jueves, 14 de mayo de 2020

ORACIÓN A JESÚS EUCARISTÍA



Oración a Jesús Eucaristía




Jesús Eucaristía, centro de toda mi existencia
Que mi primer pensamiento al despertarme vaya
hacia Ti y te salude en tu Sagrario.

Que mis ocupaciones, deberes de estado y
Aún lo menores movimientos de todo el día
se vean vivificados por esta fuerza misteriosa
Y eficaz que brota de esta Hostia Santa.

Para ti quiero vivir
unir mi existencia a tu oblación amorosa
en ti quiero vivir, y ofrecerme constantemente
bajo la Acción del Espíritu Santo, en tu unión,
como una alabanza al Padre de los cielos.

Jesús Eucaristía, quiero vivir mi existencia
contigo en una unión indestructible, en
una donación mutua de amor generoso, de
entrega sin condiciones, en una unión de
afectos, anhelos y esperanzas.

Que por ti trabaje hasta agotar mis fuerzas
Que por ti me esfuerce en secundar en mi
alma la acción transformante del Espíritu
Santo. Que por ti me afane en ser delicado
En el cumplimiento, en mi vida de la voluntad
Del amadísimo Padre.

Y cuando el momento del descanso llegue, sea para ti, Jesús Eucaristía mi último pensamiento.

Amén

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA:ACORDÁOS


ACORDÁOS
 (San Bernardo)



Acordaos, oh piadosisima Virgen María, que jamas se oyó decir, que ninguno de cuantos han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando vuestro socorro, haya sido jamas abandonado de vos.
Animado por esta confianza, a vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me animo a comparecer ante vos.
Madre de Dios, no desechéis mis suplicas, antes bien, escuchadlas y aceptadlas benignamente.
Amen.

5 HERMOSAS RAZONES POR LAS CUALES LA ENFERMEDAD ES UN MEDIO DE SANTIFICACIÓN


5 hermosas razones por las cuales la enfermedad es un medio de santificación
Desde las distintas enfermedades, nos hacemos uno con un Cristo doliente, compartimos los distintos dolores que Él cargó, y sentimos cómo Él los vuelve a cargar con nosotros


Por: María Belén Andrade | Fuente: Catholic-link.com




Cuando una enfermedad toca la puerta, la mayoría de las veces uno se cuestiona el por qué. Con salud uno podría ofrecer muchísimo más a Dios, pensamos, ¿por qué permitir esto que no entendemos y que, según la gravedad que vivimos, nos supera? 

El sufrimiento de Cristo no fue exclusivo de la Cruz. Durante su paso por la tierra, Jesús debió experimentar distintos dolores, para cargarlos por nosotros y, hoy día, poder decirnos con entera realidad: “De verdad, sé por lo que estás pasando”. ¿Cuánto le habrá dolido, más que los clavos, la traición del amigo? ¿Cuánto la muerte de su padre nutricio San José? ¿No lloró amargamente por la muerte de Lázaro? ¿No se conmovía al ver los dolores, al ver la muerte? Tuvo hambre, sintió cansancio, encarnó un dolor cruel e inimaginable. “Claro, pero ¡Él es Dios!”, decimos, olvidándonos de que Cristo fue perfecto hombre, por tanto, experimentó perfectamente el dolor, tanto el físico como el moral. Y, además de cargar Su dolor, cargó el de toda la humanidad.

Desde las distintas enfermedades, nos hacemos uno con un Cristo doliente, compartimos los distintos dolores que Él cargó, y sentimos cómo Él los vuelve a cargar con nosotros. De esta manera, también descubrimos que podemos, desde lo que nos toque, ser corredentores con Él. Por eso los enfermos son los tesoros de la Iglesia.

-Niño. -Enfermo. -Al escribir estas palabras, ¿no sientes la tentación de ponerlas con mayúscula? Es que, para un alma enamorada, los niños y los enfermos son Él, escribió San Josemaría Escrivá.

Pero la aceptación de la Cruz no es un analgésico. Es darle un sentido. Un sentido divino, una mirada sobrenatural, que es lo único que trae paz a quien se encuentra inquieto y sufriendo.


1. Santificarse desde la enfermedad
Cuando uno experimenta sus propios límites, también se suma un nuevo sufrimiento: ¿cómo puedo hacerme santo en estas circunstancias, cuando es tan poco lo que puedo hacer? El apostolado está aparentemente ausente, el trabajo es práctica o enteramente nulo, en muchas oportunidades hasta la oración, que debería ser un sostén en el momento difícil, se torna árida. Surge una dolorosa pregunta: ¿Qué puede querer el Señor, entonces, si es tan poco lo que tengo? Y la respuesta es exigente: todo. El Señor sabe que es poco lo que podemos darle, pero ese “poco” hay que entregarle por entero. Y confiar en que, siendo dóciles a Su Voluntad, le agradamos, haciendo eso que podemos hacer y que a nosotros nos resulta insípido.

La Madre Teresa – cuyos escritos me fueron de mucha ayuda, tantas veces –, bajo un semblante de paz y alegría, abrigó durante casi toda su vida y hasta el momento de su muerte un profundo dolor. En un momento de gran sufrimiento, escribió a su director espiritual: «Mi corazón, mi alma y mi cuerpo solo pertenecen a Dios – Él ha tirado, como despreciada, a la hija de Su Amor. – Y para esto, Padre, he hecho este propósito en este retiro: Estar a Su disposición. Dejar que haga conmigo todo lo que Él quiera, como quiera, tanto tiempo como quiera». En los momentos críticos, podemos repetir con ella: «Señor, te doy todo, mi corazón (desgarrado), mi alma (atormentada) y cuerpo (roto), todos envueltos en este dolor, que no pueden hacer gran cosa, humanamente hablando, limitados como ya ves, pero, aun así, tuyos». Y nos haremos santos desde ese abandono.

Sabemos que la santidad es el crecimiento en virtudes por amor a Dios. ¡Y cuántas virtudes se pueden practicar! El abandono, la confianza ciega, la paciencia… y, por sobre todo, una grandísima humildad.

Humildad para reconocer que no podemos hacer nada, que necesitamos pedir ayuda, que dependemos de otros, que no podemos hacer las cosas como nos gustaría hacerlas, entre otras situaciones similares. ¿Parece poco esto? Recordemos que son las virtudes que adornaron a la Santísima Virgen.

2. El trabajo de los enfermos
Ante el molesto e insensato sentimiento de inutilidad, hay que aprender que lo que esté en nuestras posibilidades, poco o mucho, se hace todo. Quizás algunos, al atravesar cierta enfermedad, no pueda continuar con el trabajo que realizaba anteriormente. Eso no significa que no pueda convertir esta nueva circunstancia en un “trabajo”. Por ejemplo, manteniendo acomodada la pieza en la que se encuentra, o realizando trabajos manuales, o intelectuales, todo según las limitaciones y las capacidades.


Quizás para alguno todo lo anterior sea imposible. En ese caso, el “trabajo” es, simplemente, ser un buen enfermo. Realizar apostolado. Santificar a los demás.

3. ¿Cómo santificar a los demás?
La propia Cruz es una oportunidad para que también los demás crezcan en virtudes, para que aprendan el verdadero significado de la caridad, en toda su amplitud.

Quienes se dedican al cuidado de un enfermo descubren que compasión no es “tener pena de”, sino ponerse en su lugar, entender qué necesitan –cuidados físicos, o compañía, o un momento de soledad –, viviendo una obra de misericordia y creciendo en santidad.

A veces uno puede sentir vergüenza por pedir ayuda, o culpa al pensar en el tiempo que se le dedica. Entonces es momento de pensar: “Este o esta me ayuda, pero yo también le estoy ayudando”. La Cruz compartida es más ligera. Cristo también tuvo un Sireneo, y no espera que carguemos solos el peso de las crucecitas que nos manda. No, para eso, Él nos ayuda, y también nos envía la ayuda de aquellos que nos quieren.

4. Apostolado de los enfermos
Cuando se quiebra la salud, muchas veces uno se da cuenta de que no puede, aunque quiera, realizar los mismos apostolados que anteriormente vivía. ¿Es que acaso estos están reservados para unos pocos, escogidos por sus “mejores” cualidades físicas o psíquicas?

Respondo con una historia breve. Durante el crecimiento de su labor apostólica, la Madre Teresa se encontró con Jacqueline de Decker, enfermera y trabajadora social belga que deseaba entrar a las Misioneras de la Caridad, pero que no podía hacerlo a causa de su precaria salud. La Madre Teresa dio con una solución: Jacqueline no podría trabajar con los pobres en Calcuta, pero compartiría este apostolado convirtiéndose en “el otro yo” de la santa. ¿Qué implicaría esto? Ofrecer todos sus dolores, sufrimientos y oraciones para sostener el apostolado de la Madre. Más adelante vendrían muchos otros miembros sufrientes Misioneros de la Caridad que conformarían esta parte tan importante de su Obra.

«En realidad, pueden hacer mucho más en su lecho de dolor que yo corriendo con mis pies, pero usted y yo juntas podemos hacer todo en Él que nos fortalece (…) quiero que se unan especialmente los paralíticos, los lisiados, los incurables, porque sé que ellos llevan muchas almas a los pies de Jesús», le escribió la Madre Teresa a Jacqueline. Todo esto, y una sonrisa. Porque, junto a los ya valiosos ofrecimientos de diversas penas, la sonrisa del que sufre puede llegar a ser un apostolado de valor incalculable. ¿Cuántas almas podrían salvarse gracias a una sonrisa, que se ofrece en medio de las dificultades?

5. Acudir a la Virgen
Independientemente al grado de la enfermedad, una mamá siempre está pendiente de su hijo. Así hace la Virgen, quien también tuvo, desde la Anunciación, una espada clavada en su corazón. No podemos imaginarnos cuánto le habrá dolido saber que el Hijo que engendraba nacía para ser “varón de dolores”, cuántas lágrimas habrá derramado por Él. Sí, Ella conoce el dolor. Y es Madre. Seríamos muy tontos si no acudiésemos a Ella para enseñarle lo que nos duele, pedir que acaricie nuestras heridas y que nos dé un beso que sane el alma.

SAN MATÍAS,APÓSTOL, 14 DE MAYO


San Matías, Apóstol
(siglo I)


Matías significa: "Regalo de Dios".

Este es el apóstol No. 13 (El 14 es San Pablo). Es un apóstol "póstumo" (Se llama póstumo al que aparece después de la muerte de otro). Matías fue elegido "apóstol" por los otros 11, después de la muerte y Ascensión de Jesús, para reemplazar a Judas Iscariote que se ahorcó. La S. Biblia narra de la siguiente manera su elección:

"Después de la Ascensión de Jesús, Pedro dijo a los demás discípulos: Hermanos, en Judas se cumplió lo que de él se había anunciado en la Sagrada Escritura: con el precio de su maldad se compró un campo. Se ahorcó, cayó de cabeza, se reventó por medio y se derramaron todas sus entrañas. El campo comprado con sus 30 monedas se llamó Haceldama, que significa: "Campo de sangre". El salmo 69 dice: "su puesto queda sin quién lo ocupe, y su habitación queda sin quién la habite", y el salmo 109 ordena: "Que otro reciba su cargo".

"Conviene entonces que elijamos a uno que reemplace a Judas. Y el elegido debe ser de los que estuvieron con nosotros todo el tiempo en que el Señor convivió con nosotros, desde que fue bautizado por Juan Bautista hasta que resucitó y subió a los cielos".

Los discípulos presentaron dos candidatos: José, hijo de Sabas y Matías. Entonces oraron diciendo: "Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cual de estos dos eliges como apóstol, en reemplazo de Judas".

Echaron suertes y la suerte cayó en Matías y fue admitido desde ese día en el número de los doce apóstoles (Hechos de los Apóstoles, capítulo 1).

San Matías se puede llamar un "apóstol gris", que no brilló de manera especial, sino que fue como tantos de nosotros, un discípulo del montón, como una hormiga en un hormiguero. Y a muchos nos anima que haya santos así porque esa va a ser nuestra santidad: la santidad de la gentecita común y corriente. Y de estos santos está lleno el cielo: San Chofer de camión y Santa Costurera. San Cargador de bultos y Santa Lavandera de ropa. San Colocador de ladrillos y Santa Vendedora de Almacén, San Empleado y Santa Secretaria, etc. Esto democratiza mucho la santidad, porque ella ya no es para personajes brillantes solamente, sino para nosotros los del montón, con tal de que cumplamos bien cada día nuestros propios deberes y siempre por amor de Dios y con mucho amor a Dios.

San Clemente y San Jerónimo dicen que San Matías había sido uno de los 72 discípulos que Jesús mandó una vez a misionar, de dos en dos. Una antigua tradición cuenta que murió crucificado. Lo pintan con una cruz de madera en su mano y los carpinteros le tienen especial devoción.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 14 DE MAYO DE 2020


Lecturas de hoy Jueves de la 5ª semana de Pascua
Hoy, jueves, 14 de mayo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15,7-21):

EN aquellos días, después de una larga discusión, se levantó Pedro y dijo a los apóstoles y a los presbíteros:
«Hermanos, vosotros sabéis que, desde los primeros días, Dios me escogió entre vosotros para que los gentiles oyeran de mi boca la palabra del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, ha dado testimonio a favor de ellos dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe. ¿Por qué, pues, ahora intentáis tentar a Dios, queriendo poner sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar? No; creemos que lo mismo ellos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús».
Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los signos y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron de hablar, Santiago tomó la palabra y dijo:
«Escuchadme, hermanos: Simón ha contado cómo Dios por primera vez se ha dignado escoger para su nombre un pueblo de entre los gentiles. Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
“Después de esto volveré
y levantaré de nuevo la choza caída de David;
levantaré sus ruinas y la pondré en pie,
para que los demás hombres busquen al Señor,
y todos los gentiles sobre los que ha sido invocado mi nombre:
lo dice el Señor, el que hace que esto sea conocido desde antiguo”.
Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios; basta escribirles que se abstengan de la contaminación de los ídolos, de las uniones ilegítimas, de animales estrangulados y de la sangre. Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes lo predican, ya que es leído cada sábado en las sinagogas».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 95,1-2a.2b-3.10

R/. Contad las maravillas del Señor
a todas las naciones

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,9-11):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 14 de mayo de 2020
Juan Carlos Martos, cmf



Hoy, día de san Matías, el evangelio nos habla de amor, mejor dicho, de “amor mutuo”: El que mantiene Jesús con el Padre y el que pide a los discípulos que mantengan con él. Amar es un verbo muy difícil de definir con precisión, pero que todos sentimos o, con seguridad, deseamos. Este evangelio de amores suscita hoy en nosotros una doble pregunta: ¿Es posible amar a Jesús? ¿Por qué nuestro amor hacia Él debe concretarse en cumplir sus mandamientos?

Profundicemos en la primera: ¿Podemos amar verdaderamente a Jesús a quien no vemos? ¿Es verdadero amor, o se trata simplemente de un recuerdo admirado o de un compromiso por continuar la obra iniciada por Él? ¿Es lo mismo amar a personas concretas que amar a Jesús, tan lejano e inaccesible? Todos tenemos nuestros “mapas de amores” de personas a quienes queremos -unas más, otras menos-, pero hablar de "amor", cuando el destinatario es Jesús de Nazaret, no es nada fácil. Quizás el único argumento convincente sea el que nos dan los testigos. Son muchísimos los que atestiguan con verdad que aman a Jesús, aunque sus explicaciones se nos queden muy difusas e insuficientes… pero ellos, verdaderos amantes, evidencian que el amor no se enseña; se contagia. Y para contagiarlo, hay que estar afectado. Si queremos aprender a amar a Jesús, hemos de frecuentar el contacto con quienes, con sus palabras y obras, lo aman “en serio”.
¿Por qué para amarle hay que cumplir sus mandamientos? ¿Se trata de sustituir amor por obediencia? ¿Puede darse amor verdadero por obligación, sin libertad? Amor y libertad son inseparables. Pero el amor verdadero vincula, une, identifica sin arruinar la libertad. Incluso lo llegó a describir acertadamente la admirada y discutida Marilyn Monroe en una declaración espontánea: “Cuando amas a alguien no necesitas elegir entre dos personas”. Amar es hacerse libremente esclavo. Como Jesús. Pedro Casaldáliga atestigua cómo es ese amor enamorado y obediente a Jesús en su poema “Amor celoso”:
Tú pides,
pides siempre,
pides mucho,
Señor.
Lo pides todo.
Te gusta ir entrando, como un fuego,
vida adentro de aquellos que te aman
y abrasarles las horas, los derechos, el juicio.
Tú haces los eunucos y los locos del Reino.
Abusas del amor
de los que son capaces de abusar de tu Amor.
No muchos, más bien pocos.

EL PAPA FRANCISCO PROPONE ESTA ORACIÓN PARA PEDIR POR EL FIN DEL CORONAVIRUS


El Papa propone esta oración para pedir por el fin del coronavirus
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco se unió a la Jornada Mundial de Oración convocada para este jueves 14 de mayo por el Alto Comité de la Fraternidad Humana junto con fieles y líderes de otras religiones para pedir por el fin de la pandemia de coronavirus.

“Que Dios tenga piedad de nosotros y detenga esta tragedia, esta pandemia y también las demás: la del hambre, la de la guerra, la de los niños sin educación. Pedimos esto como hermanos, todos juntos”, fue la oración del Pontífice que difundió por medio de su perfil de la red social Twitter.


“Cada uno de nosotros reza, las comunidades rezan, las confesiones religiosas rezan: rezan a Dios, todos los hermanos, unidos en la hermandad que nos une en este momento de dolor y tragedia”.

Señaló que “esta pandemia, llegó sin que nosotros lo esperáramos, pero ahora está aquí. Y mucha gente muere. Y muchas personas mueren solas y muchas personas mueren sin poder hacer nada”.

“Por esta razón hoy todos, hermanos y hermanas, de cualquier confesión religiosa, rezamos a Dios”, “pidiendo perdón a Dios por nuestros pecados, para que el Señor tenga misericordia de nosotros, para que el Señor nos perdone, para que el Señor detenga esta pandemia. Hoy es un día de hermandad, mirando al único Padre, hermanos y paternidad. Día de oración”.

14 DE MAYO: PAPA FRANCISCO PIDE SUMARSE A DÍA DE ORACIÓN, AYUNO Y MISERICORDIA POR FIN DE PANDEMIA


Papa Francisco pide sumarse a Día de oración, ayuno y misericordia por fin de pandemia
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
Foto: Vatican Media



Al inicio de la Misa en Santa Marta de este 14 de mayo, el Papa Francisco señaló que “en este momento trágico de la pandemia todos somos hermanos” por lo que pidió rezar a Dios especialmente hoy por la curación de esta pandemia del Covid.

“El Alto Comisionado de la Fraternidad humana ha llamado hoy a una jornada de oración, de ayuno, para pedir a Dios: Misericordia y piedad”, indicó el Santo Padre.

En esta línea, el Pontífice recordó a San Francisco de Asís: “en este momento trágico de la pandemia todos somos hermanos. San Francisco de Asís decía: ‘todos hermanos’. Por esto, hombres y mujeres de toda confesión religiosa hoy nos unimos en la oración y en la penitencia para pedir la Gracia de la curación del corazón de esta pandemia”, concluyó.

Sumarse a la iniciativa

El pasado 3 de mayo de 2020 el Papa Francisco pidió a los fieles católicos y creyentes de diferentes religiones que sumarse este 14 de mayo a “un día de oración y ayuno y obras de caridad”, para pedirle a Dios por el fin de la pandemia del coronavirus.

En sus palabras posteriores al rezo del Regina Coeli, el Santo Padre explicó que “como la oración es un valor universal” aceptó la propuesta del Alto Comisionado para la Fraternidad Humana para que “los creyentes de todas las religiones se unan espiritualmente el 14 de mayo”.

Se tratará, dijo el Papa Francisco, de “un día de oración y ayuno y obras de caridad, para implorar a Dios que ayude a la humanidad a superar la pandemia de coronavirus”.

“Recuerden: el 14 de mayo, todos los creyentes juntos, creyentes de diferentes tradiciones, para rezar, ayunar y hacer obras de caridad”, dijo aquel entonces.

Luego, en su homilía, el Papa Francisco comentó un pasaje del Libro de Jonás en la que el autor describe cuando el profeta invitó al pueblo de Nínive a convertirse para no sufrir la destrucción de la ciudad.

En este sentido, el Pontífice afirmó que “hoy todos nosotros, hermanos y hermanas de todas las tradiciones religiosas, rezamos” en este día de “oración y ayuno, de penitencia, convocada por el Alto Comité de la Fraternidad Humana”.

“Cada uno de nosotros reza, las comunidades rezan, las confesiones religiosas rezan: rezan a Dios, todos los hermanos, unidos en la hermandad que nos une en este momento de dolor y tragedia”.


Por ello, el Papa advirtió que nadie esperaba “esta pandemia, llegó sin que nosotros lo esperáramos, pero ahora está aquí. Y mucha gente muere. Y muchas personas mueren solas y muchas personas mueren sin poder hacer nada”.

En esta línea, alertó a quienes piensan: “a mí no me ha tocado, gracias a Dios que me salvé: ‘¡Pero piensa en los demás! Piensa en la tragedia y también en las consecuencias económicas, las consecuencias para la educación ¡y en lo que sucederá después!’”, pidió el Santo Padre.

“Y por esta razón hoy todos, hermanos y hermanas, de cualquier confesión religiosa, rezamos a Dios. Quizás habrá alguien que dirá: ‘Pero esto es relativismo religioso y no se puede hacer’. Pero, añadió, ¿cómo que no se puede hacer? ¿No podemos rezar al Padre de todos? Cada uno reza como sabe, cómo puede, según su propia cultura. No estamos rezando unos contra otros, esta tradición religiosa contra esta, ¡no! Todos estamos unidos como seres humanos, como hermanos, rezando a Dios, de acuerdo con la propia cultura, de acuerdo con la propia tradición, de acuerdo con las propias creencias, pero hermanos y rezando a Dios, esto es lo importante: hermanos, ayunando, pidiendo perdón a Dios por nuestros pecados, para que el Señor tenga misericordia de nosotros, para que el Señor nos perdone, para que el Señor detenga esta pandemia. Hoy es un día de hermandad, mirando al único Padre, hermanos y paternidad. Día de oración”.

Por último, el Pontífice concluyó que esta pandemia “vino como una inundación, vino de un sólo golpe. Ahora nos estamos despertando un poco. Pero hay muchas otras pandemias que hacen morir a las personas y no nos damos cuenta, miramos a otro lado. Somos un poco inconscientes ante las tragedias que están sucediendo en el mundo en este momento”.

SANTORAL DE HOY JUEVES 14 DE MAYO DE 2020

Víctor y Corona, SantosVíctor y Corona, Santos
Mártirres, 14 de mayo
Isidoro de Quíos, SantoIsidoro de Quíos, Santo
Mártir, 14 de mayo
Poncio de Cimiez, SantoPoncio de Cimiez, Santo
Mártir, 14 de mayo
Gil de Santarem, BeatoGil de Santarem, Beato
Dominico, 14 de mayo
Cartago el Joven, SantoCartago el Joven, Santo
Obispo, 14 de mayo
Teodora Guérin, SantaTeodora Guérin, Santa
Religiosa, 14 de mayo
Eremberto de Toulouse, SantoEremberto de Toulouse, Santo
Obispo, 14 de mayo
Miguel Garicoits, SantoMiguel Garicoits, Santo
Sacerdote y Fundador, 14 de mayo
María Dominica Mazzarello, SantaMaría Dominica Mazzarello, Santa
Fundadora, 14 de mayo
Galo de Clermont, SantoGalo de Clermont, Santo
Obispo, 14 de mayo
Matías, SantoMatías, Santo
Fiesta litúrgica, 14 de mayo

BUENOS DÍAS






miércoles, 13 de mayo de 2020

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA


*CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA*



Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, a vuestro Corazón Inmaculado nos consagramos, en acto de entrega total al Señor, Por Vos seremos llevados a Cristo, y por Él y con Él seremos llevados a Dios Padre. Caminaremos a la luz de la fe, y haremos todo para que el mundo crea que Jesucristo es el Enviado del Padre. Con Él queremos llevar el Amor y la Salvación hasta los confines del mundo. Bajo la maternal protección de vuestro Corazón Inmaculado, seremos Un solo pueblo con Cristo. Seremos testimonio de su Resurrección. Por El seremos llevados al Padre, para gloria de la Santísima Trinidad, a quien adoramos, alabamos y bendecimos. Amén.

*_Finalizada la Consagración le pedimos la bendición a la Santisima Virgen:_*

Dulce Madre no te alejes: tu vista de nosotros no apartes; Ven con nosotros a todas partes y solos nunca nos dejes: y ya que nos amas tanto como verdadera Madre que eres, haz que nos bendiga El Padre, El Hijo y El Espiritu Santo. Amen

LA DIFAMACIÓN


LA DIFAMACIÓN


Difamar —lo mismo que calumniar— consiste en quitar la buena fama a una persona propagando una falta que no cometió. Es una mentira que causa un daño o menoscabo, a veces gravísimo, en un bien tan apreciado como el buen nombre que alguien goza en la sociedad. La envidia suele ser el origen de este injusto proceder. Va una anécdota:

Un día, el juez pidió a Nasrudín que le ayudara a resolver un problema legal.
— ¿Cómo me sugerirías que castigue a un difamador?
— Córtales las orejas a todos los que escuchan sus mentiras –replicó el sabio sufí.

La respuesta de Nasrudín —en verdad un disparate— sirve para subrayar un aspecto muy descuidado: lo correcto es cultivar la escucha prudente de lo que lesiona la fama de las personas. Debes exigir pruebas fehacientes de testigos honestos. La Biblia narra cómo el profeta Daniel salvó a Susana calumniada por dos ancianos corruptos.



* Enviado por el P. Natalio

IMÁGENES VARIADAS DE LA VIRGEN DE FÁTIMA











LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 13 DE MAYO, VIRGEN DE FÁTIMA


Los cinco minutos de María
Mayo 13



La imagen de María se nos sugiere siempre con los ojos entrecerrados y las manos recogidas en el pecho, guardando la intimidad que con Dios tiene en su Inmaculado Corazón. Pero también podemos pensar en María elevando sus ojos al cielo, como desprendiéndose de la tierra y aspirando a las cosas de las celestiales alturas.

Esa es la doble dimensión o vertiente que debe regir toda nuestra vida: la intimidad personal por la que gozamos de la presencia del Dios Uno y Trino en lo más recóndito de nuestro espíritu y la elevación sobre la oquedad de la tierra, anhelando siempre el azul de los cielos, la morada de Dios, el reino de María Inmaculada.
Madre, que nos diste al Esperado de los tiempos, guíanos en la búsqueda de un nuevo amanecer para la tierra.


* P. Alfonso Milagro

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 13 DE MAYO DE 2020

Lecturas de hoy Miércoles de la 5ª semana de Pascua
Hoy, miércoles, 13 de mayo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15,1-6):

EN aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia. Ellos, pues, enviados por la Iglesia provistos de lo necesario, atravesaron Fenicia y Samaría, contando cómo se convertían los gentiles, con lo que causaron gran alegría a todos los hermanos. Al llegar a Jerusalén, fueron acogidos por la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros; ellos contaron lo que Dios había hecho con ellos.
Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron, diciendo:
«Es necesario circuncidarlos y ordenarles que guarden la ley de Moisés».
Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto.


Palabra de Dios


Salmo
Sal 121,1-2.4-5

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestro pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. R/.

Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,1-8):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 13 de mayo de 2020
Juan Carlos Martos, cmf



No podemos olvidar de que hoy es el día de Nuestra Señora de Fátima. En muchos lugares se venera y se honra a nuestra Madre bajo esa querida y famosa advocación. Tengamos hoy también nosotros un recuerdo emocionado y agradecido a nuestra Madre que, inquieta por la salvación del mundo, nos repite constantemente: “Haced lo que Él os diga”. Bajo su presencia y amparo acogemos la Palabra que el evangelio nos ofrece en el día de hoy.

El evangelio presenta una parábola de Jesús, bellísima y de fácil comprensión. Aunque presenta a tres personajes: Él mismo (que es la vid); el Padre (que es el labrador) y nosotros (que somos os sarmientos); sin embargo, se centra en dos: lo que hace Dios y en lo que debemos hacer nosotros.

El Padre o corta o poda. Con dos verbos se expresan las dos maneras de actuar de Dios que, en el fondo, son consecuencias de nuestras decisiones. Quien no conecta con Jesús, quien no está injertado en Él y recibe una transfusión de vida en su organismo, se seca. Quien no recibe su misericordia medicinal que cura la ramita que se astilla, se marchita inútilmente. Por el contrario, quien se deja podar las partes estériles o enfermas, crece y da fruto. Dios Padre quiere ser viñador que poda, no leñador que tala. Esa poda quirúrgica es dolorosa pero eficaz. A esas podas las llamamos “pruebas”. Solamente recortando lo inútil se consigue que ese «trasvase» íntimo de vida desde la cepa proporcione el máximo vigor a los sarmientos para dar fruto.
Los sarmientos, para dar fruto, deber permanecer unidos a la vid. La expresión “permanecer” es muy querida por el Señor. La repetirá muchas veces. Especialmente, como aquí, en la última cena: Permaneced en el Señor. No dice: “Trabajad mucho, moveos, esforzaos”. Esto lo da por sentado, pero va a lo más importante y, también, lo que es más peligroso para la vida si no se hace: “Permaneced en mí para dar fruto abundante”. Solo los que permanecen unidos a Jesús dan fruto abundante. Sin estar unidos personalmente a Jesús, lo que hacemos con nuestras solas fuerzas es estéril. Puede que sirva para maquillar un poco la realidad en la que nos movemos, pero no para transformarla. La identidad cristiana no es un contrato de trabajo: no. Es apostolado. Tú, si permaneces en el Señor, en su Palabra y en su vida, del Señor, serás un apóstol. Si no te mantienes unido a Él, serás uno que simpatiza con su doctrina, si acaso que le valora y admira como un hombre muy bueno, que defiende los valores correctos, pero sin estar unidos y dar fruto no existe verdadera identidad cristiana.

HOY 13 DE MAYO CELEBRAMOS A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

Hoy celebramos a Nuestra Señora de Fátima
Redacción ACI Prensa







Cada 13 de mayo se celebra en todo el mundo la Fiesta de la Virgen de Fátima, en memoria de su primera aparición en las colinas de Cova de Iría (Portugal) en 1917.

Este año el Papa Francisco viajó a Fátima por los 100 años de las apariciones y la canonización de los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto.

“No tengáis miedo. No os hago daño”, dijo la Virgen María el día de la primera aparición a Lucía, Jacinta y Francisco, los niños pastores que contemplaban a una señora vestida de blanco, más brillante que el sol.



Después de decirles, entre otras cosas, que era del cielo y de pedirles que volvieran a ese lugar seis meses seguidos el día 13 a la misma hora, la Madre de Dios les preguntó:


“¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quisiera enviaros como reparación de los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?"

Los pequeños le respondieron que sí querían. A lo que la Virgen les advirtió que tendrían que sufrir mucho, pero que la gracia de Dios los fortalecería.

La Señora abrió sus manos y les comunicó una luz que los invadió. Cayeron de rodillas y repitieron humildemente: “Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento”.

La Virgen de Fátima finalmente les dijo: “Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”. Luego se elevó.

Los siguientes meses los niños acudieron las veces que la Virgen los llamaba, pero tuvieron que pasar por burlas, calumnias, amenazas y la cárcel por la incomprensión de la gente. Poco después Francisco y Jacinta fallecieron con dolorosas enfermedades.

Con el tiempo la Iglesia reconoció las apariciones milagrosas y la devoción a la Virgen de Fátima se expandió por todo el mundo.

San Juan Pablo II consagró Rusia al Inmaculado Corazón de María, tal como había sido el pedido de la Madre de Dios y beatificó a los videntes Jacinto y Francisca en el 2000 con la presencia de Sor Lucía, quien falleció en el 2005.


Oraciones que la Virgen de Fátima enseñó a los niños

Sor Lucía cuenta en la “cuarta memoria” que la Virgen, en la aparición del 13 de julio de 1917, les recomendó:

“Sacrificaos por los pecadores, y decid muchas veces, en especial cuando hagáis algún sacrificio: Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.

Luego María insistió:

“Cuando recéis el rosario decid, al final de cada misterio: Oh Jesús mío, perdonadnos, libradnos del fuego del infierno, llevad al Cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia”.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...