Perdona porque es perdonado
Autor: Padre Guillermo Ortiz SJ.
El cristiano trata a los demás de la misma manera que Dios lo trata a él.
Si Dios no tiene en cuenta los pecados, si no nos hace pagar por nuestras culpas y perdona con su vida, con su cuerpo y su sangre, entonces, el cristiano también perdona a los que lo ofenden, persiguen y maltratan. Si Dios nos ama con el amor más difícil que es el perdón, el hombre y la mujer que experimentan la grandeza y la profundidad del amor de Dios con el perdón total de las ofensas con el sacramento de la reconciliación, hacen lo mismo con los demás, son generosos con el perdón y perdonan de corazón, aun cuando sienten el dolor de la herida y el daño causado por el otro, como Jesús sintió las heridas y el dolor de la pasión y de la cruz.
Perdonar es un misterio, es una gracia de Dios. No se puede perdonar las ofensas haciendo de tripas corazón, a nosotros nos sale el ojo por ojo y diente por diente, sentimos el deseo de vengarnos o de hacer justicia. Pero si Dios hiciera justicia nos eliminaría de la faz de la tierra, pero no lo hace, nos tiene paciencia y nos da otra oportunidad setenta veces siete. Lo mismo hace el hombre y la mujer que se saben perdonados por Dios.
Si nos cuesta amar y perdonar, puede ser que nos falte tomar más conciencia de todo lo que Dios nos ama y nos perdona en la vida. ¿No le parece?
‘Si perdonan a los que los ofenden, Dios los perdona a Uds. -dice Jesús’
Autor: Padre Guillermo Ortiz SJ.
El cristiano trata a los demás de la misma manera que Dios lo trata a él.
Si Dios no tiene en cuenta los pecados, si no nos hace pagar por nuestras culpas y perdona con su vida, con su cuerpo y su sangre, entonces, el cristiano también perdona a los que lo ofenden, persiguen y maltratan. Si Dios nos ama con el amor más difícil que es el perdón, el hombre y la mujer que experimentan la grandeza y la profundidad del amor de Dios con el perdón total de las ofensas con el sacramento de la reconciliación, hacen lo mismo con los demás, son generosos con el perdón y perdonan de corazón, aun cuando sienten el dolor de la herida y el daño causado por el otro, como Jesús sintió las heridas y el dolor de la pasión y de la cruz.
Perdonar es un misterio, es una gracia de Dios. No se puede perdonar las ofensas haciendo de tripas corazón, a nosotros nos sale el ojo por ojo y diente por diente, sentimos el deseo de vengarnos o de hacer justicia. Pero si Dios hiciera justicia nos eliminaría de la faz de la tierra, pero no lo hace, nos tiene paciencia y nos da otra oportunidad setenta veces siete. Lo mismo hace el hombre y la mujer que se saben perdonados por Dios.
Si nos cuesta amar y perdonar, puede ser que nos falte tomar más conciencia de todo lo que Dios nos ama y nos perdona en la vida. ¿No le parece?
‘Si perdonan a los que los ofenden, Dios los perdona a Uds. -dice Jesús’