Hábitos que envejecen
Aprendamos a cuidarnos por dentro y por fuera para envejecer bien y disfrutar de todas la etapas de la vida.
Hay sociedades que ven el envejecer como una enfermedad de la que hay que huir despavoridamente cuando, en realidad, esa es de las pocas certezas que tenemos: si dentro de unos años seguimos con vida, nuestra piel tenderá a arrugarse.
Pero eso no quiere decir que, ante este hecho inminente, tengamos que descuidarnos. Al contrario. Podemos poner de nuestra para ayudar al tiempo a que deje menos estragos en nosotros.
No solo estoy hablando del envejecimiento físico. ¡Cuidemos también el alma! ¡Cuántos ancianos vemos con una actitud fresca y alegre que disfrutan de la vida! ¡Y cuántos jóvenes sin embargo parecen tener más de 80 años!
Corregir los malos hábitos es clave para mitigar los efectos negativos del paso del tiempo en nuestra vida. Analiza si has caído en alguno de ellos y, si es así, vale la pena que te esfuerces en cambiarlos. Con el paso de los años lo agradecerás.
1. Mal dormir. Lo ideal es ir a la cama no más tarde de las 10 PM para así lograr 8 horas de sueño “totalmente” reparador, profundo. El mal dormir es el aliado número 1 del envejecimiento porque deteriora nuestro sistema inmunológico.
2. Beber poca agua. El 60% de nuestro cuerpo es agua por lo que debemos beber al menos 2 litros –ocho vasos– de agua al día.
3. Alimentación deficiente. Recordemos que el alimento es el combustible de nuestro cuerpo. No se trata de comer por comer, sino de nutrirnos de alimentos con contenido nutricional y energético. Nuestra ingesta diaria de alimentos debe ser equilibrada en cuanto a las aportaciones de proteínas, carbohidratos, grasas, minerales, antioxidantes, vitaminas, etc. Lo ideal es comer cada 3 horas en cantidades moderadas. O bien, 3 comidas fuertes y 2 colaciones. El azúcar y los dulces también son aliados del envejecimiento.
4. Sedentarismo. El ejercicio es importantísimo para oxigenar nuestras células, estimular la producción de serotonina, dopamina y endorfinas –hormonas de la felicidad y del amor–, entre otros muchos beneficios. Si no estás acostumbrado a hacer ejercicio puedes comenzar con 10 minutos al día. O bien, si permaneces mucho tiempo sentado procura pararte a caminar cada cierto tiempo.
5. Estrés. No es malo en su justa medida porque hasta cierto punto es un mecanismo de defensa que nos pone en alerta cuando algo no anda bien. Lo malo, malísimo es vivir estresado, es decir, en constante tensión. El estrés provoca la liberación de la hormona llamada cortisol –hormona del estrés– que puede causar problemas de corazón y obesidad.
6. Fumar u otras adicciones. ¡Cuántos efectos negativos causa el tabaco en la salud! Se nota en la piel, en la respiración, en las manos, en la boca, en los dientes… El exceso de alcohol también puede causar importantes estragos en el cuerpo: insuficiencias cardíacas, presión arterial alta, cirrosis hepática, sobrepeso…
7. Piel mal cuidada. No desmaquillarse por la noche o bien, no limpiarse ni cuidarse la cara debidamente –mínimo 2 veces al día– agiliza el proceso de envejecimiento. La piel de la cara debe limpiarse por la mañana y sellarla con protector solar después de aplicar las cremas correspondientes. Y por la noche se debe limpiar totalmente para permitirle respirar y que se regenere.
8. Una mala actitud, el pesimismo. Vivir enojado o mal encarado también provoca que la piel se nos agriete, que se envejezca más pronto. Tan solo observa a las personas que viven en constante pesimismo, tienen una línea muy marcada en el entrecejo. Las líneas de expresión de su frente son más hacia lo vertical. ¡Por esto y por muchas cosas más, nada como ser positivos y alegres! ¡Que las arrugas que tengamos sean por sonreír!
9. Exceso de sol. Por favor, olvídense de las camas de bronceado que se han convertido en la causa número 1 de cáncer de piel. Por supuesto que hay que tomar el sol porque es como producimos vitamina D, entre otros muchos beneficios. Pero hay que hacerlo de una forma inteligente, a horas prudentes y siempre usando un buen protector solar que nos proteja de los rayos UBA y UBV y de mínimo 30 SPF.
Envejecer es maravilloso, es parte de la vida y esto no debe ser sinónimo de decadencia o de inservibles, sino de experiencia y madurez. Recuerda lo que dice el trovador: no hay que ponerle años a la vida, sino vida a los años. ¡Venga! ¡Con arrugas o sin ellas, pero a vivir!
© Luz Ivonne Ream / Aleteia
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