domingo, 22 de enero de 2017

NOVENA A SAN JUAN BOSCO, DEL 22 AL 30 DE ENERO


Novena a San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud
22 al 30 de enero


 (ACI).- “Dios no abandona a ninguno; quien a Él recurre con el corazón limpio del pecado y con la oración bien hecha, obtendrá todo lo que necesite”, decía San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, cuya fiesta se celebrará el próximo 31 de enero.


Cercanos a esta gran festividad, aquí una novena en honor al Santo de los jóvenes y fundador de la Familia Salesiana:


Primer Día de la Novena a San Juan Bosco

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Oración inicial

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: "Me basta que seáis jóvenes para que os quiera". Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.

Oración para el primer día

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ardiente que tuviste a Jesús Sacramentado y por el celo con que propagaste su culto, sobre todo con la asistencia a la Santa Misa, con la Comunión frecuente y con la visita cotidiana; alcánzanos la gracia de crecer cada vez más en el amor y práctica de tan santas devociones, y de terminar nuestros días fortalecidos y confortados por el celestial alimento de la Divina Eucaristía. Amén.

Oración para obtener una gracia

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría, Dios te Salve y Gloria.

Oración a Don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,  
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén.



Segundo Día de la Novena a San Juan Bosco


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Oración inicial

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: "Me basta que seáis jóvenes para que os quiera". Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.

Oración para el segundo día

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ternísimo que tuviste a María Auxiliadora, vuestra Madre y Maestra; alcánzanos una verdadera y constante devoción a tan dulcísima Madre, a fin de que, como hijos suyos devotísimos, podamos merecer su valioso patrocinio en esta vida y de un modo especial en la hora de nuestra muerte.

Oración para obtener una gracia

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría, Dios te Salve y Gloria.

Oración a Don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,  
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén.



Tercer Día de la Novena a San Juan Bosco



En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Oración inicial

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: "Me basta que seáis jóvenes para que os quiera". Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.

Oración para el tercer día

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor filial que tuviste a la Santa Iglesia y al Sumo Pontífice, a quien defendiste constantemente; alcánzanos la gracia de ser siempre dignos hijos de la Iglesia Católica, y de amar al Papa y venerar en él al Infalible Vicario de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración para obtener una gracia

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría, Dios te Salve y Gloria.

Oración a Don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,  
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén.




Cuarto Día de la Novena a San Juan Bosco


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Oración inicial

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: "Me basta que seáis jóvenes para que os quiera". Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.

Oración para el cuarto día

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor grande con que amaste a la Juventud y le hiciste de Padre y Maestro, y por los heroicos sacrificios que sobrellevaste por su salvación; haz que también nosotros amemos con un amor santo y generoso a esta porción elegida del Sagrado Corazón de Jesús, y que en todo joven contemplemos la persona adorable de nuestro divino Salvador.

Oración para obtener una gracia

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría, Dios te Salve y Gloria.

Oración a Don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,  
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén.





Quinto Día de la Novena a San Juan Bosco



En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Oración inicial

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: "Me basta que seáis jóvenes para que os quiera". Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.

Oración para el quinto día

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que a fin de continuar y extender siempre más tu santo apostolado, fundaste la Sociedad Salesiana y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora; haz que los miembros de estas dos Familias Religiosas estén siempre llenos de tu espíritu y sean fieles imitadores de tus heroicas virtudes.

Oración para obtener una gracia

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría, Dios te Salve y Gloria.

Oración a Don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,  
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén.



Sexto Día de la Novena a San Juan Bosco


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Oración inicial

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: "Me basta que seáis jóvenes para que os quiera". Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.

Oración para el sexto día

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que a fin de obtener en el mundo más abundantes frutos de fe práctica y ternísima caridad, instituiste la Unión de los Cooperadores Salesianos; haz que éstos sean siempre modelos de las virtudes cristianas y providenciales ayudantes de tus obras.

Oración para obtener una gracia

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría, Dios te Salve y Gloria.

Oración a Don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,  
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén.



Séptimo Día de la Novena a San Juan Bosco



En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Oración inicial

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: "Me basta que seáis jóvenes para que os quiera". Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.

Oración para el séptimo día

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que amaste con amor inefable a todas las almas, y que para salvarlas enviaste a tus hijos hasta los últimos confines de la tierra; haz que también nosotros pensemos continuamente en la salvación de nuestras almas y cooperemos con todos los medios posibles a salvar tantos pobres hermanos nuestros.

Oración para obtener una gracia

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría, Dios te Salve y Gloria.

Oración a Don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,  
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén.



Octavo Día de la Novena a San Juan Bosco

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Oración inicial

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: "Me basta que seáis jóvenes para que os quiera". Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.

Oración para el octavo día

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que amaste con un amor de predilección la bella virtud de la pureza, y la inculcaste con el ejemplo, con la palabra y con los escritos; haz que también nosotros, enamorados de tan indispensable virtud, la practiquemos constantemente y la difundamos con todas nuestras fuerzas.

Oración para obtener una gracia

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría, Dios te Salve y Gloria.

Oración a Don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,  
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén.



Noveno Día de la Novena a San Juan Bosco



En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Oración inicial

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: "Me basta que seáis jóvenes para que os quiera". Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.

Oración para el noveno día

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que fuiste siempre tan compasivo hacia las humanas desventuras, dirige una mirada hacia nosotros tan necesitados de tu auxilio. Haz descender sobre nosotros y sobre nuestras familias las maternales bendiciones de María Auxiliadora; alcánzanos todas aquellas gracias espirituales y temporales que necesitamos: intercede por nosotros en vida y en muerte, a fin de que podamos cantar eternamente las divinas misericordias en el Paraíso Celestial. Así sea.

Oración para obtener una gracia

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría, Dios te Salve y Gloria.

Oración a Don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,  
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén.


LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 22 DE ENERO DEL 2017


III del Tiempo Ordinario – Ciclo A
Domingo 22 de Enero de 2017

“Tu amor me llama, me mueve, me atrapa…“



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (8,23b–9,3):

EN otro tiempo, humilló el Señor la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí, pero luego ha llenado de gloria el camino del mar, el otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló.
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 26,1.4.13-14

R/. El Señor es mi luz y mi salvación

V/. El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

V/. Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.

V/. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.

______________________

Segunda lectura
Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,10-13.17):

Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que digáis todos lo mismo y que no haya divisiones entre vosotros. Estad bien unidos con un mismo pensar y un mismo sentir.
Pues, hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros. Y os digo esto porque cada cual anda diciendo: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Cefas, yo soy de Cristo».
¿Está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿Fuisteis bautizados en nombre de Pablo?
Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.

Palabra de Dios

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Lectura del Santo Evangelio según san Mateo (4,12-23):

AL enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retirá a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló». Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: «Convertíos,porque está cerca el reino de los cielos». Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

Palabra del Señor

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Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mt 4,12-23

ALGO NUEVO Y BUENO

El primer escritor que recogió la actuación y el mensaje de Jesús lo resumió todo diciendo que Jesús proclamaba la «Buena Noticia de Dios». Más tarde, los demás evangelistas emplean el mismo término griego (euaggelion) y expresan la misma convicción: en el Dios anunciado por Jesús, las gentes encontraban algo «nuevo» y «bueno».

¿Hay todavía en ese Evangelio algo que pueda ser leído, en medio de nuestra sociedad indiferente y descreída, como algo nuevo y bueno para el hombre y la mujer de nuestros días? ¿Algo que se pueda encontrar en el Dios anunciado por Jesús y que no proporciona fácilmente la ciencia, la técnica o el progreso? ¿Cómo es posible vivir la fe en Dios en nuestros días?

En el Evangelio de Jesús, los creyentes nos encontramos con un Dios desde el que podemos sentir y vivir la vida como un regalo que tiene su origen en el misterio último de la realidad que es Amor. Para mí es bueno no sentirme solo y perdido en la existencia ni en manos del destino o el azar. Tengo a Alguien en quien puedo confiar y a quien puedo agradecer la vida.

En el Evangelio de Jesús nos encontramos con un Dios que, a pesar de nuestras torpezas, nos da fuerza para defender nuestra libertad sin terminar siendo esclavos de cualquier ídolo; para seguir aprendiendo siempre formas nuevas y más humanas de trabajar y de disfrutar, de sufrir y de amar. Para mí es bueno poder contar con la fuerza de mi pequeña fe en ese Dios.

En el Evangelio de Jesús nos encontramos con un Dios que despierta nuestra responsabilidad para no desentendernos de los demás. No podremos hacer grandes cosas, pero sabemos que podemos contribuir a una vida más digna y más dichosa para todos pensando sobre todo en los más necesitados e indefensos. Para mí es bueno creer en un Dios que me pregunta con frecuencia qué hago por mis hermanos. Me hace vivir con más lucidez y dignidad.

En el Evangelio de Jesús nos encontramos con un Dios que nos ayuda a entrever que el mal, la injusticia y la muerte no tienen la última palabra. Un día, todo lo que aquí no ha podido ser, lo que ha quedado a medias, nuestros anhelos más grandes y nuestros deseos más íntimos alcanzarán en Dios su plenitud. A mí me hace bien vivir y esperar mi muerte con esta confianza.

Cada uno de nosotros tiene que decidir cómo quiere vivir y cómo quiere morir. Cada uno ha de escuchar su propia verdad. Para mí no es lo mismo creer en Dios que no creer. A mí me hace bien poder hacer mi recorrido por este mundo sintiéndome acogido, fortalecido, perdonado y salvado por el Dios revelado en Jesús.

BUENAS NOCHES!!!


sábado, 21 de enero de 2017

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 21 DE ENERO DEL 2017


Un corazón de puertas abiertas
Marcos 3, 20-21. II Sábado de Tiempo Ordinario. Ciclo A.


Por: H. Rubén Tornero, LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, te doy gracias de todo corazón por el inmenso amor que me has tenido. Gracias por todo. Te quiero, Jesús. Deseo que mi vida te haga sonreír a cada instante. Quiero que los demás también te conozcan y te amen. Llena mi vida de tu presencia, Señor; que quien me vea, te descubra a Ti. Yo quiero ser como una ventana por la que se pueda mirarte. Quiero ser un reflejo de tu luz aquí en el mundo. Jesús, ven a mi vida, transfórmala. Lo que no te agrade de mí, quémalo con el fuego de tu amor y concédeme que algún día mi vida esté tan configurada contigo que nuestros corazones latan al unísono.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 3, 20-21
En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Muy amada creatura:
Busco una casa. No pido una mansión ni un hotel de lujo. Sólo una casa, un corazón que quiera recibirme. No pido que sea perfecta ni que todo esté impecable. No pido una casa digna de mí porque sé que no las hay. Yo me encargo de hacerla digna, de limpiar y transformar la casa que me presten, el corazón que me acoja.
Busco una casa. Busco un corazón donde habitar. No importa si es moderna o si el tiempo ya ha carcomido la pintura de las paredes. Busco una casa y sólo pido una única condición: Que no tenga puertas.
Es lo único que pido. Quiero una casa, anhelo un corazón que no tenga cuartos secretos para mí. Deseo ardientemente que esa casa, ese corazón, esté siempre abierto, que sea 24/7, pues muchos me buscan y quiero que me encuentren siempre disponible en el hogar que me acoja.
Busco una casa, un corazón sin puertas, con el fin de acoger a todos sin discriminar a ninguno. Busco un hogar donde quepan todos sin ninguna excepción, desde aquellos que sedientos beben mis palabras hasta los que piensan que estoy loco. Busco un corazón, en resumen, que me acoja y sea capaz de amarme y permitir que los demás me amen o desprecien en él… ¿puedo encontrar en ti ese corazón que busco?
Atte. Jesús
«Y a su hijo ¿dónde lo mandó? ¿a un palacio, a una ciudad, a hacer una empresa? ¡Lo mando a una familia! Dios entró al mundo en una familia. Y pudo hacerlo porque esa familia era una familia que tenía el corazón abierto al amor, que tenía las puertas abiertas al amor. […] Dios siempre golpea las puertas de los corazones. Le gusta hacerlo. Le sale de adentro. Pero ¿saben qué es lo que más le gusta? Golpear las puertas de la familias y encontrar la familias unidas, encontrar las familias que se quieren, encontrar las familias que hacen crecer a sus hijos y los educan y que los llevan adelante y que crean una sociedad de bondad, de verdad y de belleza.»
(Homilía de S.S. Francisco, 27 de septiembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voya sonreír en todo momento, buscando que todos, sin excepción, vean a Dios en mí.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

EN UN PEQUEÑO PUEBLO


EN UN PEQUEÑO PUEBLO..



En un pequeño pueblo vivía un anciano con su hijo de 17 años. Un día, el único caballo blanco con que trabajaba saltó la reja y se fue con varios caballos salvajes. La gente del pueblo murmuraba: ¡Qué desgracia la suya, Don Cipriano!, y él, tranquilo, contestaba: "Quizás una desgracia o quizás una bendición".

Días después, el caballo blanco volvió junto a un hermoso caballo salvaje, y la gente saludaba al anciano diciéndole: ¡Qué bendición!, a lo que Don Cipriano replicaba: "Quizás una desgracia o quizás una bendición".

A los pocos días, el hijo adolescente, mientras montaba el caballo salvaje para domarlo, fue derribado y se fracturó una pierna, a raíz de lo cual empezó a cojear, y la gente le decía al anciano; ¡Qué desgracia la suya, buen hombre!, a lo que él replicaba: "Quizás una desgracia o quizás una bendición".

Días después se inició una guerra y todos los jóvenes del pueblo fueron llevados al frente de batalla, pero a su hijo no lo llevaron por su cojera, y toda la gente del pueblo saludaba al anciano y le comentaba: ¡Qué bendición la suya, Don Cipriano! Y él, con su fe inquebrantable, contestó una vez más diciendo: "Sólo Dios lo sabe, quizás sea una bendición o quizás una desgracia".
Efectivamente, sólo Dios sabe, y Él nunca se equivoca.


Web católico de Javier

ME AMÓ Y SE ENTREGÓ POR MÍ


Me amó, y se entregó por mí



Jesús se queja: “me llamas Maestro, y no me preguntas. Me llamas Luz, y no me miras. Me llamas Verdad, y no me crees. Me llamas Camino, y no me sigues. Dices que soy Divino, y no me amas. Dices que soy Generoso, y no me pides. Dices que soy Misericordioso, y no confías en mí.  Dices que soy Omnipotente, y no me honras”.

Un misionero en medio de unos indios iroqueses de Norteamérica, sentados en el suelo, les hablaba sobre la generosidad de la entrega de Cristo. Y a medida que avanzaba su explicación el jefe indio, decía:
—Jefe indio da su hacha a Jesucristo.
—Jefe indio da su manta a Jesucristo.
—Jefe indio da su caballo a Jesucristo.
—Jefe indio se entrega a Jesucristo.
Hermano/a, ¿qué tal va tu amor a Jesús? ¿No te aventaja tal vez este jefe indio?

Jesús ilumina y llena tu vida. Como a los apóstoles él te envía a comunicar la alegría de la salvación, y transmitir tu experiencia personal de fe. Se trata de conducir a los extraviados al encuentro con Jesús vivo en su Palabra, en los sacramentos y en la comunidad eclesial. Persuádelos diciéndoles “ven y verás”.



* Enviado por el P. Natalio

CUÁLES SON LAS CLAVES DEL ÉXITO DE UN MATRIMONIO?


¿Cuáles son las claves del éxito de un matrimonio? El Papa Francisco responde
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)
 (ACI).- La importante relación entre fe y matrimonio centró el discurso del Papa Francisco ante el Tribunal de la Rota Romana con ocasión de la inauguración del año judicial. Ante los Prelados Auditores, Oficiales, Abogados y Colaboradores del Tribunal, el Pontífice advirtió de los peligros que acechan a los esposos jóvenes en la sociedad actual y señaló que para afrontar esos peligros, se debe recurrir a este remedio: la formación antes y después de la boda.

“No podemos ignorar el hecho de que una mentalidad generalizada oscurece el acceso a las verdades eternas. Una mentalidad que, a menudo y de forma amplia y generalizada, afecta a las actitudes y comportamientos de los cristianos, cuya fe se debilita y pierde la originalidad de criterio interpretativo y operativo para el ser personal, familiar y social. Este contexto, la carencia de valores religiosos y de fe, no puede ser que condicione también el consentimiento matrimonial”.


El remedio a esta situación, explicó el Santo Padre, tiene dos claves: formación antes del matrimonio y formación durante el matrimonio.

Formación antes del matrimonio
En la formación de los jóvenes futuros esposos, “mediante un adecuado camino de preparación dirigido a descubrir el matrimonio y la familia según el plan de Dios, se trata de ayudar a los futuros esposos a acoger y disfrutar la gracia, la belleza y la alegría del amor verdadero”, señaló el Papa Francisco. “Hoy, más que nunca, esta preparación se presenta como una verdadera ocasión de evangelización”.

Para ello, Francisco reiteró “la necesidad de un nuevo catecumenado de preparación para el matrimonio”. El Pontífice llamó a dar una mayor importancia a los grupos de preparación al matrimonio, a preocuparse por profundizar en el “itinerario de preparación al sacramento del matrimonio”, para que los futuros esposos crezcan humanamente, “pero sobre todo en la fe”.

Para el Papa, el propósito fundamental del encuentro formativo con los futuros esposos es “ayudar a las parejas comprometidas a lograr una inserción progresiva en el misterio de Cristo, en la Iglesia y con la Iglesia. Eso exige una progresiva maduración en la fe a través del anuncio de la Palabra de Dios y de la adhesión generosa a Cristo. El propósito de esta preparación es ayudar a los futuros esposos a conocerse y a vivir la realidad del matrimonio que pretenden celebrar, para que puedan hacerlo no sólo de forma válida y lícita, sino también de forma fructífera, y para que estén disponibles a hacer de esta celebración una etapa de su camino de fe”.

“Para realizar todo esto, son necesarias personas con competencias concretas y preparadas de forma adecuada para realizar dicho servicio, con las necesarias sinergias entre sacerdotes y matrimonios”, indicó.

Formación durante el matrimonio
El Papa dijo que tras la boda se debe “ayudar a los nuevos esposos a proseguir el camino en la fe y en la Iglesia”, de iniciar un camino de formación permanente. “Es necesario identificar, con coraje y creatividad, un proyecto de formación para los esposos jóvenes, con iniciativas destinadas a aumentar la sensibilización del sacramento recibido. Se trata de animarles a considerar los muchos aspectos de la cotidianidad de su vida en común, que es signo e instrumento del amor de Dios encarnado en la historia de los hombres”.

“La comunidad cristiana está llamada a acoger, acompañar y ayudar a los jóvenes matrimonios, ofreciéndoles ocasiones e instrumentos adecuados para alimentar su vida espiritual tanto dentro de su vida familiar como en el ámbito de la programación pastoral en la parroquia”, recordó el Santo Padre.

Dijo que “es necesarios, en estos primeros momentos de la vida familiar, garantizar una mayor cercanía un fuerte apoyo espiritual, también en la obra educativa de los hijos, ante los cuales, los padres son los primeros testigos y portadores del don de la fe”.

PAPA FRANCISCO SALUDA A DONALD TRUMP, NUEVO PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS


El Papa Francisco saluda a Donald Trump, nuevo presidente de Estados Unidos


VATICANO, 20 Ene. 17 / 12:55 pm (ACI).- El Papa Francisco expresó hoy su saludo a Donald Trump, que juramentó como el 45 presidente de Estados Unidos en Washington D.C., el mediodía (hora local) del 20 de enero.

En un mensaje publicado hoy, el Santo Padre señaló que “tras su inauguración como el cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos de América, le ofrezco mis cordiales buenos deseos y la garantía de mis oraciones para que Dios Todopoderoso le conceda sabiduría y fortaleza en el ejercicio de su alto cargo”.


“En una época en la que nuestra familia humana es acosada por graves crisis humanitarias que demandan respuestas previsoras y políticamente unidas, rezo para que sus decisiones sean guiadas por la espiritualidad rica y los valores éticos que han dado forma a la historia del pueblo estadounidense y el compromiso de su nación por el avance de la dignidad humana y la libertad en todo el mundo”.

El Papa expresó su deseo de que, bajo el gobierno de Trump, “el tamaño de Estados Unidos siga siendo medido sobre todo por sus preocupaciones por los pobres, los marginados y los necesitados quienes, como Lázaro, se paran ante nuestra puerta”.

“Con estos sentimientos, le pido al Señor que le conceda a usted y a su familia, y a todo el amado pueblo estadounidense, sus bendiciones de paz, concordia y toda la prosperidad material y espiritual”, concluyó el Papa Francisco.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 21 DE ENERO


Los cinco minutos de María
Enero 21




Con su sí, María Santísima se puso en las manos de Dios para que sus planes se realizaran en ella, para que en ella se cumpliera plenamente su voluntad de salvación.

Dios también tiene planes para nosotros. No nos opongamos a su realización; acompañemos la acción amorosa de Dios en nuestra vida y démosle respuesta.

¡Ojalá que de nuestros labios y de nuestro corazón salga siempre -en las cosas agradables y en las que no lo son tanto- el fiat que pronunció María y que, al rezar el Padrenuestro, tratemos de pronunciar conscientemente la petición: “¡Hágase tu voluntad!”
María, modelo de entrega incondicional a Dios, ayúdanos a que nos entreguemos sin vacilación y sin reservas.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ FIN DE SEMANA


viernes, 20 de enero de 2017

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 20 DE ENERO DEL 2017


Simplemente estar contigo
Marcos 3, 13-19. II Viernes de Tiempo Ordinario. Ciclo A.


Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Vengo hoy a Ti, Señor, porque te quiero, porque te necesito… porque sé que no puedo nada sin Ti… y todo contigo. Hoy quiero estar un momento en tu presencia.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 3, 13-19
En aquel tiempo, Jesús subió al monte, llamó a los que él quiso, y ellos lo siguieron. Constituyó a doce para que se quedaran con él, para mandarlos a predicar y para que tuvieran el poder de expulsar a los demonios.
Constituyó entonces a los doce: a Simón, al cual le impuso el nombre de Pedro; después, a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, a quienes dio el nombre de Boanergues, es decir "hijos del trueno"; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y a Judas Iscariote, que después lo traicionó.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Por diversas razones, en algún momento de la vida, nos hemos visto alejados de las personas que amamos. Son en estos momentos cuando, irónicamente, nos sentimos más cerca de ellos. Aunque no estén en cuerpo, podemos sentirlos, pues los llevamos en el corazón. Están con nosotros ya que ocupan nuestro pensamiento; protagonizan nuestras conversaciones y, también, son dueños, muchas veces, de nuestras lágrimas… producidas por la tristeza de extrañarles o la alegría de recordarles.
Cuando experimentamos esos momentos, casi inconscientemente suspiramos: «quisiera estar con ella… con él… con ellos». Daríamos cualquier cosacon tan sólo estar junto a la persona que se adueña de nuestros pensamientos.
Estar con alguien se convierte en algo tan importante que quisiéramos darle el valor de lo eterno. Estar, con todo lo que la palabra implica, descubrimos que tiene una profundidad… que cuando verdaderamente se está ni siquiera se quiere hablar, pues las palabras podrían perturbar lo que sólo una mirada puede decir…puede expresar.
Señor, éste es tu deseo, que yo esté contigo. Haciendo lo que esté haciendo, quieres que esté contigo. Trabajo, estudios… ahí… sólo contigo. Sólo así es cuando puedo ser un verdadero apóstol. Sólo así es cuando puedo predicar tu amor.
Estar contigo es vivir mi vida haciendo vida aquello que he conocido…al estar contigo. Gracias, Señor, por estar conmigo.
«¿Qué nos da el Señor? Nos regala su amistad fiel, que no la retirará jamás. El Señor es el amigo para siempre. Además, si tú lo decepcionas y te alejas de él, Jesús sigue amándote y estando contigo, creyendo en ti más de lo que tú crees en ti mismo. Esto es lo específico del amor que nos enseña Jesús. Y esto es muy importante. Porque la amenaza principal, que impide crecer bien, es cuando no importas a nadie —esto es triste—, cuando te sientes marginado. En cambio, el Señor está siempre junto a ti y está contento de estar contigo.»
(Homilía de S.S. Francisco, 24 de abril de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En un momento de mi día buscar el tiempo para visitar una capilla y hacer una visita frente al Sagrario para estar verdaderamente con el Señor.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

CONVERTIDA POR LA EUCARISTÍA


Convertida por la Eucaristía



Isabel Ana Seton nacida en la religión anglicana (1774) en nueva York, se casó con un rico comerciante y tuvo cinco hijos. Enviudó a los 30 años. Movida de amor a Jesús presente en la Eucaristía, se hizo católica a los 31 años (1805). Fundó una congregación para educar a las niñas. Es la primera santa estadounidense elevada al honor de los altares (1975).

En un último intento para restaurar la salud de su esposo, Isabel había partido para Livorno, Italia, llevando también a la hija mayor (8 años). Pero su esposó empeoró y murió. Regresó a Nueva York y buscó la paz en su propia Iglesia anglicana. Un día se sentó en una silla de su templo, desde donde podía ver la torre de la vecina iglesia católica, y mirando el altar vacío de su templo, comenzó a hablar con Jesús, presente en la Eucaristía de la iglesia católica cercana. Así empezó a sentir un profundo amor a Jesús Sacramentado, que la atraía como un imán, y éste fue el comienzo de su conversión.

En Italia Isabel se había hospedado en casa de una familia católica muy amiga. Un día encontró Isabel un libro de oraciones. Lo abrió al azar y comenzó a leer: “Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir...” Cada palabra le llegaba al alma con inmenso consuelo. Desde ese día pidió a Nuestra Señora le mostrase el camino que debía seguir.


* Enviado por el P. Natalio

LA CONVERSIÓN DE UN FUTBOLISTA


La conversión de un futbolista 



1)  Para saber
A inicios del año, el Papa Francisco se dirigió a unos convencionistas en vistas a una Asamblea que tendrá como tema ‘Jóvenes, fe y discernimiento vocacional’.
Hoy en día, dijo el Papa, los jóvenes tienen necesidad de una fuente de agua fresca para saciar su sed, y después proseguir en su camino de búsqueda. ¿De dónde la beberán? Esa agua saldrá de las personas que saben decirle al Señor un sí total y generoso con una vida entregada. Su ejemplo de vida será parecida a una fuente de agua, nacida hace mucho tiempo en la profundidad de la tierra, que sale al exterior mediante un goteo de pureza y frescura.

2) Para pensar
Alberto García Aspe fue un exitoso futbolista mexicano. Jugó para los clubes mexicanos Pumas, Necaxa, América, Puebla y el club argentino River Plate. También fue seleccionado nacional para las Copas Mundiales de Estados Unidos 94, Francia 98 y Corea-Japón 2002. Ahora es comentarista de la cadena Fox Sports. Hace poco dio su testimonio sobre su fe en Dios y su amor hacia la Virgen de Guadalupe: “Hoy me siento realmente orgulloso de poder dar a conocer lo que Dios ha logrado en mí y en mi familia, desde que tuve mi encuentro con Él”.

Alberto reconoce que no siempre tuvo una fe viva: “Provengo de padres católicos, pero la práctica de nuestra religión se limitaba a ir los domingos a Misa, o alguna celebración; es decir, como católicos ‘light’. No practicábamos verdaderamente la oración, ni hacíamos ayuno… ¡Hoy todo eso ha cambiado!”, explicó.

En su vida el éxito y la fama lo llevaron a descuidar a la familia. Hubo momentos difíciles, incluso llegó a pensar en el suicidio. Pero un día le avisaron del hospital que su esposa estaba muy grave. El mismo médico le pidió que rezara mucho por ella. Entonces ocurrieron dos sucesos que nunca olvidaría: Ya para ser intervenida, una enfermera traía en su broche su nombre: Guadalupe. Su esposa le preguntó si creía en la Virgen. La enfermera le respondió: ‘¡Sí, no se preocupe, le aseguro que todo va a estar bien!’.

Luego, esperando el resultado de la delicada intervención una amiga invitó a rezar el Santo Rosario, y aunque al principio Alberto no quería, cedió. Y justo en el momento en que terminó el rezo, sonó el teléfono; era el doctor con la noticia de que su esposa estaba fuera de peligro. ¡Gracias a Dios estaba a salvo! Entonces, pensó el jugador: “Comprendí que el Señor aún tenía planes para mí”. Una enfermera con fe y una amiga que invita a rezar. Ambas coherentes con su vocación y Dios se valió de ello para reavivarle la fe a otros. Concluía Alberto: “detalles que definitivamente me acercaron más a Dios y a la Virgen de Guadalupe”.

3) Para vivir
Ayudar a otros a descubrir su vocación, es ayudarles a ser felices. Para ello es preciso saberlos escuchar, estar dispuesto a dedicarles nuestro tiempo, a convivir y, desde ahí, saber transmitirles la belleza, el estupor y la maravilla de estar enamorados de Dios.
Cuando se es fiel a la propia vocación, además de encontrar el sentido de la propia vida, Dios presta su ayuda para llevarla a cabo. El Señor encuentra ‘camino libre’ para obrar maravillas y hacer mucho bien a otras personas.


© Pbro. José Martínez Colín

PAPA FRANCISCO: CONOCER A CRISTO NOS CAMBIA EL CORAZÓN


Papa Francisco: Conocer a Cristo nos cambia el corazón, la mente y renueva por dentro
Por Álvaro de Juana
Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 20 Ene. 17 / 05:26 am (ACI).- El Papa Francisco reflexionó sobre el cambio de mentalidad y de corazón que se dan cuando uno conoce a Cristo, e invitó a rechazar la mundanidad y las “estupideces del mundo” y recordó que cuando Dios perdona siempre “olvida”.

En la homilía en la Misa en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco afirmó: “El sello de esta alianza de esta fidelidad, ser fiel a este trabajo que el Señor nos hace para cambiarnos de mentalidad, para cambiarnos el corazón. Los profetas decían: ‘Pero el Señor cambiará tu corazón de piedra en corazón de carne’. Cambiar el corazón, cambiar la vida, no pecar más y no hacer recordar al Señor lo que ha olvidado con nuestros pecados de hoy, y cambiar la pertenencia: nunca pertenecer a la mundanidad, al espíritu del mundo, a las estupideces del mundo, solo al Señor”.


El Pontífice comentó en esta ocasión la primera lectura de la liturgia del día en la se habla de la recreación de Dios en Jesucristo. “Esta alianza nueva tiene sus características”, sostuvo. “La ley del Señor no es un modo de actuar exterior” sino que “nos cambia la mentalidad, hay un cambio de corazón, un cambio de sentir, de modo de actuar”, un “modo diverso de ver las cosas”, explicó.


“Pensemos en los doctores de la ley que perseguían a Jesús. Estos hacían todo, todo lo que estaba prescrito por la ley, tenían el derecho en la mano, todo, todo, todo. Pero su mentalidad era una mentalidad alejada de Dios. Era una mentalidad egoísta, centrada en ellos mismos: su corazón era un corazón que condenaba, siempre condenando. La Nueva Alianza nos cambia el corazón y nos cambia la mente. Hay un cambio de mentalidad”.

Francisco recordó que Dios no se acuerda de los pecados del hombre una vez que este se arrepiente. “Hay veces que me gusta pensar, un poco bromeando con el Señor: ‘¡Tú no tienes buena memoria!’.

“Él olvida, porque perdona. Ante un corazón arrepentido, perdona y olvida: ‘Lo olvidaré, no recordaré sus pecados’. Pero también esto es una invitación a no hacer recordar al Señor los pecados, es decir, a no pecar más: ‘Tú me has perdonas, tú has olvidado, pero yo tengo que...’. Un cambio de vida, la Nueva Alianza me renueva y me hace cambiar la vida, no solo la mentalidad y el corazón, sino la vida. Vivir así: sin pecado, alejado del pecado. Esta es la recreación. Así el Señor nos recrea a todos nosotros”.

El Santo Padre recordó que para el cristiano “los otros dioses no existen”, “son estupideces”. “Cambio de mentalidad, cambio de corazón, cambio de vida y cambio de pertenencia”, añadió. Esta es “la recreación que el Señor hace más maravillosamente que la primera creación”. 

LLAMADOS A SER APÓSTOLES


Llamados a ser apóstoles


Aquel que quiere ser apóstol hasta las raíces, ha de alcanzar el grado más alto posible de autosantificación


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer 




La santificación es el fundamento del apostolado. El grado de autosantificación debe corresponder al grado de la actividad apostólica y viceversa. Entonces, “aquel que quiere ser apóstol hasta las raíces, ha de alcanzar el grado más alto posible de autosantificación” (Principios Generales, pág. 91). Y este es el caso de los miembros de Schoenstatt.

Pero no se trata solamente de educarnos y santificarnos para el apostolado universal, sino también de educarnos y santificarnos a través del apostolado. Es decir: el apostolado es también un medio poderoso en el camino hacia la santidad. En conclusión podemos decir que el mejor apóstol y el mejor preparado para el apostolado, es el más santo.

Como miembros de Schoenstatt, todos estamos llamados a ser apóstoles y a tener un espíritu marcadamente apostólico. Es nuestra vocación al apostolado universal.

En el año 1928, el Padre dio una definición del hombre apostólico. Decía: “El apóstol es un hombre que, partiendo de una profunda vinculación a Dios, se empeña permanentemente y con todos los medios, por la salvación de las almas inmortales” (Principios Generales, pág. 86).

Dios, fuente de nuestro apostolado
En esta definición hay algo esencial para el apostolado cristiano y schoenstattiano: la vinculación con Dios. Todo apostolado debe tener su fuente en el amor a Dios. El amor al prójimo debe encenderse en el amor a Dios, es proyección, es prolongación del amor a Dios.

Esto me recuerda un suceso que he leído alguna vez: El abad Pierre, famoso sacerdote francés, que había fundado una organización para ayudar a los más pobres - los traperos de Emaús - visitó la Argentina en los años 60. Y sucedió que viajando desde Buenos Aires a Montevideo se hundió su barco en un gran accidente. Él consiguió salvarse porque una señora le tendió un palo que flotaba, y permaneció así unas horas a la deriva. Al día siguiente, los periodistas le preguntaron que había pensado ante la inminente posibilidad de la muerte:

“Miren - les dijo - yo creo haber pasado mi vida con una mano tendida hacia los demás y yo estaba seguro que teniendo una mano tendida a los demás, la otra mano me la sostenía Dios”.
Me parece una respuesta maravillosa de parte de uno de los grandes apóstoles de nuestro tiempo. Y a la vez es como un símbolo de lo que estamos hablando: el verdadero apóstol tiene una mano tendida hacia Dios y la otra hacia los hermanos.
Debemos preguntarnos si la fuente de nuestro apostolado es realmente Dios. O si hacemos apostolado más bien por una tendencia natural a la actividad, o por un afán de lucir, o tal vez por puro activismo. En tales casos estaríamos construyendo sobre arena, y no sobre fundamento firme.

La salvación de las almas inmortales
El apóstol se empeña por la salvación de las almas inmortales. Este celo por las almas caracterizaba a los grandes apóstoles de todos los tiempos. San Ignacio decía: “Si pudiera morir mil veces al día, moriría con gusto por salvar una sola alma”. Y también su gran discípulo, San Francisco Javier, cuando una vez bautizó a un niño moribundo, comentaba: “Esto ya me recompensa del largo y penoso viaje que tuve que hacer para llegar a las Indias”. Santa Catalina de Siena, que por su actividad apostólica hizo un bien extraordinario para el Reino de Dios, decía de sí misma: “Mi naturaleza es de fuego”.

Eso me recuerda unas palabras que el Padre solía decirnos en este contexto: “Con un pedazo de hielo no es posible hacer fuego”. ¿Llevamos nosotros un fuego adentro que quiere encender a otros corazones? El Padre Kentenich tenía, sin duda, esta naturaleza de fuego. Una vez aseguraba: “Durante toda mi vida me ha guiado un único gran ideal: Dios y las almas. Todo lo demás es secundario para mí, es subordinado consecuentemente a esta única gran idea de mi vida…Día y noche - así se puede decir con razón - he vivido y trabajado en mi taller secreto exclusivamente para las almas…”

Preguntas para la reflexión
1. ¿Soy una persona apostólica?
2. ¿Puedo enumerar mis apostolados?

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 20 DE ENERO


Los cinco minutos de María
Enero 20


La Virgen fue pobre y vivió pobremente; no poseyó ni ambicionó bienes. María fue pobre de bienes, pero inmensamente rica en dones.
Esta verdad nos enseña que la escala de valores del Evangelio no condice con la del mundo. Será muy conveniente que, de cuando en cuando, vayamos cotejando nuestra propia escala de valores con la que Cristo nos señala en el Evangelio, la misma que María vivió con fidelidad.
María, que llamada por Dios para ser Madre, fuiste la “llena de gracia”, haz que valoremos las gracias que Dios no deja de regalarnos.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ VIERNES!!!


jueves, 19 de enero de 2017

EL BUEY Y EL MOSQUITO


El buey y el mosquito



La gente tiene a menudo una imagen inflada de sí mismo: desea con ardor que los resultados de su actuación estén a la altura de la efigie que tienen de su persona. Y, como es raro que se dé esa adecuación, la gente reacciona entre frustrada y resentida. Estamos al borde de la locura, metidos en la neblina de la alucinación (Larrañaga).

En el cuerno de un buey se posó un mosquito. Luego de permanecer allí largo rato, al irse a su vuelo preguntó al buey si se alegraba de que por fin se marchase. El buey le respondió: —Ni supe que habías venido, ni lo notaré cuando te vayas. Esopo.

Según santo Tomás de Aquino, Cristo nos recomendó por encima de todo la humildad, por esta razón: porque con ella se anula el principal impedimento para nuestra santificación. Todas las demás virtudes derivan de ella su valor. Sólo a ella le concede Dios sus gracias, y las retira cuando ella desaparece.


* Enviado por el P. Natalio
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