Vencer el miedo
No debemos tener miedo porque Dios está con nosotros, si vivimos en su gracia y amistad, y nada pueden las criaturas contra un hijo de Dios.
Pero hay alguien que está muy interesado en que tengamos miedo, y ese alguien es el diablo, que como vive él mismo y sus demonios en el miedo, también quiere inculcarlo en las almas.
Trató de infundirle miedo al mismo Hijo de Dios, y lo hizo sudar sangre en el Huerto de los Olivos. También lo hará con nosotros. Pero no debemos ceder ante los engaños y amenazas del Maligno, sino ser valientes, con la valentía de los hijos de Dios, y presentar batalla al diablo y al miedo, porque también tenemos que reconocer que muchos de nuestros miedos no vienen del demonio, sino de nosotros mismos, de nuestras dudas e inseguridades, y quizás también de una mala educación.
Sea lo que fuere, tenemos que aprender a no tener miedo, porque Dios y su Madre nos protegen, y los destinos de nuestras vidas están en las manos de Dios, que no permitirá que seamos vencidos, si confiamos en Él.
¡Cuántas decisiones en la vida las tomamos por miedo! ¡Cuántas oportunidades en la vida perdemos por miedo!
Es tiempo de adoptar aquel lema que nos diera el Papa Juan Pablo II cuando comenzó su pontificado: “No tengáis miedo”.
Y es que el miedo hace cometer muchas imprudencias y nos estorba para ser felices y plenos, para vivir valientemente nuestra fe ante quien sea.
Hay gente que es valiente ya de nacimiento, y benditos sean ellos. Pero quizás nosotros no seamos valientes por naturaleza; y entonces será el momento de comenzar a trabajar nuestros miedos para conquistar la valentía en todas las cosas.
Debemos decir como decían los Santos: “¿Miedo o temor? Sólo al pecado”.
Es cierto que para muchos de nosotros será un reto no pequeño el llegar a ser valientes y dejar de tener miedos. Pero sabemos que la vida cristiana no es fácil, es una lucha continua en todos los campos. Así que a no desanimarnos y adelante, sabiendo que Dios está con nosotros, y que todo lo bueno que queremos lograr para mejorarnos y santificarnos, es bien visto por Dios, que no niega Su ayuda si tenemos buena voluntad.
* Sitio Santísima Virgen.
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