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¿Quién es el Espírtu 
Santo? 
 
El Espíritu Santo es Dios, es la 
Tercera Persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia nos enseña que el Espíritu 
Santo es el amor que existe entre el Padre y el Hijo. Este amor es tan grande y 
tan perfecto que forma una tercera persona. El Espíritu Santo llena nuestras 
almas en el Bautismo y después, de manera perfecta, en la Confirmación. Con el 
amor divino de Dios dentro de nosotros, somos capaces de amar a Dios y al 
prójimo. El Espíritu Santo nos ayuda a cumplir nuestro compromiso de vida con 
Jesús. 
 
Señales del Espíritu 
Santo: 
 
El viento, el fuego, la 
paloma. 
Estos símbolos nos revelan los 
poderes que el Espíritu Santo nos da: El viento es una fuerza invisible pero 
real. Así es el Espíritu Santo. El fuego es un elemento que limpia. Por ejemplo, 
se prende fuego al terreno para quitarle las malas hierbas y poder sembrar 
buenas semillas. En los laboratorios médicos para purificar a los instrumentos 
se les prende fuego. 
El Espíritu Santo es una fuerza 
invisible y poderosa que habita en nosotros y nos purifica de nuestro egoísmo 
para dejar paso al amor.  
Nombres del Espíritu 
Santo. 
El Espíritu Santo ha recibido varios 
nombres a lo largo del nuevo Testamento: el Espíritu de verdad, el Abogado, el 
Paráclito, el Consolador, el Santificador. 
 
  
Misión del Espíritu 
Santo: 
 
El Espíritu Santo es santificador: 
Para que el Espíritu Santo logre cumplir con su función, necesitamos entregarnos 
totalmente a Él y dejarnos conducir dócilmente por sus inspiraciones para que 
pueda perfeccionarnos y crecer todos los días en la santidad. 
El Espíritu Santo mora en 
nosotros: En San Juan 14, 16, encontramos la siguiente frase: “Yo rogaré al 
Padre y les dará otro abogado que estará con ustedes para siempre”. También, en 
I Corintios 3. 16 dice: “¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu 
Santo habita en ustedes?”. Es por esta razón que debemos respetar nuestro cuerpo 
y nuestra alma. Está en nosotros para obrar porque es “dador de vida” y es el 
amor. Esta aceptación está condicionada a nuestra aceptación y libre 
colaboración. Si nos entregamos a su acción amorosa y santificadora, hará 
maravillas en nosotros.
 
El Espíritu Santo ora en 
nosotros: Necesitamos de un gran silencio interior y de una profunda pobreza 
espiritual para pedir que ore en nosotros el Espíritu Santo. Dejar que Dios ore 
en nosotros siendo dóciles al Espíritu. Dios interviene para bien de los que le 
aman.
 
El Espíritu Santo nos lleva a la 
verdad plena, nos fortalece para que podamos ser testigos del Señor, nos muestra 
la maravillosa riqueza del mensaje cristiano, nos llena de amor, de paz, de 
gozo, de fe y de creciente esperanza.
 
El Espíritu Santo y la 
Iglesia:
 
 
Desde la fundación de la Iglesia el 
día de Pentecostés, el Espíritu Santo es quien la construye, anima y santifica, 
le da vida y unidad y la enriquece con sus dones. El Espíritu Santo sigue 
trabajando en la Iglesia de muchas maneras distintas, inspirando, motivando e 
impulsando a los cristianos, en forma individual o como Iglesia entera, al 
proclamar la Buena Nueva de Jesús.
 Por ejemplo, puede inspirar al Papa a dar 
un mensaje importante a la humanidad; inspirar al obispo de una diócesis para 
promover un apostolado; etc.
 
El Espíritu Santo asiste 
especialmente al representante de Cristo en la Tierra, el Papa, para que guíe 
rectamente a la Iglesia y cumpla su labor de pastor del rebaño de 
Jesucristo.El Espíritu Santo construye, santifica y da vida y unidad a la 
Iglesia.
 El Espíritu Santo tiene el poder de animarnos y santificarnos y 
lograr en nosotros actos que, por nosotros, no realizaríamos. Esto lo hace a 
través de sus siete dones.
 
 
Los siete dones del 
Espíritu Santo: 
  
 
Estos dones son regalos de Dios y 
sólo con nuestro esfuerzo no podemos hacer que crezcan o se desarrollen. 
Necesitan de la acción directa del Espíritu Santo para poder actuar con 
ellos. 
 
SABIDURÍA: Nos permite entender, 
experimentar y saborear las cosas divinas, para poder juzgarlas 
rectamente. 
ENTENDIMIENTO: Por él, nuestra 
inteligencia se hace apta para entender intuitivamente las verdades reveladas y 
las naturales de acuerdo al fin sobrenatural que tienen. Nos ayuda a entender el 
por qué de las cosas que nos manda Dios.
 
CIENCIA: Hace capaz a nuestra 
inteligencia de juzgar rectamente las cosas creadas de acuerdo con su fin 
sobrenatural. Nos ayuda a pensar bien y a entender con fe las cosas del 
mundo.
 
CONSEJO: Permite que el alma 
intuya rectamente lo que debe de hacer en una circunstancia determinada. Nos 
ayuda a ser buenos consejeros de los demás, guiándolos por el camino del 
bien.
 
FORTALEZA: Fortalece al alma para 
practicar toda clase de virtudes heroicas con invencible confianza en superar 
los mayores peligros o dificultades que puedan surgir. Nos ayuda a no caer en 
las tentaciones que nos ponga el demonio.
 
PIEDAD: Es un regalo que le da 
Dios al alma para ayudarle a amar a Dios como Padre y a los hombres como 
hermanos, ayudándolos y respetándolos.
 
TEMOR DE DIOS: Le da al alma la 
docilidad para apartarse del pecado por temor a disgustar a Dios que es su 
supremo bien. Nos ayuda a respetar a Dios, a darle su lugar como la persona más 
importante y buena del mundo, a nunca decir nada contra Él.
 
 
Oración al Espíritu 
Santo
 
 
Ven Espíritu Santo, llena los 
corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor; envía Señor tu 
Espíritu Creador y se renovará la faz de la tierra.OH Dios, que quisiste 
ilustrar los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos 
que, guiados por este mismo Espíritu, obremos rectamente y gocemos de tu 
consuelo.
 Por Jesucristo, nuestro Señor
 Amén.
 
 
 
 
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