sábado, 19 de octubre de 2013

CÓMO ANIMAR A UN PACIENTE DE CÁNCER



Cómo animar a un paciente de cáncer

Una persona que vive con cáncer debe sentir que las personas de su alrededor no le rechazarán por su enfermedad. La enfermedad y la muerte son temas difíciles de entender para nosotros porque es emocionalmente un territorio desconocido para la mayoría de la gente.

 La capacidad de lidiar con sus sentimientos inciertos con un sentido del humor, la compasión y la gracia ayudará a la víctima de cáncer a manejar sus propias reacciones y emociones y eso afectará a sus posibilidades de superar la enfermedad. Por lo tanto animar a un enfermo de cáncer es básico para que supere la enfermedad.


Instrucciones

1.- Sea consciente de la gravedad de la enfermedad del paciente con cáncer. Es importante saber si el paciente tiene posibilidades de superar el cáncer o si tiene una enfermedad terminal. Enfoque su atención y consideración en la relación con el pronóstico del paciente. No ayude a un paciente terminal dándole falsas esperanzas con sentimientos de "mejorar" cuando el cáncer está avanzado y es incurable.

2.- Un paciente con cáncer agradecerá mucho los regalos o detalles emotivos que le reconforten, mantas hechas a mano, música seleccionada, libros, cómics, etc. Compre ropa de cama para el paciente que haga que se sienta más cerca de sus seres queridos en momentos difíciles. Lleve calzado o calcetines para los pies para ayudar a regular la temperatura. Los pacientes de cáncer suelen desarrollar escalofríos debido a la quimioterapia. Regalar una gorra para los pacientes que han perdido el pelo también es un buen detalle.

3.- Si el/la paciente es religiosa es importante que la acompañe en sus oraciones y a la iglesia. Si no es religiosa, pase tiempo con el paciente leyendo poesía y ensayos. Asegúrese de que los libros y actividades sean compatibles con las creencias de la persona y que el paciente quiere tener estas actividades. De al paciente sus libros favoritos para mantenerlo reconfortado cuando esté solo.

4.- Pase tiempo con los pacientes con cáncer, independientemente de su pronóstico. El tiempo es la cosa más preciosa que un paciente de cáncer tiene después de su diagnóstico. Traiga a los miembros de la familia a visitar el enfermo de cáncer si las fuerzas de la persona lo permiten y de acuerdo a la reglas de los hospitales. Tómese el tiempo necesario para disfrutar de su compañía al hablar de las cosas cotidianas, por ejemplo, cómo está la familia o que hacen los vecinos.

5.- Tenga cuidado al hablar del futuro con los que tienen cáncer en fase terminal. Hable sobre el futuro tranquilizando a los pacientes terminales que los familiares y amigos serán atendidos cuando el paciente no este.

6.- Si el paciente se siente cómodo compartiendo recuerdos, pase el tiempo mirando las fotografías de familiares y amigos. Compile un libro de recuerdos de la vida del paciente si la persona desea revisar su vida, las relaciones y los logros.

7.- Comportase con naturalidad y hablando con naturalidad de la enfermedad. Animar a un enfermo de cáncer empieza por estar animado uno mismo.

ORACIÓN POR LOS ENFERMOS DE CÁNCER


ORACIÓN POR LOS ENFERMOS DE CÁNCER


Señor, en tus santísimas manos ponemos a todas esas personas que en este momento están sufriendo por causa del cáncer para que con tus manos santas calmes esos dolores agónicos y si es tu voluntad de que lleguen a ti recibelos en tus brazos compartiendo con ellos tu santísima gloria, y si tu voluntad es que sigan disfrutando de la vida dales la fortaleza para salir delante de esta terrible enfermedad, te lo pedimos en nombre de tu hijo santisimo Jesucristo. Amén.


CON JESÚS...


EL EVANGELIO DE HOY: 19.10.2013

Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
El Espíritu Santo les enseñará
Lucas 12, 8-12. Tiempo Ordinario. El sufrimiento, es pasajero, y el haberlo sufrido con amor es el sello más hermoso para el alma.
 
El Espíritu Santo les enseñará
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 8-12


«Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios. Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. «A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir».

Oración introductoria

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Petición

Dame la gracia, Señor, de una entrega total de mi vida, sin cálculo ni interés humano, con una confianza sin reservas en Dios.

Meditación del Papa Francisco

Pero, ¿quién es el Espíritu Santo? En el Credo profesamos con fe: "Creo en el Espíritu Santo que es Señor y da la vida". La primera verdad a la que nos adherimos en el Credo es que el Espíritu Santo es "Kyrios", Señor. Esto significa que Él es verdaderamente Dios como lo es el Padre y el Hijo, objeto, por nuestra parte, del mismo acto de adoración y glorificación que dirigimos al Padre y al Hijo. El Espíritu Santo, en efecto, es la tercera Persona de la Santísima Trinidad; es el gran don de Cristo Resucitado que abre nuestra mente y nuestro corazón a la fe en Jesús como Hijo enviado por el Padre y que nos guía a la amistad, a la comunión con Dios.
Pero quisiera detenerme sobre todo en el hecho de que el Espíritu Santo es el manantial inagotable de la vida de Dios en nosotros. El hombre de todos los tiempos y de todos los lugares desea una vida plena y bella, justa y buena, una vida que no esté amenazada por la muerte, sino que madure y crezca hasta su plenitud. (S.S. Francisco, 8 de mayo de 2013).

Reflexión

Dar testimonio de Cristo es arriesgado y lleva muchas veces al martirio, como Cristo anuncia en el evangelio, pero no hay que olvidar la otra cara de la moneda; que si Cristo nos invita a dar testimonio de Él ante los hombres es porque sabe que el mundo está deseando que alguien le anuncie la palabra.

Cristo nos habla de dar testimonio de Él ante los hombres y luego habla del martirio. Está profetizando lo que será la vida de la Iglesia durante los veinte siglos de su existencia, desde la muerte de San Esteban, hasta la última monja asesinada en China por atreverse a predicar el Evangelio. En el mundo moderno, que tanto alardea de comprensión y tolerancia, la Iglesia sigue ofreciendo a Cristo la sangre caliente y enamorada de quienes no temen morir por él.

El siglo XX fue el de los millones -sí, sí, millones- de mártires, los del comunismo en Asia, Europa oriental y España; los del nazismo, o los del simple odio a Dios en la guerra cristera de México o del extremismo musulmán en África. Puede que a nosotros no se nos presente esta ocasión en nuestra vida, ni que el Señor nos pida esta muestra de amor. Pero sí nos pide el martirio que puede suponer día tras día levantarse a la primera y a la misma hora, sonreír cada jornada a esta persona que podemos llegar a no soportar, el callarnos por dentro cada vez que nos venga un juicio negativo sobre esa persona, el seguir poniendo nuestro cariño a pesar de no recibir nada a cambio, el no abandonar el trabajo estipulado por cansancio...y tantas cosas, que son pequeñas espinas que podemos ofrecer a Dios, pequeños martirios que hacen de nosotros «otros cristos» y que son manifestaciones de amor a Dios.

Conscientes de que el sufrimiento, por grande que sea es pasajero, y el haber sufrido no, el haber sufrido con amor es el sello más hermoso para el alma. No podemos olvidar, que el dolor siempre tiene que estar cargado de esperanza, la cruz por la cruz es inútil, y no lleva más que a la desesperación. Jesús sufrió como nadie, pero resucitó y su sufrimiento no fue inútil, ni estático. Se produjo en un periodo de tiempo limitado, y la respuesta a ese dolor fue la resurrección, el mayor milagro que se ha dado y se dará en toda la eternidad. Por eso, nuestro dolor es efectivo y a parte de producirnos la salvación podemos arrancar del Señor grandes gracias y milagros para nosotros y para nuestros hermanos los hombres.

Propósito

Contestar a llamamiento de Jesús con acciones concretas, a amarlo sobre todas las cosas y a servirle en los hermanos.

Diálogo con Cristo 

Frecuentemente resulta difícil manifestar o defender la propia fe frente a los demás. Un falso respeto humano paraliza y lleva al terrible pecado de la omisión. Reconozco, Señor, mis debilidades y suplico tu gracia pero saber ser fiel a las inspiraciones del Espíritu Santo. 
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