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sábado, 16 de noviembre de 2019
viernes, 15 de noviembre de 2019
martes, 12 de noviembre de 2019
CALENDARIO DE ADVIENTO 2019 - CAMINO HACIA LA NAVIDAD
Calendario de Adviento 2019
Calendario de Adviento, caminando hacia la Navidad
El Adviento es la época que da comienzo al calendario litúrgico. Es un tiempo en el que los cristianos nos preparamos para el Nacimiento de Jesús.
El Adviento es un periodo muy especial. Vivimos esta época del calendario litúrgico con una mezcla de sensaciones. Por un lado, celebramos la esperanza que trae el nacimiento del Niño Jesús; por otro lado, afrontamos la penitencia por los pecados cometidos a lo largo del año.
El tiempo de Adviento comienza el domingo más cercano al día 30 de Noviembre, el día de San Andrés Apóstol. Mirando el calendario podemos comprobar que el Adviento 2019 comenzará el día 1 de diciembre, día que celebramos el primer domingo de Adviento, y terminará el día 22 de Diciembre, cuarto domingo de Adviento.
Las velas de Adviento y la corona de Adviento son algunos de los instrumentos a través de los cuales, cada Domingo de Adviento, reflejamos la espera por la llegada de la luz que iluminará el mundo. Con el Nacimiento del Niño Jesús en su cuna, una Navidad más, nuestros corazones, nuestros hogares y nuestras parroquias se llenará de alegría y esperanza para afrontar un nuevo año.
Existen una amplia variedad de calendarios de Adviento: calendarios de Adviento infantiles, calendarios de Adviento para colgar, calendarios de Adviento para imprimir, etc...
En esta entrada os proponemos un calendario de Adviento 2019 que hemos elaborado en Artículos Religiosos Brabander. En este calendario de Adviento detallamos los días de encendido de cada una de las velas de Adviento, los cuatro domingos, y unas intenciones que creemos pueden ayudarte para prepararte para la Navidad.
Calendario de Adviento de Brabander, como usar.
A continuación podrás ver el calendario que hemos preparado para el Adviento 2019. Es un calendario estructurado en cuatro semanas. Cada semana está dividida en cada uno de los días.
Calendario de Adviento, oraciones y propuestas
En el calendario de Adviento que hemos preparado podrás encontrar recomendaciones de propósitos para llevar a cabo cada día durante el tiempo de Adviento. Existen infinidad de calendarios de Adviento, cada uno con intenciones distintas. Estas recomendaciones de oraciones e intenciones no son ni mejor ni peor que otras, simplemente tratan de ser una ayuda.
Lo importante durante el Adviento es preparar el Nacimiento de Jesús y hacer penitencia por nuestros pecados. El modo concreto a través del cual cada uno llegue a esos objetivos es indiferente siempre y cuando cumpla las indicaciones de la Santa Madre Iglesia y tenga en su mente y su corazón a Jesús.
Calendario de Adviento, cuándo es el tiempo de Adviento
En la introducción de esta entrada sobre el tiempo de Adviento, hemos hablado de que el Adviento abarca los cuatro domingos anteriores al Nacimiento de Jesús.
El primer domingo de Adviento, día en el que encedemos la primera de las velas de Adviento de nuestra corona, es el domingo más próximo al día 30 de Noviembre, el día de San Andrés Apóstol. Es decir, que la fecha exacta del primer domingo de Adviento varía de un año a otro. Por ejemplo, en 2014, el primer domingo de Adviento coincidió con el día de San Andrés Apóstol, mientras que en 2016, el primer domingo del tiempo de Adviento fue el 27 de Noviembre.
Estos cambios en la fecha del primer domingo de Adviento provoca que el tiempo de Adviento varíe. Puede haber años que el tiempo de Adviento dure 22 días (el calendario de Adviento más corto) mientras que otros años dure 29 días (el calendario de Adviento más largo).
El tiempo de Adviento más corto se produce cuando el cuarto domingo de Adviento coincide con el 24 de Diciembre, día de Nochebuena. Tal y como sucedió en el año 2017.
Por este motivo, el calendario de Adviento siempre va a tener a tener cuatro domingos de Adviento, pero puede no tener cuarto lunes de Adviento, cuarto martes de Adviento, cuarto miércoles de Adviento, cuarto jueves de Adviento, cuarto viernes de Adviento o cuarto sábado de Adviento.
En el calendario de Adviento que puedes ver a continuación hemos incluido la opción de que el tiempo de Adviento dure 29 días. Es decir, tenga la duración máxima. Ten esto en cuenta.
Recuerda que el calendario de Adviento finaliza el día de Nochebuena.
1ª Semana del Calendario de Adviento | Primer Domingo de Adviento, primera vela de la corona de Adviento,
Enciende la primera vela de Adviento. Reza una oración y lee la Biblia. Convierte tu casa en la casa de todos. Cultivar el trato con el Señor dedicándole tiempo.
Primer lunes de Adviento
Pide con confianza por ti y por los otros, déjate en manos de Dios. Se comprensivo con los demás y dócil a la Palabra del Señor. Muchas sorpresas te aguardan.
Primer martes de Adviento
Da gracias a Dios por todos los regalos de tu vida. Mantente vigilante con la palabra del Señor. No te preocupes tanto por ti, analiza tu entorno y busca a alguien a quién puedas ayudar.
Primer miércoles de Adviento
Recuerda la llamada de Jesús en tu vida, ¿eres tú pescador de hombres?. Analiza lo que te hace feliz. ¿Te hacen feliz las cosas materiales?. Si la respuesta es sí, has tomado un camino por el cual nunca alcanzarás la paz ni la felicidad.
Primer jueves de Adviento
Saca tus pies de la arena: no pierdas hoy el tiempo en cosas inútiles. Busca hacer algo que te incomode pero que te acerca a Jesús. Para seguir a Jesús es necesario, a veces, abandonar la vida cómoda y tranquila. La recompensa por una existencia entregada a Jesús es la alegría.
Primer viernes de Adviento
Habla de Dios con los demás, no te avergüences de proclamarlo en tu vida. Acepta a Jesús en tu vida y trasmítelo a los demás.
Primer sábado de Adviento
Entrégate gratuitamente a los demás, aunque no te apetezca atender, ni servir. Hay muchos necesitados en el mundo, no tengas miedo a ayudar a los que más lo necesitan.
2ª Semana del Calendario de Adviento | Segundo Domingo de Adviento, segunda vela de la corona de Adviento,
Enciende la segunda vela de Adviento. Prepara tu corazón para la llegada de Jesús, deja fuera todo lo malo. Asiste a Misa. Renuncia al mal y al egoísmo.
Segundo lunes de Adviento
Aprovecha para dar las gracias a todos los que te han acompañado en tu camino de la fe. Pídele ayuda a la Virgen María para que te ayude a tener tu mirada centrada en Jesús.
Segundo martes de Adviento
Haz las paces: busca un momento de encuentro con esa persona de la que te sientes lejos. Atrévete a vencer tus miedos. Extiende tu mano a tus vecinos, amigos, etc...
Segundo miércoles de Adviento
Comparte tus preocupaciones con alguien, Dios actúa a través de los otros. Busca a Jesús y ayuda a los demás a que se acerquen al Señor. Jesús debe ser lo primero. Velas de Adviento en los cuatro colores litúrgicos
Segundo jueves de Adviento
Ponte en la manos de Dios, ¿qué te pide hoy?. Sé concreto, piensa en este jueves y lo que puedes hacer por Él. Usa la Biblia, el Evangelio nos ayuda a mejor en nuestro día a día.
Segundo viernes de Adviento
Cuida especialmente hoy tus juicios sobre los demás: las opiniones a veces no son justas. Trata de no gastar. Cada día se tira mucha comida que podría ser el alimento de los pobres.
Segundo sábado de Adviento
Permanece atento: Dios llena tu día de pequeños milagros, no pierdas el tiempo buscando grandes mensajes. Llena tu vida de esperanza. Jesús es esperanza. Tú, como cristiano, debes de ser la prolongación de la esperanza de Jesús en tu entorno. Nunca sucumbas al desánimo.
3ª Semana del Calendario de Adviento | Tercer Domingo de Adviento, tercera vela de la corona de Adviento,
Enciende la tercera vela de Adviento. Reza una oración y lee la Biblia. Evita juzgar a los prójimos poniéndoles etiquetas, recibe en tu corazón el amor de los demás sin tener que etiquetarlo. Da testimonio de Jesús con tu palabra y con tu ejemplo. El tercer Domingo de Adviento es conocido como el Gaudete, es un día de alegría contenida. Trata de trasmitir tu alegría por la cercanía del Nacimiento de Jesús. Siempre ten en cuenta que antes de la Navidad todavía falta el cuarto domingo de Adviento.
Tercer lunes de Adviento
Pregúntate cuántas veces cuestionas la acción de Dios y su palabra. Busca un momento para estar a solas con Jesús. Seguro que lo agradecerás!
Tercer martes de Adviento
Sirve hoy a los demás sin pereza, dando lo mejor de ti mismo. Confiesa tus pecados y alcanza la paz que solo puedes alcanzar a través de la Confesión. Sólo el perdón de Dios te dará la paz.
Tercer miércoles de Adviento
Ser cristiano es motivo de escándalo, no tengas miedo hoy a ser señalado por confesar en lo que crees. Si estás enfadado con alguien, reza por él.
Tercer jueves de Adviento
Concéntrate hoy en los gestos sencillos y humildes, ama a los demás desde lo pequeño. Afronta las dificultades con entereza. Que ningún problema te amilane.
Tercer viernes de Adviento
Hoy te toca ser lámpara, ilumina el día de los demás con una sonrisa. Lleva el Evangelio contigo allá donde fueres. Proclama la palabra de Jesús en tu trabajo, en tu colegio, en tu universidad, etc...
Tercer sábado de Adviento
Acuérdate de tu familia, llama a tus padres, a tus abuelos, a tus hermanos, a ese tío del que no sabes nada últimamente... Trata de que cuando te acuestes tengas la sensación de estar más cerca de tus seres queridos.
4ª Semana del Calendario de Adviento | Cuarto Domingo de Adviento, cuarta vela de la corona de Adviento,
Enciende la cuatros velas de Adviento. Reza una oración y lee la Biblia. Agradece especialmente hoy a tu madre su amor y su servicio constante, su entrega gratuita a sus hijos. Vive este momento con alegría. Los cristianos debemos ser alegres. Jesús nos ha dado su amor incondicional.
Cuarto lunes de Adviento
Mide tus palabras hoy, a veces hablamos por hablar. Aprende a compartir el silencio.
Cuarto martes de Adviento
Alégrate, celebra, contagia a los demás con tu actitud positiva. Contagia la buena noticia: en estos días es fácil olvidarse de lo que vamos a celebrar, recuérdaselo a los que te rodean.
Cuarto miércoles de Adviento
Bendice hoy al Señor, acércate a su presencia. Celebra en familia el nacimiento de Dios, se atento, ofrécete a colaborar, busca los puntos de encuentro en lugar de los puntos de diferencia.
Cuarto jueves de Adviento
Ora: dedica un tiempo especial hoy a prepararte para los días que nos esperan, para aprender a diferenciar lo necesario de lo gratuito. Ama, que hoy tus palabras sólo sean signo de amor por los demás, alabanza a Dios.
Cuarto viernes de Adviento
Medita, piensa sobre tu día a día, sobre tu rutina. Trata de mejora tu monotonía con alegría. Piensa que Jesús pronto los iluminará de nuevo con su luz. Cristo nos renueva con su Nacimiento.
Cuarto sábado de Adviento
Es un buen día para sumir tus errores y recordar las experiencias que han marcado. Debes pensar que has llegado a dónde estás gracias a tus aciertos y a tus errores. Disfruta tu vida teniendo presente a Jesús en tu corazón.
ACOMPAÑADOS DE MARÍA
Acompañados de María
Vocación.org
Si usted quiere realmente intimar con María, debe comenzar por amarla en la fe, es decir, por acercarse a Ella como a la creatura nueva, surgida del poder redentor de Cristo, como a la creatura fiel, en quien Dios realizó maravillas, como a la creatura ejemplo y modelo, constituida por Dios Madre suya y Madre nuestra. Trate también de conocerla profundamente en el santo Evangelio, a través de la meditación fervorosa y actuada, para que María brille en su corazón con todo el esplendor de la creatura más grande y hermosa que ha existido. Trate finalmente de dejarle cabida en su vida, porque Ella, como Madre, se preocupa de usted, participa en sus alegrías y tristezas, se interesa de transformación en Cristo. Y no se preocupe si el sentimiento la favorece o no; viva sus relaciones con Ella en la fe, que no es en ningún modo obstáculo para la intimidad, para el cariño, para la cercanía, para el diálogo.
Y en segundo lugar, para lograr una mayor intimidad con María, trate de esforzarse por imitarla en todas sus virtudes.
Ponga la lo mejor de usted misma en esos actos que jalonan su vida de todos los días, y que tienen que ver con María. Rece fervorosamente el Rosario, al que Pablo VI llamaba: compendio de todo el Evangelio... salterio de la Virgen... atrayente por su intrínseca belleza (Exhortación apostólica Mariales Cultus, nº 42 ss.), y del que Juan Pablo II decía: El Rosario es mi oración predilecta (Ángelus, 29 de Octubre de 1978) Rece con entusiasmo y sentido el saludo a la Santísima Virgen, tanto al principio de cada jornada, como al mediodía, como al caer la tarde. Acuda en ratos libres a la capilla o ante la imagen de María todos los días, para hablarle a Ella de sus cosas, porque a María le interesa mucho todo lo suyo. Y nunca se acueste sin una breve visita a María, en la que le pida a Ella por su perseverancia final en su vida.
Si usted quiere realmente intimar con María, debe comenzar por amarla en la fe, es decir, por acercarse a Ella como a la creatura nueva, surgida del poder redentor de Cristo, como a la creatura fiel, en quien Dios realizó maravillas, como a la creatura ejemplo y modelo, constituida por Dios Madre suya y Madre nuestra. Trate también de conocerla profundamente en el santo Evangelio, a través de la meditación fervorosa y actuada, para que María brille en su corazón con todo el esplendor de la creatura más grande y hermosa que ha existido. Trate finalmente de dejarle cabida en su vida, porque Ella, como Madre, se preocupa de usted, participa en sus alegrías y tristezas, se interesa de transformación en Cristo. Y no se preocupe si el sentimiento la favorece o no; viva sus relaciones con Ella en la fe, que no es en ningún modo obstáculo para la intimidad, para el cariño, para la cercanía, para el diálogo.
Y en segundo lugar, para lograr una mayor intimidad con María, trate de esforzarse por imitarla en todas sus virtudes.
Ponga la lo mejor de usted misma en esos actos que jalonan su vida de todos los días, y que tienen que ver con María. Rece fervorosamente el Rosario, al que Pablo VI llamaba: compendio de todo el Evangelio... salterio de la Virgen... atrayente por su intrínseca belleza (Exhortación apostólica Mariales Cultus, nº 42 ss.), y del que Juan Pablo II decía: El Rosario es mi oración predilecta (Ángelus, 29 de Octubre de 1978) Rece con entusiasmo y sentido el saludo a la Santísima Virgen, tanto al principio de cada jornada, como al mediodía, como al caer la tarde. Acuda en ratos libres a la capilla o ante la imagen de María todos los días, para hablarle a Ella de sus cosas, porque a María le interesa mucho todo lo suyo. Y nunca se acueste sin una breve visita a María, en la que le pida a Ella por su perseverancia final en su vida.
LECTURAS BÍBLICAS DEL MIÉRCOLES 13 DE NOVIEMBRE DE 2019
Lecturas de hoy Miércoles de la 32ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 13 de noviembre de 2019
Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (6,1-11):
Escuchad, reyes, y entended; aprendedlo, gobernantes del orbe hasta sus confines; prestad atención, los que domináis los pueblos y alardeáis de multitud de súbditos; el poder os viene del Señor, y el mando, del Altísimo: él indagará vuestras obras y explorará vuestras intenciones; siendo ministros de su reino, no gobernasteis rectamente, ni guardasteis la ley, ni procedisteis según la voluntad de Dios. Repentino y estremecedor vendrá sobre vosotros, porque a los encumbrados se les juzga implacablemente. A los más humildes se les compadece y perdona, pero los fuertes sufrirán una fuerte pena; el Dueño de todos no se arredra, no le impone la grandeza: él creó al pobre y al rico y se preocupa por igual de todos, pero a los poderosos les aguarda un control riguroso. Os lo digo a vosotros, soberanos, a ver si aprendéis a ser sabios y no pecáis; los que observan santamente su santa voluntad serán declarados santos; los que se la aprendan encontrarán quien los defienda. Ansiad, pues, mis palabras; anheladlas, y recibiréis instrucción.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 81,3-4.6-7
R/. Levántate, oh Dios, y juzga la tierra
«Proteged al desvalido y al huérfano,
haced justicia al humilde y al necesitado,
defended al pobre y al indigente,
sacándolos de las manos del culpable.» R/.
Yo declaro: «Aunque seáis dioses,
e hijos del Altísimo todos,
moriréis como cualquier hombre,
caeréis, príncipes, como uno de tantos.» R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,11-19):
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.
Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy miércoles,
13 de noviembre de 2019
Enrique Martínez, cmf
NO SÓLO CURADOS... ¡SALVADOS!
Nos apunta Lucas al comienzo de esta escena que Jesús va «camino de Jerusalem», el lugar de su pasión. Lo que aquí ocurre tiene relación con lo que allí le pasará a Jesús, es una ayuda para entender el significado de la Pascua. No estamos, por tanto, ante una simple invitación al agradecimiento y la alabanza divinas. Veamos.
Se le acercan un grupo de diez leprosos. Son considerados indeseables, pecadores, castigados por Dios, excluidos de la sociedad, gente con la que no hay que tener ningún contacto... según dice la misma Ley de Moisés. Quizá no sea casualidad que sean «diez» hombres, como son diez los mandamientos (=Ley). La Ley, tal como se vive e interpreta en aquel momento, es «excluyente», «marginadora»: abandona al hombre en su necesidad, soledad y pecado. Les han enseñado que, además de su tremenda desgracia, Dios no quiere saber nada de ellos, no tienen acceso a Dios. Pudiera interpretarse también el número diez como «todos»: "todos" los que viven bajo la Ley y sus mil ritos y condiciones están «prisioneros» de ella, no tienen libertad, su vida está vacía sin sentido, no tienen nada que hacer más que «sobrevivir» y no llegan a Dios, no quedan sanados/salvados.
Aquellos hombres no piden expresamente una curación: ruegan «misericordia», compasión de Jesús. Esperan de Jesús, el Maestro (¿sólo Maestro?), un trato diferente al que todos les dan. ¿Quizá un poco de calor humano, de comprensión...?
Lo cierto es que no hay «contacto» humano entre ellos y Jesús. Probablemente Lucas tiene en cuenta a su comunidad cuando describe estos hechos: ya no tienen a Jesús a su alcance, no pueden «tocarlo». Sólo tienen su Palabra y la invitación a ponerla en práctica, construyendo así la propia casa sobre roca.
Jesús, poniéndose en la misma clave de su mentalidad legalista, les envía a los sacerdotes del templo. Todos ellos le escuchan y obedecen. Es curioso, porque se ponen en camino tal como les ha dicho Jesús... sin que haya ocurrido nada de nada. Eso ya indica una admirable confianza en la Palabra de Jesús. Y «mientras iban de camino...». Las primeras comunidades cristiana se referían al discipulado, al seguimiento de Jesús, con esa misma palabra «camino». La curación, la purificación, tiene lugar al escuchar la Palabra y ponerse en camino. «Por el camino» quedamos sanados, purificados, curados. Como aquellos diez hombres.
Pero la cosa no termina aquí. Uno de ellos y sólo uno de ellos, samaritano para más señas, que no tenía el más mínimo interés por el Templo y sus sacerdotes y ritos de purificación, se da cuenta de varias cosas:
1) Que ha quedado curado/purificado... por escuchar la Palabra de Jesús. El Templo, la Ley y los sacerdotes no han hecho nada por él.
2) Que quien le ha curado lo ha hecho sin tener ningún «mérito» por su parte, sin más condiciones que fiarse de él. Que le ha tratado como un ser humano, sin atender a su condición de excluido, por leproso y por samaritano. Aquí hay algo nuevo y maravilloso: ese Dios que ha actuado en el «Maestro Jesús» es «distinto», especial: que acoge, integra, es compasivo. Jesús deja de ser «maestro», porque al echarse a sus pies alabando a Dios, le está dando un trato mucho mayor: sólo a Dios se debe la adoración, la alabanza, el postrarte a sus pies.
3) Por eso Jesús, su Palabra escuchada y puesta en práctica, es el «lugar» de encuentro con Dios. La Ley y el Templo han quedado superados. Un Salvador que quiere la vida, la plenitud personal, la dignificación de la persona. Por eso estalla en agradecimiento, alabanza y adoración. Eso es la fe. No es reconocer que ha ocurrido un «milagro», sino que se «debe» a quien le ha salvado, que Jesús es su único Señor.
Este pasaje nos invita a descubrir nuestras «lepras» e ideologías que nos aprisionan, ideas de Dios que no nos liberan ni salvan... para descubrirnos no sólo sanados-perdonados de nuestras lepras y pecados ... sino ¡salvados! Ocurrirá en Jerusalem, en la Pascua. Y desde entonces vivimos para Dios, agradecidos, adoradores y alabadores, y escuchadores de la Palabra.... mientras seguimos por el Camino.
Enrique Martínez, cmf
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