Quiero escuchar tu voz
Jesús,
quiero escuchar tu voz
y seguir tus enseñanzas.
Quiero conocer tu vida, tus palabras,
tus gestos de amor verdadero.
Quiero prestar mucha atención
a lo que nos decís cada domingo en la Misa.
Quiero aprender a vivir como discipulo
y seguir tus pasos.
Abrí mi corazón,
mis oídos y mi inteligencia,
para que pueda recibir tu mensaje
y cambiar mi vida.
Quiero escuchar tu voz
para vivir cada día
más cerca de Dios.
¡Que así sea, Señor!
Marcelo A. Murúa
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