CHATEANDO CON JESÚS
Señor, hoy quiero hablar contigo. Concédeme la luz
y la paz interior para ir hablándote paso a paso y
sentirme escuchado. Hoy es tiempo de una gran prueba
interior, tu purificación para conmigo. Te siento como
el Podador, estás arrancando de cuajo lo que no sirve
y preparas el terreno para que ello suceda: una prueba aquí,
una cruz allá, un disgusto aquí, una resistencia acá.
Estás transparentando la toma de conciencia de mis propias
respuestas interiores para convertirme.
Sé que tu forma de amarme es purificarme.
¿pero cual es hoy mi respuesta? En la alternativa, sabes
que muchas veces elijo mi propio parecer y evado la
respuesta evangélica que me haría vivir en paz y hasta
soportar con alegría la cruz.
Me doy cuenta que aspiro a pensar y a actuar sobrenaturalmente
con medios y actitudes exclusivamente humanos,
apareciendo entonces por doquier, las contradicciones
que frustran, desconsuelan y angustian.
Te estoy escuchando: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos...
Sin mí no podéis hacer nada". En estos momentos quiero comenzar
algo distinto: AYÚDAME, ven con tu hierro candente,
cámbiame, transfórmame y que aprenda a orar incesantemente
noche y día contigo.
No quiero contar más conmigo, deseo vencer mi orgullo y
dar un paso de humildad: Sin ti, no puedo hacer nada y nada soy.
Espero verte cara a cara en el misterio, charlar juntos
con confianza y fe, sin miedos y sin culpas.
Tú resucitaste, estás en espíritu y verdad, aquí, ahora,
junto a mí. Acepta mis miserias, te las entrego como lo
único que puedo ofrecerte y háblame al oído con tu
delicada dulzura.
Amen
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