Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net Descubrir a Cristo como Amigo | |
Su presencia suaviza las penas, enciende alegrías, da fortaleza para afrontar una vida llena de sorpresas y de pruebas. | |
La vida, sin embargo, nos arrastra con mil problemas, mil angustias, mil miedos, mil placeres que llegan y que pasan. Estamos más preocupados por el trabajo o por la pintura del techo que por lo que le ocurre a nuestro Amigo. Jesús, sin embargo, mantiene su mano tendida, su Corazón abierto, su mirada llena de cariño. Sabemos que nos espera, con una presencia humilde y acogedora, en la Eucaristía. Sabemos que anhela perdonarnos en el encuentro de la misericordia que se produce en cada confesión bien hecha. Si dejamos un poco de espacio a su amor de Amigo, si le abrimos, aunque sea una simple rendija, la puerta del alma, entrará con gusto. Así podremos cenar juntos (cf. Ap 3,20). Es entonces cuando descubriremos que su presencia suaviza las penas, enciende alegrías, da fortaleza para afrontar una vida llena de sorpresas y de pruebas. Tener a Cristo cerca cambia completamente la existencia humana. El mundo adquiere un color distinto. El que es verdadero amigo del Amigo eterno entiende pronto que hemos nacido para Él, y que nuestro corazón, como el de san Agustín y el de tantos santos del pasado y del presente, sólo podrá estar tranquilo y sereno cuando lo encontremos. Uno de los amigos de Jesús, Robert Benson, escribió, hace ya muchos años, unas líneas poéticas que reflejan lo que significa encontrarse con el Señor, en la intimidad alegre del amor verdadero. Llevan como título Así es mi amigo. Te diré cómo le conocí: había oído hablar mucho de Él, pero no hice caso. Me cubría constantemente de atenciones y regalos, pero nunca le di las gracias. Parecía desear mi amistad, y yo me mostraba indiferente. Me sentía desamparado, infeliz, hambriento y en peligro, y Él me ofrecía refugio, consuelo, apoyo y serenidad; pero yo seguía siendo ingrato. Por fin, se cruzó en mi camino y, con lágrimas en los ojos, me suplicó: ven y mora conmigo. Te diré cómo me trata ahora: satisface todos mis deseos. Me concede más de lo que me atrevo a pedir. Se anticipa a mis necesidades. Me ruega que le pida más. Nunca me reprocha mis locuras pasadas. Te diré ahora lo que pienso de Él: es tan bueno como grande. Su amor es tan ardiente como verdadero. Es tan pródigo en Sus promesas como fiel en cumplirlas. Tan celoso de mi amor como merecedor de él. Soy su deudor en todo, y me invita a que le llame amigo. (Robert Benson, "La amistad de Cristo"). |
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lunes, 4 de junio de 2012
DESCUBRIR A CRISTO COMO AMIGO
viernes, 1 de junio de 2012
NO PREGUNTES...
No preguntes
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla
Al triste, no le preguntes la historia de su desgracia... Sino dile que en ti, tiene un amigo.
Al que llora, no le escudriñes el origen de su llanto... Sino dile que tu tienes un hombro, un pañuelo, una sonrisa.
Al que anda tambaleante por la vida no le analices por qué no ha llegado nunca a ninguna parte... mejor dile que tu tienes una luz, un consejo, y un bastón por si llegara a necesitarlos.
Al que anda sin templo, y sin oración no le preguntes por qué es un descreído... mejor esséñale a Dios, y mételo en el secreto de tu plegaria.
A esos que hacen un caos de su vida no les preguntes que causa su confusión... mejor enséñales el rastro sosegado de la fé, y el fluir constante de tu serenidad.
Al que anda dolido y agotado con su cruz, no le preguntes por qué le pesa tanto... mejor ponlo
en posición de que Dios se irradie sobre él... Y ya poco a poco irá llegando la luz.
Al que se resiste a seguir, y se siente vencido, no le andes por las normas, las deducciones y los raciocinios... mejor dale la mano, y dile: "BVoy contigo!"
No le preguntes a cada uno su necesidad...mejor demuéstrales que siempre hay un sueño más asombroso que su mala suerte. Hay un Dios... Hay una oración... ¡Y hay un milagro!
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla
Al triste, no le preguntes la historia de su desgracia... Sino dile que en ti, tiene un amigo.
Al que llora, no le escudriñes el origen de su llanto... Sino dile que tu tienes un hombro, un pañuelo, una sonrisa.
Al que anda tambaleante por la vida no le analices por qué no ha llegado nunca a ninguna parte... mejor dile que tu tienes una luz, un consejo, y un bastón por si llegara a necesitarlos.
Al que anda sin templo, y sin oración no le preguntes por qué es un descreído... mejor esséñale a Dios, y mételo en el secreto de tu plegaria.
A esos que hacen un caos de su vida no les preguntes que causa su confusión... mejor enséñales el rastro sosegado de la fé, y el fluir constante de tu serenidad.
Al que anda dolido y agotado con su cruz, no le preguntes por qué le pesa tanto... mejor ponlo
en posición de que Dios se irradie sobre él... Y ya poco a poco irá llegando la luz.
Al que se resiste a seguir, y se siente vencido, no le andes por las normas, las deducciones y los raciocinios... mejor dale la mano, y dile: "BVoy contigo!"
No le preguntes a cada uno su necesidad...mejor demuéstrales que siempre hay un sueño más asombroso que su mala suerte. Hay un Dios... Hay una oración... ¡Y hay un milagro!
Nardo del 1ro de Junio: ¡Oh Sagrado Corazón, Luz en este mundo de oscuridad!
¡Oh Sagrado Corazón, Luz en este mundo de
oscuridad!
Meditación: Corazón Sagrado, enllagado y
martirizado por nuestros pecados, sé nuestra Luz para vivir sólo en Ti, y así
poder seguir nuestro camino para llegar un día a habitar junto al Padre
Celestial
Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús! ¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz,
enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Que sepamos plasmar en nuestro
pobre corazón, lo que nos enseñó el Hijo de Dios. Meditemos cuán poco sabemos
de El.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y
un Gloria.
LA VIDA CRISTIANA ES BELLA, LA TRINIDAD Y YO
Autor: P Evaristo Sada LC | Fuente: www.la-oracion.com La vida cristiana es bella . La Trinidad y yo | |
El próximo domingo celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, misterio central de nuestra fe. | |
¿Cuál es la fuente de la vida espiritual? ¿De dónde viene esta vida? ¿Quién da vida? La fuente de la vida espiritual es la vida de Dios, nuestra participación en la vida de la Santísima Trinidad por la gracia a través de los sacramentos y la oración. Eso es lo que se mueve allá adentro de nosotros, esa es la sangre que corre por nuestras venas desde el día de nuestro bautismo. Desde entonces, el manantial que ocupa el centro de nuestro ser es la Trinidad. ¡Qué maravilla! Una verdad existencial El próximo domingo celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, misterio central de nuestra fe. Para mí esta fiesta es una invitación a poner en acto en la oración eso que creo por la fe, en forma de relación personal, de trato, con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. No basta el conocimiento del misterio, la Iglesia nos invita a través de la teología y de la liturgia a profundizar en su significado, pero profundizar de una manera no sólo intelectual, sino afectiva, existencial. El bautismo: una llamada al amor Al recibir en el bautismo el don de la gracia santificante, que nos hizo hijos de Dios, recibimos de parte de Él una llamada al amor. Después de esto nuestra vida cristiana consiste en responder al don recibido de Dios: “Si alguien me ama, guardará mi palabra y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él.” (Jn 14, 23) Dios que puso amor, espera una respuesta de amor. "La respuesta de la fe nace cuando el hombre descubre, por gracia de Dios, que creer significa encontrar la verdadera vida, la “vida en plenitud”. Uno de los grandes padres de la Iglesia, san Hilario de Poitiers, escribió que se convirtió en creyente cuando comprendió, al escuchar en el Evangelio, que para alcanzar una vida verdaderamente feliz eran insuficientes tanto las posesiones, como el tranquilo disfrute de los bienes y que había algo más importante y precioso: el conocimiento de la verdad y la plenitud del amor entregados por Cristo (Cf. De Trinitate 1,2)." (Benedicto XVI 13 de junio 2011) Intimidad con Dios Dios nos invita a participar de su vida íntima, de esa vida que consiste en el amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Se dice fácil, pero este es un misterio grandioso, algo sobrehumano, sobrenatural, y en el cual estamos sumergidos. Cada vez que intimamos con Dios en la oración entramos en el misterio. Es fe orante. En ella nos dirigimos a Dios como Padre. Padre es el nombre propio de Dios. Así nos lo reveló Jesucristo, quien vive contemplándolo permanentemente. “El Padre, que me ha enviado, posee la vida, y yo vivo por él. Así también el que me come vivirá por mí” (Jn 6, 57). En Jesucristo contemplamos la belleza del Padre, él es “resplandor de Su gloria” (Hb. 1,3), el que está con nosotros, Dios-con-nosotros (Is 7, 14) Su misión es nuestra salvación. Tratamos con Cristo como nuestro salvador, nuestro redentor: “Padre, yo deseo que todos estos que tú me has dado puedan estar conmigo donde esté yo” (Jn 17, 24). Somos pecadores rescatados por la sangre de Cristo y en la oración cristiana nos dirigimos a Él como nuestro Redentor para darle las gracias, pedirle perdón, aprender de Él. Y tratamos con el Espíritu Santo cuya misión es nuestra santificación. A partir del bautismo tenemos toda una vida por delante para crecer y asemejarnos como hijos que somos, al Hijo con mayúscula. Esa labor paciente de transformación conforme a la imagen de Cristo la va realizando el Espíritu Santo en nosotros poco a poco, como el agua sobre la piedra de río, a medida que cooperamos con Él. El Espíritu Santo es el Santificador, el Huésped de nuestra alma, nuestro Socio con el que trabajamos para realizarnos en plenitud como hombres y como cristianos. Él es amor y derrama el amor de Dios en nuestros corazones. (Rom 5, 5) La vida espiritual, la vida de oración, es simplemente maravillosa. ¡Qué gozada poder tratar como hijo con EL PADRE, como pecador rescatado con su mismo REDENTOR; como buscador con su GUÍA! Francamente, ¡qué maravilla! La vida cristiana es bella. N.B. Si un espectáculo de agua, luz y sonido (no dejes de verlo) puede ser tan armónico y bello, ¡qué será la belleza de la vida trinitaria que llevamos dentro! |
jueves, 31 de mayo de 2012
LA VIDA ES UN MILAGRO...
La Vida es un Milagro
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla
Nunca reflejes el mundo con el reflector de tu herida, sino con las bujías del amor.
Nunca te muevas tanto que llegues a todas partes menos a tu alma.
Nunca sueñes el matrimonio sólo con rosas. Ponle también sueños a los sacrificios y nudos al deber.
Nunca mires una dificultad como imposible: siempre habrá un espacio para seguir.
Nunca es tan importante lo que ha sido tu obra, como lo que llevó dentro tu proceder.
Nunca deslumbres con lo que digas, hasta estar seguro de no desencantar con lo que hagas.
Nunca intentes dominar a nadie, pero imponte a los demás hasta el punto que le permitirías a los demás que se te impusieran a ti.
Nunca esperes éxito completo: hay muchos tramos de fracasos antes de llegar al triunfo.
Nunca te apenes porque personas que te deben mucho, te paguen mal: aparecen otras que no te deben nada y te pagan con abundancia.
Nunca entres a la vida de nadie con exceso de confianza. Todos tenemos un espacio íntimo al que nadie debe penetrar sin ser invitado.
No te sorprenda sentir soledad en tus días nublados: la gente llega cuando el sol está en su apogeo.
No decidas con la mente apasionada. Espera, para tomar tus conclusiones, la serenidad de una reflexión lógica.
No desperdicies el agua de tu cántaro; es necesario llevarlo lleno para cuando la vida se nos haga un desierto y la sed nos suba desde el corazón.
Nunca te menosprecies por ser una florecita silvestre: sin ti, las grandes rosas no se notarían.
Nunca te pongas el timón en las manos sin meterte en el barco de Dios.
Nunca nutras el amor con grandes aguaceros: es mejor el rocío constante.
Nunca hay derrota tan triste como la que se da antes de comenzar.
Nunca desprecies la vejez: ella es el ojo de la historia, el cofre de los recuerdos, las lágrimas de sus dolores y el sometimiento de sus limitaciones.
Nunca te dejes vencer por la naturaleza para justificar lo torcido.
No te desanimes, y ajusta la vida a lo que tienes que vivir, más que a lo que gustaría tener para vivirla.
No busques felicidad en lo que compres ni en lo que estudies. Las cosas más importantes de la vida no son las más palpables ni las más demostrables.
No te confundas con el amor. Si las heridas no necesitan curas, ni las lágrimas pañuelo, ni el corazón recompensa, ¡estás amando!
Nunca consideres a Dios como un amarre, sino como la libertad que uno se impone por su propio gusto.
Nunca te quejes mientras tengas facultades, amor, amistad, sustento y poder para reconstruirte. Ama la vida para no morir antes de tiempo.
No te des por vencido, que detrás de ti hay siempre una oportunidad esperando.
No te rindas, ¡porque la vida es un milagro!
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla
Nunca reflejes el mundo con el reflector de tu herida, sino con las bujías del amor.
Nunca te muevas tanto que llegues a todas partes menos a tu alma.
Nunca sueñes el matrimonio sólo con rosas. Ponle también sueños a los sacrificios y nudos al deber.
Nunca mires una dificultad como imposible: siempre habrá un espacio para seguir.
Nunca es tan importante lo que ha sido tu obra, como lo que llevó dentro tu proceder.
Nunca deslumbres con lo que digas, hasta estar seguro de no desencantar con lo que hagas.
Nunca intentes dominar a nadie, pero imponte a los demás hasta el punto que le permitirías a los demás que se te impusieran a ti.
Nunca esperes éxito completo: hay muchos tramos de fracasos antes de llegar al triunfo.
Nunca te apenes porque personas que te deben mucho, te paguen mal: aparecen otras que no te deben nada y te pagan con abundancia.
Nunca entres a la vida de nadie con exceso de confianza. Todos tenemos un espacio íntimo al que nadie debe penetrar sin ser invitado.
No te sorprenda sentir soledad en tus días nublados: la gente llega cuando el sol está en su apogeo.
No decidas con la mente apasionada. Espera, para tomar tus conclusiones, la serenidad de una reflexión lógica.
No desperdicies el agua de tu cántaro; es necesario llevarlo lleno para cuando la vida se nos haga un desierto y la sed nos suba desde el corazón.
Nunca te menosprecies por ser una florecita silvestre: sin ti, las grandes rosas no se notarían.
Nunca te pongas el timón en las manos sin meterte en el barco de Dios.
Nunca nutras el amor con grandes aguaceros: es mejor el rocío constante.
Nunca hay derrota tan triste como la que se da antes de comenzar.
Nunca desprecies la vejez: ella es el ojo de la historia, el cofre de los recuerdos, las lágrimas de sus dolores y el sometimiento de sus limitaciones.
Nunca te dejes vencer por la naturaleza para justificar lo torcido.
No te desanimes, y ajusta la vida a lo que tienes que vivir, más que a lo que gustaría tener para vivirla.
No busques felicidad en lo que compres ni en lo que estudies. Las cosas más importantes de la vida no son las más palpables ni las más demostrables.
No te confundas con el amor. Si las heridas no necesitan curas, ni las lágrimas pañuelo, ni el corazón recompensa, ¡estás amando!
Nunca consideres a Dios como un amarre, sino como la libertad que uno se impone por su propio gusto.
Nunca te quejes mientras tengas facultades, amor, amistad, sustento y poder para reconstruirte. Ama la vida para no morir antes de tiempo.
No te des por vencido, que detrás de ti hay siempre una oportunidad esperando.
No te rindas, ¡porque la vida es un milagro!
BENDICE MIS MANOS...
Bendice mis manos
Autor:
Sabine Naegeli
Señor, bendice mis manos
para que sean delicadas y sepan tomar
sin jamás aprisionar,
que sepan dar sin calcular
y tengan la fuerza de bendecir y consolar.
Señor, bendice mis ojos
para que sepan ver la necesidad
y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra;
que vean detrás de la superficie
para que los demás se sientan felices
por mi modo de mirarles.
Señor, bendice mis oídos
para que sepan oír tu voz
y perciban muy claramente
el grito de los afligidos;
que sepan quedarse sordos
al ruido inútil y la palabrería,
pero no a las voces que llaman
y piden que las oigan y comprendan
aunque turben mi comodidad.
Señor, bendice mi boca
para que dé testimonio de Ti
y no diga nada que hiera o destruya;
que sólo pronuncie palabras que alivian,
que nunca traicione confidencias y secretos,
que consiga despertar sonrisas.
Señor, bendice mi corazón
para que sea templo vivo de tu Espíritu
y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir dolor y alegría
con un gran amor.
Dios mío, que puedas disponer de mí
con todo lo que soy, con todo lo que tengo.
para que sean delicadas y sepan tomar
sin jamás aprisionar,
que sepan dar sin calcular
y tengan la fuerza de bendecir y consolar.
Señor, bendice mis ojos
para que sepan ver la necesidad
y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra;
que vean detrás de la superficie
para que los demás se sientan felices
por mi modo de mirarles.
Señor, bendice mis oídos
para que sepan oír tu voz
y perciban muy claramente
el grito de los afligidos;
que sepan quedarse sordos
al ruido inútil y la palabrería,
pero no a las voces que llaman
y piden que las oigan y comprendan
aunque turben mi comodidad.
Señor, bendice mi boca
para que dé testimonio de Ti
y no diga nada que hiera o destruya;
que sólo pronuncie palabras que alivian,
que nunca traicione confidencias y secretos,
que consiga despertar sonrisas.
Señor, bendice mi corazón
para que sea templo vivo de tu Espíritu
y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir dolor y alegría
con un gran amor.
Dios mío, que puedas disponer de mí
con todo lo que soy, con todo lo que tengo.
Fuente: pastoralsj.org
JESÚS SE NOS DA COMO VÍCTIMA EN LA EUCARISTÍA
Jesús se nos da como víctima en la Eucaristía
Autor: Padre Mariano de Blas, L.C.
Viendo Jesús que le quedaban pocas horas, menos de un día, se apresuró a hacer su testamento, que comienza con aquellas palabras de Juan: “Como hubiese amado a os suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”. En menos de un día iba a darnos la Eucaristía y el Sacerdocio, su Madre, su vida y su preciosa sangre.
Cristo quiso amarnos como Él sólo puede hacerlo, a lo divino, con toda su potencia, con toda su grandeza, olvidando que íbamos a ser ingratos, infieles, cobardes y aún traidores.
Nos dio todo. Es importante reflexionar en esto a la hora de decir: ¿qué le voy a dar yo a Jesucristo? Se trata de dar a Dios, a un Dios que a mí antes me ha dado todo.
Jesús se nos da como Víctima. Como víctima perenne de nuestra redención. Recordemos la escena verdaderamente dramática del sacrificio de Isaac: Su padre Abraham, el hombre de fe y el hombre obediente, había recibido el encargo de Dios de sacrificar a su hijo, su único hijo que había nacido de manera milagrosa, y que era el único heredero, heredero de una descendencia más grande que las estrellas del cielo y que las arenas del mar. Dios parecía contradecirse. Sin embargo este buen hombre, hombre de fe, tomó un burrito, dos siervos, la leña, el fuego, el cuchillo y se fue con su hijo rumbo al Monte Moria.
Mientras caminaban, el muchacho, que no era tonto, preguntó: -¿padre, tenemos todo, pero nos falta una cosa -y esa cosa era la más importante - ¡nos falta la víctima! Abraham, comiéndose las lágrimas, dijo: -Dios proveerá la víctima, hijo mío. Y siguieron adelante. Cuando ya estaban en la falda del monte, dejó al burrito, a los criados y subió solo a la montaña llevando el fuego, el cuchillo y la leña a espaldas de Isaac.
Al llegar a la cima, apiló una piedras en forma de altar y ahora sí se dirigió a Isaac; le ató las manos y los pies como a un corderito, lo puso sobre el altar y cogió el cuchillo para degollarlo. Él ya veía el cuchillo clavado en el cuello de su hijo, veía brotar la sangre... En ese mismo instante le llaman: -“Abraham, Abraham”-, y él respondió: - Aquí estoy-. Dios le dijo: -“Has sido realmente muy obediente, no le hagas daño al niño”-. Y encontró un carnero enredado en las zarzas y fue la víctima del sacrificio.
Pues bien, el cuchillo que Dios no quiso que Abraham clavara en el cuello de Isaac Dios lo clavó en las manos y en los pies y en el corazón de su propio hijo. Y eso por amor a nosotros y por nada más. Ahí podemos adivinar hasta dónde llega el amor de Dios a nosotros.
Ir a la misa es ir cada día al Calvario para ver cómo un Dios muere por los hombres: por ti y por mí. Por eso, el ir a misa o el no ir a misa tiene este significado: yo sé que Dios ha muerto por mí, o yo no sé que Dios ha muerto por mí.
Todos los días tenemos que ser redimidos. Tenemos que ser redimidos de nuestra soberbia, egoísmo, sensualidad y mil cosas más. Ir a la misa significa ir a pedir esa redención a Cristo.
Si yo en el Calvario o en la última cena no hubiera sido un indiferente, pues no serlo en la Eucaristía, en la misa, ya que se trata de lo mismo.
Se nos da como Víctima perenne. Es decir, Jesús se está ofreciendo al Padre todos los días en mi lugar como una víctima que asume lo que yo debería sufrir; todos los castigos, todas las penitencias que yo debería asumir y Él las toma sobre sí. Dios cargó sobre Él nuestros dolores, nuestros sufrimientos, nuestros pecados, más aún, la Biblia dice: Dios lo hizo pecado por amor a nosotros.
LA VISITACIÓN DE LA VIRGEN - 31 DE MAYO
Autor: . | Fuente: ACI Prensa Visitación de la Virgen | |
Fiesta, 31 de mayo | |
Fiesta LitúrgicaPor medio de la visita de María llevó Jesús a aquel hogar muchos favores y gracias: el Espíritu Santo a Isabel, la alegría a Juan, el don de Profecía, etc, los cuales constituyen los primeros favores que nosotros conocemos que haya hecho en la tierra el Hijo de Dios encarnado. San Bernardo señala aquí que desde entonces María quedó constituida como un "Canal inmenso" por medio del cual la bondad de Dios envía hacia nosotros las cantidades más admirables de gracias, favores y bendiciones. Además, nuestra Madre María recibió el mensaje más importante que Dios ha enviado a la tierra: el de la Encarnación del Redentor en el mundo, y en seguida se fue a prestar servicios humildes a su prima Isabel. No fue como reina y señora sino como sierva humilde y fraterna, siempre dispuesta a atender a todos que la necesitan. Este fue el primero de los numerosos viajes de María a ayudar a los demás. Hasta el final de la vida en el mundo, Ella estará siempre viajando para prestar auxilios a quienes lo estén necesitando. También fue la primera marcha misionera de María, ya que ella fue a llevar a Jesús a que bendijera a otros, obra de amor que sigue realizando a cada día y cada hora. Finalmente, Jesús empleó a su Madre para santificar a Juan Bautista y ahora ella sigue siendo el medio por el cual Jesús nos santifica a cada uno de nosotros que somos también hijos de su Santa Madre. |
domingo, 27 de mayo de 2012
ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO PARA OBTENER LA SALUD
ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO
PARA OBTENER LA SALUD
¡Espíritu Santo divino, creador y renovador de todas las cosas, vida de mi vida! Te adoro, te doy gracias y te amo en unión de María Santísima. Tú que das la vida y vivificas todo el universo, consérvame en buena salud; líbrame de las enfermedades que la amenazan y de todos los males que la acosan.
Con la ayuda de tu gracia, prometo usar siempre mis fuerzas para mayor gloria tuya, para el bien de mi alma y el servicio de mis hermanos.
Te ruego también que ilumines con tus dones de ciencia y de inteligencia a los médicos y a todos los que cuidan a los enfermos, para que conozcan las verdaderas causas de las enfermedades que amenazan a la vida, y puedan descubrir y aplicar los remedios más eficaces para defenderla y sanarla.
¡Virgen Santísima, madre de la Vida y salud de los enfermos!, a ti confío esta mi humilde oración. Dígnate, Madre de Dios y madre nuestra, acompañarla con tu poderosa intercesión.
Amén.
¡Espíritu Santo divino, creador y renovador de todas las cosas, vida de mi vida! Te adoro, te doy gracias y te amo en unión de María Santísima. Tú que das la vida y vivificas todo el universo, consérvame en buena salud; líbrame de las enfermedades que la amenazan y de todos los males que la acosan.
Con la ayuda de tu gracia, prometo usar siempre mis fuerzas para mayor gloria tuya, para el bien de mi alma y el servicio de mis hermanos.
Te ruego también que ilumines con tus dones de ciencia y de inteligencia a los médicos y a todos los que cuidan a los enfermos, para que conozcan las verdaderas causas de las enfermedades que amenazan a la vida, y puedan descubrir y aplicar los remedios más eficaces para defenderla y sanarla.
¡Virgen Santísima, madre de la Vida y salud de los enfermos!, a ti confío esta mi humilde oración. Dígnate, Madre de Dios y madre nuestra, acompañarla con tu poderosa intercesión.
Amén.
PENTECOSTÉS, algo más que la venida del espíritu...
La
fiesta de Pentecostés es uno de los Domingos más importantes del año,
después de la Pascua. En el Antiguo Testamento era la fiesta de la
cosecha y, posteriormente, los israelitas, la unieron a la Alianza en el
Monte Sinaí, cincuenta días después de la salida de Egipto.
Aunque durante mucho
tiempo, debido a su importancia, esta fiesta fue llamada por el pueblo
segunda Pascua, la liturgia actual de la Iglesia, si bien la mantiene
como máxima solemnidad después de la festividad de Pascua, no pretende
hacer un paralelo entre ambas, muy por el contrario, busca formar una
unidad en donde se destaque Pentecostés como la conclusión de la
cincuentena pascual. Vale decir como una fiesta de plenitud y no de
inicio. Por lo tanto no podemos desvincularla de la Madre de todas las
fiestas que es la Pascua.
En este sentido,
Pentecostés, no es una fiesta autónoma y no puede quedar sólo como la
fiesta en honor al Espíritu Santo. Aunque lamentablemente, hoy en día,
son muchísimos los fieles que aún tienen esta visión parcial, lo que
lleva a empobrecer su contenido.
Hay que insistir que,
la fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más importante del año
litúrgico en donde los cristianos tenemos la oportunidad de vivir
intensamente la relación existente entre la Resurrección de Cristo, su
Ascensión y la venida del Espíritu Santo.
Es bueno tener
presente, entonces, que todo el tiempo de Pascua es, también, tiempo del
Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la Pascua, que estuvo en el
nacimiento de la Iglesia y que, además, siempre estará presente entre
nosotros, inspirando nuestra vida, renovando nuestro interior e
impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos corresponde
vivir.
Culminar con una vigilia:
Entre
las muchas actividades que se preparan para esta fiesta, se encuentran,
las ya tradicionales, Vigilias de Pentecostés que, bien pensadas y lo
suficientemente preparadas, pueden ser experiencias profundas y
significativas para quienes participan en ellas.
Una vigilia, que
significa “Noche en vela” porque se desarrolla de noche, es un acto
litúrgico, una importante celebración de un grupo o una comunidad que
vigila y reflexiona en oración mientras la población duerme. Se trata de
estar despiertos durante la noche a la espera de la luz del día de una
fiesta importante, en este caso Pentecostés. En ella se comparten, a la
luz de la Palabra de Dios, experiencias, testimonios y vivencias. Todo
en un ambiente de acogida y respeto.
Es importante tener
presente que la lectura de la Sagrada Escritura, las oraciones, los
cantos, los gestos, los símbolos, la luz, las imágenes, los colores, la
celebración de la Eucaristía y la participación de la asamblea son
elementos claves de una Vigilia.
En el caso de
Pentecostés centramos la atención en el Espíritu Santo prometido por
Jesús en reiteradas ocasiones y, ésta vigilia, puede llegar a ser muy
atrayente, especialmente para los jóvenes, precisamente por el clima de
oración, de alegría y fiesta.
Algo que nunca
debiera estar ausente en una Vigilia de Pentecostés son los dones y los
frutos del Espíritu Santo. A través de diversas formas y distintos
recursos (lenguas de fuego, palomas, carteles, voces grabadas, tarjetas,
pegatinas, etc.) debemos destacarlos y hacer que la gente los tenga
presente, los asimile y los haga vida.
No sacamos nada con
mencionarlos sólo para esta fiesta, o escribirlos en hermosas tarjetas, o
en lenguas de fuego hechas en cartulinas fosforescentes, si no
reconocemos que nuestro actuar diario está bajo la acción del Espíritu y
de los frutos que vayamos produciendo.
Invoquemos, una vez
más, al Espíritu Santo para que nos regale sus luces y su fuerza y,
sobre todo, nos haga fieles testigos de Jesucristo, nuestro Señor.
Eduardo Cáceres Contreras
viernes, 25 de mayo de 2012
El amor es perdón
El amor es perdón
Para quien ha amado, para todo aquel que haya sido amado,
recuerda que el amor soporta todo, el amor es servicial, el amor no es egoísta el amor viene de Dios y sobretodo que el amor es PERDÓN.
No es solamente un sentimiento o un recuerdo grabado en tu memoria, es el saber que eres amado por tu creador e igualmente fuiste para hecho para amar, pues tu
Dios ES el amor.
Si sientes tristeza por un amor que se fue, si te sientes mal por algo que no funcionó, si piensas que este día pudo ser mejor, recuerda que Dios creó la amistad y el amor, y que no las puedes practicar sin El.
En este día perdona, ama, expresa, ríe sin importar si eres correspondido o no y no dejes en tu corazón lo que sientes. Solamente si haces todo lo anterior podrás decir que has amado.
Para quien ha amado, para todo aquel que haya sido amado,
recuerda que el amor soporta todo, el amor es servicial, el amor no es egoísta el amor viene de Dios y sobretodo que el amor es PERDÓN.
No es solamente un sentimiento o un recuerdo grabado en tu memoria, es el saber que eres amado por tu creador e igualmente fuiste para hecho para amar, pues tu
Dios ES el amor.
Si sientes tristeza por un amor que se fue, si te sientes mal por algo que no funcionó, si piensas que este día pudo ser mejor, recuerda que Dios creó la amistad y el amor, y que no las puedes practicar sin El.
En este día perdona, ama, expresa, ríe sin importar si eres correspondido o no y no dejes en tu corazón lo que sientes. Solamente si haces todo lo anterior podrás decir que has amado.
No se pueden contar todas las piedras
No se pueden contar todas las piedras
Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD
En el Japón hay de piedras cercano a un templo en la ciudad de Kyoto. Según la tradición, allí hay quince piedras de distintos tamaños, que simbolizan los problemas básicos de la humanidad. Cada visitante elige cuales son. Lo curioso es que las piedras están ordenadas de tal modo que no se pueden ver todas al mismo tiempo.
"Es imposible ver todas las piedras al mismo tiempo", es imposible abarcar todas las dificultades que surgen a lo largo de la vida. Todos los problemas básicos de la humanidad los podemos englobar bajo la palabra cruz.
La cruz no ha sido un invento del cristianismo; es un hecho de nuestra condición humana. Por el simple hecho de ser vivientes, nos acompaña a cualquier edad, en los trabajos, en la convivencia. Otras, son producto del pecado: droga, dinero, juego, placer, envidia, poder, fama...
La cruz en sí misma no tiene ningún valor, inclusive es negativa y destructora. Ella nos habla del poder del mal. Este es fuerte y aparece persistente en forma de violencia, injusticia, materialismo y miseria. Muchos sufren todo este tipo de cruces y quisieran acabar con el mal para transformar la historia y lo único que pueden percibir es una total impotencia ante los tentáculos del mal organizado.
Además de las cruces que nos vienen por nuestra condición humana y por el pecado, hay otras que son consecuencia del ser cristiano. La cruz cristiana es el precio que hay que pagar por la conversión de renuncia a vivir "según la carne" (Mt 18,8).La fidelidad al reino de Dios conlleva la cruz de Cristo.
La Iglesia y el cristiano deben caminar por el mismo camino que Cristo, es decir, por el camino del servicio y del amor. "Como Cristo realizó la obra de la redención en pobreza y persecución, de igual modo la Iglesia está destinada a recorrer el mismo camino...; así también la Iglesia, aunque necesita de medios humanos para cumplir su misión, no fue instituída para buscar la gloria terrena, sino para proclamar la humildad y abnegación, también con su ejemplo" (LG 8).
La cruz cristiana encierra una fuerza redentora. Para Juan de la Cruz no es sencillamente sufrimiento, sino gloria de Dios anticipada. En ella triunfa Jesús y desde entonces se ha convertido en signo de salvación. Todo aquel que la mira con ojos de fe y ve en ella a Jesús, podrán tener la misma actitud de los apóstoles en las horas de prueba:"Ellos se fueron contentos de la presencia del Consejo, porque habían sido dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús"(Hch5, 41).
La cruz que debemos cargar es la que brota del amor. Tenemos que ser, pues, cirineos para poder aliviar los sufrimientos y cargas de los otros.
FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO
Los frutos del Espíritu Santo nos ayudan a saborear la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce:
1. Caridad
2. Gozo
3. Paz
4. Paciencia
5. Generosidad
6. Bondad
7. Benignidad
8. Mansedumbre
9. Fidelidad
10. Modestia
11. Continencia
12. Castidad
El pecado mortal es el peor enemigo del Espíritu Santo, pues si lo cometemos expulsamos de nuestra alma a su dulce huésped.
No tengamos miedo de ser testigos de Dios en la sociedad, pues si contamos con el Espíritu Santo, toda dificultad será vencida, todo cansancio refrescado y cada tristeza consolada.
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu Creador. Y renueva la faz de la Tierra. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Amén.
1. Caridad
2. Gozo
3. Paz
4. Paciencia
5. Generosidad
6. Bondad
7. Benignidad
8. Mansedumbre
9. Fidelidad
10. Modestia
11. Continencia
12. Castidad
El pecado mortal es el peor enemigo del Espíritu Santo, pues si lo cometemos expulsamos de nuestra alma a su dulce huésped.
No tengamos miedo de ser testigos de Dios en la sociedad, pues si contamos con el Espíritu Santo, toda dificultad será vencida, todo cansancio refrescado y cada tristeza consolada.
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu Creador. Y renueva la faz de la Tierra. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Amén.
jueves, 24 de mayo de 2012
PREGÚNTALE A LA ESTRELLA
Pregúntale a la estrella
Autor: Padre Justo López Melús
En la vida hay dos maneras de reaccionar frente a las realidades concretas. Unos contemplan melancólicamente las situaciones penosas de muchas personas, y se lamentan porque son tantas que no las van a poder remediar. Otros, en cambio, van más allá de las lamentaciones, se dejan de utopías y empiezan a actuar.
Estaba un escritor junto al mar y vio cómo un joven recogía las estrellas de mar que las olas lanzaban a la orilla, y las devolvía a su elemento, pues sabía que, si quedaban sin agua, en la marea baja morirían.
— No tiene sentido lo que haces —le dijo el escritor—. Hay miles de estrellas de mar en el Pacífico que se quedarán en seco y no podrás salvarlas a todas.
— ¿Qué no tiene sentido lo que hago? — le replicó el joven— ¿Por qué no le haces la misma pregunta a las estrellas de mar que acabo de salvar?
Y los dos se dedicaron durante un buen rato a salvar estrellas.
Tú no puedes hacer todo en el mundo, pero hay algo que sólo puedes hacer tú.
En la vida hay dos maneras de reaccionar frente a las realidades concretas. Unos contemplan melancólicamente las situaciones penosas de muchas personas, y se lamentan porque son tantas que no las van a poder remediar. Otros, en cambio, van más allá de las lamentaciones, se dejan de utopías y empiezan a actuar.
Estaba un escritor junto al mar y vio cómo un joven recogía las estrellas de mar que las olas lanzaban a la orilla, y las devolvía a su elemento, pues sabía que, si quedaban sin agua, en la marea baja morirían.
— No tiene sentido lo que haces —le dijo el escritor—. Hay miles de estrellas de mar en el Pacífico que se quedarán en seco y no podrás salvarlas a todas.
— ¿Qué no tiene sentido lo que hago? — le replicó el joven— ¿Por qué no le haces la misma pregunta a las estrellas de mar que acabo de salvar?
Y los dos se dedicaron durante un buen rato a salvar estrellas.
Tú no puedes hacer todo en el mundo, pero hay algo que sólo puedes hacer tú.
INSTRUCCIONES PARA VIVIR EN LA TIERRA
Instrucciones para vivir en la tierra
Recuerdo que antes que yo naciera, estaba preocupado porque no
conocía el mundo al que llegaría.
Entonces le pedí a Dios instrucciones para vivir en esta tierra.
Dios acercó su voz a mi oído y me dijo:
Sé como el sol. Levántate temprano y no te acuestes tarde.
Sé como la luna. Brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz
mayor.
Sé como los pájaros. Come, canta, bebe y vuela.
Sé como las flores. Enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.
Sé como el buen perro. Obediente, pero nada más a su Señor.
Sé como la fruta. Bella por fuera, saludable por dentro.
Sé como el día. Que llega y se retira sin alardes.
Sé como el oasis. Da tu agua al sediento.
Sé como el río. Siempre hacia adelante.
Sé como la luciérnaga. Aunque pequeña, emite su propia luz.
Sé como el agua. Buena y transparente.
Sé como José. Cree en tus sueños.
Sé como Lázaro. Levántate y anda.
Y sobre todas las cosas, Sé como el cielo: la morada de Dios.
Señor, no permitas que me quede donde estoy. Ayúdame a llegar donde Tú quieres.
Recuerdo que antes que yo naciera, estaba preocupado porque no
conocía el mundo al que llegaría.
Entonces le pedí a Dios instrucciones para vivir en esta tierra.
Dios acercó su voz a mi oído y me dijo:
Sé como el sol. Levántate temprano y no te acuestes tarde.
Sé como la luna. Brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz
mayor.
Sé como los pájaros. Come, canta, bebe y vuela.
Sé como las flores. Enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.
Sé como el buen perro. Obediente, pero nada más a su Señor.
Sé como la fruta. Bella por fuera, saludable por dentro.
Sé como el día. Que llega y se retira sin alardes.
Sé como el oasis. Da tu agua al sediento.
Sé como el río. Siempre hacia adelante.
Sé como la luciérnaga. Aunque pequeña, emite su propia luz.
Sé como el agua. Buena y transparente.
Sé como José. Cree en tus sueños.
Sé como Lázaro. Levántate y anda.
Y sobre todas las cosas, Sé como el cielo: la morada de Dios.
Señor, no permitas que me quede donde estoy. Ayúdame a llegar donde Tú quieres.
CAMBIO DE DOMICILIO ...
Cambio de domicilio
Un banco de Bringhamton (Nueva York)
envió un ramo de flores a un banco de la competencia
con motivo de la inauguración de sus nuevas instalaciones.
Por una confusión,
la tarjeta que acompañaba las flores decía:
"Nuestras más sinceras condolencias".
Poco después, la florista que había cometido el error
llamó al banco para ofrecer sus disculpas.
Lo que más le preocupaba, agrego la muchacha,
era que el otro ramo, enviado a un funeral,
llevaba el saludo destinado originalmente al banco:
"Felicitaciones por su nuevo domicilio".
Para el cristiano,
morir es como mudarse a una vivienda mejor.
Estar con Jesús en un lugar hermoso,
dejar atrás pesares y dolores
y reencontrarse con sus seres queridos.
Debe ser causa de esperanza, no de temor.
Así pues, al creyente que fallece
podemos sin duda felicitarlo por su cambio de domicilio.
Un banco de Bringhamton (Nueva York)
envió un ramo de flores a un banco de la competencia
con motivo de la inauguración de sus nuevas instalaciones.
Por una confusión,
la tarjeta que acompañaba las flores decía:
"Nuestras más sinceras condolencias".
Poco después, la florista que había cometido el error
llamó al banco para ofrecer sus disculpas.
Lo que más le preocupaba, agrego la muchacha,
era que el otro ramo, enviado a un funeral,
llevaba el saludo destinado originalmente al banco:
"Felicitaciones por su nuevo domicilio".
Para el cristiano,
morir es como mudarse a una vivienda mejor.
Estar con Jesús en un lugar hermoso,
dejar atrás pesares y dolores
y reencontrarse con sus seres queridos.
Debe ser causa de esperanza, no de temor.
Así pues, al creyente que fallece
podemos sin duda felicitarlo por su cambio de domicilio.
DE RODILLAS ANTE TI, PEDIMOS AYUDA AL ESPIRITU SANTO
Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net De rodillas ante Ti, pedimos ayuda al Espíritu Santo | |
Espíritu de alegría, consuelo y fortaleza, sánanos del desánimo, el miedo y la tristeza. | |
Hoy Jesús, vengo ante Ti con el alma aligerada, con la alegría de una gran emoción que ya conoces porque Tu lo sabes todo de tus amadas criaturas y de mí. Pero se que te gusta que te cuente "mis cosas" ya que eres mi confidente, mi gran amigo... Pues bien, lo que trae mi alma conmovida es, que como tu ya sabes, México ha sido consagrado al Espíritu Santo, el Espíritu Santo que es frecuentemente el GRAN DESCONOCIDO, y que es el Espíritu de Dios. El es, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, Tres Personas distintas y un solo Dios Verdadero. Es el Misterio profundo de esa Trinidad donde ninguno es mayor ni menor que el otro. Tienen su propia personalidad, por decirlo así: Dios Padre se da plenamente al Hijo con infinito amor, el Hijo se da al Padre con el mismo infinito amor y de esta comunicación de amor brota el Espíritu Santo, amor sustancial del Padre y del Hijo, es así como nos lo enseña Santo Tomás en su Suma Teológica. Después de la muerte y a pesar de haber visto resucitado a Jesús, los apóstoles estaban sumidos en el miedo hecho terror. ¿Cómo ellos pobres pescadores, algunos analfabetos, podrían cumplir el mandato, la misión que les dejaba el Maestro y Señor?. Id, a predicar a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo... y también.... si yo no me voy, el Paráclito no vendrá a vosotros; pero si ve voy, os lo enviaré Y estando reunidos llegó el Espíritu de Dios y todo cambió para ellos. Así también nosotros hemos de llamarlo: ¡Ven Espíritu Santo! Él desea entrar para darnos sus Dones, es el Gran Consolador, Intercesor y Luz y se convierte en el dulce huésped del alma y nos llena de paz y de sabiduría. Lo necesitamos porque El es el fruto del Amor de Dios. Y para terminar esta pequeña charla contigo mi amado Jesús, te diré que es un beneficio inmenso que nuestro querido México se haya consagrado al Espíritu Santo, en estos tiempos tan difíciles, como ya pasó, cuando en México se derramó sangre por tu amor allá por los años de 1927 y más, en la Guerra Cristera, y ahora también las fuerzas del mal, vemos claramente, que están presentes. Vamos a tener la ayuda amadísima del Espíritu Santo y de rodillas ante ti, como lo haré todos los días pediré su ayuda y protección con esta oración. CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO "Espíritu Santo, te consagramos nuestra patria. Intercede por quienes vivimos en ella. No nos dejes perdernos por caminos sin Dios, reoriéntanos al gozo de la fe y la verdad. Espíritu de paz, perdón y misericordia, líbranos de la violencia y la discordia y enséñanos a hablar las lenguas siempre nuevas de la fraternidad. Espíritu de alegría, consuelo y fortaleza, sánanos del desánimo, el miedo y la tristeza. Espíritu de generosidad y de justicia, apártanos del egoísmo y de la avaricia, inspíranos acciones para crear condiciones que permitan a todos vivir con dignidad. Tu eres fuente de la vida, rescátanos de la cultura de la muerte, fecúndanos con tus dones, tus frutos y carísmas. Ilumina nuestra tierra, renueva las naciones, ven como en Pentecostés e incendia con tu fuego de amor los corazones. AMÉN. |
miércoles, 23 de mayo de 2012
ORACIÓN A DIOS: SEMILLA DE ESPERANZA
Semillas de esperanza
Dios Padre bueno,
que en tu providencia amorosa
cuidas de los hombres,
te rogamos que siembres con abundancia
en el campo de la iglesia
la semilla de la vocación sacerdotal.
Que sea acogida con alegría
en corazones nobles y generosos,
que madure en el Seminario
y que los nuevos sacerdotes sean para nuestro mundo,
con su palabra y ejemplo,
semillas de esperanza
y testigos de tu amor.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Dios Padre bueno,
que en tu providencia amorosa
cuidas de los hombres,
te rogamos que siembres con abundancia
en el campo de la iglesia
la semilla de la vocación sacerdotal.
Que sea acogida con alegría
en corazones nobles y generosos,
que madure en el Seminario
y que los nuevos sacerdotes sean para nuestro mundo,
con su palabra y ejemplo,
semillas de esperanza
y testigos de tu amor.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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