Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net La tristeza y el gozo | |
Juan 16, 16-20. Pascua. Todos los cristianos deberíamos vivir en esa alegría: Cristo ha resucitado, y está presente entre nosotros. | |
Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver. Entonces algunos de sus discípulos comentaron entre sí: ¿Qué es eso que nos dice: Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver y Me voy al Padre? Y decían: ¿Qué es ese "poco"? No sabemos lo que quiere decir. Se dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo: ¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver? En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. Oración introductoria Gracias, Señor, por recordarme que los momentos de confusión, de dificultad o de tristeza, son momentos para crecer, para amar más, para centrarme en lo esencial, para crecer en la fe y la confianza. Fortaléceme Señor, para salir de esta oración más unido a Ti. Petición Padre mío, ayúdame a vivir, y a trasmitir a los demás, la alegría de tu presencia. Meditación del Papa Jesús cuando, dirigiéndose a sus discípulos, afirma: "volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y nadie os quitará vuestra alegría". Son palabras que indican una propuesta rebosante de felicidad sin fin, del gozo de ser colmados por el amor divino para siempre. Plantearse el futuro definitivo que nos espera a cada uno de nosotros da sentido pleno a la existencia, porque orienta el proyecto de vida hacia horizontes no limitados y pasajeros, sino amplios y profundos, que llevan a amar el mundo, que tanto ha amado Dios, a dedicarse a su desarrollo, pero siempre con la libertad y el gozo que nacen de la fe y de la esperanza. Son horizontes que ayudan a no absolutizar la realidad terrena, sintiendo que Dios nos prepara un horizonte más grande, y a repetir con san Agustín: "Deseamos juntos la patria celeste, suspiramos por la patria celeste, sintámonos peregrinos aquí abajo." Queridos jóvenes, os invito a no olvidar esta perspectiva en vuestro proyecto de vida: estamos llamados a la eternidad. Dios nos ha creado para estar con Él, para siempre. Esto os ayudará a dar un sentido pleno a vuestras opciones y a dar calidad a vuestra existencia. Benedicto XVI, Mensaje para la XXV Jornada Mundial de la Juventud, 2010. Reflexión Cuando muere un familiar o un amigo, sentimos una enorme tristeza, un vacío insufrible. Dejamos de verlo. Se crea en la familia, en el lugar de trabajo, en el club de amigos, un hueco que no sabemos cómo ocupar. El o ella ya no están con nosotros. Y aunque le necesitemos, ya no lo vemos... Algo parecido pasó con Cristo. Murió. Los discípulos se quedaron "fuera de combate". El mundo, la sociedad, la prensa, los orgullosos y egoístas, celebraron fiesta. Pero Cristo resucitó. Lo vieron pocos, muy pocos, y se llenaron de alegría. Todos los cristianos deberíamos vivir en esa alegría: Cristo ha resucitado, y está presente entre nosotros. Cuando nos detenemos en el frenesí de cada día y entramos en una iglesia, allí lo podemos encontrar. El "mundo" no se da cuenta de esto, pues todos tienen mucho que hacer, y les falta tiempo para abrir los ojos de la fe y encontrarse con Cristo. Pero Él está allí. Te espera, y me espera... Propósito Vivir hoy intensamente la caridad, como si fuera hoy mi último día. Diálogo con Cristo Jesús, Tú me enseñas que el amor produce alegría y paz. Y, sólo puedo realizarme en el amor, en la entrega generosa y confiada a los demás. Ayúdame a hacer esta misma experiencia cada día, porque me has creado para recibir y dar amor. |
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jueves, 9 de mayo de 2013
EL EVANGELIO DE HOY
CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, a vuestro Corazón Inmaculado nos consagramos, en acto de entrega total al Señor. Por Vos seremos llevados a Cristo, y por Él y con El seremos llevados a Dios Padre. Caminaremos a la luz de la fe, y haremos todo para que el mundo crea que Jesucristo es el Enviado del Padre.
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, a vuestro Corazón Inmaculado nos consagramos, en acto de entrega total al Señor. Por Vos seremos llevados a Cristo, y por Él y con El seremos llevados a Dios Padre. Caminaremos a la luz de la fe, y haremos todo para que el mundo crea que Jesucristo es el Enviado del Padre.
Con Él queremos llevar el Amor y la Salvación hasta los confines del mundo. Bajo la maternal protección de vuestro Corazón Inmaculado, seremos un solo pueblo con Cristo. Seremos testimonio de su Resurrección. Por Él seremos llevados al Padre, para gloria de la Santísima Trinidad, a quien adoramos, alabamos y bendecimos. Amen.
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS - 09 DE MAYO DEL 2013
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
09 DE MAYO DEL 2013
Por más que no lo quieras, en tu vida no podrás nunca prescindir del dolor; el dolor es una realidad que no depende de nosotros; se nos hace presente, queramos o no queramos; incluso se nos hace encontradizo cuanto menos lo queremos.
Pero si no podemos evitar el dolor, está en nuestras manos el saberle dar un sentido u otro, el adoptar frente a él una u otra posición, muy distinta por cierto una de otra.
Si al sufrir te enojas y protestas, con ello nada bueno consigues; solamente aumentas el sufrimiento y haces daño a tu cuerpo en su parte nerviosa y a tu espíritu en tus relaciones con Dios.
Si al sufrir aceptas el sufrimiento, le das un verdadero sentido, lo conviertes en algo positivo, eficiente, salvador y redentor de ti y de los demás; con ello te estás dignificando.
Si al sufrir llegas a amar al sufrimiento, será porque ya te ha acercado a Dios y has llegado a comprender que no es posible amar sin sufrir, ni sufrir sin amar.
"El sacrificio del justo es aceptado, su memorial no se olvidará; con ojo generoso glorifica al Señor y no escatimes las primicias de tus manos" (Eccli, 35, 6- 7). El justo ha de convertir al mero dolor en auténtico sacrificio ofrecido al Señor con amor y por amor.
Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios" de Alfonso Milagros
HACIA NUESTRA PROPIA ASCENSIÓN
Autor: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer Hacia nuestra propia ascensión | |
Las tristezas y alegrías en este mundo, son pasajeras | |
Cristo está presente. Cristo está aquí, en la tierra, con nosotros, y ya no nos abandonará jamás. Está presente en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía. Está presente en la comunidad cristiana. Está presente en nuestro corazón que es un templo de Cristo y del Dios Trino La Ascensión del Señor, nos quiere revelar algo más que su presencia invisible en medio de nosotros. Nos revela cómo se va a acabar nuestro destino, nuestra vida terrenal. Creo que ésta es una pregunta que nos inquieta a todos. Y la fiesta de la Ascensión del Señor nos da la respuesta: nuestro final será una ascensión. Algún día nos encontraremos en el cielo, lo mismo que ahora estamos reunidos en la tierra. Nuestra presencia en cada misa dominical, no hace más que prefigurar, anunciar y preparar esa gran asamblea final en torno al Señor. Al final de la misa la vida nos dispersará; pero será solo algo transitorio, hasta que llegue la hora de nuestra ascensión final. Todo es transitorio: alegrías, tristezas, bienes… Porque todo lo que pasa aquí abajo en esta tierra es transitorio. Cuántas veces nos desanimamos por cualquier contrariedad, cualquier sufrimiento y cruz, diciendo: no es posible que Dios exista y permita estas cosas; no es posible que Dios dirija nuestra vida y que la transforme de esta manera. Sí, es verdad que las cosas no nos resultan siempre fáciles. Pero esperemos, tengamos paciencia, no juzguemos hasta haber visto el final. Porque sabemos ya por experiencia que después de la Pasión y del Calvario viene siempre la Resurrección y la Ascensión. Por eso, toda tristeza es transitoria. Somos desgraciados, pero solamente por un tiempo breve. ¿Por qué recé y no me escuchó Dios? Porque Dios se reserva el derecho de darme muchas cosas y mucho mejores que las que yo me atreví a pedirle. ¿Por qué sigo enfermo, sin fuerzas? Porque pronto quedaré curado para siempre. ¿Por qué tengo que lamentar la muerte de una persona querida? ¿O por qué la vida me separa de los únicos con quienes me gusta vivir? Porque pronto me encontraré reunido para siempre. También la alegría, toda alegría de este mundo, es pasajera. Los hijos saben que no pueden tener siempre consigo a sus padres. Los padres saben también que no guardarán para siempre a sus pequeños. Y lo mismo la mujer a su marido, el marido a su mujer, y así todas las personas que se aman. No existe más que un solo lugar definitivo en el que nos juntaremos para siempre, y este sitio no está aquí abajo en esta tierra. Lo mismo con nuestros bienes: No podemos llevarlos con nosotros: los perderemos todos. Algún día, nuestras manos se abrirán para entregarlos todo. Hoy todavía estamos a tiempo de abrirlas para ofrecerlos libremente. Porque todo lo que no ofrezcamos a Dios, lo vamos a perder. Llevar el mundo a Dios. En todas las Misas, ofrecemos un poco de pan, un poco de vino – en representación de nosotros mismos, de nuestras vidas, de nuestros trabajos, de nuestros bienes. Y el sacerdote tomará todo esto y luego lo consagrará llevándolo al mundo de Dios. Así en cada una de nuestras Misas, un poco de nuestro mundo pasa a formar parte del mundo del otro mundo. En cada una de las Misas, tiene lugar la ascensión de un poco de tierra al cielo. En cada una de las Misas, los cristianos, estamos invitados a elevarnos, a separarnos un poco de la tierra, a dar un paso hacia el mundo de Dios. Preguntas para la reflexión 1. ¿He pensado en mi propia ascensión? 2. ¿Qué me costaría dejar hoy: mis bienes…? 3. ¿Vivo como si nunca fuera a dejar este mundo? |
miércoles, 8 de mayo de 2013
EL EVANGELIO DE HOY -
Autor: H. Edgar Suárez | Fuente: Catholic.net El Espíritu Santo es la vida del cristiano | |
San Juan 16, 12-15. Pascua. El Espíritu es el don que Jesús pide al Padre para nosotros, que nos ha obtenido con su Resurrección y Ascensión. | |
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tendría que decirles muchas cosas más, pero no podrían entenderlas ahora. Cuando venga el espíritu de la verdad, los iluminará para que puedan entender la verdad completa. El no hablará por su cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído, y les anunciará las cosas venideras. El me glorificará, porque todo lo que les dé a conocer, lo recibirá de mí. Todo lo que tiene el padre, también es mío; por eso les he dicho que todo lo que el Espíritu les dé a conocer, lo recibirá de mí. Oración Introductoria Señor mío, gracias por darme al Espíritu Santo. Tú me conoces muy bien y sabes que muchas cosas que me suceden no las entiendo y busco explicaciones. Jesús, yo quiero ser templo del Espíritu Santo. Petición Señor Jesús, que el Espíritu Santo me consuele y me haga ver las cosas como Tú las ves, con mucha fe. Te pido Señor, que me des el don de la amistad con el Espíritu Santo. Él es el dulce huésped de mi alma, que me guía, me consuela y me da fuerzas para no abandonar el camino del bien. Meditación del Papa En la celebración solemne de Pentecostés se nos invita a profesar nuestra fe en la presencia y en la acción del Espíritu Santo y a invocar su efusión sobre nosotros, sobre la Iglesia y sobre el mundo entero. Por tanto, hagamos nuestra, y con especial intensidad, la invocación de la Iglesia: Veni, Sancte Spiritus! ¡Ven Espíritu Santo!. Una invocación muy sencilla e inmediata, pero a la vez extraordinariamente profunda, que brota ante todo del corazón de Cristo. En efecto, el Espíritu es el don que Jesús pidió y pide continuamente al Padre para sus amigos; el primer y principal don que nos ha obtenido con su Resurrección y Ascensión al cielo. Homilía del Santo Padre Benedicto XVI en la solemnidad de Pentecostés en Roma, Domingo 23 de mayo de 2010. Reflexión El Espíritu Santo es un don que Jesús nos trae después de su resurrección. Jesucristo nos conoce muy bien y porque nos conoce nos da este gran regalo. Jesús sabe que nuestra vida en la tierra tiene sus dificultades, sus momentos de prueba, sus momentos en que parece que no vemos con claridad a Dios junto a nosotros. Sin embargo, su Espíritu está dentro de nosotros y Él nos irá guiando para tomar las decisiones correctas y más prudentes. No dudemos ni tengamos miedo porque con Él todo lo podemos. Ahora bien, todo don exige una gran responsabilidad. Cada uno de los católicos debemos cuidar que nuestro cuerpo y alma estén siempre lo mejor dignamente posible para que allí habite el Espíritu Santo, tenemos que cultivar nuestra vida de gracia. Dios nos ama y no duda nunca en atender a nuestras suplicas. No obstante, Dios nos quiere fieles y entregados confiadamente a Él. Ojalá que cada día, Dios ocupe el primer lugar en nuestra casa, en la oficina y sobre todo en nuestro corazón. Propósito Comenzaré mi día pidiendo luz al Espíritu Santo, para que me guíe a lo largo del día y me ayude a obrar y tomar decisiones correctas y buenas. Diálogo con Cristo Jesús, gracias por este inmenso don. Yo quiero cuidarlo y acrecentarlo. A partir de ahora viviré con la conciencia de que dentro de mí está el dulce huésped del ama. ¡Espíritu Santo, amigo mío, ven y acompáñame siempre! Todo buen consejo acerca de la salvación de los hombres viene del Espíritu Santo Santo Tomás, Sobre el Padrenuestro, l. c., 153 |
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS - 8 DE MAYO DEL 2013
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
8 DE MAYO DEL 2013
Dios al hombre lo hizo erecto, mirando hacia arriba; sólo el bruto animal tiene inclinada su cabeza hacia la tierra. A veces te olvidas de esto y te arrastras por la tierra llevado por tus instintos; te arrastras empujado por tus inclinaciones; te arrastras sin horizontes y sin alturas.
Otras veces te dejas arrastrar por los demás; por los que tú juzgas más avivados que tú, más entendidos en las cosas del mundo y de la vida que tú, por los que ves que triunfan con triunfos más visibles y beneficioso; te dejas seducir por los que tienen más arrastre que tú, sin pensar si ese arrastre es para el bien o para el mal.
No debes dejarte arrastrar; has de caminar erecto, con un ideal bien claro y bien fijo, que oriente todas tus acciones y sea la explicación de todos tus móviles; siempre hacia arriba y siempre con deseo de mejoramiento, de propia superación.
"Renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente, aguardando la feliz esperanza y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo" (Tito, 2, 12- 13).
Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios" de Alfonso Milagros
UN MINUTO MARIANO - 8 DE MAYO 2013
UN MINUTO MARIANO
María fue concebida sin la menor mancha por la gracia de Dios poderoso porque Dios habiéndola escogido desde toda la eternidad para ser su Madre no ha permitido ni querido que su bendito germen fuera un solo instante mancillado o concebido en pecado.
María de Santa Teresa Petyt
CAMBIA UNA VIDA
Cambia una vida
Cuantas veces llegas a tu casa en las noches y solamente puedes pensar en todo el tiempo que invertiste en esto o en aquello, muchas veces sin frutos porque las cosas no salieron como esperabas.
Y pasamos nuestro día sin dar una palabra de aliento, sin ayudar con un dinero al que menos tiene, sin invitar al menos afortunado a nuestra casa.
Hoy puede ser un día diferente para tu historia. Hoy, puedes cambiar una vida para siempre y hacer la diferencia para alguien mas. ¿Deseas trascender? ¿Quieres sentir que has hecho algo por alguien?
Este es el día que puede marcar la diferencia. Haz el propio de cambiar una vida. Detente un momento a saludar al que pide en la calle, recuérdale que Dios le ama y ayúdalo con algo que marque la diferencia, no con aquello que te sobra, sino que sacrifica tu salida a comer, la película que ibas a ver o la camisa o el perfume que ibas a comprar.
Invita a alguien a comer en tu casa, y recíbelo con el mismo amor que Jesús lo haría contigo. A partir de hoy detente un momento a hablar con esa anciana a quien todos ignoran. A partir de hoy, haz como Jesús y cambia la vida de todos los que se crucen en tu camino en cada momento.
Busca la forma, el medio, la oportunidad de hacer algo realmente importante que cambie una vida. Puedes pasar por este mundo como han pasado muchos, o puedes hacer la diferencia y trascender para siempre sabiendo que hiciste un bien de proporciones realmente cristianas a una persona. Si cada uno lo
hace, el mundo en poco tiempo será otro. No pierdas tu oportunidad, y HOY cambia una vida.
Cuantas veces llegas a tu casa en las noches y solamente puedes pensar en todo el tiempo que invertiste en esto o en aquello, muchas veces sin frutos porque las cosas no salieron como esperabas.
Y pasamos nuestro día sin dar una palabra de aliento, sin ayudar con un dinero al que menos tiene, sin invitar al menos afortunado a nuestra casa.
Hoy puede ser un día diferente para tu historia. Hoy, puedes cambiar una vida para siempre y hacer la diferencia para alguien mas. ¿Deseas trascender? ¿Quieres sentir que has hecho algo por alguien?
Este es el día que puede marcar la diferencia. Haz el propio de cambiar una vida. Detente un momento a saludar al que pide en la calle, recuérdale que Dios le ama y ayúdalo con algo que marque la diferencia, no con aquello que te sobra, sino que sacrifica tu salida a comer, la película que ibas a ver o la camisa o el perfume que ibas a comprar.
Invita a alguien a comer en tu casa, y recíbelo con el mismo amor que Jesús lo haría contigo. A partir de hoy detente un momento a hablar con esa anciana a quien todos ignoran. A partir de hoy, haz como Jesús y cambia la vida de todos los que se crucen en tu camino en cada momento.
Busca la forma, el medio, la oportunidad de hacer algo realmente importante que cambie una vida. Puedes pasar por este mundo como han pasado muchos, o puedes hacer la diferencia y trascender para siempre sabiendo que hiciste un bien de proporciones realmente cristianas a una persona. Si cada uno lo
hace, el mundo en poco tiempo será otro. No pierdas tu oportunidad, y HOY cambia una vida.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LUJAN
Oración a Nuestra Señora de Lujan
¡Oh, Santísima Virgen María! ¡Coronada Reina de Luján! Dios me ha creado para la gloria eterna.
¡Ah! ¿Quién me diera alas de paloma para volar a esa morada de felicidad?
¿Quién me abriera las puertas del cielo, y me ayudara a subir hasta el pie del Trono del Altísimo?
Concédele, oh! Santísima Virgen de Luján, vuestra protección a este hijo tuyo que gime en medio de este valle de lágrimas y sólo recibe consuelo celebrando vuestras glorias. Ayúdame a fin de que después de haberte honrado en la tierra merezca alabarte en el Cielo, por los siglos de los siglos.
Así sea.
¡Oh, Santísima Virgen María! ¡Coronada Reina de Luján! Dios me ha creado para la gloria eterna.
¡Ah! ¿Quién me diera alas de paloma para volar a esa morada de felicidad?
¿Quién me abriera las puertas del cielo, y me ayudara a subir hasta el pie del Trono del Altísimo?
Concédele, oh! Santísima Virgen de Luján, vuestra protección a este hijo tuyo que gime en medio de este valle de lágrimas y sólo recibe consuelo celebrando vuestras glorias. Ayúdame a fin de que después de haberte honrado en la tierra merezca alabarte en el Cielo, por los siglos de los siglos.
Así sea.
LA VIRGEN CUSTODIA NUESTRA SALUD
Autor: Papa Francisco
| Fuente: vatican.va
La Virgen custodia nuestra salud |
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El Papa Francisco en la basílica de Santa María la Mayor de Roma ante la imagen de la Virgen Protectora del Pueblo Romano (Salus Populi Romani), el sábado 4 de mayo de 2013 | |||
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martes, 7 de mayo de 2013
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS - 07 DE MAYO DEL 2013
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
07 DE MAYO DEL 2013
No me cabe ninguna duda de que tú quieres ser sabio y quieres ser santo: inteligente y bueno. Para ser inteligente y sabio, deberás estar mucho tiempo solo, estudiando, leyendo, meditando, profundizando en tus conocimientos; para ser santo y bueno, deberás estar con los demás, a fin de moldear tu carácter y de brindarles cuanto eres y cuanto tienes; y, al mismo tiempo, necesitarás ciertos momentos de soledad para penetrar en tu interior, a fin de irte perfeccionando.
Y tanto para ser sabio e inteligente como para llegar a ser bueno y santo, necesitarás estar siempre con Dios, que es la verdadera Inteligencia y la Santidad por esencia.
Y si llegas a ser sabio y santo, ¿me puedes decir qué más puedes anhelar en tu vida? Ya has cumplido tu misión, ya te has realizado ante tu conciencia, ante tus prójimos y ante Dios.
No pienses ser bueno, si no te entregas a Dios incondicionalmente; no pienses ser bueno sólo porque no hagas el mal; todavía te queda mucho por hacer.
"Yo soy Yahvéh, vuestro Dios; santificaos y sed santos, pues yo soy santo" (Lev, 11, 44). Tres veces repetimos "Santo, Santo, Santo", es decir: santísimo es nuestro Dios; sus hijos no podemos menos de asemejarnos al Padre, pues tenemos su misma naturaleza, que es la gracia, es decir, la santidad.
No me cabe ninguna duda de que tú quieres ser sabio y quieres ser santo: inteligente y bueno. Para ser inteligente y sabio, deberás estar mucho tiempo solo, estudiando, leyendo, meditando, profundizando en tus conocimientos; para ser santo y bueno, deberás estar con los demás, a fin de moldear tu carácter y de brindarles cuanto eres y cuanto tienes; y, al mismo tiempo, necesitarás ciertos momentos de soledad para penetrar en tu interior, a fin de irte perfeccionando.
Y tanto para ser sabio e inteligente como para llegar a ser bueno y santo, necesitarás estar siempre con Dios, que es la verdadera Inteligencia y la Santidad por esencia.
Y si llegas a ser sabio y santo, ¿me puedes decir qué más puedes anhelar en tu vida? Ya has cumplido tu misión, ya te has realizado ante tu conciencia, ante tus prójimos y ante Dios.
No pienses ser bueno, si no te entregas a Dios incondicionalmente; no pienses ser bueno sólo porque no hagas el mal; todavía te queda mucho por hacer.
"Yo soy Yahvéh, vuestro Dios; santificaos y sed santos, pues yo soy santo" (Lev, 11, 44). Tres veces repetimos "Santo, Santo, Santo", es decir: santísimo es nuestro Dios; sus hijos no podemos menos de asemejarnos al Padre, pues tenemos su misma naturaleza, que es la gracia, es decir, la santidad.
Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios" de Alfonso Milagros
UN MINUTO MARIANO - 7 DE MAYO 2013
UN MINUTO MARIANO
Antes de morir Jesús ofrece al apóstol Juan aquello más precioso que posee: su Madre, María, quien «a los pies de la Cruz, en Juan, acoge en su corazón a toda la humanidad».
Juan Pablo II
EL BUEN HUMOR...
El Buen Humor
EL BUEN HUMOR:
- Ayuda a mantener la salud: física y psicológica;
- Distiende las facciones duras del rostro.
- y quita las arrugas del espíritu.
EL BUEN HUMOR:
- Ayuda a una buena digestión, quita el estrés y
- rebaja la tensión sanguínea
EL BUEN HUMOR:
- Quita hierro al percance, desintoxica nuestro interior;
- Rejuvenece el alma y nos devuelve la alegría de vivir.
EL BUEN HUMOR:
- Relativiza los problemas de cada día;
- Es una ayuda para tener paz con uno mismmo y
- saberla transmitir a los demás.
EL BUEN HUMOR:
- Predispone a tender puentes, quitar escollos y
- seguir por el camino emprendido.
EL BUEN HUMOR:
- Evita crispaciones, enfrentamientos, mallos modos;
- Hace aflorar la bondad, la comprensión, el perdón;
- Beneficia la convivencia y la buena armonía.
EL BUEN HUMOR:
- Ayuda a mantener la salud: física y psicológica;
- Distiende las facciones duras del rostro.
- y quita las arrugas del espíritu.
EL BUEN HUMOR:
- Ayuda a una buena digestión, quita el estrés y
- rebaja la tensión sanguínea
EL BUEN HUMOR:
- Quita hierro al percance, desintoxica nuestro interior;
- Rejuvenece el alma y nos devuelve la alegría de vivir.
EL BUEN HUMOR:
- Relativiza los problemas de cada día;
- Es una ayuda para tener paz con uno mismmo y
- saberla transmitir a los demás.
EL BUEN HUMOR:
- Predispone a tender puentes, quitar escollos y
- seguir por el camino emprendido.
EL BUEN HUMOR:
- Evita crispaciones, enfrentamientos, mallos modos;
- Hace aflorar la bondad, la comprensión, el perdón;
- Beneficia la convivencia y la buena armonía.
RETRATO DE UNA MADRE
Retrato de una Madre
Autor: Monseñor Ramón Ángel Jara.
Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados.
Una mujer que siendo joven, tiene la reflexión de la anciana; y en la vejez, trabaja con el ardor de la juventud.
Una mujer que si es ignorante, descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio; y si es instruida, se acomoda a la simplicidad de los niños.
Una mujer que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama; y siendo rica, daría con gusto todo su tesoro por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Una mujer que siendo vigorosa, se estremece con el vagido de un niño; y siendo débil, se reviste con la bravura de un león.
Una mujer que mientras vive, no la sabemos estimar porque a su lado todos los dolores se olvidan; pero después de muerta, daríamos todo lo que tenemos por mirarla sólo un instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchas un solo acento de sus labios.
De esta mujer no me exijáis el nombre, si no queréis que empañe con lágrimas estas paginas… porque ya la ví pasar en mi camino.
Cuando crezcan vuestros hijos, leedles estas páginas y ellos cubriendo de besos vuestra frente, os dirán que un humilde viajero, en pago del suntuoso hospedaje recibido, ha dejado aquí para vos y para ellos, un boceto del retrato de una madre.
Autor: Monseñor Ramón Ángel Jara.
Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados.
Una mujer que siendo joven, tiene la reflexión de la anciana; y en la vejez, trabaja con el ardor de la juventud.
Una mujer que si es ignorante, descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio; y si es instruida, se acomoda a la simplicidad de los niños.
Una mujer que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama; y siendo rica, daría con gusto todo su tesoro por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Una mujer que siendo vigorosa, se estremece con el vagido de un niño; y siendo débil, se reviste con la bravura de un león.
Una mujer que mientras vive, no la sabemos estimar porque a su lado todos los dolores se olvidan; pero después de muerta, daríamos todo lo que tenemos por mirarla sólo un instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchas un solo acento de sus labios.
De esta mujer no me exijáis el nombre, si no queréis que empañe con lágrimas estas paginas… porque ya la ví pasar en mi camino.
Cuando crezcan vuestros hijos, leedles estas páginas y ellos cubriendo de besos vuestra frente, os dirán que un humilde viajero, en pago del suntuoso hospedaje recibido, ha dejado aquí para vos y para ellos, un boceto del retrato de una madre.
DARÉ MI VIDA...
Daré mi vida
San Juan Crisóstomo fue condenado al destierro por el emperador. Al saber tal noticia, un inmenso gentío se reunió en la catedral, y Juan Crisóstomo pronunció uno de sus más hermosos sermones.
Decía: “¿Que me destierran? ¿A qué sitio me podrán enviar que no esté mi Dios allí cuidando de mí?
San Juan Crisóstomo fue condenado al destierro por el emperador. Al saber tal noticia, un inmenso gentío se reunió en la catedral, y Juan Crisóstomo pronunció uno de sus más hermosos sermones.
Decía: “¿Que me destierran? ¿A qué sitio me podrán enviar que no esté mi Dios allí cuidando de mí?
¿Que me quitan mis bienes? ¿Qué me pueden quitar si ya los he repartido todos? ¿Que me matarán? Así me vuelvo más semejante a mi Maestro Jesús, y como Él, daré mi vida por mis ovejas…”.
lunes, 6 de mayo de 2013
UN MINUTO MARIANO - 6 DE MAYO 2013
María es nuestra Madre, la
causa de nuestra alegría. Por ser Madre, yo jamás he tenido dificultad
alguna en hablar con María y en sentirme muy cercana a Ella.
Madre Teresa
de Calcuta
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS - 06 de Mayo del 2013
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
06 de Mayo del 2013
El dolor tiene su aspecto amargo, pero también lo tiene dulce; todo dependerá del lado que nosotros miremos.
Es duro trabajar muchos días sembrando la semilla y cuidándola; pero es agradable recoger la cosecha; es duro pasar horas estudiando, pero es agradable recibir el título y la aprobación; es duro realizar esfuerzos y más esfuerzos para construir la casa, pero es agradable poseer luego su propio hogar; es duro realizar cualquier esfuerzo, pero es luego muy agradable gozar del fruto de los esfuerzos realizados.
Para llegar a ser bueno de veras, hay que hacer también grandes esfuerzos, conseguir duras victorias, pero luego podemos gozar de la alegría de llegar a ser lo que debemos ser. No nos desalienten los esfuerzos que haya que realizar; aliéntennos más bien los resultados conseguidos por esos esfuerzos.
Dios permitirá éxitos y fracasos; pero no nos pide ni unos ni otros; Dios solamente nos pide nuestra acción apostólica; lo demás corre por su cuenta. "Ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que hace crecer" (1 Cor. 3, 7).
Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios" de Alfonso Milagros
ORACIÓN DE LA MAÑANA: LAS SIETE SONRISAS
Oración de la mañana
Las Siete Sonrisas
El coloquio de las
siete sonrisas es una devoción personal creada para que
entres en intimidad con tu Padre del cielo, Jesús, El
Espíritu Santo y con toda la familia
celestial.
PASOS A
SEGUIR:
1. Señal de la
cruz.
2. Recita cada una
de las oraciones. (La puedes hacer en cualquier momento
del día, pero preferiblemente en la mañana).
OBSERVACIÓN: Si el
tiempo no te alcanza, basta con que les brindes una
sencilla sonrisa… debes saber que Dios te ama y lo único
que espera es una palabra Cariñosa salida desde lo más
profundo de tu corazón, Pero recuerda: Obras son Amores
y no buenas Razones.
SONRISA PARA TU PAPÁ DEL
CIELO
Gracias Padre, por
haberme creado. Si existo es porque Tú, Padre Bueno, me
soñaste y quieres tenerme un día contigo en el cielo.
Como hijo tuyo que soy, quiero esforzarme hoy al máximo
por ser tierno y fiel, hacer siempre lo que te agrada,
para que estés siempre conmigo y no causarte nunca un
disgusto.
SONRISA A
JESÚS
Gracias Hijo, por haber muerto en la
cruz por mis pecados. Por ofrecerte a mí como la verdad
sobre el camino hacia la vida, porbrindarme tu Cuerpo y
tu Sangre, y por esperar, ¡Oh Divino Prisionero de
Amor!; una visita mía en cada sagrario donde estás
abandonado. Prometo acatar tus enseñanzas y aprovechar
tus Sacramentos, mostrarte a tí, Médico Divino: mis
llagas y aceptar tu yugo. Quiero ofrecerte hoy las
flores de mis pequeños sacrificios para que revivas en
mi cuerpo tu pasión, y nadie se pierda de aquellos que
Tú me has confiado.
SONRISA AL ESPÍRITU
SANTO
Gracias Espíritu
Santo, por vivir dentro de mí desde el día de mi
bautismo, haciéndome templo de Dios; y por no cansarte
nunca en querer hacer de mí un santo. Quiero hoy
irradiar tu luz, tu fuerza, tu amor sobre todos aquellos
que me pondrás en el camino.
SONRISA A LA MAMÁ DEL
CIELO
Gracias Mamá Maria
por haberme aceptado como hijo (a) al pie de la cruz.
Que nunca tengas que llorar por mi culpa. Quiero mas
bien hacerte llorar de alegría. Seas hoy y siempre mi
dulce madre espiritual dando a luz a Jesús en
mí.
SONRISA PARA TÚ SANTO ÁNGEL DE LA
GUARDA
Gracias Ángel de mi
guarda, por custodiarme y defenderme tan asiduamente.
Prometo oír tu voz, acatar tus indicaciones que me
indicarán la voluntad divina y dejarme guiar por ti.
Porque sé que escuchando tu voz no me
equivocaré.
SONRISA PARA LOS
SANTOS DEL CIELO
Gracias hermanos del
cielo, por haberme mostrado en este tierra la manera de
agradar a Dios, y por mostrarme cuan bueno y generoso es
Él, con aquellos que le aman y cumplen sus mandatos. Os
pido intercedan por mí, para que yo también llegue a la
santidad y pueda estar un día con ustedes en la inmensa
felicidad de contemplar el rostro de nuestro Padre
Dios.
SONRISA PARA LAS ALMAS DEL
PURGATORIO
Gracias almitas del
purgatorio por todos los favores que me hacen; ya que
ustedes no pueden acumular meritos a su favor, agradezco
que me los regaléis y ayudéis así a no cometer las
mismas faltas por las que ustedes están en etapa de
purificación, a cambio de todo esto, pediré por ustedes
durante las eucaristías a las que asista y en mis
oraciones, para que pronto puedan alcanzar la dicha del
Cielo.
Estas sonrisas las
puedes hacer en las mañanas al levantarte o en cualquier
momento del día.
RECUERDA: tan solo
necesitas una mirada al cielo para que desde allá te
escuchen.
******
sábado, 4 de mayo de 2013
EL EVANGELIO DEL DIA
Autor: Francisco Sunderland | Fuente: Catholic.net Volverán a encontrarse con el Padre | |
Juan 14, 6-14. Fiesta de Felipe y Santiago Apóstoles. Jesús es la vida que da la paz, la alegría y la fuerza que tanto deseamos. | |
En aquel tiempo dijo Jesús a Tomás: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto. Le dice Felipe: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Le dice Jesús: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. Oración introductoria Ven, Espíritu Santo, inspira este momento de oración, para descubrir o confirmar el camino, la verdad y el estilo de vida que me propone Cristo Resucitado y pueda vivir así, en plenitud, la voluntad de Dios. Petición Concédeme, Padre Bueno, vivir ese amor unitivo con Cristo, que Tú concedes a quienes te lo piden. Meditación del Papa El cristianismo, religión del Logos, no relega la fe al ámbito de lo irracional, sino que atribuye el origen y el sentido de la realidad a la Razón creadora, que en el Dios crucificado se manifestó como amor y que invita a recorrer el camino del quaerere Deum: "Yo soy el camino, la verdad y la vida". Comenta aquí santo Tomás de Aquino: "El punto de llegada de este camino es el fin del deseo humano. Ahora bien, el hombre desea principalmente dos cosas: en primer lugar el conocimiento de la verdad que es propio de su naturaleza. En segundo lugar, la permanencia en el ser, propiedad común a todas las cosas. En Cristo se encuentran ambos... Así pues, si buscas por dónde pasar, acoge a Cristo porque él es el camino". El Evangelio de la vida ilumina, por tanto, el camino arduo del hombre, y ante la tentación de la autonomía absoluta, recuerda que "la vida del hombre proviene de Dios, es su don, su imagen e impronta, participación de su soplo vital". Y es precisamente recorriendo la senda de la fe como el hombre se hace capaz de descubrir incluso en las realidades de sufrimiento y de muerte, que atraviesan su existencia, una posibilidad auténtica de bien y de vida. (Benedicto XVI, 3 de mayo de 2012).. Reflexión Toda la vida de Jesús gira en torno a su Padre. Se puede decir que está realmente enamorado de Él. Busca complacerlo en todo y hacer de su voluntad la primera prioridad de su vida. "Señor, enséñanos al Padre y eso nos bastará". ¿Por qué pide esto Felipe que es el mismo discípulo que dijo a Jesús "enséñanos a orar?" Tal vez sea porque ve a Jesús tan alegre en su quehacer cotidiano de frente al Padre, porque ve que el estar con el Padre le da tanta energía y entusiasmo. Tal vez sea porque él mismo quisiera experimentar esa felicidad que ve Jesús cuando está con el Padre. Jesús responde que el secreto de su gozo, es decir, estar con el Padre, no es tan oculto como parece. La clave está en estar con Jesús que siempre está cercano a nosotros, dispuesto a venir cuando lo llamemos. Propósito Al final del Evangelio dice Jesús que aquello que pidamos en su nombre lo concederá. Que la primera petición sea justamente esa: Jesús, quiero estar contigo, permíteme conocerte más. Diálogo con Cristo Jesús, eres camino, camino al Padre. Jesús eres verdad, verdad de que podemos conocer a Dios y amarlo. Jesús eres vida, vida que da la paz, la alegría y la fuerza que tanto deseamos como Felipe. Conoce más acerca de la Fiesta de Felipe y Santiago Apóstoles |
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS - 04 de Mayo 2013
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
04 de Mayo 2013
Cuando niños hemos jugado varias veces a "cara o cruz"; y ahora que somos adultos debemos vivir a "cara y cruz".
Porque la vida está así constituida: con muchas caras y no pocas cruces; y pretender prescindir de la cara, para mirar solamente las cruces, es ser pesimistas y volverse misántropo y fatalista. Aunque pretender cerrar los ojos a la cruz, para mirar solamente a la cara, es ingenuo y termina por desilusionar.
El cristiano debe admitir ambas: la cara y la cruz; la cara bonita del amor y la cruz fea del dolor; la cara grata del gozo y la cruz ingrata del sufrimiento; la cara sonriente de la alegría y la cruz aristada de las lágrimas; la cara agradable del bien y la cruz desagradable del mal.
Y todo: cara y cruz, viene de Dios; pero es preciso saber descubrir los caminos por los que llegan a nosotros la cara y la cruz, que no son los caminos de la fatalidad, sino los de la Providencia amorosa del Señor.
La mano derecha y la mano izquierda de Dios, ambas son manos de Dios, y Dios tanto te ama cuando te toca con la mano derecha como cuando te prueba con la izquierda. “A la nave la inventó el afán de lucro y la sabiduría fue el artífice que la construyó, y es tu Providencia, Padre, quien la guía... mostrando que de todo peligro puedes salvar"(Sa b, 14,2-4).
Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios" de Alfonso Milagros
AMISTAD: GRATITUD DE UN AMIGO
Amistad: gratitud de un amigo
Por la amistad que me manifiestas, por mis defectos que no percibes, por mis valores que tú acrecientas, por mi fe que tú alimentas, por esta paz que nos trasmitimos, por este pan de amor que repartimos, por el silencio que lo dice casi todo, por esa mirada que dice: Amigo, sigue adelante.
Porque tú no callas y no consientes; por la pureza de esos sentimientos, por la presencia en todos los momentos, por estar presente aunque estés ausente, por ser feliz cuando me ves contento, por entristecerte cuando yo estoy triste, por reír conmigo cuando estoy risueño, por reprenderme cuando cometo errores, por mi secreto siempre bien guardado, por tu secreto que sólo yo conozco y por parecerte que sólo yo merezco, por dirigirte a Dios en todo instante, por ese amor fraterno tan constante, por todo eso y mucho más, yo digo:
QUE DIOS TE BENDIGA, MI QUERIDO AMIGO.
QUE DIOS TE BENDIGA, MI QUERIDO AMIGO.
AMOR POR ODIO
Amor por odio
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD
Un hombre de Marsella, caminando a la par del padre Calage, el gran amigo de los pobres, le grito bruscamente:
Un hombre de Marsella, caminando a la par del padre Calage, el gran amigo de los pobres, le grito bruscamente:
– ¡Te odio!
– Pues si supieras cuánto te amo... le respondió el humilde sacerdote.
Si nos dejamos llevar por los primeros impulsos, fácilmente cometeremos errores. “No te vengarás ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo” (Lv 19,18). Quien no se venga no es un cobarde; al contrario, se necesita mucha valentía para no responder con la misma moneda y ser capaz de detener la espiral de la violencia. “Ya llegará el tiempo en que verás arruinados a los que arruinaron la tierra” (Ap 11,18), pues “el que hiera mortalmente a cualquier ser humano, morirá” (Lv 24,17).
En lugar de la venganza, es mejor acercarse al otro y darle un abrazo. Esto es lo que manda Jesús. “Habéis oído que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Pues yo os digo: No resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla, vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda” (Mt 5,38-42).
Amar a los amigos es fácil; eso lo hacen también los paganos. Para ser hijos de Dios, hay que amar también a los enemigos, orar por los que nos persiguen y ser perfectos como Él que hace salir el sol sobre malos y buenos (Mt 5,44-48).
A la violencia se la vence con la no violencia, no con la fuerza bruta. San Pablo enseña cómo tratar al que nos ha ofendido: “Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis... No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien” (Rm 12,14.21).
No es fácil vencer el mal con el bien; sólo los que se apoyan en Jesús y cuentan con la gracia de Dios pueden hacerlo. Pero es la única forma de acabar con la violencia.
¿Quién iba a decir que un hombre tan pequeño como Ghandi, no usando la violencia, iba a ser capaz de doblegar al imperio Británico?
– Pues si supieras cuánto te amo... le respondió el humilde sacerdote.
Si nos dejamos llevar por los primeros impulsos, fácilmente cometeremos errores. “No te vengarás ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo” (Lv 19,18). Quien no se venga no es un cobarde; al contrario, se necesita mucha valentía para no responder con la misma moneda y ser capaz de detener la espiral de la violencia. “Ya llegará el tiempo en que verás arruinados a los que arruinaron la tierra” (Ap 11,18), pues “el que hiera mortalmente a cualquier ser humano, morirá” (Lv 24,17).
En lugar de la venganza, es mejor acercarse al otro y darle un abrazo. Esto es lo que manda Jesús. “Habéis oído que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Pues yo os digo: No resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla, vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda” (Mt 5,38-42).
Amar a los amigos es fácil; eso lo hacen también los paganos. Para ser hijos de Dios, hay que amar también a los enemigos, orar por los que nos persiguen y ser perfectos como Él que hace salir el sol sobre malos y buenos (Mt 5,44-48).
A la violencia se la vence con la no violencia, no con la fuerza bruta. San Pablo enseña cómo tratar al que nos ha ofendido: “Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis... No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien” (Rm 12,14.21).
No es fácil vencer el mal con el bien; sólo los que se apoyan en Jesús y cuentan con la gracia de Dios pueden hacerlo. Pero es la única forma de acabar con la violencia.
¿Quién iba a decir que un hombre tan pequeño como Ghandi, no usando la violencia, iba a ser capaz de doblegar al imperio Británico?
UN MINUTO MARIANO
UN MINUTO MARIANO
Las madres de la tierra no
abandonan nunca a sus hijos. Del mismo modo María, que ama tanto a sus hijos
durante la vida, con cuánta ternura, con cuánta bondad acudirá a
protegerlos en sus últimos instantes, cuando mayor es la necesidad.
San
Juan Bosco
FELIPE, EL QUE SE FIÓ DE CRISTO
Autor: P Juan Ferrán LC | Fuente: Catholic.net Felipe, el que se fió de Cristo | |
No le pide explicaciones; no le pregunta qué significa aquello de seguirle, no le pide tiempo para pensárselo. | |
Vamos a contemplar en la figura de Felipe especialmente un aspecto que se repite a lo largo de su contacto con el Maestro varias veces: Felipe es un hombre que se fía de Cristo. En los Evangelios la confianza en Dios se convierte desde el principio, tanto en una condición para seguir a Cristo como en una necesidad de cara a los milagros que Jesús hace. Con la fe se puede todo: se echan demonios, se devuelve la vista a los ciegos o la salud a los leprosos, se trasladan montes o árboles. Es impensable la relación con Cristo de los Apóstoles y de los Discípulos sin fe. Incluso podemos afirmar que la traición de Judas se empezó a gestar por culpa de su falta de fe en Jesús. El mismo Jesús enseña que sin fe no se puede agradar a Dios. Así en las diatribas a los fariseos les acusa de descuidar la fe (Mt 23,23). Pone la fe como condición para no perecer (Jn 3,16). La fe es también el camino seguro hacia la vida eterna (Jn 6,35-40). Y proclama dichosos a quienes sin ver crean (Jn 20, 24-29). Para un cristiano la esencia de la confianza en Dios es contemplar en Jesucristo al Mesías, al Esperado de las Naciones, al Hijo de Dios que viene a salvarnos, que viene a guiarnos, que viene a enseñarnos, convirtiéndose así en "camino, verdad y vida". En esta confianza en Dios entra también la Iglesia, divina y humana, instrumento de salvación y certeza de los bienes futuros. Y entra también la Persona del Papa, Vicario de Cristo, Maestro de nuestra fe y Pastor de nuestros corazones. Fiarse de Dios es, pues, entregarse a Dios sin condiciones, sin exigencias, sin reticencias, en la certeza de que él es lo mejor que tenemos, El único que no nos puede fallar, la Verdad que nos puede guiar en la confusión de la vida. Fiarse de Dios es poner a su servicio nuestra inteligencia y nuestra libertad sin pedirle pruebas. Fiarse de Dios es creer de veras en el que tanto nos ama. En la vida de Felipe hay varios momentos en los que tiene que vivir la confianza a tope, es decir, fiarse de Cristo. A todo Apóstol, llamado por Cristo, se le exige de una forma radical fiarse de su Maestro. Es verdad que Cristo realizó grandes signos ante sus Apóstoles, como echar demonios, resucitar muertos, devolver la vista a los ciegos o la salud a los leprosos, pero indudablemente la confianza en él estaba más allá de estas cosas, porque la confianza no es asombro, sino entrega incondicional. Se puede en la vida admirar, pero no amar. Se puede en la vida asombrarse ante un gesto de alguien, pero ello no significa decisión de seguirlo. Se pude en la vida quedarse anonadado ante un líder, pero ello no lleva a dar la vida por él sin más. Vamos a recorrer esos momentos en que Felipe se fía de Cristo. Sígueme (Jn 1,43). Es una de las pocas veces que Cristo, en el momento de llamar a sus Apóstoles, se dirige a uno de ellos con esta palabra. Nada sabíamos hasta ese momento de Felipe: ¿Quién era? ¿Quién le había acercado a Cristo? ¿Qué sabía él de Cristo? El caso es que Felipe escucha aquella invitación y a continuación él mismo acerca a Natanael a Cristo anunciándole que él es el Mesías de quien había hablado Moisés. En el comportamiento de Felipe percibimos e intuimos que se fía plenamente de Cristo. No le pide explicaciones; no le pregunta qué significa aquello de seguirle, no le pide tiempo para pensárselo. Simplemente la personalidad de Cristo le cautiva de tal manera que él se entrega sin más. Allí comienza una vida de fidelidad, con sus altibajos, hasta ese momento culminante en que da la vida por el Maestro. ¿Dónde nos procuraremos panes para que coman éstos? (Jn 6,5-7). Nos encontramos ante una escena bellísima. Cristo se da cuenta de que le estaba siguiendo mucha gente y quiere ayudarles, no sólo espiritualmente, sino también materialmente. Se dirige a Felipe sin más y le hace la pregunta citada. El Evangelio dice intencionadamente que lo hace para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. El bueno de Felipe le hace un cálculo humano correcto: Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco. Después viene el milagro. Detengámonos un momento realmente en lo que Cristo pretende con Felipe al hacerle aquella pregunta. Jesús quiere fortalecer la confianza absoluta de Felipe y por ello, a través de aquel milagro, le va a enseñar que él se debe fiar siempre de su Maestro, aunque las dificultades parezcan insalvables. Sin duda, tras el milagro, Felipe se dio cuenta de que en toda ocasión y circunstancia había que fiarse de Jesús. Así la fe de Felipe en Jesús maduró un poco más. Señor, muéstranos al Padre y nos basta (Jn 14,8-9). Es como un arrebato de Felipe que escucha emocionado las tiernas palabras de Cristo sobre el Padre. Y Cristo le responde: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Otra vez una invitación a la confianza plena. Es como si le dijera: "Cree en todo lo que te digo y enseño". El misterio de Dios sólo puede entrar en la mente humana a través de la fe, y por eso Cristo le está pidiendo que crea en las verdades que enseña agarrándose de la fe. Ese va a ser el medio con el que Felipe va a contar para recorrer el difícil camino de la vida, especialmente cuando muy pronto vaya a vivir el drama de la pasión y su fe se achique ante la muerte del Maestro. Para nosotros cristianos, seguidores de Cristo, que arrastramos ya una historia de la Iglesia en la que se ha visto tan claramente la mano de Dios, es imperdonable el no fiarnos de Dios. Es realmente maravilloso el constatar cómo las puertas del mal no han prevalecido contra la Iglesia de Cristo. Y es que al cristiano de hoy le siguen alentando aquellas palabras de Jesús: Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt 28,20). Ante esta realidad, vamos a reflexionar qué implica para nosotros, hombres, este fiarnos de Cristo y las dificultades que encontramos a veces para ello. Fiarnos de Dios para nosotros es, ante todo, doblegar nuestra mente con la humildad ante el que nos supera plenamente. Los hombres de hoy le damos excesiva importancia a nuestra razón. Exigimos que la razón sea la norma de la verdad. No somos conscientes de cómo nuestra razón puede estar tocada por el subjetivismo o el relativismo. Al vivir en un mundo tremendamente pragmático y empírico queremos que todo pase por la razón, incluso Dios. No somos conscientes de que Dios nos supera absolutamente y que, por tanto, no puede caber su infinitud en nuestra finitud. Sería como querer meter el mar en una pequeña charca. Por eso, una de las realidades que en la vida cotidiana embellece más a la razón es reconocer su propia pequeñez y sus limitaciones. Precisamente en la fe puede encontrar la razón las certezas, las seguridades, el conocimiento que por sí misma no puede alcanzar. La humildad de la razón se llama lucha contra el racionalismo, el orgullo y la vanidad; y se manifiesta en la sencillez, en la conciencia de sus propias limitaciones y en la paz del que se fía en alguien que es más grande que ella, porque la ha creado. Fiarnos de Dios para nosotros es, también, aprender a ver su amor y su presencia en las circunstancias de la vida, tanto favorables como adversas; es poner más nuestra confianza en él que en nuestros esfuerzos; es esperarlo más todo de él que de los demás. Es confiar en su Providencia que no permite que se nos caiga un pelo de la cabeza sin su consentimiento. Muchas veces los cristianos damos la impresión de que, confiando en Él, tenemos miedo a que Dios se distraiga, no se entere, no nos eche una mano. Y tendríamos que hacer ver a los demás que la confianza en Dios está muy encima de nuestras seguridades personales. Da mucha paz al corazón del hombre que lucha todos los días por sacar un hogar adelante, por educar a los hijos, por mantenerse en el camino correcto la certeza de un Dios Padre que le acompaña, que siente con él, que le protege. Esta certeza es la confianza auténtica. Fiarnos de Dios para nosotros es, finalmente, erradicar de cara al futuro esa ansiedad que nos lleva con frecuencia a olvidarnos de Dios y a poner nuestro corazón y nuestras fuerzas en objetivos que consideramos fundamentales para nuestra vida. A veces constatamos que el corazón es prisionero de la ansiedad, que vivimos desasosegados, que no tenemos tiempo para pensar en las verdades esenciales de la vida. No se trata de vivir el reto del futuro con inconciencia, sino más bien de encontrar respuestas para este futuro en el Corazón de Dios, no dejando de luchar al mismo tiempo por lo inmediato. El problema se agudiza cuando el futuro nos atormenta como si todo dependiera de uno mismo o de las circunstancias. Un cristiano no puede vivir en esa dinámica. Para algo nos fiamos de Dios, sabiendo al mismo tiempo que Dios nos apremia, nos exige, nos anima a luchar. Todo esto se podría aplicar al campo de la propia santidad, de la familia, de la vida profesional, de los retos personales. Impresiona en la vida de los Apóstoles como se lanzaron a un futuro incierto, solamente confiados en la Palabra de Aquél que los invitaba a seguirle. )¿e qué iban a vivir? ¿Y sus familias? ¿Y su futuro? ¿Y si fallaba el plan? |
viernes, 3 de mayo de 2013
EL EVANGELIO DE HOY
Autor: María Cruz | Fuente: Catholic.net Dios envió a su Hijo para salvarnos. | |
Juan 3, 13-17. Fiesta La Santa Cruz. Gracias Señor Jesús, porque entregaste tu vida en la cruz. | |
En aquel tiempo Jesús dijo a Nicodemo: Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por Él vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. Oración introductoria Señor Jesús, hoy que se celebra la Santa Cruz, en algunos países, quiero agradecerte el que hayas aceptado el anonadarte a Ti mismo para venir a salvarme. Que nunca me acostumbre o sea indiferente ante tu sacrificio en la cruz. Concédeme que en esta oración pueda percibir un poco más tu amor, vivo y verdadero, para buscar, con tu gracia, corresponderte. Petición Jesucristo, dame tu gracia para cargar mi cruz con amor y paciencia, contemplándote siempre a Ti, que vas mostrándome el camino que debo seguir. Meditación del Papa Dios se ha mostrado verdaderamente, se ha hecho accesible, ha amado tanto al mundo que -nos ha dado a su hijo Unigénito, para que quien cree en Él no se pierda sino que tenga vida eterna-, y en el supremo acto de amor de la cruz, sumergiéndose en el abismo de la muerte, la ha vencido, ha resucitado y nos ha abierto también a nosotros las puertas de la eternidad. Cristo nos sostiene a través de la noche de la muerte que Él mismo ha atravesado; es el buen Pastor, bajo cuya guía nos podemos confiar sin temor, ya que Él conoce bien el camino, ha atravesado también la oscuridad. (...) Se nos invita, una vez más, a renovar con valor y con fuerza nuestra fe en la vida eterna, es más, a vivir con esta gran esperanza y a dar testimonio de ella al mundo: después del presente no está la nada. Y precisamente, la fe en la vida eterna da al cristiano el valor para amar aún más intensamente esta tierra nuestra y trabajar para construirle un futuro, para darle una esperanza verdadera y segura. Benedicto XVI, 2 de noviembre de 2011. Reflexión Hoy celebramos la fiesta de la Cruz, símbolo del cristiano. En este diálogo entre Jesús y Nicodemo se anuncia de una manera oculta el momento supremo de la vida de nuestro Salvador: la crucifixión. La cruz no es sólo un símbolo material, sino la guía de nuestra vida. Dios en su gran amor, viendo la necesidad que tenía el mundo de ser salvado, no dudó en entregar a su propio Hijo para su salvación. Las circunstancias históricas concurrieron para que la redención se realizara por medio de la cruz. A partir de este acontecimiento la cruz se ha convertido en señal de salvación para todo el que cree que Jesús es el redentor del hombre. A pesar de que Jesús se puso el primero en el padecer no nos resulta fácil asumir la realidad de la cruz y todos la esquivamos de la mejor manera posible. Pero si ser cristiano es seguir al crucificado, ¿por qué rehusamos seguir sus huellas? Sólo desde el amor se entiende esta entrega, y sólo el amor hace posible convertir en alegría las mayores angustias de la vida. Es cuestión de amor, y cuando algo nos cuesta mucho es señal de que el termómetro del amor marca baja temperatura. Propósito Participar en una hora eucarística o hacer un acto de adoración a la Santa Cruz. Diálogo con Cristo Señor Jesús, que por nuestro amor entregaste tu vida en la cruz, te pedimos acrecientes en nosotros el amor para que podamos asumir con prontitud de ánimo los sufrimientos de la vida. |
¿QUIERES HABLAR CON DIOS?
¿QUIERES HABLAR CON DIOS?
Cada día resulta más fácil comunicarse con los hombres;
pero, ¿y con Dios?.
Aquí tienes ocho reglas para llamarle y contar con Él, cuando desees:
Marca el prefijo correcto. No a lo loco.
Una conversación telefónica con Dios no es un monólogo.
No hables sin parar, escucha al que habla al otro lado.
Si la conversación se interrumpe, comprueba si has sido tú el causante del corte.
No adoptes la costumbre de llamar sólo en casos de urgencia.
Eso no es trato de amigos.
No seas tacaño. No llames sólo a las horas de "tarifa reducida",
es decir, cuando toca, o en fines de semana.
Una llamada breve en cualquier momento del día sería ideal.
Las llamadas son gratuitas y no pagan impuestos.
No olvides decirle a Dios que te deje en el contestador
todos los mensajes que quiera y cuando quiera.
Toma nota de las indicaciones que Él te diga para que no las eches en olvido.
Si a pesar del cumplimiento de estas reglas la comunicación se torna difícil, dirígete con toda confianza a las oficinas del Espíritu Santo.
Él restablecerá la comunicación.
Si tu teléfono no funciona, llévalo al taller de reparación
que lleva por nombre "Sacramento del Perdón".
Allí todas las reparaciones son gratuitas y tienen una garantía de por vida.
UN MINUTO MARIANO
Un Minuto Mariano
La Santísima Virgen enseña que el Santo Rosario es una oración particularmente querida a su corazón tan humilde en apariencia, pero tan llena de su fruto sobrenatural.
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