Vivir como si fuera el último
día
Un chico nació con
cáncer, un cáncer que no tenía cura. Él tenía 17 años y podría morir en
cualquier momento. Siempre vivió en su casa, bajo el cuidado de su madre. Ya
estaba harto y decidió salir solo por una vez. Le pidió permiso a su madre y
ella aceptó.
Caminando por su calle vio muchas tiendas. Al pasar por una
de música y, al ver el mostrador, notó la presencia de una niña muy guapa, de su
edad: fue amor a primera vista. Abrió la puerta y entró sin mirar nada que no
fuera ella. Acercándose poco a poco llegó al mostrador donde se encontraba ella.
Lo miró y le dijo sonriente.
"¿Te puedo ayudar en algo?".
Mientras
él pensaba que era la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida,
sintió el deseo de besarla en ese mismo instante. Tartamudeando le
dijo:
"Sí, eeehhh... uuuhhh... mmm... me... me gustaría comprar un...
CD".
Sin pensar tomó el primero que vio y le dio el
dinero.
"¿Quieres que te lo envuelva?" -preguntó la niña sonriendo de
nuevo.
Él respondió que sí moviendo la cabeza, y ella fue al almacén para
volver con el paquete envuelto y entregárselo. Él lo tomó y salió de la tienda.
Se fue a su casa y, de ese día en adelante visitó la tienda todos los días para
comprar un CD. Siempre se los envolvía la niña para, luego, llevárselos a su
casa y meterlos en una caja. Él era muy tímido para invitarla a salir y, aunque
lo intentaba, no podía.
Su mamá se enteró de esto e intentó animarlo a
que se aventurara; así que al día siguiente se armó de valor y se dirigió a la
tienda. Como todos los días, compró otra vez un CD y, como siempre, ella se fue
atrás para envolverlo. Él tomó el CD y, mientras ella no estaba mirando,
rápidamente dejó su teléfono en el mostrador y salió corriendo de la
tienda.
Al día siguiente el muchacho no fue a la tienda y ella le llamó.
Su mamá contestó. La madre desconsolada comenzó a llorar mientras
decía:
"¿No lo sabes? Mi hijo murió ayer".
Hubo un silencio
prolongado, excepto los lamentos de la madre. Días más tarde, la mamá entró en
el cuarto de su hijo para recordarlo. Decidió empezar por ver su ropa, así que
abrió su armario. Para su sorpresa se encontró con montones de CD's envueltos.
Ni uno estaba abierto. Le causó curiosidad ver tantos, y no se resistió; tomó
uno y se sentó sobre la cama para verlo. Al hacer esto, un pedazo de papel salió
de la cajita de plástico.
La mamá lo recogió para leerlo y
decía:
"¡Hola! Estás súper guapo. ¿Quieres salir conmigo? Te quiero mucho.
Sofía"
De tanta emoción la madre abrió otro y otro pedazo de papel y
todos decían lo mismo.
Moraleja: Así es la vida. No
esperes demasiado para decirle a ese alguien especial lo que sientes; díselo
hoy, mañana puede ser tarde.
(Colaboración de
Yaileen
Enviado por Martha Patricia
Ramirez)
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