LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
23 agosto
Esta es la diferencia entre el pan material, el hambre de pan y el pan espiritual, el hambre de Dios; aquel se puede saciar comiendo, pero éste cuanto más se come, más hambre se tiene, más ansias de Dios y de sus cosas, de su justicia y de su amor, de su Espíritu y de su vida.
El que ama desea amar más; el que es feliz, ansía nueva felicidad; el hijo de Dios anhela a su Padre celestial cada vez más, hasta llegar a la eterna comunión en la que todo gozo será satisfecho y toda felicidad cumplida.
P. Alfonso Milagro
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