El fabricante de jabón
Dios creó al hombre libre. Frente a la verdad puede abrirse o cerrarse, aceptar o negar. Este es el misterio del hombre frente a la generosa oferta de salvación que Jesús, el Hijo de Dios nos hace. Si el Evangelio, levadura santa de Dios, no penetra en los corazones, jamás podrá mejorarse la masa humana y hacer retroceder la oscuridad del mal y del egoísmo.
Un fabricante de jabón dijo a un sacerdote: “El cristianismo no ha logrado nada. Hace 2000 años que se predica y el mundo no ha mejorado. Todavía hay mucho mal y gente mala”. El sacerdote señaló a un chico sucio de la cabeza a los pies, y respondió: “El jabón no ha logrado nada. Todavía hay suciedad y gente sucia en el mundo”. “El jabón –contestó el empresario– sirve solamente si se lo aplica”. Y el cura volvió a replicar: “La fe cristiana también”.
No basta escuchar y conocer las verdades de la fe: hay que vivirlas. “Dichoso el hombre que escucha la Palabra de Dios y la practica”. Sólo así tu vida adquirirá consistencia y nada la derribará, pasarás victorioso las pruebas de este mundo perecedero y tendrás junto a Dios una morada de eterna felicidad. El Señor te asista en el combate de la fe.
* Enviado por el P. Natalio
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