Otra vez lunes...
Consejos para sobreponerse a los lunes en el trabajo y sobrevivir toda la semana.
Si le preguntaran a cualquier empleado cuál es el día de la semana que más detesta, probablemente elegiría el lunes. Pero ¿qué es lo que hace a este día tan desagradable? ¿No se supone que marca el inicio de una nueva semana de trabajo y nuevos desafíos? Usted ve una pila de carpetas apiladas en su escritorio y su primera reacción es correr gritando con su camisa sobre su cabeza. Aunque pueda sonar como la solución perfecta en el momento, probablemente no lo sea.
Aquí le damos algunos consejos para no perder la cabeza, convertirse en un fóbico al trabajo o hacer algo que después lamentaremos. Entonces... ¿qué se puede hacer para evitar la gran depresión de los lunes por la mañana? Prestar mucha atención a los siguientes datos puede ser un buen punto de partida.
1.- No se sienta abrumado.
2.- Cuando las emociones negativas se confunden con los asuntos de negocio, nada positivo sale de ello. No solamente nublará su entendimiento, probablemente teñirá su motivación y detendrá su productividad.
3.- Sepa qué esperar.
Si llegamos a nuestro escritorio cada semana para comenzar con nuestro trabajo con la idea de que no va a quedar nada pendiente, nos encontraremos con una sorpresa desagradable. No sólo nos estamos decepcionando a nosotros mismos, sino que además seremos responsables de montar toda una escena cuyo único final posible es una gran decepción. Siempre hay que estar preparado ante la posibilidad de que surjan cosas de último momento.
4.- Tenga listas las cosas más urgentes... para ayer.
Si el presidente del banco de manera personal devuelve un llamado concerniente a la posibilidad de una línea de crédito extendida para su compañía, devuélvale el llamado lo más rápido posible. No desperdicie lo que, potencialmente, puede ayudar al crecimiento de su firma y a su expansión. Cuide las tareas importantes hoy; las cosas más pequeñas pueden esperar.
5.- Priorice sus tareas.
Cada tarea tiene un grado de importancia cuando se compara con el resto. Use esto como lema para su quehacer cotidiano. Si la tarea en cuestión puede hacer la diferencia entre que la compañía pegue un salto de calidad o deje de existir, no la postergue. En otras palabras, responda a las necesidades de su primer cliente antes de tomarse el tiempo de limpiar el horno a microondas de la oficina, si es la semana para hacerlo. Priorizar es la palabra, ni más ni menos.
6.- Siempre tenga anotada la lista de cosas para hacer.
Tomar nota de sus tareas corrientes lo tranquilizará, así como también le permitirá progresar en su trabajo a ritmo constante, sin lugar para la improvisación. Preparar una lista estándar diaria o semanal, y actualícela con las nuevas tareas que se van agregando por el camino.
7.- Termine las cosas los viernes.
Si cada lunes a la mañana es una montaña rusa de emociones con final abierto, es porque algo se está haciendo mal. Termine de hacer las cosas del viernes durante el mismo viernes. No tenga miedo de trabajar un ratito extra justo antes del fin de semana; ponga en claro cuáles son las tareas incompletas y hágalas, para luego poder disfrutar de sus días de descanso hasta su regreso.
8.- Planee las emergencias.
Como los nuevos proyectos constantemente tienen idas y venidas, tenga en cuenta por adelantado la posibilidad de posponer su tarea habitual para dar los toques finales a asuntos más importantes. Para solucionar este tipo de coyunturas se debe reservar un estimado de alrededor del 10-15% de su tiempo semanal.
9.- Encare las tareas a medida que vayan llegando.
Manejar los problemas de cada día no es algo que usted pueda sentarse y planear. Tiene que manejarse con eventos inesperados a medida que van llegando.
10.- Haga una caminata en la mitad del día.
Trabajar seguido durante todo el día no es la mejor manera de pasar el lunes. Hacerlo así solamente puede bajar su eficiencia y hundir su mentalidad. Haga un paseo por el parque, tome su almuerzo y aprecie el aire libre.
11.- Conozca sus límites.
Aún un empleado modelo tiene limitaciones cuando llega a trabajar. Apilar el trabajo daña la moral y puede enviar a cualquier empleado a un camino sin retorno. Si realmente siente que es demasiado trabajo para usted, dígaselo a su jefe. Los superiores serán comprensivos si explica que, simplemente, hay demasiado en su plato. Recuerde, alguna vez estuvieron en sus zapatos y pueden sentirse identificados.
12.- De vuelta al trabajo.
Tomarse un tiempo para ordenar las cosas el lunes le traerá algún orden el resto de la semana. Planear sus actividades con la mencionada lista de cosas pondrá las ruedas en movimiento de una manera bien aceitada, lo que resultará en mínimas cantidades de úlceras y dolores de cabeza. Muchas veces, gastamos tanto tiempo contemplando lo que debe ser hecho más que lo que realmente hay que hacer. Mire las cosas desde arriba y piense las cosas siempre en términos de progreso.
Fuente: enplenitud.com
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