Autor: José Enrique Anaya Degollado | Fuente: Catholic.net Padre, que ellos sean uno, como nosotros | |
Juan 17, 11-19. Estamos en comunión a causa de nuestra identidad más profunda: Cristo en nosotros. ¡Qué hermosa es nuestra fe! | |
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: «Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me diste; yo velaba por ellos y ninguno de ellos se perdió, excepto el que tenía que perderse, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a ti, y mientras estoy aún en el mundo, digo estas cosas para que mi gozo llegue a su plenitud en ellos. Yo les he entregado tu palabra y el mundo los odia, porque no son del mundo, como yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad. Tu palabra es la verdad. Así como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Yo me santifico a mi mismo por ellos, para que también ellos sean santificados en la verdad.» Oración Introductoria Jesús, gracias por ponernos en manos de tu Padre, que también en es nuestro. Enséñanos a orar y a guardar la unidad que deseas para nosotros. Tú nos has mostrado el camino porque nos has dado tu palabra en el Evangelio. Nosotros queremos alcanzar la santidad que nos propones, y sabemos que sólo nos será posible si permanecemos unidos a ti, por la oración continua y la vivencia de la caridad auténtica. Petición Jesús, que sepamos escuchar tus palabras para conocer la verdad, y ser así luz en la oscuridad de este mundo. Ayúdanos, que sin ti, nada podemos. Guárdanos en la unidad para poder dar testimonio de ti, y lograr que el mayor número de personas llegue al cielo. Meditación del Papa Francisco El mundo está lacerado por las guerras y la violencia, o herido por un difuso individualismo que divide a los seres humanos y los enfrenta unos contra otros en pos del propio bienestar. En diversos países resurgen enfrentamientos y viejas divisiones que se creían en parte superadas. A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis: "En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis unos a otros". Es lo que con tantos deseos pedía Jesús al Padre: "Que sean uno en nosotros [...] para que el mundo crea". ¡Atención a la tentación de la envidia! ¡Estamos en la misma barca y vamos hacia el mismo puerto! Pidamos la gracia de alegrarnos con los frutos ajenos, que son de todos. (S.S. Francisco, exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 99). Reflexión ¡Qué hermosa es nuestra fe! Estamos llamados a guardar la unidad como cristianos -personas que hemos creído en el amor de Dios, manifestado en Jesús, su Hijo. Realmente somos uno en Jesús porque su amor nos une, a pesar de la distancia, del tiempo, de las mil diferencias. Todos hemos creído en una misma Persona que nos ha mostrado el camino de la verdad. Por Jesús conocemos el sentido de nuestra vida; quiénes somos y cómo estamos llamados a ser: personas de caridad, porque sólo en la caridad podemos guardar la unidad. Propósito Pediré a Dios, nuestro Señor, el don de la caridad, para ser un testigo auténtico de su palabra. Diálogo con Cristo Jesús, gracias por haber dicho sí al Plan de tu Padre. Hazme experimentar esta misma paternidad, para que sea un testigo real de tu Palabra y aprenda a tratar con caridad a cada persona con que me encuentre en este día. Enséñame a amar con tu corazón, porque esta es la clave de la felicidad y el sentido de mi vida. Gracias por escucharme. Ayúdame para que también yo sepa escucharte en la verdad. Corred todos a una como a un solo templo de Dios, como a un solo altar, a un solo Jesucristo que procede de un solo Padre. (San Agustín, Coment. sobre el Salmo 44) |
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martes, 3 de junio de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 4 DE JUNIO DEL 2014
¿QUÉ ES PENTECOSTÉS?
Autor: Eduardo Cáceres Contreras | Fuente: Conferencia Episcopal de Chile
¿Qué es Pentecostés?
Una festividad cristiana que data del siglo primero y estaba muy estrechamente relacionada con la Pascua
Originalmente se denominaba “fiesta de las semanas” y tenía lugar siete semanas después de la fiesta de los primeros frutos (Lv 23 15-21; Dt 169). Siete semanas son cincuenta días; de ahí el nombre de Pentecostés (= cincuenta) que recibió más tarde. Según Ex 34 22 se celebraba al término de la cosecha de la cebada y antes de comenzar la del trigo; era una fiesta movible pues dependía de cuándo llegaba cada año la cosecha a su sazón, pero tendría lugar casi siempre durante el mes judío de Siván, equivalente a nuestro Mayo/Junio. En su origen tenía un sentido fundamental de acción de gracias por la cosecha recogida, pero pronto se le añadió un sentido histórico: se celebraba en esta fiesta el hecho de la alianza y el don de la ley.
En el marco de esta fiesta judía, el libro de los Hechos coloca la efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles (Hch 2 1.4). A partir de este acontecimiento, Pentecostés se convierte también en fiesta cristiana de primera categoría (Hch 20 16; 1 Cor 168).
PENTECOSTÉS, algo más que la venida del espíritu...
La fiesta de Pentecostés es uno de los Domingos más importantes del año, después de la Pascua. En el Antiguo Testamento era la fiesta de la cosecha y, posteriormente, los israelitas, la unieron a la Alianza en el Monte Sinaí, cincuenta días después de la salida de Egipto.
Aunque durante mucho tiempo, debido a su importancia, esta fiesta fue llamada por el pueblo segunda Pascua, la liturgia actual de la Iglesia, si bien la mantiene como máxima solemnidad después de la festividad de Pascua, no pretende hacer un paralelo entre ambas, muy por el contrario, busca formar una unidad en donde se destaque Pentecostés como la conclusión de la cincuentena pascual. Vale decir como una fiesta de plenitud y no de inicio. Por lo tanto no podemos desvincularla de la Madre de todas las fiestas que es la Pascua.
En este sentido, Pentecostés, no es una fiesta autónoma y no puede quedar sólo como la fiesta en honor al Espíritu Santo. Aunque lamentablemente, hoy en día, son muchísimos los fieles que aún tienen esta visión parcial, lo que lleva a empobrecer su contenido.
Hay que insistir que, la fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más importante del año litúrgico en donde los cristianos tenemos la oportunidad de vivir intensamente la relación existente entre la Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo.
Es bueno tener presente, entonces, que todo el tiempo de Pascua es, también, tiempo del Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la Pascua, que estuvo en el nacimiento de la Iglesia y que, además, siempre estará presente entre nosotros, inspirando nuestra vida, renovando nuestro interior e impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos corresponde vivir.
Culminar con una vigilia:
Entre las muchas actividades que se preparan para esta fiesta, se encuentran, las ya tradicionales, Vigilias de Pentecostés que, bien pensadas y lo suficientemente preparadas, pueden ser experiencias profundas y significativas para quienes participan en ellas.
Una vigilia, que significa “Noche en vela” porque se desarrolla de noche, es un acto litúrgico, una importante celebración de un grupo o una comunidad que vigila y reflexiona en oración mientras la población duerme. Se trata de estar despiertos durante la noche a la espera de la luz del día de una fiesta importante, en este caso Pentecostés. En ella se comparten, a la luz de la Palabra de Dios, experiencias, testimonios y vivencias. Todo en un ambiente de acogida y respeto.
Es importante tener presente que la lectura de la Sagrada Escritura, las oraciones, los cantos, los gestos, los símbolos, la luz, las imágenes, los colores, la celebración de la Eucaristía y la participación de la asamblea son elementos claves de una Vigilia.
En el caso de Pentecostés centramos la atención en el Espíritu Santo prometido por Jesús en reiteradas ocasiones y, ésta vigilia, puede llegar a ser muy atrayente, especialmente para los jóvenes, precisamente por el clima de oración, de alegría y fiesta.
Algo que nunca debiera estar ausente en una Vigilia de Pentecostés son los dones y los frutos del Espíritu Santo. A través de diversas formas y distintos recursos (lenguas de fuego, palomas, carteles, voces grabadas, tarjetas, pegatinas, etc.) debemos destacarlos y hacer que la gente los tenga presente, los asimile y los haga vida.
No sacamos nada con mencionarlos sólo para esta fiesta, o escribirlos en hermosas tarjetas, o en lenguas de fuego hechas en cartulinas fosforescentes, si no reconocemos que nuestro actuar diario está bajo la acción del Espíritu y de los frutos que vayamos produciendo.
Invoquemos, una vez más, al Espíritu Santo para que nos regale sus luces y su fuerza y, sobre todo, nos haga fieles testigos de Jesucristo, nuestro Señor.
RECIBID EL ESPÍRITU SANTO
Autor: P. Fintan Kelly | Fuente: Catholic.net
Recibid el Espíritu Santo...
Cuando rezo, abro la ventana de mi alma al Espíritu y Él podrá influir en mi inteligencia, mi voluntad y mi corazón.
Recibid el Espíritu Santo...
Fruto de esta meditación:
Colaborar con el Espíritu Santo en nuestra santificación es escoger siempre el camino que nos enseña Jesucristo.
1. El don mayor de Cristo resucitado es el Espíritu Santo. Sus primeras palabras a sus apóstoles, reunidos en el cenáculo fueron: "Recibid el Espíritu Santo". Era el cumplimiento de una promesa que les había hecho en la Última Cena: iba a mandar al Espíritu Consolador.
El Espíritu Santo les dio un poder espiritual: el de perdonar los pecados. Aquí vemos cómo el Espíritu Santo les da la facultad de hacer lo que Cristo hacía durante su vida. Es el Espíritu Santo quien les dará el poder de predicar y de santificar como hacía Cristo. La misión de la Tercera Persona es secundar la obra de Cristo, llevar a los hombres a transformarse en Cristo.
2. Ser devoto del Espíritu Santo es ser un hombre "espiritual", que quiere decir dejarse guiar por Él, y no ser un hombre "carnal", que significa dejarse arrastrar por las propias pasiones.
¿Hasta dónde me guía el Espíritu? El punto de llegada siempre es el mismo: Cristo. Cristo era el hombre del Espíritu porque siempre se dejaba iluminar por sus inspiraciones.
¿Cómo sé que me estoy dejando "mover" por el Espíritu? Es muy fácil: cada vez que opto por el bien y rechazo el mal, estoy colaborando con Él. Donde hay un ser humano que está haciendo el bien, allí está obrando el Espíritu de Dios.
3. ¿Cómo aumentar el influjo del Espíritu Santo en mi vida? Cada vez que recibo un sacramento el Espíritu Santo viene a mi alma. El acercarme frecuentemente al sacramento de la reconciliación y a la Eucaristía es una manera óptima para incrementar su presencia dentro de mi.
Cuando una persona ora abre la ventana de su alma al Espíritu. Así Él podrá influir en mi inteligencia, mi voluntad y mi corazón. Dios no rehusa su gracia a la persona que se dispone a recibirla.
Propósito:
Revisar mi vida para ver si soy un "hombre espiritual" o un "hombre carnal".
NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: MARTES 3 DE JUNIO
Nardo del 3 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, refugio del Niño Dios!
Meditación: En una Doncella latía un Pequeño que renovaría la tierra vacía, ya que en ella sembraría semillas para llenarla de Vida. Aquel pequeño Corazón era el Sol que con Su calor nos enseñaría lo que es el Amor, con Su Luz a no perdernos en la oscuridad, con Su Omnipotencia a aumentar nuestra Fe, con Su silencio el valor de hacernos pequeños y con Su Presencia la Única Senda, pues El es el Rey.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Comulguemos pidiéndole al Señor tener un corazón pequeño, y que sea El nuestro único sustento.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 3 DE JUNIO DEL 2014
Autor: Gustavo Velázquez | Fuente: Catholic.net No podemos negar lo que hemos visto en la luz | |
Juan 17, 1-11. Tiempo Ordinario. Gracias a Jesús, sabemos que Dios es nuestro Padre, a quien podemos acudir en cualquier momento. | |
Del santo Evangelio según san Juan 17, 1-11 Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado. Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Oración introductoria Jesús, muchas gracias por acordarte de mí ahora en tu hora suprema de amor. Gracias por aceptar tu encarnación, sometiéndote a las ataduras del tiempo y el espacio, para que yo pudiera conocer al Padre y vivir contigo eternamente. Soy totalmente tuyo Jesús, y quiero seguir siéndolo toda mi vida. Petición Jesús, dado que Tú has venido para darnos la vida eterna, que consiste en dar a conocer al Padre, concédeme manifestarlo a cuantos conviven conmigo para cooperar con tu obra. Meditación del Papa Francisco La escucha de la fe tiene las mismas características que el conocimiento propio del amor: es una escucha personal, que distingue la voz y reconoce la del Buen Pastor; una escucha que requiere seguimiento, como en el caso de los primeros discípulos, que "oyeron sus palabras y siguieron a Jesús". Por otra parte, la fe está unida también a la visión. A veces, la visión de los signos de Jesús precede a la fe, como en el caso de aquellos judíos que, tras la resurrección de Lázaro, "al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él". Otras veces, la fe lleva a una visión más profunda: "Si crees, verás la gloria de Dios". Al final, creer y ver están entrelazados: "El que cree en mí [...] cree en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado". Gracias a la unión con la escucha, el ver también forma parte del seguimiento de Jesús, y la fe se presenta como un camino de la mirada, en el que los ojos se acostumbran a ver en profundidad. (S.S. Francisco, encíclica Lumen fidei, n. 30). Reflexión El conocimiento de Padre debe ser la delicia de todo creyente. Antes de Jesús, nadie había oído nada sobre su existencia amorosa. Pero gracias a Jesús, su Hijo Amado, sabemos que Dios es nuestro Padre, a quien podemos acudir en cualquier momento. Un Padre que se preocupa por nosotros, que nos sostiene, que nos alimenta, que nos llena de vida, que nos cuida, que nos protege, que nos ama. Semejante conocimiento del Padre es un oasis para el cristiano que camina por el mundo, porque sabe que no está solo. Es un manantial que salta hasta la vida eterna, porque ¿qué puede revitalizarnos más, y encauzar una y otra vez nuestros pasos hacia la santidad, que saber que existe un Dios Padre que es misericordioso y afectuosísimo? Si Dios sólo fuera justicia, su conocimiento sería muerte para el hombre, pero como también es amor, su conocimiento es vida eterna. Propósito Hablaré hoy con mis familiares sobre algún detalle del amor providente del Padre, narrándoles algo me haya pasado. Diálogo con Cristo Jesús, gracias por traerme la vida eterna a mi casa dándome a conocer a tu Padre. Muchas cosas puedo aprender en mi vida, pero créeme que no existe una más reconfortante que ésta: saber que tengo en lo alto un Padre amoroso que se desvive por mí y que me creó al amarme. Gracias por gritarle al mundo semejante verdad, no cabe duda que sin ti nunca hubiéramos llegado a alcanzar tan gran consuelo y alegría. La suprema misericordia no nos abandona ni aun cuando la abandonamos. (San Gregorio Magno, Hom. 36 sobre los Evang.) |
lunes, 2 de junio de 2014
REFLEJO DE TUS ACCIONES
Reflejo de tus acciones
Conducía camino a mi casa durante una noche lluviosa; delante de mi iba otro automóvil que constatemente me deslumbraba con una luz proveniente de la parte de atrás del automóvil.
Me molesté pues a demás de la lluvia y el estado de la carretera tenía que lidiar con el destello que aquel automóvil me reflejaba.
Pensé que algún niño travieso llevaba algún artefacto luminoso e iba jugando por la carretera.
Más adelante llegamos a un semáforo donde un poco molesto me coloqué al lado de aquel automóvil, cuando se abrió la ventana del otro auto y el conductor me dijo:
- "Disculpe, pero su luz izquierda está desprendida Debería repararla o puede tener algún accidente"
Me dí cuenta entonces que el reflejo era producto de mi luz averiada
Esto me hizo reflexionar mucho sobre lo que pensamos de los demás.
A veces una actitud negativa o mala de otras personas, puede no ser mas que el reflejo de nuestras acciones en aquella persona.
Comprendí entonces las palabras de Jesús de tratar a los demás como quisiéramos ser tratados, y servir como si fuéramos los últimos para así ser los primeros.
Mantén la paz con tus amigos y compañeros, y antes de criticar o juzgar, mira tu corazón y piensa si aquello no es el resultado de tus acciones para con aquella persona Y recuerda no juzgar pues con la misma medida serás juzgado, deja el juicio y a Dios, que ES MISERICORDIOSO, lento para enojarse y generoso para
perdonar.
UNA REFLEXIÓN DIARIA PARA CADA DÍA DEL MES DE JUNIO: DÍA 1 Y DÍA 2 - CORAZÓN DE JESÚS
JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Una reflexión para cada día del mes de junio.
Oración introductoria de cada día
Corazón amantísimo de Jesús digno de todo amor y de toda mi adoración; movido por el deseo de reparar y de lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra ti, y para evitar que yo mismo me manche de la culpa ingrato, te ofrezco y te consagro enteramente mi corazón, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser.
Por cuanto son pobres mis méritos, ¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de humildad, de obediencia y de las demás virtudes que practicaré hoy y durante mi vida entera hasta el último suspiro.
Propongo hacer todo por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Corazón. Te suplico aceptes mi humilde ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía María.
Dispón de mí y de mis cosas,Señor, según el beneplácito de tu Corazón. Amén.
P. León Dehón
Día 1.- EL DIVINO CORAZÓN DE JESÚS
¡El Corazón de Jesús! Una herida, una corona de espinas, una cruz, una llama.,"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres". ¿Quién nos ha dado aquel Corazón? Jesús mismo. Él nos había dado todo: su doctrina, sus milagros, sus dones de Eucaristía, su Madre divina. Pero el hombre permanece todavía insensible a tantos dones. Su soberbia les hace olvidar el Cielo, sus pasiones les hacen descender al fango. Fue entonces cuando Jesús mismo dirigió una mirada piadosa sobre la humanidad; se apareció a su hija predilecta, Margarita María, para manifestarle los tesoros de su corazón.
Día 2.- FUENTE DE SALVACIÓN
En cada página del evangelio, el Corazón de Jesús habla de la fe. Por la fe Jesús cura las almas, sana los cuerpos y resucita a los muertos. Cada uno de los milagros es el fruto de la fe; cada palabra suya es una incitación a la fe
La fe es necesaria como el pan que comes, como el aire que respiras. Con la fe eres todo; sin la fe no eres nada. Con frecuencia nuestra fe es lánguida como una llama a punto de extinguirse. Cuando en los campos, en las casas, en las oficinas, en las tiendas, se mofan de tu fe ¿sientes el coraje de defenderla sin sonrojarte, sin respeto humano? Cuando las pasiones te asaltan ferozmente ¿Te acuerdas que con un acto de fe resultas invencible porque Dios combate por ti y contigo?
RECOMENZAR LA VIDA
Recomenzar la Vida.
Perdí un juguete que me acompañó en mi infancia, pero gané el
recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.
Perdí mis privilegios y fantasías de niño, pero gané la oportunidad
de crecer y vivir libre.
Perdí a mucha gente que quise y que amo todavía, pero gané el
cariño y el ejemplo de sus vidas.
Perdí momentos únicos porque lloraba en vez de sonreír, pero
descubrí que es sembrando amor, como se cosecha amor.
Perdí muchas veces, muchas cosas en mi vida; pero junto con
ese "perder" hoy intento el valor de "ganar". Porque siempre es
posible luchar por lo que soñamos y porque siempre hay tiempo
para empezar de nuevo.
No importa en que momento te cansaste. Lo que importa es que
siempre es necesario recomenzar. Recomenzar es darse una nueva
oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida y lo más importante... es creer en uno mismo.
¿Sufriste mucho en algún período?... fue aprendizaje.
¿Lloraste mucho?... sirvió para limpiar el alma.
¿Sentiste rencor?... fue para aprender a perdonar.
¿Estuviste solo en un momento?... tal vez fue porque cerraste la puerta.
¿Te sentíste solo?... mirá alrededor y encontrarás mucha gente que
espera tu sonrisa para acercarse más a ti.
Hoy es un excelente día para comenzar un nuevo proyecto de vida.
Mirá alto, sueñá alto, anhelá lo mejor; la vida nos trae lo que
anhelamos. Si pensamos pequeño, vendrá lo pequeño. Si pensamos
firme en lo mejor, en positivo y luchamos para alcanzarlo, eso llegará.
Recuerdá que aquellos seres cuyas vidas has tocado y aquellos otros que te han dejado su huella, siempre ocuparán un lugar especial en tu corazón.
Arrojá lo malo a la basura, limpiá tu corazón y estarás listo para una
nueva vida y para un nuevo amor.
Si toda la vida es un camino y toda la vida es una búsqueda, aceptá
(aunque duela) que toda la vida es una despedida. Y eso es crecer y
acercarse a la plenitud.
Despedirte de lo bueno que viviste, sin temor al futuro.
Despedirte es dejar correr el río de la vida, que se lleva las aguas que estás viendo, para que aparezcan ante tus ojos aguas que todavía no viste y que están viniendo.
Confiá en la vida, confiá en ti y ... ¡recomienzá!
¿DESPUÉS DE LA ASCENSIÓN, QUÉ?
Autor: Karime Alle | Fuente: Catholic.net ¿Después de la Ascensión, qué? | |
¡No podemos quedarnos mirando al Cielo! Ahora nos toca a nosotros ser la voz de Jesús para alentar y consolar. | |
Después de la Ascensión ya no va a ser Jesús el que compadezca a los pobres y lo enfermos. Ahora nos toca a nosotros. Después de la Ascensión ya no va a ser Jesús el que multiplique los panes y los pescados para alimentar a las multitudes. Esa es ahora nuestra tarea, multiplicando nuestros esfuerzos para dar de comer sino a las multitudes, por lo menos a los pobres que podamos. Después de la Ascensión ya no va a ser Jesús el que cuide a sus ovejas. Ahora nosotros tenemos que velar por ellas, especialmente por aquellas (el cónyuge, los hijos, los hermanos, los trabajadores) que Dios nos ha encomendado a cada uno. Después de la Ascensión a nosotros nos toca ser la voz de Jesús para alentar y consolar. Sus manos para tenderlas a todo el que necesite ayuda. Sus pies para llevarlo a donde no lo conocen. Después de la Ascensión: ¡No podemos quedarnos mirando al Cielo! |
NARDO AL CORAZÓN DE JESÚS: 2 DE JUNIO
JUNIO, MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Nardo del 2 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, Llama ardiente!
Meditación: El Corazón de mi Jesús tanto amó, que en llama de fuego se presentó para purificar, para salvar, para amar…¡Pero quién lo ha de mirar!. Si muchos lo llegamos hasta a despreciar, a no buscar, a ignorar, pues no queremos que nos venga a señalar las miserias y tibiezas que nuestro pobre corazón encierra. Seamos ardientes amantes de Cristo, consumidos por el Fuego de Su Amor, para poder así limpiar nuestro corazón y llegar a servir a nuestro Dulce Señor.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Hagamos una buena confesión, ofreciéndosela al Sagrado Corazón de Jesús.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
domingo, 1 de junio de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 2 DE JUNIO DEL 2014
Autor: Gustavo Velázquez | Fuente: Catholic.net Confiad en mí, yo he vencido al mundo | |
Juan 16, 29-33. Pascua.Jesús, creo, pero aumenta mi fe para hablar de ti a toda hora, aun en el momento de la tempestad. | |
Le dicen sus discípulos: «Ahora sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios». Jesús les respondió: «¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo. Oración introductoria Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero "Tú has vencido al mundo", y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Petición Jesús, creo, pero aumenta mi fe para hablar de ti a toda hora, aun en el momento de la tempestad. Meditación del Papa Francisco Muchos también arriesgan su vida por permanecer fieles al Evangelio de Cristo. Deseo asegurarles que me siento cercano en la oración a las personas, a las familias y a las comunidades que sufren violencia e intolerancia, y les repito las palabras consoladoras de Jesús: "Confiad, yo he vencido al mundo". Benedicto XVI exhortaba: "Que la Palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada": que este Año de la fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, el Señor, pues sólo en él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero". Este es mi deseo para la Jornada Mundial de las Misiones de este año. Bendigo de corazón a los misioneros y misioneras, y a todos los que acompañan y apoyan este compromiso fundamental de la Iglesia para que el anuncio del Evangelio pueda resonar en todos los rincones de la tierra, y nosotros, ministros del Evangelio y misioneros, experimentaremos "la dulce y confortadora alegría de evangelizar" (S.S. Francisco, mensaje a 87ª Jornada Mundial de las Misiones, 20 de octubre de 2013). Reflexión apostólica El mejor anuncio que podemos hacer de Jesús a los hombres, está siempre en el testimonio de vida. Las obras golpean e impactan con más fuerza que las palabras, porque se respaldan por sí mismas. No obstante, todos sabemos cuán costoso es este tipo de predicación. No sólo por la conversión del corazón o por la coherencia de vida, que, en sí, implican todo nuestro tiempo y esfuerzo, sino porque los cristianos estamos llamados a nadar contra corriente. Muchos de los principios y virtudes que procuramos practicar y enseñar, son mal vistos o tachados de anticuados. Las críticas o habladurías llueven sobre el cristiano auténtico, porque sus actos despiertan las conciencias adormecidas y mueven a la reflexión. Sin embargo, este testimonio es el servicio más importante que podemos brindarles a nuestros hermanos. Propósito Usaré de 5 a 10 min. para repasar mis actos y ver si soy coherente con lo que digo. Diálogo con Cristo Jesús, ayúdame a aprender de tu ejemplo para ser luz que ilumine a mis hermanos. Concédeme imitarte con todas mis fuerzas, sin miedo alguno, pues la persona santa no vive menos que la que no lo es, sino que vive con mayor plenitud. Muchas serán las ocasiones adversas que se me presenten. Ocasiones que no deben ser causa de retroceso, sino ocasiones para predicar tu mensaje. La virtud de esta luz no está sólo en brillar, sino también en conducir a los que la siguen. (San Juan Crisóstomo, Hom. Sobre S. Mateo, 15) |
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