Ayúdame, Señor.
A ocuparme, razonablemente
en aquello que sea para tu gloria,
para el beneficio de los míos y de mí mismo.
A disfrutar el presente, sin estar tan pendiente
de lo que pueda ocurrir mañana.
A, mirar hacia el futuro,
aportando las semillas
que siembro hoy en el camino.
Ayúdame, Señor.
A sentir tú mirada en aquello que veo.
A palpar tus manos en mis pequeñas
obras de cada día.
A escuchar tu Palabra en las mías,
pobres, torpes y atropelladas.
Ayúdame, Señor.
A vivir comprometido pero sin ansiedad.
A caminar ligero, pero sin prisas.
A trabajar con empeño, pero sin nervios.
A soñar con un futuro mejor,
sin olvidar que puedo superar el presente.
Ayúdame, Señor.
A confiar en tu mano providente.
A no tener miedo al mañana que me aguarda.
Contigo, Señor, me basta.
Amén.
P. Javier Leoz.
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