UN MINUTO MARIANO
Acuérdate,
acuérdate, dulce, escogida Reina, que tienes de nosotros, los hombres
pecadores, toda tu dignidad. ¿Cómo te llamarías Madre de la gracia y la
misericordia a no ser por nuestra miseria que necesita de gracia y de
misericordia.
Miguel de Unamuno
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