¿Qué relación tiene el conejo y el huevo de Pascua con la fe católica?
Por María Ximena Rondón
(ACI).- Al concluir la Semana Santa aparecen el conejo y los huevos de Pascua, en muchos casos fabricados de chocolate, y muchos se preguntan si estos símbolos tienen alguna relación con la fe católica. Aquí te explicamos su sentido.
A través de su reflexión cotidiana “Punto de Vista”, el director del Grupo ACI, Alejandro Bermúdez, explicó el significado cristiano de ambos.
El conejo de pascua
En el caso del conejo de Pascua indicó que este proviene del hecho que antiguamente la figura de la liebre silvestre se utilizaba como recurso de catequesis para hablar sobre cómo debía ser el camino del cristiano hacia la resurrección.
Las patas traseras de la liebre son grandes, poderosas y sirven para cambiar velocidades y ascender por terrenos empinados. En cambio, las patas delanteras son pequeñas y débiles.
“Esas patas hacen que al conejo le sea fácil ascender y difícil descender. Esto era utilizado para representar el camino de la vocación del cristiano. Debe ser reacio y difícil ir hasta abajo en su vida moral y a la vez debe ser pronto, presto y ágil para ir hacia arriba, hacia la resurrección del Señor”, precisó Bermúdez.
El huevo de Pascua
Respecto al significado del huevo de Pascua, el director del Grupo ACI indicó que antiguamente el huevo servía para explicar el significado de la resurrección a los niños, explicando que de él nacía un pollito.
Bermúdez afirmó que en algunos países de Europa, como Italia, en el Domingo de Ramos muchas familias llevan huevos a la iglesia para que los bendiga el sacerdote. Estos se cuecen luego para consumirlos en el Domingo de Resurreción.
También comentó que en las iglesias de Estados Unidos, como parte de la alegría de la resurrección de Cristo, entre las Misas los niños realizan una búsqueda de huevos de chocolate o de plástico, con golosinas dentro.
“Esto se hace en un clima pascual, es por el gozo de la resurrección del Señor que es dulce. Para ellos es un día especial porque sus padres no pelean con ellos porque comen dulces. Entonces hay un poder catequético en esos símbolos”.
De otro lado un artículo publicado en el sitio web de la Conferencia Episcopal Francesa explica que antiguamente para los egipcios y los persas el huevo representaba la fertilidad y el renacimiento. Por ello durante la fiesta de la primavera se decoraban los huevos y los entregaban como un regalo.
En cambio, para los judíos el huevo representa la vida y la muerte. Debido a que la liberación de los judíos tuvo una cuota de sufrimiento, en la Pascua sumergen el huevo en agua con sal para recordar las lágrimas derramadas en su camino hacia la libertad.
Con la llegada del cristianismo, el huevo pasó de ser un símbolo de fertilidad y renacimiento, a representar la resurrección de Cristo que con su sacrificio en la Cruz da vida nueva.
Explicaron que anteriormente los cristianos tenían prohibido consumir los huevos durante la Cuaresma y se guardaban hasta la Pascua. Los huevos que ya no se podían comer los pintaban y se entregaban como regalo.
Contaron que en Francia, el rey Luis XIV hizo traer en la Semana Santa el huevo más grande del reino y él mismo repartió huevos pintados con pan de oro a sus cortesanos y servidores.
En el siglo XVIII los comerciantes alemanes comenzaron a fabricar huevos de chocolate para venderlos en Pascua, como celebración del fin de las privaciones propias de Cuaresma.
Alejandro Bermúdez también resaltó que el huevo y el conejo de Pascua son “símbolos que no podemos rechazar sino recuperarlos porque su origen es cristiano”.
“Lo que pasa es que nosotros hemos dejado que los símbolos se desconecten del significado cristiano y se vuelvan totalmente paganos. La secularización de los símbolos cristianos llevan a un ridículo” expresó.
Los Papas y los huevos de Pascua
En el año 2009, el Papa Benedicto XVI envió cientos de huevos de Pascua a los niños víctimas del terremoto que sacudió la ciudad de L´Aquila, en el centro de Italia, que dejó un saldo de 300 muertos.
En el 2012, un grupo de artesanos de la localidad italiana de Cremona, obsequiaron a Benedicto XVI un huevo de Pascua hecho de chocolate que medía 2 metros y medio y pesaba 250 kilos. El Pontífice recibió el regalo y lo donó a los jóvenes que estaban recluidos en la correccional Casal del Marmo de Roma.
Por su parte, en el año 2014 el Papa Francisco envió 150 huevos de Pascua al Hospital Pediátrico Bambino Gesù (Niño Jesús) para alegrar a los niños enfermos de cáncer.
Este año 2017, el Santo Padre entregará huevos de Pascua de la marca Kinder a los niños que están en el centro de acogida de Cáritas Roma.
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