Padre Nuestro, a manos llenas
Autor: Fran Alvarez
¡Oh Padre Nuestro! que estás en el cielo,
llevo tu nombre como voz que suena
en ese espacio que llevamos dentro,
santificando todas nuestras penas.
Cierra la herida que se abrió en mi pecho
y que tu Reino rompa mis cadenas,
tu voluntad será mi fe y silencio
y correrá tu sangre por mis venas.
Danos el pan que amasas en tu templo,
escancia el vino de la última cena,
perdona ofensas que pagué en el tiempo
que yo también perdonaré condenas.
Tú eres el Padre que cubrió mi cuerpo
con esa miel que dejan tus colmenas,
sobre tus labios colgaré mis versos
al aire limpio de tu luz serena.
Que no tropiece en tentación mi vuelo,
colma mi vientre de almas y azucenas
y no permitas que roce el invierno
mi corazón, que es tuyo a manos llenas
¡Oh Padre Nuestro!, que estás en el cielo,
danos el pan y el vino de tu cena.
Tú eres el Padre que ha puesto en mi cuerpo
un corazón, que es tuyo a manos llenas.
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