LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Mayo 20
Siempre es mejor construir que destruir. Y sembrar es construir para el día de mañana, para recoger más adelante.
Siembra tu fe, para sostener y apoyar a los que vacilan. Siembra tu abnegación y no la reserves solamente para tí. Siembra tu confianza y Dios no te dejará ni los hombres te fallarán.
Siembra la sonrisa a tu alrededor; la sonrisa hace bien y te hace bien, la sonrisa disipa nubes y suaviza tiranteces.
Siembra tu dulzura y llegarás a conquistar a los hombres, aún a aquellos que tienden a la violencia o no saben dominarse.
Siembra tu amistad, tu gozo y tu entusiasmo en todos aquellos que lo necesitan, pues así llegarás a hacer felices a los demás y ellos te harán feliz a ti.
Siembra tus sacrificios, aún con lágrimas y sin alarde; todo sacrificio requiere una cuota de dolor y de sangre; pero todo esfuerzo es redentor y toda lágrima es purificadora.
Que toda tu vida sea una verdadera siembra de alegría, de bondad, de paz y de amor; el que siembre luz, recogerá calor, en cambio, el que siembre vientos, recogerá tempestades.
“Todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas” (1 Tes 5,5). Como hijo de la luz, debes iluminar a cuantos están cerca de ti; iluminarlos, para llevarlos al Señor. Que las tinieblas no iluminen no es extraño; pero que la luz se apague causa angustia.
* P. Alfonso Milagro
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