LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Mayo 29
Cuando uno cree en Dios, forzosamente siente la necesidad de hablar con Él; y hablar con Dios se llama "orar". El alma tiene necesidades tan urgentes como el cuerpo; tiene necesidad de orar; no es un lujo; cuando más abrumados estemos por el trabajo, tanto mayor será nuestra necesidad de ser aliviados.
Es necesario rehacer al hombre desde adentro; no nos equivocamos al descubrir en el mundo de hoy una profunda insatisfacción, una infelicidad exasperada, a causa de las falsas recetas de felicidad.
La oración es la fuerza de los hombres y la debilidad de Dios; se pretende vivir obedeciendo a Dios; pero es completamente ilógico pretender obedecerlo sin comenzar por escucharlo. De todos modos, tengamos presente que la oración no consiste en pensar mucho sino en amar mucho; y amar es algo que todos sabemos y podemos hacer.
“Sean perseverantes en la oración, velando en ella con acción de gracias” (Col 4,2). Sabemos que nosotros solos nada podemos; es preciso, por lo tanto, recabar la ayuda del Señor por medio de la oración. El que se aparte de la oración no tardará en sentirse alejado de Dios. “El que ora, se salva; el que no ora, se pierde”, dice San Alfonso.
* P. Alfonso Milagro
No hay comentarios:
Publicar un comentario