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domingo, 20 de agosto de 2023

75 AÑOS DE PRESENCIA EN EL PERÚ - CONGREGACIÓN OBLATOS DE SAN JOSÉ - PROVINCIA SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO - PERÚ















HISTORIA DE LA PROVINCIA DEL PERÚ


El 14 de marzo de 1878, el padre José Marello fundó la Congregación de los Oblatos de San José en la ciudad de Asti, Italia. La Congregación es una comunidad religiosa, joven, dinámica, dispuesta al servicio y con un sentido del compromiso muy elevado. El querer del Fundador era constituir una comunidad de verdaderos discípulos de Jesucristo, donde se viviera el mandamiento de la caridad con un estilo de vida fraternal a imitación de la Sagrada Familia y donde sus miembros se inspirarán en san José, el primero que cuidó los intereses de Jesús.

La Congregación rápidamente fue creciendo en miembros generosos y muy comprometidos en el seguimiento del Divino Maestro. A inicios de 1900 se desarrolló con gran impulso misionero y, concretamente, en 1915 llegaron los primeros misioneros a Filipinas y luego a Brasil en 1919. Después de la Segunda Guerra Mundial (1945), en la Casa Madre aún se contaban con muchísimos miembros, sacerdotes y hermanos que tenían el deseo de ser enviados a la misión. Eran, especialmente jóvenes animados por el «Circolo missionario». Este círculo lo conformaban los estudiantes, con el propósito de descubrir y crecer en la vocación misionera. Entonces, muchos de ellos –a pesar de los estragos de la guerra – esperaban ser enviados a las misiones, allí donde había más necesidad de clero, según el espíritu Oblato.


Los orígenes de la misión en el Perú.

En 1947 el P. Eugenio Gherlone, oblato de gran espíritu misionero, que había abierto las misiones de Filipinas y Estados Unidos, nombrado Vicario General, realizó un viaje a Argentina, Bolivia y Perú, con la finalidad de conocer dónde había más necesidad de la presencia de religiosos. A su regreso, el Consejo General decidió abrir las misiones de Perú y Bolivia.

El grupo que vino al Perú estuvo conformado por el P. Marcos Libardoni, P. Luis Paganini, P. Alberto Libardoni, P. Guillermo Calliari y el Hno. Isidro Intelisano. Los Oblatos misioneros venían para hacerse cargo de algunas parroquias de la diócesis de Huaraz en la sierra del departamento de Ancash, invitados por Monseñor Jacinto Valdivia.

Salieron de Asti el 6 de enero de 1948, cruzaron el mar de Génova hacia Barcelona, para luego tomar en Ceuta un barco de la Compañía Peruana de Vapores, que los llevó  hasta  Argentina. Llegando a Buenos Aires, prosiguieron su viaje. El equipaje fue llevado en barco por el estrecho de Magallanes hasta el Callao.

Los primeros misioneros cruzaron en tren los países de Argentina y Bolivia hasta llegar a La Paz. Fue un viaje no de días sino de semanas; toda una odisea por la falta de conocimiento de la geografía y sobre todo por la falta de medios económicos. Finalmente pudieron salir de La Paz, cruzaron el Lago Titicaca y en tren llegaron a Arequipa. De allí, viajaron en un ómnibus en mal estado y por una carretera de pésimas condiciones para llegar a Lima, donde pudieron recibir una hospitalidad bastante cordial y generosa por parte de los Salesianos.


Los Oblatos de San José llegan al Perú.

Enterado de la llegada de los Oblatos de San José a Lima, vino a su encuentro Mons. Jacinto Valdivia, Obispo de Huaraz. Después de prepararse, se enrumbaron en dirección a Chimbote, viaje que duró varios días. Una vez más en tren, que los dejó en la estación de Quiroz, allí cargaron el equipaje sobre mulas, y los misioneros siguieron el camino montando a caballo, llegaron finalmente a Cabana, la tarde del 13 de marzo; el viaje había durado dos meses y ocho días.

En Cabana, la llegada de los Oblatos de San José fue una gran fiesta para todo el pueblo. Y muy pronto se hicieron cargo de las diversas parroquias de Cabana: el P. Alberto fue a Huandoval; el P. Luis Paganini se encargó de Pallasca; el P. Guillermo Calliari se dirigió a Conchucos; el Hno. Isidro Intelisano se quedó en Cabana ayudando al P. Marcos, entre otras cosas, para la celebración de la Liturgia de la Palabra en el distrito de Corongo. Se reunían con frecuencia en Cabana para compartir en fraternidad y mantener los vínculos de la vida comunitaria – tan propios de nuestra espiritualidad –, especialmente para los retiros mensuales. A fin de año llegaron los primeros refuerzos, los padres Faustino Cimarolli y Ciro Palai.


Los Oblatos de San José en Lima.

Pasado algún tiempo llegaron también a Chimbote, pero no bastaba como punto de apoyo en la Costa; había necesidad de un centro en Lima, y el P. Marcos Libardoni consiguió del Cardenal Gualberto Guevara un lugar desocupado al pie del cerro San Cosme, al lado del Mercado Mayorista. Se plantó una cruz en un lugar descampado sobre un basural y se instituyó un Centro de Apostolado. Aquí se empezó a atender a los fieles al aire libre y después bajo algunas esteras mientras los padres se hospedaban en un cuarto prestado por las madres Misioneras de la Caridad, en la Urbanización Manzanilla.

Atendía a los fieles el P. José Salvi, que había venido de Bolivia y lo ayudaban el Hno. Isidro Intelisano y el P. José Comini. El 7 de febrero de 1951 este centro fue erigido como parroquia con el nombre de «La Sagrada Familia», siendo nombrado párroco el P. Marcos Libardoni hasta el año de 1958, cuando fue nombrado Prelado de Huari; dejando ya construida la iglesia, el alojamiento para los padres y la casa parroquial.

Ese año le sucedió como párroco el P. Juan Blengio que había venido de Bolivia: él abrió una escuela para los niños de la localidad, empezando con aulas de esteras. Poco a poco la escuela mejoró con la ayuda del P. Heil de los Marianistas, párroco de «Santa María Reina» en el distrito de San Isidro. Se extendió y aumentó hasta llegar a lo que es ahora: un edificio de tres pisos, con una nueva casa parroquial, y todos los servicios de atención social en un lugar tan difícil y pobre.

Con miras a un desarrollo vocacional el P. Marcos Libardoni había conseguido en Barranco en 1952 un lote de terreno – ex-noviciado de las Canonesas de la Cruz – con la ayuda de la bienhechora Isabel Pazos Varela. El 23 de marzo de 1953 se inició el pequeño seminario «Escuela Apostólica» bajo la dirección del P. Sebastián Fancello.

Poco a poco el seminario se extendió y aumentó en aulas, alumnos y habitaciones, enviando a Italia los primeros candidatos al noviciado en 1958.

Nueva generación de misioneros y la elección del primer Obispo Prelado de Huari.

Aumentó el personal en la misión con la llegada de P. Luis Zanzottera, P. Dante Frasnelli, P. Juan Anderloni, P. Mario Di Paolo, P. Antonio Lusso y P. Angel Sciandra (los dos últimos venían de Bolivia).

Un cambio grande en la expansión de la Congregación en el Perú fue la creación de la Prelatura de Huari, que abarcaba la serranía de Cabana y Corongo y otras tres provincias: Pomabamba, Huari y Huacrachuco, bajo la dirección del primer Obispo Prelado Monseñor Marcos Libardoni, quien tomó posesión de su sede en noviembre de 1958. Empezó pronto una gran visita de la nueva Prelatura con el P. Dante Frasnelli, antes párroco de Pallasca y luego Vicario General.

Otros padres fueron trasladados de sus parroquias, como es el caso del P. Faustino, que de Pallasca fue enviado a la parroquia de Huacrachuco. A Llamellín fue enviado el P. Carlos Corazzola quien llegaba de Italia. Para la casa de formación llegó el P. Marcelo Corazzola en 1963.

Crecimiento de las parroquias en Lima y colegios en Chimbote.

Habiendo aumentado mucho la población de la parroquia «La Sagrada Familia», debido a su amplísima extensión, en 1963 se formaron las dos nuevas parroquias: «Nuestra Señora del Buen Consejo» y «Divino Maestro» a cargo de los padres Santiago Sandri y Juan Anderloni, respectivamente. Los dos tuvieron que construir – antes que nada – el centro parroquial y el templo, con gran esfuerzo por parte de ellos y de su comunidad parroquial; las dos parroquias crecieron velozmente con la participación de nuevos fieles.

En Chimbote, constituida ya como una pequeña ciudad, el P. Ángel Sciandra, llegado de Bolivia, se dedicó a la educación: fundó el colegio «Antonio Raimondi» al costado de la iglesia matriz y la escuela «Niño Dios» para los pobres de los barrios nuevos como «El Progreso». En la pastoral, trabajó también en la difusión de la Legión de María en Chimbote y en Trujillo. Lamentablemente falleció en un accidente de tránsito cuando regresaba de Lima con la aprobación de la escuela «Niño Dios».

Mons. Marcos, que había asistido al Concilio Vaticano II y había sido consagrado Obispo el 1 de noviembre de 1964, no pudo soportar el arduo trabajo en la Sierra y falleció repentinamente de un ataque al corazón el 25 de octubre de 1966.


Dos Obispos Oblatos más.

Tras el deceso del P. Marcos Libardoni, le sucedió el P. Dante Frasnelli, consagrado Obispo el 1 de noviembre del año siguiente. El 15 de setiembre de 1967 los Oblatos se hicieron cargo de la parroquia de Pomabamba con el P. Tulio Brida como primer párroco y Vicario General de la Prelatura, quien venía de California, donde había dirigido los trabajos de construcción de la casa de formación de Looms. En 1969 fue nombrado también Delegado del Perú, sucediendo a Monseñor Luis Zanzottera (nombrado Obispo auxiliar de Huaraz) y en Pomabamba dirigió la construcción del gran complejo parroquial y del templo.

En Cabana, Conchucos, Llamellín y Huacrachuco tuvieron que construir o reconstruir la casa parroquial y el templo, para un mejor desarrollo espiritual y social al mismo tiempo. Cuando Mons. Marcos Libardoni fue nombrado Prelado de Huari le sucedió como Superior el P. Eugenio Gherlone, que había cumplido doce años como Vicario General, él había preparado la apertura de esta misión. La sede de la Delegación era Chimbote. Cuando volvió a Italia para el Capítulo de 1964 le sucedió el P. Luis Zanzottera.

Mons. Zanzottera fundó en Chimbote la Cooperativa de Ahorro para los pescadores y trabajadores de la ciudad (lo mismo que hizo el P. Sebastián Fancello en la parroquia de Barranco). Al P. Zanzottera se debe la construcción de la casa de Chosica (terreno y casa) para el noviciado que se abrió en abril de 1967. Seguidamente, hizo construir la casa de Apolo como casa central de la Delegación y centro de encuentro de todos los padres. En febrero de 1969 fue nombrado y consagrado Obispo Auxiliar de Huaraz en abril. Pudo trabajar en Huaraz apenas un año, porque el terremoto del 31 de mayo de 1970 lo dejó gravemente herido e inhabilitado para toda la vida.

De las primeras vocaciones enviadas a Italia en junio de 1958 regresaron los primeros sacerdotes Oblatos peruanos en junio de 1967, encabezados por el P. Guillermo Álvarez. El mismo año, el 2 de abril se abrió el noviciado de Chosica, que posteriormente pasó a ser casa de estudios superiores hasta cuando el estudiantado fue trasladado a Barranco.

El esfuerzo vocacional culminó con la construcción del nuevo edificio del seminario en los años de 1957 – 1959

 

FUENTE: https://www.facebook.com/Oblatosdesanjose

viernes, 15 de abril de 2022

HACE UN AÑO PARTIÓ A LA CASA DE DIOS, NUESTRO QUERIDO +P. MARCOS TRUJILLO REAÑO OSJ, SACERDOTE PERUANO


 

Recordando a nuestros hermanos Oblatos difuntos:

Oremos por el descanso eterno del + P. Marcos Teófilo Trujillo Reaño, OSJ.

Nació en Huari (Región Ancash) el día 25 de abril de 1969. Ingresó al Noviciado en el Perú el día 19 de marzo de 1989. Emitió su primera profesión el 19 de marzo de 1990 y la profesión perpetua el 19 de marzo de 1998.

Recibió la ordenación sacerdotal por manos de Mons. Dante Frasnelli en la catedral de Huari el 01 de noviembre de 1998.

P. Marcos se caracterizó por ser de carácter jovial, abierto y sincero. Se dedicó con esmero a las obras de la Congregación en el campo pastoral y educativo. Lo recordamos por su capacidad de comunicación compartiendo sus propias ideas con respeto y veracidad. Muy importante su presencia en España donde se ganó la simpatía del Obispo y del clero de Salamanca. Su muerte inesperada y a tan temprana edad deja un vacío en nuestra provincia.

viernes, 26 de noviembre de 2021

TRAS 20 AÑOS DE SU CANONIZACIÓN, SAN JOSÉ MARELLO UN SANTO PARA NUESTRO TIEMPO - 25 DE NOVIEMBRE



 Fundador

Historia del fundador san José Marello

Etapas de su vida

 


JUVENTUD

Ambiente familiar

 José Marello, hijo de Vicente y Ana María Viale, nace en Turín el 26 de diciembre de 1844 y es bautizado el mismo día en la iglesia del Corpus Domini. El padre es originario de San Martino Alfieri y la madre de Venaria, administran en Turín un floreciente negocio de quesos, actividad que permite una condición cómoda a la familia. En 1847 nace el segundo hijo, Victorio.


Infancia

 Quedó huérfano de madre a los cuatro años, es confiado junto a su hermano Victorio, al cuidado de los abuelos paternos en San Martino Alfieri, en la Provincia de Asti. Frecuenta las escuelas elementales con el maestro don Silvestro Ponzo y el párroco Juan Bautista Torchio que tiene una parte determinante en su formación.


Vocación

A los 12 años, como premio por las buenas calificaciones obtenidas en la escuela, el padre lo lleva a Savona y juntos visitan el Santuario de la Virgen de la Misericordia. En este lugar José intuye que es llamado a la vida sacerdotal y en otoño del mismo año decide entrar en el Seminario, muy a pesar de su padre, que hubiera preferido iniciarlo en la actividad comercial.



EL SEMINARIO

En el seminario menor

 De un temperamento franco y disponible, sobresale tanto en el estudio como en el comportamiento; durante los tres años de estudio en el seminario de Asti, José se distingue por su fuerza de voluntad y por una inteligencia brillante. Uno de sus compañeros de estudio, Giacomo Gay, recuerda “perfectamente su bondad juvenil junto a su vivo y profundo ingenio”.


La crisis

En 1859 comienza la segunda guerra de la independencia del Reino de Cerdeña contra Austria: el seminario de Asti es requisado y transformado en un cuartel. José se aloja en una familia de la ciudad. Culmina los estudios filosóficos en la Curia episcopal, pero en el verano de 1892 decide retirarse del Seminario.

Se traslada a Turín donde inicia los estudios comerciales, con gran satisfacción de su padre.


El retorno al seminario

En diciembre de 1863 cae gravemente enfermo de tifus.

Se dirige así a su padre: “Padre, yo hubiera querido continuar los estudios para hacerme sacerdote. Tú no has querido y yo te he obedecido.

Pero la Virgen, mirando los peligros en los que me encuentro, ha escuchado mi oración y está por liberarme. Si permites que siga mi camino, me curaré rápido, si no la Virgen me llevará consigo”.

SACERDOTE

Secretario del obispo

 En 1864, completamente restablecido, reanuda los estudios en el Seminario y el 19 de setiembre de 1868 es ordenado sacerdote en la catedral de Asti. Por su inteligencia y por sus grandes capacidades prácticas, el obispo Carlos Savio lo elige como su secretario. Con él podrá profundizar el gobierno pastoral, siguiéndolo en todas sus visitas a las parroquias de la diócesis y en todos sus viajes.


Confesor en el seminario

 Volviendo a Asti, sus atenciones son particularmente para el seminario donde tiene a su cargo la enseñanza del catecismo a los alumnos. Por dos años, entre 1881 y 1883, recibe el encargo para ser director espiritual y confesor de los seminaristas. Desde 1881 hasta 1889 es también director espiritual del Instituto Michelerio. Nombrado canónico en 1881 frecuenta asiduamente la catedral para el oficio del coro y para las confesiones.


Concilio Vaticano I

 A finales de novembre de 1869, Mons. Carlos Savio se dirige a Roma para el Concilio Vaticano I llevando consigo a su secretario don José Marello. Se hospedan en el Palacio del Quirinal, en ese entonces residencia de verano de los Papas, y conocen al Cardenal Gioacchino Pecci, futuro papa León XIII.

Mons. Savio y don José encontrarán a Pío IX en audiencia privada en la noche de Navidad del mismo año.


Compañía de San José

 En 1872, pide al canónigo Juan Bautista Cerruti poder acoger en la iglesia del Gesú la Compañía de San José: “Cada uno tome sus propias inspiraciones de su modelo san José que fue el primero sobre la tierra en cuidar los intereses de Jesús”. De esta iniciativa nace la nueva Compañía de San José con el nombre de Oblatos de San José.


Fundador

La Congregación nace en los ambientes del Instituto Michelerio donde José Marello anteriormente había intentado constituir la primera Compañía de San José, era el 14 de marzo de 1878. Los primeros cuatro jóvenes inician la vida en común. La espiritualidad de la nueva institución se inspira en san José, en su amor a Jesús en el escondimiento y en la operosidad. “Cartujos en casa y apóstoles fuera de casa”.


La Congregación

La nueva familia religiosa crece, humilde y escondida, primero en un orfanato y después en un hospicio. Su compromiso apostólico es la actividad pastoral en las parroquias, en las escuelas, en los colegios y orfanatos, en la enseñanza de la religión, en el servicio a los párrocos, en la asistencia de la juventud, en la dedicación hacia los últimos.


Obispo

Su nombramiento a obispo de Acqui llega improvisadamente, el 23 de novembre de 1888. Apenas tenía 44 años. Su ingreso en la diócesis tiene lugar el 16 de junio de 1889. El episcopado de Marello en Acqui dura seis años: la muerte llega casi de improviso, el 30 de mayo de 1895, en Savona. Durante su episcopado visita todas las parroquias de su diócesis. El contacto directo con la población es para él el primer deber; por donde pasa suscita sentimientos de entusiasmo y fe. En todos los lugares se repite: ¡es un santo!


La diócesis de Acqui

A finales de 1800 la diócesis de Acqui comprende 121 parroquias, con 28 vicarías forenses y una población de al menos 180 000 habitantes. La parte montañosa, hacia la Liguria, aún siendo la más extensa es la menos poblada, por ser intransitable y pobre. Mons. José Marello la recorre toda con los medios y los caminos de entonces, viajando en tren, en carroza y también a caballo.


LA GLORIA

Las virtudes heroicas


“Monseñor Marello se muestra como un pastor celoso, un modelo de virtudes ejercidas con heroicidad, en la sencillez y humildad de lo ordinario. Amaba el escondimiento, pero no podía huir de la admiración por su carácter dulce. Hombre de grande virtud interior y de amor a Dios, estaba abierto a todas las iniciativas de caridad. Para las finalidades de su institución, es hoy considerado como un pionero frente a las instancias actuales” (juicio del V Consultore de la Congregación de los Santos).


La beatificación

El iter para la beatificación de Mons. José Marello comenzó 29 años después de su muerte. El primer proceso ordinario informativo inicia en Asti el 23 de noviembre de 1924 y en Acqui el 22 de diciembre siguiente. Ambos se concluyen en abril de 1928. El 12 de mayo de 1937 se obtiene el decreto de aprobación de los escritos. El 07 de diciembre de 1940 se procede a un examen diocesano suplementario para integrar los testimonios precedentes. Con decreto del 28 de mayo de 1948 se da inicio a la causa de beatificación ante la Congregación de los Ritos y cinco meses después, el 10 de octubre, se inicia en Acqui el proceso apostólico, que se concluye el 21 de abril de 1951. El 12 de junio de 1978, en el año centenario de la Congregación, se obtiene el decreto sobre la heroicidad de sus virtudes: José Marello es Venerable. El 26 de setiembre de 1993, en Asti, en la grande plaza del Palio, Juan Pablo II lo declara beato ante la presencia de los cardenales Ángel Sodano, secretario de Estado de la Santa Sede; Giovanni Saldrini, arzobispo de Turín; Simon Ignatius Pimenta, arzobispo de Bombay; de muchos obispos del Piamonte y de las diócesis donde trabajan los Oblatos de San José. Los fieles presentes son de la diócesis de Asti y de Acqui junto a los peregrinos provenientes de muchas naciones.



La canonización

Ocho años después de la beatificación, el obispo José Marello es declarado Santo por Juan Pablo II, el 25 de noviembre del 2001 en la basílica de San Pedro, en Roma. El milagro aprobado para su canonización aconteció en un pueblo de la Prelatura (ahora diócesis) de Huari, en un distrito de Pomabamba llamado Ranquish en los Andes peruanos. Dos hermanos, Alfredo e Isela Chávez, de 11 y 10 años respectivamente, el 15 de mayo de 1998 son curados instantanea y simultaneamente de una broncopulmonía aguda, después de haber invocado al beato José Marello, patrono de la aldea. Después de 75 años de cuando inició el proceso para la glorificación del obispo Marello, nosotros lo veneramos como protector y guía en el camino de la vida. ¡San José Marello, ruega por nosotros!


(Cf. Acta Apostolicae Sedis 93(2001) pp. 403-405; Ibid 94(2002) pp. 269-274).

Para profundizar la vida y la espiritualidad de san José Marello se recomienda la lectura, entre otras, de las siguientes obras publicadas (para las traducciones en otros idiomas acudir a los cohermanos de las propias provincias o delegaciones):

San Giuseppe Marello, Epistolario, Opera omnia, vol 1, testi critici e note a cura di Severino Dalmaso, Roma 2010.

Pasetti Mario (a cura di), Scritti e insegnamenti del beato Giuseppe Marello, Asti 1980.

Dalmaso Severino, Biografia del beato Giuseppe Marello. Fondatore degli Oblati di San Giuseppe e vescovo di Acqui, (in tre volumi), Città del Vaticano 1997.

Rainero Angelo (a cura di), Briciole d’oro. Itinerario ascetico-spirituale. Un anno con gli insegnamenti di san Giuseppe Marello fondatore degli Oblati di San Giuseppe, Milano 2001.

Bronzini Giocondo (a cura di), Verso la meta. Un anno con san Giuseppe Marello, Roma 2016.












FUENTE: FOTOS TOMADAS DE https://www.facebook.com/OsjGeneralCuria



 

martes, 11 de mayo de 2021

SAN JOSÉ MARELLO CON LOS PIES EN LA TIERRA

 



 SAN JOSÉ MARELLO CON LOS PIES EN LA TIERRA


La vida humana es maravillosa en la medida que cada persona asuma su existencia con los pies en la tierra y el corazón en el cielo. Venimos de Dios a un mundo que necesita de nosotros, pero nuestro corazón anhela un pronto retorno al Dios de la vida. Mientras vivimos en este mundo debemos adornar nuestra existencia con valores y virtudes, sirviendo a los demás con mucha humildad y sencillez de espíritu.

San José Marello supo hacer de su vida una belleza real, teniendo un corazón grande para Dios, teniendo los pies ligeros para ir a servir, tendiendo las manos abiertas para ayudar al que lo necesita; su vida fue un constante abrirse a los demás, con bondad y mansedumbre. El mejor mérito de su existencia fue su perseverancia y su fidelidad a Dios y a su propia responsabilidad. Por eso, vivió con plena conciencia cada momento de su actuar, siempre con los pies en la tierra y el corazón puesto en Dios.

La santidad de San José Marello, no es una santidad de milagros extraordinarios, porque su propia vida era una milagro de Dios, su vida se convirtió en don para los demás; pues, cada acción y pensamiento suyo era una obra del Espíritu Santo, y él respondía desde su libertad para hacerlo visible ante su gente. Una de las mejores manifestaciones de la acción de Dios en su vida, era la amabilidad y el respeto con que trataba a la gente, siempre sonriente y sereno, siempre llano y atento a servir con generosidad y sinceridad; nunca buscó su propio beneficio, ni ventaja, pues sabía que su vida era un regalo de Dios para los demás.

En una sociedad utilitarista y oportunista, la vida de San José Marello, nos ofrece otra forma de vivir la vida con sentido y plenitud; es decir, se puede ser feliz sirviendo, dándose a los demás, saliendo del propio yo para ir al encuentro de un tú. La vida nos ofrece situaciones y personas para darle sentido a nuestra existencia; sólo saliendo de nuestra propia comodidad seremos capaces de mejorar la realidad, sino nos convertiremos en enfermos de nuestro propio vicio y pereza.

Vivir la vida con los pies en la tierra significa, vivir la vida con responsabilidad y libertad, es saber aceptar los retos de cada día, es asumir los deberes con alegría y cumplirlos con creatividad y sabiduría; en una palabra, es vivir la vida con esfuerzo, sacrificio y disciplina, sólo los que viven así aportan mucho al desarrollo de su patria y de su pueblo. Y San José Marello fue un gran aporte para su sociedad, era un punto de referencia para los niños y jóvenes de su tiempo, era un hombre de corazón gigante para con los ancianos y enfermos. Por eso, en la actualidad su vida sigue siendo un punto de referencia para llegar a Dios, y servir mejor a la sociedad. En este sentido, la santidad es vivir la vida cotidiana cumpliendo el propio deber, es crear deberes antes que derechos, porque estos últimos, deben ser consecuencia del cumplimiento del propio deber. Nuestra sociedad necesita gente con los pies en la tierra y el corazón anclado en Dios, como vivió San José Marello en Italia. (Marcos) 

(25 de mayo de 2017)


+ P. Marcos Trujillo Reaño OSJ



lunes, 26 de abril de 2021

EL PROGRESO DE LOS PUEBLO ESTA EN LA CALIDAD DE SUS HABITANTES

 


EL PROGRESO DE LOS PUEBLOS ESTA EN LA CALIDAD DE SUS HABITANTES



La medida del desarrollo de un país esta en la calidad de sus ciudadanos, poco o nada significa el desarrollo económico si la ética y la moral de los habitantes está por los suelos. La práctica de los valores y el ejercicio de las virtudes se manifiesta eficazmente, tanto en la vida privada como en la vida pública; no se puede ser un buen ciudadano si se aparenta ser bueno ante la opinión pública, en realidad, la persona buena se descubre en la vida ordinaria, es decir, en el cada día, uno debe ser bueno siempre, aunque nadie te valore explícitamente.

El bienestar y la felicidad de un pueblo no depende mucho de sus líderes o gobernantes, sino en la calidad de vida lograda por cada uno de los ciudadanos de una Nación. Poco o nada pueden hacer los gobernantes y funcionarios ante un pueblo bien educado y que tiene la conciencia recta. Ni los medios de información y comunicación pueden influir cuando los ciudadanos están formados en la conciencia crítica positiva. Es decir, un individuo bien educado imposible de ser manipulado, y menos engañado.

En el momento que la masa se deja manipular y presionar, ya sea por los grupos de poder o colectivos partidistas, pierde su propia identidad, por tanto, no llegará a ninguna buena solución; no se puede solucionar un problema con otro problema.

La mejor solución al fenómeno de la corrupción es no corromper ni dejarse corromper, es decir, cumplir la ley justa y razonable. Por consiguiente, mientras los gobernantes y funcionarios transgreden y manipulan las leyes, siempre existirá la corrupción; el día en que todos los ciudadanos comenzamos a respetar la ley, desaparecerá la corrupción.

En efecto, si queremos una sociedad de calidad y respeto, tenemos que comenzar a asumir la propia responsabilidad patriótica, sin coacción ni manipulación de ningún grupo de poder: ser libre en las propias opiniones y decisiones, nadie debe pensar por ti. Eres y debes ser protagonista de tu propio desarrollo. Por tanto, no te alegres por el fracaso de otros, ni envidies el éxito de los demás, es hora de que tú mismo comiences a vivir con responsabilidad. Comienza a marcar la diferencia con tu honestidad y trabajo, verás que el progreso y la calidad de vida estará a la puerta de tu casa 

(Marcos)

30/7/2018

+ P. Marcos Trujillo Reaño OSJ




viernes, 23 de abril de 2021

EL CAMINO DE LA VIDA TIENE SUS COLORES



 EL CAMINO DE LA 

VIDA TIENE SUS COLORES


Aceptar el camino de la vida es vivir con todos sus colores; la vida no es monótona ni homogénea, la vida tiene variedad y es heterogénea. La belleza de la naturaleza esta en la variedad, así los mismo, la vida es bella en la diversidad. Cada uno experimenta en sí las diferentes etapas de la vida, unas muy buenas, otras buenas, algunas regulares, también malas. La experiencia es la mejor maestra de nuestro existir, pero una experiencia sin sabiduría ni inteligencia se convierte en limitación. En efecto, la vida está cargada de muchas experiencias y muchos conocimientos.

Vivir en esta vida es tener variedad de experiencias, unas que dependen exclusivamente de uno mismo, otras de circunstancias y personas de tu entorno. Cuando una situación buena o mala es vivida por ti puedes tener control de la situación; pero si la realidad está fuera de ti y los agentes de una experiencia mala o buena son otros, poco a nada puedes controlar. En este sentido, la vida va discurriendo entre luces y sombras, entre el bien y el mal, entre verdades y falsedades, entre calumnias y difamaciones, entre media verdades y mentiras, entre el éxito y el fracaso. Al final triunfa lo que se hace con MUCHO AMOR Y ENTREGA TOTAL.

El camino de la vida tiene sus colores que en conjunto de la historia personal manifiestan el ser íntimo de la persona, y va dejando huellas en los demás. Nadie conoce tu intimidad, la gente conoce lo que expresas y manifiestas, sólo eso existe para la sociedad, lo que nunca salió de tu mente o de tu corazón no existirá más que sólo para ti. Si quieres adornar la historia de tu vida de múltiples colores, vive la vida del cada día con mucho amor, con mucha fe, con mucha esperanza: AMA TU VIDA PORQUE ES LA ÚNICA VIDA QUE DIOS TE HA REGALADO, SI NO LA VIVES TÚ NADIE VIVIRÁ POR TI  (Marcos). 14/6/2016


+ P. Marcos Trujillo Reaño OSJ

miércoles, 21 de abril de 2021

¿QUIÉN NOS SEPARARÁ DEL AMOR DE CRISTO?


¿QUIÉN NOS SEPARARÁ DEL AMOR DE CRISTO?


Romanos 8,35-39

 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Acaso las pruebas, la aflicción, la persecución, el hambre, la falta de todo, los peligros o la espada? Como dice la Escritura: Por tu causa nos arrastran continuamente a la muerte, nos tratan como ovejas destinadas al matadero. Pero no; en todo eso saldremos triunfadores gracias a Aquel que nos amó .Yo sé que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas espirituales, ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra criatura podrán apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor."


+ P. Marcos Trujillo Reaño OSJ




LA EXPERIENCIA DE DIOS ES UNA FUGAZ SENSACIÓN DEL AMOR VERDADERO



 LA EXPERIENCIA DE DIOS ES UNA FUGAZ SENSACIÓN DEL AMOR VERDADERO


La vida con Dios es vida de amor verdadero que se experimenta en unos instantes sublimes de luz interior, pero que dejan huellas imborrables de eternidad en el corazón del hombre; la condición básico para tener esa experiencia divina es vivir con normalidad la propia existencia, esto es, amar y ser amado, dar y recibir agradecidamente, servir y ser servido humildemente, aceptar y ser aceptado bondadosamente, respetar y ser respetado honradamente, ser alegría y sonrisa equilibradamente, en resumen, ser tú mismo.

Toda persona libre, inteligente y reflexiva es capaz de vivir la experiencia de Dios, incluso al margen de cualquier religión, lo único necesario es tener la mente y el corazón abiertos, libre de cualquier prejuicio, es decir, una persona de «limpio corazón»: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios». En efecto, una auténtica experiencia de Dios no es de gente privilegiada o selecta, sino de los que acogen el don de Dios con gratitud y gratuidad. No hay reglas ni métodos, ni fórmulas prediseñadas, menos estructuras o estrategias, pues, Dios se revela a quien quiere, como quiere y donde quiere; por tanto, toda persona es potencialmente capaz de tener la experiencia de Dios.

Al final, nada ni nadie existe ni existiría sin Dios, esto no se trata de libertad sino de subsistencia del ser, es decir, en Dios nos movemos y existimos. Ahora bien, es otra cosa, la respuesta positiva o negativa que pueda dar cada individuo, ahí es cuando talla nuestro libre albedrío, por eso, hay personas que se dicen ser: creyentes o no creyentes. Lo cual, no agrega ni quita, absolutamente, en nada a la existencia de Dios.

Dios por amor crea el universo, por amor da la vida, y por amor nos ofrece la Vida Eterna; queda en el hombre descubrir esa presencia divina en su propia existencia, sabiendo que esa experiencia espiritual es tan fugaz e instantánea, como una sombra de luz, pero que deja huellas de eternidad para la vida. Nunca te dejes arrebatar de tu vida la auténtica espiritualidad: vivir con Dios, por Dios y para Dios. Sé tú mismo cada día.


 (Marcos) 25/02/2018


+ P. Marcos Trujillo Reaño OSJ


martes, 20 de abril de 2021

¿QUIÉN CONOCE A DIOS SINO AQUEL QUE AMA A SU PRÓJIMO?



 ¿QUIÉN CONOCE A DIOS SINO AQUEL QUE AMA A SU PRÓJIMO?



El amor al prójimo es la medida del amor pleno a Dios, no hay conocimiento de Dios sin la aceptación libre del prójimo como obra maravillosa del Creador. Dios por amor va creando a cada persona y lo ama total e incondicionalmente, por tanto, amar a cada individuo es visibilizar el amor de Dios en la tierra: "Nadie puede decir con honestidad amo a Dios a quien no ve ni siente, si odia o rechaza a su prójimo a quien puede ver y sentir". En efecto, el auténtico amor a Dios se manifiesta en el sincero amor a las personas. Cualquier tipo de odio o venganza es destruir la idea de Dios en tu corazón y tu mente, es el peor ateismo práctico. La avaricia y la codicia que atenta contra la justicia es arruinar el rostro de Dios en cada persona. La envidia y el egoísmo son la mejor manera de negar la bondad y gratuidad de de Dios. La lujuria y la gula oscurecen el alma y cuerpo de la persona que le impiden gozar de la belleza de Dios. La pereza y la corrupción son las causas de la duda y la ausencia de Dios en la vida de los individuos y pueblos.

El conocimiento de Dios pasa por el conocimiento del hombre mismo, pues cada individuo ha sido creado "a imagen y semejanza de Dios". En este sentido, nadie puede negar la existencia de Dios, mientras exista algún ser inteligente en la tierra. Entonces, ¿por qué existen personas que rechazan el amor, rechazan a Dios en sus vidas, no confían en su prójimo? Simplemente, la malicia y la falta de rectitud de intención del ser humano, y porque la libertad y la voluntad les permite tomar esa actitud, lo cual, no significa que deja de existir el amor o deja de estar Dios, o no haya confianza entre las personas; tanto el amor, la existencia de Dios y la confianza entre seres humanos estará presente en la historia hasta el fin de los tiempos. No obstante, que la misma Palabra de Dios nos dice: "maldito el hombre que pone su confianza en otro hombre". ¿A qué e refiere? Es decir, cuando desconfías de Dios para poner toda tu confianza en otro ser tan débil como tú.

Mientras tanto, aquí en la tierra, los seres humanos tendremos ese deseo inagotable de querer conocer, amar y servir a Dios en cada acontecimiento de nuestra vida. Los creyentes vivimos con generosidad de corazón, es para valientes vivir con fe, porque, necesitamos perseverancia, constancia, entrega total, sacrificio y servicio, darnos sin medida por pura gratuidad: "Lo que han recibido gratis, denlo gratis". Qué mayor gratuidad que la propia vida, es de enamorados de Dios desgastar la vida por los demás sin esperar recompensa ni gratitud; en efecto, sólo los de corazón gigante son capaces de amar a Dios con libertad desde el amor sincero al prójimo.

Por consiguiente, dedicar el tiempo al progreso y la formación de la conciencia recta de los demás es la mejor forma de amor a Dios, porque, en cada conciencia se revela la "Voz de Dios". Nada ni nadie, por tanto, podrá apagar la sed de verdad, la sed de justicia, la sed de amor, la admiración por la belleza, la sed de bondad, etc., pues Dios es plenitud de la existencia de cada persona. Todos los placeres simplemente son pequeñas chispas o vibras de la plenitud de goce divino. Por eso, cada placer es un agujero que nos transporta a la misma presencia de Dios. Nada de lo que racionalmente es bueno puede contradecir la presencia y la grandeza de Dios, nada de lo que le hace feliz a las personas puede ser ajeno al proyecto divino. Todo lo que nos pasa de bien es pura gratuidad de Dios. Alguien dirá ¿dónde queda mis méritos personales? Justamente en tu capacidad de respuesta positiva y generosa, porque, al final, "Dios derrama su gracia indistintamente para justos e injustos, buenos y malos", lo que marca la diferencia es la capacidad de respuesta y apertura a ese don gratuito de Dios. En cierto sentido, Dios no puede actuar por ti, eres tú el forjador de tu propio destino, pues Dios ya hizo lo suyo al darte la vida y llenarte de sus dones. Por lo mismo, conocer, amar y servir a Dios depende sólo de ti y de nadie más.

No es necesario ver, ni sentir, ni tocar a Dios para vivir con dignidad, basta vivir con plenitud cada momento, sabiendo que Dios todo lo abarca, todo lo penetra ya que en "él nos movemos y existimos", sin más. Es decir, vive la vida como si mañana dejaras de existir en este mundo; no esperes al mañana para conocer, amar y vivir en Dios, hoy, ya puedes vivir tu eternidad: ama sin medida con Dios, sirve con alegría a Dios, corresponde con generosidad de corazón a la gracia, responde con altruismo y fe a cada iniciativa divina, entonces sí eres un auténtico creyente, un verdadero héroe de Dios en la tierra. Tu vida sólo depende de ti porque Dios lo estableció así desde sus orígenes, Dios no puede desdecirse en sus Planes para él tu vida es perfecta y maravillosa. Por tanto, no dejes de vivir con alegría cada momento de tu tiempo, no vaya ser que sea muy tarde cuando te hayas dado cuenta. Dios te ama sin más.

+ P. Marcos Trujillo Reaño OSJ

 (Marcos) 


10 julio 2019




EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA



Salmo 23

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.


El Señor es mi pastor, nada me falta:

en verdes praderas me hace recostar;

me conduce hacia fuentes tranquilas

y repara mis fuerzas. 

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta


Me guía por el sendero justo,

por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras,

nada temo, porque tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me sosiegan. 

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta


Preparas una mesa ante mí,

enfrente de mis enemigos;

me unges la cabeza con perfume,

y mi copa rebosa. 

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta


Tu bondad y tu misericordia

me acompañan todos los días de mi vida,

y habitaré en la casa del Señor

por años sin término. 

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta 

domingo, 18 de abril de 2021

LA SANTIDAD COMO UN CAMINO SEGURO HACIA LA ETERNIDAD


 

LA SANTIDAD COMO UN CAMINO SEGURO HACIA LA ETERNIDAD


La vocación fundamental de cada ser humano es vivir la vida con plenitud proyectado hacia la eternidad. Ningún ser humano en su sano juicio puede eludir el deber de perfeccionarse en todas las dimensiones de su existencia, salvo en una deliberada opción de vivir en el caos del pecado. La verdadera felicidad se vive cada día, porque, la auténtica felicidad no es una meta sino una respuesta constante al proyecto de Dios en el cada día de nuestra existencia.

En este sentido, la santidad es un vivir cada día la alegría del amor de Dios: me siento amado por Dios, y con esa misma dimensión del amor divino me amo y amo a mi prójimo. La explicitación de la eternidad del amor divino se descubre en una vida santa. Es decir, el camino certero hacia la eternidad es vivir en santidad.

Por tanto, cada ser humano en la tierra tiene la capacidad y potencialidad de vivir santamente, entendido por ésta, la perfección de la conducta y el comportamiento en la sociedad o cultura en que vive. Toda persona libre aspira a ser mejor cada día, y en la medida en que se ejerce en las virtudes y practica los valores descubre el sentido de la vida como una respuesta constante al primer proyecto de Dios: ser feliz cada instante en Dios.

La vida humana es la maravilla de la creación que esta proyectada a la perfección, es decir, la felicidad de cada individuo radica en su respuesta generosa al plan de Dios; esto no significa la impecabilidad del hombre, al contrario, ante la debilidad del hombre se sobrepone la gracia de Dios. Nuestra naturaleza frágil necesita de la ayuda de la gracia de Dios para lograr la eternidad. Por consiguiente, el hombre pecador tiene miles de posibilidades para salir de su propia miseria con el poder de Dios que habita en la profundadas de su alma o corazón. Por eso, la conversión es el primer paso para comenzar a vivir en santidad y lograr la meta final: la eternidad.

Los miles de santos que han vivido en la tierra son el testimonio más claro de la existencia de Dios, los millones de seres humanos que día a día luchan por perfeccionarse en el bien y la verdad son la muestra más evidente de que Dios sigue obrando hoy más que nunca. Por lo mismo, la santidad no es privilegio de pocos o los elegidos, sino está abierta a cada persona humana de la tierra: todos estamos llamados a vivir en santidad.

La vocación del ser humano al amor es el mejor camino para vivir santamente; cada pensamiento, sentimiento, emoción y acción que se vive con plenitud en la presencia de Dios nos hace experimentar la belleza de nuestro existir en este universo infinito. Somos creaturas de la eternidad para la eternidad, y la santidad es el signo de estar en el camino correcto. En efecto, es ahora cuando debes convertirte y comenzar a vivir alegre y feliz la vida. Dios está dentro de ti comienza a descubrirlo y vivir conscientemente tu propia existencia, nunca estas solo-a en este mundo, pues Dios vive en ti y camina contigo: ama y déjate amar



+ P. Marcos Trujillo Reaño OSJ

 (Marcos)

23 octubre 2019

BEBER DE LA FUENTE DE LA VIDA POR AMOR



BEBER DE LA FUENTE DE LA VIDA POR AMOR


El amor es un acto misterioso que aparece de modo inesperado en el corazón de las personas, que, con frecuencia, les cambia la vida totalmente. Beber de la fuente de la vida por amor implica haber comprendido que nuestra vida tiene su origen en Dios, que es Amor y vida. Por eso, el ser humano no es feliz mientras no se siente amado por Dios ni ha experimentado su capacidad de amar al prójimo. Quien no bebe de la fuente de la vida por amor no es capaz de confiar en nadie, y se pasa la vida desconfiando de todo, con razón o sin razón. Normalmente, viven resentidos y amargados a lo largo de toda su vida, por no decir, decepcionados o desilusionados de las personas que lo rodean (aprende a perdonar de corazón y de vida, no solo de palabras). No obstante, la persona no puede existir sin amor, con menor o mayor grado, toda persona vive por amor y para el amor. La fuente de la vida y del amor es Dios.

Hay diversas formas y modos de expresar el amor, no necesariamente el amor de pareja, cuando hablamos de amor nos referimos a esa fuerza vital que tiene todo ser humano dentro de sí, y que le impulsa a darse totalmente al servicio del prójimo desde la experiencia mística de su encuentro con Dios. En este sentido, amar es para personas normales que viven la vida con plenitud, sin malicia ni perversidad; amar no es ilusión, ni emoción, ni sentimientos, ni pasiones, tampoco es placer, amar es vivir la vida con sentido y plenitud: darse por entero son límites ni medidas por Dios.

Dichosa la persona que vive su vida desde el amor y para el amor, pues ha entendido que no hay vida completa sin la experiencia del amor divino y humano, pues son inseparables. Por tanto, pensar, sentir y hacer las cosas por amor y con amor significa comprender que la vida es bella y pura cuando sabemos decir con transparencia y recta intención a los parientes y amigos: "un te amo mucho". Es decir, aceptar a toda persona como un regalo maravilloso de Dios. Ojalá pudiéramos purificar nuestra forma de percepción de la realidad en las relaciones humanas con normalidad, libres de la malicia y la susceptibilidad de aquellos que al leer o escuchar "un te amo" o un "te quiero mucho", inmediatamente se imaginan a la relación íntima de parejas privadas, es verdad, también podría ser eso, pero hay que diferenciar a las personas y en las circunstancias que se usa esas expresiones. Es muy importante en todo esto el discernimiento y la honestidad de la propia conciencia: "no todo lo que brilla es oro", ni "todo lo que es fantasía es oro". Hay que tener mucho cuidado con quien y a quién se le dice esas expresiones, para evitar confusiones es mejor conocer bien a la familia, amigos y conocidos, no todos lo asumen como tú lo entiendes y quieres decir.

Lo importante en todo este fenómeno del amor es la rectitud de la conciencia, la honestidad e integridad de vida, y, sobre todo, la limpieza de los sentimientos. Por consiguiente, quien vive la espiritualidad cristiana siempre tendrá la libertad de amar como Jesús, sentir como Jesús, soñar como Jesús, y desear como Jesús, es decir, darse de cuerpo y alma al bien de los demás para verlos felices, porque, también eres feliz estando con Dios. Por eso, no te cances de beber de la fuente de la vida por amor, ya lo decía San Agustín: "Ama y haz lo que quieras", porque el amor es sublime y eterno, no hace daño ni está manchado por la malicia ni la perversidad, pues solo ama el hombre y la mujer de limpio corazón; sólo éstos verán y experimentarán lo que significa verdaderamente el amor.


+ P. Marcos Trujillo Reaño OSJ

 (Marcos)

LAS OBRAS BUENAS NOS ACERCAN AL CIELO


 

LAS OBRAS BUENAS NOS ACERCAN AL CIELO


Cada acción buena nos lleva al cielo, por eso, vivir haciendo el bien es la mejor forma de aprovechar la vida. Las obras buenas son los caminos que nos llevan directamente al cielo. En este sentido, toda persona que hace el bien se está acercando más a Dios, ninguna obra buena queda sin recompensa. La satisfacción de la vida humana está en servir con alegría a Dios en la misma realidad cotidiana. Vivir en este mundo es la mejor oportunidad que Dios nos ha dado a los humanos para que perseverando en el buen obrar podamos alcanzar la felicidad, perfeccionar nuestra vida, sobre todo, llegar un día a la Gloria eterna.

Jesucristo nuestro Señor nos ha facilitado el camino a la eternidad cuando se hizo hombre, por eso, en conocer, amar y servir a Cristo con todo el corazón y con todo nuestro ser está la salvación de cada individuo. En efecto, vivir en Cristo significa aceptar la realidad cotidiana como un don maravilloso de Dios donde podamos santificarnos, compartiendo la vida con nuestro prójimo. La gracia y el amor de Dios son la fuerza y la energía que nos impulsan a volar muy alto hasta estar muy cerca de la meta final. El mundo es el lugar más adecuado para demostrar nuestra fidelidad y respeto a Dios y al prójimo. La sociedad es el ámbito donde tenemos que ejercernos en la virtud evangélica y poner en práctica los valores del Evangelio de Cristo.

Por consiguiente, no es necesario ir contra corriente para alcanzar la meta, así nunca se va adelante, sino se retrocede, porque, ello implica rechazar la obra de Dios considerando imperfecta, cada día más estoy convencido, que el camino angosto que conduce al cielo es vivir plenamente amando a Dios y al prójimo en el mundo. Por lo mismo, Dios no quiere que rechaces lo que él mismo con amor y sabiduría ha creado, nada de lo que Dios ha hecho puede ser malo, todo lo hizo muy bien. Por tanto, vivir en santidad no es ir contra corriente sino asumir las oportunidades según la Voluntad de Dios, porque, la vida eterna es cumplir la voluntad de Dios ¿qué es la voluntad de Dios, sino vivir la vida cotidiana con amor y perfección?.

Las cosas que nos hacen indiferentes y sutilmente alejados de Dios, viviendo un ateísmo práctico, son los antivalores, los vicios, el mal y el pecado, es decir, nuestra propia libre elección de hacer lo contrario a los mandamientos de Dios, es vivir contra la vida y la familia, es hacer cosas contrarias a nuestra conciencia y que atenta contra la ética y la moral. En efecto, sólo el necio y el soberbio puede negar a Dios con su mal obrar, y rechazar la misericordia de Dios con su negación y mentira. No olvidemos que la mentira y la malicia son las causantes de esclavizarnos en las cadenas de Satanás.

Sólo quien vive en la verdad y el amor es capaz de alcanzar el cielo, y vivir la verdadera libertad de los hijos de Dios, el que trabaja con honestidad y dignidad comerá con la frente en alta el pan del cada dia y el pan de los ángeles. En este sentido, si quiere llegar al cielo comienza a mejorar tu vida haciendo el bien y alejándote del mal y de todo pecado. Es decir, conviértete y comienza a cumplir la Voluntad de Dios 


+ P. Marcos Trujillo Reaño OSJ

(Marcos)

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