Para vencer al demonio
El presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas, P. Francesco Bamonte, compartió algunos consejos sobre las mejores armas para hacer frente al diablo, y advirtió que no es suficiente saber que los demonios existen, sino que es preciso conocer cómo actúan para no caer en sus trampas.
En entrevista con Radio Vaticano, al poco tiempo de que la Asociación Internacional de Exorcistas recibiera el reconocimiento jurídico de la Congregación para el Clero en la Santa Sede, el P. Francesco Bamonte señaló que “los demonios actúan en la historia personal y comunitaria de los hombres, tratando de propagar entre los hombres la elección del mal”.
“Por eso, no basta saber que existen, sino que es preciso también conocer cómo actúan para prevenir y rechazar sus ataques y no caer en sus trampas”, advirtió el exorcista de la diócesis de Roma.
El exorcista recordó que “el Papa también ha subrayado varias veces que los demonios –que son repelentes y repugnantes– se disfrazan de ángeles de luz para hacerse atractivos y engañar mejor a los hombres. Jesús en el Evangelio nos enseña cómo luchar y vencer a los demonios con su gracia”.
Cuatro "armas" para luchar contra la tentación del demonio
Para hacer frente a las tentaciones de los demonios, el sacerdote enumeró cuatro armas muy poderosas: la Palabra de Dios, el Rosario, la confesión frecuente y la participación en la Santa Misa.
El presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas aseguró que “el arma poderosa, ante todo, es la lectura y la meditación de la Palabra de Dios, como dice el Papa Francisco, que nos ha invitado a llevar siempre en el bolsillo un Evangelio. En nuestro interior, esta Palabra, cuando entra, vive, actúa y nos llena de la gracia del Espíritu Santo”.
“Y luego está el Rosario, el encomendarse a la Virgen, a quien el demonio odia especialmente”.
La tercera arma, dijo, es “la confesión frecuente: reconocernos pecadores humildemente, confesar nuestros pecados y pedir a Dios la fuerza para no pecar más”.
A continuación recomendó “la participación en la Santa Misa los días festivos. Y también la lucha contra nuestros vicios, contra lo que el pecado original ha dejado en nosotros, para que triunfe el hombre nuevo en Cristo”.
El P. Francesco Bamonte señaló que la presencia de un sacerdote exorcista en una diócesis es importantísima. “De hecho, cuando no hay un sacerdote exorcista, a menudo la gente se dirige a magos, hechiceros, lectores de cartas y del futuro, sectas”.
El P. Bamonte indicó que “el exorcista es ante todo un evangelizador, un sacerdote, por lo que sea cual sea el origen del mal que padece quien acude a él, sea o no sea una auténtica forma de acción extraordinaria del demonio. El sacerdote exorcista se esfuerza por infundir serenidad, paz, confianza en Dios y esperanza en su gracia”.
Fuente: ReL
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