El Señor Promete..
El
Señor promete la felicidad eterna a sus fieles. El perdón de los
pecados será concedido a todos aquellos que permanecieron en la
fidelidad a la fe recibida, en el testimonio del Señor y en el servicio a
los hermanos más necesitados.
Todas nuestras ropas de pecaminosidad serán lavadas y purificadas por la gracia divina.
Nuestros nombres brillarán como estrellas eternas en el libro de la vida.
Seremos, de acuerdo a la promesa hecha, reconocidos y llamados por el propio nombre delante de la grandeza de Dios. Por tanto, vigilemos y trabajemos por el bien de tantos hermanos y hermanas que aún no obtuvieron esa certeza y que aún viven en el pecado.
Sergio J. De Souza
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