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martes, 22 de octubre de 2019
HOY ES LA FIESTA DE SAN JUAN PABLO II, 22 DE OCTUBRE
Hoy 22 de octubre celebramos a San Juan Pablo II, el Papa de la familia
(ACI/EWTN Noticias).- Hoy la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Juan Pablo II, el Papa peregrino que viajó por el mundo y que resaltó que "el matrimonio y la familia cristiana edifican la Iglesia. Los hijos son fruto precioso del matrimonio".
Karol Jósef Wojtyla, más conocido como San Juan Pablo II, nació en Wadowice (Polonia) en 1920. El día que recibió la primera comunión le fue impuesto el escapulario y desde entonces lo llevó consigo como muestra de amor a la Virgen.
Tuvo una juventud muy dura por el ambiente de odio y destrucción de la Segunda Guerra Mundial con la invasión nazi, pero su fe lo llevó a ingresar al seminario de manera clandestina. Es ordenado sacerdote en 1946 y Obispo polaco en 1958, en el que escoge su lema oficial “Totus Tuus” (todo tuyo), en honor a María Santísima.
En el Concilio Vaticano II fue importante su colaboración en las constituciones dogmáticas “Gaudium et Spes” y “Lumen Gentium”. Luego sería nombrado Arzobispo Metropolitano de Cracovia y posteriormente fue creado Cardenal por el ahora Beato Papa Pablo VI.
Entre los servicios que promovía estaban la rama pastoral para los sordomudos y ciegos, el Instituto de familia y el programa “S.O.S. Cardenal Wojtyla” para ayudar a mamás solteras que deseaban abortar.
A la muerte de Juan Pablo I, en 1978, es elegido Sumo Pontífice y toma el nombre de Juan Pablo II. Permaneció como sucesor de San Pedro por más de 26 años, realizando 104 viajes apostólicos fuera de Italia y 146 en ese país.
Impulsó las Jornadas Mundiales de la Juventud en las que se reunió con millones de jóvenes de todo el mundo e inauguró los Encuentros Mundiales de las Familias.
Partió a la Casa del Padre en el 2005. Fue beatificado por el Papa Benedicto XVI y canonizado en abril de 2014 por el Papa Francisco, quien en la ceremonia de canonización dijo: “San Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia”.
13 hechos sorprendentes de la fascinante vida
de San Juan Pablo II
(ACI).- En la fiesta de San Juan Pablo II nuestros amigos de Churchpop.com rescataron estos 13 asombrosos hechos de la vida del gran Pontífice.
1. A los 15 años casi muere por un disparo accidental
Un amigo le estaba mostrando un arma que creía descargada. Cuando el amigo en broma apretó el gatillo a poca distancia frente a él, el arma se disparó. Afortunadamente (o milagrosamente), la bala no lo rozó.
2. Tuvo una "novia" judía en su juventud
Su nombre era Ginka Beer y era "una belleza judía, con ojos estupendas y cabello negro azabache, delgada, una magnífica actriz." Aunque no se puede describir con precisión el vínculo entre Karol Wojtyla y Ginka, ella fue la primera y posiblemente la única con quien tuvo una relación romántica.
3. Fue actor y dramaturgo
Era miembro de una compañía de teatro y consideraba la actuación como carrera antes de descubrir su vocación al sacerdocio.
4. A los 21 años de edad ya había perdido a todos sus familiares directos
Su madre murió cuando él tenía 8 años por complicaciones en un parto, sus tres hermanos murieron durante su infancia, y su padre murió de un ataque al corazón cuando él tenía 21 años.
5. Fue atropellado por un camión nazi durante la Segunda Guerra Mundial
En febrero de 1944, mientras regresaba a casa del trabajo, fue atropellado por un camión alemán. Los oficiales alemanes se detuvieron y, al ver que estaba inconsciente y malherido, detuvieron un automóvil para usarlo como ambulancia y llevarlo al hospital. Pasó dos semanas internado. La terrible experiencia, y su sorprendente recuperación, le confirmaron su llamado al sacerdocio.
6. Fue arrestado por soldados nazis y escapó escondiéndose detrás de una puerta
En agosto de 1944, durante un levantamiento polaco, soldados nazis barrieron su ciudad para arrestar a todos los hombres jóvenes. Al entrar en su casa, se escondió detrás de una puerta. Los soldados registraron la casa, pero no lo encontraron y se fueron. Luego se escondió en la residencia de su Arzobispo, donde permaneció hasta el final de la guerra.
7. Asistió al Concilio Vaticano II como obispo y ayudó a redactar varios documentos
Colaboró en la redacción del texto final de Dignitatis humanae, el Decreto sobre la libertad religiosa, y Gaudium et spes, la Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual.
8. Fue el primer Papa no italiano desde el siglo XVI
Juan Pablo II era polaco y no hemos tenido un Papa italiano desde él: Benedicto XVI es alemán, y Francisco es argentino.
9. Como Papa habló 9 idiomas con fluidez
Sabía polaco, latín, griego antiguo, italiano, francés, alemán, inglés, español y portugués. En su juventud estuvo familiarizado con unos 12 idiomas.
10. Visitó 129 países durante su pontificado
Esto lo convirtió en uno de los líderes mundiales que más ha viajado en la historia y le hizo ganar el sobrenombre de "Papa Peregrino".
11. Beatificó y canonizó a más personas que el resto de los Papas que lo antecedieron... juntos
Beatificó a 1.340 personas y canonizó a 483 personas. Esta cifra supera a todos los beatos y santos canonizados por todos los Papas anteriores a él en toda la historia de la Iglesia.
12. Fue héroe de un cómic de Marvel en los años '80s
Sí, has leído bien y puedes leer más de esto aquí. No estaba solo: la Beata Madre Teresa de Calcuta y San Francisco de Asís también protagonizaron libros de historietas.
13. Es el cuarto Papa que ostenta el título de "el Grande"
Aunque el otorgamiento del título no tiene proceso oficial y es solamente por el uso popular, sólo otros tres papas en la historia han merecido tal honor: San León Magno (440 hasta 461), San Gregorio el Grande (590-604), y San Nicolás Magno (858-867).
¡San Juan Pablo II, ruega por nosotros!
Este post fue publicado originalmente en inglés en Churchpop.com
¿Cuánto sabes de San Juan Pablo II? Estos son los 10 datos claves que debes conocer
Por Diego López Marina
L'Osservatore Romano
(ACI).- Este 22 de octubre se celebra la fiesta litúrgica del Papa peregrino, San Juan Pablo II, es por ello que te presentamos 10 claves para conocer más sobre la vida del denominado “Apóstol de la Misericordia” y uno de los líderes más influyentes del siglo XX.
1. Nació en Polonia
Nació en Wadowice el 18 de mayo de 1920 en una pequeña ciudad a 50 kilómetros de Cracovia. Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió en 1932 y su padre (suboficial del ejército) en 1941. Su hermana Olga murió antes de que naciera él.
2. Su santo patrono fue San Carlos (Karol) Borromeo
Aunque vivieron en épocas diferentes, los dos están unidos al tener historias parecidas que el mismo San Juan Pablo II resaltó en su audiencia del 4 de noviembre de 1981.
La primera similitud está en el nombre debido a que “Karol” Wojtyla en español es “Carlos”, nombre con el cual San Juan Pablo II fue bautizado. Otras similitudes son que ambos sufrieron intento de asesinato, participaron de Concilios y compartieron el amor por los pobres y enfermos.
3. Batió récords y obtuvo importantes logros
El Papa San Juan Pablo II fue el primer Pontífice no italiano y el más joven en la historia. Asimismo, fue el que más viajes hizo, sumando 129; y a quien más beatos y santos canonizó –1.340 y 483 respectivamente–. También fue el primero en visitar una sinagoga, la Casa Blanca (Estados Unidos) y Cuba.
4. Fue un gran diplomático
Durante su pontificado, San Juan Pablo II aumentó el número de naciones que cuentan con relaciones diplomáticas con la Santa Sede. Se pasó de 85 países en 1978 a 174 para el 2003.
Esto incluyó a Estados Unidos (que previamente solo tenía status de delegación), la Unión Europea, la Orden Militar Soberana de Malta, y la mayoría de las naciones del antiguo bloque comunista. Además, estableció "relaciones de especial naturaleza" con la Federación Rusa y la Organización de Liberación Palestina.
5. Creó la Jornada Mundial de la Juventud
Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el mundo.
Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994.
6. Tenía dos doctorados
En 1948 se doctoró en teología por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz.
En 1953 se doctoró en filosofía en la Universidad Católica de Lublin con una tesis titulada "Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler".
7. Sobrevivió a más de un atentado
El 13 de mayo de 1981 recibió un disparo en la Plaza San Pedro por parte del turco Mehmet Ali Agca.
El 12 de mayo de 1982, en Fátima, Portugal, donde el Papa había llegado para agradecer por su vida luego del atentado, un sacerdote cismático trató de apuñalarlo con un cuchillo pero fue detenido a pocos metros.
Por lo menos se conoce de otro atentado más, el de terroristas musulmanes que intentaron explotar el avión donde el Papa viajaba durante su visita a Filipinas. Autoridades filipinas frustraron el plan elaborado.
8. Pidió perdón en nombre de la Iglesia
El 12 de marzo de 2000, pidió perdón por las faltas humanas cometidas en la Iglesia Católica en toda su historia. Haciendo referencia a la discriminación hacia las mujeres, pobres y etnias.
El 15 de junio del 2004 pidió perdón por la inquisición, "por errores cometidos en el servicio de la verdad por medio del uso de métodos que no tenían nada que ver con el evangelio".
9. Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica
Promulgó el Catecismo Universal de la Iglesia Católica, fruto del sínodo especial de obispos de 1985 dedicado al Concilio Vaticano II. También reformó el Código de Derecho Canónico, el Código de Cánones de las Iglesias Orientales, y reorganizó la Curia Romana.
Entre sus documentos magisteriales se incluyen, además, 14 encíclicas, 15 exhortaciones apostólicas, 11 constituciones apostólicas y 45 cartas apostólicas.
10. Su beatificación fue la más rápida en siglos
San Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005. Y el día 28 del mismo mes, el Papa Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras su muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización.
La causa la abrió oficialmente el Cardenal Camillo Ruini, vicario general para la Diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005. El Papa Benedicto XVI lo beatificó el 1 de mayo de 2011 y el Papa Francisco lo canonizó, junto a Juan XXIII, el 27 de abril del 2014.
domingo, 20 de octubre de 2019
ORACIÓN AL CRISTO CRUCIFICADO
Oración al Cristo Crucificado
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
¡Tú me mueves, Señor! Muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver Tu cuerpo tan herido,
muéveme Tus afrentas y Tu muerte.
Muéveme, en fin, Tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo Te amara,
y aunque no hubiera infierno, Te temiera.
No me tienes que dar porque Te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que Te quiero Te quisiera.
(Santa Teresa)
AMABILIDAD
Amabilidad
Cuando de alguien se dice, “es una buena persona”, así simplemente, se la está calificando con la nota más excelente: la bondad. Ser bueno es ser de nobles sentimientos, honrado, servicial, respetuoso con todos, amable, generoso. La bondad sintetiza aspectos muy valiosos de la personalidad que generan en los demás, aprecio, admiración y simpatía.
Sean amables y generosos, que nadie acuda a ustedes sin irse mejor y más contento. Sean la expresión viva de la amabilidad de Dios: amabilidad en el rostro, amabilidad en los ojos, amabilidad en la sonrisa, amabilidad en la manera de saludar de ustedes. Entre los pobres, nosotros somos la amabilidad de Dios hacia los pobres. Regalen siempre una sonrisa gozosa a los pobres, a los niños, a todos los que sufren y se encuentran solos. No les den sólo sus cuidados, sino también su corazón (Madre Teresa de Calcuta).
¡Cuánta luz, cuánta bondad, cuánto apoyo puedes dar cada día! Dios te necesita para esta tarea de buen samaritano. Él te da sus dones para que los irradies con un corazón generoso. Que hoy seas instrumento de su misericordia. Hasta mañana.
* Enviado por el P. Natalio
13 TRADICIONES CATÓLICAS QUE MANTIENEN UNA FAMILIA UNIDAD Y SALUDABLE
¿Quieres una familia unida y saludable? Estas 13 tradiciones católicas pueden ayudar
Redacción ACI Prensa/EWTN Noticias
.
El Arzobispo de Nueva York (Estados Unidos), Cardenal Timothy Dolan, alentó a recuperar una serie de “ricas tradiciones” muchas veces olvidadas por los católicos, y que considera “poderosamente providenciales para mantener a las familias unidas, fuertes, saludables y santas”.
En una publicación en su blog, titulada “Nuestras bellas tradiciones católicas”, el Cardenal Dolan dijo que “nosotros en la Iglesia tenemos un tesoro de actos de oración y devoción, simples, caseros, probados que mantienen fuertes a los matrimonios y las familias, enamorados y cerca de Dios”.
El problema, advirtió, es que hemos olvidado y no ponemos en práctica muchas de estas tradiciones.
“Necesitamos toda la ayuda posible en estos días de tensión, confusión y desafío en la vida matrimonial y en la familia”, señaló.
Estas son las 13 tradiciones que recomienda recuperar el Arzobispo de Nueva York, aunque aseguró que “pueden ciertamente añadir (más) a la lista”:
1. Celebraciones alegres pero sencillas de bautismos, primeras comuniones, confirmaciones, matrimonios y aniversarios de matrimonio.
2. Adorar a Dios fielmente juntos como una familia en la Misa dominical, y preservar los regalos de tiempo de calidad y una comida juntos, al menos en el Día del Señor, si no se puede más a menudo durante la semana.
3. Tener agua bendita, crucifijo, Biblia e imágenes de Jesús, María y los santos en nuestras casas.
4. Una verdadera celebración del Adviento, mientras nos preparamos a celebrar el nacimiento de Jesús.
5. Una atención especial a la preparación del pesebre de Navidad en la casa.
6. El cumplimiento en familia de la Cuaresma, especialmente a través de prácticas penitenciales comunes, mayor compasión por los pobres, enfermos y necesitados, y acercamiento como familia al sacramento de la reconciliación.
7. Dar a los niños nombres bíblicos y cristianos.
8. Tomar con mucha seriedad los deberes de los padrinos en el bautismo y la confirmación.
9. Pedir a un sacerdote que bendiga un nuevo hogar.
10. Peregrinaciones familiares.
11. Reunirse en torno a familiares que están enfermos y moribundos, y unirse en la fe en el momento de la muerte y el entierro.
12. Recordar a los padres y a los miembros de la familia en la Misa, en el aniversario de su muerte.
13. Pedir la bendición de los padres expectantes y la intercesión especial para parejas que luchan por concebir un bebé.
Para leer el artículo completo (en inglés), puede ingresar a: http://cardinaldolan.org/index.php/our-beautiful-catholic-traditions/
DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES - DOMUND - PENÚLTIMO DOMINGO DE OCTUBRE
Se celebra el penúltimo domingo de octubre
Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net
DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES(DOMUND) se celebra el penúltimo domingo de octubre
En todos los países del mundo hoy se hace oración por las misiones y por los misioneros que se encargan de llevar la palabra de Dios a los que no lo conocen o a los que lo han olvidado.
¿Por qué se dedica este día a las misiones?
Se tiene un domingo dedicado a las misiones porque todas las personas necesitamos de Dios para poder llegar al cielo. Los misioneros tienen como tarea enseñarnos el Evangelio para poder alcanzar la vida eterna. Su labor es de capital importancia.
Un poco de historia
Los misioneros son personas que van a otros lugares para hablar a los hombres de Jesús, para enseñarles a rezar, para decirles que todos debemos amarnos y ayudarnos los unos a los otros, para anunciarles la buena nueva: que Dios nos ama y quiere que todos los hombres se salven.
En el mundo existen actualmente 983 "territorios de misión" y en ellos trabajan casi 50 mil sacerdotes y 370 mil catequistas, casados o solteros, que trabajan a tiempo completo o parcial.
Todos estos misioneros se han comprometido a anunciar el Evangelio a los 3,500 millones de hombres que todavía no lo conocen y que representan las dos terceras partes de la humanidad.
¿Cuál es su labor?
Atienden leprosarios, hospitales, hogares para huérfanos y ancianos, dispensarios, colegios, universidades. Su labor no es fácil, se les presentan muchas dificultades que tienen que vencer para lograr transmitir la palabra de Dios a los demás.
Necesitan de nuestra ayuda espiritual, humana y material.
Los misioneros son personas que van a otros lugares para hablar a los hombres de Jesús llevándoles el Evangelio.
Existen misioneros por todo el mundo que necesitan de nuestra ayuda espiritual, humana y material.
La labor de un misionero es muy valiosa.
Oración
María, ayúdanos a anunciar y dar testimonio de Cristo y del Evangelio en el lugar donde nos encontremos.
¡Que no decaiga el ánimo! - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 20 OCTUBRE 2019
¡Que no decaiga el ánimo!
Siempre que escuchamos este evangelio de San Lucas nos debiera de sacudir en lo más hondo de las entrañas esa pregunta, que al final de la parábola del juez injusto, te hace, me hace y nos hace Jesús: “Cuando venga el Hijo del hombre ¿encontrará Fe sobre la tierra?
De sobra sabemos que Dios es grande y bueno. Que no hay límites en su corazón. Que, como buen Padre que es, nos concede a tiempo y a destiempo aquello que necesitamos para vivir o seguir como hijos en el camino de la fe. Pero ¿sabemos si la oración es grande en nosotros? ¿Si el motor de nuestra actividad humana y eclesial está sustentado en una relación de “tú a tú” con Dios o si, por el contrario, ese compromiso del día a día, ha caído en un puro activismo dejando caer el peso y toda su fuerza en nuestras habilidades, carismas, carácter, temperamento y aptitudes?
La crisis que estamos padeciendo en nuestra Iglesia y en nuestras parroquias, en nuestra vida de cristianos y en nuestros seminarios semivacíos, en nuestra felicidad y en nuestra forma de vivir se debe en gran parte a que nuestra oración es escasa, mediocre y débil. Muchos cristianos no saben marcar ni cómo conectar con ese número de la oración. Otros, hace tiempo que lo dieron de baja en su agenda telefónica. A otros, nadie se ha preocupado de hacerles sentir y ver el valor de una relación íntima y personal con Dios para que llegasen a conocer aquella experiencia que Santa Teresa de Jesús nos retrataba; “oración no es otra cosa sino tratar de amistad con quien sabemos que nos ama”.
Hemos de cambiar un poco el “chip” en nuestro pastoreo, en el modo de entender y llevar a cabo proyectos, cursos, dinámicas, departamentos, delegaciones, catequesis y otras actividades evangelizadoras. Es el momento, y el Evangelio de hoy nos lo urge más que nunca, de ser como esa insistente mujer que ante el juez injusto exponía una y otra vez sus necesidades con el convencimiento de que tarde o temprano se saldría con la suya. ¿De qué manera?: desde la confianza, constancia, esperanza y creyendo que Dios, siempre justo, permanece al otro lado disfrutando y escuchando nuestra plegaria.
Hoy, gracias a Dios, los misioneros –por miles entregados a su misión en diferentes continentes– siguen haciendo presente lo que nosotros, con más comodidad, vivimos en nuestras parroquias, comunidades, pueblos y ciudades. Hoy, ante el Señor, no puede faltar nuestra oración –insistente y confiada– para que, una de las caras más bonitas de la Iglesia Católica (los misioneros) sigan contando con los medios suficientes, espirituales y materiales, en su labor evangelizadora.
Si Dios nos ha dado tanto... ¡Qué menos que en este día compartamos algo! Si Dios nos ha bendecido con una economía estable... ¡Qué menos que pongamos, poco o mucho, como ayuda a nuestros misioneros!
Hoy, en el día del Domund, seguimos creyendo, apoyando y orgullosos de tantos hombres y mujeres que, creyendo en lo que predican, hacen y promueven, llevan el anuncio del Evangelio a tantos lugares de la tierra. Que nuestra oración, junto con nuestro donativo, sea muestra de que seguimos siendo dichosos por creer.
Padre Javier Leoz
LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 20 DE OCTUBRE DE 2019
Lecturas de hoy Domingo 29º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Hoy, domingo, 20 de octubre de 2019
Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (17,8-13):
En aquellos días, Amalec vino y atacó a Israel en Refidín. Moises dijo a Josue:
«Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón de Dios en la mano».
Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; entretanto, Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte.
Mientras Moisés tenía en alto las manos, vencía Israel; mientras las tenía bajadas, vencía Amalec. Y, como le pesaban los brazos, sus compañeros tomaron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras, Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado.
Así resistieron en alto sus brazos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su pueblo, a filo de espada.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 120,1-2.3-4.5-6.7-8
R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
V/. Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R/.
V/. No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel. R/.
V/. El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche. R/.
V/. El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre. R/.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo
(3,14–4,2):
QUERIDO hermano:
Permanece en lo que aprendiste y creíste, consciente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.
Toda Escritura es inspirada por Dios y además útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena.
Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, por su manifestación y por su reino:
proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta con toda magnanimidad y doctrina.
Palabra de Dios
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (18,1-8):
En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer.
«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle:
“Hazme justicia frente a mi adversario”.
Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo:
“Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”».
Y el Señor añadió:
«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy domingo, 20 de octubre de 2019
Fernando Torres cmf
Hay que orar siempre
La gente sencilla, los cristianos de a pie, tienen en la oración de petición una de sus principales armas a la hora de relacionarse con Dios. Vayamos a donde vayamos, encontraremos a personas sencillas, pobres, sin muchos estudios quizá, que se arrodillan delante del sagrario o delante de una imagen en la Iglesia y levantan los ojos a lo alto mientras que con sus labios musitan una oración mil veces repetida. Muchas veces acompañan ese gesto encendiendo una vela y dando una limosna. Dan de lo poco que tienen. La vela extiende la presencia de la oración aunque la persona se tenga que ir a sus quehaceres. Y le piden a Dios o a la Virgen de... una de las muchas advocaciones que hay en nuestros pueblos, que atienda esto o lo otro, que escuche su oración, que consuele sus penas, que ayude al hijo o a la hija, que conceda la salud, que proteja a la familia. Son muchas las oraciones que se elevan cada día a Dios. Algunas de esas personas ni siquiera van mucho a misa ni participan en los sacramentos. Pero saben a dónde recurrir cuando se ven con un problema que está más allá de sus posibilidades.
Algunos han despreciado esa oración sencilla de tantos hombres y mujeres. ¡Inmenso error! Esa oración denota una confianza enorme en Dios, en el que todo lo puede. Esas personas suelen ser constantes en su oración, independientemente de que suceda lo que piden que suceda o no. Dios es su punto de referencia continua y no deja de serlo. Quizá es que esas personas han comprendido perfectamente lo que hoy dice Jesús en el Evangelio a sus discípulos. Hay que orar incesantemente, hay que orar sin desanimarse. La comparación entre el juez de la parábola y Dios es clarísima. Los hombres conocemos la corrupción. El juez hace justicia sólo para evitar ser molestado. Pero Dios no es como el juez. Dios es Padre. Dios nos ha creado y nos ha elegido para la vida. ¿No hará justicia Dios a sus elegidos? ¿Es que su amor por ellos no es real? Por eso hay que confiar en él. Esa confianza forma parte esencial de la fe. Sólo el que confía de verdad cree realmente. En el silencio de Dios que a veces nos envuelve, hay que mantener la fe y la confianza.
Una vez hace años conocí a una mujer que estaba gravemente enferma. Llevaba así prácticamente toda la vida. De médico en médico, de hospital en hospital y de operación en operación. Su cuerpo estaba realmente deteriorado y sufría por ello graves dolores e incomodidades. Era impresionante oírle decir que “estoy convencida de que Dios me ama muchísimo, aunque sea de una forma un poco rara”. Y lo que decía, lo vivía. Eso es vivir la fe y no desanimarse nunca.
Para la reflexión
¿Cómo es mi oración? ¿Con qué frecuencia me pongo en la presencia de Dios, le abro mi corazón y le pido por mis necesidades, las de mi familia y amigos y las del mundo? ¿Creo de verdad en que esa oración es escuchada? ¿Soy perseverante en la oración?
EL PAPA FRANCISCO SALUDA A LA PROCESIÓN DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS EN ROMA
El Papa saluda a la procesión del Señor de los Milagros en Roma
Redacción ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
El Papa Francisco saludó y bendijo a la procesión del Señor de los Milagros en Roma que se realizó este domingo 20 de octubre.
“En particular saludo y bendigo con afecto a la comunidad peruana de Roma, aquí reunida con la venerada imagen del Señor de los Milagros”, dijo el Papa en italiano al concluir el rezo del Ángelus y añadió en español: “¡Conserven siempre la fe y las tradiciones de su pueblo!”.
El Señor de los Milagros, también llamado Cristo de Pachacamilla, Cristo Morado o Cristo Moreno es una imagen de Jesús pintada en una pared de adobe que se conserva en el Altar Mayor del Santuario de Las Nazarenas de Lima (Perú).
A mediados del siglo XVII los negros de Ángola formaron la cofradía de Pachacamilla y levantaron una edificación en donde uno de ellos pintó en la pared la imagen de Cristo.
El 13 de noviembre de 1655 un fuerte terremoto sacudió a Lima y Callao destruyendo buena parte de la ciudad y dejando varios miles de muertos. Todas las paredes de la Cofradía de los angoleños se cayeron, pero el muro de adobe con la imagen del Cristo permaneció en pie perfectamente, lo que fue considerado un milagro.
Cada año aumenta la fe al que llamaron Señor de los Milagros y hoy en día su procesión por las calles de Lima en el mes de octubre congrega a millones de personas de diferentes partes del mundo.
También en Roma se vive esta devoción, la Hermandad del Señor de los Milagros tiene en la capital italiana alrededor de 200 miembros divididos en cuatro cuadrillas.
Desde hace más de una década se realiza una vez al año en el mes de octubre la procesión del Señor de los Milagros hasta la Plaza de San Pedro para compartir su devoción con los miles de peregrinos que asisten al Ángelus.
HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO EN LA JORNADA MISIONERA MUNDIAL 2019
Homilía del Papa Francisco en la Jornada Misionera Mundial 2019
Redacción ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
El Papa Francisco celebró este domingo 20 de octubre la Santa Misa por la Jornada Misionera Mundial con ocasión del Mes Misionero Extraordinario en la que animó a los fieles católicos a “testimoniar, bendecir, consolar, levantar y transmitir la belleza de Jesús”.
En la Eucaristía realizada en el interior de la Basílica de San Pedro del Vaticano el Santo Padre señaló que “la Iglesia anuncia bien sólo si vive como discípula. Y el discípulo sigue cada día al Maestro y comparte con los demás la alegría del discipulado. No conquistando, obligando, haciendo prosélitos, sino testimoniando, poniéndose en el mismo nivel, discípulos con los discípulos, ofreciendo con amor ese amor que hemos recibido”.
A continuación, la homilía pronunciada por el Papa Francisco:
Quisiera escoger tres palabras de las lecturas: un sustantivo, un verbo y un adjetivo. El sustantivo es el monte: de esto habla Isaías, cuando profetiza acerca de un monte del Señor, más elevado que las colinas, al que confluirán todas las naciones (cf. Is 2,2). El monte vuelve en el Evangelio, ya que Jesús, después de su resurrección, indica a los discípulos, como lugar de encuentro, un monte de Galilea, precisamente en Galilea, que está habitada por muchos pueblos diferentes, la «Galilea de los gentiles» (cf. Mt 4,15). Entonces, pareciera que el monte es el lugar donde a Dios le gusta dar cita a toda la humanidad. Es el lugar del encuentro con nosotros, como muestra la Biblia, desde el Sinaí pasando por el Carmelo, hasta llegar a Jesús, que proclamó las Bienaventuranzas en la montaña, se transfiguró en el monte Tabor, dio su vida en el Calvario y ascendió al cielo desde el monte de los Olivos. El monte, lugar de grandes encuentros entre Dios y el hombre, es también el sitio donde Jesús pasa horas y horas en oración (cf. Mc 6,46), uniendo la tierra y el cielo; a nosotros, sus hermanos, con el Padre.
¿Qué significado tiene para nosotros el monte? Que estamos llamados a acercarnos a Dios y a los demás: a Dios, el Altísimo, en el silencio, en la oración, tomando distancia de las habladurías y los chismes que contaminan. Pero también a los demás, que desde el monte se ven en otra perspectiva, la de Dios que llama a todas las personas: desde lo alto, los demás se ven en su conjunto y se descubre que la belleza sólo se da en el conjunto. El monte nos recuerda que los hermanos y las hermanas no se seleccionan, sino que se abrazan, con la mirada y, sobre todo, con la vida. El monte une a Dios y a los hermanos en un único abrazo, el de la oración. El monte nos hacer ir a lo alto, lejos de tantas cosas materiales que pasan; nos invita a redescubrir lo esencial, lo que permanece: Dios y los hermanos. La misión comienza en el monte: allí se descubre lo que cuenta. En el corazón de este mes misionero, preguntémonos: ¿Qué es lo que cuenta para mí en la vida? ¿Cuáles son las cumbres que deseo alcanzar?
Un verbo acompaña al sustantivo monte: subir. Isaías nos exhorta: «Venid, subamos al monte del Señor» (2,3). No hemos nacido para estar en la tierra, para contentarnos con cosas llanas, hemos nacido para alcanzar las alturas, para encontrar a Dios y a los hermanos. Pero para esto se necesita subir: se necesita dejar una vida horizontal, luchar contra la fuerza de gravedad del egoísmo, realizar un éxodo del propio yo. Subir, por tanto, cuesta trabajo, pero es el único modo para ver todo mejor, como cuando se va a la montaña y sólo en la cima se vislumbra el panorama más hermoso y se comprende que no se podía conquistar sino avanzando por aquel sendero siempre en subida.
Y como en la montaña no se puede subir bien si se está cargado de cosas, así en la vida es necesario aligerarse de lo que no sirve. Es también el secreto de la misión: para partir se necesita dejar, para anunciar se necesita renunciar. El anuncio creíble no está hecho de hermosas palabras, sino de una vida buena: una vida de servicio, que sabe renunciar a muchas cosas materiales que empequeñecen el corazón, nos hacen indiferentes y nos encierran en nosotros mismos; una vida que se desprende de lo inútil que ahoga el corazón y encuentra tiempo para Dios y para los demás. Podemos preguntarnos: ¿Cómo es mi subida? ¿Sé renunciar a los equipajes pesados e inútiles de la mundanidad para subir al monte del Señor?
Si el monte nos recuerda lo que cuenta —Dios y los hermanos—, y el verbo subir cómo llegar, una tercera palabra resuena hoy con mayor fuerza. Es el adjetivo todos, que prevalece en las lecturas: «todas las naciones», decía Isaías (2,2); «todos los pueblos», hemos repetido en el salmo; Dios quiere «que todos los hombres se salven», escribe Pablo (1 Tm 2,4); «id y haced discípulos a todos los pueblos», pide Jesús en el Evangelio (Mt 28,19). El Señor es obstinado al repetir este todos. Sabe que nosotros somos testarudos al repetir “mío” y “nuestro”: mis cosas, nuestra gente, nuestra comunidad..., y Él no se cansa de repetir: “todos”. Todos, porque ninguno está excluido de su corazón, de su salvación; todos, para que nuestro corazón vaya más allá de las aduanas humanas, más allá de los particularismos fundados en egoísmos que no agradan a Dios. Todos, porque cada uno es un tesoro precioso y el sentido de la vida es dar a los demás este tesoro. Esta es la misión: subir al monte a rezar por todos y bajar del monte para hacerse don a todos.
Subir y bajar: el cristiano, por tanto, está siempre en movimiento, en salida. De hecho, el imperativo de Jesús en el Evangelio es id. Todos los días cruzamos a muchas personas, pero — podemos preguntarnos— ¿vamos al encuentro de esas personas? ¿Hacemos nuestra la invitación de Jesús o nos quedamos en nuestros propios asuntos? Todos esperan cosas de los demás, el cristiano va hacia los demás. El testigo de Jesús jamás busca ser destinatario de un reconocimiento de los demás, sino que es él quien debe dar amor al que no conoce al Señor. El testigo de Jesús va al encuentro de todos, no sólo de los suyos, de su grupito. Jesús también te dice: “Ve, ¡no pierdas la ocasión de testimoniar!”. Hermano, hermana: El Señor espera de ti ese testimonio que nadie puede dar en tu lugar. «Ojalá puedas reconocer cuál es esa palabra, ese mensaje de Jesús que Dios quiere decir al mundo con tu vida. [...] Así tu preciosa misión no se malogrará» (Exhort. apost. Gaudete et exsultate, 24).
¿Qué instrucciones nos da el Señor para ir al encuentro de todos? Una sola, muy sencilla: haced discípulos. Pero, atención: discípulos suyos, no nuestros. La Iglesia anuncia bien sólo si vive como discípula. Y el discípulo sigue cada día al Maestro y comparte con los demás la alegría del discipulado. No conquistando, obligando, haciendo prosélitos, sino testimoniando, poniéndose en el mismo nivel, discípulos con los discípulos, ofreciendo con amor ese amor que hemos recibido. Esta es la misión: dar aire puro, de gran altitud, a quien vive inmerso en la contaminación del mundo; llevar a la tierra esa paz que nos llena de alegría cada vez que encontramos a Jesús en el monte, en la oración; mostrar con la vida e incluso con palabras que Dios ama a todos y no se cansa nunca de ninguno.
Queridos hermanos y hermanas: Cada uno de nosotros tiene, cada uno de nosotros “es una misión en esta tierra” (cf. Exhort. apost. Evangelii gaudium, 273). Estamos aquí para testimoniar, bendecir, consolar, levantar, transmitir la belleza de Jesús. Ánimo, ¡Él espera mucho de ti! El Señor tiene una especie de ansiedad por aquellos que aún no saben que son hijos amados del Padre, hermanos por los que ha dado la vida y el Espíritu Santo. ¿Quieres calmar la ansiedad de Jesús? Ve con amor hacia todos, porque tu vida es una misión preciosa: no es un peso que soportar, sino un don para ofrecer. Ánimo, sin miedo, ¡vayamos al encuentro de todos!
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