablo, que es una cosa antigua, el diablo no existe’. No, mira lo que te enseña el Evangelio: Jesús se enfrentó al diablo. Fue tentado por Satanás”.

En su catequesis, el Papa continuó con sus enseñanzas sobre el Padre Nuestro. En concreto, se centró en la petición “no nos dejes caer en la tentación”.

Francisco explicó que este pedido “excluye que sea Dios el protagonista de las tentaciones que dificultan el camino del hombre. Como si Dios estuviese esperando para tender trampas y poner obstáculos a sus hijos”.

El Papa subrayó: “No lo olvidemos, el Padre Nuestro comienza diciendo ‘Padre’, y un padre no le hace trampas a los hijos”.


“Una interpretación de este tipo”, explicó, “contrasta sobre todo con el mismo texto, y aleja de la imagen de Dios que Jesús nos ha revelado”. Señaló que “los cristianos no tienen que tratar con un Dios envidioso en competición con el hombre, o que se divierta poniéndolo a prueba. Esas son las imágenes de muchas divinidades paganas”.

El Papa insistió: “El Padre no es el autor del mal, a ningún hijo que pida un pescado le da una serpiente, y cuando el mal se cruza en la vida del hombre, lo combate a su lado, para que pueda ser liberado”. Dios es “un Dios que siempre combate por nosotros, no contra nosotros. Es el Padre”.

“Estos dos momentos, la prueba y la tentación, se han presentado misteriosamente en la vida misma de Jesús. Con esa experiencia, el Hijo de Dios se hizo completamente hermano nuestro, de una manera que roza el escándalo”.

De hecho, “Dios no nos ha dejado solos, sino que, en Jesús, Él se manifiesta como el ‘Dios con nosotros’ hasta las últimas consecuencias”.

Dio “está con nosotros cuando nos da la vida, está con nosotros durante la vida, está con nosotros en la alegría, está con nosotros en las pruebas, está con nosotros en las tristezas, está con nosotros en la caída, cuando pecamos, pero siempre con nosotros. Porque es padre y no puede abandonarnos”.

“Si se nos tienta a hacer el mal, negando la fraternidad con los demás, deseando un poder absoluto sobre todo y todos, Jesús ya ha combatido por nosotros esa tentación”.


Sin embargo, “incluso en el momento de la prueba suprema Dios no nos deja solos. Cuando Jesús se retira a rezar en Getsemaní, su corazón es invadido por una angustia indescriptible, y experimenta la soledad y el abandono. Solo, con la responsabilidad de todos los pecados del mundo sobre la espalda. Solo. Con una angustia indescriptible”.

En aquella noche, “Jesús, que nunca mendiga amor para sí mismo, en cambio, en aquella noche siente su alma triste hasta la muerte y, entonces, pide la cercanía de sus amigos”.

Pero los discípulos, los amigos de Jesús se quedan dormidos. “En el momento de la agonía, Dios pide al hombre que no lo abandone, y en cambio el hombre se duerme”.

Por el contrario, “en los momentos en los que el hombre experimenta la prueba, Dios permanece en vigilia. En los peores momentos de nuestra vida, en los momentos de más sufrimiento, de mayor angustia, Dios permanece en vigilia con nosotros, Dios lucha con nosotros. Siempre cercano a nosotros. ¿Por qué? Porque es Padre. Un padre no abandona a sus hijos”.

El Papa finalizó su catequesis recordando que “nuestro consuelo ante la prueba es saber que, desde que Jesús lo atravesó, aquel valle ya no está desolado, sino bendecido por la presencia del Hijo de Dios. Él no nos abandonará jamás”.

TRABAJAR POR AMOR

Trabajar por amor
La ocupación profesional tiene una relación directa con la felicidad cuando nace y se ordena al amor


Por: J. López | Fuente: opusdei.es 




El hombre no debe limitarse a hacer cosas, a construir objetos. El trabajo nace del amor, manifiesta el amor, se ordena al amor [1] . Al leer estas palabras de san Josemaría, es posible que dentro de nuestras almas surjan algunas preguntas que den paso a un diálogo sincero con Dios: ¿para qué trabajo?, ¿cómo es mi trabajo?, ¿qué pretendo o qué busco con mi labor profesional? Es la hora de recordar que el fin de nuestra vida no es hacer cosas sino amar a Dios. La santidad no consiste en hacer cosas cada día más difíciles, sino en hacerlas cada día con más amor [2] .

Mucha gente trabaja -y trabaja mucho-, pero no santifica su trabajo. Hacen cosas, construyen objetos, buscan resultados, por sentido del deber, por ganar dinero, o por ambición; unas veces triunfan y otras fracasan; se alegran o se entristecen; sienten interés y pasión por su tarea, o bien, decepción y hastío; tienen satisfacciones junto con inquietudes, temores y preocupaciones; unos se dejan llevar por la inclinación a la actividad, otros por la pereza; unos se cansan, otros procuran evitar a toda costa el cansancio...

Todo esto tiene un punto en común: pertenece a un mismo plano, el plano de la naturaleza humana herida por las consecuencias del pecado, con sus conflictos y contrastes, como un laberinto en el que el hombre que vive según la carne , en palabras de san Pablo - el animalis homo -, deambula, atrapado en un ir de aquí para allá, sin encontrar el camino de la libertad y su sentido.

Ese camino y ese sentido sólo se descubren cuando se levanta la mirada y se contempla la vida y el trabajo en esta tierra con la luz de Dios que ve desde de lo alto. La gente -escribe san Josemaría en Camino - tiene una visión plana, pegada a la tierra, de dos dimensiones. -Cuando vivas vida sobrenatural obtendrás de Dios la tercera dimensión: la altura, y, con ella, el relieve, el peso y el volumen [3] .

El trabajo nace del amor





¿Qué significa entonces, para un cristiano, que el trabajo nace del amor, manifiesta el amor, se ordena al amor? [4] . Primero conviene considerar a qué amor se refiere san Josemaría. Hay un amor llamado de concupiscencia , cuando se ama algo para satisfacer el propio gusto sensible o el deseo de placer ( concupiscentia ). No es éste el amor del que nace, en último término, el trabajo de un hijo de Dios, aunque muchas veces trabaje con gusto y le apasione su tarea profesional.

Un cristiano no ha de trabajar solo o principalmente cuando tenga ganas, o le vayan las cosas bien. El trabajo de un cristiano nace de otro amor más alto: el amor de benevolencia , cuando directamente se quiere el bien de otra persona ( benevolentia ), no ya el propio interés. Si el amor de benevolencia es mutuo se llama amor de amistad [5] , mayor cuanto se está dispuesto no sólo a dar algo por el bien de un amigo, sino a entregarse uno mismo: Nadie tiene amor más grande que el de dar uno la vida por sus amigos [6] .

Los cristianos podemos amar a Dios con amor de amistad sobrenatural, porque Él nos ha hecho hijos suyos y quiere que le tratemos con confianza filial, y veamos en los demás hijos suyos a hermanos nuestros. A este amor se refiere el Fundador del Opus Dei cuando escribe que el trabajo nace del amor : es el amor de los hijos de Dios, el amor sobrenatural a Dios y a los demás por Dios: la caridad que ha sido derramada en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado [7].

Querer el bien de una persona no lleva a complacer siempre su voluntad. Puede ocurrir que lo que quiere no sea un bien, como sucede muy a menudo a las madres, que no dan a sus hijos todo lo que piden, si les puede hacer daño. En cambio, amar a Dios es siempre querer su Voluntad, porque la Voluntad de Dios es el bien.

Por eso, para un cristiano, el trabajo nace del amor a Dios, ya que el amor filial nos lleva a querer cumplir su Voluntad, y la Voluntad divina es que trabajemos [8] . Decía san Josemaría que por amor a Dios quería trabajar como un borrico de noria [9] . Y Dios ha bendecido su generosidad derramando copiosamente su gracia que ha dado innumerables frutos de santidad en todo el mundo.



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Vale la pena, por tanto, que nos preguntemos con frecuencia por qué trabajamos. ¿Por amor a Dios o por amor propio? Puede parecer que existen otras posibilidades, por ejemplo, que se puede trabajar por necesidad. Esto indica no ir al fondo en el examen, porque la necesidad no es la respuesta última.

También hay que alimentarse por necesidad, para vivir, pero ¿para qué queremos vivir, para la gloria de Dios , como exhorta san Pablo [10] , o para la propia gloria? Pues para eso mismo nos alimentamos y trabajamos. Es la pregunta radical, la que llega al fundamento. No hay más alternativas. Quien se examina sinceramente, pidiendo luces a Dios, descubre con claridad dónde tiene puesto en último término su corazón al realizar las tareas profesionales. Y el Señor le concederá también su gracia para decidirse a purificarlo y dar todo el fruto de amor que Él espera de los talentos que le ha confiado.

El trabajo manifiesta el amor

El trabajo de un cristiano manifiesta el amor, no sólo porque el amor a Dios lleva a trabajar, como hemos considerado, sino porque lleva a trabajar bien, pues así lo quiere Dios. El trabajo humano es, en efecto, participación de su obra creadora [11] , y Él -que ha creado todo por Amor- ha querido que sus obras fueran perfectas: Dei perfecta sunt opera [12] , y que nosotros imitemos su modo de obrar.

Modelo perfecto del trabajo humano es el trabajo de Cristo, de quien dice el Evangelio que todo lo hizo bien [13] . Estas palabras de alabanza, que brotaban espontáneas al contemplar sus milagros, obrados en virtud de su divinidad, pueden aplicarse también -así lo hace san Josemaría- al trabajo en el taller de Nazaret, realizado en virtud de su humanidad. Era un trabajo cumplido por Amor al Padre y a nosotros. Un trabajo que manifestaba ese Amor por la perfección con que estaba hecho. No sólo perfección técnica sino fundamentalmente perfección humana: perfección de todas las virtudes que el amor logra poner en ejercicio dándoles un tono inconfundible: el tono de la felicidad de un corazón lleno de Amor que arde con el deseo de entregar la vida.

La tarea profesional de un cristiano manifiesta el amor a Dios cuando está bien hecha. No significa que el resultado salga bien, sino que se ha intentado hacer del mejor modo posible, poniendo los medios disponibles en las circunstancias concretas.

Entre el trabajo de una persona que obra por amor propio, y el de esa misma persona, si comienza a trabajar por amor a Dios y a los demás por Dios, hay tanta diferencia como entre el sacrificio de Caín y el de Abel. Éste último trabajó para ofrecer lo mejor a Dios, y su ofrenda fue agradable al Cielo. De nosotros espera otro tanto el Señor.

Para un católico, trabajar no es cumplir, ¡es amar!: excederse gustosamente, y siempre, en el deber y en el sacrificio [14] . Realizad pues vuestro trabajo sabiendo que Dios lo contempla: laborem manuum mearum respexit Deus ( Gn 31, 42). Ha de ser la nuestra, por tanto, tarea santa y digna de Él: no sólo acabada hasta el detalle, sino llevada a cabo con rectitud moral, con hombría de bien, con nobleza, con lealtad, con justicia [15] . Entonces, el trabajo profesional no solo es recto y santo sino que se convierte en oración [16] .

Al trabajar por amor a Dios, la actividad profesional manifiesta de un modo u otro ese amor. Es muy probable que una simple mirada a varias personas que estén realizando la misma actividad, no sea suficiente para captar el motivo por el que la realizan. Pero si se pudiera observar con más detalle y atención el conjunto de la conducta en el trabajo -no sólo los aspectos técnicos, sino también las relaciones humanas con los demás colegas, el espíritu de servicio, el modo de vivir la lealtad, la alegría y las demás virtudes-, sería difícil que pasara inadvertido, si efectivamente existe en alguno de ellos, el bonus odor Christi [17] , el aroma del amor de Cristo que informa su trabajo.

Al final de los tiempos -enseña Jesús- dos estarán en el campo: uno será tomado y el otro dejado. Dos mujeres estarán moliendo en el molino: una será tomada y la otra dejada [18] . Realizaban el mismo trabajo, pero no del mismo modo: uno era agradable a Dios y el otro no.

Sin embargo, muchas veces el entorno materialista nos puede hacer olvidar que estamos llamados a la vida eterna y pensamos únicamente en los bienes inmediatos. Por este motivo afirma san Josemaría: trabajad cara a Dios, sin ambicionar gloria humana. Algunos ven en el trabajo un medio para conquistar honores, o para adquirir poder o riqueza que satisfaga su ambición personal, o para sentir el orgullo de la propia capacidad de obrar [19] .

En un clima así, ¿cómo no se va a notar que se trabaja por amor a Dios? ¿Cómo va a pasar inadvertida la justicia informada por la caridad, y no simplemente la justicia dura y seca; o la honradez ante Dios, no ya la honradez interesada, ante los hombres; o la ayuda, el favor, el servicio a los demás, por amor a Dios, no por cálculo...?

Si el trabajo no manifiesta el amor a Dios, quizá es que se está apagando el fuego del amor. Si no se nota el calor, si después de un cierto tiempo de trato diario con los colegas de profesión, no saben si tienen a su lado un cristiano cabal o solo un hombre decente y cumplidor, entonces quizá es que la sal se ha vuelto insípida [20] . El amor a Dios no necesita etiquetas para darse a conocer. Es contagioso, es difusivo de por sí como el mayor de los bienes. ¿Manifiesta mi trabajo el amor a Dios? ¡Cuánta oración puede manar de esta pregunta!

El trabajo se ordena al amor

Un trabajo realizado por amor y con amor, es un trabajo que se ordena al amor: al crecimiento del amor en quien lo realiza, al crecimiento de la caridad, esencia de la santidad, esencia de la perfección humana y sobrenatural de un hijo de Dios. Un trabajo, por tanto, que nos santifica.

Santificarse en el trabajo no es otra cosa que dejarse santificar por el Espíritu Santo, Amor subsistente intratrinitario que habita en nuestra alma en gracia, y nos infunde la caridad. Es cooperar con Él poniendo en práctica el amor que derrama en nuestros corazones al ejercer la tarea profesional. Porque si somos dóciles a su acción, si obramos por amor en el trabajo, el Paráclito nos santifica: acrecienta la caridad, la capacidad de amar y de tener una vida contemplativa cada vez más honda y continua.

Que el trabajo se ordena al amor, y por tanto a nuestra santificación, significa igualmente que nos perfecciona: que se ordena a nuestra identificación con Cristo, perfectus Deus, perfectus homo [21] ,perfecto Dios y perfecto hombre. Trabajar por amor a Dios y a los demás por Dios reclama poner en ejercicio las virtudes cristianas. Ante todo la fe y la esperanza, a las que la caridad presupone y vivifica. Y después las virtudes humanas, a través de las cuales obra y se despliega la caridad. La tarea profesional ha de ser una palestra donde se ejercitan las más variadas virtudes humanas y sobrenaturales: la laboriosidad, el orden, el aprovechamiento del tiempo, la fortaleza para rematar la faena, el cuidado de las cosas pequeñas...; y tantos detalles de atención a los demás, que son manifestaciones de una caridad sincera y delicada [22] . La práctica de las virtudes humanas es imprescindible para ser contemplativos en medio del mundo, y concretamente para transformar el trabajo profesional en oración y ofrenda agradable a Dios, medio y ocasión de vida contemplativa.

Contemplo porque trabajo; y trabajo porque contemplo [23] , comentaba san Josemaría en una ocasión. El amor y el conocimiento de Dios -la contemplación- le llevaban a trabajar, y por eso afirma: trabajo porque contemplo . Y ese trabajo se convertía en medio de santificación y de contemplación: contemplo porque trabajo .

Es como un movimiento circular -de la contemplación al trabajo, y del trabajo a la contemplación- que se va estrechando cada vez más en torno a su centro, Cristo, que nos atrae hacia sí atrayendo con nosotros todas las cosas, para que por Él, con Él y en Él sea dado todo honor y toda gloria a Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo [24] .

La realidad de que el trabajo de un hijo de Dios se ordena al amor y por eso le santifica, es el motivo profundo de que no se pueda hablar, bajo la perspectiva de la santidad -que en definitiva es la que cuenta-, de profesiones de mayor o de menor categoría.

La dignidad del trabajo está fundada en el Amor [25] . Todos los trabajos pueden tener la misma calidad sobrenatural: no hay tareas grandes o pequeñas; todas son grandes, si se hacen por amor. Las que se tienen como tareas grandes se empequeñecen, cuando se pierde el sentido cristiano de la vida [26] .

Si falta la caridad, el trabajo pierde su valor ante Dios, por brillante que resulte ante los hombres. Aunque conociera todos los misterios y toda la ciencia,... si no tengo caridad, nada soy [27] , escribe san Pablo. Lo que importa es el empeño para hacer a lo divino las cosas humanas, grandes o pequeñas, porque por el Amor todas adquieren una nueva dimensión [28] .

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[1] San Josemaría, Es Cristo que pasa , n. 48.

[2] San Josemaría, Apuntes de la predicación (AGP, P10, n. 25), cit. por Ernst Burkhart y Javier López, Vida Cotidiana y santidad en la enseñanza de san Josemaría , Rialp, Madrid 2013, vol. II, p. 295.

[3] San Josemaría, Camino , n. 279.

[4] San Josemaría, Es Cristo que pasa , n. 48.

[5] Cfr. Santo Tomás , S.Th . II-II, q. 23, a. 1, c.

[6] Jn 15, 13.

[7] Rm 5, 5.

[8] Cfr. Gn 2, 15; 3, 23; Mc 6, 3; 2 Ts 3, 6-12.

[9] Cfr. San Josemaría, Camino, n. 998.

[10] Cfr. 1 Cor 10, 31.

[11] Juan Pablo II, Litt. Enc. Laborem exercens , 14-IX-1981, n. 25; Catecismo de la Iglesia Católica , n. 2460.

[12] Dt 32, 4 (Vg). Cfr. Gn 1, 10, 12, 18, 21, 25, 31. Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica , n. 302.

[13] Mc 7, 37.

[14] San Josemaría, Surco , n. 527.

[15] San Josemaría, Carta 15-X-1948, n. 26, cit. por Ernst Burkhart y Javier López, Vida Cotidiana y santidad en la enseñanza de san Josemaría , Rialp, Madrid 2013, vol. III, p. 183.

[16] Cfr. San Josemaría, A migos de Dios , n. 65.

[17] 2 Cor 2, 15.

[18] Mt 24, 40-41.

[19] San Josemaría, Carta 15-X-1948, n. 18, cit. por Ernst Burkhart y Javier López, Vida Cotidiana y santidad en la enseñanza de san Josemaría , Rialp, Madrid 2013, vol. III, pp. 193-194.

[20] Cfr. Mt 5, 13.

[21] Símbolo atanasiano.

[22] Mons. Javier Echevarría, Carta pastoral, 4-VII-2002, n. 13.

[23] San Josemaría, Apuntes de la predicación, 2-XI-1964 (AGP, P01 IX-1967, p. 11), cit. por Ernst Burkhart y Javier López, Vida Cotidiana y santidad en la enseñanza de san Josemaría , Rialp, Madrid 2013, vol. III, p 197.

[24] Misal Romano , conclusión de la Plegaria Eucarística.

[25] San Josemaría, Es Cristo que pasa , n. 48.

[26] San Josemaría, Conversaciones , n. 109.

[27] 1 Cor 13, 2.

[28] San Josemaría, Es Cristo que pasa , n. 60.

HOY ES LA FIESTA DE SAN JOSÉ OBRERO, PATRONO DE LOS TRABAJADORES, 1 DE MAYO

Hoy es la fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores
Redacción ACI Prensa
¡Feliz Fiesta de San José Obrero!




El 1 de mayo la Iglesia celebra la Fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores, fecha que coincide con el Día Mundial del Trabajo. Esta celebración litúrgica fue instituida en 1955 por el Siervo de Dios, Papa Pío XII, ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

El Santo Padre pidió en esa oportunidad que “el humilde obrero de Nazaret, además de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sea también el próvido guardián de vosotros y de vuestras familias”.


Pío XII quiso que el Santo Custodio de la Sagrada Familia, “sea para todos los obreros del mundo, especial protector ante Dios, y escudo para tutela y defensa en las penalidades y en los riesgos del trabajo”.

Por su parte, San Juan Pablo II en su encíclica a los trabajadores “Laborem exercens” destacó que “mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido ‘se hace más hombre’”.

Posteriormente, en el Jubileo de los Trabajadores en el 2000, el Papa de la Familia dijo: “Queridos trabajadores, empresarios, cooperadores, agentes financieros y comerciantes, unid vuestros brazos, vuestra mente y vuestro corazón para contribuir a construir una sociedad que respete al hombre y su trabajo”.

“El hombre vale más por lo que es que por lo que tiene. Cuanto se realiza al servicio de una justicia mayor, de una fraternidad más vasta y de un orden más humano en las relaciones sociales, cuenta más que cualquier tipo de progreso en el campo técnico”, añadió”.

FELIZ DÍA DE SAN JOSÉ OBRERO!! 1 DE MAYO






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