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lunes, 13 de noviembre de 2017
domingo, 12 de noviembre de 2017
ESTAR PREPARADOS - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 12 NOVIEMBRE 2017
Estar preparados
Aquellas muchachas del Evangelio no tenían otra cosa que hacer allí que entrar con unas lámparas encendidas acompañando al novio. No tenían que hacer otra cosa. Era muy fácil el encargo, pero el hecho fue que se olvidaron de llevar aceite de repuesto y al pasar el tiempo y darse cuenta de que se les apagaba su luz, se fueron, y no estuvieron allí en el momento preciso. La voz del esposo es contundente y tremenda: no os conozco, ya no nos veremos. ¿Por qué esa respuesta tan fuerte?, ¿por qué no la misericordia si las otras también se durmieron? Es que hay olvidos que no son falta de memoria, sino falta de interés, falta de amor.
Podría parecer que las otras doncellas no vivieron la caridad con ellas, o que el señor las trata sin compasión, pero es que en el corazón es donde uno decide hacer lo que hace. La jóvenes prudentes realmente fueron prudentes, no sólo en ser previsoras, sino también no quedándose sin aceite, porque si estaban allí era para lo que estaban.
En este mundo estamos para alabar a Dios, no para enredarnos en historias y teorías de tal suerte que al llegar la muerte a uno le pille no estando en gracia. Y eso se decide en el día a día, en el interés o la falta de interés ante las mociones de Dios. Nadie se puede quejar de que Dios le diga en la vida eterna que no le conoce (es lo más terrible que Dios puede decir a una criatura), porque depende de uno mismo el amor a Dios. Cada una de nuestras acciones nos acerca a la vida o nos aleja de Dios, cada una es de vida o muerte.
Dame, Señor, la virtud de la prudencia para acertar en cada caso con lo que debo de hacer y lo lleve a cabo; que quiera comprometerme en lo que Tú me sugieres; que no deje para mañana lo que debo de hacer hoy, pues el mañana no sé si llegará para mí. Quiero estar preparado en todo momento –con la luz encendida, en gracia y en oración–, para que cuando me llames, pueda yo también decir: Aquí estoy porque me has llamado.
© P. Jesús Martínez García
UN HOMBRE Y UN ZORRO
Un hombre y un zorro
Un hombre que pasaba por el bosque descubrió un zorro que había perdido sus patas. Y de inmediato se preguntó, “¿cómo podrá sobrevivir?”.
Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una presa en la boca. El tigre ya se había hartado y dejó el resto de la carne para el zorro. Al día siguiente se repitió la escena.
El observador se maravilló de los sentimientos de los animales, y se dijo a sí mismo: "Voy también yo a simular junto al camino estar herido y a confiar en los que pasan". Así lo hizo durante varios días, pero no sucedió nada.
El pobre hombre ya estaba casi muerto de hambre, cuando oyó una voz que le decía: "Si quieres descubrir humanidad en tus semejantes, sigue el ejemplo del tigre y deja ya de imitar al pobre zorro mutilado".
La moraleja es simple: siempre hay que empezar por dar, para luego recibir...
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 12 NOVIEMBRE
Los cinco minutos de María
Noviembre 12
Después de Jesucristo, nadie ha sufrido tanto como la Santísima Virgen María. La piedad cristiana la suele denominar “la Dolorosa”, o la Virgen de los Dolores, o la Reina de los mártires. Y se la suele representar con su Corazón atravesado por siete espadas.
María al pie de la cruz es la imagen más sublime del dolor humano; una Madre que ve morir a su Hijo; cuando ese Hijo es nada menos que Dios y esa Madre es la Madre de Dios, el dolor no tiene límites.
El Corazón de María fue el Corazón que más sufrió, porque fue el Corazón que más amó.
Concédenos, Virgen Santa, comprender que para seguir a tu Hijo Jesús tenemos que tomar la cruz y ofrecer nuestra vida.
* P. Alfonso Milagro
PAPA FRANCISCO: ESTA ES LA CONDICIÓN PARA ENTRAR EN EL REINO DE LOS CIELOS
Esta es la condición para entrar en el Reino de los Cielos explicada por el Papa Francisco
Foto: Captura de Youtube
VATICANO, 12 Nov. 17 / 06:44 am (ACI).- Durante el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro, en el Vaticano, el Papa Francisco subrayó que para poder entrar en el Reino de los Cielos es necesario permanecer vigilantes durante toda la vida a la espera de la llegada del Señor, pues, como dice el Evangelio, “no sabemos ni el día ni la hora”.
El Santo Padre afirmó que ese estar preparados no significa sólo el permanecer despiertos, sino, que también hay que prepararse llevando una vida cristiana centrada en ayudar al prójimo.
Francisco realizó esta reflexión a partir del Evangelio del domingo, en el que, mediante la parábola de las diez vírgenes, “nos indica la condición para entrar en el Reino de los Cielos”. Señaló que las diez vírgenes “eran las damas de honor encargadas de acoger al esposo en la ceremonia de la boda, y puesto que en aquel tiempo la costumbre era celebrarlas de noche, poseían unas lámparas”.
“La parábola dice que cinco de aquellas vírgenes eran prudentes, y las otras cinco necias. Las prudentes llevaron con ellas el aceite para las lámparas, mientras que las necias no lo habían llevado. El esposo tardaba en llegar y todas se durmieron”.
“A medianoche –continuó narrando el Papa– se anunció la llegada del esposo, y entonces las vírgenes necias se dieron cuenta de que no tenían el aceite para las lámparas, y se lo pidieron a las prudentes. Pero estas respondieron que no se lo podían dar porque no tenían suficiente para todas”.
Entonces, “mientras las necias acudían a por el aceite, llegó el esposo. Las vírgenes prudentes entraron con él en la sala del banquete, y tras ellas se cerró la puerta. Las cinco necias llegaron más tarde y llamaron a la puerta, pero recibieron por respuesta: ‘No os conocemos’, y se quedaron fuera”.
Tras terminar de resumir el episodio evangélico, el Papa preguntó: “¿Qué es lo que nos quiere enseñar Jesús con esta parábola? Nos recuerda que debemos estar preparados para el encuentro con Él”.
“En muchas ocasiones, en el Evangelio, Jesús nos exhorta a estar vigilantes, y lo hace también cuando finaliza esta parábola: ‘Permaneced siempre vigilantes, porque no sabéis el día ni la hora’. Pero con esta parábola nos dice que vigilar no solo significa no quedarse dormidos, sino estar preparados”.
De hecho, “en la parábola todas las vírgenes se durmieron antes de la llegada del esposo, pero al despertarse, algunas estaban preparadas y otras no. Aquí está el significado de ese ser sagaces y prudentes. Se trata de no esperar al último momento de nuestra vida para colaborar con la gracia de Dios, sino, hacerlo ya ahora”.
Entre el simbolismo de la parábola, Francisco destacó la lámpara, que “es el símbolo de la fe que ilumina nuestra vida, mientras que el aceite es el símbolo de la caridad que alimenta la luz de la fe y la hace fecunda y luminosa”
“La condición para estar preparados para el encuentro con el Señor no es solo la fe, sino también una vida cristiana rica en amor por el prójimo. Si nos dejamos guiar por aquello que parece más cómodo, por la búsqueda de nuestros intereses, nuestra vida se vuelve estéril, y no guardamos ninguna reserva de aceite para la lámpara de nuestra fe, y ésta se apagara en el momento de la llegada del Señor, o incluso antes”.
“Por el contrario –finalizó el Pontífice–, si estamos vigilantes y buscamos hacer el bien, con gestos de amor, compartiendo, siendo serviciales con el prójimo en dificultad, podemos estar tranquilos mientras esperamos la llegada del esposo: el Señor podrá venir en cualquier momento, y ni siquiera el sueño de la muerte nos asustará, porque tenemos la reserva de aceite acumulada con las obras buenas de cada día”.
EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 12 NOVIEMBRE 2017
Domingo 32º del Tiempo Ordinario – Ciclo A
Domingo 12 de noviembre de 2017
“Quien espera la llamada de Jesús que no olvide el cargador“
Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (6,12-16):
La sabiduría es radiante e inmarcesible, la ven fácilmente los que la aman, y la encuentran los que la buscan; ella misma se da a conocer a los que la desean. Quien madruga por ella no se cansa: la encuentra sentada a la puerta. Meditar en ella es prudencia consumada, el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones; ella misma va de un lado a otro buscando a los que la merecen; los aborda benigna por los caminos y les sale al paso en cada pensamiento.
Palabra de Dios
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Salmo
Salmo: 62,2.3-4.5-6.7-8
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansía de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas
canto con júbilo. R/.
______________________
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4,13-17):
No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.
Palabra de Dios
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Lectura del santo evangelio según san Mateo (25, 1-13):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!” Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: “Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.” Pero las sensatas contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.” Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: “Señor, señor, ábrenos.” Pero él respondió: “Os lo aseguro: no os conozco.” Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»
Palabra del Señor
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Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mt 25, 1-13
ENCENDER UNA FE GASTADA
La primera generación cristiana vivió convencida de que Jesús, el Señor resucitado, volvería muy pronto lleno de vida. No fue así. Poco a poco, los seguidores de Jesús se tuvieron que preparar para una larga espera.
No es difícil imaginar las preguntas que se despertaron entre ellos. ¿Cómo mantener vivo el espíritu de los comienzos? ¿Cómo vivir despiertos mientras llega el Señor? ¿Cómo alimentar la fe sin dejar que se apague? Un relato de Jesús sobre lo sucedido en una boda les ayudaba a pensar la respuesta.
Diez jóvenes, amigas de la novia, encienden sus lámparas y se preparan para recibir al esposo. Cuando, al caer el sol, llegue el novio a tomar consigo a la esposa, los acompañarán a ambos en el cortejo que los llevará hasta la casa del esposo, donde se celebrará el banquete nupcial.
Hay un detalle que el narrador quiere destacar desde el comienzo. Entre las jóvenes hay cinco «sensatas» y previsoras que toman consigo aceite para alimentar sus lámparas a medida que se vaya consumiendo la llama. Las otras cinco son unas «necias» y descuidadas que se olvidan de tomar aceite, con el riesgo de que se les apaguen las lámparas.
Pronto descubrirán su error. El esposo se retrasa y no llega hasta medianoche. Cuando se oye la llamada a recibirlo, las sensatas alimentan con su aceite la llama de sus lámparas y acompañan al esposo hasta entrar con él en la fiesta. Las necias no saben sino lamentarse: «Que se nos apagan las lámparas». Ocupadas en adquirir aceite, llegan al banquete cuando la puerta está cerrada. Demasiado tarde.
Muchos comentaristas tratan de buscar un significado secreto al símbolo del aceite. ¿Está Jesús hablando del fervor espiritual, del amor, de la gracia bautismal…? Tal vez es más sencillo recordar su gran deseo: «Yo he venido a traer fuego a la tierra, ¿y qué he de querer sino que se encienda?». ¿Hay algo que pueda encender más nuestra fe que el contacto vivo con Jesús?
¿No es una insensatez pretender conservar una fe gastada sin reavivarla con el fuego de Jesús? ¿No es una contradicción creernos cristianos sin conocer su proyecto ni sentirnos atraídos por su estilo de vida?
Necesitamos urgentemente una calidad nueva en nuestra relación con él. Cuidar todo lo que nos ayude a centrar nuestra vida en su persona. No gastar energías en lo que nos distrae o desvía de su Evangelio. Encender cada domingo nuestra fe rumiando sus palabras y comulgando vitalmente con él. Nadie puede transformar nuestras comunidades como Jesús.
sábado, 11 de noviembre de 2017
LOS DOS SACOS
Los dos sacos
Hay una antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno de los cuales cargaba dos sacos sujetos a sus cuellos, uno al frente y el otro a sus espaldas.
Cuando al primero de ellos le preguntaron qué había en sus sacos, respondió:
"Todo cuanto de bueno me han dado mis amigos se halla en el saco de atrás, ahí fuera de la vista, y al poco tiempo olvidado."
El saco de enfrente contiene todas las cosas desagradables que me han acontecido y, en mi andar, me detengo con frecuencia, saco esas cosas y las examino desde todos los ángulos posibles. Me concentro en ellas y las estudio. Y dirijo todos mis sentimientos y pensamientos hacia ellas.
En consecuencia, como el primer hombre siempre se estaba deteniendo para reflexionar sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en el pasado, lo que lograba avanzar era muy poco.
Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos sacos, contestó: "En el saco de enfrente están todas las buenas acciones que he hecho. Las llevo delante de mí y continuamente las saco y las exhibo para que todo mundo las vea. Mientras que el saco que llevo atrás contiene todos mis errores. Los llevo conmigo a dondequiera que vaya. Es mucho lo que pesan y no me permiten avanzar con rapidez, pero por alguna razón, no puedo desprenderme de ellos."
Al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, dijo: "El saco que llevo al frente está lleno de maravillosos pensamientos acerca de la gente, los actos bondadosos que han realizado y todo cuanto de bueno he tenido en mi vida. Es un saco muy grande y está lleno, pero no pesa mucho. Su peso es como las velas de un barco: lejos de ser una carga, me ayudan a avanzar. Por su parte, el saco que llevo a mis espaldas está vacío, pues le he hecho un gran orificio en el fondo. En ese saco, puse todo lo malo que escuché de los demás así como todo lo malo que a veces pienso acerca de mí mismo. Esas cosas se fueron saliendo por el agujero y se perdieron para siempre, de modo que ya no hay peso que me haga más penoso el trayecto."
De vez en cuando, conforme cada uno de nosotros avanzamos por el sendero de la vida, debemos examinar qué es lo que llevamos cargando. ¿Nos abruma el peso de los pensamientos negativos que tenemos de nosotros mismos, o bien se trata de todo un fardo de temores que nos dicen que no estamos a la altura de cierto estándar artificial; acaso una serie de escudos protectores y armaduras psicológicas que nos impiden relacionarnos con los demás de manera libre y sincera?. ¿Llevamos a cuestas todo el peso de las malas acciones que hemos recibido de parte de amigos y familiares, y que nos han afligido en el pasado?.
¿O bien el peso de todas esas falsas lecciones que nos enseñan a detectar cualidades indeseables en los demás y luego darle la espalda a la persona en cuestión una vez que identificamos una de tales características?.
Cada uno de nosotros nace con la libertad de seleccionar aquellos pensamientos que habrán de dirigir nuestras vidas. Nosotros elegimos la senda que queremos recorrer. Y tenemos la capacidad de elegir lo que hemos de llevar en el trayecto.
Los pensamientos y actitudes negativas nos abruman, hacen que nuestra travesía por la vida resulte más difícil. Todo pensamiento que alojamos en nuestra mente afecta los razonamientos, sentimientos y acciones que manifestamos.
Si alimentamos pensamientos negativos, nuestras acciones van a ser negativas y, a su vez, resultados negativos serán los que obtendremos a cambio.
Sin embargo los pensamientos positivos propician resultados positivos y la vida se vuelve una aventura feliz, motivante, en la que podemos vernos y ver a los demás a la luz de lo que somos en realidad. De pronto nos damos cuenta de que cada uno de nosotros es una expresión maravillosa y misteriosa de la vida.
Según escojas tu pensamientos podrás crearte el cielo o el infierno en la tierra... Pídele ayuda al Señor para que actúes como el tercer hombre de este relato.
ELIGE CON SABIDURÍA
Elige con sabiduría
Qué regalo grande y qué responsabilidad es tu capacidad de elegir. Y tú puedes elegir entre centrar tu atención en tus bienes o en tus carencias, en tus fortalezas o en tus fragilidades, en tus posibilidades o en tus límites. Elige sabiamente y serás feliz.
Hoy puedo elegir qué clase de día voy a tener. Puedo quejarme porque el día está lluvioso, o puedo dar gracias porque las plantas están siendo regadas gratis. Hoy puedo quejarme de mi salud, o puedo regocijarme de que estoy vivo. Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo, o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido. Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas, o puedo celebrar que las espinas tienen rosas. Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar, o puedo gritar de alegría: “¡Tengo un trabajo!” Hoy puedo murmurar con amargura porque tengo que hacer las tareas del hogar, o puedo sentirme honrado porque tengo un techo donde cobijarme. Hoy el día se presenta ante mí, esperando a que yo le dé forma y aquí estoy, como un escultor…
El famoso estadista Winston Churchill dijo que “el optimista descubre una oportunidad en toda calamidad, mientras el pesimista señala una calamidad en toda oportunidad.” Que el Señor te ayude a especializarte en descubrir oportunidades en todas las situaciones de tu vida. Esto marcará la diferencia entre el fracaso y el éxito. Que pases un día muy positivo.
* Enviado por el P. Natalio
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 11 NOVIEMBRE
Los cinco minutos de María
Noviembre 11
Para llevar una vida testimonialmente cristiana, podemos fijarnos en la Virgen María, que fue modelo de todas las virtudes; el Evangelio nos dice que María no sólo escuchó la Palabra de Dios, sino que la cumplió y la vivió; en todo cumplió la voluntad de Dios; por eso fue santa y santísima.
Ojalá nosotros los cristianos imitemos los ejemplos de santidad que nos dio la Virgen Santísima; para ello será preciso que conozcamos bien la vida de María; para conocerla, habrá que leer o escuchar algo sobre ella; es lo que estamos haciendo ahora.
Señora Nuestra, concédenos un corazón limpio para conocerte mejor y amarte siempre más.
* P. Alfonso Milagro
EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 11 NOVIEMBRE 2017
Lecturas del Sábado de la 31ª semana del Tiempo Ordinario
Sábado, 11 de noviembre de 2017
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (16,3-9.16.22-27):
Saludos a Prisca y Aquila, colaboradores míos en la obra de Cristo Jesús; por salvar mi vida expusieron su cabeza, y no soy yo sólo quien les está agradecido, también todas las Iglesias del mundo pagano. Saludad a la Iglesia que reúne en su casa. Saludos a mi querido Epéneto, el primero convertido de Cristo en Asia. Saludos a María, que ha trabajado mucho por vosotros. Saludos a Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros de prisión, ilustres entre los apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo. Saludos a Ampliato, mi amigo en el Señor. Saludos a Urbano, colaborador mío en la obra de Cristo y a mi querido Estaquis. Saludaos unos a otros con el beso santo. Todas las iglesias de Cristo os saludan. Yo, Tercio, que escribo la carta, os mando un saludo cristiano. Os saluda Gayo, que me hospeda, y toda esta Iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y nuestro hermano Cuarto. Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús –revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en la Sagrada Escritura, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe–, al Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios
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Salmo
Sal 144
R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey
Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, y merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R/.
Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta sus hazañas;
alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R/.
Que todas las criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
_________
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (16,9-15):
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Ganaos amigos con el dinero injusto, para que cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».
Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo: «Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro. La arrogancia con los hombres, Dios la detesta.»
Palabra del Señor
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Comentario al Evangelio del sábado, 11 de noviembre de 2017
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
NO PODÉIS SERVIR A DIOS Y AL DINERO
(...Continúa desde ayer)
No faltará quien piense en su interior, e incluso lo diga abiertamente: ¿Y por qué tengo que compartir lo mío con los otros, con el esfuerzo y los sacrificios que honradamente me ha supuesto, más aún si no se lo merecen, o van a desperdiciarlo, o no se han esforzado por ganárselo honradamente, o no son de nuestro país...?
Juan Pablo II, en uno de sus viajes a Brasil, dijo que no era admisible un sistema económico que se despreocupa de los más necesitados, que deja sin trabajo a una parte de la población, o les da un trabajo con un salario que no llega a un mínimo indispensable. Y un dirigente empresarial, respondió diciendo que las palabras del Papa eran muy hermosas, pero irrealizables, porque «las leyes de la economía obligan a preocuparse más del dinero que de las personas».
La mayoría de las preguntas con que terminábamos ayer no tienen respuesta directa en el Evangelio, ni hay recetas universales. Pero sí hay alguna clave propuesta por Jesús. Por tanto: ¿Qué supone SERVIR AL SEÑOR o SERVIR AL DINERO? ¿Cómo puedo yo saber a quién estoy sirviendo realmente?
Por una parte podemos fijarnos en el «tiempo» que dedicamos a uno y a otro. Y no me refiero al tiempo que nos pasamos rezando, sino al tiempo y las energías que dedicamos a «los demás» o a nuestros personales intereses.
En segundo lugar: el dinero (con todos sus discípulos y ropajes) es un señor tremendamente exigente que nos pide grandes sacrificios: a veces es el tiempo que debiéramos dedicar a la familia o a nuestra vida interior; a veces está atacando directamente a nuestra salud: estrés, falta de descanso, un ritmo de vida vertiginoso y superficial, irritabilidad... A veces nos hace romper con familiares y amigos: quién paga tal cosa, cómo se reparte una herencia. De manera que revisando estas cosas, podemos encontrar pistas muy seguras sobre quién es nuestro «señor».
Por otra parte, el dinero y la riqueza (ahorros, reservas, acumulación, cuentas bancarias...) cuentan con unos aliados muy poderosos: el consumismo y la publicidad. Se encargan de multiplicar nuestros deseos, siempre insaciables, por mucho que gastemos y compremos y experimentemos... Cada vez «necesitamos» más chismes tecnológicos, y más nuevos, con posibilidades que ni siquiera llegamos a conocer o dominar; más ropa, más metros cuadrados, más viajes y desplazamientos (contaminación, gasolina...), más cosas nuevas simplemente porque son nuevas y nos parece que «lo nuevo» siempre es mejor que lo que tenemos (jejeje, uno se sorprende de esas enormes colas de días que se organizan cuando va a salir al mercado un nuevo, iphone, «ipod», o cualquier cosa que empiece por «i»). Sin embargo, todos reconocemos que «tener» y «comprar» todo eso... no nos hace más felices. Que la felicidad está en otra parte. Pero gastamos, compramos, coleccionamos, acumulamos, desperdiciamos, derrochamos...
«La Tierra dejó de ser suficiente para el hombre desde 1976, cuando comenzamos a consumir más de lo producido anualmente. Y si se sigue esta tendencia, en 2030 se necesitarían dos planetas para abastecernos. En una parte es debido al crecimiento de la población mundial, pero sobre todo a los estilos de vida y a la dependencia de los combustibles fósiles. En tan solo siete meses, todos los recursos producidos en 2017 se han consumido, según el estudio anual de Global Footprint Network, un instituto de investigación internacional de Oakland (California). El estudio, con datos de la ONU, compara la huella ecológica humana, que mide la explotación de los recursos naturales de la Tierra con la biocapacidad del planeta. Según sus cálculos, el consumo de la humanidad excede el 70% de los recursos disponibles. En otras palabras, se necesita el equivalente de 1,7 planetas para satisfacer las necesidades humanas».
En cambio, podemos decir que servimos a Dios cuando somos capaces de «darnos cuenta» de las necesidades del prójimo y preocuparnos por echarles una mano porque también son «asunto» nuestro. El consumista» poco a poco se va volviendo insolidario. No por maldad, sino que no «ve» las necesidades y sufrimientos de los otros. Más aún: los otros no me incumben. Y se va cerrando en sí mismo y en unos pocos de los «suyos». Por eso, el Dios-Amor, el Dios de los pobres que le ayudaría a poner las cosas en su sitio, no tiene sitio en su corazón. En todo caso, convertirá su relación con Dios en otro negocio: «encargar» (nefasta palabra) misas, hacer rezos, acudir al culto para tranquilizar la conciencia, ganar méritos y poseer el cielo. «No podéis servir a Dios y al dinero». No se puede vivir consumiendo egoístamente toda clase de bienes y pretender, al mismo tiempo, ser fieles a un Dios que pide amor y fraternidad.
Servimos al Señor cuando las personas son nuestra mayor riqueza: y cuidamos a los amigos, a la familia («si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis, no hacen lo mismo los pecadores?», Lc 6, 32)..., y también a los que se sienten solos, a los que están enfermos, a los que tienen dificultades de cualquier tipo.
«Benditas las manos que se abren para acoger a los pobres y ayudarlos: son manos que traen esperanza. Benditas las manos que vencen las barreras de la cultura, la religión y la nacionalidad derramando el aceite del consuelo en las llagas de la humanidad. Benditas las manos que se abren sin pedir nada a cambio, sin «peros» ni «condiciones»: son manos que hacen descender sobre los hermanos la bendición de Dios».
Papa Francisco, I Jornada Mundial de los pobres, 19 de Noviembre 2017
Así no se multiplicará nuestra cuenta corriente, ni nuestros incontables caprichos y gastos innecesarios... cuanto el número de personas a las que queremos, que nos quieren, o a las que hemos ayudado desinteresadamente, que nos ocupan el tiempo y el corazón... y no pocas veces nos vacían el bolsillo.
¿Y cuánto hay que dar? Comentaba el Papa Francisco en una de sus homilías que «nunca ha visto que detrás de un cortejo fúnebre vaya un camión de mudanzas transportando los bienes del difunto. Sólo nos llevamos con nosotros, lo que hayamos dado a los otros». Y San Agustín: los pobres son, si lo deseamos, nuestros correos y porteadores: nos permiten transferir, desde ahora, nuestros bienes en la morada que se está construyendo para nosotros en el más allá.
La situación de crisis global que llevamos tiempo padeciendo está mandando al paro a tantos hombres y mujeres, y en no pocos casos sin ninguna tipo de asistencia, nos tiene que obligar a revisar nuestros presupuestos de vida, para ver cómo podemos reducirlos, y solidarizarnos de manera concreta con los más pobres. Este sería el mejor «test» para descubrir si servimos a Dios o a nuestro dinero.
Siento haberme alargado con este «tema». Pero lo más importante no es reflexionar, analizar, estar o no de acuerdo... sino... Ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
SAN MARTÍN DE TOURS, 11 NOVIEMBRE
SAN MARTIN DE TOURS
Patrón de Francia, Obispo, 397
11 de Noviembre
Martín, pobre y humilde, De las Cartas de Sulpicio Severo
Nació en Panonia, hacia el año 316, de padres paganos. Habiendo recibido el bautismo y renunciado a la milicia, fundó un monasterio en Ligugé (Francia), donde practicó la vida monástica bajo la dirección de san Hilario. Más tarde, fue ordenado sacerdote y elegido obispo de Tours. Fue un modelo de buen pastor y fundó otros monasterios, trabajó en la formación del clero y evangelizó a los pobres. Murió el año 397.
El hecho más famoso de su vida:
Siendo un joven militar en Amiens (Francia), un día de
invierno muy frío se encontró por el camino con un pobre hombre que sufría por su poca ropa. Martín, como no llevaba nada más para regalarle, sacó la espada y dividió en dos partes su capa, y le dió la mitad. Esa noche vio en sueños que Jesucristo se le presentaba vestido con la media capa que él había regalado al pobre y oyó que le decía: "Martín, hoy me cubriste con tu capa".
Origen de la palabra "capilla": La media capa de San Martín fue guardada en una urna y se le construyó un pequeño santuario. La palabra "capa" es latina y "media capa" en latín es "capilla", por lo que la gente decía: "Vamos a orar donde está la capilla". Y de ahí viene el nombre de capilla, que se da a los pequeños lugares dedicados a la oración.
Por la intercesión de San Martín recordemos que todo favor hecho al prójimo lo hacemos a Jesucristo.
viernes, 10 de noviembre de 2017
NO TE PARECE EXTRAÑO?
¿No te parece extraño?
¿No te parece extraño cómo un billete de 20$ "parece" tan grande cuando lo llevas a la Iglesia, pero tan pequeño cuando lo llevas a las tiendas?
¿No te parece extraño cuán larga parece una hora cuando oímos hablar de Dios, pero cuán corta cuando un equipo juega al fútbol por "solo" 90 minutos?
¿No te parece extraño cuán larga parece una hora cuando estás en la Iglesia, pero qué corta es cuando estás divirtiéndote en algún lugar?
¿No te parece extraño que no puedes pensar en algo que decir cuando rezas, pero no tienes ninguna dificultad en pensar cosas de qué conversar con un amigo?
¿No te parece extraño cuánto nos emocionamos cuando un partido de fútbol llega a la prórroga y se extiende un tiempo extra, pero nos quejamos cuando el sermón es un poquito más largo que lo usual?
¿No te parece extraño lo difícil que es leer un capítulo de la Biblia, pero qué fácil es leer 100 tweets o 100 whatsapps al día?
¿No te parece extraño cómo las personas desean los asientos del frente en cualquier partido o concierto, pero hasta se esfuerzan para buscar los asientos de atrás en las iglesias?
¿No te parece extraño que necesitemos 2 o 3 semanas de aviso para incluir un evento de la Iglesia en nuestra agenda, pero podemos ajustar nuestra agenda para otros eventos en el último momento?
¿No te parece extraño lo difícil que es aprender una verdad simple del Evangelio para compartirla con otros, pero qué fácil es para las mismas personas entender y repetir un chisme?
¿No te parece extraño cómo creemos rápida y facilmente lo que dicen los periódicos y las redes sociales, pero cuestionamos lo que dice la Biblia?
¿No te parece extraño que todos quieran ir al cielo, siempre y cuando no tengan que creer, o pensar, o decir, o hacer alguna cosa que requiera esfuerzo?
¿No te parece extraño cómo podemos enviar miles de chistes por whatsapp y se esparcen como reguero de pólvora, pero cuando empezamos a enviar mensajes acerca de Dios, la gente lo piensa dos veces antes de compartirlos con otros?
Es extraño, ¿no te parece?...
No tengas miedo de hablar de Dios y dar gracias al Señor porque Él es bueno!
LOS PERROS HAMBRIENTOS
Los perros hambrientos
Hay en ti dos facultades que te ayudan a tomar buenas decisiones. Son la inteligencia y la voluntad. La inteligencia evalúa las razones a favor o en contra, y ve claro lo más conveniente. Entonces tu voluntad se lanza a la acción. A este proceso se lo llama discernimiento. Es un grave error decidirse arrastrado por una emoción violenta porque oscurece la razón.
Vieron unos perros hambrientos en el fondo de un arroyo unas pieles que estaban puestas para limpiarlas; pero como debido al agua que se interponía no podían alcanzarlas decidieron beberse primero el agua para así llegar fácilmente a las pieles. Pero sucedió que de tanto beber y beber, reventaron antes de llegar a las pieles. La ansiedad es mala consejera (Esopo).
Cuántas veces, ansioso por liberarte de un problema desagradable y ofuscado por zafarte cuanto antes, tomas una mala decisión, que al poco tiempo lamentas. Recupera primero la calma y estudia luego con objetividad el asunto. Puedes también escuchar el parecer de alguna persona competente que te aclare aspectos desapercibidos del tema.
* Enviado por el P. Natalio
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 10 NOVIEMBRE
Los cinco minutos de María
Noviembre 10
En la Virgen María podemos admirar muchas cosas, pero lo que más sobresale es su Corazón de Madre, su amor a Dios y a los hombres, amor simbolizado en su Corazón.
Hablar, pues, del Corazón de María es hablar del amor de María y hablar del amor de María es hablar de María como Madre de Dios y de los hombres.
El amor de la Virgen María por nosotros surge de una fuente inagotable, pues nos amó por Dios y para Dios.
Señora y Madre nuestra, concédenos ser como tú: “toda de Cristo y con Él toda servidora de los hombres”
* P. Alfonso Milagro
EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 10 NOVIEMBRE 2017
Lecturas de hoy Viernes de la 31ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, viernes, 10 de noviembre de 2017
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (15,14-21):
Respecto a vosotros, hermanos, yo personalmente estoy convencido de que rebosáis buena voluntad y de que os sobra saber para aconsejaros unos a otros. A pesar de eso, para traeros a la memoria lo que ya sabéis, os he escrito, a veces propasándome un poco. Me da pie el don recibido de Dios, que me hace ministro de Cristo Jesús para con los gentiles: mi accion sacra consiste en anunciar la buena noticia de Dios, para que la ofrenda de los gentiles, consagrada por el Espíritu Santo, agrade a Dios. Como cristiano, pongo mi orgullo en lo que a Dios se refiere. Sería presunción hablar de algo que no fuera lo que Cristo hace por mi medio para que los gentiles respondan a la fe, con mis palabras y acciones, con la fuerza de señales y prodigios, con la fuerza del Espíritu Santo. Tanto, que en todas direcciones, a partir de Jerusalén y llegando hasta la Iliria, lo he dejado todo lleno del Evangelio de Cristo. Eso sí, para mí es cuestión de amor propio no anunciar el Evangelio más que donde no se ha pronunciado aún el nombre de Cristo; en vez de construir sobre cimiento ajeno, hago lo que dice la Escritura: «Los que no tenían noticia lo verán, los que no habían oído hablar comprenderán.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 97
R/. El Señor revela a las naciones su victoria
Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (16,1-8):
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: "¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador." Entonces el administrador se puso a pensar: "¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan." Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: "¿Cuánto le debes a mi amo?" El hombre respondió: "Cien barriles de aceite." El administrador le dijo: "Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta." Luego preguntó al siguiente: "Y tú, ¿cuánto debes?" Éste respondió: "Cien sacos de trigo." El administrador le dijo: "Toma tu recibo y haz otro por ochenta." El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy viernes, 10 de noviembre de 2017
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
DAME CUENTAS DE TU ADMINISTRACIÓN
El protagonista de la parábola de Jesús suele dejar descolocado a más de uno. Parece que Jesús estaría alabando a un estafador, a un administrador tramposo... Pero, conociendo las costumbres económicas de aquella época, se nos aclara el tema: El contable, administrador o testaferro no tenía una paga determinada: tenía derecho a imponer libremente una comisión en todo aquello que cobraba...y de eso vivía. El «personaje» del Evangelio está renunciando a su comisión, a aquello a lo que tiene derecho... para hacer amigos (aunque pueda ser una amistad interesada: esto no es lo que alaba Jesús, sino su sagacidad).
Es decir: Jesús invita a los suyos a utilizar lo que son y lo que tienen en crear lazos. Jesús quisiera que los suyos fuéramos mucho más sagaces con lo que tenemos, más creativos, más atrevidos...
Esta parábola nos hace levantar la mirada de nuestros asuntos y preocupaciones personales hacia el mundo en el que estamos, donde la riqueza se multiplica y concentra en las manos de unos pocos (cada vez menos), mientras los pobres, marginados y descartados son casi incontables. Es el dinero que podríamos llamar «injusto». Con palabras del Papa Francisco, escritas para la I Jornada Mundial de los pobres (19 Noviembre 2017):
Hoy en día, desafortunadamente, mientras emerge cada vez más la riqueza descarada que se acumula en las manos de unos pocos privilegiados, con frecuencia acompañada de la ilegalidad y la explotación ofensiva de la dignidad humana, escandaliza la propagación de la pobreza en grandes sectores de la sociedad entera. Ante este escenario, no se puede permanecer inactivos, ni tampoco resignados. A la pobreza que inhibe el espíritu de iniciativa de muchos jóvenes, impidiéndoles encontrar un trabajo; a la pobreza que adormece el sentido de responsabilidad e induce a preferir la delegación y la búsqueda de favoritismos; a la pobreza que envenena las fuentes de la participación y reduce los espacios de la profesionalidad, humillando de este modo el mérito de quien trabaja y produce; a todo esto se debe responder con una nueva visión de la vida y de la sociedad.
Riqueza descarada, acompañada de ilegalidad y explotación ofensiva. No son palabras dulces precisamente.
Uno de los temas del que más se ocupa la Escritura, tanto en el AT como en el NT es del uso del dinero y las riquezas. Aunque, curiosamente, no suele formar parte del examen de conciencia de muchos cristianos. Pocas veces nos acusamos del derroche de recursos, de nuestro estilo de vida consumista, del cuidado (descuido más bien) de la casa común que es este Planeta y sus cada vez más escasos recursos, de la poca solidaridad... y menos aún hacemos propósitos de enmienda (me gusta más la palabra «conversión»).
Sin embargo, parece que hemos aprendido que es más grave faltar un domingo a misa, o murmurar, o tener envidia, tener deseos sexuales o pensamientos impuros... que ese gran peligro que, con frecuencia, nos esclaviza y endurece el corazón. Dinero y corazón de piedra, e individualismo o egoísmo van juntos. El dinero, a lo largo de toda la Escritura, aparece como uno de los mayores obstáculos para nuestra relación con Dios. Precisamente la Biblia lo pone a enfrentado al Primer Mandamiento. El mayor enemigo de Dios no es el ateísmo, o la falta de fe... sino endiosar las cosas, dejar que las cosas te posean, que sean nuestro Dios.
Así, por ejemplo, cuando el Bautista comienza su predicación para preparar el camino al Señor invita y exige: “El que tenga dos túnicas, que dé al que no tiene ninguna”.
- La primera de las tentaciones de Jesús en el desierto se refiere al dinero y las posesiones.
- El resumen de la Buena Noticia de Jesús: es que Dios prefiere a los pobres para entregarles su Reino (primera bienaventuranza)
- Para ser de discípulos suyos, hay que «dejarlo todo»
- Y advierte: ¡ay de vosotros los ricos!, ¡qué difícil es que entren en el Reino! Más fácil es enhebrar un camello.
- A los misioneros enviados les exige: No llevéis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan ni dinero...
- La conversión de Zaqueo consiste y se resume en que: La mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres, y si a alguien le he sacado dinero, se lo restituiré cuatro veces...
O las palabras finales del Evangelio de hoy-mañana: «No se puede servir a Dios y al dinero».
Pero ¿quién de nosotros, los que estamos leyendo estas líneas, reconocreía o afirmaría abiertamente que «sirve al dinero», o se consideraría «rico»? Y entonces parece que estas palabras estarían dichas para otros.
Debemos partir de nuestra vida cotidiana si queremos cambiar los estilos de vida, conscientes de que nuestros pequeños gestos pueden asegurar la sostenibilidad y el futuro de la familia humana así como luchar contra el hambre sin segundas intenciones. Debenos asumir con mayor decisión el compromiso de modificar los estilos de vida, y tal vez necesitemos menos recursos”. La sobriedad no se opone al desarrollo, más aún, ahora se ve claro que se ha convertido en una condición para el mismo”. (Papa Francisco, 11 Junio 2015) Por no mencionar el contenido de su Laudato Si, que habla abundantemente de este asunto.
Ojalá nos hayamos quedado al menos un poco inquietos, y nos preguntemos preguntemos siquiera de vez en cuando: ¿Cuánto tendría que compartir para que Dios se sienta satisfecho conmigo? ¿Cuáles de los gastos que tengo son «injustos» o incompatibles con la vida cristiana, o contribuyen a la destrucción del planeta, o son puro despilfarro (de comida, ropa, luz, agua, diesel, papel...?
La parábola de Jesús ha dejado en el aire una advertencia: ¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración?. Quedémonos de momento con ella... y mañana seguimos, porque es la continuación de la misma.
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
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