lunes, 15 de mayo de 2017

DEJO EN TUS MANOS


Dejo en tus manos…



Confiar en Dios, es depositar toda nuestra fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre” (salmo 131). Y confiar sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles. Una oración del P. V. Fernández.

Te entrego, Señor, todo lo que tengo y todo lo que estoy viviendo. Te doy gracias por lo que me estás regalando y lo disfruto con gozo. Pero desde ya lo dejo en tus manos para que acabe cuando tenga que acabar. Te proclamo a ti, Jesús, como único Señor, dueño de todas mis cosas, de todo lo que vivo, rey de todo lo que soy y de todo mi futuro. Te declaro Señor de todos mis afectos, de mis deseos, de mis relaciones. Sé que me darás la felicidad que necesito porque confío en tu amor, pero me la darás a tu modo, como sea mejor para mí. En ti deposito toda la confianza de mi corazón. Amén.

En los salmos se declara dichoso al hombre que busca refugio en Dios cuando llegan las tribulaciones y calamidades de la vida: “Dichoso el hombre que ha puesto en Dios toda su confianza, porque no quedará defraudado”. Los hombres fallan y desilusionan, Dios no. Que él te conceda abandonarte en sus brazos junto con tus cosas y seres queridos.


* Enviado por el P. Natalio

TEMPLOS DE DIOS


Templos de Dios
El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho.


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer 




Jesús le respondió: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras.Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho. Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: "Me voy y volveré a vosotros. "Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.

Reflexión
1. El hombre pascual, el hombre nuevo, que hemos de llegar a ser es un hombre muy unido y vinculado con Cristo, nuestro Señor resucitado. Tiene una fe auténtica y fuerte en Él, un amor profundo a Él. Y este amor, esta unión con Cristo debe manifestarse en la vida de cada uno. Es lo que nos recuerda el Evangelio de hoy: “El que me ama guardará mi palabra. Y el que no me ama no guardará mi palabra”.

2. Si buscamos a Jesucristo en nuestra vida, Él se nos hace presente, principalmente, bajo tres formas, solía explicarnos el Padre José Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt:

? Primero, Él es el Dios de la historia y de la vida: está presente y actuando en la historia de la humanidad, de los pueblos y de cada individuo. Y está presente en todas las cosas y en todos los acontecimientos de la vida concreta.
? Además, Él es el Dios de los altares: está presente en cada tabernáculo, está actuando en los sacramentos.
? Y, por último, Él es el Dios de los corazones humanos: está presente en nuestras almas y en las almas de los cristianos.

3. Esta presencia de Dios en nuestros corazones la promete Jesús en el Evangelio de hoy: “El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.”

De modo que mi alma es un templo de Dios. Cristo mismo quiere ser el Rey, el Señor de mi corazón. Por eso, tengo que echar afuera cualquier otro dueño, p.ej. el egoísmo, el dinero, el poder, el placer... Porque Cristo quiere tomar en sus manos, definitivamente, el destino de mi vida. Es como si mi vida fuese parte de la suya. Tal como Cristo piensa y siente, tal como vive, sufre y se alegra, así he de vivir yo que soy templo vivo de Él.

Es el camino de asemejarme cada día un poco más a Él, de dejarme transformar en Él. Así podré alcanzar, algún día, la plenitud del hombre divinizado, tal como San Pablo cuando decía: “No soy yo quien vivo, sino es Cristo quien vive en mi” (Gal 2 20) Será la victoria de lo divino sobre mi naturaleza humana.

Los Padres de la Iglesia decían que cada cristiano debe ser otro Cristo, es decir, Cristo continuado. Por nuestra vida debemos manifestar, cómo Él habría vivido en nuestro tiempo. Por nuestra vida debemos prolongar y continuar la vida de Jesús.

Él no vivió más que una sola vida humana, una vida breve de 33 años. Después de su Ascensión, Él ya no tiene otra aparición posible que la nuestra. El único rostro que Él puede mostrar a nuestros contemporáneos, es el nuestro, el de los cristianos auténticos. El mundo actual no se convertirá nunca a Dios, si no encuentra en nosotros, en nuestra vida cristiana, un signo y testimonio de la presencia del Señor.

Algo semejante podemos decir en relación a la Virgen María. Todos nosotros y especialmente cada mujer ha de encarnar y hacer presente a la Sma. Virgen en el mundo de hoy. Como decía el Padre Kentenich: Cada mujer debe ser una pequeña María, debe ser su instrumento y reflejo, para que también nuestro tiempo pueda conocer y encontrarse de nuevo con Ella.

4. La promesa de Cristo en el Evangelio de hoy trae además otra consecuencia importante para mi vida cristiana. Porque Él vive no solo en mi propio corazón, sino también cada cristiano es un templo vivo de Él. De modo que debo ver a Jesús en cada hermano. Debo tratarlo como al señor mismo: con amor, cariño y, sobre todo, con mucho respeto.

El amor encierra en sí, siempre un doble elemento: un donarse y un reservarse, un amarse y un respetarse. Hoy en día el respeto es más necesario aún que el amor. El respeto es el eje del mundo.

A nosotros nos parece que nos rodean sólo hombres, hombres llenos de defectos y limitaciones. Y en verdad es Cristo mismo quien está en cada uno de ellos, aunque no lo reconozcamos.

¿Qué mujer cree que va a encontrar a Dios en su marido? No es posible; lo conoce demasiado bien, sabe lo que vale y la que no vale. ¿Y qué marido reconoce a Dios en su esposa? ¿Y qué padre, en sus hijos? ¿Y qué hijo, en sus padres?

Sin embargo, el juicio final se basará en nuestra conducta para con los hermanos - de modo que Jesús se identificará completamente con ellos. Como indica el Evangelio de San Mateo, Él va a decir a los elegidos:
“En verdad os digo que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos, conmigo lo hicisteis”. Y a los condenados va a decir: “En verdad os digo que cuando no lo hicisteis con uno de estos mis hermanos, tampoco conmigo lo hicisteis” (25,40).

5. La morada más preciosa y perfecta de Dios es la Sma. Virgen María. Ella nos revela el mismo rostro de su Hijo Jesús. Junto con Él es el prototipo del hombre pascual que todos hemos de llegar a ser.

Queridos hermanos, pidámosle por eso a María, que nos eduque para que seamos más y más semejantes a Ella: verdaderos templos de Dios, testigos y portadores de Cristo para nuestro tiempo.

¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Padre Nicolás Schwizer
Instituto de los Padres de Schoenstatt

NOVENA A MARÍA AUXILIADORA, DEL 15 AL 23 DE MAYO


Hoy 15 de mayo se inicia la Novena a María Auxiliadora


 (ACI).- “Nuestra Madre, concede grandes favores a los que hacen bien su novena”, solía decir Don Bosco. El Santo siempre contaba a los jóvenes sobre los muchos favores que él y otros hermanos obtenían con esta oración a María Auxiliadora y que la Iglesia reza del 15 al 23 de mayo.

Cierto día San Juan Bosco recibió en la sacristía a un Señor que le entregó una limosna, pidiendo que rezara por él y que pregonara por todo el mundo las maravillas que el Señor hace a través de su Madre.

El hombre le contó que tenía un hijo único de cuatro años que cayó enfermo, sin esperanza de curación. Él lloraba mucho y un amigo le sugirió hacer una novena a la Auxiliadora con la promesa de entregar un donativo a la Iglesia construida bajo esta advocación.

Así lo hizo y a la mitad de la novena su hijo quedó fuera de peligro.

Según la tradición salesiana, esta es la novena que difundió Don Bosco:

1. Rezar durante nueve días seguidos tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias con la jaculatoria "Sea alabado en todo momento el Santísimo Sacramento", y tres Salves con la jaculatoria "María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros".

2. Acercarse a los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.

3. Ofrecer una limosna o el propio trabajo personal para sostener obras de apostolado, de preferencia aquellas en favor de los jóvenes.


Novena a María Auxiliadora y Novena de la Confianza
La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora. 
Del 15 al 24 de mayo




El primero que llamó a la Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: " Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios".

San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: "María Auxiliadora , rogad por nosotros". Y repite: la virgen es "auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación".

En el año 1572, el Papa San Pío V ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación " María Auxiliadora, rogad, por nosotros", porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de lepanto a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.

En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de "Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo. Pero será exactamente en 1862, en plena madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva: Auxiliadora. "La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".

En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.




Primer Día de la Novena a María Auxiliadora
15 de Mayo

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA HUMILDAD

¡Oh Soberana Señora del Cielo y poderosa Auxiliadora de los cristianos!, por aquella profundísima humildad con que fuiste a servir a Santa Isabel siendo ya, realmente, Madre de Dios, ayúdame a copiar y grabar en mi alma tan bella virtud y a conseguir de tu Divino Hijo la gracia que te pido... Las culpas que he cometido, mis infidelidades y malas tendencias, la incertidumbre de perseverar en la amistad de Dios, no son, por desgracia, suficientes motivos para inspirarme un bajo concepto de mí mismo; pero Tú ayúdame, oh Madre, y haz que siendo pospuesto, no me resienta; olvidado, me goce; alabado, no me ensoberbezca; a fin de que pueda obtener lo que te imploro, representarte dignamente en la tierra y ser tu corona en el Cielo. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifestaste como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARÍA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUÉSTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, ...



Segundo Día de la Novena a María Auxiliadora
16 de Mayo

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA PACIENCIA

¡Oh dulcísima Auxiliadora!, que por nuestra salvación sufriste al pie de la Cruz angustias mortales, concédeme la gracia que te pido... y dígnate hablar a mi alma el lenguaje del amor y del sacrificio. Ya lo ves, oh Madre, por pequeño que sea todo trabajo me espanta; la más leve aflicción me fastidia, y casi me resisto a persuadirme de que la paciencia nos es a todos necesaria y de que sólo por el camino de la tribulación se va al Paraíso.— ¡Ah! querida Madre mía, infunde en mi alma una viva compasión por tus dolores, y ayúdame a abrazar voluntariamente la cruz de cada día en descuento de mis pecados y para merecer el reino de los Santos. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARÍA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUÉSTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros


En el nombre del Padre, ...



Tercer Día de la Novena a María Auxiliadora
17 de Mayo



Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA DULZURA

¡Oh clementísima Reina y Auxiliadora de los cristianos! Con las más ardientes súplicas vengo a pedirte la gracia que necesito... y me concedas además la santa dulzura, que es el ropaje de la humildad y la virtud predilecta del Sacratísimo Corazón de Jesús. Débil y orgulloso como soy, jamás llegaría a revestir mi alma de este encantador ropaje sin tu misericordia. Ayúdame a ser cortés en el trato, dulce en el sentir y en el hablar, bueno con todos y especialmente con quien se me manifieste frío y maligno, a fin de procurarte una complaclencia a Tí y a tu dulcísimo Jesús. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, ...




Cuarto Día de la Novena a María Auxiliadora
18 de Mayo


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA PUREZA

¡Oh María Auxiliadora! Virgen purísima, espejo sin mancha, vivo reflejo de la luz de Dios! ¡ Ah! concédeme la gracia que te imploro... e inspírame el más grande amor hacia la bella virtud de los Angeles. Y puesto que para conservarla es vano todo propósito sin la fuga de las ocasiones, te suplico, oh dulce Madre mía, me socorras diariamente con tu santo auxilio para que huya de toda ocasión de pecado. Entretanto me ofrezco todo a Tí, y Tú oh Inmaculada Auxilliadora, haz que viviendo yo en la mortificación, en la humildad y en la oración, sea como un ángel en la tierra y goce un día con ellos en la gloria del Paraíso. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros


En el nombre del Padre, ...



Quinto Día de la Novena a María Auxiliadora
19 de Mayo


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA CARIDAD

¡Oh María Auxiliadora, gloriosa Madre de Dios! Por aquella unión que tu alma santísima tuvo con el Señor desde el primer instante de tu Inmaculada Concepción, ¡ah!, concédeme la gracia que te pido... y haz que yo empiece, a lo menos desde este instante, a amar de veras a Jesús con amor generoso, puro y constante. Y por aquel solemne mandato que Jesús nos dió de amarnos alcánzame una sincera caridad para con mi prójimo tanto que me interese prácticamente por su bien y sea fácil en perdonarle, excusarle y también de prevenirle en sus necesidades del alma y del cuerpo, para hacerme siempre más digno de Tí, Auxiliadora de los cristianos. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros


En el nombre del Padre, ...



Sexto Día de la Novena a María Auxiliadora
20 de Mayo


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA CIENCIA DIVINA

¡Oh Virge Auxiliadora, Madre de la verdadera Sabiduría, Esposa del Espíritu Santo!, Tú que eres esplendísimo faro de luz eterna, concédeme la gracia que te imploro..., y envía a mi alma un rayo de luz celestial. Sí; yo te pido, oh Madre, aquella ciencia divina que edifica, y que es compañera de la caridad y maestra de la humildad; aquella ciencia que hará que me conozca a fondo a mí mismo y que me eleva al amor de Dios; aquella ciencia que despierta la contricción en mi corazón y me excita a detestar mis culpas pasadas y presentes. ¡Oh María Auxiliadora!, obténme este don del Espíritu Santo, para que se perfeccione en mí la fe y yo camine seguro por la senda del Paraíso. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, ...



Séptimo Día de la Novena a María Auxiliadora
21 de Mayo


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACION PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA DEVOCION A JESUS SACRAMENTADO

¡Oh tiernísima Madre y Auxiliadora mía!, concededme la gracia que te pido... A pesar de que me veo lleno de pecados y miserias, al pensar en Jesús Sacramentado, siento en el alma un fuerte deseo del bien para agradarle; pero yo quisiera que este sentimiento no fuera homenaje de un instante solamente. Tú pues, Madre clementísima, que depués de la Ascención de Jesús encontraste en la Sagrada Eucaristía tu única delicia sobre la tierra, dame una fe viva, y enciéndeme en ardentísimo amor hacia este Divino Tesoro, para que lo tenga siempre en la mente y en el corazón, hasta el día que lo vea manifiesto en el Cielo. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, ...




Octavo Día de la Novena a María Auxiliadora
22 de Mayo

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR LA DEVOCION AL SAGRADO CORAZON DE JESUS

¡Oh María Auxiliadora!, celestial Aurora que nos has anunciado a Jesús, Sol de Justicia, concédeme la gracia que te pido... y enséñame las íntimas y suaves finezas de la devoción al Sacratísimo Corazón de Tu Divino Hijo, devoción que eleva en seguida las almas a la más alta perfección, que es el mejor modo de consolar a Aquél que ha amado a los hombres y que es de ellos tan poco amado. Sí, Madre mía, enséñame a conocerle, a amarle y a nunca más ofenderle. Alcánzame su amor, y no me queda otra cosa que desear. Eternamente te agradeceré este favor. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, ...



Noveno Día de la Novena a María Auxiliadora
23 de Mayo


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

ORACIÓN PARA PEDIR EL TRIUNFO DE LA SANTA IGLESIA

¡Oh Virgen incomparable! que por la asombrosa victoria de Lepanto, resplandeciste con el nuevo título de Auxiliadora... Oh Madre benigna, poderoso auxilio de los cristianos, concédeme la gracia que te pido... y vuelve a tus antiguas victorias en estos tiempos de osada impiedad. Guarda piadosamente al Vicario de Jesucristo en la tierra, santifica a los Eclesiásticos y a los Religiosos, y apresura la hora de la misericordia para todos y del triunfo de la Iglesia Católica, a fin de que todo el mundo te aclame a Tí, su Madre y su Reina, y a tu Jesús, su Rey y Salvador. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN FINAL

¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros


En el nombre del Padre, ...


MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 15 - EL REZO DEL ROSARIO


Día 15: El rezo del Rosario




Santo Domingo predicó mucho el rezo del Santo Rosario. Cuenta una biografía suya que un día le llevaron un pobre hombre endemoniado. El Santo puso el rosario que llevaba en el cuello de este hombre y después preguntó a los demonios que le poseían:

- De todos los Santos del cielo, ¿cuál es el que más teméis?

Los demonios se negaron a responder, debido a que había mucha gente delante y no querían revelar en público a quién tenían miedo. Como Santo Domingo insistió, una y otra vez, al final contestaron en voz alta:

- La Santísima Virgen; nos vemos obligados a confesar que ninguno de los que perseveren en su servicio se condenará con nosotros; uno solo de sus suspiros vale más que todas las oraciones, las promesas y los deseos de todos los santos. Muchos cristianos que la invocan al morir y que deberían condenarse, según las leyes ordinarias, se salvan por su intercesión. Si no se hubiera opuesto a nuestro esfuerzo hace mucho tiempo que tendríamos derribada y destruida a la Iglesia entera. Santo Domingo hizo rezar el rosario a todo el pueblo, y al fin los demonios salieron del hereje, dando aspavientos.

¡Qué suerte ser tu hijo, María! Ahora sí que digo con toda paz que no tengo miedo a nada ni a nadie. Pero sí a una cosa: a vivir sin Ti, como si fuese huérfano. Encárgate Tú, por favor, de que eso no suceda, y ya está. ¡Gracias, Madre mía!

Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 15 DE MAYO


Los cinco minutos de María
Mayo 15




Si estudiáramos la química del amor, conoceríamos los ingredientes que lo constituyen, los elementos que lo forman. Existe una química sobrenatural que transforma las cosas de la tierra y las convierte en realidades del cielo.

En María Santísima, el elemento principal y predominante que constituyó su amor fue la presencia de Dios activa en ella, de suerte que aun el amor que tiene a los hombres no es sino una proyección y extensión de su amor a Dios.

Nosotros amamos a nuestros prójimos por su dignidad de personas, y eso está muy bien, pero si amamos a los hombres con el amor de Dios, nuestro amor se cualifica y alcanza horizontes aún más elevados.

Madre amada, ruega por nosotros tus hijos para que nos amemos los unos a los otros con el amor con que Dios nos ama.



* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 15 DE AGOSTO DEL 2017


La meta no es inalcanzable
San Juan 14,21-26. V Lunes de Pascua


Por: H. Balam Loza, LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
  1. Jesús, me pongo en tus manos para que seas Tú quien me guíe en este momento de oración. Yo no sé orar, por eso te pido que me enseñes a hacerlo. Ve mi pobreza y debilidad y ven en mi auxilio. No soy digno de entrar en tu presencia, pero me acerco como un niño a los brazos de su padre. Me acerco con el deseo de encontrar lo que solamente Tú puedes darme, el amor y la felicidad profundos.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 14,21-26


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él".
Entonces le dijo Judas (no el Iscariote): "Señor, ¿por qué razón a nosotros sí te nos vas a manifestar y al mundo no?". Le respondió Jesús: "El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió.
Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el consolador, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy, uno de los discípulos hace una pregunta que podría dejarnos un tanto extrañados y es que al discípulo le sorprende que Jesús se manifieste solamente a unos y al mundo no. La respuesta de Jesús es aún más sorprendente porque no la hace directamente, sino que repite lo que había dicho antes. Es decir, que el amor a Él está en cumplir sus mandamientos.
Todo aquel que quiera recibir a Jesús tiene que dejar de lado sus deseos y pasiones para entregarse únicamente a Dios. Tal vez podemos pensar que no podemos solos pues somos débiles y que siempre habrá trabajo que hacer, siempre tendremos que purificarnos. Y ésta es la realidad porque la vida del cristiano es un peregrinaje que nos debe de llevar al Padre; es un camino de vuelta a la casa paterna.
Pero basta que comencemos a caminar para que el Padre vea nuestro deseo de llegar y salga a nuestro encuentro, nos abrace y nos lleve de la mano. El camino no es fácil para quien va solo, pero para quien va con Jesús nada lo hará temer, nada será tan difícil que sea insuperable y la meta no será inalcanzable. Tal vez el ideal es muy grande, pero una vida sin ideales grandes, es triste.
"Enseñar y recordar. Esto es lo que hace el Espíritu Santo en nuestros corazones. En el momento en el que está por regresar al Padre, Jesús anuncia la venida del Espíritu que ante todo enseñará a los discípulos a comprender cada vez más plenamente el Evangelio, a acogerlo en su existencia y a hacerlo vivo y operante con el testimonio. Mientras está por confiar a los Apóstoles -que quiere decir, en efecto, "enviados"- la misión de llevar el anuncio del Evangelio a todo el mundo, Jesús promete que no quedarán solos: estará con ellos el Espíritu Santo, el Paráclito, que estará a su lado, es más, estará en ellos, para defenderlos y sostenerlos. Jesús regresa al Padre pero continúa acompañando y enseñando a sus discípulos mediante el don del Espíritu Santo."
(Homilía S.S. Francisco, 1 de mayo de 2016)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy, Señor, voy hacer una visita a Cristo Eucaristía para agradecerte el gran amor que me manifiestas en cada día de mi vida y para agradecerte las bendiciones que has derramado en mi familia.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
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